Cuento Popular El ratón y el león [Agosto te desafía]

Un día en la selva el león se encontraba comiendo tacañamente unas apetitosas uvas, en lo que un pequeño ratón llega a escena.

—¡Oh, por favor león! ¿me puedes convidar un poco de tus uvas? — exclamo el pequeño animal al gigante felino.

—¿De mis uvas? ¿A ti? ¿Y porque yo, el gran rey de la selva, le debe dar uvas a un insignificante ser como tú mis deliciosas uvas?— pregunto soberbio el león.

—¡Por favor! ¡te lo devolveré algún día! —le rogó el ratón que estaba muy hambriento.

— ¡Ja! Si claro, tu, el ser más insignificante de la selva, ¿Devolverme algo a mí? ¿El animal más fuerte de este lugar? Estoy que te creo — dijo ya sin paciencia, y le dio un zarpazo que el pequeño roedor que logro esquivarlo.

— ¿Sabes? Un día necesitaras la ayuda de alguien ¿y que va a pasar? ¡Nadie estará para ayudarte, por qué crees poder con todo tu solo! — le comento enojado el ratón, pero a la vez triste por lo solitario que llegaba a ser el león por su actitud, aunque el león no tomara en cuenta sus palabras.

Un día normal como cualquier otro el león se dirigió a las afuera de la selva, estaba aburrido y buscaba que hacer, tal vez asustar a los pequeños animales del lugar, y estaba buscando a la presa de sus bromas cuando, sin previo aviso, ¡Frush! ¡El león quedo completamente enredado en unas gruesas sogas! ¡Había caído en la trampa de algún cazador! Desesperado se sacudió todo lo que pudo, pero esto solo lo hacía enredarse más, también trato de morderlas, pero solo se le colaban en sus grandes fauces sin lograr romperlas, y no podía rasgarlas de un zarpazo si apenas movía la patas, y entonces, paso lo que nunca había pasado.

— ¡Ayuda! ¡Ayuda! — gritaba desesperado el león por no saber lo que pasaría si el dueño de la trampa llegaba a encontrarlo, pero parecía que ninguno de los animales de la selva llegaba a su ayuda, algunos por miedo, otros por el desagrado que le tenían, aun que aún quedaba alguien valiente y de un corazón sin rencores, que, al escuchar el rugido del león, no dudo en correr, y ese era el pequeño ratón.

—Jajaja, ¡lo sabía! ¡pero mira que asustado te vez! — aprovecho de burlarse un poco el ratón al ver acomplejado al gran e invencible "rey" de la selva — bueno, manos a la obra, y espero que hayas aprendido tu lección — comento el roedor antes de empezar, con sus afilados dientes, a morder las gruesas sogas, y después de media hora, el león pudo zafarse. Se estiro, di un suspiro, y miro arrepentido al ratón.

— Lo siento por lo de antes, fui un tacaño — dijo el león.

— no te preocupes, la bueno es que llegue a tiempo — Le contesto el ratón, el único animal que fue a su ayuda a pesar de lo mal que lo trató.

Y desde ese entonces el león es amigo del ratón, que le enseño variedad de virtudes... Y claro, no le ruge ni a una hormiga.

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Bueno, esta es una fabula que leí en un libro que tiene variedad de cuantos clásicos, y una de los que recuerdo mejor, aparte de que me gusta la moraleja de no discriminar a las personas, porque uno tampoco es perfecto y todos se pueden ayudar entre todos. La narración creo que es completamente diferente a la original que leí yo, se puede decir que tienen mi toque, que no se si quedara bien. Esto es para agosto te desafía, si, recién logro cumplir uno de los retos (se esconde).
Si me ven una falta ortográfica, feliz si me la dice, y si me explican el porque, mejor, así aprendo mejor, aunque sea flojo de mi parte, consejos también son bienvenidos,gracias por leer.