Título: El nacimiento de un nuevo linterna. [Compasión] Me encuentro en mi planeta natal, la tierra, estoy siendo perseguido; camino entre las personas vestido con un manto negro y la capucha de este cubriendo mi cabeza; camino preocupado, casi corriendo, ¿Me habría encontrado, lo tendré detrás? No lo sé. Me abro paso entre las personas que caminan a mi alrededor, muchos observan la enorme y filosa espada que llevo en mi espalda. Entro a un callejón abierto que dá hacia otra calle. —Demonios… Hace mucho que no estoy en este planeta, no sé donde estoy… —Murmuré para mí mismo. —Parece que volver a tu planeta natal no ter sirvió de nada, no sabes ni en donde te encuentras —exclamó una voz desde los cielos. Con estas palabras se presenta ante mí, bajando de los cielos, un linterna verde; aquel imponente hombre calvo, de tez rosa oscura casi roja, vestido con aquel traje verde, marcado con aquel reconocido símbolo a lo largo de las galaxias, en el dedo índice de su mano derecha portaba su poderosa arma; un anillo de poder, un anillo de la voluntad. —Evans, Paul Evans; buscado en dos galaxias por tus trabajos para los linternas amarillos; asesinatos, secuestros, robos… Todo un caza recompensas, pero eso acabará… —Decía el linterna. —Abin Sur… —Me dirigí a él —. ¿En verdad crees que estoy listo para morir ahora, o ser llevado a juicio ante esos malditos enanos azules? —. En ese momento echando al suelo el manto negro revelé mi atuendo: una franela negra y sobre ella una hombrera de metal en mi hombro izquierdo, llevo pantalones anchos de color negro y unas botas marrones, guantes en mis manos y vendajes a partir de estos hasta la mitad de mis antebrazos; un cinturón en mi torso y hombro derecho en el que llevo mi enorme espada y un par de cinturones en mis caderas donde llevo mis armas preferidas, un par de berenjenas. —Lindas pistolas las que llevas ahí —me decía. —Heh… Lindo anillo… —Le respondí. —¿Verdad que sí? —Preguntó mientras esculpía un enorme martillo a partir de este. Entonces lanzó este enorme instrumento sobre mí, pude verlo venir y esquivarlo pero el estruendo que este provocó al chocar con el suelo me empujó hacia una pared cercana; me levanto para darme cuenta de que el linterna solo se afana en golpear al suelo con aquel enorme arma mientras yo solo me concentro en eludirla moviéndome de un lado a otro; por un momento me alcanzó con el martillo pero logré bloquear su ataque desenfundando mi ancha espada y empujando con fuerza logré romper su gran arma verde, solo para encontrarme con que al romperla el guerrero verde viene a toda carga dipuesto a golpearme; con una gran fuerza logra acertarme un puñetazo en la cara para luego tomar distancia. Siento la sangre bajando por un lado de mi boca hacia mi mentón, limpiándomela con mi mano izquierda le pregunto sarcásticamente: —¿En serio?, ¿No puedes ser un poco más sutil? —Con criminales como tú, no —me respondió él, cortante. —¿Al menos podríamos ir a otro lugar? Ya acabaste con este pequeño callejón… —Le decía yo, observando a mi alrededor el desastre causado por el anillo de poder y su usuario —.Creo que a las afueras de esta ciudad hay un desierto o algo, lo ví al llegar —. —Pues vayamos —me respondió Abin sur. Guardé mi espada en el cinturón en mi espalda y salí del callejón corriendo hacia una de las avenidas a las que este daba dejando al linterna atrás; comienzo a correr al más puro estilo de ninja japonés y siento como por detrás me llegan inmensos disparos, volteo y veo a mi perseguidor disparándome con una inmensa arma de aspecto alienígena hecha a partir de su anillo. —Tsk… Maldito —digo para mí —. En verdad quiere atraparme —. —¡¡Es inútil, te atraparé!! —Gritaba Abin Sur a lo lejos. —¿Desde cuando un linterna verde es tan imprudente? Veamos si puede con esto —decía para mí. Comienzo a correr por el centro de la avenida hacia los autos, un taxi amarillo venía hacia mí velozmente, este se frenó y por los disparos del verde guerrero se volcó, pude saltarlo a duras penas, corriendo por el costado de este que venía hacia mí; en ese momento los disparos se detuvieron pero el auto explotó a causa de los mismos… Ya la salida de la ciudad estaba muy cerca y el desierto próximo a ella, seguí corriendo hasta salir de la ciudad; el justiciero verde no me había atacado nuevamente pero sin duda alguna venía detrás. En poco tiempo pude llegar al desierto a un punto considerablemente alejado de la ciudad, ahí podríamos combatir libremente: un lugar totalmente baldío, un terreno plano y liso cual llano, agrietado, seco, rocoso, sin rastros de vida con la qué acabar… —Heh, para ser un criminal me preocupo demasiado por los demás —me dije a mi mismo sentándome sobre mis piernas en lo que esperaba al linterna, con el caos del taxi le había dejado atrás. En cuestión de minutos el linterna llegó dispuesto a zanjar