El amor es algo misterioso, nunca sabes porque pero a pesar de que sea uno de los sentimientos más lindos del mundo también es uno de los más crueles y dolorosos. Siempre lo viví, pero ahora es más fuerte a pesar de que casi fue un amor a distancia lo amé como si estuviera junto a mí. ¿Se acuerdan de su primer beso? Ese miedo que sentían pero a la vez la emoción de darlo, ¿recuerdan que era más miedo que felicidad? Todo eso lo causa el amor, por eso no quiero enamorarme. Solo es sufrir y aunque no quiera termino haciéndolo, termino enamorándome. Todo empezó un día cuando tenía 4 años. El primer beso, ingenuo pero el primero en fin. Ya ni lo recuerdo, pero hoy es importante para mí. Desde hace días quería contarles esta parte de mi vida pero me acobardaba porque sabía que se reirían de mí, pero… ¿saben qué? Ya no me importa lo que piensen los demás. Hoy escribo esto para el que quiera entenderme y quizá reírse un poco, pero no para el que quiera burlarse de mis derrotas o mis caídas. Aquel cuento del sapo que se vuelve príncipe al besarlo, o el de la bella y la bestia, o incluso la cenicienta, todos con la misma finalidad aunque no es la misma historia, todos los cuentos quieren meternos en la cabeza que, no importa el físico que tengas, que no importa nada porque siempre vas a encontrar a tu “príncipe azul” si, hay personas que los encuentran, pero no son felices para siempre… Si alguna vez han ido a alguna boda o han oído de eso, sabrán que siempre dicen “hasta que la muerte los separe” y en algunos casos la muerte es un divorcio, ¿o me equivoco? Hoy en día las personas no piensan en nada más que… Ponerse su vestido blanco o tener la maravillosa fiesta, pero no se molestan en que va a pasar luego, luego de todo eso cambia su vida, antes eran una persona, ahora igual solo que está conformado por dos. Vean, empiezo hablando de que el amor es misterioso y termino hablando de bodas. El punto es que… Quiero que lean una historia distinta a las demás. Poco a poco, tras pasan los días y las noches voy entendiendo más lo que es el amor, es solo un sentimiento que me lastima y me hace llorar. ¿Saben cuantas noches en desvelo he pasado llorando mirando a cualquier lado solo pensando en él? Si, en el. Un chico realmente maravilloso y lindo, buenos sentimientos y gustos… Pero alguien como él jamás se fijará en mi, nunca, por más que haga soy fea, y soy una idiota al lado de él. Esta vez me perderé, pero no en su mirada. Ya no seguiré enamorándome, de chicos. Jamás-Dije dirigiéndome decidida a un bosque, ahí hay comida, agua y sobretodo no hay chicos de que enamorarme-¡Ya no caeré en tu trampa Cupido!-Grité apenas llegué al bosque. Ya han pasado tres noches y cuatro días, todo está tranquilo, hay paz y tranquilidad y no me he enamorado ni de una hoja… Esto no podría ser mejor. -----Noche cuatro--------- ¿Qué… Qué fue eso?-Dije al escuchar un fuerte ruido- Hola, ¿qué hace una damita tan sola aquí?-Dijo un hombre atrás de mi. ¿Qué hace atrás de mí? ¡Pervertido! Usted es un pervertido, ¿qué me iba a hacer? ¡Vallase!-dije gritando mientras le pegaba con mi almohada. Vale, vale… Solo digo que una señorita tan linda como usted no debería estar aquí-Dijo el desconocido detrás de mí. ¿Quién le dio el derecho de decirme que hacer? Yo estoy donde quiera, y más le vale no acercarse a mí nunca, pervertido-le dije molesta. El pervertido se fue, pero aun no podía dormir, díganme, ¿Qué pasaría si siguiera dormida? ¡No podré dormir más! Está bien, solo exagero… Han pasado varias noches y nada ha pasado, poco a poco he sobrevivido a la naturaleza pero… No puedo dejar de preocuparme por ese chico, aunque le dije de todo me pregunto ¿por qué estará aquí, qué le habrá pasado para venir aquí? Decidí pasear un día por el gran bosque, quería ver las bellezas y rarezas que éste tiene. Pasé por una cascada maravillosa, y ahí me quedé observando el agua cayendo con fuerza desde una gran roca que estaba ubicada exactamente frente esta belleza natural. De repente suena un ruido, como si hubieran pisado una rama y voltee, pero no había nada así que seguí viendo la cascada. Pasó un rato largo y me bajé de la roca, estaba algo incomoda sentada ahí… Cuando voy caminando siento a alguien que me mira, pero no le presté atención y seguí caminando pensando que era un ave o algo por el estilo, y en un descuido, en menos de un segundo estaba frente a mí, el chico de la otra noche. -Discúlpame si te molesto, ya sé que me dijiste que no me acercara a ti pero… No puedo, quiero preguntarte, ¿por qué estás aquí?- Dijo el chico de lindos ojos café. -Pues, huyo, escapo del drama de la vida… Y ¿qué hay de ti?-pregunté yo. -Pues… digamos que tuve algunos problemas y decidí escapar, se que parece de cobardes pero ya no podía seguir más así-dijo con los ojos a punto de estallar en llanto. -Tranquilo-dije mientras secaba sus lágrimas-Ahora que lo pienso, te juzgue mal-dije. -Y ¿por qué piensas eso?-dijo mientras me miraba -Porque veo que eres un chico muy tierno a pesar de todo, perdona por lo que te dije la otra noche-le dije apartando la mirada -Descuida, oye… ¿Te puedo dar un abrazo? Como amigos-preguntó algo ruborizado. -Em… Sí, claro-dije algo nerviosa mientras él me abrazó. Después de todo paseamos y nos divertimos mucho pero luego era hora de irse, aunque no importaba a donde fuéramos porque nuestro hogar era el bosque, pero nos fuimos. Quizá… Continuará…
