el mago de Sai (Comedia)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por MelodiaVal, 5 Junio 2010.

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    MelodiaVal

    MelodiaVal Noctambula

    Tauro
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    el mago de Sai (Comedia)
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    el mago de Sai (Comedia)

    gomenasai por molestar tanto con mis fics, es que estaba aprovechando a subir antes que me olvide
    espero que les guste porque yo me rei a montones haciendolo,
    saludos,
    Ruriko-chan


    El mago de Sai



    En una época remota, tan pero tan remota que nisiquiera me acuerdo cuando fue, ocurrió que en una pequeña granja de Konoha, vivía el matrimonio formado por Kurenai y Asuma, quienes vivían felices y cenaban todas las noches perdices. No tenían hijos, pero se sentían muy afortunados, ya que vivía con ellos su sobrinita hermosa a la que querían como a una hija… Kiba!

    —Oye, ¿Me repites por que rayos debo hacer un papel tan… femenino?— Me preguntó señalando su hermoso vestidito naranja con lasitos. Kiba-kun, ya te lo dije un millón de veces, necesitamos a Akamaru para filmar, y desde que mordió a Sakura porque no quería que ella actuara de su dueña, ninguna otra chica quiere acercarse. —Claro, bien hecho perro— Dijo el con sarcasmo golpeando en la cabeza a su mascota. Bueno, ¡Ya dejen de pelear! Continuemos, en fin, una tarde como cualquier otra, Kiba jugaba con Akamaru afuera a… beber té. — ¡¿Qué?!— Se quejó Kiba. Está bien, jugaban a la play a celebrity death match y Axl Rose le estaba cortando los rulos a Slash por lo que Slash de vengó sacando una tijera de su sombrero de copa, cortando en pedacitos a Axl ganando la batalla.

    —Guau, guau— Celebraba saltando Akamaru por haber ganado.

    — ¡No es justo! Danos un tiempo para la revancha— Dijo Kiba volviendo a agarrar el jostick. ¡No tenemos tiempo por el amor de Dios! ¡Traigan al doble de Kiba!

    —Eh, señora— Me dice un hombre alto y fortachón. —Kiba no tiene doble— Me aclara. Kiba se pone a celebrar.

    — ¡Cachín! Nadie superará jamás al gran Kiberius— Se jactaba Kiba. Como sea, el show debe continuar, aunque salga para
    el demontre. De repente, se levanta un fuerte viento. Comienza a nevar. ¿Nieva? ¡Hey! ¡Dije viento!

    — ¡Lo siento! ¡No dejes que tu llama de la juventud se extinga por regañarme!— Me decía Lee. Suspiro. De repente, comenzó a haber viento, y apareció Kurenai.

    —Kiba, hay que ir al sótano, se acerca una tormenta y Asuma teme perder los libros que le prestó Kakashi porque sabe que lo matará si no se los devuelve— Le dijo la ojirrojo a Kiba.

    —A, si en un segundo, cuando le haya jugado la revancha a Akamaru— Dijo y en un acto de estupidez, olvidó ir al sótano con sus tíos por quedarse jugando a la play con Akamaru. De un momento a otro, el viento era taaaaaaaaan tan que se volvió campana, ¿He? Yo no escribí esto, ¡Quien @#%& me cambió el guión! Pude notar como Naruto reía, otra vez el con sus chistes malos.

    — ¡Hey!— Se quejó el rubio. ¡Aja! Te atrapé, si fuiste tú. — ¡No! Como crees— Dijo muriéndose de la risa, y le dediqué una mirada asesina que hizo que se haga piedra. ¿Nani?, o genial, sus bromas no causan gracia eh. Como sea, se levantó un viento muy fuerte que se llevó la casa volando, cosa de la que Kiba no se percató hasta que la play dejó de funcionar porque no tenía conexión.

