El onceavo sable

Tema en 'Relatos' iniciado por Ladron de Musas, 15 Agosto 2014.

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    Ladron de Musas

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    Título:
    El onceavo sable
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
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    1
     
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    El Onceavo Sable

    Cumplía quince, ¿qué mas daba?, creía que ya me había acostumbrado a mi nueva vida.

    No, mentira, jamásme aria a la idea de seguir los pasos del canalla que me aparto de mi familia.

    Tres años antes...lo recuerdo

    -¡¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños querido Maciel! ¡Feliz cumpleaños a ti!!

    -Muy graciosos-Murmure sintiendo que mis mejillas ardían, en verdad estaba cabreado.

    -¡¡Queremos pastel,pastel,pastel!!-Empezaron a corear los niños que habían sido invitados a mi jodida fiesta, no entendía como habían accedido a seguirle el juego a mi mama la cual se obstino a organizarme todo ese numerito por demás infantil.

    Había logrado aguantarme las ganas de palearlos a todos al momento de la piñata, de arrancarle la cabeza al peluche con vestido que el dizque mi mejor amigo me había traído y que yo pensé que era un Play Station Tres porque la mugrosa caja tenia la imagen de uno cuando le quite el papel brillante, pero o ¡sorpresa! Era un ridículo osito ted color rosa. Como si eso no fuera suficiente el estúpido peluche traía un letrerito que decía “disfruta tu día Peperoni”

    Con eso basto para que todos incluyendo la chica que me gustaba y el cretino que me hacia la vida imposible en la escuela se doblaran de la risa.

    -Y ¿Por qué te decían Peperoni?..



    El joven rubio que escribía en un pequeño librito de pasta de piel pego un fuerte grito al ver que el origen de esa voz provenía de un extraño y grotesco hombrecillo que estaba masajeando sus hombros tras de el.

    -¿¡Qué jijos haces aquí!?-Gruño enfadado.

    -¿Puedo tallar tu espalda? ¿Siii?-Pregunto la criatura babeando una viscosa sustancia verde y caminando con torpeza debido a sus cortos pies.

    El joven se alejo de el para sacar su pequeño diario del agua antes que se mojara mas. Luego salió del manantial no sin antes tapar su parte delantera con una vieja capa de piel que se hallaba a la orilla del estanque.

    -¡Lindo trasero!-Balbuceo el enano.

    -¡¡Lárgate o te arranco la cabeza!!

    El hombrecillo salto a un costado para evitar la piedra que le lanzo el chico.

    -Mierda ni siquiera puedo tomar un baño en paz sin que estés encima de mi-Alego Maciel oculto tras una pila de grandes rocas mientras se vestía.

    -No puedo evitarlo, me atraes demasiado-Replico la criatura de amplia frente y dientes chimuelos.

    -Aquel idiota no pudo usar un mejor soplón para vigilarme.

    -Deberías respetarlo mas es tu..

    -Me importa un rábano, por mi puede irse mucho a la..

    -¿Con que esas tenemos?-interrumpió una tercera voz.

    Una silueta alta se hizo presente en la cueva de manantiales, la luz que provenía de la entrada hacia que su peculiar armadura brillara más.se trataba de un hombre de mediana edad muy parecido a Maciel pero con cabellos grises.

    -Pireto-Llamo el recién llegado y el hombrecillo salto frente a el inclinando su rostro.

    -Amo-Contesto la criatura.

    -¿Querías saber porque le llamaban peperoni?-Pregunto dando unos cuantos pasos mas para acercarse al estanque.de esta manera su rostro se hizo mas visible.

    -Me largo- protesto Maciel saliendo de entre las rocas, ahora vestía un jersey de americano azul con el numero 14 estampado, unos jeans deslavados y rotos de las rodillas y unos converse rojos bastante viejos.

    -¡Te quedas!-Replico con autoridad el sujeto de la armadura.

    Maciel torció el labio y giro sus talones cruzándose de bazos y evitando ver al mayor la cara.

    -¿Por qué lo llamaban así Amo?-Presunto burlón el llamado Pireto.

    -Díselo-Contesto el caballero dirigiéndose al rubio.

    -No me jodas.

    -¡Díselo!-Ordeno de nuevo levantando la voz.

    El joven chisteo molesto y luego se sentó en una pequeña piedra plana, esta vez miraba con ira al caballero.

    -Porque a los once me dio varicela y mi cara parecía una pizza-Explico ruborizándose.

    -Haaa ya entiendo, ahorasi, creo que le quedaba como anillo al dedo, aun lo parece, todavía tiene marcas-Rio con descaro el grotesco enano y el caballero le siguió.

    -¿Ya me puedo ir?-Pregunto el joven ladeando su cabeza y con un tic de enfado en su rostro.

    -No-Contesto tajante el caballero.

    -Dijiste que terminando el entrenamiento podría descansar hasta que amaneciera.

    El caballero se cruzo de brazos sentándose también en una roca plana junto al manantial.

    -Hum,si ya lo recuerdo vete-Alego indiferente asintiendo con la cabeza

    Maciel se levantó dispuesto a marcharse.

    -Supongo que no quieres tu regalo de cumpleaños-Objeto mirando los nudillos de su guante de manera desinteresada tratando de captar la atención del rubio.

    -¿Lo recordó?...¿Regalo?-Se pregunto el chico deteniendo el paso.

    -No lo olvide-Añadió el caballero y luego le hizo una seña al enano Pireto.

    Maciel se dio media vuelta y luego el hombrecillo le dio un extraño artefacto del tamaño de su mano.

