El nigromante Se puso de moda en mi curso escribir, la mayoria hacia novelas cortas, otros poemas, otros grandes relatos. En cuanto a mi, esto es el primer capitulo de una gran historia Capitulo 1 :Las Llamadas El día era cálido, seco, sin embargo, no hacia calor. El viento relajaba las tensiones en la gente, pese a ser un día de semana. No parecía verano, sino algo agradable a la piel. Kepped estaba en su habitación, disfrutando de su música en pleno verano. Estaba feliz por su rendimiento escolar ese año, pues había mejorado mucho. Sin embargo no le preocupaba su siguiente año, solo aprovechaba las vacaciones. No le agradaba mucho su escuela, pero no tenia otras opciones. El no era de los que no hacen nada en clase, pero tampoco era de los duros en aprender. - Tienes un mensaje, lo dejaron en el buzón-le dijo su madre, sorprendiéndolo. -Ok, déjamela en el escritorio. No es que no le interesara, simplemente no quería que lo molestasen, no todavía. Era su momento de relajación. La curiosidad pudo más y en 30 segundos estaba leyendo la carta, la cual estaba anónima y decía lo siguiente: Estimando Kepped: Te puedo ofrecer la oportunidad queHaz estado esperando en estos tiemposVe al café que te queda a dos cuadrasMañana temprano a eso de las 11. Al día siguiente decidió ir; al llegar noto que no había nadie. Era temprano, decidió esperar, aun faltaban unos minutos para las 11. Se sentó en una mesa al fondo y espero. Un mozo lo sorprendió preguntándole que quería, como vio que se sorprendió añadió -¿Un café? Sale cuatro pesos. -Si, por favor. En ese momento una persona de más o menos 1,70 metros e altura, toda vestida con una túnica negra entro al bar y se sentó en la misma mesa, al frente de Kepped. El extraño parecía no tener rostro, pero no emitía miedo, solo algo de intriga. De más cerca pudo ver que tenía una cuerda negra en la cintura, algo que extraño a Kepped. -Imagino que leíste la carta.- Su voz era fría, pero amigable- Sino no estarías aquí. Lo que le habían enviado no podía llamarse “Carta”, pero decidió seguirle. -¿Tu la enviaste? -No otro la hizo ¿Te gustaría una buena oportunidad? -¿A que te refieres? -Buscamos a jóvenes como vos para entrenarlos. -Entrenarme ¿Para que? -Parecerá duro de explicar, pero ¿Te gustaría aprender magia? Se hizo un silencio que duro 30 segundos y el extraño volvió a hablar: -No crees que sea cierto ¿Verdad? -No estoy seguro.- Él no creía que tal sujeto estuviera hablando en broma, pero parecía que no lo había dicho todo. -Te diré unos datos, no todos pueden hacer magia. A los que si los buscamos para llevarlos a un sitio donde puedan perfeccionarse y tu eres uno de esos. Se te vera que tipo de mago eres y comenzaras a entrenarte en grupos ¿Te parece bien? ¿Era realmente cierto lo que decía?, Podría ser una broma, pero el sujeto parecía demasiado serio y su forma de vestir lo llevo a una conclusión: -De acuerdo, me convenciste, ¿Que tengo que hacer? -Se que vives con tu madre, dile que viajaras con un amigo y que ya no necesitaras su ayuda, ya que si alguien sabe eso podría usarlo para su provecho en tu contra. Mañana habrá alguien esperándote, muy parecido a mí. -Ok.- Era raro el sujeto ya que el no le había visto el rostro y le decía alguien parecido a él; debía decir por su atuendo. Hizo un gesto para llamar al mozo, le pago y se fue a su casa, ya que al mirar el extraño ya no estaba allí. Carolina estaba en la cocina limpiando los restos que ella había preparado como comida para sus tíos. Desde la muerte de sus padres, ellos ni se preocupaban por ella, mientras que le lavara los platos y cocinase. Pese a todo le reprimían el mas mínimo error, como si ellos fueran perfectos y no la inmundicia que eran. Pero la cosa estaba por cambiar: ese mismo día aprovecharía lo borrachos que estarían y huiría hacia el este. Ni lo notarían hasta por lo menos mañana por la tarde. No le importaba vagar por las calles de momento, sabía que llegaría lejos solo con conocimientos a nivel medio secundario. Como ella esperaba sus tíos llegaron cerca de las 5 de la tarde, sorprendentemente ebrios para la gente normal, cosa que a ella no le sorprendió lo mas mínimo. Al pasar a su lado ni la miraron y ella no tuvo esfuerzo en salir de la casa. Una vez fuera comenzó a recorrer la calle. Camino unas 20 cuadras sintiéndose al fin libre, sentía el viento en su rostro, y veía a la poca gente que pasaba por allí ¿Que podía hacer ella ahora? ¿A donde iría? Se sentó en la vereda a pensar en ello. No pasó un minuto cuando un extraño vestido de negro se le acerco y le dijo: -¿Carolina? -¿Quien es usted?-Naturalmente ella dudó de quien podía conocerla, ya que no tenía buenos amigos en la escuela, y un amigo de sus tíos le hubiera traído muchos problemas -Descuida, no soy amigo de tus tíos. -¿Cómo sabes eso? -Te quería hablar allí, pero me di cuenta que no estabas. Supongo que no tienes a donde ir ¿no?