El retratista (Death Note)

El retratista (Death Note)

Mello es un joven pintor de retratos, se gana la vida como puede y enfrenta las complicaciones diarias con un cierto aire de monotonía.

Hasta que un nuevo cliente toca la puerta de su estudio, el cual lo puede hacer ver de una nueva forma su reducido mundo a cada nuevo oleo que pone sobre su caballete...

Presentación del pintor...

Una tarde más en el estudio, se acaba de marchar el protagonista de mi último retrato, un hombre importante de negocios que lo necesita para ponerlo en su gran oficina. Alguien sin importancia verdadera a mi parecer, ni siquiera vale verdaderamente la pena hacerle mención ya que solo una cita más y su pintura queda lista, se la entrego, me paga, se va y no lo vuelvo a ver ni a saber de él. Así de simple es, así siempre es.


Recojo mis pinturas y las pongo en la estantería, muevo a un lado el caballete junto con la pintura para que no ocupe tanto espacio en uno de los dos únicos cuartos disponibles que tengo, este es el estudio y el del otro lado del librero que divide el departamento es mi habitación, no posee más muebles que un catre (lecho de tela o cuerdas entrelazadas) en el piso y una pequeña cómoda donde guardo mi ropa y demás objetos personales. Vivo en el último piso de un edificio de 3 plantas, tengo mi estudio en el ático ya que con lo que gano no he podido pagar nada mejor en esta mísera ciudad.

Ahora que lo pienso no me he presentado aún, bueno pues les aviso que no pienso decirles mi verdadero nombre ya que no lo considero algo clave o que tenga relevancia en mi vida o mi historia, así que simplemente llámenme Mello. Tengo 17 años, seguro que algo joven para vivir solo pensaran ustedes, soy un pintor de retratos y nada más, no gano mucho pero no importa ya que mis gastos son muy reducidos, tengo una vida modesta de la cual se abran percatado ya que como mencione anteriormente, vivo en un ático que rento a una pareja que vive en el primer piso, no conozco a ningún otro inquilino más que de vista en esas de subir y bajar por las escaleras, han de pensar que soy un grosero porque ya nadie me saluda después de que se percataron de que yo jamás les devuelvo la seña, je aunque debo admitir que seguramente tienen razón ya que no me importa ni saludarlos ni lo que piensen de mi. En verdad no me interesesa la opinion que la gente pueda hacerse de mi, si me interesara les hablaria pero son personas muy aburridas y lo que menos quiero es relacionarme con ellos.


Anuncio mi trabajo en el periódico local, está en la sección de anuncios entre las parejas que buscan adoptar y las licuadoras, debajo del cartelito de “si encuentras a mi perrito spunki llama al número…”. Algo es algo, y así si eh logrado conseguir más clientela porque, aunque no lo parezca, la gente en verdad le presta atención a los anuncios de perro perdido y los lee por simple ternura de que una mascota pequeña e inocente se halla extraviado, aunque obviamente no van a prestar más atención a los perros callejeros que se crucen por su camino por si se trata del tal “Spunki”, ¿qué clase de nombre es ese para un perro?.

Retiro todo el sobrante de pintura de la paleta y lavo los pinceles para que no queden rastros de la misma y queden duros, como la última vez que me olvide de limpiarlos. Jalo una mesa plegable, preparo un pan con mermelada y mi chocolatada (leche con chocolate), atraigo una silla hacia mí y empiezo con mi cena, de la cual no me duró mucho el gusto ya que un momento después de que me llevara el primer bocado a la boca alguien tocó a mí puerta, >>¿quién demonios será?<< pienso malhumorado contra el inoportuno que se le ocurrió llamar, ya anocheció y se supone que esta especificado que mi horario de trabajo es de 11 am a 6 pm. Me paso el bocado de un sorbo de mi bebida y me levanto bruscamente a abrir pues vuelven a tocar.

-¡Ya escuche, ya voy!-

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Perdón si les parece algo corto pero este capitulo no me da para más, gracias por leerlo. ^^

att:pintora de muertos

 

Re: El retratista (Death Note)

Mello es un joven pintor de retratos, se gana la vida como puede y enfrenta las complicaciones diarias con un cierto aire de monotonía.

Hasta que un nuevo cliente toca la puerta de su estudio, el cual lo puede hacer ver de una nueva forma su reducido mundo a cada nuevo oleo que pone sobre su caballete...

Nuevo encargo...

...Jalo una mesa plegable, preparo un pan con mermelada y mi chocolatada (leche con chocolate), atraigo una silla hacia mí y empiezo con mi cena, de la cual no me duró mucho el gusto ya que un momento después de que me llevara el primer bocado a la boca alguien tocó a mí puerta, <<¿quién demonios será?>> pienso malhumorado contra el que se le ocurrió llamar, ya anocheció y se supone que esta especificado que mi horario de trabajo es de 11 am a 6 pm. Me paso el bocado de un sorbo de mi bebida y me levanto bruscamente a abrir pues vuelven a tocar.

-¡Ya escuche, ya voy!- Tomo con fuerza el picaporte entre mis dedos <<¡qué molesto, con tocar una vez sé que está ahí, no estoy sordo!>> y abro con brusquedad la puerta para encarar al desesperado e inoportuno que se le ocurrió arruinarme la cena.

