One-shot El mayor temor de Ranma [Pokémon + Ranma 1/2]

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Este one-shot es un crossover entre Pokémon y Ranma 1/2, este último es un fandom que no domino, pero lo tenía que usar para la actividad "Halloween's Crossover" y espero no haberlo hecho muy mal. Sin más dilación, os dejo con mi escrito.

El mayor temor de Ranma​

Ranma descansaba tranquilamente debajo de un árbol, se había tomado un momento a solas, cuando de pronto, un frío intenso lo despertó. Al abrir los ojos pudo ver que el espacio en el que se encontraba había cambiado mucho, todo estaba rodeado de tinieblas y unos seres redondos y vaporosos le rodeaban y distinguió una silueta que se le acercaba. Instintivamente se puso rígido, se sentía amenazado.

—Joven, ¿dónde me encuentro? —dijo una anciana con ropajes extraños acercándose a él.

—Pues ahora mismo has traspasado las lindes de mi propiedad, la verdad. Eso es de mala educación… ¿Qué son esas cosas? ¿Las has traído tú?

—Ah, mis pokémon fantasma, son bonitos, ¿Verdad?

—¿Pokémon?

—¿Nunca has visto un pokémon? ¿No estamos en Hoenn?

—Uhm, me temo que no señora, ahora mismo se encuentra en China. No me suena ese lugar.

—¿China? Entiendo, ese portal que creamos… hemos venido a dar aquí.

—¿Portal? ¿De qué está hablando? ¿Es usted una bruja?

La anciana se rió y a Ranma se le antojó una risa extremadamente macabra.

—No, jovencito, soy una entrenadora de tipo fantasma, una espiritista, o como quieras llamarme, aunque últimamente he estado investigando sobre los miedos humanos y creo que voy a probarlo contigo, pareces un jovencito muy peculiar.

Ranma no comprendía lo que aquella señora quería hacerle. Pero por alguna razón cada palabra que salía de su boca se le antojaba ridícula y al mismo tiempo, terrorífica. En esos momentos solamente deseaba una cosa, volver con Akane, no tenía la menor intención de perder el tiempo con aquella señora.

—¿Quieres irte? No te irás antes de probar lo que le he enseñado a hacer a mi Ditto.

En ese momento, una masa gelatinosa de un color violáceo salió de lo que parecía ser una bola mágica que llevaba la anciana en la mano. Aunque sabía que aquel ser vivo se suponía que le iba a hacer daño, a Ranma le pareció totalmente inofensivo. No alcanzaba a entender qué clase de brujería era esa, pero suponía que era algo similar a lo que él le pasaba.

Sin previo aviso, aquella masa violácea y viscosa, empezó a transformarse, en algo que le causaba extremo pavor y vergüenza a Ranma, nunca lo había visto así y eso todavía le asustaba más, era él, bueno, no era él, si no ella. Se había transformado en su maldición.

—He enseñado a mi Ditto a transformarse en lo que los humanos más temen. La magia negra ha tenido algo que ver con esto, no lo niego.

Ranma escrutó con horror todos y cada uno de los centímetros de su pesadilla personificada. Sí, era cierto, con el tiempo lo había ido asumiendo, muchos conocían su secreto y ya pocos se reían de ello, pero él no paraba de pensar en lo mismo. ¿Y si un día no se pudiese volver a transformar en lo que era en realidad? ¿Y si algún día ser ella se volviese más real que nunca? Tenía miedo a todo aquello.

—¿Así que esta jovencita te da miedo? —dijo la anciana mirando atentamente a la personificación que había traído ante él— pues parece inofensiva. ¿No estarás enamorado de ella?

Un rubor se adueñó de los mofletes de Ramna, quien pensaba en que realmente y muy a su pesar, la anciana tenía razón, aunque no en la parte del enamoramiento, si no en que aquella parte de él podía ser inofensiva.

—Pues voy a tener que darte un susto más grande, ya que esto es de risa.

De repente, varios seres fantasmagóricos aparecieron en torno a Ranma y a la figura de la chica de sus pesadillas. Instintivamente se abrazó a ella, tratando de protegerla. Se veía tan indefensa.

Para su sorpresa, no sintió miedo alguno al rodearla con los brazos. Si no que sintió calidez. Sí, definitivamente ella ya era parte de él.

—No te tengo miedo, ya no —dijo casi en un susurro.

Pronto notó como el cuerpo gelatinoso de aquel ser llamado Ditto se volvía a hacer presente. Se separó de él.

—¿Ya no tienes miedo a nada jovencito?

—A nada.

—Como quieras, quizás sea hora de volver a casa. Las bayas envenenadas que he dejado preparándose ya estarán en su punto. Buena suerte chico. Buena suerte con ella. Tengo que dejar de hacer experimentos de Halloween, son un auténtico fiasco... —esto último lo dijo casi para sus adentros.

La anciana le guiñó un ojo a Ranma y se fue tan pronto como se había ido. Y todo volvió a la normalidad. O eso parecía a simple vista.