One-shot de Pokémon - EL PODER DE LA SUGESTIÓN

Oneshot dedicado al Pearlshipping

EL PODER DE LA SUGESTIÓN​

Hace poco me he dado cuenta de su poder. Es capaz de transformarlo todo en un instante. Mi nombre es Maya, y soy coordinadora Pokémon. Viajo por todo Sinnoh con unos amigos, con el sueño de ser una súper coordinadora, como mi mamá. Se llaman Ash y Brock.
Brock es muy buen cocinero. En cuanto a Ash… Es un chico muy especial, por así decirlo. Es decidido, fuerte, leal y amigable, a la vez que muy despistado. Tiene un montón de virtudes, al igual que defectos. Hace poco, le consideraba un buen amigo, pero eso ha cambiado.
En uno de nuestros días de viaje, nos topamos con Lira, una chica un tanto obsesionada con emparejar a la gente, y a Khoury, su compañero.
Lira estaba convencida de que Ash y yo hacíamos buena pareja, pero yo lo veía como a un amigo, y así se lo dije a ella. Solo me concedió una mirada de incredulidad.
Tras nuestra despedida, me acordé de lo que me dijo, y profundicé en mi corazón. No me gustaba Ash. ¿O sí? La duda me empezó a reconcomer, y la sugestión entró en juego. Comencé a fijarme más en Ash y en sus virtudes. Cada vez me preocupaba más por él, pensaba más en él, disfrutaba más de su compañía, me sonrojaba cuando me miraba…
Me enamoré perdidamente, sin poderlo evitar, y aún lo estoy.
No me atrevo a decirle lo que siento por miedo. Miedo al rechazo o a la burla. En cuanto me convenzo en decírselo, en el último instante me echo atrás.
Hoy hemos ido a un centro Pokémon y hemos recibido una vídeo llamada de Lira. Después de hablar con ella todos juntos, he pedido hablarle a solas. Los chicos han ido a fuera a entrenar. Le he explicado todo. También le he expuesto mis dudas, y tranquilamente me ha dicho que debo confesarme, sin temor alguno. Después de colgar, me armo de valor y salgo a fuera. Me acerco a Ash, con los nervios in crescendo. Le pido una charla en privado, y vamos a pasear por el bosque. Mientras caminamos, me quedo sin palabras y levemente sonrojada al ver su mirada que siempre me derrite. Miro al suelo, buscando concentración. Le digo sin mirarlo y con la cara encendida que le amo. No me contesta. Suavemente, me levanta la cara por la barbilla y nuestras miradas se cruzan. Nuestras cabezas se acercan y nuestros labios casi se tocan. Siento la emoción en mí. Me besa con delicadeza.
Le pregunto si me ama, a lo que me responde:
- Oh, mi Maya querida, amarte es poco. Tú alumbras mi vida y me llenas de alegría. Te necesito como las plantas necesitan al Sol, y sin ti mi vida carecería de sentido.
Yo, sin ninguna duda por fin, le beso. Mi alma se siente, de una vez por todas, libre. Me siento capaz de cualquier cosa. Caminamos cogidos de la mano hasta la sombra de un árbol, dónde nos sentamos, arrimados el uno al otro.
La sugestión tiene un poder enorme, casi tanto como el del amor. Después de todo, no puedo evitar pensar, sin esa fuerza, a lo mejor nunca me hubiera enamorado nunca de Ash. Miro a mi amor a los ojos, y me lanza una de sus miradas derritientes. No puedo evitar fundirme con él en un cálido y apasionado beso.

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