En la madrugada la policía había encontrado otro cuerpo destrozado frente a su casa, la victima tenia 38 años. Era el tercer cuerpo que encontraban en la semana, y en la ciudad era de lo único de lo que se hablaba. No había pistas del asesino, ni un solo testigo, aunque eso era lo mejor, sería problemático si las personas se enteraran que era obra de un demonio. Naoya caminaba por la calle haciéndose paso entre las personas, llevaba un uniforme escolar de color negro, el cual hacia juego tanto con su cabello como con sus ojos. De su cuello colgaba una corbata roja y negra al contrario de la camisa blanca que llevaba en su interior. En su caminata, desvió su atención hacia un puesto de periódicos y no le sorprendió que en primera plana estuvieran los asesinatos. Sin poder evitarlo, recordó la noche anterior. La sangre estaba por todos lados, las salpicaduras en la pared y el pavimento dejaban un rastro obvio para Naoya, pero lo más preocupante era la cantidad de sangre. No había forma que alguien con esas heridas estuviera vivo. El demonio responsable de esto era conocido como “madrastra”. Una mujer que en vida no pudo tener hijos y después de muerta se apodero de las almas de los bebés nonatos. Lo más desagradable de la madrastra, era que luego de matar a las personas, dejaba uno de los bebés dentro de él consumiendo su cuerpo para alimentarse. La persona simplemente se despertaba pensando que era un sueño, sin saber no solo que ya estaba muerta, sino que el bebé lo consumiría a las pocas horas. —Te encontré— Naoya sorprendió por detrás a un hombre alrededor de los treinta y cinco años, el cual buscaba algo desesperadamente entre sus bolsillos, los cuales al igual que su saco, pantalones e incluso zapatos, estaban manchados con sangre. —¿Dónde están las llaves? Debí perderlas allá atrás…— El hombre termino de revisar sus bolsillos y volvió su atención hacia Naoya— ¿Qué quieres? Esta es mi casa, no soy un ladrón ni nada parecido…— —Perdiste algo más que tus llaves ahí atrás.— Naoya se llevo su diestra hacia la cintura y tomo la empuñadura de su katana. Dio un paso hacia el frente, y dejo claras sus intenciones.—Perdiste la vida cuando fuiste atacado ahí atrás, no puedo permitir que sigas en este mundo.— —Es verdad, fui atacado… ¡pero! Me siento bien. – EL hombre comenzó a tantear su cuerpo a través de las ropas manchadas de sangre, tratando de demostrar de alguna forma que estaba bien, pero probablemente en su interior sabía que ese chico tenía razón.— No puedo, no puedo morir. Mi hija, soy lo único que tiene en el mundo…— —Esa niña perdió a su padre hace un hora, no eres más que un cuerpo con un demonio adentro, si no quieres ponerla en peligro, será mejor que me escuches y— Pero el hombre no estaba escuchando a Naoya, se apresuró hacia la puerta y comenzó a forcejear. Una luz se prendió en el piso de arriba, probablemente su hija u otra persona, Naoya sabía que tenia que acabar con esto rápido. —No temas Mari, papá no te abandonara, estará contigo en un segundo— El hombre continuaba forcejeando la puerta, y dándole golpes con el puño cerrado. Naoya desenfundo su espada y no basto más que blandir su espada para terminar con aquel hombre y el bebé que llevaba adentro. Enfundo su katana, y vio como la luz de la casa se apagó, probablemente era lo mejor, no quería que una niña viera esa escena. – Lo siento.— Fue lo único que dijo y abandono el lugar. —Aquí estas.— una mano se poso en el hombro de Naoya, obligándolo a dejar de recordar. Se volteo para encontrar a una chica de cabello violeta y largo, llevaba un uniforme escolar blanco y con una falda completamente negra, pero lo más llamativo era que sus ojos azules reflejaban un extraño rencor hacia él, por alguna razón. —Chizuru. ¿Cómo estás?— Pregunto casi con indiferencia, y la respuesta de Chizuru no se hizo esperar. Le tomo de su rostro con ambas manos y le dio un cabezazo, obligándolo a recordar cierto…”incidente”. —& como les digo, fue obra de un demonio. Este sujeto se encargo de todo — Chizuru hablaba de una de las primeras hazañas de Naoya, donde le conoció, pero Naoya no tenia interés en que alguien lo supiera o hubiera testigos de lo que hacían, incluso Chizuru fue solamente un accidente para él. Las compañeras de Chizuru rodearon a Naoya, esperando escuchar la confirmación del relato que ella les acababa de contar. —Verán… trabajo como medio tiempo en el hospital, en el ala de psiquiatría. Chizuru olvido los medicamentos de esta semana, así que vine a dejárselos. Aquí tienes, antipsicóticos y antidepresivos. Que tengas un buen día Chizuru.