Romántico El primer y más grande amor

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Gedith, 10 Enero 2016.

Cargando...
  1.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1507
    Era la última noche antes de regresar a la escuela. Cristy había decidido que éste sería su año, era el último que pasaría con sus amigas y aunque tenía mucha gente a su alrededor que la quería mucho, sentía que le faltaba algo. Esa persona especial que la acompañara a casa después de la escuela, que le dijera una y mil veces "Eres mi chica".

    Bajo el cielo estrellado, sentada en una banca debajo de aquel árbol de mamoncillo, grande y de ramas fuertes que era su favorito para pensar en momentos difíciles; ella pedía con los ojos cerrados y los dedos cruzados que esa persona especial, por fin llegara a su vida.

    -¡Cristela levántate ya, tienes que ir a la escuela!- decía la anciana mientras abría la puerta de la habitación.

    -¡Ya estoy lista abuela!- decía alegremente mientras terminaba de arreglarse la camisa frente al espejo- No hace falta que grites. ¡Mírame ¿Qué tal me veo?!- dando vueltas para que su abuela la viera.

    -Estás preciosa hijita. Este año de seguro arrasarás con los chicos- decía muy alegre la anciana, mirándola con mucho amor mientras le abría los brazos esperando un fuerte abrazo.

    -Ay, gracias abuela. Tú siempre me das ánimos- la abrazó con fuerza y le dio un dulce beso en la mejilla. La cogió de los hombros y bajaron al comedor para desayunar antes de partir.

    Esperó como siempre en el paradero el bus que la llevaría directo a la escuela. Se sentó junto a la ventana por que era un día muy caluroso y necesitaba un poco de aire para refrescarse. Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se fijó en el pequeño detalle de que junto a ella se acababa de sentar un chico.

    -¡Hey!, ¿Por qué no recoges tu cabello? Me estás incomodando- dijo el chico un poco molesto.

    -¡Ay, lo siento!, No me di cuenta- cogió su cabello con ambas manos y se hizo una coleta al lado.

    -¡Por dios que vergüenza!- pensaba cerrando los ojos y mirando de reojo al chico.

    -No sé cómo me dejé convencer de subir a esta… cafetera- miró despectivamente a todos lados, para luego acomodarse en el asiento.

    Cristy se dio cuenta que él estaba incómodo, sus piernas chocaban con el asiento delantero y eso le molestaba aún más. Miró su cara y vio que el chico era guapo, nariz romana, cabello castaño claro, la piel bronceada por el inclemente sol que había azotado la ciudad hasta el momento y unos labios muy apetecibles. No podía ver sus ojos porque llevaba unas gafas de sol que ocultaban parte de su rostro.

    El bus se detuvo y empezaron a bajar los escolares. Quiso levantarse de su asiento para bajar pero su compañero ocasional se había quedado dormido y no se había dado cuenta que habían llegado. Cristy lo movió un poco para que despertara.

    -¡Hey, ya llegamos!- el chico abrió los ojos y se levantó de un salto. Sin mirar atrás bajó del bus y se fue tranquilamente hacia la entrada principal de la escuela.

    Cristy lo seguía con la mirada. Era un poco más alto que ella, su manera de caminar era diferente a la de los otros chicos. Casi modelaba a cada paso que daba, las chicas que lo veían pasar, se quedaban bobas al verlo, murmuraban a su paso y el chico nuevo sonreía al darse cuenta que llamaba la atención de todos. Hombres y mujeres lo observaban, era la comidilla el primer día de clases.

    -¡¡Cristy!!- escuchó unos metros más adelante- ¡Cris, Cris aquí!- decían una vez más. Miró con atención y vio a tres revoltosas chicas que se acercaban corriendo a recibirla con los brazos abiertos.

    -¡¡Amigas!!- corrió a su encuentro, emocionada de volverlas a ver. Un fuerte abrazo entre las amigas que se reencontraban después de unas largas vacaciones de verano, no se hizo esperar.

    -¿Cómo han estado chicas? Las extrañé mucho.

    -Nosotras también te extrañamos mucho- dijo Malayka.

    Se abrazaron las cuatro y juntas entraron al colegio mirando alrededor y sintiendo que el mundo era suyo. Este año les tocaba el salón más grande, en el segundo piso. Tenía una vista privilegiada, se veía toda la escuela, sus enormes ventanas permitían ver la entrada principal y todo lo que pasaba fuera.

    Mientras subían las escaleras intercambiaban comentarios sobre el chico nuevo. Se decía que había llegado desde Venezuela, que era modelo y que estaba en Panamá por trabajo. Era un modelo cotizado que estaba buscando la internacionalización pero junto con su carrera tenía que terminar primero la preparatoria para emigrar a los EE.UU.

    Llegaron al aula, buscaron los últimos asientos para hacer de las suyas. Cristy junto a Malayka, Raquel y Veyra tenían fama de revoltosas hasta el año pasado y su presencia nunca pasaba desapercibida.

    Malayka era una chica alta y delgada, de piel morena, le gustaba estar siempre a la moda, muy simpática y de carácter relajado. Raquel tenía piel más clara, también alta pero un poquito llenita, mataba a los chicos con sus curvas, tenía cabello ondulado negro, a diferencia de Malayka, a ella no le importaba mucho la moda pero siempre estaba bien arreglada. Era una chica muy justa y generosa con todos, se podría decir que era defensora de los marginados, además le gustaba los chicos rubios. Por último Veyra, era la tímida del salón, pero cuando se juntaban las cuatro, podía ser tan extrovertida como las demás. Mulata, cabello negro corto, un poco gordita y más bajita que las demás. Ponía el parche al grupo cuando sus compañeras se alteraban por alguna discusión que tenían.

    Todos se saludaban, habían sido compañeros de clases en los últimos cinco años y tenían muchas cosas que contarse porque la mayoría había salido de la ciudad durante las vacaciones de verano.

    Hubo mucho alboroto en el aula hasta que entró el profesor para dar la primera clase del año. Al verlo, los alumnos se sentaron inmediatamente, este profesor era conocido por lo estricto que era en su clase. Saludó a todos y unos segundos después hizo pasar al chico nuevo del que todo el mundo hablaba; entró como todo un galán, se veía a lo lejos que le gustaba ser admirado por las mujeres.

    Ya no llevaba las gafas puestas, así que todos pudieron notar los hermosos ojos verdes que tenía. Todas las chicas sin excepción lo miraban como bobas, el grupo de Cristy empezó a chiflar llamando la atención del chico que sonreía seguro de sí mismo.

    -¡A ver, a ver, silencio… silencio!¡¡SILENCIO HE DICHO!! ¡Señorita siéntese sino quiere pasar la primera clase en la dirección!- dijo el profesor que había perdido la paciencia al ver que Malayka se había levantado de su asiento para chiflar con más fuerza.

    Cristy la jaló por atrás haciéndola sentar de una.

    -¡Uhm papacito ven aquí que puedes sentarte en mis piernas, mi amor!- decía en voz baja Raquel mientras mostraba una cara de loba hambrienta.

    Cristy no pudo aguantar la risa y se carcajeó a viva voz, el profesor la miró molesto creyendo que se burlaba de él y la mandó a la dirección.

    -Pero profe, no me estaba burlando de Ud., fue culpa de Raquel que dijo algo muy gracioso- se quejó tratando de disculparse para no ser castigada.

    -¿Ah sí? Pues, si es tan gracioso, tal vez podría decirnos que fue lo que dijo, así nos reímos todos ¿No cree?

    Cristy miraba a su amiga que con la mirada y los dedos cruzados debajo de la mesa le suplicaba que no la delatara.

    -Eh… pues… es que…

    -¡No me haga perder más el tiempo y diríjase a la dirección ahora mismo!- se enfureció aún más el profesor. Cristy no tuvo más remedio que obedecer, salió de ahí muy asustada porque podía enfrentarse a una papeleta el primer día.

    Mientras se dirigía a la dirección, iba pensando en lo que había dicho su amiga y no podía evitar reírse de nuevo.

    Llegó a la dirección, la puerta no estaba bien cerrada, así que decidió entrar primero y preguntar después. La secretaria no estaba, pero se escuchaban voces en la oficina del director. Podía oír claramente las voces de tres personas, aunque sólo podía entender la del director, y la de alguien que traducía lo que decía un tercero.

    Era un idioma raro, no era inglés, ni francés y mucho menos italiano, parecía chino o algo así. La voz del extranjero era muy varonil y por su timbre de voz parecía que era muy joven.

    El que traducía detallaba uno a uno los documentos que estaba adjuntando para que aceptaran a un nuevo chico, éste llegaría a la escuela en dos semanas.

    -Otro chico nuevo, que bien. Espero que sea guapo- pensaba. Quiso acercarse un poco a la puerta para escuchar mejor, pero tropezó con la pata de la mesa.

    -¡Ay…!- dio un grito que alertó a los presentes.
     
  2.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    601
    Se abrió la puerta del despacho y salió el director.

    -¡¿Qué hace aquí alumna? ¿Está espiando en mi oficina? ¿No sabe tocar la puerta?- estaba sumamente molesto.

    -Lo siento señor director, la puerta estaba abierta, por eso entré- decía mientras sobaba su pierna lastimada.

    -¡Regrese a su clase!- señalando la puerta de salida.

    -Pero es que el profesor Mateo…

    -¡No me importa!, váyase inmediatamente de aquí o la expulsaré ahora mismo de la escuela.

    -Sí señor, ya me voy- se incorporó para irse mientras el director regresaba a su despacho. Cuando el director abrió la puerta para entrar, Cristy vio por un instante el perfil de un hombre, era un perfil hermoso, de piel muy blanca con un color rosáceo en las mejillas que lo hacía indescriptible, cabello negro un poco largo, le llegaba al hombro y unos labios tan rosados y húmedos que daba envidia verlos.

    Salió de ahí pensando en aquel chico, lo había grabado en su mente. Nunca había visto a un asiático tan cerca, los que había visto en la calle o por televisión siempre eran iguales, bajos, amarillos y feos. Pero este chico era de otro mundo, aunque sólo lo había visto por un segundo, su rostro se había quedado grabado en su mente.

    -Cristela ¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó la secretaria que acababa de llegar, encontrándola recostada en la puerta.

    -¡Oh! Sonia, me mandó el profe Mateo pero el director me acaba de echar de ahí.

    -¿A ti también?

    -¿Como que también? A ti también te echó?

    -Sí, me dijo que regresara después porque tenía que hablar con esas personas a solas. Es muy extraño. Nunca había actuado así antes.

    -Y tú ¿Haz visto al chico que está ahí dentro?

    -Sí, viene de Corea del Sur.

    -¿Tan lejos? ¿Y para qué?

    -No lo sé, sólo sé que es alguien muy importante.

    -¡Es tan guapo!- se recostó nuevamente en la puerta haciendo ademán de que se desmayaría.

    -Sí, ¿cómo puede ser alguien tan guapo? Nunca en mi vida conocí a alguien así. Debe ser modelo o actor en su país.

    -¿Tú crees? Por lo que pude escuchar, trajeron los documentos de alguien para que estudiara aquí. ¿Crees que sea él?

    -No lo sé, pero ¿Porqué alguien como él, que parece tener tanto dinero, vendría a estudiar aquí?

    -Sí, es cierto, no tiene sentido.

    -Ya vete, o te meterás en más problemas.

    Cristy tomó el pasillo de regreso a clases, cuando tropezó con alguien que la hizo caer.

    -¡Ay no…! ¿Que me pasa hoy? Definitivamente hoy no debí levantarme de la cama- se quejaba mientras trataba de incorporarse.

    -Sorry baby, no te ví- le dijo el chico mientras le tendía la mano para ayudarla a parar.

    -¡Oh, ¿eres tú?!- dijo sorprendida cuando lo vio- El chico nuevo.

    -Sí, soy yo. Me llamo Sebastián, mucho gusto- cogió su mano levantándola de un tirón, logrando acercar su cuerpo al suyo.

    Sus caras quedaron a pocos centímetros uno del otro. Cristy sonreía como tonta mientras él le guiñaba un ojo.

    De pronto se escucharon venir muchos pasos por el corredor, Cristy volteó a ver quién era mientras era sostenida de la cintura por Sebastián. Era el extranjero acompañado por el traductor, ya se iba. Pasó por su lado, esta vez pudo sentir el aroma que dejaba a su paso, era tan dulce que dejó de respirar para contener por más tiempo aquel olor a vainilla.

    El extranjero volteó a verlos, llevaba gafas oscuras y con una sonrisa de medio lado, se alejó de ahí.
     
  3.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    822
    Cuando el asiático se perdió de vista, Cristy por fin sintió que algo la apretaba. No se había dado cuenta que Sebastián aún la tenía de la cintura contra sí. Lo vio a la cara nuevamente y puso los brazos en su pecho para separarse de él, que sorprendido por su reacción, la soltó.

    -¿Qué sucede nena? ¿Estás bien?

    -¿Eh? Sí… sí, estoy bien. Perdón por haber chocado contigo pero es que no te vi venir.

    -No te preocupes, la culpa fue mía que caminaba despreocupado por aquí. Estoy buscando la secretaría, ¿Puedes ayudarme a encontrarla?

    -Claro, sígueme- señaló a su derecha y se dio la vuelta para caminar delante de él.

    El chico nuevo esperó un poco para seguirla. Primero la miró de pies a cabeza, ella era linda, no se había percatado antes pero recordaba que el profesor la había expulsado del aula cuando él entró.

    Cristy era una chica esbelta, de casi 1.70 de estatura, cabello negro azabache un poco largo. Llevaba el cabello suelto en ese momento, algo que hacía ver su figura aún más estilizada. Su piel bronceada atenuaba muy bien con el blanco del uniforme y su coqueto caminar hacía que la falda corta se moviera al ritmo de sus caderas.

    -¡Uhm! Creo que me divertiré mucho en este país- frotaba sus manos mientras mordía sus labios- ¡Que más da si los contratos por acá no son buenos, mientras tanto me divertiré de lo lindo con todas las chavas!

    Sebastián había llegado desde Venezuela con su madre que había sido enviada a Panamá por la agencia para la que trabajaba, tenía la misión de descubrir talentos nuevos para el mundo del modelaje. Era una mujer muy altiva y arrogante, de figura fina y elegante que se sentía muy orgullosa de su hijo. Desde niño había tenido potencial, lo presentaba a cuanto casting había en Venezuela, tenía mucho éxito en su país pero su arrogancia y su gusto por las mujeres, le habían creado muchos problemas y pocos contratos.

    Para evitar ser despedida, Ana, que así se llamaba su madre, había aceptado mudarse a Panamá con su hijo con el compromiso de que no crearía más problemas y además por que la agencia estaba necesitando nuevos talentos para el extranjero.

