Microrrelato El Pañuelo Rosa

¿Qué tal? Hace un tiempo escribí este minirelato y bueno, quisiera saber si estuvo bien narrado o las ideas tienen algún sentido, al menos el que quería que tuviera :) o si quizás le faltó algo, tal vez un error de ortografía por ahí ^^ ...Gracias de antemano si se pasan a leer.

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El Pañuelo Rosa​

'Y ahí estaba él, sentado, sin nada más que ese pañuelo rosa en sus manos...
recordando que era de ella...'​

Hace sólo un par de horas que había regresado a su natal Inglaterra después de aquel largo viaje hecho por América; no sabía con exactitud hacía donde dirigirse luego de haber presenciado aquello, que hubiese preferido mil veces no ver jamás y sin pensarlo fue a parar a ese café en frente de la plazuela central, aquel pintoresco 'lugarcito' que le hacía recordar su tan alegre infancia junto a su abuelo cuando ambos iban por las tardes a tomar el té ahí.

Sonrió por ello, ahora sabía el por qué, de todos los lugares en Londres tenía que estar precisamente allí.

—Gracias por guiarme hasta aquí, abuelo… —murmuró para sí mismo mientras apretaba con impotencia el objeto que tenía en su mano, añadió —Tenías razón, ella no iba a esperarme después de todo.

Hace ocho meses atrás partió a Norteamérica con la intención de mostrar su trabajo en los museos de arte de New York dejando a su prometida con el único consuelo de que volvería por ella… ‘Espérame’ le dijo antes de irse, sin embargo al estar nuevamente en la ciudad y haberla buscado…

—Supongo que ella ya encontró a alguien más… ocho meses es demasiado tiempo ¿No abuelo? —seguía susurrándose, las personas a su alrededor podrían creerlo demente si lo escuchaban hablar solo.

Pero a pesar de haberlo perdido hace sólo un par de meses, él sabía que no estaba solo, sabía que su mejor amigo, su ‘querido viejo’ estaba frente a él en ese momento, en la misma posición de siempre como cuando solían sentarse allí.

Las personas seguían pasando, el reloj seguía avanzando, la luz del día iba apagándose cada vez más dando paso al furor de la noche, y ahí estaba él, sentado, sin nada más que ese pañuelo rosa en sus manos… recordando que era de ella… meditando que ya no había marcha atrás en la decisión que había tomado.

El abuelo se había ido y él… se iría también, ya no había nada más qué hacer en la ciudad. Se puso de pie y siguió su camino dejando aquel pañuelo rosa a un lado… dejando su pasado en la mesa de un café.