-¿Si, en que puedo ayudarle?- Mi tono es casí grosero, es el que uso normalmete cuando no quiero que me hagan perder el tiempo, tiene un aire de seriedad e inteligencia, seguro y entendera a la primera "la indirecta-directa" que trato de mostrarle.

-Quisiera que me hisiera una pintura- me cruzo de brazos y me recargo en el marco de la puerta, enarcando las cejas con un tono ironico <<¿en serio? que mal, crei que venias por el pastel de las 8, que descepción>>

-Lo siento pero no atiendo clientes despues de las 6 pm, vuelva mañana más temprano- Cortantemente le trato de cerrar la puerta en la cara para terminar con esa "amena conversación". Pero me doy cuenta de que metió el pie entre el marco y la puerta.

<<¿Qué "este" no entiende? y creer que hasta me había dado una buena primera impresión>>, vuelvo a abrirle ya con el enojo marcado por todo el rostro, sigue parado ahí, con un gesto impasible en el rostro. No digo nada, dejo que mis ojos de ira lo fulminen y termine por disculparse e irse, como hacen normalmente las personas cuando las miro de este modo dejandome hasta algo complacido; pero este no, no apartó la vista, no se inmutó, no hiso nada. Eso me hace rabiar aún más <<¿Me estas retando imbécil?>>

-No puedo venir más temprano.

-Entonces venga otro día.

-No puedo venir más temprano ningún día.

-¡Entonces busquese a otro que tenga más tiempo!- Otro intento de azotarle el Vete duramente, pero me detiene un brazo antes de que siquiera tomara el picaporte-¡¿Y a ti qué te pasa idiota?!

-Quiero que TU hagas mi retrato- Aún me sostiene por el brazo y mantiene la misma expresión, en cambio a mi me hierve la sangre del coraje aunque tambien me sobresalta un poco lo que dice.

-¿Y por qué yo? ¡Hay otros pintores en esta maldita ciudad! ¿sabías?

-Si, lo sé.

-¿Entonces?- Ya lo habría golpeado de no ser que aún me sostiene, ante lo cual jalo mi brazo y me libero de su agarre, aunque no lo paresca si tiene algo de fuerza. Pero estoy demaciado cabreado como para notar eso, solo sé que un poco más y me le voy a hechar ensima para molerlo a puñetasos, talvez así aprenda a como tratar a las personas- ¡¿Por qué no vas con cualquiera de ellos y dejas de molestarme a mi?!

-Pero los demás que he conocido no son como tú, eh visto tu trabajo y en verdad que me ha gustado mucho. Por eso quiero que hagas mi retrato.

-¡¡¿¿Y QUÉ TE HACE PENSAR QUE YO VOY A ACEPTAR TAN FACILMENTE??!!- A estas alturas ya todo el edificio ha de estar atento a como va a terminar esto, con una pelea o si simplemete me volvere a meter en mi departamento. Si me dieran esa ultima opción la rechazaria con toda seguridad, nadie puede hablarme así y quedarse tan tranquilo.

-...

-...- Me calmo un poco y trato de recuperar un poco la cordura para poder organizar mis pensamientos, me hago un poco para atras, tomo mi taza con la chocolatada y tomo un poco, el chocolate siempre me ayuda. Él voltea a otro lado por primera ve desde que llegó y empieza a jugar a entrelazar sus dedos en un mechon de sus cabellos que sobresalen del sombrero que lleva puesto.

Curioso, hasta ahora me doy cuenta de que lo trae, discretamente le doy una ojeada y lo repaso de la cabeza a los pies y de regreso, en verdad que este tipo es raro y no solo en su actitud, digo ¿qué clase de gente va a ver a un pintor callejero (ese soy yo) vestido con un saco y pantalón de vestir blancos? sobretodo tan elegantes, parecen un poco anticuados y además...¿qué demo...? ¡¿Trae una capa?! ¡Dios santo! Esto ya es exesivo, en verdad que es alguien de lo más que extraño, pero aún así algo en él me llama mucho la atención <<Después de todo podria llegar a ser interesante>> Sonrio para mi mismo, parece que esta perdiendo las esperanzas de que yo acepte pues se prepara para irse, se suelta el cabello y se da la vuelta sin siquiera despedirse.

-Muy bien...¡Lo hare! voy a hacer tu retrato...- le digo (más bien le grito) desde lo alto de las escaleras, escucho como se detiene seguramente igual de sorprendido que yo, retrosede sobre sus propios pasos.

-¿Cuando debo volver para poder empezarlo?- Mantiene la voz neutra al igual que el rostro.

-Mañana...

-En la noche-completa él a su vez. Yo me limito a acentir- ENtonces hasta mañana.

-Adios- Cierro la puerta antes de terminar de despedirme, vuelvo a tomar mi tasa y me acabo su contenido de un trago, para luego ir a mi cuarto y tirarme sobre el catre. Ya no quiero hacer nada, solo quiero dormir. Mañana pensare en lo que debo hacer, pero por ahora, buenas noches...

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Espero que lo hayan disfrutado, creo que en un rato yo tambien me voy a dormir, en verdad espero que les haya gustado y que lo sigan leyendo. Gracias.

Att: Pintora de muertos.

 

Re: El retratista (Death Note)

Mello es un joven pintor de retratos, se gana la vida como puede y enfrenta las complicaciones diarias con un cierto aire de monotonía.