    Después que Cristy y Sebastián salieron de secretaría, se dirigieron al aula, mientras caminaban contaban cosas como que tipo de comida tenía cada país, la música que le gustaba a cada uno y el curso que más les agradaba. Por un momento Cristy se había olvidado del asiático. Entraron al aula y volvió a ser la misma chica alegre y divertida que todos conocían.

    La campana sonó a la 1.00 p.m. para el almuerzo, cada quien sabía donde estaba su mesa, habían reglas como en toda escuela; estaba el rincón de los intelectuales, de los populares, de los deportistas y por supuesto, de los impopulares. Aquellos que se aislaban de todo el mundo, que no participaban en los juegos escolares, ni fiestas ni nada. Ellos eran como fantasmas en la escuela, sólo se sabía de ellos si su mesa estaba vacía.

    Como siempre Cristy y sus amigas llegaban con bandejas de comida deliciosa, listas para ser devoradas, parloteaban y reían sin parar mientras comían.

    -Tienes razón, este tipo está como quiere- decía Raquel.

    -Sí, yo me lo comería en ensalada waldorf- dijo Veyra.

    -¡¿Ensalada queeeeeeé?!- dijeron todas mirándose unas a otras.

    -Habla en castellano ¿quieres?- dijo Raquel.

    -Ensalada waldorf ¿Nunca la han comido? Es muy rica. Miren es una ensalada a base de papa, apio, manzana y nueces, se condimenta con un aliño de mayonesa. Es completamente deliciosa.

    -Te sales del tema pequeña- dijo Malayka mientras le daba un pequeño golpe con la palma en la frente a Veyra. Todas empezaron a reir.

    -No, pero volviendo al tema, este chico sí que es un bombón ¿No creen?- insistió Raquel mientras comía mirando a Cristy para que ésta le respondiera.

    -¡Hey! ¿Qué sucede contigo Cristy?- dándole un codazo para hacerla volver de sus pensamientos

    -¡Ay, me dolió!- soltó el cubierto con el que jugaba en lugar de comer.

    -¿Qué pasa contigo?, desde que regresaste de la oficina del director, haz pasado de la histeria al silencio absoluto en un instante. ¿Pasó algo con el chico nuevo mientras volvían?- preguntó Raquel con picardía.

    -¿Con el nuevo dices? No nada, me caí y me dio la mano para levantarme, eso es todo- dijo con desinterés mientras cogía el cubierto nuevamente.

    -¿Qué? Sólo eso dices- cogió su brazo derecho.

    -Tienes que contarlo todo. ¿Cómo fue? ¿Qué te dijo? ¿Te besó? Vamos dilo- estaban todas ansiosas porque empezara a soltar cada detalle del encuentro con Sebastián.

    Empezó a contarles cada segundo desde que se topó con él en el pasillo hasta su regreso a clases. Pero evitó contarles sobre el asiático que se había apoderado de su mente.
     
  4.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    743
    Había sido un largo día para todos. La ciudad volvía a llenarse de los adolescentes que hacían suya las calles. Los autobuses se llenaban uno a uno de escolares que esperaban regresar a casa que, mochilas en mano, ya planeaban la fiesta de bienvenida que se llevaría a cabo en pocas semanas, dando inicio al ciclo escolar.

    -¡Abue, ya llegué!- dijo Cristy mientras cerraba la puerta detrás de ella.

    -Hola hijita, ¿Cómo te fue?, ve a lavarte que estoy preparando tu comida favorita.

    -¿En serio abue?- corrió al lado de su abuela al oírla decir eso para darle un gran abrazo y un profundo beso en la frente- ¡Eres la mejor! ¿Sabías?- dijo mientras reía.

    -Eres una zalamera, lo dices sólo porque te preparé patacones con pescado frito.

    -No es verdad, como eres abue. Si yo te adoro aunque hagas sopa de pata jajaja .

    -Ya vete a cambiar niña para que bajes a comer pronto.

    -¡Ya voyyyy!- dijo mientras subía corriendo las escaleras. Abrió la puerta y se tiró panza arriba mirando el techo. En su mente aparecía una y otra vez el rostro de aquel muchacho y el aroma que había sentido cuando pasó junto a ella, lo volvió a sentir tan claramente como si estuviera ahí mismo.

    También pensaba en Sebastián, se la había pasado toda la clase mandándole miraditas.

    -Él también es muy guapo, pero parece algo coqueto- pensaba mientras abrazaba su almohada favorita con forma de corazón.

    Pasaron varios días desde que empezó la escuela, la cercanía de Sebastián la había hecho olvidar al asiático. No sabía si era él quien llegaría a la escuela o alguien más. Había decidido olvidarse de él porque había días que no podía concentrarse en clases y había tenido muchas llamadas de atención de parte de los profesores.

    -Cristy ¿Quieres salir conmigo esta noche?- preguntó Sebastián que se había sentado al frente de su carpeta mientras ella hacía la tarea de Historia que el profesor había dejado para la siguiente semana.

    -¿Qué dices? Perdón pero no te escuché- dijo mirándolo a los ojos.

    -Que ¿si quieres salir conmigo esta noche?, hoy es el cumpleaños de un amigo y lo celebraremos yendo al cine en grupo ¿Quieres venir?

    -¿Eh?, pero es que mis amigas y yo…- trató de inventar una excusa para no ir.

    -No te preocupes Cristy, saldremos otro día- dijo Veyra.

    -O mejor aún, podemos ir también ¿no? ¿Tienes más amigos con los que podamos ir?- se apuntó al toque Malayka.

    -Sí, vamos Cris, no seas aguafiestas. Es viernes y no queremos quedarnos en casa- suplicaba Raquel.

    -Ok, ok, nos encontraremos en la Avenida Central a las 8 ¿Te parece?.

    -Por supuesto baby, ahí estaré- se fue guiñándole el ojo. Mientras se iba, Cristy lo seguía con la mirada.

    -Es demasiado este chico, pero me gusta- pensó decidiéndose al fin.

    En casa, Cristy buscaba qué ponerse, nunca se decidía, tardaba más buscando que vistiendo. Al final se puso unos jeans apretados, una blusa corta que mostraba su pequeña cintura y un maquillaje muy suave. Le gustaba mucho usar tacos altos, pero por su altura, apenas y podía ponerse taco 5 para no pasar a sus acompañantes.

    Se despidió de sus abuelos y salió al punto de encuentro para la gran noche. Había decidido pensar sólo en Sebastián, era guapo y además andaba loquito por ella. Desde hacía una semana atrás venía coqueteando con ella. Todas las chicas querían con él pero no les hacía caso, al menos no delante de ella y sus amigas.

    Se encontraron todos en el lugar indicado, fueron al centro comercial de moda a mirar y comprar cosillas y luego se fueron a ver una película. Era una comedia, los hizo reír de principio a fin. A la salida Cristy tropezó con un cable que se encontraba tirado en el suelo, esto hizo que perdiera el equilibrio y cayera en brazos de Sebastián que la cogió con fuerza evitando que se lastimara.

    -¿Estás bien?- preguntó sosteniéndola.

    -Sí, estoy bien. Gracias- levantó el rostro con brusquedad quedando a escasos centímetros de su boca.

    Se quedaron viendo a los ojos por un instante, luego el chico decidió dar el primer paso. Cogió con la mano derecha el rostro de Cristy y lo acercó a la suya, miró sus labios rojos que lo incitaban cada vez más. Cristy vio también sus labios y se dejó llevar por el momento.
     
  5.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    413
    No era la primera vez que Cristy daba un beso, era buena en eso y se lo hizo saber. Sebastián cada vez más excitado bajó su brazo izquierdo buscando tocarle las nalgas.

    -¿Qué te pasa?- lo empujó con brusquedad.

    -¡Sorry nena! No pude evitarlo, es que me vuelves loco- trató de acercarse nuevamente, pero Cristy lo detuvo poniendo la mano en su pecho.

    -Pero ¿Qué te has creído?- estaba muy molesta.

    -Hey, no es para tanto- dijo tratando de suavizar la situación.

    -Para ti no será así, porque debes estar acostumbrado a todo tipo de chicas. Pero te equivocaste conmigo.

    Le dio la espalda y dio unos pasos para dejarlo atrás. Sebastián se cogió la cabeza con ambas manos y se echó hacia atrás.

    -Maldición, estaba a punto de caer- dijo entre dientes para luego seguirla.

    -Lo siento nena, no quise…

    -No soy nena, me llamo Cristela. Cristy para mis amigos. ¡Idiota!.

    No quiso seguir ahí, llamó a sus amigas y se fue con ellas a su casa. En el camino les contó lo que le había pasado con Sebastián. Aunque no todas estaban de acuerdo con su reacción, decidieron apoyarla y hacer frente al faltoso.

    Al día siguiente Cristy estaba lista para poner en su sitio al engreído. Las cuatro amigas entraron al salón juntas como siempre pero esta vez no reían, secreteaban entre sí esperando la llegada del pervertido.

    -¡Hola Cristy!- Sebastián saludaba como si nada hubiera pasado.

    Cristy reía irónicamente viéndolo a la cara. Se levantó, golpeando la mesa con las manos, poniéndose frente a él.

    -Tenemos que hablar. Sígueme- salió del salón de clases y se dirigió al balcón.

    - ¿Qué sucede cariño?- le sonreía como todo un galán tratando de coger su cabello pero ella quitó su brazo.

    -En primer lugar, no soy tu cariño. En segundo lugar, no quiero que vuelvas a invitarme a salir nunca más.

    -Pero nena…

    -Y en tercer lugar… si me vuelves a tocar sin mi permiso.¡ Te quedarás estéril!- sentenció al final acercándose temerariamente a él.

    Se dio la vuelta y lo dejó parado en el balcón.

    -Me las pagarás estúpida. Nadie me amenaza y menos una idiota como tú- dio un fuerte golpe en la pared cuando la vio desaparecer, acto que hizo que se arrepintiera pronto porque casi se rompe los dedos.

    Cristy entró al aula y detrás de ella el profesor de turno que estaba a punto de empezar la clase.
     
  6.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    787
    Pasaron unos cuantos días más, Sebastián no hablaba más con Cristy y sus amigas, ahora tenía un nuevo grupo. Se había vuelto muy popular en poco tiempo. Entre su carrera como modelo y su cargo como nuevo presidente de clase, había obtenido bastante popularidad.

    Cristy y compañía trataban de ignorarlo lo más que podían pero a veces era imposible porque tenían que formar equipos para algunos trabajos y mayormente era por sorteo; para que todos aporten ideas, decían los profesores.

    Cuando se topaban en un mismo grupo, siempre chocaban porque mientras Cristy trabajaba duro para sacar las mejores notas junto con los otros chicos del grupo, que en su mayoría era conformado por seis chicos, Sebastián se la pasaba coqueteando con cuanta chica le pasara por el frente. Y esto hacía que siempre terminaran peleando en clase.

    -¡Arrrg, no lo aguanto!- se levantó del asiento volteando a la ventana con los puños cerrados tratando de no golpear a nadie.

    De pronto algo llamó su atención. Un auto negro y lujoso se acercaba por la entrada principal de la escuela. Se detuvo de lado, se abrió la puerta del copiloto y bajó un hombre. Vestía terno negro y lentes oscuros, era blanco y alto, de porte militar. Se acercó a la puerta de atrás y la abrió inclinándose un poco. Bajó un chico, llevaba una polera blanca con capucha, cosa rara porque hacía mucho calor, jeans azules, y tapaboca, levantó la mirada hacia donde estaba Cristy, la miró unos instantes y bajó la cabeza, se puso unos lentes oscuros mientras esperaba a otro hombre también vestido de traje negro como el primero. Se puso a su lado y lo guió hacia la puerta principal. El chofer se quedó en el auto y el que parecía su guardaespaldas los seguía detrás.

    -¿Quién será? Parece muy importante- pensó dando la vuelta hacia la clase.

    -¡Hey Cris!, despierta ya niña- Raquel la sacudía.

    -¿Eh? ¿Qué? ¿Qué pasa?- volvió los ojos hacia su amiga.

    -¿Qué pasa? ¿Qué estás viendo? Te estamos esperando para terminar el proyecto.

    -Sí, ya voy- dijo casi zombie dirigiéndose a su asiento.

    Continuaron con el proyecto hasta que al fin lo terminaron. El profesor llamó al grupo de Cristy para la exposición. Se levantaron de sus asientos y se fueron al frente para comenzar. A pesar de los inconvenientes, la exposición estaba saliendo muy bien. Uno por uno exponía sus puntos, llegó el turno de Cristy que tenía que terminar la exposición.

    El director había llegado hasta la puerta del aula que estaba cerrada, estaba a punto de abrir pero uno de sus acompañantes se lo impidió. Aunque no entendía nada de lo que decían dentro, decidió observar por el cristal de la puerta, se ocultó un poco para que no lo viera nadie.

    Cuando terminó la exposición, se abrió la puerta dando paso al director que saludaba a los alumnos y daba la noticia de que había llegado un nuevo alumno. Lo hizo pasar y se paró junto a él mientras Cristy y sus compañeros regresaban a sus asientos.

    El director habló por el alumno nuevo que llevaba puesto un tapaboca y lentes oscuros, además no se había quitado la capucha y todos lo veían raro. El director explicó a todos que el alumno nuevo venía de Corea del Sur por un intercambio escolar y que si vestía de ese modo era porque tenía graves quemaduras en el rostro y otras partes de su cuerpo.

    Lo presentó como Jang Keun Suk; Jang era su apellido y Keun Suk su nombre. Tenía 16 años y hablaba coreano, su idioma materno, e inglés. Estaba aprendiendo castellano, pero aún no podía entenderlo con fluidez, así que grabaría las clases en lugar de escribirlas para poder presentar sus trabajos y exámenes. El profesor quiso darle la bienvenida extendiéndole la mano, pero éste se inclinó presentando su saludo formal en coreano.

    -¡Anniong-haseyo! ¡Jang Keun Suk-mida!

    -Ah si, si- dijo el profesor tratando de inclinarse también pero sin lograr la elegancia del saludo del chico.

    -Vamos a ver donde te puedes sentar- buscó un poco, nadie le mostraba algún lugar donde sentarse.

    -Profesor aquí hay un asiento desocupado- dijo Cristy señalando la carpeta de al lado al fondo del salón.

    -Sí, allá hay un lugar, ve por favor.

    El chico se agachó de nuevo, cogió la mochila que tenía su guardaespaldas, eso parecía que era por el tamaño y la parada militar que tenía, y se dirigió al asiento indicado. Era muy alto, casi 1.80, su caminar era muy elegante y a su paso dejaba un rastro a vainilla muy agradable.