— Entrego unos frascos de pastillas en sus manos y se alejó, mientas Chizuru y sus amigas permanecían inmóviles, tratando de asimilar lo que escucharon. Naoya, se levanto del suelo, aún algo adolorido por el cabezazo, pero al menos tenía idea de lo que había sucedido. –Entonces ¿Cómo estás? ¿Sigues en tratamiento? —Bastardo ¡no te creas tus propias mentiras!— Chizuru extendió sus brazos, dispuesta a ahorcarlo, pero Naoya fue más rápido y se alejó entre las distintas personas que pasaban por allí—Cuídate Chizuru, iré a visitarte al psiquiátrico cuando pueda— Naoya no pudo escuchar la contestación, pero se imaginaba que clase de respuesta le habría dado. —Transmisión entrante en tres, dos, uno...— Naoya se volteo hacía una vidriera donde se materializo una especie de rectángulo rodeado de un aura bordó, en su interior se podía ver a un hombre con un tapado negro largo y una cabellera blanca. Esa persona era Seijuro, un cegador de mucho más rango que el suyo. —Naoya—kun ¿Cómo están las cosas por allí?— Seijuro tomo un helado de limón y comenzó a comerlo como si no le importara su propia pregunta.— ¿Alguna cosa interesante? — Seijuro, no hagas transmisiones porque estás aburrido…— Le desesperaba la actitud infantil de él, y su trato tan familiar, era algo que lo hacia desconfiar. — ¡Pero! No hay demasiadas cosas que hacer, además es mi pasatiempo chequear como están mis cegadorcitos.— Contesto mientras seguía tomando su helado. — ¿Cegadorcitos?...— Definitivamente, no tenia paciencia para ello. Desenfundo su Katana y lanzo dos cortes hacia la pantalla espectral, desmaterializándola.— Las horas pasaron, el momento de encontrar a la madrastra estaba cada vez mas cerca. Esta vez no habría ninguna victima, sabia que la madrastra se manifestaría en esa área, y Naoya se aseguro de ser la única persona en ese parque. Esto no era un juego, no importa con que ligereza Seijuro se lo tomara, ya había tres victimas, no permitirá que haya una cuarta. — ¡Naoya!— Antes de que Naoya pudiera reaccionar, estaba siendo estrangulado por detrás. Las manos se aferraron a su cuello, presionándolo con fuerza mientras llevaba su diestra hacia la empuñadura de la Katana, sin embargo se percato de la calidez de las manos, las manos del demonio deberían ser heladas. — ¿Cuál es tu problema?— Aquellas manos soltaron su cuello y pudo alejarse, dando unos pasos y volteándose hacia su agresor, quien era nada menos que Chizuru.— Espera ¿Qué haces aquí?— — Gracias a tu broma, no solo todos creen que estoy loca, sino que debo quedarme horas extras después de clase y hablar con la psicóloga para que se asegure que no sea un peligro para los demás…— La furia que invadía a Chizuru no tenia limites. —Bueno, acabas de tratar de ahorcarme por detrás. Definitivamente, eres un peligro para los— Naoya no llego a terminar, Chizuru tenia sus manos sobre el nuevamente, zarandeándolo de un lado hacia el otro, probablemente lo hubiera asesinado, de no ser porque el aire se congelo en ese preciso instante. Los alrededores del parque comenzaron a tornarse borrosos, al ser rodeado por una espesa neblina, de la cual pequeñas criaturas se arrastraban fuera de ella. Eran bebés, horrendos, ya que tenían un color verde enfermizo y las cuencas de sus ojos al igual que sus bocas, estaban completamente vacías. Entre los bebés, una figura madura dio un paso hacia el frente, el demonio conocido como “la madrastra” tenia una vestimenta que cualquiera podría confundir con el de una viuda, sin embargo su piel era la más pálida que había, sus ojos estaban tapados por el velo, pero sus dientes eran afilados como los de una bestia. —Gracias pequeña, eso hará más fácil las cosas.— La madrastra extendió su mano y ordeno a sus pequeños atacar, media docena de ellos se lanzaron sobre ellos. Naoya se libero de Chizuru a tiempo y la lanzo hacia un adelante, dejándole suficiente tiempo para que el pudiera rodar hacia la derecha, esquivando a los bebés. Chizuru aterrizo sobre un charco de agua, ensuciando su uniforme. — ¡¿Por qué me lanzaste en esta dirección?!