El Pacto (distrito 2)

Tema en 'Fanfics abandonados sobre Libros' iniciado por TuTi, 1 Mayo 2012.

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    TuTi

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    Escritora
    Título:
    El Pacto (distrito 2)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1881
    Primero que nada...clarare que este fic ha sido creado junto con una amiga (que no esta registrada en esta pagina), pero tanto como ella y yo hemos trabajado arduamente para, lograr nuestras locas creaciones...
    Este fic ya ha sido publicado en otra pagina... en la cuenta de ella (tambien dando parte del credito) por eso he aqui este fic...
    By: Aida-Hale & Tuti

    Prologo:

    Las cosas no se le hacían fáciles a Clove, ahora ademas de entrenar con un anciano criticon, ahora ¡necesitaba un tutor!

    -¡ESTO ES ESTÚPIDO!- gritaba a los cuatro vientos, ignorando a su entrenador y a un muchacho rubio que se encontraba alado de este.

    -Señorita..-trato de hablar el anciano, pero fue interrumpido por una "rabiosa mujer".

    -¡SEÑORITA NADA! me niego a tener un tutor- reprocha una y otra vez Clove -no le hayo sentido- concluyo mientras se sentaba en el piso.

    -¿Como que no?- pregunto el entrenador.

    -Soy excelente con los cuchillos y con eso me basta y sobra, punto y final- afirmo con impotencia mientras se cruzaba de brazos.

    -No, no basa si quieres llegar a Los Juegos Del Hambre tienes que hacerme caso- dijo con impaciencia otra vez el anciano - Y si quieres continuar con la dinastía Abelott tendrás que hacer todo lo que te diga.

    Abelott un apellido respetado y temido, una dinastía de ganadores en la que era un privilegio pertenecer. Apesar de que sus padre no se lo digan, ella lo sabe lo que esperan de ella, otra ganadora que dejara en alto a su distrito y a su apellido.
    Pero aun no le encontraba logia a la descabellada idea de el anciano, al asignarle un supuesto "tutor".
    Clove se voltio para mirar retadoramente a su entrenador, estaba claro ninguno de los dos daría su brazo a torcer
    Mientras tanto Cato no dejaba de reparar en aquella joven la cual debía ser su pupila.
    Los ojos de Cato se dirigieron de manera sindica hacia Clove, pero sus pensamientos no concordaban con su mirada -"ruda y malvada, como me gustan y ademas una Abelott"- pensaba el rubio.

    Aunque sus pensamientos despertaban cierta inquietud, sus intenciones eran otras...

    Cap 1: De regreso a casa

    Sus pasos son lentos, no tenía prisa de llegar a su hogar. Ya era costumbre que Cato viviera la mayor parte del tiempo solo.
    Soledad su diario vivir, porque aunque estaba rodeado de lujos y comodidades, la soledad era su única compañía, hermanos no, padres ni contar con ellos y las avox que se encontraban al servicio de la casa ni hablaba y eran como si no existiera.
    Así era su vida, su diario vivir.
    A pesar de ser asediado por las mujeres, él solo las veía como un objeto de diversión, algo para pasar el rato. Estaba anocheciendo y no tenía ganas de llegar a su hogar, si es que a eso se le podría llamar hogar, además quien quería llegar a un lugar en donde el dinero era el que aparentaba ser el hijo.
    Manipulación, avaricia y soberbia, la única enseñanza de aquel hogar, dinero el único bien indispensable en sus vidas, amor esa palabra no estaba en el vocabulario de aquella familia.
    Un suspiro se escapó de sus labios al recordar aquella peculiar tarde de entrenamiento
    Flashback:

    Aplausos…fue lo que escucho Cato destaras del el después de haber lanzado una lanza y haber dado en el blanco. Le sorprendió ver a aquel hombre parado, en realidad no tanto…después de todo era prácticamente la ultima persona que se preocupaba por el.
    -Entrenador, hola.- Saludo mientras tomaba una toalla para secarse el sudor que emanaba de su frente.
    -Un gusto verte Cato.-dijo al mismo tiempo que regresaba el saludo. En un instante a otro el rubio noto la mirada del entrenador y no cualquier mirada, lo conocía demasiado bien para no saber su significado.
    -¿Alguna idea entrenador?- pregunto, por fin el rubio, el anciano no se sorprendió ya que tenía razón.
    -Necesito un pequeño favor de tu parte joven Handrish.- declaro el anciano mientras tomaba un sorbo de una pequeña botella de agua.- Serás tutor.- no pregunto, ordeno aquel anciano, algo por lo cual no agrado mucho a Cato.
    -¿Por qué yo?- pregunto algo irritado y aquel anciano solo se digno a reír al ver la expresión del joven asesino.
    -Serás el tutor de la joven Clove, necesita ayuda en el combate cuerpo a cuerpo y nadie mejor que tu.- dijo con mirada maliciosa, ya sabia la historia del eterno odio que tenia Cato hacia los Abelott, ya que por culpa de uno de ellos el perdió a su hermano Logan en los 70 juegos del hambre y por venganza buscaría todas las maneras de que la mas joven sucesora muriera de igual forma que murió su hermano. -Y ¿aceptaras?- pregunto antes de darle la espalda.
    -Por supuesto.- respondió el rubio mientras una sonrisa se escapa de sus labios, el había acumulado un gran odio contra los Abelott y también tomaría venganza…

    Fin del flashback.
    Una pequeña sonrisa se escapo de sus labios recordando el plan que tenia trazado, él tenia un objetivo claro que cumplir.
    Desde pequeño siempre tubo que valerse por si mismo y tubo que aprender que los sentimientos era mejor guardárselos ya que eran símbolo de debilidad y débil era algo que Cato Handrish no era.
    ______________________________________________________________________________
    La ira se apoderaba de su pequeño ser; gritaba y pataleaba, no lo soportaba simplemente NO. Un tutor, un maldito y apuesto tutor se había metido en su vida y lo mas importante en su entrenamiento.
    -MALDITO HIJO DE...AH- grito al cielo al mismo tiempo que maldecía mentalmente -calma Clove, ten calma en algún momento me desharé de ese tipejo- se dijo mientras entraba a su habitación, dirigió su mirada a su mano izquierda y hay esta ese pequeño y bello anillo de apariencia frágil y con una gema verdosa. Tan bello, tan delicado pero en su interior ocultaba un veneno tan potente que con tan solo un pequeño sorbo, de el veneno diluido, podía matar en cuestión de segundos a cualquier persona. Aun recordaba el momento en que su abuelo se lo había dado.
    Flashback:
    -Capullito ven hoy es el gran día- dijo su abuelo mientras se sentaba en la cama. Wonchoin Abelott era un viejo de unos 67 años, aunque no los aparentaba, siempre había sido reservado y serio, pero con Clove, su capullito era todo lo contrario. Era respetado en el Distrito 2 ya que como buen Abelott había sido ganador de Los Juegos del Hambre, hacia ya varios años.
    -¿Gran día?- pregunto la pequeña Clove de tan solo 8 años.
    -Cuando un Abelott entra a la academia, se tiene por costumbre dar un pequeño obsequio que te servirá en algún momento- dijo con un semblante serio su abuelo, mientras le entregaba un pequeño cofre color negro - Clove en este cofre se encuentra en anillo el cuando contiene un veneno muy poderoso -dijo el anciano mientras sacaba el anillo -Úsalo solo cuando sea necesario.
    -Pero como voy a saber que es el momento indicado- pregunto una inquieta Clove.
    -Solo tu sabrás el momento justo capullito, mientras tanto no te quietes este anillo por nada- dijo mientras le colocaba el anillo.
    -Lo prometo- dijo mientras observaba fijamente el anillo.
    Fin del Flashback.
    Clove sonrió mientras tomaba ese anillo entre sus manos "-¿acaso....?-" pensaba la joven "-!No es solo para emergencias, lo prometí, esta bien que no me de buena espina, pero matarlo...-" suspiro y volvió a colocarse el anillo mientras se lanzaba de espaldas a la cama.
    Odiaba la idea de un tutor era algo muy... pues estúpido. Ella, apodada "la chica de los cuchillos", la única que podía darle a una hormiga a 10 metros de distancia, y ahora necesitaba un tutor y para colmo él, ella no se confiaba e nadie de a suerte confiaba en su familia y ahora la persona que odiaba desde que lo vio seria su tutor hasta la cosecha... y para eso faltaba mucho tiempo, apenas hace 2 días se había acabado Los 73° Juegos Del Hambre,
    Un Suspiro de frustración escapo de sus labios mientras arrojaba un cuchillo al tablero circular, que como siempre dio en el blanco. Era perfecta con su puntería y precisión, pero era realmente pésima en el combate cuerpo a cuerpo y era culpa de..
    -MALDITOS GENES- grito mientras se acomodaba para descansar.
     

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