    Miró a Cristy que lo observaba desde lejos y la saludó inclinándose nuevamente antes de sentarse.
     
  7.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    885
    La clase entera murmuraba sobre su llegada, era muy extraño que un personaje como él estuviera en esa escuela. Se veía de mucha clase y también adinerado, se preguntaban cuál era el motivo por el que había llegado justo a Panamá, viniendo de tan lejos.

    Salió el director y detrás de él, el guardaespaldas. Continuaron con las exposiciones, pero los alumnos no prestaban atención, miraban hacia atrás, como examinando al chico. Cristy tampoco dejaba de verlo, miraba sus manos y no tenía ninguna cicatriz, eran manos muy blancas, de dedos largos y delgados. Parecían manos de mujer, eso le sorprendió aún más.

    -¿Cómo es posible si sufrió quemaduras en el cuerpo, que no tenga cicatrices en las manos?- miró sus propias manos examinándolas y se dio cuenta que las manos del chico se veían más suaves que las suyas.

    -Cristy ¿que tanto miras al nuevo?, el profe te está mirando hace rato. Te enviará otra vez a la dirección- le decía Raquel bajito para que nadie más escuchara.

    Cristy volteó hacia su amiga y luego bajó la cabeza, estaba muy confundida.

    Sonó la campana para que salieran a almorzar los alumnos. Keun Suk cogió su mochila al ver que todos hacían lo mismo, se levantó de su asiento y siguió a los demás. En el pasillo se encontró con el guarda que lo esperaba y lo siguió muy de cerca.

    -¡Wowww!, hasta guarura tiene- dijo Malayka cuando lo vieron irse.

    En el comedor todo el mundo lo seguía con la mirada, murmuraban entre ellos esperando el momento en que tuviera que quitarse el tapaboca para comer. El guardaespaldas lo guió a una mesa separada de los demás, le llevaron muchos platillos en pequeñas viandas que se veían desde lejos y que al parecer no habían sido hechos ahí. Se sentó de espaldas a los demás mientras el guarda vigilaba que nadie se acercara.

    Llegó la hora de la salida, otra vez el bullicio de los alumnos por los pasadizos de la escuela. El coreano se levantó sin mirar a nadie y salió seguido nuevamente por su guarda. Salió del colegio y en la puerta principal ya lo esperaba el auto que lo llevaría de vuelta casa.

    -Ese chico es todo un misterio- fue lo único que dijo Veyra. Las demás la miraron y se fueron.

    Fueron muchos días como el primero, nadie pudo verle nunca la cara, ni acercarse a más de un metro de distancia, sólo Cristy que se sentaba en la carpeta de al lado podía verlo de cerca. Nunca decía nada en castellano, siempre lo hacía en inglés y si sonaba su celular, no contestaba sino que mandaba mensajes de texto.

    Su celular era el más moderno de la escuela, se veía muy caro, siempre vestía diferente, a veces con traje, otras con camisa de manga larga, cuando hacía más calor; otras veces con ropa que nadie se atrevía a ponerse. Usaba pantalones apretados con chaquetas muy modernas, pashminas de vivos colores que combinaba con poleras holgadas. Pero nunca dejaba el tapaboca, las gafas ni los sombreros que cubrían gran parte de su cabello.

    Las cosas entre Sebastián y Cristy no mejoraban, habían sido elegidos como los organizadores de la fiesta de bienvenida de la escuela, así que tenían que trabajar y coordinar muchas cosas juntos, a veces fuera del aula, se iban solos a verificar el salón para el baile, faltaban sólo dos días para la gran noche.

    -¡Espera!- le dijo Sebastián aprovechando que no había nadie a su alrededor.

    -¿Qué quieres?- dijo Cristy volteando hacia él y tratando de soltar su brazo de la mano de Sebastián -¡Déjame!

    -Tenemos que hablar.

    -No tengo nada de qué hablar contigo- trataba de zafarse con más fuerza- Suéltame o empezaré a gritar.

    -Grita todo lo que quieras, no hay nadie alrededor... ¿Olvidas que todos están en clases?

    -¡Eres un desgraciado! ¿Qué estás tratando de hacer?

    -Sólo quiero hablar contigo, como amigos. Nada más.

    -Hablaremos si primero me sueltas.

    -Está bien- soltándola- Hemos tenido días muy difíciles y no nos hemos estado llevando bien últimamente.

    -Al grano, que estoy apurada- dijo con sequedad.

    -Lo que quiero decir es que me gustas…

    -Pero tú a mí no, así que por favor déjame en paz- trató de salir pero Sebastián le tapó el paso.

    -Es mentira, yo te gusto. ¿A quién no le gustaría alguien como yo?- mostró mucha confianza al decir eso.

    -¿Qué? Jajajaja, que alucinado eres por Dios. Que las demás chicas se derritan por ti, no significa que yo sea como ellas. Esas taradas no saben lo pervertido que eres y lo que escondes detrás de tu cara. ¡Pero yo sí!.

    -Vamos, no te hagas la tonta que aunque lo niegues sé que te mueres por mí- se acercó a ella haciéndola retroceder.

    La cogió por los brazos atrayéndola hacia él.

    -¿Qué haces? ¡Suéltame!- forcejeó con él para que la soltara.

    -¡No!, te enseñaré lo que es un verdadero hombre.

    -¡NOOO! ¡Por favor déjame!- gritó con más fuerza- ¡¡Suéltame Sebastián por favor!!- forcejeaba con él pero no podía soltarse. Él trataba de besarla pero ella no se dejaba.

    De pronto alguien lo jaló por el hombro y lo tiró al suelo de un golpe.

    -¡¡Déjala!!
     
  8.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1079
    Sebastián tirado en el piso como estaba, sangraba del labio, se limpió y miró hacia arriba. Era "el enmascarado", como le decían todos en la escuela. Cristy sólo miraba la escena asustada por la situación en que acababa de estar. Vio a Sebastián que se levantaba con furia para responder el golpe recibido. Keun Suk lo vio venir, detrás estaba su acompañante que quiso protegerlo pero éste le hizo señas de que no se metiera.

    -¡Te sientes protegido porque estás con tu guarura! ¡¿No Idiota?!

    Se alistaba para dar pelea, se movía de un lado a otro alrededor de Keun Suk, quería atacarlo por la espalda. Keun solo lo miraba, lo vio venir por atrás y con un rápido movimiento cogió su brazo tirándolo hacia atrás y doblándolo en su espalda.

    Sebastián se retorcía de dolor, se quejaba pero no podía soltarse. Unos segundos después lo soltó, vio al guarda en la puerta y decidió retirarse no sin antes amenazar a todos.

    -¡Ésta me la pagarás chino estúpido!. Y tú…- señalando a Cristy- te arrepentirás de esto.

    Cristy respiró profundamente cuando vio que Sebastián se había ido, buscó donde recostarse y se sentó tocándose el pecho. Keun Suk se acercó a ella tocando su hombro.

    -¡¿Kwenchana?!- no se podían ver las expresiones de su rostro. Cristy sólo sabía que le estaba preguntando algo.

    -¿Qué dices? No entiendo nada- moviendo la cabeza- pero si preguntas ¿si estoy bien? Sí, estoy bien, gracias.

    Keun Suk podía entender lo que le había dicho pero no se lo hizo saber.

    -¡Kure! … Ije geuman gabwayaget-seupnida (Bien, ahora tengo que irme)- señalando hacia la puerta.

    Le dio la espalda y salió de ahí dejando a Cristy aún asustada pero aún más intrigada que antes.

    -¿Cómo es que apareció de pronto? Se supone que estaría en clase como todos los demás.

    Keun Suk había pedido permiso para salir antes que los demás porque tenía cosas pendientes con su traslado en la embajada coreana. Pero antes de irse recordó que había escuchado un extracto de la conversación que estaba teniendo Sebastián con otro chico en el pasillo después del receso. Como se suponía que él no entendía español, no le dieron importancia cuando pasó por su lado.

    -Esta será mi oportunidad, todos estarán en clases y ella no podrá hacer nada.

    Lo vieron mientras pasaba junto a ellos.

    -¿Qué miras marciano?- decía Sebastián- Para mí que no está quemado sino que debe ser tan feo que le da palta que lo vean jajaja.

    -Sí, debe ser bien feo como todos los chinos que vienen a América, flacos y amarillos jajaja- se burlaban de él mientras Keun Suk por dentro sonreía satisfactoriamente teniendo la seguridad que nadie podía saber su verdadera identidad.

    ---

    La gran noche de la fiesta de bienvenida había llegado. Todos los chicos se habían preparado; era noche de cacería de chicas, y éstas se preparaban para ser las más bonitas de la fiesta. Todos en general preparaban sus mejores pasos de baile, el reggae y el merengue eran la música de moda en Panamá. Música muy moderna y pegajosa pero sobre todo muy popular en Centroamérica.

    Cristy y sus amigas estaban más que emocionadas, cada una de ellas ya les habían echado el ojo a algunos chicos de su clase y habían planeado bailar hasta altas horas de la noche. El ponche en la mesa, sin alcohol claro, según el director. Aunque no contaba con que algunos traviesos como Sebastián tenían otros planes más perversos para las chicas.

    Empezó el baile, cada chico con su pareja, bailaban alocadamente; en pareja, en grupo, solos los más desinhibidos, era una locura todo. Las chicas sacaban lo mejor de sus bailes, movían las caderas al ritmo del merengue y los chicos aprovechaban cada baladita suelta por ahí para apretarse con sus parejas.

    Cristy buscaba por doquier a Keun Suk, pero no lo veía por ninguna parte. Se sentía triste que no hubiera ido, pero pensó que era lo mejor porque ese ambiente sería muy aburrido para alguien que no compartía esas costumbres. Con el calor del baile y el bochorno de la fiesta, los chicos tomaban más y más ponche y esto hizo que las chicas, se sintieran un poco mareadas. Cristy quiso irse porque no estaba acostumbrada a tomar alcohol, buscó a sus amigas pero no las halló. Buscó la salida para irse por su cuenta y se topó con Keun Suk que recién llegaba.

    -¡Oh, Keun Suk!, Llegaste- se alegró de verlo, pero como estaba tan mareada sintió la necesidad de recostarse en la entrada y casi se cae.

    Keun la sostuvo antes de que se cayera, cogió su brazo y lo pasó por encima de su hombro. La llevó hasta el auto que esperaba afuera y con ayuda de su chofer la subió en él. Cuando iba a dar la vuelta para subir por el otro lado, sintió que alguien tocó su hombro. Volteó y sintió un fuerte golpe en el rostro que hizo que se recostara en el auto.

    -!Te dije que me las pagarías idiota!- le dijo después de golpearlo.

    Keun había perdido el sombrero y los anteojos, sólo le quedaba una pashmina de seda de color oscuro cubriéndole parte de la cara. Antes de que se recuperara, sintió cómo trataban de quitárselo, lo cogió fuertemente con ambas manos evitando así que lo vieran. Pero Sebastián no estaba solo, dos chicos estaban con él, cogieron a Keun entre Sebastián y uno de ellos mientras que el chofer golpeaba al tercero para ayudar a su jefe.

    -¿Qué sucede idiota? ¿Tan feo eres que no quieres que veamos tu horrible cara?- Levantó su rostro para burlarse de él y cuando tiró de su cabeza para atrás, vio la furia de sus ojos, acercó la mano para quitarle la tela de la cara pero justo en ese momento el chofer cogió su mano doblándola hacia atrás. Así aprovechó Keun de golpear al otro tipo que lo sujetaba.

    Al verse reducidos, los tres chicos se fueron porque se dieron cuenta que saldrían perdiendo si se quedaban más tiempo.

    Keun Suk se limpió el rostro, recogió sus cosas y subió al auto con la chica que se había quedado dormida en el asiento trasero y no se había dado cuenta de nada.

    Había preguntado antes en la escuela la dirección de Cristy, así que no tuvo problemas para llevarla a casa.
     
  9.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1291
    -¡Buenos días dormilona!- dijo la abuela con sarcasmo mientras entraba a la habitación de Cristy con una charola en la que llevaba una deliciosa sopa de pollo para que se recuperara su nieta.

    –No tengo que decirte que estarás castigada por un buen tiempo, ¿no?

    -¡Ay abuela por favor no grites! Me duele la cabeza- trató de levantarse pero la cabeza le dolía muchísimo.

    -Cómo no quieres que te duela si viniste borracha anoche-

    -¿Borracha? ¿Pero qué dices abuela? Eso no es posible, los profesores prepararon las bebidas y no tenían alcohol.

    -Pues algún gracioso debe haberlas puesto porque te trajeron casi desmayada a casa.

    -¿Ah sí? Y Malayka y las demás ¿también estaban como yo?- sentándose para recibir la charola.

    -No lo sé, ellas no vinieron contigo.

    -¿Ah no? entonces ¿quién me trajo?- preguntó curiosa mientras se llevaba una cucharada de sopa a la boca.

    -Fue un chico, te traía casi a rastras.

    -¿Un chico? (Seguro fue el idiota de Sebastián)Y ¿Quién era? ¿Te dijo su nombre?

    -No, no pude entenderle bien, hablaba medio raro, como un español algo masticado.

    -No entiendo, explícate abuela.

    -Creo que era extranjero, sólo vi sus ojos porque tenía un trapo que le cubría la cara y un sombrero.

    -¡¿Keun Suk?! ¿Keun Suk me trajo a casa?- preguntó intrigada después de que casi se atragantara con la sopa.

    -¿Qué es eso? ¿Con qué se come?- se rió la abuela.

    -No se come abuela. Si es quien me imagino, ese chico se llama Keun Suk. Es un estudiante de intercambio, viene de Corea del Sur.

    -¿Tan lejos?

    -Sí, ¿Raro no?- la abuela asintió- Dicen que se cubre el rostro porque sufrió graves quemaduras.

    -Pero no parecía.

    -¿Porqué lo dices?

    -Porque sus brazos estaban descubiertos y eran muy blancos y se veía muy delicado. Y por sus ojos tampoco se veían marcas. Es más, parecía muy guapo.

    -¿En serio?- se quedó pensando un momento.

    -Sí. Bueno te dejo porque tengo muchas cosas que hacer. Cómete todo. ¡Ah! Y no creas que te haz salvado del castigo- le dijo mientras se levantaba de la cama.

    -¡Pero abue, noooo!. Yo no tuve la culpa.

    La abuela salió y Cristy se recostó en las almohadas con los brazos cruzados al ver que no se había librado del castigo. No sabía cómo había podido llegar en ese estado a su casa, pero sobretodo le intrigaba el hecho de saber cómo es que Keun Suk la había llevado sino sabía donde vivía. Trataba de recordar algo, pero era imposible.