— Grito enojada mientras se incorporaba, tratando de quitarse la suciedad del uniforme. —Cállate, encima que te salvo. – Naoya se volteo a responderle, y agrego en voz baja— Además, te lo merecías— —Así que lo admites… ¡muérete!— Chizuru tomo a uno de los bebés que se encontraban flotando, como si ignorara la naturaleza del espectro y lo aventó en dirección a Naoya, el cual apenas lo esquivo— —¡¡Cállense los dos!!— El espectro se enfureció, y en los bebés comenzaron a perseguir a Naoya, sin embargo desenfundo su katana y acabo con ellos antes de que pudieran acercarse. —No me olvide, de lo que le hiciste a esas personas.— La mirada de Naoya cambio, era fría, acusadora, incluso un ser horrible como la madrastra se sintió intimidada. —Supongo que eso no funcionara... en ese caso, hay alguien que quiero presentarte.— hizo un gesto con su mano, y detrás del demonio, había una pequeña niña pelirroja, su peinado tenia dos coletas, y por su apariencia, tendría alrededor de diez años. En su hombro, llevaba uno de los bebés espectrales. — ¿Una niña?— Desvió la atención de los bebés para observarla por un instante, sin embargo no podía dar el lujo de distraerse, aparto la mirada y continuo retrocediendo, esquivando los ataques. — ¿Quién es ella?— Chizuru se quedo observando a la niña, de alguna manera quería tratar de llegar hacia ella, pero no estaba en posición de moverse— —Tú… ¡mataste a papá!— Naoya esquivo otra hilera de bebés que apuntaban a su cabeza, pero al oír a la niña, recordó al hombre que había sido atacado por la madrasta. Como insistía en que quería estar con su hija, y que él era lo único que tenia. Naoya se tambaleo, y los bebés emergieron del suelo, sujetándole ambas piernas, y trepando por es espalda, inmovilizándolo completamente. —Ya tenemos al asesino de tu padre. ¿Ahora quieres que sufra?— el sadismo se vislumbraba en el rostro de la madrastra. Se lamio los labios, mientras los bebés continuaban trepando el cuerpo de Naoya. — ¡Te odio! ¡Nunca te perdonare!— La niña gritaba enfurecida, no era culpa suya después de todo. — —Hey ¡¿Estás bien?!— Chizuru trato de acercarse hacia Naoya ni bien pudo reaccionar. — Ni se te ocurra acercarte. — La voz de Naoya la hizo detenerse. —Empecemos ¿Te parece?— Ante la voz de su señora, los bebés comenzaron a morder a Naoya, a pesar de que no tenían dientes, sus mordidas hacían arder su piel causándole un dolor extremo en todo su cuerpo. La madrastra dejo escapar una carcajada mientras esto sucedió. Chizuru quiso intervenir, se llevo ambas manos hacia su boca, tratando de ahogar un grito. Naoya por el contrario no se quejo, aunque estaba muriéndose de dolor, se resistía a mostrar un signo de debilidad. — ¿Ya estás satisfecha, mocosa?— Naoya extendió su mano derecha, la cual tenia tres bebés sosteniéndole. Acto seguido tomo uno de los bebés cerca de su cuerpo y lo aventó hacia un lado, haciéndolo desaparecer. — ¿Aún te quedan fuerzas para moverte?— La madrastra estaba sorprendida, pero, estaba a punto de sorprenderse aún mas. — ¡Mammon, demonio de la codicia, de la abundancia deshonesta! –invoco Naoya. El iris de su ojo derecho se torno de un color amarillo febril, y fue rodeado por un aura del mismo color junto a los bebés espectrales. No hizo falta mas que unos segundos para que los bebés se disiparan en el aire— —Aún no termino— el demonio hizo un ademan con su mano, y los bebés se tomaron unos a otros, detrás de Naoya, formando una especie de serpiente, pero solo basto un parpadeo del joven para que el aura amarillenta engulla a la serpiente y la desintegre. — ¿Los poderes demoniacos no funcionan contra ese ojo?.. —Ya es hora de terminar esto.