One-shot de Pokémon - El principio de nuestra historia (Advanceshipping)

En un día por la mañana el cual no me acuerdo de su nombre, me había despertado en mi habitación, me sentía distinto en ese entonces, quizá podría decirse que fue por la comodidad de estar en mi casa tras la liga Sinnoh, pero esa solo era una suposición, la verdad era que desde mi ultimo viaje no había podido sacar de mi mente a esos inolvidables ojos Zafiro que se presentaron anteriormente en la copa Wallace.

Teniendo todo esto en mente sentí que algo debía hacer, o más bien decirle lo que pensaba, así que tomé mi mochila y acompañado por mi amigo Pikachu me embarqué en un nuevo viaje para decirle lo que siento, sin pensar en el rechazo, o alguna otra posibilidad de que esto termine mal, después de todo... dicen que renunciar a la idea de ganar antes de empezar equivale a perder sin pelear, sin duda... una frase bastante lógica para mi.

Bueno, luego de que abandoné Pueblo Paleta fui hacia el puerto más sercano, pero antes de llegar pasé por ciudad Plateada, esto dio que me cruzara en la calle por mi amigo Brock el cual cargaba un par de bolsas de compras.

—Hola Brock. —Le saludé yo a él sonriendo.

—Hola Ash, ¿te vas de viaje otra vez? —Me preguntó a lo que desvié un poco mi mirada.

—Em... sí, algo así. —Contesté un poco nervioso y levemente sonrojado.

—Ya veo. —Dijo tras comprenderlo todo mágicamente, como si de un experto nivel Arceus se tratara—. ¿Y quién es la afortunada?

Entonces sin contestarle puse la mano en mi bolsillo y le mostré el medio liston, con eso la respuesta era más que clara.

—Por alguna razón debo decir que no me sorprende, pero no te quitaré más tiempo, te deseo mucha suerte con ella. —Terminó por decirme Brock sonriendo.

—Gracias, también espero que me vaya bien. —Dije enseguida de estrecharle la mano y volver a separarme de él.

Continué caminando un poco más hasta llegar al puerto, al estar ya ahí compré un boleto y abordé el barco que me llevaría hacia mi destino, la región Hoenn.

Durante la ida estaba yo acostado en mi camerino mientras pensaba en los viejos tiempos que ya había vivido con ella, mi antigua discípula, incluso hasta tuve un sueño tras dormirme al rato...

En mi mente pasaba que me ubicaba en su casa ya de salida, para seguir con mi viaje, pero con su compañía, hasta que vi que su hermano menor se nos quiso unir, realmente el niño de nombre Max no tenía una personalidad que me desagradara, pero ahora que lo pienso... si de una historia se tratara todo esto... pues él no sería más que un personaje de relleno a mi parecer, ya que no tenía nada de relevante en mi humilde opinión.

Luego que me desperté de ese corto sueño me di cuenta de que el barco estaba por llegar a su destino, ya al hacerlo yo y el resto de los pasajeros decendimos de él para así seguir nuestro camino.

Un poco más de tiempo se me consumió hasta que al fin llegué a su ciudad, pero aún de camino hacia su hogar me topé con alguien del pasado.

—Hola. —Le saludé yo a él, a Drew, pero este no parecía verse de buen humor.

—No lo entiendo, soy más fuerte que tu, y aún así... ella... ella te... —Decía aparentemente enojado por razones que desconocía.

—¿De qué me hablas? —Le pregunté confundido.

—¡Tengamos una batalla, ahora! —Me retó apuntandome con una pokebola que sostenía en su mano.

Nunca fui del tipo que rechazara una batalla, pero siendo honesto... en ese momento no estaba con todos los ánimos para ello, de ahí pasé a preguntarme si debería de sacar a mi Infernape y terminar rápido con esto, pues mi creencia era que él presentaría a su Pokémon principal y así la ventaja sería toda mía.

—Roserade, yo te elijo. —Sacó como me esperaba a su tipo planta.

—Bien, parece que no tengo opción, ve Pikachu. —Así lo dije mi amigo fue hacia adelante.

A pesar de que iba por mi tipo fuego, decidí usar a mi principal de igual forma, para que luego no hubiera quejas.

Un largo rato fue el que duró la pelea, pero al final el ganador no se decidió.