    Después del fin de semana, Sebastián sentía más odio por Keun Suk, se había trazado la meta de saber cuál era el secreto que ocultaba. Junto con eso, estaba más encaprichado con Cristy, no soportaba que alguien lo despreciara, se creía el hombre perfecto, el que había llegado para salvar la escuela de la mediocridad en que se encontraba.

    Ya habían llegado casi todos al salón de clases, el profesor aún no llegaba y Keun tampoco. Cuando éste entró se encontró con la mirada acusadora de Sebastián que desde su asiento junto a la ventana, había estado observando su llegada.

    - Debe estar escondiendo algo muy grande. Descubriré muy pronto que es- se cogió el labio mientras lo miraba furioso, lo tenía lastimado.

    Keun también pero nadie podía notarlo por la mascarilla. No era una de esas mascarillas de enfermo que se usan normalmente. Tenía estilo, cuando no iba con mascarillas con dibujos o de colores oscuros, usaba pañoletas que le cubrían la boca y nariz y cambiaba los sombreros por gorros caros y poleras amplias con capucha.

    -¡Hola Keun Suk!... Esto te envía mi abuela… como agradecimiento por haberme llevado a casa- Cristy se había levantado de su asiento y le entregaba una caja pequeña, especial para dulces muy bien decorada.

    -Es un dulce llamado Bocado de Reina, es delicioso- se lo entregó en sus manos y éste le agradeció con una reverencia.

    -Kansamhanmida- dijo, apenas se podía escuchar su voz.

    -¿Qué dices? ¿Porqué no puedes decir gracias en español?- dijo haciendo una mueca graciosa y arrugando un poco la frente –¿kansa-qué? Creo que tendré que estudiar coreano para poder entenderte.

    Se agarró el cabello despeinándolo un poco y se sentó un poco frustrada. Keun se reía sin que ella pudiera verlo, le divertía mucho hablar en su idioma y que no le entendieran ni una sola palabra. Pero sobre todo le gustaba sentarse al lado de Cristy porque era muy divertida, le alegraba el día sin que ella se diera cuenta. Cada ocurrencia que tenía en clase, lo divertía mucho.

    Una semana más de clases pasó volando, ya llegaba el fin de semana y los exámenes empezarían pronto. Los chicos querían divertirse un poco antes de encerrarse a estudiar, así que cada grupo de amigos planeaba una salida para despejarse un poco. El grupo de Cristy no era la excepción.

    -Chicas, ¿que les parece si vamos a la disco mañana por la noche?, así pueden por fin conocer a mi Bryan- decía Raquel muy entusiasmada.

    -¡Sí! Yo quiero ir- dijo Malayka- A ver si me consigo a un guapote que me haga olvidar al idiota de Hugo.

    -¡Y yo!- dijo emocionada Veyra- ¿Qué dices Cristy? ¿Te anotas?- le dijo mientras la sacaba de concentración.

    -No tengo ganas chicas. Además tengo que terminar esta tarea para el lunes o reprobaré la materia- dijo mientras volvía a lo suyo.

    -No seas aguafiestas Cris, vamos. Sólo será una noche, después volverás a encerrarte como monja, jajajaja- Se reía Malayka.

    -No es eso, es que…- trató de negarse otra vez. Miró hacia Keun que estaba concentrado mandando mensajes por su celular.

    -¿Qué te pasa?... ¿Acaso te gusta él?- preguntó Raquel señalando a Keun con un movimiento de cabeza.

    -¿Qué?, ¿De que hablas?- dijo nerviosa Cristy al momento que cerraba su cuaderno- Claro que no, ni siquiera he visto como es. ¿Cómo podría?

    -Cierto, ¿Cómo puede gustarte alguien que no haz visto nunca? No tiene sentido- dijo Veyra razonando un poco mientras lo miraba.

    -Es solo que… no sé, estoy confundida- cruzó los brazos sobre la mesa y escondió la cabeza en ellos.

    -Hey, hey, ahora tienes que decirnos que te sucede- Raquel se acercó un poco más a Cristy para que pudieran hablar más bajo- A ti ¿Te gusta él?

    Las demás chicas se le quedaron viendo esperando una respuesta.

    -No lo sé- dijo algo apenada Cristy- Es que cuando lo veo, no sé. Mi corazón late muy rápido- se cogía el pecho- Desde que me salvó de Sebastián la otra vez… Yo no pude ver su rostro, pero la forma en que me defendió y además… según mi abuela, no tiene cicatrices.

    -¿Qué dices? ¿Es que ella lo vio?- preguntaron asombradas levantando la voz.

    -¡Shsssss! Cállense- dijo Cristy haciendo que bajaran la voz.

    -No exactamente, sólo vio sus ojos. Me dijo que parecía muy guapo y que no veía cicatrices en su cara.

    -Entonces porqué se cubre?- dijo Malayka, viéndolo de nuevo.

    -No lo sé. Pero eso no es lo importante. Lo importante es que creo que estoy sintiendo algo por él y él ni cuenta se da- dijo esto con tristeza bajando la cabeza y ocultando su cara nuevamente.

    -Es cierto, no sabe ni siquiera cómo saludar, siempre se agacha y no podemos ver si se ríe o está molesto. Es muy frustrante- dijo Veyra cruzando los brazos.

    -Tengo una idea- chasqueo los dedos y se levantó de su asiento, se acercó a Keun que aún parecía concentrado en su celular. Tocó su hombro para que la viera.
     
  10.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1214
    -¡Hola Keun Suk!- levantó su mano para saludarlo- Mis amigas y yo vamos a salir mañana por la noche ¿Quieres venir con nosotras?

    -Mianhaeyo. Thaega andwaeyo (Lo siento. No comprendo)- dijo Keun haciéndose el desentendido pero sonriendo por dentro.

    Había estado escuchando desde el principio y aunque aún no entendía completamente el español pudo deducir que hablaban de él.

    -¿Qué dijiste? Ay de verdad creo que fue mala idea tratar de invitarlo- dijo Veyra mirando a sus amigas- Si no entiende nada.

    -Espera, yo lo intentaré- se levantó Cristy animada por la actitud de su amiga.

    -Keun, quieres venir con nosotras- señalándolo primero y luego a ella y a sus amigas mientras hablaba- A bailar- se movía graciosamente- ¿Tomorrow?

    -¿Tomorrow? ¿What?- preguntó al fin.

    -Dancing con nosotras- volvió a señalarse.

    Sorprendentemente y contra todo pronóstico, Keun aceptó moviendo la cabeza.

    -¡¡¿En serio?- se emocionó sobremanera Cristy, volteó hacia sus amigas guiñándoles el ojo y haciendo un gesto de triunfo con el brazo derecho.

    A Keun le pareció graciosa la reacción de Cristy, lo que hizo que se llevara la mano a la boca, haciendo que se moviera un poco la mascarilla.

    -¡Espera!- dijo Cristy- Se movió ésto.

    Se acercó un poco tratando de acomodarla y vio a través de los cristales oscuros, los ojos de Keun que la miraban con temor. Se alejó al sentir que sus manos rozaban sus mejillas.

    -¡Ok!- dijo nerviosa- Nos vemos mañana a las 7 de la noche en la Avenida Central. ¡Vamos chicas!

    Cristy se puso tan nerviosa que no se dio cuenta que le había hablaba tan rápido que tal vez no le había logrado entender nada. Cogió de la mano a Raquel, cogió sus cosas y salió casi corriendo.

    Keun se quedó mirando como se iba y pensando en cada palabra que había logrado entender. Se volteó a su celular sonriendo y siguió enviando mensajes de texto.

    Por fin era sábado, casi las seis y Cristy había hecho un revoltijo en su habitación, no sabía que ponerse. Las horas se le habían hecho larguísimas y no había podido dormir la noche anterior de tanto pensar en su cita.

    -¿Me habrá entendido?- se miró al espejo- ¡Ay, es que hablé tan rápido que quizás no me entendió nada!- se despeinó un poco con ambas manos

    - ¿Y si me deja plantada en mi primera cita?- se sentó en la cama y se tiró de espaldas.

    - ¡No no no no!, vendrá Cris, vendrá, no te preocupes- se decía a sí misma mientras se levantaba con brusquedad para seguir buscando entre su ropa lo más bonito que tenía.

    Quería verse hermosa para él. Por mucho tiempo se había negado a la idea de que tenía sentimientos por Keun Suk, pero el haberlo confesado a sus amigas, le había dado el valor suficiente para demostrarle lo que sentía hasta ahora.

    -Esta mini- se miraba al espejo con la falda delante para ver como le quedaba- No, está demasiado corta. Pensará que soy muy atrevida. A los asiáticos no les gustan las chicas que muestran mucho.

    -Pantalones cortos. Pésima idea, voy a bailar no de campamento- siguió buscando en su armario- Este vestido está bien, no es muy corto pero tampoco aburrido.

    Se puso el vestido y le quedó perfecto. Era una pieza de gasa negra con forro por dentro para no mostrar más de lo necesario, con manguitas cero y cuello en V. Dejaba ver sus atributos pero sin ser atrevido. Se soltó el cabello, se puso un maquillaje brillante para la disco y unos tacos muy femeninos.

    -¡Lista!- dijo mirándose al espejo mientras daba vueltas para verse mejor.

    Era la primera vez que estaba lista antes de que la hora de su cita llegue. Bajaba las escaleras cuando escuchó el sonido del timbre, se sorprendió porque no esperaba a nadie. Se dirigió a la puerta y al abrir vio a un hombre en uniforme, al verlo supo quién era. Lo había visto un par de veces recogiendo a Keun suk en la escuela. El chofer se inclinó y señaló hacia el auto que tenía las lunas subidas, Cristy se despidió de sus abuelos y fue hacia el auto que esperaba.

    Cuando se abrió la puerta delante de ella, vio que Keun Suk estaba dentro. Subió un poco desconcertada mientras lo miraba tímidamente. El auto arrancó y llegó en muy poco tiempo al sitio indicado. Bajaron para esperar a los demás.

    -No llega nadie aún- dijo Cristy mirando a todos lados. Keun también buscaba pero tampoco vio a nadie conocido.

    -¿Cómo puedes ver con esas gafas por la noche? ¿No puedes quitártelas al menos hoy?- cruzaba los brazos mientras le increpaba.

    Keun pareció entender, así que se los quitó y los guardó. Cristy trató de ver sus ojos pero casi no se veían porque el gorro que llevaba puesto le cubría aún la cara.

    -¡I puda!- dijo Keun separando un poco la tela de su boca para que Cristy pudiera escuchar.

    -¿Qué dijiste? Ay, no te entiendo. ¿Puedes hablar español? Quiero saber que dices pero…

    -¡Beau - beautiful!- dijo algo tímido.

    -¿Beautiful? –sonrió mientras se sonrojaba- ¿Te parece que estoy… bonita?

    Él asintió con la cabeza.

    -Tú también estás muy bien. Tienes mucho estilo- Keun sólo movía la cabeza hacia un lado como pensando en lo que decía Cristy.

    -¿Cómo es que todo se te ve tan bien?- lo miraba de pies a cabeza.

    -¡Cris, aquí!- escuchó una voz a lo lejos. Era Malayka.

    -¡Malayka! ¿Y las demás?- dijo cuando ésta se acercó.

    -No lo sé, cada una llegaría por su cuenta.

    -¡Malayka, Cristy!- se escuchó al poco tiempo- ¡Hola chicas!

    Se unía al grupo Veyra y Raquel que llegaba de la mano con un chico alto un poco trigueño y algo agraciado.

    -Les presento a Bryan- se saludaron con un beso en la mejilla cada una. Pero cuando el chico le estiraba la mano a Keun para saludarlo, éste se inclinó.

    -¡Oh! él es Keun Suk, un amigo de intercambio. Viene de Corea del Sur- le dijo Cristy a Bryan para salvar la situación.

    -¿Corea? ¿En serio? Wow, nunca he visto a alguien de allá.

    Cristy sonreía orgullosa señalándolo como su pareja de fiesta.

    -Tienes mucho estilo brother.

    -Entonces ¿Nos vamos?- dijo Veyra.

    Caminaron todos juntos hasta el lugar indicado de la fiesta. Cuando llegaron notaron que el lugar estaba repleto de gente, no cabía un alma más.

    -¿Qué vamos hacer ahora?- se lamentaba Raquel- Yo tenía muchas ganas de bailar.

    -Pero está muy lleno el lugar, es peligroso- razonó Veyra.

    -Sí, es muy peligroso, si sucediera un incendio o un terremoto, no podríamos salir. Mejor busquemos otro lugar- dijo Cristy.

    -Conozco un lugar nuevo, se inauguró hace poco. Hay una pequeña pista de baile y también un karaoke- dijo Malayka.

    -Vamos todos entonces.

    Keun sujetó del brazo a Cristy porque no sabía que pasaba. Le hizo señas con la mano para que le entendiera.

    -¡Ah!, mira vamos a otro lugar, aquí está muy lleno- Hablándole con señas, Keun podía entender un poco mejor, así que la siguió sin problemas.
     
  11.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    568
    Llegaron a un local muy bonito, entraron, reservaron mesa, pidieron bebidas y unas cartas como la de los restaurantes estaban en la mesa. Miraron y vieron que había una selección de canciones, había salsa, cumbia, baladas en español y en inglés, todas las canciones conocidas hasta el momento.

    -Vamos a ver, ¿Quién se anima primero?- dijo Raquel- Yo cantaré a dúo con Bryan- dijo emocionada.

    -De verdad ¿Vas a cantar?- dijo riéndose Veyra- Si no cantas ni en la ducha.

    -Claro que sí, además lo que vale es divertirse. Y a eso vinimos ¿no?- dijo Raquel a la defensiva.

    -Sólo fue broma, no te enojes- trató de calmarla Veyra- A ver… yo cantaré una balada, en español claro. Suficiente tengo con soltar mis gallos como para hacer un papelón más grande cantando en inglés- se rió al final.

    -Yo…- mirando la carta con atención- cantaré una cumbia, para alegrar la noche- dijo Malayka moviendo los hombros con soltura.

    -Y yo… quiero una balada también pero no sé cual… ¡Ésta!- dijo mientras señalaba la carta.

    -Wow, esa es buena. ¿Pero estás segura?- dijo con incredulidad Raquel.

    -Claro, yo tengo muy buena voz- dijo Cristy llevándose la mano al pecho en señal de orgullo- Y se la voy a dedicar a Keun Suk.