Hasta que un nuevo cliente toca la puerta de su estudio, el cual lo puede hacer ver de una nueva forma su reducido mundo a cada nuevo oleo que pone sobre su caballete...

¡¿Qué tengo YO de especial?!


<<-Muy bien… ¡Lo hare! voy a hacer tu retrato...- le digo (más bien le grito) desde lo alto de las escaleras, escucho como se detiene seguramente igual de sorprendido que yo, retrocede sobre sus propios pasos.

-¿Cuando debo volver para poder empezarlo?- Mantiene la voz neutra al igual que el rostro.

-Mañana...

-En la noche-completa él a su vez. Yo me limito a asentir - Entonces hasta mañana.

-Adiós- Cierro la puerta antes de terminar de despedirme, vuelvo a tomar mi taza y me tomo su contenido de un trago, para luego ir a mi cuarto y tirarme sobre el catre. Ya no quiero hacer nada, sólo quiero dormir. Mañana pensaré en lo que debo hacer, pero por ahora, buenas noches...>>

¿Por qué acepté hacer este trabajo? Digo, el desprecio que me provocó este tipo desde que llegó, es más ¡desde que toco la puerta! creo que en verdad es notorio para cualquiera con ojos, oídos y una pizca de sentido común, y en verdad que me pareció un presumido, arrogante y obstinado de primera al cual estuve a punto de lanzar por las escaleras si su necedad no hacía que se fuera por cuenta propia, entonces… ¿qué me pudo haber hecho acceder en el último momento, justo cuando se marcharía? No fue la seguridad de que volvería cada día al anochecer hasta hartarme y que lo dejara entrar, pues se notaba que era de esa clase de personas que no dejan nada a medias y cuando dicen que harán algo es porque en verdad lo cumplirán y él dijo que volvería…lo dijo ¿no es cierto?

Ahora que me puedo sentar a retomar como desayuno la tostada que deje anoche medio mordida puedo hacer memoria de todo lo que me paso anoche… ¿en verdad lo dijo, que volvería si yo me negaba? Hasta dónde puedo recordar solo me insistió en que yo era el que quería que hiciera su imagen, seguro me dejó esa impresión su insistencia en cuanto a que ningún otro podía hacer su retrato como yo, según él ¿qué carajos le pasa por la cabeza? No soy mejor que los demás, de hecho mis pinturas no son tan buenas como las de otros que he tenido la suerte de conocer…

-¡¿Qué tengo de especial?!-... esperen…. ¿yo? claro que no, él no se refería a mí, el habló de mis trabajos, << -Pero los demás que he conocido no son como tú, he visto tu trabajo y en verdad que me ha gustado mucho. Por eso quiero que hagas mi retrato. >> Eso fue exactamente lo que dijo, pero… –Dios, me lo estoy pensando demasiado ¡es como cualquier otro encargo! Algunas citas y su pintura queda lista, se la entrego, me paga, se va y no lo vuelvo a ver ni a saber de él. Así de simple es, así siempre es…

Quedo pensativo con la mirada perdida en el espacio, viendo la nada. De pronto me descubro pensando en el vacío que existe entre mis clientes y yo, ya que a pesar de que normalmente intento entablar conversación, no me interesa saber nada de ellos. Lo hago más por cortesía que por cualquier otra razón. Pero este “nuevo pedido” ha logrado despertar mi curiosidad, no sé porqué ni me interesa saberlo, solo sé que esto se va a volver…

- Muy interesante…- se me escapa una sonrisa maliciosa, como la de un pequeño que quiere saber que es lo que esconden sus papás en lo alto de la repisa más alta, mejor aún: como la de un niño justo cuando esta por saborear la ultima barra de chocolate que le acaba de arrebatar a su hermano menor, quien no tiene ninguna posibilidad de recuperarla. Adoro las metáforas con barras de chocolate…

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xD Ahí le dejo, espero que les guste y me sigan dejando sus comentarios ¡¡que ayudan a mejorar y seguir!! perdón, creo que este en verdad quedo algo... corto pero ¿qué más da? ¡Spookycookie se ocupo de corregirlo! te lo agradesco mucho che! ¿que haría sin tí? (seria feliz (shhhh) ¬¬ mala (XD para eso estoy)) ok, antes de que mi inner y mi inner-inner se peelen mejor me voy. Bye, por cierto: te odio.


Att: Pintora de muertos

 

Re: El retratista (Death Note)

Mello es un joven pintor de retratos, se gana la vida como puede y enfrenta las complicaciones diarias con un cierto aire de monotonía.

Hasta que un nuevo cliente toca la puerta de su estudio, el cual lo puede hacer ver de una nueva forma su reducido mundo a cada nuevo oleo que pone sobre su caballete...

Primera sesión: el bosquejo y las presentaciones formales

<<-Muy bien… ¡Lo haré! voy a hacer tu retrato...- le digo (más bien le grito) desde lo alto de las escaleras, escucho como se detiene seguramente igual de sorprendido que yo, retrocede sobre sus propios pasos.

-¿Cuando debo volver para poder empezarlo?- Mantiene la voz neutra al igual que el rostro.

-Mañana...