—¡Regrésa Pikachu! —Fue la orden que le di y así lo hizo, regresó.

—¿Qué, por qué te retiras? —Me preguntó un poco molesto.

—Ambos Pokémon son muy fuertes, y si continuamos con esto probablemente sería un empate, luego tendríamos que salír a buscar un Centro Pokémon. —Expliqué según mi parecer.

Tras esas palabras mi Pikachu se sube a mi hombro y yo camino hacia él y me detengo en frente suyo.

—Mira, la verdad no entiendo por qué me retaste a un duelo, pero al parecer te pasa algo conmigo, yo... realmente no me acuerdo de haberte hecho algo tan malo, pero si así fue... por favor... perdóname, y volvamos a batallar nuevamente en otra ocasión, ¿sí? — Le sonreí alzándole la mano para que él me la estrechara.

A pesar de que mis palabras no parecían muy impactantes... por alguna razón su expresión facial fue cambiada lentamente, desde una seria hasta un leve sonriso.

—Ahora lo entiendo. —Dijo en voz baja para así cruzar a mi lado y darme la espalda—. Quizá sea yo el que deba disculparme.

—¿Cómo? —Le pregunté confundido.

—Olvídalo, y adiós. —Me dijo de buena forma y se marchó, sin mirar atrás, entonces terminé por hacer lo mismo, seguí mi camino.

Poco era lo que me faltaba para llegar a su casa, pues ya comenzaba a verla desde lejos, aunque... por alguna razón miré hacia el cielo y este en plena tarde parecía que en cualquier momento iba a comenzar con la lluvia, así que apresuré el paso y llegué rápidamente a su casa, ya estando ahí golpeé la puerta.

—''Espero que haya alguien''. —Pensé en ese instante ya que nadie me había abierto la puerta aún, hasta que...

—¿Si? Ah, hola Ash, eres tú, que sorpresa. —Dijo Caroline al verme.

—Hola señora, ¿cómo le va?

—Bien, gracias, y veo que llegas justo a tiempo. —Dice mirando hacia arriba y luego hacia mi—. Ven, pasa.

—Sí, con permiso. —Dije ya avanzando hacia adentro, ya que al fin y acabo justo había comenzado a llover.

Ya adentro nos dirigimos a la sala.

—Buenas tardes señor. —Saludé a Norman el cual estaba sentado en el sofá leyendo el diario.

—Hola Ash, que sorpresa. —Dijo cerrandolo, y haciendolo a un lado. —Toma asiento.

Ya sentado como me lo ofreció nos pusimos a conversar.

—Y... ¿qué te trae por aquí muchacho? —Me preguntó Norman, seguramente ''su hija'' era la respuesta más sincera que le pude haber dado, pero no la indicada, así que opté por decirle otra cosa.

—Esto... vine de visita. —Fue mi respuesta improvisada.

—Ah, ya veo.

—¿Y cómo le va con el gimnasio Señor?

—Dime ''Norman'', y bien, aunque, ultimamente los retadores que llegan son algo débiles en comparación a alguien que conozco. —Mencionó esto guiñandome el ojo.

En ese momento solo sonreí mirando hacia abajo, rascandome levemente la nuca y sin saber que decir, hasta que intervino Caroline.

—Por cierto, May y Max están arriba en sus habitaciones, puedes ir a verlos si quieres.

—Sí, gracias. —Le dije a la señora, luego miré a Norman. —Con su permiso. —Hice una ligera reverencia hacia él y me fui de ahí, dejando mi mochila en donde estaba sentado.

Al subir las escaleras me encontraba en el pasillo del segundo piso, entonces me dirigí hacia la habitación de ella, pero antes pasé por la de Max, miré hacia la puerta y pensé en saludarlo, pero lo terminé dejando para después.

Luego ya estando al frente de su puerta simplemente la golpee.

—Está abierta. —Se escuchó desde el interior, quizá refiriéndose a que no estaba trancada.

Siendo ese el caso puse mi mano sobre la perilla y la giré un poco, para así abrir e ingresar adentro.

Ya al entrar vi como ella estaba sentada en su cama con su diario escribiendo, hasta que la interrumpí con un sencillo saludo.

—Hola May.

—¿Qué, Ash? —Parecía sorprendida.