    — ¿Eh? ¡Kissama play! ¡Ya te tildas!— No tarado, se desconectó porque la casa salió volando. — ¿Y no pueden colocar una expansión?— ¡No! estamos a media historia. —De acuerdo, de acuerdo, que mal genio— Se quejó. Sigamos antes de que lo mate. La casa por fin cayó a tierra suavemente luego del vuelo, tan suavemente que dejó un agujero en el piso. De repente, apareció una Sakura vestida de azafata.

    —Espero haya disfrutado su vuelo con aerolíneas House, esperamos verlo pronto— Le dijo amable la pelirrosa.

    — ¿Nani? ¿Qué no te había mordido Akamaru?— Le preguntó Kiba.

    — ¿Te parece que me mordió?— Dijo dándose vuelta mostrando su espalda abierta dejando a la vista todos sus órganos. Kiba vomitó. — ¡Puaj! Eres asqueroso—Le criticó ella.

    — ¿Y tu espalda que?— Dijo él, y Sakura comenzó a llorar.

    — ¡¡¡Buaaaaa!!! ¡Eres malo conmigo! ¡Me discriminas porque me falta media espalda!— Dijo y de un golpe estrelló a Kiba en la pared. ¿Quisieran dejar por favor las discusiones para despues?

    —Esta bien— Respondieron al unísono. Perfecto seguimos. Kiba salio de la casa y se cruzó con una tribu de enanos.

    — ¡Oigan! Yo los conozco, son… ¡Los pitufos!— Dijo y Hanabi lo pateo en su orgullo.

    — ¿Pitufos? ¡Bakka! ¿Qué no ves que somos los enanitos verdes?— Dijo y cuando Kiba estuvo por hablar, Moegi también lo pateó.

    — ¡Eso fue por travesti!— Le gritó la pelinaranja. Nuevamente iba a hablar, pero Konohamaru igual lo pateó.

    — ¡Eso por hacer llorar a Sakura-chan!— Dijo antes de que el chico perro hablara. Al final, Udon igual lo pateó.

    — ¿Y esa por que rayos fue?— Se quejó Kiba y el niño se encogió de hombros.

    —No lo se, porque era el único que faltaba patearte supongo— Se excusó el de anteojos. Kiba se frotó su muy herido amiguito, hasta que consiguió dejar de putear de pies a cabeza a la madre de los traumados niños y logró hablar de manera decente… más o menos.

    — ¿Dónde mierda se supone que estoy fucker enanos?— Le gritó Kiba. Hay no, eso fue muy fuerte, Kiba, mejor di esto. Kiba me mira con cara de loca. — Tiene que ser una broma— Dijo. ¿Te parece que es una broma mi querido Kiba-kun? Kiba posa una mirada codiciosa en el manojo de billetes de mis manos, y colocando “ojitos” con pestañitas largas y mucho brillo, observa a los enanitos. —Pequeños corderitos del Señor, ¿Me pueden decir que lugar es este?— Preguntó Kiba y los aterrados niños cambiaban de lugar pasándose la pelota por quien iba a responder. Al final, habló Hanabi. La niña rebuscó en su bolsillo y sacó el papel donde anotó el dialogo. ¡Maldita enana, te dije que estudies!

    —G-Gomen, es que me quedé ciega por un flash durante una semana— Se excusó ella. ¡Eso no es excusa, lo hubieras leído en hebreo! En fin, continuamos. —Este… se bienvenido al país de… ¿Triste?— ¿Qué rayos? —Es que dice triste en ingles, mira, es la prueba de que estudio algo— Presumió la pequeña Hyuuga. Tomo el papel y con cara de pocos amigos lo hago una pelota y se lo revoleo por la cabeza. Torpe, es Sai, no sad, estudia más enana. — ¡Bueno como sea! ¡Bienvenido al país de Sai que bueno que mataste a la bruja Esterina, bla, bla, renuncio!— Grito la pequeña quitándose su verde sombrerito. Al diablo, ¿Quién la necesita? ¡Traigan un reemplazo! De repente del cielo cayó una niña igualita a Hanabi, solo que rubia de ojos marrones.