-En la noche-completa él a su vez. Yo me limito a asentir - Entonces hasta mañana…>>


No tengo ni la más remota idea de cómo logré superar la tarde, parecía que nunca iba a anochecer. Sigo sin entender porque estaba tan ansioso de que llegara la hora de empezar a trabajar. De hecho justo hoy fue la última vez que ví a ese idiota egocéntrico con el que pasé las últimas dos semanas, no dejaba de hablar de lo estupendo que es su trabajo y de lo mucho que gana, ¡ah, y eso sin mencionar las 157 veces que me repitió lo maravillosa es su mujer! Ya hasta me siento como si yo fuera el que está casado, hasta me he asomado repetidas veces para comprobar que la rubia oxigenada esa no esté aspirando mi habitación ¡que pesadilla! Seguro y fue esa idea la que me mantuvo distraído para no ver el reloj o asomarme por la ventana para saber si el sol estaba próximo a ocultarse.<div class=" />

Suena el timbre.

-¡¡Voy!!- De un salto llego de mi silla a la entrada; estoy tan ansioso que por poco me quedo con la sonrisa puesta para abrir, no quiero parecer desesperado por ver a esa persona, así que me quedo parado ahí y cuento hasta veinte para tomar el picaporte.

- ¿Sí?

-El lechero ¿me da sus bot…?- No le permito ni terminar la frase, dejándolo con “sus botellas de leche” atorado en la garganta junto con lo que se convertirá seguramente en un moretón en medio de la frente sino se pone un poco de hielo en la nariz aplastada. Eso le pasa por andar alarmando a la gente, creí que se trataba de…

Vuelve a sonar el timbre.

-¡¡ ¿Qué no le cabe en la cabeza que no quiero le…?!!- Ahora soy yo el que se queda con las palabras en la boca, finjo que nada pasa y me cruzo de brazos como si estuviera esperando a otra persona más agradable y me decepcionara verlo parado ahí, con su rostro siempre inexpresivo- Ah…eres tú. –

Un toque de fastidio y una mirada despectiva.

-Sí. ¿Me vas a dejar pasar?- se me escapa un gruñido ronco al tiempo que me hago a un lado para darle oportunidad de entrar.

Se detiene en medio de todo ¿qué es lo que busca? Husmea con la mirada todo el reducido cuarto. Qué molesto.

-¿Esperabas algo así como terciopelo y un diván con uvas? Pues lamento decepcionarte.

-De hecho me parece muy acogedor-

¿Acogedor dice con ese tono tan…frío?

-Acomódate, voy por unas hojas.

-…Gracias.

Me doy la vuelta y tomo de la estantería unos papeles y lápices, tomo mi banco alto y lo acomodo frente al objeto de mi interés, el cual ya se había sentado de una forma muy curiosa en la única silla que guardo para los clientes. Casi automáticamente empiezo a explicarle el procedimiento inicial con el acento de un estudiando repitiendo la lección frente al salón de clases.

-Primero voy a hacer unos bosquejos para poder conocer bien la caída de la mandíbula, la forma de los hombros, las facciones…-

¿En qué tanto piensa? ¿En verdad me esta escuchando? Tiene la vista perdida, oculta bajo el ala del sombrero y juega con un mechón de su cabello.

- ¡Hey! ¿Me oyes?

-Sí- Responde secamente aún sin voltearme a ver.

-¿Entonces por qué no me miras?- Me comienzo a enojar ¿es acaso esa su forma de ignorarme?

-No lo encuentro necesario-

¿No lo encuentras necesario? Me toca responder a mí.

-Si no me ves no podré hacer un buen bosquejo de tu rostro, necesito verlo bien, ver tu boca, tus ojos…uh- No me había dado cuenta pero tiene una mirada muy profunda, como si tuviera la sabiduría de muchos años. Ahora que me doy cuenta es solo un niño, flaco a pesar de que la camisa le queda algo holgada, el saco le resalta un poco la figura. Es albino por lo que puedo ver, no creo que se haya teñido el pelo. Tiene bonito rostro, bien proporcionado y con esos ojos, le queda muy bien esa sombra del fleco sobre ellos. Le da un aire algo…misterioso. Eso fue lo que me hizo querer conocerlo, el misterio que oculta tras ese sobrero de copa baja y la capa blanca.

- Por cierto… no nos hemos presentado correctamente.

Es verdad, en todo ese tiempo no se me había ocurrido preguntarle por su nombre. Supongo que no lo hice porque nunca lo he considerado como una identidad a diferencia de otras personas, que creen que sin un nombre dejas de existir. Yo pienso que mientras existas un nombre es otro modo de clasificarte ¿para qué más puede servir?

-¿Cómo te llamas?

-Es de buena educación decir el nombre propio primero.

-Pero supongo que ya has de saber el mío por el anuncio.

-…

-¿Y bien, no me lo piensas decir? Claro que si no quieres, siempre
te puedo llamar Spunki-

Jejeje, ¿qué clase de nombre es ese? Uno muy ridículo para alguien como él. Le clavo una mirada retadora junto con una leve sonrisa juguetona, pero él sigue igual.

<<¡Qué irritante!><QUE es molesto>>

-Mmm… dado que tú usas un seudónimo creo que yo hare igual, nunca me ha gustado divulgar mi nombre real. Me llamo Near.

Near… procuraré nunca olvidarlo.