el asunto, frente a mí, a un buen de distancia me dijo: —Acabemos con esto, Paul. —Bien —le respondí, firme. Por un momento todo fue silencio entre ambos, él solo me miraba fijamente, yo no dejaba de pensar con qué clase de arma me atacaría, después de todo el único límite de un anillo de poder es la imaginación de su usuario; el aire desértico inundaba el ambiente, el sonido que este producía era todo lo que podía oírse, nada más. —Parece que yo tendré que comenzar —me dijo el linterna lanzándose sobre mí con el característico vuelo de su legión. Volando hacia mí intentó acertarme un golpe pero logré bloquear su brazo con el mío, empujándolo logré echarlo hacia atrás y con el otro brazo libre golpearlo en el rostro, acto seguido este me lo devolvió… Desencadenamos una gran golpiza, una constante de lucha y más; él me golpeaba y yo de igual manera me defendía; entre tantos golpes con un puñetazo a manera de uppercut logré golpearlo fuertemente y tomar distancia… —Eres bueno… —Me decía el linterna jadeando por el cansancio —. Veamos si puedes con mi anillo —. —Veámoslo —le respondí. Entonces él, distanciado de mí, se elevó en su vuelo y al estar a una gran altura comenzó a formar una gran katana a partir de su anillo de poder; esta era verde, larga, fina y filosa, increíblemente larga, unos tres metros quizás… —Ya sé a donde va esto —dije para mí, sacando mi espada y tomándola firmemente con ambas manos. Entonces emprendió vuelo hacia mí velozmente dispuesto a atacarme con aquella enorme katana; comencé a correr hacia él por tierra y cuando lo tuve cerca salté para bloquear su ataque y chocar nuestras espadas, pasando ambos del otro caímos al suelo sobre nuestros pies sin causarnos ningún daño. Volteándome corrí hacia él para golpearlo con mi espada, esta vez logré alcanzarlo en el hombreo dejando una pequeña rotura en su traje. Volteándonos hacia el otro comenzamos a pelear de nuevo, desencadenando nuevamente una lucha como antes pero esta vez empleando nuestras armas… Sablazo tras sablazo, golpe tras golpe, bloqueo tras bloqueo; se oía el metal de mi ancha espada chocar con aquella larga y extraña katana hecha de la rara aura verde de los linternas, a igual manera esta emulaba el sonido del metal. Abin Sur poseía un gran manejo sobre esta espada, la sostenía firmemente, jamás pensé en tener una batalla así con un linterna verde, tal honor. Por un instante el linterna logró bloquearme y retenerme manipulando su katana con una sola mano y en un descuido golpearme fuertemente en el rostro usando su mano libre, a esto tomé distancia y musité: —Tsk… Maldito. Tomé de mi cinturón una de mis armas de fuego y desenfundándola apunté al guerrero verde, comencé a disparar y enseguida este ensanchó su arma para bloquear mis disparos, en determinado momento mis balas se acabaron así que no tuve más opción que enfundarla de nuevo y seguir luchando con mi espada, pues planeaba guardar las municiones restantes. Mi contrincante devolvió la espada a su tamaño original y así seguimos combatiendo; la fuerza de ambos era muy grande, podría decirse que igual pues en ningún momento hubo predominio de alguno de los dos en el combate… Más pronto que tarde las espadas comenzaron a agrietarse denotando así debilidad, el metal ya no resistía aquella lucha y mucho menos el aura verde; en cierto punto de choque ambas armas se quebraron haciéndonos pasar el uno del otro y acto seguido desplomarnos en aquel extenso terreno… Al caer segundos después nos levantamos y comenzamos a correr hacia el otro; al acercarme intenté golpearlo pero Abin Sur logró esquivarme y golpearme fuertemente en el estómago, a esto yo le devolví un puñetazo en el torso. Nuestros cuerpos agotados y sangrantes, nuestras vestimentas rotas, el podría crear un arma en cualquier momento y a mí solo me quedaba un último recurso, ¿Quién saldría vencedor en esto, y cuanto más duraría? Con mi cuerpo tambaleante intenté golpear a mi rival en el rostro pero no alcancé a esto pues este a duras penas lo esquivó; acto seguido caí al suelo estampando mi rostro en él y tras de mi cayó el linterna verde… —T-Tengo qué… —musitaba yo… Como pude me levanté y apenas pudiendo con el peso de mi cuerpo desenfundé mi arma, la que aún tenía municiones, todas estas. Tambaleante apuntaba al rostro de Abin sur quién había caído al suelo mirando al cielo… —A-Aquí se acaba esto —Balbuceaba yo. Intentaba tirar del gatillo pero no podía, algo me decía que no lo hiciera, me lo impedía; me hacía sentir impotente de realizar dicha acción. ¿Qué era esta misericordia, esta compasión? Dicho sentimiento que me impedía acabar con la vida del linterna… Era compasión, misericordia. Finalmente disparé. Pero no al rostro del linterna, sino a un lado de este; en ese momento me desplomé hacia el suelo el suelo… Ya no podía más. —S-Sabía que no me equivocaba contigo —musitó el linterna verde. Escuché estas palabras y de reojo vi como el linterna verde se levantaba a duras penas y con su anillo fabricaba una celda en la que me encerraba, a este punto mi cuerpo no podía más, impotente de poder hacer algo sentía como mi cuerpo poco a poco perdía la consciencia. Me despierto, no sé donde estoy, miro a mi alrededor y a lo que mi vista se aclara lentamente distingo a Abin Sur —algo golpeado, de hecho —, siento mis muñecas apresadas por esposas hechas a partir del anillo de poder de la voluntad, girando mi cabeza pude verlas; en eso noté que mis ropas estaban rotas. ¿Qué hacía aquí, cómo había terminado la batalla? —Levántate, Paul —me dijo el linterna. Eso hice y pude darme cuenta de donde estaba: una negra cueva iluminada en el centro por una gran linterna en forma de caldera que desprendía de ella un color particular, azuloso y a la vez morado, añil, el color índigo. Alrededor de esta linterna se encontraban cantidades de personas de distintas razas y planetas vestidos como linternas pero de este extraño color y con un símbolo extraño en su frente y pecho, muchos de ellos antiguos criminales… Entre ellos pude distinguir a una particular personalidad… Un antiguo linterna amarillo, Sinestro. —Paul Evans, del planeta tierra —provenían estas palabras de la gran linterna, continuó —. Tienes la capacidad de sentir una gran compasión, bienvenido a la Tribu Índigo. En ese momento mis ropas fueron reemplazadas por un traje negro y de este característico color, en mi pecho y frente sentí la aparición de aquel símbolo y en mi mano derecha un anillo de poder; junto con todo eso desapareció todo mal pensamiento de mí y un gran remordimiento por mis acciones pasadas me invadió. —A partir de ahora serás un linterna índigo —me dijo Abin Sur, mirándome. Era alguien nuevo: Paul Evans, un nuevo linterna índigo, creado para luchar contra la Noche más oscura, en ese momento lo supe. -Bien, este ha sido mi one-shot para la actividad "Sencity" de @Fenix Parker, espero les guste. Nuevamente aprovecho para agradecer a Fenix por invitarme a esta actividad, de la cual disfruté participar; y bueno, compañero, implementé lo que te comenté, espero te guste :D -Les ha hablado Paul, y les deseo buenas noches :D.
Hola Paul, no soy para nada conocedor de Linterna Verde y su Universo, pero me ha encantado cómo relataste el encuentro. Paul Evans y esa descripción que hiciste es sensacional, milimétrica, en cuanto a Abin Sur pues ni qué decir, todo un héroe cósmico. Me gustó mucho la secuencia que usaste de la batalla, desde el callejón hasta la salida de la ciudad y el incidente del alienígena con el taxi (digna de una escena de Avengers) donde se dieron con todo. Debo reconocer el valor y la personalidad de Evans por enfrentar a su rival, aparentemente en desventaja, pues se fue quedando sin municiones mientras que su "enemigo" permanecía incólume; también dedo admitir que me sorprendió que Paul pusiera en semejante pocisión al Linterna pues yo juraba que la derrota del humano era un hecho, aunque ya no supe si se debió a la fortaleza de Evans o a una prueba de parte del Linterna para reclutarlo, como sea, fue inesperado para mí. Siempre es un deleite leer algo de súper héroes, fantasía, viajes por el espacio y poderes sobrenaturales, así que gracias por ofrecernos una buena pelea y un gran valor en el campo de batalla sin duda, la compasión. Felicidades Paul, buen trabajo, hasta pronto.
-Hola Vingilot, muchas gracias gracias por leer :D Pues, cuando escribía la historia no pensaba en que Abin Sur se dejara derrotar para así probar a Paul, pues siempre busqué que fuera una especie de batalla a muerte, por así decirlo; como bien dijiste Paul siempre estuvo en desventaja pues un par de pistolas y una espada no son rivales para un Linterna quien puede crear armas e infinidad de objetos a su voluntad con solo pensarlo, pero sin duda la determinación de este personaje si lo fue, llevando a Abin Sur a esta posición. No se si lo habrás notado pero traté de hacer una especie de "homenaje" o referencia a Cloud y Sephiroth... Una vez más, gracias por leer y me alegra que la historia te haya gustado. ¡Saludos!
Bueno para ser el primer fic de algo que en tu vida habías vito ha salido excelente. Tengo que decir que es un poco de AU totalmente permitido en el cómic, pues la arma en si de los linternas es el anillo de poder a menos que esa pistola y espada fueran de energía, tenemos a un Abin Sur alternativo. Ahora que bueno, lo que es verdad es una divergencia mínima tomando en cuenta todo aquello que te diste a la tarea de investigar y crear un personaje demostrando que puede ser sencillo o al menos no tan complicado como se cree además de que te haz divertido. Muy buena descripción de batallas, personajes y encuentros, la verdad es que ha sido como leer un cómic de linterna.