    — ¡Hola! ¡Bienvenidos al país de Sai! De verdad gracias por matar a la bruja mala del Este, ¿Sabían que hay cuatros brujas? Las del norte, sur, este, oeste, las del norte y el sur son buenas, las del este y oeste mala, y su casa voladora acaba de aplastar a la mala del este, que era muy fea, y tenía unos zapatos…— ¿Wtf? Vaya cantidad de energía para el trabajo. Mientras tanto, Kiba, simplemente babeaba formando un río por el que nadaban patitos amarillos mientras observaba el nacimiento del escote de la muchacha. ¡Kiba, maldito pervertido presta atención! Kiba se secó las babas rápidamente.

    — ¡Ah si…! ¿Qué decían?— Preguntó Kiba y en ese momento, de una enorme nube de humo apareció… ¡cenicienta lista para el baile! Esperen, ups, me confundí de libreto. —No me extraña— ¡Tú cállate baboso! Era Temari, que era la bruja buena del Norte. —Nos mandamos al diablo con una bruja “buena” como esa— Comentó Kiba.

    — ¡¿Qué estás diciendo?!— Gritó Temari mientras le partía el abanico por la cabeza a Kiba. Ya basta, no son niños, hay que continuar, en fin, la bruja dijo… toma, léelo. Temari lee el papel que le entregué. — ¿Qué te fumaste?— Yo, nada… por ahora, además, recuerda el trato, tu actúas, y te entrego a Shikamaru. Temari miró a Shikamaru, quien se encontraba atado en el suelo al lado mió con una mordaza, un moñito de regalo verde y una tarjeta que decía “Para Temari”. —De acuerdo— Temari miró a Kiba y Akamaru. — ¡Mis amores! Mua, mua— Dijo besando en las mejillas a ambos y dándole a Kiba unas largas botas plateadas de taco aguja como de cabaretera. —Debes colocarte esto Kibita lindo, son mágicos, eran de Ino, que era la bruja mala del Este hasta que la aplastaron, en fin, te darán muy, muy buena suerte, ¿Ya terminé?— Preguntó la rubia. Falta poquito.

    — ¡Ah! ¡Gracias Temari! Es mi oportunidad para enseñar mis hermosas piernas— Dijo Kiba con tono sexy, mostrando un par de enormes bolas de pelo. —Ups, olvide depilarme, jeje— Se apenó, y con una motosierra, comenzó a cortar todo el bello mientras pulgas, piojos, garrapatas, arañas, monos y tigres, huían de su escondite. Kiba se colocó las botas y comenzó a modelar. ¡Basta de juegos! Kiba, continúa. —A, si, A mi me encantaría regresar a mi casa con mi tía loca ilusionista y mi tío loco fuma cigarrillos de corazón, pero ignoro como hacerlo, ¿Me dices?— Temari, jugaba animadamente con su mapache, hasta que reaccionó.

    — ¿Nani? A, si, este… seguro, que, el magio, perdón, Mago, de Sai, puede ayudarlos— Dijo mientras leía dificultosamente el papelito donde anotó su guión, ya que Akamaru, lo había babeado y se había corrido la tinta.

    — ¿Y como llegó con el loquito del Sai?

    —Vive en el barrio Pin, calle Tura, debes seguir el camino de dibujitos animados de Walt Disney ¿Ya puedo irme?— Preguntó Temari. Si, toma al vago. —Gracias— Dijo la rubia llevándose a su encadenado vago. Continuamos. Kiba y Akamaru comenzaron a caminar siguiendo el rastro mientras veían por escena como caminaba Mickey, hasta que llegaron al lado de Gaara, quien lucía como el espantapájaros que es.