-Y… ¿Cuántos años dices tener?

-¿Digo tener?

-Supongo que al igual que no me dices tu nombre no me dirás tu verdadera edad, así que dime lo que quieras. Menos 149 que eso no te lo creeré.

-¿Cuántos me calculas?

-…Dieci…mmm… ¿quince?

-Digamos que sí.

-Mmm…- Que bonita cara, termino de trazar su barbilla en el cuarto dibujo de frente.- ¿Te molestaría girarte un poco? Quisiera hacer un par de trazos de tu perfil.

-…- No responde pero obedece al instante, hago otros tres dibujos sin que ninguno suelte palabra y le pido que se dé la vuelta para hacer de su otro perfil. En realidad todo esto es por completo innecesario, pero no puedo evitar el querer copiar con mi mano su tez tan… perfecta.

-Me tengo que ir ya ¿Terminaste, Mello?- Interrumpe de pronto.

-¿Eh?... ah, sí, claro.- Le respondo con un tono medio ausente, recién sacado de mis pensamientos. No tome conciencia del tiempo que había transcurrido -¿Qué horas serán?- Me sacudo la manga y le hecho una ojeada al reloj: 4:45 AM.

-Es tarde, me voy- Se levanta con elegancia de esa postura con la que se encontraba encaramado en la silla desde hacía más de seis horas. Momento ¿Cómo me pude pasar toda la noche con él? Sobre todo… ¿Dibujándolo? Todo lo sentí como un sueño del que acabo de despertar, pero no… sé cómo no me di cuenta de cómo pasaban las horas que sentí como minutos.

-¿Vas a volver mañana?- Error, corrijo- Digo… para empezar a pintar y recuperar el tiempo perdido- ¿Perdido? Algo me dice que no estuvo del todo desperdiciado.

-Sí… - Dice sosteniendo la puerta con una mano, dándome la espalda y apenas volteando el rostro de perfil, pero mirando al suelo- Mañana por la noche.

-Muy bien, hasta la noche…

Cierra la puerta.

-Near…- Recojo los dibujos del piso y me voy a mi cuarto, nescesito descansar un poco para reponer el sueño. Por algún motivo dejo sus dibujos en el piso… junto a mi cabeza.

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Gracias! muy bien aqui les tengo la conti, espero que les haya gustado, ¡¡el lechero!! ¡¡WAAA!!! Dios, jejeje que mala soy con el pobre, pensaba poner un cartero pero...¡el lechero! xD.
bye!!
nos seguimos leyendo!!
(te odio che)

 

Re: El retratista (Death Note)

hi!!! estoy aqui para agradecerles por sus reviews y por leer esta historia que alimenta mi afición a Near y Mello!!!

bueno lo unico es que voy a resolver algunas cosas:

hise una referencia a eso cuando dice:

no le estaba hablado de usted, se referia a que nescesitaba ver su rostro, por eso luego menciona la boca y los ojos.

Eso es todo ;) solo queria asegurarme de que no hubieran confuciones. Muchas gracias por tus correcciones, en las demás tienes por completo la razón.

Les prometo que mañana o pasado les tendre puesta la conti, hoy mi querida correctora esta de fiesta ¡¡¡y no se aparece para que le mande la conti o para darme el juego de Poisoned!!!

me voy, cuidense mucho y nos seguimos leyendo.

att: Pintora de muertos

 

Re: El retratista (Death Note)

Por la mañana… después de reponer el sueño

Despierto, estoy un poco mareado, me duele la cabeza, me arden los ojos ante la inminente luz del medio día que entra por entre las cortinas. Me siento en la cama y cierro los ojos mientras me froto la nuca.

-Aww, hace mucho que no dormía tan mal… o que por lo menos despertaba tan mal.

Estoy vestido únicamente con mi eterno rosario y unos pantalones flojos hasta la cadera, habría dormido en ropa interior pero me dio no se que ataque de pudor que me hiso ponérmelos pese a que me caía del sueño. Abro un ojo y noto unos papeles en el suelo, estiro una mano para tomarlos mientras que con la otra me tallo los ojos para tratar de despabilarme un poco. ¿Qué demo…?

Son dibujos… de Near…

-¿Qué hacen en mi cuarto?- me pregunto ahogando un bostezo con el dorso de la mano, con aire adormilado.

<<-Sí… - Dice sosteniendo la puerta con una mano, dándome la espalda y apenas volteando el rostro de perfil, pero mirando al suelo- Mañana por la noche.

-Muy bien, hasta la noche…<div class=" />

Cierra la puerta.

-Near…- Recojo los dibujos del piso y me voy a mi cuarto, necesito descansar un poco para reponer el sueño. Por algún motivo dejo sus dibujos en el piso… junto a mi cabeza…>>


Me pongo rojo al instante de recordar aquello y observo entre apenado, sorprendido, y hasta algo asustado de mi mismo esas hojas que marque con mi puño y trazo, y que sostengo entre ambas manos.

Las veo estupefacto, sin poder reaccionar.

3…

2…

1…

-¡¿Qué carajos me pasa?!

Lanzo las hojas lo más fuerte que puedo y me aplasto fuertemente el
rostro con las manos volviendo a caer de espaldas en mi catre. Me revuelco en él, avergonzado. Siento el rostro como un tomate, aprieto los ojos para ignorar como me quema las mejillas.

