¡Ola! Para comenzar les contaré una historia muy conocida que siempre mis tatos, bru y mi familia me cuentan. No se si conozcan la historia del Karaū, de aquel pajarito que en realidad dice karaū cuando canta. Si no la conocen OS contaré, solo les aviso, siempre cuiden y amen a su madre por sobre todas las cosas, que nunca sabes cuando la puedes perder. Es una historia que viene de Paraguay, tomen sus asientos, y espero que aprendan de lo que están apunto de escuchar -dice mientras los mira con misterio-. Había una vez un joven que le gustaba la farra y las chicas, su madre estaba enferma, estaba muriendo poco a poco, el joven quería y apreciaba mucho a su madre pero un día cambió todo. Aquel día en que el chico fue a buscar una medicina para su madre, al pasar para comprarlo, pasó por un bar, donde vio a la mujer mas bonita del mundo y lo enfatizó con sus movimientos sensuales a la par que esta bailaba. Pensó que quedarse un momento a bailar con ella no estaría mal, pero entre el baile y cerveza y ella, fueron malas combinaciones. Cuando mas tomado y borracho estaba las cosas con la chica iban subiendo de Tono Pero justo cuando el joven disfrutaba y gozaba del baile carnal, llegó un vecino y le dijo... –Che angirū che sy, se muere... (Mi amigo, tu madre se muere). El joven de tan borracho y lujurioso que estaba le ignoro y le gritó que lo dejara disfrutar. La chica al ver como trató el tema con referente a su madre, se enojo y marchó, por lo que el recapacitó mediante una cachetada de la chica y fue corriendo con la medicina en manos. Lo malo era que su madre ya se encontraba muerta en el piso, sin signos de vida. Por lo que pidió ayuda a Dios, diciéndola que la haga vivir de nuevo, pero ya era tarde, por su falta de acción, su madre enferma murió. El joven se enojó tanto que blasfemo a Dios, y este lo castigó por no haber valorado la vida de su madre, convirtiéndolo en un pájaro negro, que solo podía decir karaū con dolor y tristeza en el canto. Desde ese entonces el joven se convirtió en pájaro, y se dice que aun siendo un cuervo sigue buscando la forma de curar a su madre enferma y tenerla de nuevo a su lado, se escucha hasta hoy en día sus llantos de tristeza al escuchar..."ka...raū~"... Ese canto que da pirimba al escucharlo. Gracias por leer esta cuento, espero que hayan aprendido una lección, y nos hablamos!.
Curiosa historia, no la conocía. Siempre es interesante aprender sobre historias de los pueblos nativos de nuestro continente.