    —Esto es tan humillante— Se quejaba. Mejor cállate o la llamo a Matsuri. El pelirrojo me dedicó una mirada desesperada.

    —Que hay Gaara— Saludo Kiba.

    —Nada, venciste a Akamaru en Celebrity Death Match?— Preguntó el pelirrojo y Akamaru comenzó a reír mientras Kiba lo miraba de mala manera. ¡Quieren concentrarse!

    —Oye, ¿que te pasa?

    —Es que… me siento desdichado porque tengo la cabeza llena de arena, y me gustaría tener aunque sea un poco de seso… ¿No pudieron escribir algo menos humillante? Los mataré a todos— No, sigan.

    —Lo lamento asesino espantapájaros que me da mucho miedo, no puedo hacer nada, aunque quizá el Mago de Sai si pueda— Dijo Kiba un tanto aterrado (por no decir mucho) escondido tras su enorme perro. Gaara, ahora tú dices “claro que si, con muchísimo gusto voy contigo así por fin lograré tener sesos”.

    —Tienes que estar bromeando— ¿Te parece que bromeo Gaarita? Gaara mira con terror mi inmensa ametralladora.

    —Te mataré por esto algún día, claro que sí, con muchísimo gusto voy contigo así por fin lograré tener sesos, rayo ¡Por kami!— Se quejó el pelirrojo. Gomenasai Gaarita pero para algo te pago.

    —No me pagas, Kankuro me convenció porque él quería estar y yo era parte del trato— Se quejó el Sabaku no. Pues lo siento si no te gusta, al diablo, sigamos. Kiba desató los hilos de Gaara.

    —Oye escritora, ¿Qué hilos? ¡Gaara tiene una camisa de fuerza!— Pues quítasela. — ¿¡Yo!? ¿Pero si me mata?— preguntó desesperado Kiba.

    —No te preocupes, no mato porquerías, voy por una presa más grande— Dijo el pelirrojo mirándome. Sigamos, Kiba desató la camisa de fuerza de Gaara y este estiró un poco los brazos. Comenzaron a caminar y a hablar mirando como Mickey seguía caminando y se encontraba con Donald a quien miraba con gesto macabro. Durante ese plazo, Kiba descubrió lo dulce, tierno y divertido que no era Gaara. Continuaron caminando realmente aburridos, hasta que se encontraron con Cuervo, quien venía caminando tambaleándose.

    — ¿Cuervo?— Preguntó Gaara.

    —Pss, por aquí muchachos— Se escuchó susurrar por debajo de la vestimenta de la marioneta. Entre los harapos, yacía Kankuro. —Mírenme, ¡Estoy en la obra!— dijo alegre. Kankuro, no te distraigas, sigue el guión. —claro, Etto… Oh por Dios, estoy taaaaan oxidado, si tan solo alguien tuviera un poco de grasa, aceite o algo parecido para que me pueda mover— Kiba se puso pensativo.

    —Mmm… donde… ¿Dónde puedo conseguir grasa en un sitio como este?— Dijo pasando por el frente de una tienda de lubricantes para autos. —O aunque sea un poco de aceite— Dijo pasando por una fabrica mayorista vendedora de aceite de girasol. Kiba volteó y notó ambos edificios, dibujándosele una sonrisa. —Santos cielos… ¿¡Como no lo vi antes?!— Preguntó corriendo en medio de ambas empresas hasta un bote de basura. —Ahora comeré estos desperdicios, y usaré mi vomito como lubricante— Dijo Kiba hundiendo la cabeza en el bote. Una rato más tarde, vomitó todo lo que había ingerido y llego corriendo junto con Gaara y Kankuro, con todas las manos llenas de vomito. — ¡Chicos! ¡Chicos! Ya tengo el lubricante— Dijo y notó que Kankuro se movía a la perfección. —Pero que…

    —Se me ocurrió que quizá era más práctico ir a la fábrica de grasa, pero como estaba cerrada, fui a la de aceite, hasta que al final descubrimos que Kankuro podía sacarse el cuerpo de Cuervo de encima— Dijo Gaara igual de fastidiado que Kiba, a quien Akamaru se le reía en la cara. Comenzaron a caminar con un enorme rencor hacia Kankuro, reflejado en sus ojos, hasta que oyeron un sonido.