    Keun al escuchar su nombre volteó hacia Cristy a ver si alguien le decía algo, pero no entendió mucho de lo que hablaban. Sólo se dedicó a observar el lugar desde que llegaron. Era un lugar completamente diferente a los de su país. Sabía que era un karaoke pero le llamó la atención que fuera un lugar abierto donde todos escuchaban a todos lanzar sus gallos sin ninguna privacidad entre ellos.

    Los karaokes en Corea eran completamente distintos. Estaban divididos por salas individuales para grupos pequeños, con una pantalla grande con control remoto y una lista en cada habitación. Podían tener la privacidad necesaria y no ser pifiados si lo hacían mal, además de poder grabar sus interpretaciones y mandarlos a sus amistades.

    -¿Tú vas a cantar?- le preguntó Cristy acercándole la carta a Keun para que escogiera algo.

    -¿Uhm, naega?- se señaló a sí mismo- No no no no- dijo moviendo las manos.

    -Sí, ¿Cómo podrías cantar, si con las justas nos entiendes?- dijo entristecida Cristy. Volteó un poco más hacia él y mirándolo a los ojos.

    -Pero yo cantaré para ti…, aunque ahora no entiendas nada de lo que te digo. Esta canción te la dedicaré- mientras le mostraba el nombre de una canción en el papel.

    Había poca gente en el local ya que era un poco temprano, los cantantes improvisados levantaban sus manos para que les alcanzaran los micrófonos, la mayoría no se atrevía a cantar delante de todos. Era más fácil cantar desde sus asientos, así podían ocultar sus caras si lo hacían mal. Otros más osados y ya envalentonados por el trago, se lanzaban con todo y soltaban sus gallos con coreografía incluida. Las chicas chiflaban a los chicos para que se desinhibieran poco a poco y los chicos silbaban y mandaban sus piropos a las chicas más guapas de la noche.

    Todo esto lo veía Keun Suk con mucho agrado, le gustaba la alegría de los panameños, su forma tan desenfadada de bailar al ritmo de la música, no era música común para él pero le alegraba y divertía.
     
  12.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    990
    Tocó el turno de Veyra. Cantó tímidamente desde su asiento una balada de Miryan Hernández "Tonto", aunque era una balada muy romántica y la cantante de una voz muy fina y aguda; lo hizo muy bien, con algunas desafinaciones pero con sus amigas al lado dándole ánimos terminó muy bien.

    Luego siguió el turno de Malayka que se decidió por cantar "Juana La Cubana" una cumbia muy alegre y movida de Las Chicas del Can, el público presente se levantó de sus asientos y al ritmo de la música movieron las caderas y coreaban el coro. Al terminar la canción, Malayka agradeció al público y se fue a su asiento en medio de aplausos.

    -Sigues tú Cristy- le dijo Raquel cogiéndola del brazo.

    -Sí, ya voy- dijo Cristy tomando un poco de aire porque se sentía nerviosa cantar por primera vez en público y más aún si la canción se la dedicaría a alguien presente en ese momento.

    Se levantó y se dirigió al frente, cerca a la pantalla. Miró al DJ que esperaba la orden de dar play a la música y le pidió que esperara un poco, cogió el micrófono y dedicó unas palabras a la audiencia que aplaudía esperando una buena actuación de su parte. Los chicos le silbaban y le lanzaban piropos por que consideraban que era la chica más linda de la noche y las chicas le daban ánimo también.

    Keun sólo podía mirar sin hacer nada, se suponía que no entendía nada de lo que decían.

    -Hola a todos, me llamo Cristy.

    -¡¡Hola Cristy!!- decían a viva voz correspondiendo a su saludo.

    -La canción que cantaré esta noche, está dedicada a una persona muy especial... Él llegó a mi vida de manera inesperada y aunque al principio no fue algo especial conocerlo... Ahora se ha vuelto parte importante de mi vida. Esto es para ti…

    Mientras se escuchaban los primeros acordes de la canción que interpretaría, Keun Suk sonreía por debajo de su pashmina, las chicas a su lado comentaban entre sí diciendo que Cristy estaba loca por dedicarle tal canción a alguien que casi no conocía.

    Keun pudo entender parte de lo que Cristy había dicho y se había dado cuenta de sus sentimientos hacia él. Sonrió esperando escuchar su voz pero también esperaba que no hiciera un papelón delante de tanta gente.

    Cristy comenzó a entonar suavemente las primeras letras

    "Te regalo mi cintura
    y mis labios para cuando quieras besar
    te regalo mi locura
    y las pocas neuronas que quedan ya…
    " (Tú - Shakira)

    El público y sus amigas se quedaron pasmados al escuchar su voz, la habían escuchado antes entonar una que otra canción por ahí pero nada que nadie pudiera hacer en medio de una locura colectiva por alguna canción de moda. Keun la escuchaba atentamente y mientras todos la observaban, él buscaba en su celular la letra de la canción en inglés para entender mejor el significado de sus palabras.

    "Porque eres tú mi sol
    la fe con que vivo
    la potencia de mi voz
    los pies con que camino
    Eres tu amor
    mis ganas de reír
    el adiós que no sabré decir
    porque nunca podre vivir sin tí.
    "

    Al terminar de cantar, se sintió la euforia del público que pedía otra canción a viva voz, Cris miró a sus amigas y luego volteó hacia el DJ y éste le hizo señas para que escogiera otra canción. Ella quería seguir cantando porque los nervios se le habían pasado por completo pero decidió interpretar ahora un tema más alegre o lloraría si interpretaba la que había cruzado por su mente (Antología). Apenas comenzó la tonadita de la canción tan conocida por todos (Ciega Sordomuda - Shakira), se levantaron las chicas y las más osadas se colocaron al lado de Cristy para acompañarla en el coro…

    "…Bruta, ciega, sordomuda,
    torpe, traste y testaruda,
    es todo lo que he sido
    por ti me he convertido
    en una cosa que no hace
    otra cosa mas que amarte
    pienso en ti día y noche
    y no se como olvidarte
    …"

    Las chicas aún sin conocerse se abrazaron entre sí y se movían de un lado a otro al ritmo del estribillo.
    ... Recién comenzaba la noche.

    -¡Wow! Cristy, realmente nos sorprendiste. Bien guardadito te lo tenías ¿No bandida?

    Cristy sólo reía sin parar tomando asiento mientras Veyra le alcanzaba una bebida para que recobrara el aliento.

    -Pero tú sí estás loca niña- le increpó Raquel.

    -¿Por qué?- le dijo sorprendida.

    -¿Ya se te olvidó la última vez que le dedicaste una canción a un chico?

    -Ah, eso. No quiero recordarlo por favor, fue hace mucho tiempo.

    -Sí, fue hace mucho. Pero también fue mucho lo que sufriste tratando de olvidarlo.

    -¿Qué tiene que ver eso con lo de ahora?- la actitud de Cristy cambió de la alegría al fastidio extremo. Cruzó los brazos y miró hacia un lado tratando que no vieran la expresión de su rostro.

    -No es que quiera molestarte amiga, es solo que no quiero que vuelvas a pasar por lo mismo.

    -No pasará. No te preocupes- volteó a mirar a Raquel.

    -¿Cómo lo sabes? Ni siquiera lo conocemos bien. Sólo sabemos que viene desde muy lejos y a lo mucho se quedará hasta que finalice el año escolar ¿y luego qué?

    -Ya veré después- tomó su bebida y bebió un poco más- Por ahora sólo quiero pasarla bien. ¿Ok?- finalizó la conversación.

    Se volteó hacia Keun Suk.

    -¿Cómo lo hice? ¿Te gustó?- le dijo sonriéndole.

    Él movió la cabeza afirmativamente y levantó los pulgares en señal de aprobación.

    -¡Sí le gustó! ¿Vieron?- se alegró sobremanera y empezó a mover las manos de un lado a otro al compás de su voz- ¡Le gustó! ¡Le gustó! jeje ¡Le gustó!. Uhmmmm- dijo sacándole la lengua a Raquel y causando la risa de Keun y las demás.
     
  13.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1223
    Había llegado la hora de regresar, salieron todos del lugar y se despidieron para irse cada una a su casa. Malayka se fue con Veyra, Raquel con su novio y Cristy se quedó esperando con Jang el auto de éste. Esa noche corría un poco de viento por la hora que era, el auto no llegaba y Keun llamó para saber que pasaba. Le dijeron que no podían recogerlos porque había ocurrido un percance con el auto.

    -Uhm, el auto…no viene- dijo Keun en un español chancado y haciendo señas con las manos para que Cristy le entendiera.

    -¿En serio? Bueno, mi casa no está muy lejos. Pero ¿Cómo harás para regresar a tu casa? Puedo acompañarte primero si quieres.

    -¡Annio! -Movió la cabeza negativamente.

    -¿Annio?, ¿Significa no?

    -¡Uhm!- movió la cabeza esta vez afirmando.

    -¡Annio! ¡annio!, me gusta- levantó el pulgar mientras sacaba un poco el labio inferior graciosamente. Keun reía.

    -Entonces vamos a mi casa y le diré a mi abuelo que te acompañe. ¡Vamos!- lo jaló del brazo al ver que no se movía de su sitio.

    En el camino Cristy aprovechó para preguntarle palabras en coreano. Quería saber este idioma para poder comunicarse mejor con Keun.

    -¿Cómo se dice gracias?

    -¡Kamsanmida!- dijo lentamente para que pudiera entender.

    -Kamsanmida, kamsanmida- repetía una y otra vez mirando al cielo y silabeando con los dedos.

    -Y ¿Hola?

    -¡Annionghaseyo!

    -Oh, anniongahseyo- se inclinó graciosamente delante de él.

    - Tengo frío- dijo Cristy llevándose las manos a los brazos y moviéndolos de arriba abajo.

    -¡Choo-wo!

    -No ¿cómo se dice? tonto- se quedó parada mirándolo enojada- De verdad tengo frío- mientras hacía movimientos más bruscos en sus brazos.

    Keun se cogió la cabeza y cerró los ojos en señal de torpeza. Se acercó a Cristy y se quitó la chaqueta para ponerla en sus hombros.

    -¡Kansanmida! –dijo agachándose. Esto causó risa en Keun que se llevó la mano en forma de puño a la boca para evitar una carcajada. Algo que no dio resultado porque Cristy se dio cuenta.

    -¿Te estás riendo?- dijo, pero Keun negó con la cabeza.

    -Sí, te estás riendo de mí- dijo nuevamente – ¡Ya verás!

    Sujetó con una mano la chaqueta sobre su hombro y con la otra buscó el costado de Keun para hacerle cosquillas. Éste se alejó un poco fingiendo temor y moviendo las manos de un lado a otro, pero sin poder evitar las cosquillas. Keun corría y Cristy detrás de él, como vio que él era más rápido, no dudó en quitarse los zapatos y correr detrás de él, descalza.

    Así, entre juego y juego llegaron a la casa de ella, al pie del edificio en donde vivía.

    -Llegamos al fin- dijo agotada de tanto juguetear- Sube- le dijo cogiendo su mano.

    Keun se soltó porque no era costumbre en su país ir de la mano con amigas.

    -¿Qué sucede?- volteó a verlo.

    -¿No quieres subir conmigo? Ok, espérame aquí.

    Subió a su departamento y luego de explicarle a su abuelo lo sucedido, bajó con éste para llevarlo a casa. Keun se despidió como era su costumbre y se alejó dejando a Cristy al pie de la escalera. Después de unos minutos subió al fin a descansar y seguir soñando con la maravillosa noche que había tenido junto a Keun Suk.

    ---

    Las semanas iban pasando rápidamente y así como Cristy y Keun Suk se iban acercando más y más, aprendiendo uno del otro las distintas costumbres de sus países; Sebastián no se detenía en su labor de descubrir quién era en realidad el asiático. Buscaba en uno y otro lado, pero nadie sabía nada de él, la tecnología y contactos con los que contaba hasta el momento no le habían servido de mucho y eso lo frustraba aún más sabiendo que Cristy se acercaba cada día más a otro que no era él.

    En Panamá tienen muchas fiestas, algunas veces sin razón alguna deciden hacer alguna celebración o show de talentos en las escuelas. Antes de las vacaciones de medio año, el director decidió despedir a los alumnos con uno de estos shows, todos los alumnos tenían la libertad de inscribirse y participar y así dejar todas las tensiones a un lado antes de regresar a la escuela después de un merecido descanso.

    Los chicos muy animosos prepararon un buen repertorio, algunos bailarían, otros cantarían y otros representarían pequeñas obras teatrales. Cristy y sus amigas habían decidido participar, presentarían una de las canciones más populares entre las chicas de clase media "Desesperada" de Martha Sánchez. Con sus movimientos sensuales planeaban dejar a la escuela entera boquiabierta.

    Sebastián también decidió participar, haría una representación teatral.

    -¿Teatro? ¿Pero qué sabe este tarado de actuación? A lo mucho se mirará al espejo y dirá: "Espejito, espejito. Quién es el más bonito"- decía en tono burlón Malayka mientras se cogía el pelo mirando su mano en posición de estar sujetando un espejo.

    -Ja jajajaja, tienes razón- se reían todas a la vez en el patio, ya que era hora de descanso.

    -¿Y tú Keun Suk? ¿Esta vez sí harás algo o tampoco nada?- preguntó Cristy mirándolo.

    -No, no haré nada- dijo Keun.

    Ahora su español era más fluido y era más fácil que interactuara con los demás. Sólo hablaba en coreano cuando no quería que nadie entendiera. Su guardaespaldas tampoco solía acompañarlo, lo llevaba a la escuela, lo dejaba en ella y luego lo recogía para llevarlo a casa. Era un cambio que él había pedido porque se sentía asfixiado al estar vigilado todo el tiempo.

    Los ojos tampoco se los cubría, usaba mascarilla o pañoleta, gorro y capucha. Eso no podía faltar en él y ya sus compañeros se habían acostumbrado a verlo así.

    "La noche de los talentos", como se llamaba la actuación de esa noche, había comenzado. Un sinnúmero de actos se habían presentado y faltaban dos actos. El baile de Cristy y el teatro de Sebastián.

    Cristy y sus amigas subieron al escenario para su actuación, realizaron una buena coreografía, los chicos aplaudían pidiendo repetición pero se hacía tarde y tenía que empezar el teatro. Sebastián y su grupo habían pedido hacer la representación en medio del público y no en el escenario que había servido a todos los demás. Empezó la obra y los chicos buscaban la interacción de sus compañeros que estaban sentados como parte de la obra.

    Cristy y Keun se habían acomodado en una de las esquinas de la sala y Sebastián aprovechó para acercarse a ellos en forma prepotente haciendo ademán de interactuar con ellos. Keun de brazos cruzados, sólo atinaba a mirarlo a los ojos y mostrar por debajo de la pañoleta una sonrisa sarcástica que Sebastián no podía ver.