-No, no, no, no, ¡¡NO!!

<< -Y… ¿Cuántos años dices tener?

…

-¿Cuántos me calculas?

-…Dieci…mmm… ¿quince?

-Digamos que sí.

-Mmm…- Que bonita cara, termino de trazar su barbilla en
el cuarto dibujo de frente.- ¿Te molestaría girarte un poco?
Quisiera hacer un par de trazos de tu perfil.

-…- No responde pero obedece al instante, hago otros tres dibujos sin que ninguno suelte palabra y le pido que se dé la vuelta para hacer de su otro perfil. En realidad todo esto es por completo innecesario, pero no puedo evitar el querer copiar con mi mano su tez tan… perfecta…>>

-¡¡¡Ya basta!!!

Me incorporo de un salto, ya es suficiente. Tengo que salir, estar encerrado en este lugar me va hacer daño. Me pongo una camisa negra sin mangas y de cierre que tengo a la mano y una chamarra (últimamente ha hecho mucho frio, se nota que ya estamos en invierno), me calzo los zapatos, los pantalones no importan. Salgo a toda prisa de la habitación, pero justo antes de salir por completo, en un instante casi involuntariamente me detengo, apenas volviendo un poco la vista mis ojos se topa con aquellos bosquejos una vez más. Se me ruboriza el rostro nuevamente, sacudo un poco la cabeza en un inútil intento de sacármelos de la mente mientras salgo corriendo del departamento, azoto la puerta tras de mí, le echo cerrojo y bajo “como alma que lleva el diablo” del edificio.

Al fin fuera, un suspiro de alivio.

Comienzo a caminar, lo mejor es permitirle a mi mente divagar un poco en cosas superfluas para poder tranquilizarme. Sigo teniendo el bochorno marcado en el rostro, lo puedo sentir. Una brisa pasa y me hela el rostro. Apenas di unos cuantos pasos fuera y ya pasaron a mi lado un par de perros callejeros, esqueléticos y sarnosos ¿para qué la gente compra mascotas que terminaran en lugares como este? ¡Pero siempre esta esa maldita necesidad de estarlos cruzando para traer más al mundo. El cerebro de demasiados se ha convertido en una maldita porquería materialista e insensible.

Cierro los ojos e inhalo profundamente el aire matutino, intento ignorar el pútrido aroma de las cloacas, sin mucho éxito. El olor a una ciudad podrida hasta las entrañas. Sigo caminando por la sucia acera. Claro, todo está sucio en esta mierda en la que vivo, pero ¿Qué importa, verdad? Mientras los que tengan dinero lo puedan esconder quitándole importancia o tirándolo de ficción ¿A quién le va a interesa?

Sigo hasta llegar a un puesto de periódicos, compro un par de revistas sin siquiera fijarme en los títulos o en la portada ¿qué más da? Solo quiero distraer mi mente un poco. El parque queda a tres cuadras, en el camino haya hay una tienda y según recuerdo, ahí es donde venden mis chocolates favoritos, un par de barras de esas delicias seguro me tranquilizaran.

Reviso los títulos de lo que compre, mínimamente debo saber en que me gaste media quincena. ¡¡¡¡¡MIERDA!!!! Justamente tenía que ser ¡esto! ¿Qué no pude haber tomado cualquier otra cosa? Tiro las revistas en el cesto de basura más cercano, meto las manos en los bolsillos de la chamarra. Doy un par de pasos pero al tercero me arrepiento y regreso a sacar con un rápido movimiento aquellas porquerías de papel con tinta del basurero.

Paso frente a un café, algo vacío. Me quedo mirando a las pocas personas a través de la ventana, cuando de pronto comienza a llover y casi automáticamente mis pies me llevaron dentro, a resguardarme, sentándome en una mesa libre al fondo.

La sonriente mesera se me acerca y me pregunta por lo que voy a tomar. Bueno, pues si ya entre, lo mejor o más apropiado seria pedir algo. Le indico algo al azar en la carta que me ofrece. Se va con una nota de coquetería que ignoro en el "Sí señor, en un momento se lo traigo"<SÍ señor traigo, lo se momento un traigo<EN en señor,> y se marcho. No alcanzo a ver el exagerado movimiento de caderas que hacia al alejarse pues al instante baje la vista a la mesa vieja y gastada.

Sin prestar demasiada atención en nada especial, saco nuevamente una de las revistas y comencé a hojearla por pasar el rato.

-¿Te puedo acompañar?

Una voz conocida.

-… - Le hago un ademán con la mano ofreciéndole la silla vacante.

-¿Qué monzón nos ha tocado, eh?

-Si…- Le respondo distraído.

-… y… ¿de qué trata esa revista?...¿Está interesante?

-La verdad, no lo sé- La guardo nuevamente dentro de mi chamarra.

-¿Qué tal te ha ido con las ventas? Por la temporada creo que a la gente le da más por irse a retratar.

-De hecho todavía no me ha llegado esa clase de gente, aún.

-Jejeje, ¿entonces que te ha traído el invierno aparte de frio?- Me pregunta divertido acomodándose en la minúscula silla de café.

-Un nuevo cliente.

-¿Otro arrogante, presumido, narcisista y egocéntrico?

