Título: El poder de un sueño Tipo de fanfic: Oneshot Nº de palabras: 723 Personajes: Luffy, Zoro y Riki Advertencias: Ninguna. Nota: Escrito para la actividad "¡En busca del One Piece!" Palabra: Lealtad El poder de un sueño Luffy y Zoro se sentaron en una mesa que se encontraba en un rincón de la taberna, y se sorprendieron al ver que una niña de entre once y trece años de larga cabellera negra hasta la cintura y ojos verde pradera vestida toda de negro, con unos pantalones largos y ajustados y una camiseta de cuello palabra de honor de manga larga y del cinturón del pantalón, le colgaba una cadena plateada. -¿Eres Luffy?-pregunto la joven con una dulce y musical voz. -Si ¿Por qué?-dice Luffy mirando fijamente a los ojos de la joven, que se acaba de sentar delante de él y de Zoro. -Me gustaría ser pirata, pero claro todos dicen que al ser una chica y al ser tan joven que no puedo ser pirata y se ríen de mí. Yo creo que puedo ser pirata. ¿Tú que crees?-dice la joven sin contestar a la pregunta. -¿Quién eres y porque nos cuentas esto?-pregunta Zoro. -Huy perdonarme. Me llamo Riki. Tenía pensado que al ser piratas tan famosos, me podíais dar un consejo sobre qué hacer. Ser pirata ha sido mí sueño desde pequeña.-contesto Riki. -Pues sigue tu sueño y no hagas caso de lo que te digan los demás. Si quieres ser pirata, se pirata.-dijo Luffy. -¿Enserio?-dijo emocionada la joven.-¡Puedo ser pirata! -¿Pirata? ¿Tu?-dijo un hombre de corto cabello rubio y ojos añil riéndose a carcajadas con un grupo de gente. -¡Si, yo! ¿¡Algún problema!?-dijo levantándose de un golpe Riki, tirando la silla al suelo. -Sí. El problema es que eres una niña y al ser una mujer no puedes ser pirata. Vosotras solo servís para limpiar y cocinar. Aunque también para complacer las necesidades de un hombre.-rió aún más el hombre. -¡¡Cállate!!-grito Riki saltando y poniendo las dos manos en el suelo y empezando a girar, proporcionándole una patada en la cara al hombre, que salió disparado unos cuantos metros dejando a todos sorprendidos. -Veo que sabes pegar.-comento el hombre acercándose a la joven y empezando a atacarla, pero la joven se los esquiva dando piruetas hacia atrás. -Muchas gracias caballero.-dijo la niña con una cartera pequeña llena de dinero. -¿Pero cómo…?-pregunta el hombre de ojos añil. -Supongo que ya no piensas igual. Incluso una mocosa como yo es capaz de ser ladrona.-ríe la joven sentándose en la silla en la que estaba antes como si nada. -¡Me las pagaras!-grito el hombre. -Sí, sí. Lo que tú digas.-dice Riki suspirando.-Se te han desabrochado los cordones.-dijo y cuando el hombre se agacho a atárselos, Riki le clavo un codazo en la espalda, dejándolo retorciéndose de dolor.- ¿Entonces qué dices Luffy? ¿Puedo ser de tu tripulación? Luffy se quedó en silencio un rato mirando de arriba a abajo a la joven y sonrió. -Por favor Luffy. Daría lo que fuera por ser pirata, e incluso arriesgaría mi vida por serlo y surcar el mar en un barco, sintiéndome libre y huyendo de la Marina.-suplico Riki. -Te mataran por traer alguien tan joven.-susurra Zoro al ido de su capitán.-A mí también me gustaría que fuera de la tripulación pero no tengo ganas de oír las quejas y los discursitos de los demás. -Riki me encantaría que fueras de la tripulación pero no puede ser.-dice Luffy. -¿¡Que!? ¿¡Por qué!?-pregunta Riki enfadada. -Hacemos una cosa yo te dejo ser de la tripulación, pero dentro de dos años.-le dice Luffy. -¿Por qué tanto tiempo?-pregunta la joven desilusionada. -Porque eres muy joven, pero te prometo que si dentro de dos años vuelvo aquí y sigues con las ganas y sigues siendo leal a tu sueño de ser pirata serás de mi tripulación.-dice Luffy. -Es una promesa y te puedo asegurar que Luffy siempre cumple sus promesas.-dice Zoro con una sonrisa. -¡Pues decidido!-dice Riki con una sonrisa.-Me haré más fuerte y esperare dos años para ser poder formar parte de tu tripulación pirata. Los tres sonrieron y cerraron la promesa y tal y como prometió Riki, día tras día, se entrenaba y practicaba para hacerse más y más fuerte y cada vez robaba y luchaba mejor que antes. Aunque mucha gente se reía de ella por su sueño de ser pirata, nunca perdió la fe, porque sabía que ella acabaría siéndolo y nunca dejo de tenerle lealtad a su sueño, por muchas palizas que recibiera por parte de los guardias, aunque solo lo hacían por diversión.