    Pero por más inteligente y preparado que él estuviera, no podía saber lo que Sebastián estaba planeando en es momento. Se acercó a Cristy y con la ayuda del público que coreaba su nombre para ayudarlo en la escena, la tomó de la mano y la llevó al centro. La rodeó sigilosamente y la sujetó de los brazos por detrás, acercó su cara a la de ella y estaba a punto de besarla sino hubiera sido porque Cristy en ese momento volteó el rostro hacia otro lado.
     
  14.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    706
    Keun veía todo esto desde su sitio, quería intervenir pero los ojos de Cristy que estaban clavados siempre en él, le decían que no hiciera nada.

    Pero llegó un punto en que no pudo más, Sebastián estaba empezando a tocar a Cristy en forma inapropiada aprovechando que el Director y varios de los maestros habían salido de la sala, engañados por una treta preparada por éste.

    -¡Esto ya no es divertido! ¡Déjame!- dijo Cristy tratando de irse.

    -¡No, espera! No puedes hacer esto baby, la obra aún no termina- la jaló otra vez hacia él.

    -¡A mí no me importa! ¡Suéltame!- jaló otra vez.

    Las cosas habían empezado a ponerse tensas.

    -¡No te irás!- la jaló con fuerza y esta vez cogió su cabeza con una mano atrayéndola hacia él para besarla.

    Keun no soportó más, fue directamente hacia ellos y de un jalón la alejó de Sebastián poniéndola detrás de él.

    -¡Ok, llegó Superman!- dijo despectivamente mirándolo de pies a cabeza.

    Chasqueó los dedos y dos chicos más altos y fuertes que él, aparecieron detrás de Keun Suk sujetándolo de los brazos con fuerza. Keun trató de soltarse pero no podía, vio a Sebastián acercarse temerariamente, la sala había quedado en silencio y sospechosamente no había ningún profesor en ese momento.

    -Así que… vienes a América huyendo quién sabe de qué; ...escondes tu horrible cara detrás de estos trapos- le quitó la capucha que llevaba puesta- Te haces el interesante acercándote a mi chica…

    -¿Qué?, ¿Tu chica? ¿Eres idiota? ¿Qué te pasa?- dijo Cristy empujando a Sebastián.

    -¡Shssssss!-la silenció éste tomándola por la cintura y poniendo el dedo en su boca –Después de ver su horrible cara, no dudarás más y te darás cuenta de que el único hombre que te conviene soy yo, preciosa.

    -¡Suéltame! ¡Desgraciado! Lo único que me provocas es asco.

    -¿Asco dices?- se rió guiándola hacia Keun- Te mostraré- le quitó la gorra- Lo que de verdad da asco.

    Keun Suk no luchó para que no lo despojaran de sus cosas. Estaba harto de tanta humillación de parte de Sebastián. Había decidido mostrarse y si tenía que ser de este modo, no se resistiría.

    Sebastián se acercó más y cogió la pañoleta de un lado para quitársela, no sin antes vanagloriarse delante de todos, de lo que iba hacer. Lo miró a los ojos con una sonrisa triunfal, mientras que Keun lo miraba sereno. Tiró de la bufanda y en el acto dejó al descubierto el rostro de quien consideraba su peor enemigo, aquél que lo había vencido antes en dos oportunidades.

    Sebastián y Cristy que fueron los primeros y más cercanos en verlo, se quedaron pasmados. Sebastián soltó a Cristy y retrocedió unos pasos, no creía lo que veía. Cristy se quedó mirándolo con estupor.

    -¡No es posible!- dijo llevándose la mano a la boca- ¡Tú eres…!- ella no podía articular palabra.

    Los chicos a su alrededor lo veían con la boca abierta. Fue entonces que Keun comenzó a mirar a todos a su alrededor, miró a sus captores que lo soltaron al instante. Acomodó su hermoso cabello negro y con una sonrisa completamente seductora de medio lado, se acercó a Sebastián.

    -¿Qué sucede?- dijo con voz profunda y varonil- ¿Te gusto?

    Sebastián tragó saliva en ese momento.

    Luego fue hacia Cristy, la tomó de la mano y al ver que no reaccionaba, le chasqueó los dedos para que lo viera.

    -¡Vamos!- la jaló suavemente dirigiéndose a la salida. Los alumnos se apartaban a cada paso que daba, lo miraban y quedaban perplejos por la perfección de sus facciones. Sebastián se quedó atrás, solo y derrotado, otra vez, en medio de la sala. Veía como todo el mundo iba tras la pareja murmurando detrás de ellos sobre lo hermoso que era Keun Suk.

    Sebastián cerraba los puños con fuerza, arrepentido de lo que había hecho, nunca creyó que su venganza se voltearía en su contra. Había abierto la Caja de Pandora.

    La famosa Noche de Talentos se había convertido finalmente en la Noche de los Descubrimientos, tendrían mucho de qué hablar en la ciudad desde ese momento.
     
  15.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    900
    Keun Suk llevó a Cristy hasta su casa, en todo el camino ella no dijo nada. Sólo lo miraba y lo ponía nervioso. Al bajar del auto, sólo se despidieron y cada uno se fue a descansar.

    -Hola cariño, ¿Cómo te fue esta noche?- preguntó la abuela cariñosamente.

    -Bien abuela. Iré a descansar- dijo con desgano dirigiéndose a su habituación- Buenas noches.

    Entró y se sentó en la cama, confundida por lo que había pasado.

    -No entiendo. ¿Por qué?- pensaba y pensaba y no había respuestas a sus preguntas.

    Después de alistarse para dormir, se acomodó en su cama y al poco tiempo timbró su celular. Lo cogió y vio que era el número de Keun, por un momento pensó no contestar, pero al final aceptó la llamada.

    -¿Aló?

    -¿Ya estás dormida?- preguntó Keun.

    -Sí, estás hablando con mi doble- bromeó Cristy sin querer, lo que causó la risa de Keun al otro lado del teléfono.

    -Creí que estabas enojada conmigo y que no contestarías.

    -Así es.

    -¿Y por qué?

    -Aún no lo sé.

    -¿No quieres preguntarme nada?

    -Claro que sí, pero no por ahora. Ahora sólo quiero dormir, ¿Podemos hablar mañana?

    -Entiendo. Paso por ti a las 10, ¿De acuerdo?

    -Ok. Bye.

    -Bye.

    Colgaron ambos y se dispusieron a descansar.

    Keun llegó antes de lo acordado a recoger a Cristy, ésta ya estaba lista, así que no hubo necesidad de que entrara a saludar a los mayores. En el camino, tampoco hablaban mucho, la situación se había vuelto tensa desde que Keun se había quitado todo de la cara.

    Era una mañana con mucho sol, vestían holgadamente y ambos llevaban gafas de sol. Las chicas que encontraban por la calle se quedaban mirando con mucho agrado a Keun, veían sobre todo su rostro de piel muy blanca y su figura esbelta y delicada. Siempre vestido con mucho estilo, encandilaba a las chicas a cada paso que daba, poniendo de mal humor a sus acompañantes varones que eran ignorados por éstas.

    Fueron a una heladería en el centro, como ahí no necesitaba los lentes de sol, se los quitó.

    Grave error, las chicas se alborotaron aún más alrededor de ellos, cogieron sus cámaras y celulares y empezaron a tomar fotos por doquier. Keun parecía estar acostumbrado a ello y no se inmutaba, pero a Cristy le molestaba mucho, al punto de no poder soportarlo. Cogió sus cosas y se levantó para irse, avanzó hacia la salida esperando ser seguida por Keun Suk pero al no verlo a su lado, volteó a ver.

    Grande fue su sorpresa al ver que no lo dejaban salir, muchas chicas se habían pasado la voz y habían llegado a ver al extranjero que encandilaba. Hubo tanto alboroto que los dueños de la heladería decidieron cerrar sus puertas temiendo que hubiera un saqueo. Cristy abrumada por lo que veía, decidió regresar donde estaba él y cogiéndolo de la mano…

    -¡Abran paso! ¡Él viene conmigo!- lo jaló hacia la salida en medio de los gritos de las chicas que sin conocerlo ya lo trataban como una estrella.

    Salieron de la tienda, pero vieron que muchas de las chicas los seguían y empezaron a correr. Guiado por Cristy, entraron en una galería de ropa, trataron de mezclarse con la clientela pero dentro había más chicas que al ver el alboroto de afuera se preguntaban quiénes eran esos dos que se estaban escondiendo en los aparadores. Vieron al chico y entraron en la histeria colectiva. Otra vez a correr.

    Esta vez encontraron una tienda de ropa para hombres. Sin pensarlo dos veces, Cristy llevó a Keun al fondo y le entregó una polera con capucha y un gorro, hizo que se los pusiera junto con las gafas y pagaron por ellos antes de irse.

    Cuando salieron, tomaron un camino muy transitado, pero ya nadie los seguía, así cubierto como estaba, era más fácil pasar desapercibidos.

    Llegaron a la banca de una plazuela cercana, se sentaron, se miraron fijamente y comenzaron a reír sin razón.

    -¡No digas nada!- dijo Cristy- No es necesario que me expliques. Ahora entiendo porqué lo hacías.

    -¿Hacer qué?- preguntó curioso.

    -Eso, lo de esconderte. Lo de fingir que estabas desfigurado.

    -¡Ah! Eso- miró hacia adelante y luego agregó – ¿Te incomoda? Qué sea así ¿Preferirías que sea feo y con enormes cicatrices por todos lados?

    -No me incomoda, es sólo que debe ser difícil para ti manejar todo el tiempo el acoso de las chicas.

    -No es para tanto, no creí que fuera fácil, pero en mi país era un poco más normal.

    -¿Cómo era en tu país? ¿Podías salir libremente?

    -¡Eeeh!, un poco. Allá no tengo muchos amigos, mi familia es muy estricta y no tengo la oportunidad de relacionarme con mucha gente.

    -¡Ooooh!, entiendo. ¿Y porqué se vinieron entonces?

    -Es algo que… aún no puedo contarte. Quizás después.

    -¿Estás huyendo de algo? ¿Hiciste algo malo?- bromeó señalándolo con el dedo.

    -No quiero hablar de eso- se levantó- ¿Nos vamos? Tengo sed de tanto correr, vayamos a comer algo.

    -Ok, pero esta vez- poniendo las manos juntas en forma de súplica mientras se levantaba- Por favor, por favor, no te quites nada. ¿De acuerdo?

    - Jajajajaja. ¡Arasseo!- dijo riendo mientras se alejaba juguetona mente.
     
  16.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1032
    Las vacaciones de medio año habían llegado Cristy y sus amigas se reunían casi a diario en casa de cada una para hablar sobre chicos, maquillarse en pijamadas y también salían por las tardes a dar unas vueltas por la zona. No tenían que cuidarse mucho de los acosadores porque la ciudad era muy tranquila y segura.

    Keun Suk había regresado a Corea a visitar a sus padres que estaban allá arreglando unos asuntos y volvería días antes de regresar a la escuela.

    Sebastián por su parte se había ido a la frontera con Costa Rica por trabajo, había sido contratado por la agencia de su madre para hacer unos comerciales y estaría fuera las dos semanas de vacaciones. Cristy sentía un gran alivio de no tenerlo cerca esas dos semanas.

    -Chicas, que les parece si como despedida de las vacaciones nos vamos a acampar el fin de semana- decía Raquel emocionada por la aventura.

    -¿Este fin? No sé, Keun Suk me dijo que volvería el viernes y quería pasarla con él- dijo apenada Cristy.

    -¡Keun Suk, Keun Suk!, ¿No tienes otra tema del cual hablar? ¡Siempre es Keun Suk más importante que nosotras!- reclamaba Malayka.

    -Pero ¿qué te pasa Malayka, por qué actúas así?- decía Cristy ¿Es que te gusta Keun Suk o qué?

    -¿A mí? Estás loca mamita, a mí me gustan con más color- dijo medio risueña pero sin mirarla a la cara.

    -Entonces ¿Por qué actúas así de repente?

    -Es que nunca tienes tiempo para nosotras, cuando queremos salir contigo, siempre tienes excusas. Que si estás esperando llamada o estás escribiendo una carta o mandando un email. Ni tu novio es para que estés detrás de él.

    -¡Sí es cierto!- dijo Veyra apoyando a Malayka- Desde que él apareció no tienes tiempo para nosotras.

    -Vamos chicas, no sean tan egoístas con Cristy- trató de apoyarla Raquel- A ella le gusta y parece que a él también. ¿No pueden entender un poquito lo que se siente el estar enamorada?

    -Déjalas Raquel, mejor me voy a casa- se levantó de la banca donde estaban sentadas en el parque- Nos vemos después.

    Cristy no tenía ganas de discutir con sus amigas, estaba muy triste porque extrañaba mucho a Keun Suk y aún faltaban cuatro días para que llegara de viaje.

    -¡Espera Cris!, ¡No te vallas!- le dijo Malayka al ver que la había hecho sentir mal.

    -No te preocupes amiga, sólo estoy cansada. Nos vemos después.

    Se puso su bolso de lado, se colocó los audífonos y encendió el MP3 con la música que le había regalado Keun Suk antes de irse, se lo había dado para que no se olvidara de él. Era el mismo que usaba en clases cuando no entendía nada de lo que decían los demás. Ya que grababa todos los temas que daban los profesores, no tenía que prestar atención porque luego hacía las tareas ayudado por sus maestros y traductores particulares que tenía en casa.

    Cristy caminaba más distraída y deprimida que nunca por las calles, escuchaba la música a todo volumen y lograba cantar algunas canciones en coreano, sobre todo las baladas. Le gustaban muchas de ellas aunque no sabía realmente qué decían.

    Llegó en poco tiempo a su casa, pero antes de subir se sentó un rato al pie del árbol que era su favorito. Se puso a pensar en las cosas que habían dicho sus amigas; por una parte creía que tenían razón, pero por otro, no podía evitar pensar y hablar siempre de Keun Suk. Le gustaba mucho y cada cosa que veían o de la que hablaban, la relacionaba siempre con él.

    Sus abuelos también habían notado su cambio y en una oportunidad su abuela le había aconsejado que no se enamorara del chico porque no estaría para siempre con ella. Llegaría el día en que tendría que irse y ella se quedaría sola, perdiendo quizás otras oportunidades en el futuro tan sólo por esperar su regreso.

    -¿Quién soy?- escuchó la voz de una mujer detrás de ella, mientras le cubrían los ojos con ambas manos.