-Algo así…

-¿Cómo que algo así?- Empieza a interesarse

-Pues… no sé…- Fijo la vista en una parte del techo que no puedo ver.

-Me empiezas a asustar, tu nunca hablas así de tus clientes.- Se recarga sobre le mesa para acercárseme más y mostrarse teatralmente acongojado.

-No sé…ese chico es muy… raro...

-Espera… ¿un chico? ¿De qué edad?- Se interesó más por donde se encaminaban las cosas.

-15… ¿importa?- Trato de restarle importancia al asunto.

-Que raro que un niño valla a pedirte que lo retatres.

-Si...

-¿Lo acompañaban sus padres?

-No, desde la primera vez llego solo y se fue igual.

-Mmm...¿Cómo es?

-¿Eh?

-Físicamente, me refiero.

-Más bajo que yo, albino, ojos negros … -Me lo pienso un momento recordando cómo me había ensimismado al dibujar sus profundos ojos.

-¡Eh!- Me llamo la atención para evitar que siguiera divagando e ignorándolo.

-¿Qué?

-¿Sabes qué pienso?

-No lo digas, no quiero escucharte.

-Me respondiste muy rapido ambas preguntas…- Su tono mostraba un sobre entendimiento jugeton de las cosas.

-Callate...

-Yo creo que la verdad, tu...

-¡Cállate de una vez si no quieres recibir un golpe en el hocico, Matt!- Eleve el tomo de voz, golpeando levemente la mesa con el puño cerrado.

-¿Pasa algo?- Preguntó tímidamente la mesera con la bandeja entre las manos.

-Para nada…- Me siento nuevamente en mi lugar.

-Muy bien…- Deja una taza de capuchino frente a mí y baja la bandeja, recargándola en su delantal gris- Si necesitan algo más solo llámenme.

-Si, gracias- La despido con la voz fría y dura, sin voltear la mirada asesina que le tenia clavada a mi acompañante.
Ella duda un poco, le lanza una mirada de prevención con el que compartía la mesa y luego de que este le guiñara un ojo con complicidad se fue.

-¿Ves, Mello? Asustas a la gente.

-Como si me importara.

-¿Y a qué viene ese mal carácter?

-¿Y a qué vienen tantas preguntas?

-¡Touche!

-…- suspiro- ¿y qué ha sido de ti en los últimos tiempos, Matt?


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eso es todo por ahora, les ruego que disculpen la demora. Entre en examenes y tenia muchos proyectos que entregar. Sé que no es excusa pero espero me perdonen y me sigan leyendo, y posteando. Muchas gracias.

(advertencia: Este capitulo no recivio la devida revición por lo que puede haber un exaso de faltas ortografias. Se les suplica no tener una conmoción nervisa por tal homisidio de la lengua española)

att: Pintora de muertos.

 

Re: El retratista (Death Note)

Conversación en el café… con Matt
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-¿Te puedo acompañar?

Una voz conocida.

-… - Le hago un ademán con la mano ofreciéndole la silla vacante.

-¿Qué monzón nos ha tocado, eh?

-Si…- Le respondo distraído.

-… y… ¿de qué trata esa revista?...¿Está interesante?

-La verdad, no lo sé- La guardo nuevamente dentro de mi chamarra.

-¿Qué tal te ha ido con las ventas? Por la temporada creo que a la gente le da más por irse a retratar.

-De hecho todavía no me ha llegado esa clase de gente, aún.

-Jejeje, ¿entonces que te ha traído el invierno aparte de frio?- Me pregunta divertido acomodándose en la minúscula silla de café.

-Un nuevo cliente.

-¿Otro arrogante, presumido, narcisista y egocéntrico?

-Algo así…

-¿Cómo que algo así?- Empieza a interesarse

-Pues… no sé…- Fijo la vista en una parte del techo que no puedo ver.

-Me empiezas a asustar, tu nunca hablas así de tus clientes.- Se recarga sobre le mesa para acercárseme más y mostrarse teatralmente acongojado.

-No sé…ese chico es muy… raro...

-Espera… ¿un chico? ¿De qué edad?- Se interesó más por donde se encaminaban las cosas.

-15… ¿importa?- Trato de restarle importancia al asunto.

-¿Cómo es?

-¿Eh?

-Físicamente, me refiero.

-Más bajo que yo, albino, ojos negros … -Me lo pienso un momento recordando cómo me había ensimismado al dibujar sus profundos ojos.

-¡Eh!- Me llamo la atención para evitar que siguiera divagando e ignorándolo.

-¿Qué?

-¿Sabes qué pienso?

-No lo digas, no quiero escucharte.

-Yo creo que tu…

-¡Cállate de una vez si no quieres recibir un golpe en el hocico, Matt!- Eleve el tomo de voz, golpeando levemente la mesa con el puño cerrado.

-¿Pasa algo?- Preguntó tímidamente la mesera con la bandeja entre las manos.

-Para nada…- Me siento nuevamente en mi lugar.

-Muy bien…- Deja una taza de capuchino frente a mí y baja la bandeja, recargándola en su delantal gris- Si necesitan algo más solo llámenme.

-Si, gracias- La despido con la voz fría y dura, sin voltear la mirada asesina que le tenía clavada a mi acompañante.

Ella duda un poco, le lanza una mirada de prevención con el que compartía la mesa y luego de que este le guiñara un ojo con complicidad se fue.