    —Y luego, Naruto-kun entró a la tienda de ropa interior, y lo seguí escondida hasta los vestidores, y, por increíble que parezca, ¡Tenia unos bóxers preciosos de zorritos! Eran tan tiernos, hasta que…

    — ¿Segura que eran zorros? ¿No eran perritos?— Preguntó Kiba parado frente a una chica vestida de gatito blanco. Por el amor de Dios, Hina-chan, te dije que era un león, no un gato.

    —L-Lo sé, es que fui a comprar y era el único que tenían, entonces intenté arreglarlo y todos me quedaban mal, hasta que me salió uno bien, y Hanabi-chan me lo rompió, por eso volví a la tienda y me dijeron que este era el ultimo que quedaba y en el negocio de telas ya no tenían los colores porque los había comprado todos— expresó llorando la Hyuuga, quien estaba vestida con un enterito color celeste, y unas orejitas y colita de gato. Hinata gritó ante la presencia de Kiba y saltó sujetándose de un árbol, para luego caerse, pero volverse a subir y hacer seña con las garras, muerta del miedo.

    —Qui-Quienes ¿Quiénes son ustedes?— Preguntó la muchacha observando la apariencia rara de los tres chiflados.

    —Hey— Se quejaron los tres. Vamos, admítanlo, son raros, un travesti perdido, un espantapájaros asesino sin cerebro y un chico que aun juega con muñecas y quiere un corazón para casarse.

    — ¿Yo quiero un corazón?— Preguntó Kankuro. ¡Claro que sí! ¿Qué no lo mencionaste luego de que te lubricaran? —No, ¿No recuerdas que salí corriendo porque Kiba y Gaara querían golpearme?— a, cierto, en fin, si lo quieres, y no para comerlo esta vez. En fin, Kiba, se asustó por la gatita.

    — ¡Ah! ¡Qué miedo! ¡Un gato!— Gritó Kiba moviendo las manitos como gay mientras Akamaru trataba de llegar a morderle la cola a Hinata.

    —N-No se preocupen, no l-les haré nada, s-soy u-una ga… gata cobarde, pero… ¡Quítame a tu perro de encima!— Dijo aterrada la chica mientras se le erizaba la piel, y se agarraba a la rama.

    —Akamaru, ve a cazar pikachus ¿Quieres?— Le dijo el de vestido naranja. Hinata bajó del árbol y vio su sombra.

    — ¡Ah! ¡Es ella de vuelta! ¡Me está acosando!— Dijo la Hyuuga ocultándose detrás de Gaara, para luego mirarlo y gritar nuevamente. — ¡Ah! ¡Tú igual me das miedo, y tú! ¡Todo me aterra! Como me gustaría poder recuperar mi valor para volver a ser la reina de las gatitas— Mencionó la ojiperla. Imágenes pervertidas recorrieron la mente de los tres muchachos, imaginándose el oficio de “reina de las gatitas”. Hey, montón de babosos, tomen el ejemplo de Hinata que está actuando tan bien como una cobarde.

    —E-Es que… yo no estoy actuando, m-mi sombra me acosa— Dijo mientras hacía gestos con las garras a su sombra. Fabuloso, lo único que me faltaba.

    —Pues… no puedo darte mucha ayuda con respecto a que dejes de temerle a tu sombra, pero probablemente el Mago de Sai si— Agregó Kiba.