- Ella hizo una negativa con la cabeza- Si no tienes a donde ir ¿te gustaría que te diera la oportunidad de hacer algo de tu vida? Ella no lo dudó ni un instante ¿Que más podría hacer con su vida? Esa era su oportunidad, sin embargo parecía que el ya lo sabía. -Vendrás conmigo hoy dormirás en un hotel, mañana viajaremos a un buen lugar. Kepped durmió tranquilo esa noche. Por la mañana, pudo preparar una pequeña mochila con algunos utensillos. Tal y como le había dicho, había un extraño sujeto vestido como el del día anterior. A este se le distinguían unos aspectos faciales, como la nariz y la barbilla. Era más alto que el anterior, y expresaba la misma intriga. -¿Estas listo? -Si, ¿Para donde vamos? -Ya lo sabrás Caminaron un par de cuadras. La mañana era fresca, aunque sabía que no lo seria por mucho tiempo. Parecía que se dirigían al centro de la ciudad. La gente que empezaba a hacer turnos y los empleados no muy madrugadores, se empezaban a focalizar en varios lugares, cuando el extraño e sentó en la vereda y dijo: -Aquí es el lugar, deberemos esperar unos minutos. -¿A que esperamos? -A un amigo – su tono sonó mas a un conocido que a un amigo. Esperaron algunos segundos, hasta que se acerco un auto azul y se detuvo a pocos metros de distancia de ellos. Kepped pudo ver que dentro había otro mas vestido de negro, pero supo que era el del día anterior. -Nos vemos de nuevo, Kepped. Sube, por favor-Dijo mientras abrió la puerta trasera. El se levanto, y al mirar vio que el que lo había acompañado ya no estaba allí. Se apresuro a subir y el coche comenzó a andar. Carolina se acostó temprano y no tardo en conciliar el sueño. Las camas del hotel, pese a ser de dos estrellas, resultaron bastante cómodas. Al despertar, no vio al sujeto que la había acompañado el día anterior, por lo que salio del cuarto y lo vio sentado en la sala del hotel. -Buen día, Caro. -Buen día, ¿Partimos ahora? -Así es, afuera nos espera un micro. Tal y como prometió, allí estaba esperándoles. El chofer parecía un hombre mayor y por dentro no había nadie en los asientos. Ella aprovecho y se sentó al fondo, mientras que el extraño de negro se sentó cerca del chofer. Opia era una chica de alta categoría. Tenía profesor privado y exclusivamente pagado para ella, aunque eso le impedía conocer a otras personas, no le importaba. Ese día regresaba de clases, cuando se le apareció un extraño sujeto ataviado con túnicas negras, el extraño comenzó a hablarle: -Buenos días, Opia. Ella se atemorizo un poco, no esperaba que le hablasen a ella, ni mucho menos que la conocieran como para decirle “Buenos Días”. -¿Te conozco? -No lo creo, soy yo el que te conoce un poco. ¿Querrías cambiar de vida? -No, para nada- Su vida era muy agradable, la verdad, aunque muy solitaria. -No soy de una secta ni nada por el estilo. -No me interesa- Dijo ella a lo que comenzó a caminar para ir a su casa. -Sé que no te agrada mucho tu vida. -Mi vida es perfecta, ¿como me conoces?-Naturalmente el extraño le estaba empezando a desagradar. -Escucha ¿Te gustaría conocer a otros chicos de tu misma edad? -No lo creo, estoy bien-En realidad, era lo que quería por tantos años, alguien con quien hablar y comentar. Necesitaba expresarse. -Creí que era un poco solitaria, por eso. -Esta bien, no me gusta esto ¿Conforme? -Un poco. ¿Vendrías conmigo? -¿A dónde? -Puedo hacer que conozcas a gente y demás. -Ok, pero vivo con mis padres. -Aunque nunca los ves. Descuida déjales un mensaje diciéndoles que fuiste tentar suerte. Prepara una mochila con algo de ropas y cosas de valor para ti. Yo te estaré esperando en la puerta de tu casa Cuando se alejo ella comento: -Extraño, pero amigable. Opia no estaba muy segura de su decisión. Por un lado quería conocer a gente y no estar tan sola, pero no quería dejar la vida que llevaba, todo a su disposición y pensado exclusivamente para ella. Tener que acompañar a un extraño le parecía abandonar su vida a la suerte, pero tenía que hacerlo. Al salir de su casa, notó que el extraño pareció relajarse; sabía que ella dudaría. -¿Lista? -Eso espero ¿A donde me llevaras? -Iremos a un pueblo, no muy lejos de aquí.-Se acercaron a un auto cerca-Sube, por favor. Bueno, espero que de momento les haya gustado, pero la verdad es que falta mucho para las mejres partes, ya que al principio debo mostrar a los personajes y todo eso.
Re: El nigromante He movido tu discusión a donde corresponde: el foro de Originales dentro del área de FanFics en CemZoo.com Suerte con tu historia. Cualquier duda puedes comunicarte conmigo vía mensaje privado (Perfil Pami > Contacto > Enviar mensaje privado).