-¿Ves, Mello? Asustas a la gente.

-Como si me importara.

-¿Y a qué viene ese mal carácter?

-¿Y a qué vienen tantas preguntas?

-¡Touche!

-…- suspiro- ¿y qué ha sido de ti en los últimos tiempos, Matt?

-Mmm…. –Finge meditar un rato antes de responderme- Pues… lo mismo de siempre… ya sabes, lo normal.

-Hacerle el trabajo sucio a otros y pedir recompensa por mancharte las manos en su lugar.

-Es una forma de verlo…- Dio otra calada a su cigarro y luego me miro de reojo y preguntó inquisitivo- y… sobre ese chico… ¿cómo se llama?

-¿Vas a seguir con eso?- Le mostré mi fastidio.

-Eso no responde a mi pregunta.

-Mhp… no lo sé…

-¿No lo sabes?- Preguntó incrédulo.

-Me dijo que le llamara Near, no me quiso decir su verdadero nombre ya que yo tampoco le dije el mío.

-¡Uy, al fin alguien que te la lleva pareja! ¿eh, Mello? Jejeje.

-Si… supongo que le gusta estar en igualdad de circunstancias… no es más que un crío consentido y creído… -Jugueteo con la taza entre mis manos y tomó un sorbo de café. Todo sin levantar la vista de la bebida.

-Mhp… Jamás te había oído hablar de una forma semejante sobre uno de tus clientes y ahora veo la razón…

-…- Levanto la mirada y recargo el rostro sobre una mano mientras él me sigue hablando.

-Estas interesado en él. Eres un pervertido, Mello.

-¡¿Qué carajos te pasa?! ¡¿Estás loco o qué?!- Volví a alzar la voz pero al momento normalicé el tono pues la camarera nos volteo a ver asustada junto con el anciano del periódico que se sentaba frente a nosotros.

-Algo, pero eso no cambia el hecho de que ese muchachito haya despertado tu interés.

-No me molestes… solo me da algo de curiosidad y nada más, pero eso no quita que ya lo detesto, desde el momento en que toco a mí puerta.

-Bien dicen que “del odio al amor hay solo un paso”… - Recita divertido con su simpática sonrisa socarrona con el cigarro de lado.

-Olvídalo, es imposible habar contigo.

-¡Sólo quiero que aceptes que te ha gustado y te quisieras algo con él!

-¡Eres un maldito depravado Matt!- Me levanto de mi asiento, saco algo de dinero y lo dejo en la mesa para luego salir del café, ignorando las disculpas entre risas que me pide para que volviese con él y siguiésemos hablando pues la tormenta aún no había cesado, un sin mover un sólo músculo más que la lengua para detenerme.

Me detengo un instante a unos cuantos pasos de la puerta antes de marcharme para decirle una última cosa, para que tenga algo en que pensar durante un rato y que se calle la boca:

-En verdad es extraño, insiste en sólo ir de noche. Cuando se pone el sol llega y antes del amanecer se marcha. No tengo idea de lo que haga durante todo el día siendo tan joven y con esa actitud que tiene, me resulta interesante y me intriga, es todo lo que quiero saber…

Tengo que comprar un chocolate cuanto antes… esos ojos oscuros… fríos… inmaduros… profundos… indiferentes…¡¡Tengo que sacármelos de la mente!!

Acelero el paso como queriendo escapar del aguacero resguardándome en una la tienda. Entro y exijo un chocolate, completamente dominado por las ansias. En cuanto me entregan el dulce le dejo el dinero (si es que todavía se le puede llamar así al azotar la moneda contra el mostrador) y salgo casi corriendo hacia el parque arrancando la envoltura lo más rápido posible para arrancarle una mordida con urgencia.

Me dejo caer en una banca disfrutando el bocado con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás sobre el respaldo. Dejando que me empapen el rostro las gotas de lluvia. Llega otra corriente helada que se me estampa en el rostro cómo una bofetada, dejándome las mejillas cortadas por el frío en el agua... me arden. Me toco la zona adolorida con las yemas recordando algo en que aún no había pensado… ¡Justo lo que necesito para distraerme!…

Una ancha sonrisa me ilumina el rostro mientras me levanto la manga y con la uña del índice me dibujo una línea roja en la piel mojada y otra, otra, otra… en cada una ejerzo más fuerza que la anterior para causarme un daño más profundo… y delicioso…

Después de dejarme el brazo por completo irritado logro con un último arañazo hacer que la piel ceda y un hilito rojo se abra paso en la piel pero sin desbordarse por las gotas de lluvia… como me hubiera gustado…

Levanto el brazo acercándolo a mi rostro… con la lengua limpio aquella línea, una sola probada… sangre y chocolate… una mezcla exquisita…

Me acomodo la ropa cubriendo con la manga el brazo lacerado y me voy de regreso a mi apartamento tranquilo y por completo empapado, pero sin importarme mi condición en absoluto… no pienso…sólo siento la boca, con un sabor entre los labios, curvados en una media sonrisa.

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Esto no es un sueño, es más bien... un milagro... subi la conti...
^-^ hola a todas y feliz año nuevo!! que este lleno de felicidad y que se les complan todos sus metas, propositos y sueños.

adios, les deceo solo lo mejor
Att: Pintora de Muertos