    — ¿Sai también actúa?— Preguntó la inocente muchacha. ¡Hina-chan! ¡No preguntes eso en cámara! Resulta que Kiba continuó caminando ahora en compañía de la gatita, conformando, El Cuarteto de Nos, integrado por el travesti gay perdido, el espantapájaros descerebrado, el leñador que juega con Barbies y le faltan órganos, y la gata cobarde que huye de su sombra. En su camino, siguieron la historieta animada donde observaban con horror como Mickey tomaba un hacha, comenzaba a cortas a Donald en pedacitos, se lo comía, bailaba en su tumba y decía fin. Los traumados muchachos, se detuvieron al ver el fin, y observaron que llegaron a una ciudad completamente hecha de estiércol.

    — Bienvenidos a ciudad Estiércol, el hogar del maravilloso Mago de Sai— Saludó una joven de cabello negro y tez nívea.

    —Muchas gracias madame— dijo Kankuro educadamente mientras le besaba la mano, hasta que la joven la corrió y le dio un cachetazo.

    —Me vería encantada… ¡Si fuera mujer!— Grito sobresaltada la muchacha, quien resultó ser Orochimaru, por lo que Kankuro se comenzó a lavar la boca con agua ras. La víbora rarita, aun temiendo a Kankuro, los condujo a un enorme palacio, con el peor aroma de todos. —Este es el palacio de Sai, el más grande, y más costoso porque lo hicieron con desechos de dinosaurios mega gigantes, mega costosos, y mega fétidos— Comentó Orochimaru, y todos apreciaron el edificio con un gran “Oh”.

    —Ah…— Ejem… perdón, dije oh.

    —Oh…— Se corrigieron automáticamente todos. Entraron al enorme palacio apestoso y en un enorme salón decorado con heces de unicornio y Pegaso, una inmensa cabeza apareció de la nada flotando.

    —Yo soy el mago de Sai, ¿Quién osa interrumpir mi elaborado almuerzo de desperdicios?— Preguntó con gesto un poco enfadado, la cabeza parlante.

    —Disculpe, yo me llamo Kankuro, y soy un leñador de madera…

    — ¿De madera? Vaya, y a mí me dicen loco, este anda matando a su familia— Declaró el mago.

    — ¡No es eso! Me gustaría que me diera un corazón para poder casarme— Declaró Kankuro. Gaara, te toca, y si no, llamo a Matsuri. Gaara tragó saliva y enfadado dijo su guion.

    —Oh, gran mago de los boludos pervertidos, ¿Podría decirme de una puta vez donde carajo consigo un cerebro?— Se quejó Gaara.

    —Uh, uh, yo, ¡Yo!— Llamaba Hinata saltando y alzando la mano con guantecito de gatito. — ¡Quiero que ella deje de acosarme!— Declaró Hinata señalando su sombra.

    — ¿Y si mejor pides valor así te enfrentas a ella?— Aconsejó Kiba y la muchacha, luego de pensarlo por un largo periodo de dos segundos, asintió contenta mientras enseñaba sus afilados dientes en una sonrisa.

    —Falto yo, loco, quiero volver a mi casa, este país de mierda me tiene loco y estos tarados ya no me los banco— Dijo Kiba señalando a los ofendidos jóvenes.

    —Pues… me piden cosas muy difíciles, pero se las cumpliré si me hacen un pequeño favorcito— Dijo Sai y Kiba dio un suspiro.

    —No hay caso, Hinata, ve quitándote el sostén— Y Hinata completamente roja se desabrochó la parte superior de su enterito provocando una fuerte hemorragia nasal en los presentes. ¡Hina-chan! ¡Eso no era parte del trato!

    — ¿Podemos incluirlo?— Preguntó el pervertido de Sai observando con lujuria los atributos de Hinata. ¡No! ¿Qué pretenden, violarla? —De hecho, si— dijo Sai. Montón de pervertidos, continuemos antes que los mate, y eso, NO estará en el trato. Todos se quejaron. —Bien, como venganza contra ustedes por culpa de la escritora por no dejarme violar a Hinata, ahora su misión será matar a la bruja mala del Oeste, que es… ¡Tsunade!

    — ¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOO!!!!!— Se escuchó gritar a más de uno.

    Como si de condenados a muerte se tratara, el Cuarteto de Nos comenzó a caminar depresivamente por la ruta de la muerte, hasta llegar a una casa horrible, donde siguieron caminando tan deprimidos por su mala suerte que no tuvieron tiempo ni de asustarse. Rayos, no me pude conseguir actores menos emo, que poco presupuesto me dieron. En fin, de repente, en una nube de humos, apareció Tsunade riendo como loca, quien al notar a todos los muchachos en distintos rinconcitos haciendo circulitos con los dedo en el suelo, le cayó la gotita estilo animé.

    —Este… escritora…— Rayos, ¿Qué no te la puedes arreglar tu sola? ¿¡Todo lo tengo que hacer yo!? ¡Chicos! ¡Manga de inútiles actúen asustados o los mandaré al infierno con Hades! Los muchachos me miran asustados, y gritan con cara de terror, entonces Tsunade para que la escena quede bien se pone en frente suyo para fingir que los asusta ante la cámara. La mujer rubia observa las botas de Kiba.

    — ¿Qué miras? ¿Te gusto o te debo?— Preguntó Kiba haciéndose el malo y la bruja le rugió en la cara. — ¡Puf! ¿Acaso no conoces las mentas?— Preguntó el chico-chica.

    — ¡No me gustas ni te debo nada!

    —Si me debes, de la apuesta de que Gaara no diría el guión por más que lo amenazaran con llamar a Matsuri.

    —A, cierto, maldito maricón— Se quejó Tsunade, mientras entregaba un billete de 50 a Kiba. Ejem, botas… Tsunade observó las botas de Kiba y casi se le salen los ojos. — ¡Ah! ¡Maldita rata! ¡Esas son mis botas para el cabaret! ¡Eran de edición limitada y no puedo trepar el caño sin ellas! ¡Devuélvemelas, Ino me las robó para bailar ella, luego se las prestó a Sakura que tenía que hacer un stripper, y luego ella según Ino, las perdió!— Dijo Tsunade queriendo quitárselas de los pies al muchacho. Kankuro pasó cerca de ella y olió su fétido aroma a bruja.

    —Puf… ¿Nunca te bañas? Yo te ayudo— Dijo el marionetista y le arrojó un balde de agua en la cabeza.

    — ¡Agua! ¡Idiota! ¡Me derrito! ¡Soy alérgica a la higieneeeeee!— Dijo la rubia mientras se volvía huesos.

    —De nada— Dijo Kankuro alegremente. Entonces, luego de matar a la bruja, regresaron con el mago de Sai, pero él se negó a cumplir los pedidos.

    —Maldito seas, ¡Hinata, baila en el tubo a ver si lo convences!— gritó Gaara enfadado porque no tenía cerebro, y de repente, se levantó un telón rojo dejando ver un tubo en el que bailaba Hinata. ¡Hina-chan!

    —G-Gomenasai— Se disculpó ella. De repente, Akamaru, quien traía un pikachu en la boca, presionó un botón, abriendo una compuerta de la que salió Sai, refunfuñando.

    —Que malvados son, yo lo único que quería era violarme a Hinata, o que ella me viole a mí, pero no me dejaron, malditos desgraciados, por lo menos no saben mi secreto de que soy indefenso, y no soy más que un pintor cuyo globo en el que estaba montado para pintar nubes se estrelló aquí, y todo el mundo de este sitio pensó que era un mago porque llegó volando y no tenía alas, y que en realidad no sabe nada.

    —Para mí es más que suficiente, ¿Para ustedes?— Preguntó Kiba observando al pintor, quien al voltear notó a todos con enormes moto sierras eléctricas de doble potencia. De repente, cuando estuvieron a punto de cortar a Sai en pedacitos, apareció Temari.