—Ha pasado tiempo desde que nos vimos ¿no? —Le dije, viendo como ella lo cerró e hizo a un lado junto al bolígrafo, para así ponerse de pié.

—Sí, es verdad. —Contestó sonriendo—. Por cierto... ¿a qué se debe tu visita, piensas viajar por Hoenn de nuevo?

—Em... no realmente. —Desvié mi sonrojada mirada hacia otro lado, creando confusión en ella.

Debido a esa acción me había percatado de un estuche de color azul sobre su mesa de luz, así que me acerqué y lo tomé.

—Listones de Johto. —Mencioné viendo su interior.

—Sí... —Dijo May ya a mi lado, —Hace mucho que lo conseguimos.

—¿Eh, a qué te refieres? —Pregunté confuso, hasta que ella se dió la vuelta, puso su mano bajo la almohada y de ahí me mostró lo que había tomado.

—Jamás lo hubiera logrado sin antes conocerte. —Sonrió fijando la vista en su mitad, cosa que me motivó a hacer lo mismo.

>>Veo que continúas cargandolo, me pregúnto por qué lo haces. —Cuestonó al ver que le había mostrado mi parte.

—Bueno... eso es porque... tambien lo considero como un recuerdo especial sobre nuestro viaje, pero sobre todo... me recuerda a ti, a alguien... que no quisiera olvidar jamás, por esa razón siempre lo llevo conmigo, creo que eso responde tu pregunta ¿no? —Le contesté con cierto aire de valentía.

Ante mi respuesta ella solo se me había quedado viendo en silencio, con un notable sonrojo en sí misma.

>>May, ¿estás bien?

—S-sí, es solo... que estoy algo sorprendida, nada más. —Contestó desviando un poco su mirada al igual que yo al principio.

—Sabes, al entrar aquí a tu cuarto... una de las pregúntas que me hiciste fue ''a que se debía mi visita'', y la respuesta es... a ti, nada más, creo que al final preferí venir a verte... que solo recordarte a travez del liston. —Levemente me sonrojé tras decir esto, al igual que ella.

—¿Tanto... tanto así te valgo...para que me quieras tener siempre en tu mente? —Con un poco de valor fijó su vista en mi.

Entonces sin contestarle tomé una ruta diferente.

>>Ash. —Susurró mi nombre por aquél abrazo que me atreví a darle.

—Sí, y perdoname que te sea algo directo, pero debo decirtelo, tu... de verdad me gustas.

En ese mismo acto no solo mis brazos eran los que la envolvían, si no que los suyos tambien pasaron a envolverme a mi.

>>May. —Pasé yo a susurrar su nombre, algo sorprendido.

—Sabes... jamás me imaginé que estaríamos así como ahora, siempre te he visto darlo todo y prestarle atención a otras cosas, creo que es por eso que nunca pude verte como algo más que un amigo... hasta hace poco tiempo atrás. —El abrazo aún seguía firme. —Pero, si quieres una respuesta entonces te la daré, Ash, tu... tu tambien me gustas.

En ese momento di por hecho que había concluído con todo ese drama, realmente había valído la pena el esfuerzo que hice, tanto el fisico como para llegar hasta ahí, y el mental como para decirle cosas que ni yo me imaginaba que le diría a una chica.

—Entonces... —Decía May durante el abrazo que aún no terminaba. —¿Serías a partir de ahora... mi Ashy?

—Eso si prometes no decirme así en frente de los demás, es algo vergonzóso, ¿sabes?

—Pues... no, no hay trato. —Frente a su alegre actitud me resigné a aceptarlo todo, para así dar inicio a lo que estaba por venir.

Lentamente nuestros rostros fueron deshaciéndose de cada centimetro que los separaba, para finalmente terminar juntos... en aquel largo y significativo beso.

Y de esa forma dimos inicio a nuestra relación, cosa que comenzó siendo secreta por motivos de fuerza mayor, como la de Norman complicando por su hija, la diferencia de edad y eso, pero bueno, los dramas a parte, ah, y tambien de ahí en delante viajaríamos juntos por el mundo sin otras preocupaciónes, solos yo y ella, creo que un mejor final para mí no hubo, o quien sabe, puede que en algún tipo de universo alterno lo haya, solo... tal vez.

Fin.