    -¡Mamá, ¡¿Eres tú?!- preguntó emocionada y cogiendo las manos que le impedían ver.

    -¡Adivinaste!- dijo su madre quitando sus manos y abriendo los brazos para abrazar a su hija.

    -¡Mamá! ¡Te extrañé mucho!- dijo Cristy levantándose y abrazando amorosamente a su madre que no veía hacía tiempo.

    -¡Oh! Mi pequeña, cuánto haz crecido- decía acariciándole el cabello.

    -Mamá, no he crecido más que hace dos semanas- replicaba Cristy.

    -Es que cada vez que te veo, me parece que estás más grandota y más señorita.

    -Ay mamá, ¿qué dices?- se sentó nuevamente en la banca junto a su madre.

    -¿Y cómo haz estado estos días, eh? Tu abuela me llamó un poco preocupada por ti.

    -Cuando no mi abue, exagerando las cosas.

    -No exagera hija. Dice que te gusta un chico extranjero que se irá muy pronto.

    - No es así, mamá. No se irá aún.

    -Entonces ¿es cierto que te gusta?- cogió una de las manos de su hija para darle confianza al hablar.

    -Sí, me gusta- agachó un poco la cabeza.

    -Y eso te tiene así, dime que es lo que realmente te preocupa en este momento.

    -No lo sé mamá. Son tantas cosas, es la primera vez que siento algo tan fuerte por un chico y siento que mis amigas no me entienden a pesar de que…

    -Dime algo ¿Él te ha dicho que le gustas?

    -No, pero yo tampoco lo he hecho.

    -Y ¿qué crees que él sienta por ti?

    -Creo que también le gusto. La pasamos bien juntos y nos comprendemos muy bien, aunque seamos de culturas diferentes.

    -Escucha lo que te voy a decir… Si ese chico no es para ti, no lo será nunca. Pero si lo es, entonces… Nada ni nadie impedirá que estén juntos.

    Cristy miraba a su madre y por primera vez sentía que alguien comprendía sus sentimientos. Sin haberle contado todo, ella supo interpretar perfectamente lo que su corazón guardaba; los temores que tuvo desde que entendió lo que estaba sintiendo por él.
     
  17.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1201
    El primer día de clases después de las vacaciones había llegado, otra vez el alboroto en las calles, los buses llegaban uno a uno a dejar a los escolares a sus respectivas escuelas. Cristy había abordado su bus y se había sentado atrás escuchando su música como siempre. Pero no iba contenta como antes, por el contrario, iba deprimida y pensativa porque Keun Suk no había llegado el día prometido y tampoco le había contestado ningún mensaje.

    No sabía si él volvería a Panamá, tal vez había decidido no volver y la había dejado atrás sin importarle en lo absoluto sus sentimientos. Bajó del bus y caminó hacia la entrada principal, no halló a sus amigas porque era temprano y ellas tenían la costumbre de llegar cinco minutos antes de la hora de entrada.

    Subió las escaleras, entró al aula y se fue directo a su pupitre, miró al costado pero la mesa de Keun Suk estaba completamente vacía. Después de un rato, el aula se llenó de alumnos. Primero llegó Sebastián, se había dejado crecer un poco más el cabello y su look había cambiado un poco, estaba más guapo que antes. Se acercó a Cristy para saludarla, pero ella ni se inmutó, lo ignoró por completo.

    Sebastián no tuvo más remedio que volver a su sitio porque los demás alumnos se dieron cuenta que era ignorado, así que decidió coquetear con otras chicas que sí le hacían caso. Un poco después llegaron el trío de amigas, al ver el estado en que se encontraba Cristy, se acercaron a hablarle.

    Estaban hablando de diferentes cosas para levantarle el ánimo, cuando se escuchó un bullicio en el pasadizo. La bulla se acercaba al aula de Cristy, ésta se volteó a mirar lo que sucedía y ahí mismo, en la puerta del aula, estaba Keun Suk.

    Vestido pulcramente de pies a cabeza, parecía literalmente un actor de cine. Ya no llevaba gorros ni gafas y mucho menos pañoletas que cubrieran su hermoso rostro, estaba cual hermoso dios bajado del Olimpo. Miraba sonriente hacia donde estaba sentada Cristy, se acercó a ella y levantándole la mano derecha, la saludó con una hermosa sonrisa.

    -¡Hola! ¡Ya volví!- dijo mientras Cristy se levantaba con brusquedad para abrazarlo del cuello. Casi caen por la fuerza con la que había avanzado hacia él. Keun se sorprendió un poco al ver su reacción.

    -¿Me extrañaste?- le dijo sonriendo y Cristy asintió.

    -Yo también- pasó un brazo por su cintura acercándola un poco más a él.

    -Te compré algo- le dijo- Pero sino me sueltas no podré entregártelo.

    Cuando la apartó de él, vio que había lágrimas en sus ojos, le entregó un pañuelo para que las secara y miró a sus amigas esperando alguna respuesta sobre su reacción. Ellas sólo levantaron los hombros en señal de no saber nada.

    -Creí que no volverías- dijo después de secar sus lágrimas.

    -Dije que volvería ¿No?, siempre cumplo mis promesas- le cogió el cabello acariciándolo y le entregó una pequeña caja.

    -¿Qué es esto?- preguntó recibiéndolo.

    -Si no lo abres, no podrás saberlo.

    Estaba a punto de abrirlo cuando vio toda la gente alrededor suyo.

    -Mejor más tarde- dijo guardando la cajita en su bolsillo.

    ---

    En la primera hora de clases, el profesor tuvo que detener las lecciones varias veces para llamar la atención a las chicas que en su totalidad no dejaban de mirar a Keun Suk.

    Sebastián estaba cada vez más furioso al igual que el resto de muchachos que sentían celos de la atención que recibía el extranjero de parte de sus compañeras.

    En la siguiente clase, el profesor alertado por su antecesor pidió a Keun Suk que por favor se cubriera un poco porque no quería tener problemas con las alumnas como en la clase anterior. Era absurda la petición del profesor, pero Keun tuvo que buscar la manera de cubrir su rostro o sería retirado del aula.

    En el receso, las cosas no fueron distintas, lo seguían a todos lados y le ofrecían de todo tan solo para que les dirigiera una mirada o una sonrisa, algo difícil de conseguir porque ya estaba asustado de tanto acoso. Cristy trató de ayudarlo en varias oportunidades pero las chicas sabiendo la cercanía que tenía con él, la apartaban olímpicamente alejándola lo más posible.

    -¡Arrrrrg!- rabiaba Cristy al ver que había tenido que llegar la seguridad de Keun para escoltarlo a una mesa aparte para que pudiera comer en paz.

    -¡No es posible que por culpa de estas estúpidas ahora él tenga que ser resguardado de nuevo!- decía enfadada Cristy mientras miraba de lejos a Keun.

    -Creo que hubiera sido mejor que no volviera. Ahora la escuela es una total locura por su culpa- dijo Raquel.

    -¿Su culpa dices?- replicó Cristy- ¿Acaso no ves que él la está pasando peor que nosotras?

    -Tienes razón, pobre. Separado como si fuera una estrella de Hollywood. ¿Te imaginas si lo fuera? Sería peor esto, no podría ni venir a la escuela- razonaba Veyra.

    -Tengo que hacer algo, no puedo verlo así, tan triste y solo como está.

    Se levantó de la mesa y fue directo hacia Keun Suk, los guardaespaldas se pusieron al frente impidiéndole el paso pero Keun les ordenó que la dejaran pasar. Se sentó a su lado y le regaló una sonrisa.

    -¿Es incómodo verdad?- dijo Keun mirando a su alrededor.

    -Sí, un poco. Pero no te preocupes, pronto se acostumbrarán y te dejarán en paz.

    -Pues ojalá sea pronto o me retirarán de esta escuela.

    -¿Qué dices? ¿Por qué?- se alteró Cristy.

    -¿No ves como está todo?

    -Sí, pero no es para tanto. No pueden sacarte sólo por la locura de estas payasas que no tienen otra que hacer que fastidiar.

    -Díselo al Director y a los profesores.

    -Y entonces, ¿que vas hacer?

    -No lo sé, por hoy tendré que irme primero. Mañana ya veré.

    Se levantó de la mesa, cogió sus cosas y salió resguardado por sus guardas hasta la salida de la escuela. Las chicas salieron detrás de él, no escuchaban razones de los maestros que amenazaban con castigarlas si no volvían adentro.

    -Esto no puede ser- decía Cristy con los brazos cruzados, había subido al balcón después que se fue Keun Suk- Tengo que ayudarlo de alguna manera. Estaba sumida en estos pensamientos cuando alguien tocó su hombro por detrás.

    Volteó para ver quién era y no la reconoció a primera vista. Era una chica delgada y muy bonita, cabello largo castaño, más blanca que ella y un poco más alta también.

    -¿Te conozco?- preguntó mirándola de pies a cabeza.

    -No, pero yo a ti sí- dijo la desconocida sonriendo altaneramente y jugando con su cabello.

    -¿Ah sí? ¿Y de dónde si se puede saber?- Cristy se puso a la defensiva al ver la actitud de la chica.

    -Por mi novio.

    -¿Tú novio? No entiendo.

    -El nombre de… Santiago… ¿No te dice nada?

    -¡¿Qué dices?!- Cristy se sobresaltó y empezó a recordar. Aquel nombre era el que más quería olvidar y ahora estaba volviendo a su vida, como una maldición.
     
  18.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1172
    Ambas chicas se miraron por un rato, el tiempo parecía haberse detenido, hubo un silencio absoluto. Después de unos segundos Cristy rompió el silencio.

    -¿Por qué estás aquí?, ¿Por qué me buscabas?

    -No te buscaba, sólo tuve curiosidad de conocer a la estúpida que fue humillada por mi novio.

    -¿Qué?- esto hizo fastidiar a Cristy- ¿Humillada dices? Ese es un patán del que gracias a Dios, me libré.

    -Claro, ahora que te queda decir. Pero sé perfectamente que antes te morías por él cuando ni siquiera daba veinte por ti.

    -Mira mira mamita, si haz venido aquí a fastidiarme la vida. Mejor vete, no estoy de humor para soportar tus tonterías.

    Las cosas se estaban poniendo feas cuando Cristy vio que alguien se acercaba por el pasillo. Casi se cae de espaldas cuando lo reconoció, parecía que había visto un fantasma.

    Se acercó a la nueva y la saludó con un beso en los labios. Ésta no perdió tiempo, le acarició la mejilla y lo besó nuevamente. Cristy no pudo soportar la escena y volteó la cara.

    -Hola cariño, te dije que me esperaras para llegar juntos- le dijo cariñosamente.

    -Oh, lo siento cielo, llegué primero porque quería conocer a alguien- dijo ella cariñosamente mientras le acomodaba la corbata.

    -¿Ah sí? ¿A quién?

    La chica señaló con la mirada a Cristy. En un principio el chico no se había percatado de quién era la otra chica, pero cuando la vio detenidamente, pudo reconocerla al fin.

    -¿Cristela?- se sorprendió al verla- ¿Eres Cristela, no?

    Cristy lo vio a los ojos y no pudo evitar recordar nuevamente el pasado. Vinieron a su mente las cosas que había hecho por él y como había sido humillada por Santiago y sus amigos hacía dos años atrás, delante de toda la escuela.

    Se quedó callada, no podía articular palabra porque tenía un nudo en la garganta.

    -¡Sí eres tú! Cómo haz crecido, estás muy linda- dijo mientras le mostraba una sonrisa y le quiñaba un ojo.

    Esto no le hizo ninguna gracia a la novia que le dio un codazo en el costado.

    -¡Oh!, lo siento amor. Es que de verdad me sorprendió verte aquí. Lo último que supe de ti es que te habías ido a otra ciudad con tu mamá.

    -¡Así es! Pero ya estoy de regreso- le dijo con mucha confianza- Y si me lo permiten, tengo muchas cosas que hacer, como para estar escuchando sus tonterías de noviecitos.

    Miró al frente y siguió su camino hacia el aula que estaba a unos pasos del balcón. Santiago volteó a mirar descaradamente a Cristy y lo que vio le agradó, no así a su novia.

    -¿Qué estas haciendo?- le recriminó cuando Cristy desapareció.

    -¿Eh? ¿Yo? Nada cariño- trató de abrazarla.

    -A mí no me engañas. Te gustó ¿cierto?

    -¿A mí? ¿Cómo crees? ¿Cómo vas a compararte con esa niñita? Tú eres perfecta, sabes que estoy loco por ti- la suavizó de inmediato con sus palabras. Era un mujeriego, y aunque su novia siempre estaba pisándole los talones, él siempre se las arreglaba para ponerle los cuernos.

    Pocos minutos después, Cristy ya había puesto al tanto a sus amigas sobre la llegada de Santiago y su novia, se habían encontrado incluso en la misma clase porque eran también del último año. Ahora no sólo tenía que lidiar con el antipático de Sebastián sino también con Santiago y compañía.

    Al salir de la escuela para abordar el bus escolar, fue alcanzada por Santiago que se había adelantado a su noviecita.

    -¡Espera!- la cogió por el brazo- Te llevo a tu casa.

    -¡Suéltame! ¿Qué te pasa?- zafó su brazo y se dispuso a seguir su camino junto a sus amigas.

    -¡Hey! Sólo quiero acompañarte, linda- la siguió.

    -¿Quién te dijo que quería que me acompañaras?- dijo enojada pero sin mirarlo.

    -¿Por qué a la defensiva?- se adelantó para ponerse delante de ella e impedir su paso- ¿Es que sigues enojada por lo que pasó hace años?

    -¡Arg!- agachó un poco la cabeza mientras frotaba su frente- Escucha bien lo que voy a decirte, porque es la única vez que lo haré.

    -Te escucho preciosa- dijo mostrándole una encantadora sonrisa.

    -En primer lugar no vuelvas a llamarme preciosa, ni linda, ni nada que se le parezca- mostraba sus dedos para contar- En segundo lugar, lo que hagas o dejes de hacer con tu vida me tiene sin cuidado.

    La cara del chico se tornó un poco incrédula.

    - Y en tercer lugar, no pierdo mi tiempo pensando en el pasado, mi mente y energía están en el presente. Y en mi futuro, definitivamente no estás tú. Así que- apartándolo con la mano- Aléjate de mi vista.

    Lo dejó parado y avanzó tranquilamente con sus amigas hacia el bus que ya se iba.

    -Cómo has cambiado Cristela Almengor. Ya no eres la ñoña de hace dos años. Creo que este año será muy divertido para los dos- se decía a sí mismo mientras veía como se iba la chica.