    -Frota la parte superior-Ordeno el caballero.

    El chico dudo un momento pero luego obedeció.

    Hubo un fuerte resplandor dentro de la cueva y después que se desvaneciera el enano y el caballero sonrieron el uno al otro mirándose cómplices.

    -¿Qué es esto?-Pregunto Maciel desconcertado admirando los equipamientos que ahora cubrían su hombro izquierdo y sus manos.

    -Es algo como lo que traigo encima se llama AR-MA-DU-RA-Contesto el caballero deletreando sarcástico cada silaba.

    -Muy gracioso, lo que quiero decir es.. ¿Tu dándome un regalo?.

    -Bueno soy tu padre-Respondió orgulloso.

    -Tenias que recordármelo.

    -¿Tan malo soy?-Pregunto de manera inocente.

    -¿Ya puedo irme?

    -¿Cuál es la prisa?

    -Estoy cansado.

    -No aun no puedes, siéntate.

    -No me hicieron un pastel ¿verdad?, no creo poder aguantar otra de las porquerías que prepara esa cosa.

    -¡Hey!-Protesto el enano.

    -No no es eso-Contesto el caballero contenido una risita burlona.

    -¿Entonces?

    -Bueno pues..

    El adulto vio dudoso a su hijo, trataba de encontrar las palabras adecuadas para decirle algo importante, froto sus manos varias veces evadiendo la mirada del adolecente, luegoPireto le hizo un gesto amigable instándolo a que empezara a hablar.

    Le hizo recordar de nuevo cuando cumplió trece años y su madre le había organizado una colorida fiesta a pesar de sus negativas, y como espero a que pidiera un deseo para aparecer en el jardín con la intención de llevárselo, Maciel trato de que se callara dando señales de querer salir de la cueva, pero solo bastaba una amenazante mirada de su padre para que desistiera de hacerlo.

    Luego de unos minutos de revivir viejas memorias el rubio quedo en total silencio tratando de asimilar lo que su progenitor le había dicho.

    -Por esa razón ella no hizo nada por impedir que te trajera conmigo-Finalizo el hombre de cabellos grises.

    -Iba a morir-Murmuro Maciel con la cabeza en dirección al suelo-Por eso se portaron así conmigo, sabían que ese podría ser mi último cumpleaños-Dedujo en voz baja.

    -Yo y tu madre lo sabíamos, te herede un defecto genético que debilita tus defensas cuando estas en esa dimensión, pero este se activa cuando se cumple cierta edad, por eso cuando naciste acordamos que vendrías conmigo al cumplir los trece-Continuo explicando el caballero.

    -Eso no es todo ¿Verdad?-Inquirió el rubio levantando su mirada.

    -¿He?...bueno si…creo que si-Contesto su padre dudoso rascando su mejilla con su índice.

    -No sabes mentir viejo.

    -Que no me llames así, soy tu padre-Gruño enfadado el mayor.

    -Muy bien…papi-Balbuceo altanero- ¿Qué mas me estas ocultando?

    -Ejem,ejem-Carraspeo Pireto.

    -¿Se lo dices tu?-Le pregunto el caballero y el hombrecillo asintió.

    Lo poco que logro explicarle al joven basto para que este lo tomara por la lengua y lo lanzara hasta golpear a su padre en la cabeza dejándolos noqueados a ambos.

    -¡¡Me has hecho pasar por todo esto para conseguir una puta espada!!-Rabio furioso Maciel saliendo de la cueva.

    Flashback

    -¿Ya me vas a decir tu nombre?-Pregunto el rubio tosiendo sangre.

    -No hables, conserva tus fuerzas-le suplico una hermosa pelirroja con sus ojos inundados de lágrimas.

    -Ahora entiendo todo-Continuo Maciel-Y pensé que tu eras..Bueno ya no importa...eres muy bella.

    -Laisha-Musito la chica que tenía el destrozado y sangrante cuerpo del jovencito entre sus brazos.

    -Así te llamas ¿he?

    -Sii-balbuceo ella sonriendo dulcemente y con un ligero rubor en sus mejillas.

    -¿Mocoso?...Maciel…no puedes-Murmuro con su voz quebrándosey aferrando la cabeza del niño en su hombro solo para sentir como los latidos de su corazón y su ritmo de respiración se hacían cada vez mas débiles.

    Ambos se encontraban en una especie de pozo, en lo la parte alta de ese lugar apenas y había un pequeño destello de luz, en el suelo yacían los cuerpos de extraños humanoides de piel metálica y también los restos de una armadura.

    La llamada Laisha contemplo como las criaturas se incorporaban rápidamente.

    El brazo de Maciel se dejó caer de repente goteando sangre de sus dedos.

    Laisha tomo el mentón del niño sacudiéndolo para tratar de hacerlo despertar, pero rechino sus dientes al comprobar que ya no tenia caso hacerlo.

    Los entes de piel metálica y de cuerpos andrógenos convirtieron sus brazos en afiladas cuchillas y lanzas.

    No alcanzaron a dar su primer ataque cuando la pelirroja desintegro sus cuerpos con un poderoso grito que libero de su cuerpo una gran honda expansiva de tonalidad azul.

    Luego de eso Laisha cayo de bruces, su llanto ahogo por completo su voz mientras se mecía abrazando el cuerpo del niño.

    No se percato que los trozos de la armadura que el chico solía usar ahora empezaban a flotar alrededor de ellos brillando ligeramente.

    -¿Mocoso?-Pregunto dudosa al sentir como el cuerpo del joven se contraía.
     

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