    —Mierda, pensé que había acabado— Se quejó la rubia con tono aburrido, fue caminando lentamente y se puso entre Sai y los jóvenes, levantando los brazos a modo de defensa con pereza. —Chicos, no lo maten, es solo una persona, ahora como soy buena, a ti te daré corazón, a vos cerebro, y a vos valor— Dijo la mujer aburrida y Kiba se aclaró la garganta. — ¿Qué?

    — ¡¿Y yo como demonios regreso a casa?!— Preguntó Kiba furioso.

    —A, si, en el talón del zapato siempre hubo un interruptor que al apretarlo, enrolla el cable de extensión de la play station, regresando la casa a su lugar— explicó la bruja haciendo a Kankuro una cirugía para implantarle un corazón. Kiba, realmente enfadado por haberse comido un viaje cuando pudo haber vuelto a su casa sin tener que pasar su día entre locos lunáticos, sacó un pequeño control de su bolsillo, y llamo a su deportivo. Una vez montado junto con su mascota, pisó el acelerador.

    —Adiós montón de fracasados, los veré en el infierno— se despidió un enfadado Kiba, quien regresó a su casa, la cual mandó de vuelta volando tirada por un cablecito a la granja de Konoha. Al llegar, no esperaba menos.

    Itachi abrazaba con fuerza a su hermanito que lloraba desconsoladamente.

    —Ototo, ella me golpeó mis partes— Lloraba Sasuke mientras la pelirrosa saltaba.

    —Así es, una niña te dejó sin niñas, ¿Cómo te quedó el orgullo?— Celebraba Sakura mientras, en la realidad, y no en la pantalla del videojuego celebrity death mach, Kurenai festejaba, mientras se encontraban sentados en medio de la nada solo con un televiso, la play y los videojuegos.

    —Mmm… siento que falta algo— Dijo Asuma, hasta que vio a Kiba. —No puede ser, ¡Regresaste!— dijo el fumador y comenzó a correr en cámara lenta en dirección a Kiba quien hacía lo mismo, hasta que cuando parecía que se juntarían en un abrazo, el hombre se pasó de largo, yendo a abrazar a la casa.

    —Bueno, casi— Dijo Kiba, robando el lugar de su tío, y comenzando a jugar a la play con su tía.




    Fin
     
  2.  
    alwaysdeiino

    alwaysdeiino Iniciado

    Capricornio
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    14 Abril 2010
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    24
    Pluma de
    Escritora
    Re: el mago de Sai (Comedia)

    xDD I love it simplemente genial ;) aunque con un poco de groserias pero no importa :)

    estas partes me mataron XD
    pervertido ¬¬

    pobrecitoo gaarita xD

    espero ver otro fic tuyo :) nos vemos

    Mary-chan
     
  3.  
    LacrymosA

    LacrymosA ShikaTemaDai<3 Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
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    Pluma de
    Escritora
    Re: el mago de Sai (Comedia)

    ¡Amiga! :corazon:

    ¡Qué gracioso estuvo todo! Desde el principio al final estuvo súper-mega-re-contra-cómico! :lala: ¡En serio!
    El Mago de Sai, si claro, todos pensaron que era un mago pero nada que ver. ¡Un pervertido por querer hacerle eso a Hinata! Y la pobre inocente hacía todo lo que los otros le decían. Kiba con su vestido, Gaara el espantapájaros, Kankuro el leñador y Hinata la gatita xD ¡Qué cómico! Temari hacía todo por Shikamaru, pobrecito de el vago, era tan ajeno a todo. Eso le pasa por ser tan lindo *--*

    Jjajaja Kiba actuando así xD:

    Realmente todo fue muy cómico realmente, alguna que otra grosería pero buéh... :rolleyes:

    Eso no le quita lo gracioso.
    Realmente me encantó todo.

    Te veo después.

    ¡Adiós!
     
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