— Empuño la katana con su diestra, cerro sus ojos por un instante en el cual fue abandonado por el aura de color amarillo. La madrastra lo miraba horrorizado, Chizuru y la niña tampoco podían quitar sus ojos de él. Finalmente abrió sus ojos, revelando una heterocromia de color azul en su ojo derecho, que no tardo en cubrir todo su cuerpo de un aura con la misma tonalidad— ¡Belphegor, demonio de la pereza, de los falsos atajos! Naoya emprendió una carrera en dirección hacia ella. La madrasta trato con toda clase de artilugios. Primero chasqueo sus dedos, y dos hileras de bebés nuevamente en forma de serpientes trataron de atacar por ambos lados a Naoya, sin embargo con Belphegor era extremadamente veloz, agito su katana hacia ambos lados y en un pestañeo acabo con ambas serpientes sin disminuir su marcha hacia ella. Como último recurso, levanto un muro de bebés el cual se interpuso entre el joven y ella, pero eso no fue suficiente. Dejo escapar un grito cuando vio a los bebés deshacerse frente a sus ojos por un solo golpe de su arma, pero tampoco tenia demasiado tiempo para preocuparse por ello, Naoya ya estaba frente a ella, dejando caer un golpe con su katana de forma descendiente. —Se acabó. — Dejo salir el joven, el cual giro sobre su eje y presiono sus pies contra la tierra para frenarse, levantando una gran cantidad de polvo en el proceso. Enfundo su Katana, mientras que el rostro de la madrastra se partía en forma vertical, en un ultimo intento desesperado, trato de unir su cráneo con ambas manos al momento que se partía, pero ya era tarde, su cuerpo estaba desintegrándose, y perdiéndose en el aire en forma de puntos negros. —Esa cosa me trajo más problemas de lo que esperaba—. Tenia golpes y magulladuras en todo el cuerpo, además usar el ojo del purgatorio dos veces lo había dejado exhausto— —No te perdonare…— La niña aún estaba consiente, su respiración era notablemente pesada y no faltaría mucho para que se desmayara— ¡tu mataste a papá!— — Sí fuiste lo suficientemente débil para ser manipulada, significa que no eres lo suficientemente fuerte para vengar a tu padre...— Le regalo una sonrisa arrogante a medio labio, y luego le dio la espalda. No era exactamente lo que quería hacer, pero probablemente el enojo en esa niña la volvería más fuerte. ¿Qué consuelo podría darle? Ninguno, los que están muertos, no vuelven. – Cuando estés lista ven a buscarme, estaré esperándote mocosa. — —No te perdonare…— La niña cerro los ojos, Chizuru fue lo bastante rápida para sujetarla y cargarla en sus brazos. ¡Hey, estás siendo demasiado duro con ella!— La sostuvo con fuerza mientras miraba a Naoya con reprobación— Yo la llevaré a su casa— —Ella estará bien. Esa niña no va a permitir que le suceda nada antes de que pueda vengarse de mi.— Dio un suspiro, para luego mirar hacia el cielo, eliminar Demonios es fácil, lidiar con las personas… para nada. — ¿Y que harás cuando vaya por ti? – Chizuru trato, pero le resultaba difícil entenderlo— ¿Dejaras que te mate y morirás siendo un mártir? Eso no le queda para nada a alguien desagradable como tu. — ¿Morir como un mártir? Cuando ella venga, podre enfrentarla sin restricciones, será defensa propia después de todo. – Una sonrisa aterradora se dibujo en su rostro, y Chizuru repentinamente tenia ganas de golpearlo. Naoya simplemente dio un salto y se marcho luego de eso, lo último que Chizuru vio, fue una expresión de tristeza en el rostro de Naoya. La primera vez que lo conoció tenía la misma expresión, de todas formas, Chizuru planeaba golpearlo la próxima vez que lo vea. Boceto de la historia^
Vaya, me resultó bastante interesante. Creo que la historia tendrá mucho futuro, además de que manejas un género que te permite hacer la cantidad de cosas de aspecto imposible ante la lógica humana, a tu gusto. Fue interesante, creo que intentas manejar un contexto de anime ligado a tu fic, lo que me agrada pues lo haces bien. Al principio creí que Naoya era mujer --perdona eso, no distingo muy bien los nombres femeninos de masculinos en Japones... bueno, algunos--, claro que después entendí mejor las cosas. En fin, eso es todo lo que puedo decirte por ahora, esperaré la conti.
Gracias, y con respecto a lo que dices, sí, probablemente le este dando un estilo manga a la historia. El año pasado con un amigo estuvimos haciendo varios bocetos y one shots para concursos de manga. Trataré de actualizar esto pronto
me gusto muchisimo la historia que escribiste me parecio muy interesante espero que hagas mas pues si es sierto que la haces muy bien estaba buscando ideas para una historia o mejor dicho foros entonces vi esta historia la cual te repito me encanto espero la continuacon :)