    Poco después apareció su novia, Jessica se llamaba, una chica verdaderamente pedante y engreída que no soportaba que nadie le dijera que no. Pertenecía a una familia adinerada que podía enviarla a las mejores escuelas de Estados Unidos pero como estaba encaprichada con Santiago, había terminado en una escuela promedio de Panamá.

    Era tal la obsesión por Santiago, un chico de buen porte, guapo y piel canela; que incluso había conseguido para él departamento y auto de lujo, mimada por sus padres que siempre le cumplían sus caprichos por ser hija única. Santiago era una fichita también, ambicioso pero pobre; le gustaba el baile y era la forma más efectiva de conseguir chicas lindas y con dinero a las que poder exprimir a su antojo. A su corta edad, 17 años, ya era dueño de un departamento completamente amoblado y de un auto de lujo, todo producto de sus trabajitos con mujeres mayores que le pagaban sus servicios con cosas materiales. zos cruzados, había subido al balcón después que se fue Keun Suk- Tengo que ayudarlo de alguna manera. Estaba sumida en estos pensamientos cuando alguien tocó su hombro por detrás.


    Volteó para ver quién era y no la reconoció a primera vista. Era una chica delgada y muy bonita, cabello largo castaño, más blanca que ella y un poco más alta también.

    -¿Te conozco?- preguntó mirándola de pies a cabeza.

    -No, pero yo a ti sí- dijo la desconocida sonriendo altaneramente y jugando con su cabello.

    -¿Ah sí? ¿Y de dónde si se puede saber?- Cristy se puso a la defensiva al ver la actitud de la chica.

    -Por mi novio.

    -¿Tú novio? No entiendo.

    -El nombre de… Santiago… ¿No te dice nada?

    -¡¿Qué dices?!- Cristy se sobresaltó y empezó a recordar. Aquel nombre era el que más quería olvidar y ahora estaba volviendo a su vida, como una maldición.
     
  19.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    623
    Cristy llegó a su casa un poco alterada por lo que había sucedido en la escuela, estaba triste por lo que le había insinuado Keun y molesta por el enfrentamiento con Santiago y compañía. Decidió llamar por teléfono a Keun para poder tranquilizarse un poco escuchando su voz, necesitaba saber de su propia boca, que no dejaría la escuela.

    -¡Yeoboseyo!- contestaron al otro lado de la línea.

    -¡Aló! Con Keun Suk por favor- la voz no le era familiar. Después de unos segundos, Keun respondió.

    -¡Aló! ¿Cristy que sucede?- preguntó algo confuso.

    -No pasa nada, sólo quise llamarte para saber como estabas y si irás mañana a la escuela.

    -¿Eh? Oh, bueno… ahora no puedo hablar. Yo te devuelvo la llamada ¿Arasseo?

    Cristy se confundió aún más con la frialdad con la que le hablaba.

    -De acuerdo, chau- colgó el teléfono sin esperar que él se despidiera correctamente. Estaba triste porque creyó que algo le había molestado a él.

    Keun Suk al otro lado de la línea se sorprendió de la reacción de la chica, pero lo último que quería era pensar en otro problema más. Lo que pasaba en su casa en ese momento era más urgente de tratar. Había llegado su padre desde Corea para ver con sus propios ojos la vida que estaba llevando su hijo. Cuando Keun se fue de vacaciones a su país, lo notó extraño, un poco deprimido, se la pasaba siempre estudiando y escuchando canciones en español que no entendía para nada. Quiso preguntarle muchas veces si le pasaba algo, pero Keun siempre cambiaba el tema.

    Estando en Corea su padre le había dicho que las cosas en casa ya se estaban solucionando y que pronto tendría que regresar, cosa que no le hacía mucha gracia al muchacho pero no se lo dejó saber para evitar ser enviado a otro lugar.

    -Padre, ¿Porqué exactamente estás aquí?- preguntó curioso después de colgar el teléfono.

    -He venido a ver a mi hijo ¿No puedo?- su padre tomó asiento mientras recibía una bebida fresca.

    -Pero acabamos de vernos hace dos días- seguía curioso.

    El Sr. Jang decidió dejarse de rodeos y fue directamente al grano.

    -La verdad es que vine por ti.

    Keun se quedó de una pieza con la respuesta de su padre.

    -¿Qué estás diciendo? ¿Viniste por mí, dices? ¿Por qué?

    -Se ha presentando una muy buena oportunidad para ti en una serie de la MBC, Non Stop. Haz escuchado de ella, ¿no?

    -Sí, claro, es muy popular allá.

    -Se empezará a rodar la cuarta temporada y están reclutando nuevos actores. Esta es una oportunidad muy valiosa para tu carrera y…

    -Espera, ¿Cuando tendría que irme?

    -Esta semana será el casting, firmamos el contrato y empezarían a rodar en menos de un mes.

    -Entonces… ¿Tengo que irme ya?

    -Así es. Debemos preparar todo para tu partida definitiva de este país.

    -Pero… es tan repentino. Yo… iré contigo pero sólo al casting y a firmar el contrato, pero volveré aquí y regresaré a Corea antes de empezar las grabaciones.

    -¿Qué dices? ¿Te volviste loco? No podemos hacer eso, tienes que preparar tu personaje y hacer varios cambios a tu look.

    -Lo sé, pero tampoco quiero irme así como así, dejando a mis amigos atrás como si no importaran.

    -¿Amigos dices? ¿O se trata de una chica?

    -¿Qué?- se sorprendió de la perspicacia de su padre.

    -¿Crees que no me di cuenta de la forma en que hablabas hace un momento con aquella muchacha? ¿Es tu novia?

    Keun Suk sonrió nervioso, sonrojándose un poco.

    -No es así padre. Es… sólo una amiga- no se atrevió a decirle a su padre que la chica le gustaba.
     
  20.  
    Gedith

    Gedith Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    8 Enero 2016
    Mensajes:
    86
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1467
    Un día más de escuela había empezado, la misma rutina de siempre, los chicos iban y venían por las calles. Unos en grupo, otros solitarios sumidos en sus pensamientos. Cristy en el autobús siendo fastidiaba como casi a diario por Sebastián, que no perdía el tiempo hablándole mal de Keun Suk.

    -El se irá pronto- le decía con malicia- ¿Crees que se quedará aquí por ti, teniendo una vida hecha en su país?

    -¿Y por qué no? Puede hacer su vida aquí también- lo desafiaba con rabia en los ojos.

    -¿Estás segura de eso? ¿Una vida normal, dices? ¿Es que no viste el alboroto que se formó ayer en la escuela por el idiota ese?

    -Pero pronto se acostumbrarán y lo dejarán en paz.

    -¿Estás segura? ¿Ya te olvidaste del acoso que sufrieron en el centro comercial antes?

    -¿Cómo supiste eso?- preguntó curiosa ya que nunca se lo había mencionado a nadie, ni siquiera a sus amigas.

    -Porque los vi, yo estaba en la heladería aquel día y al ver el alboroto decidí seguirlos. ¿Crees que él va a soportar eso siempre?

    Cristy se quedó pensando por un momento.

    -Se irá pronto, te lo aseguro.

    El autobús se detuvo en ese momento, ya habían llegado y los alumnos empezaron a bajar. Cristy no se levantó de su asiento, pensaba en cada una de sus palabras, sentía el corazón estrujado y la garganta se le hacía un nudo mientras intentaba no llorar.

    Poco después el chofer le dijo que bajara porque tenía que irse, cogió sus cosas y bajó con la mirada perdida en el vacío. Se quedó parada en la entrada de la escuela, mirando a uno y otro lado, buscaba el auto negro de Keun pero no lo vio por ningún lado, entonces decidió esperar.

    De pronto sintió una mano que tapaba sus ojos y otra que envolvía su cintura, esbozó una alegre sonrisa pensando de quién serían esas manos.

    -¡¿Keun Suk?!- dijo cogiendo la mano que cubría sus ojos, dio vuelta y con ingrata sorpresa vio que se trataba de Santiago.

    -¿Keun Suk? ¿Quién es ese? ¿Es hombre?- preguntó fastidiado.

    -¡Suéltame idiota! ¿Quién te dio el derecho de tocarme?- se soltó moviéndose hacia atrás.

    -¡Hey! ¿Qué pasa bonita? No te gusta que te toque? Antes lo disfrutabas ¿No te acuerdas?- trató de acercarse nuevamente, pero Cristy le dio una bofetada tan fuerte que le volteó la cara.

    Santiago se sobó el golpe mientras sonreía de lado. Cristy lo miraba con mucho odio, estaba muy enojada por el atrevimiento y se le había acelerado la respiración. El chico la miró fijamente y cogiéndola de los brazos la atrajo con fuerza hacia él.

    -¡Suéltame estúpido!- forcejeaba volteando la cara hacia los lados porque Santiago trataba de besarla.- ¡Suéltame!

    Mientras intentaba soltarse sintió como de un jalón fue arrebatada de los brazos de su opresor, mientras veía un puño furioso golpear el rostro de Santiago. Volteó para saber a quién pertenecía dicho brazo que la cogía con fuerza, esperó con ansias encontrar el hermoso rostro de su amor que venía a salvarla nuevamente como antes lo había hecho; pero se dio con la sorpresa de que se trataba de Sebastián.

    Santiago cayó al suelo y encima de él, Sebastián, que arremetió con furia tratando de golpearlo nuevamente. Se enfrascaron en una lucha terrible, mientras Cristy gritaba que se separaran. Los gritos de la chica alertaron a otros alumnos y profesores que estaban llegando. Se acercaron para separarlos y se los llevaron a la dirección para poner al director al tanto de todo.

    Después de las explicaciones de ambas partes, el director los castigó con dos días de suspensión a cada uno, a Cristy le llamaron la atención por ser causante de la pelea pero no fue expulsada. Cuando llegó al aula pidió permiso para entrar y se sentó en su carpeta, después de acomodarse se encontró con la mirada amenazadora de Jessica que se había apoderado del escritorio de al lado, justamente el que ocupaba Keun Suk.

    No dijo nada en ese momento porque el profesor continuaba con sus clases y no quería dar motivo para ser expulsada esta vez.

    ---

    Apenas salió el profesor de clases, Jessica se levantó de su asiento para enfrentar a Cristy.

    -¡Deja de estar de rogona con mi novio!- dijo golpeando el hombro de Cristy para que la viera.

    -¡¿Qué te pasa idiota?! ¡No me pongas las manos encima!- respondió mientras se levantaba de su asiento golpeando al mismo tiempo la mesa con ambas manos.

    -¡Por tu culpa mi novio fue suspendido! ¡¿Quién te crees que eres para provocarlo?! ¡¿No te quedó claro que quiero que te alejes de él?! ¡Él es mío! ¡¿Entiendes?!- estaba furiosa.

    -¿Provocarlo dices? Mira mamita. Yo con tu "novio" no quiero nada, te lo regalo. Y creo que a quien deberías advertirle que se aleje, es a él. A mí no me interesa para nada.

    -¿Que no? ¿Entonces que hacías con él afuera para que se golpeara con otro tipo?

    -Yo no lo busqué, es más, me fastidia ver su cara. Pero parece que él no entiende. Además…- en ese momento sonó el celular. Cristy lo cogió con rapidez y al ver el número, supo de quién se trataba.

    -¡Yeoboseyó!- dijo con naturalidad mientras guardaba sus libros para salir al balcón- ¡Keun Suk! ¿Por qué no haz venido hoy?- decía con lamento.

    Jessica sólo escuchaba lo que decía mientras salía, vio el rostro de Cristy y le impactó la forma en que su cara cambió de expresión de un segundo a otro.

    -¿Keun Suk?- susurró- ¿Quién es ese? ¿Su novio?- volteó esperando la respuesta de algunas de las chicas presentes, obvio que ninguna le respondió.

    La siguió para escuchar mejor la conversación.

    -¿Dónde estás?... ¿En el aeropuerto? ¿Por qué?

    -Me voy a corea.

    -¿Qué? ¿A Corea dices? ¿Pero… por qué? Aún no termina el año escolar, me dijiste que…

    -Escúchame por favor, no me estoy yendo definitivamente, volveré en tres días y te explicaré todo ¿De acuerdo?

    -Sí, entiendo- su voz tembló un poco, tomó un poco de aire antes de seguir- Keun…

    -¿Sí?- él pudo sentir su voz quebrarse.

    -Volverás… ¿Cierto?

    -Sí, no te preocupes. En tres días, volveré a verte- en el fondo escuchó la llamada para abordar- Ahora, tengo que irme.

    A Keun Suk se le hacía difícil también esta situación, no quería irse pero si quería alcanzar sus sueños, tenía que hacerlo.

    -¡Keun Suk-ah!- dijo Cristy levantando un poco la voz.

    Al otro lado de la línea, Keun mostraba emoción al escuchar su nombre dicho de aquella manera, le había comentado a Cristy tiempo atrás cómo era que se llamaban las personas que se tenían mucho afecto y confianza y nunca creyó que lo escucharía de su boca.

    -¿Sí?- respondió sonriendo.

    -¡SARANGHAE!- dijo con emoción mientras una lágrima escapaba de sus ojos. Esperó un segundo por una respuesta.

    -¡Volveré! ¿Arasseo?- no era la respuesta que esperaba, pero la tranquilizó saber que volvería a verlo.

    -¡Arasseo!- colgó la llamada y secó sus lágrimas. Se acercó un poco más al balcón y buscó entre sus archivos algunas fotos que se había tomado con Keun anteriormente. Sonreía al ver su hermoso rostro retratado en ellas. Se acordaba de las ocurrencias y travesuras que hacían juntos, eran cosas un poco tontas, pero que habían sido divertidas para ambos.

    Volteó para regresar al salón y se topó con Jessica que la miraba con curiosidad. No le habló, pasó de largo y fue con sus amigas. Más tarde, durante el receso, Jessica se tomó el trabajo de averiguar quién era el chico con el que estaba hablando Cristy. Llamó su atención saber que era extranjero y le dio curiosidad saber que tan apuesto era como para que Cristy ya no quisiera saber nada de Santiago.

    Preguntó a las chicas del aula por él, y éstas no perdieron tiempo en contarles quién y cómo era el chico. De principio a fin supo con exactitud todo lo que había acontecido desde que entraron a la escuela, lo apuesto que era y cómo había cubierto su hermoso rostro para evitar el acoso de las chicas. No contenta con eso, quiso que le mostraran algunas fotos que le habían tomado al descuido y copió algunas en su celular.

    Se quedó viéndolas por largo rato, en su mente se cruzaban miles de ideas locas para conquistarlo. De un momento a otro, Santiago había pasado al olvido, tenía un nuevo objetivo en la mira y no se daría por vencida hasta conseguirlo.
     
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso