Game of Thrones El joven kraken

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Yatterwa, 30 Noviembre 2018.

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    Yatterwa

    Yatterwa Iniciado

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    9 Mayo 2018
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    Escritora
    Título:
    El joven kraken
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2483
    Sinopsis general: Theon ha conseguido reunir valor para rescatar a su hermana, Yara Greyjoy de las garras de Euron Greyjoy y recuperar las Islas del Hierro para que su hermana Yara pueda gobernar en ellas cumpliendo el juramento que hizo a la reina dragón Daernerys Targaryen. Con los hijos del hierro fieles a su capitana capturada, Theon Greyjoy partirá a completar este cometido.

    (Nota: Temporalmente el fanfic se sitúa en el último capítulo de la séptima temporada de Juego de Tronos, justo tras la última escena de Theon Greyjoy y antes de que Daernerys y Jon partan a Puerto Blanco. Aunque habrá presencia de OC´s, la casa a la que pertenecen ha sido buscada en el lore de los libros, así que vendría a ser mi “adaptación” e “inclusión” a la serie televisiva de una de las casas de los libros, dentro del marco argumental del rescate de Yara Greyjoy protagonizado por Theon Greyjoy y la situación de Dorne tras el vacío de poder dejado por la desaparición de la casa Martell.)


    Capítulo 1: Hermana.

    La sal y la espuma del mar se llevó la sangre de los golpes y activó sus músculos como las espuelas hacen marchar a los caballos. En las orillas de Rocadragón, Theon alzaba la mirada al cielo, notando cómo las olas envolvían sus calzas y cómo gotas de sal descendían por los cabellos de su barba y de su cabeza. Los hijos del hierro observaban como el cobarde Theon Greyjoy renacía para convertirse en un verdadero hijo del hierro, al fin.



    Los hombres del hierro eran tozudos y brutos y no seguían a nadie que no tuviera el valor suficiente para decirles lo que tenían que hacer, a otro hijo del hierro más fuerte que ellos: como Yara Greyjoy, no importaba si era mujer o hombre, sino que fuera un “cabrón duro de pelar”. Theon, tras soportar una golpiza de uno de ellos había dicho, de nuevo, con sangre corriendo sobre su rostro que rescatarían a Yara Greyjoy.



    Por primera en mucho tiempo el joven se sentía orgulloso de ser Theon Greyjoy, el hermano de Yara Greyjoy. Un buen hermano no dejaría que su hermana estuviera cautiva y menos a manos del canalla de su tío, Euron Greyjoy. A Theon no le importaba que ese canalla hubiera asesinado a su padre, Baelon Greyjoy... o al menos no le importaba tanto como el hecho de que le había arrebatado a Yara Greyjoy años de esfuerzo y méritos para convertirse en la reina de las Islas del Hierro. Baelon siempre había considerado a Theon como alguien débil y poco digno, pero el joven kraken sabía que, incluso ese viejo cascarrabias, habría estado orgulloso de haberlo visto en esos instantes.



    Tras todo esto, ordenó a los hijos del hierro preparar los mejores navíos para los consiguientes viajes: la reina Daernerys y Jon Snow viajarían a Puerto Blanco al día siguiente. Theon, por su lado, viajaría a recuperar a Yara, o eso pretendía que le permitiera la reina dragón. Euron Greyjoy había corrido a esconderse de la amenaza de los caminantes blancos a las islas del hierro (puestos que en teoría, esos monstruos no sabían nadar) y Theon estaba dispuesto a ir y ajustar cuentas con su tío. No sabía si podría llevarle el fuego de la reina dragón, famoso por traer venganza y justicia, pero por primera vez Theon iba a tomar el precio del hierro.



    El joven kraken se dirigía hacia el salón del trono para intentar que la reina dragón le asignase algunas huestes extras para el rescate. Había oído que Daernerys recibiría unos últimos invitados antes de prepararse para su partida a Invernalia en barco junto a Jon Snow, así que la reina dragón debía estar en el salón del trono esperando a sus invitados. Probablemente, aún con algo de congoja por la pérdida de Viserion, el dragón. Theon aún no podía creer que algo tan grande e impresionante como un dragon hubiera sido derribado.



    Varys caminaba por los pasillos, algo menos parsimonioso que de costumbre. Se le notaba en el rostro que había tenido unos últimos días ajetreados pues los asuntos en los territorios de Dorne estaban complicándose: con la desaparición de los Martell y la amenaza de los caminantes blancos en el muro, la influencia de la reina dragón no era tan fuerte y algunas casas dornienses aprovechaban para escalar, o al menos intentarlo. Varys nunca había sido un gran luchador, pero sí un excelente diplomático que había conseguido que dos casas que habían guerreando entre sí (los Tyrel y los Martell) se unieran a la reina dragón por la promesa de sangre y fuego contra el enemigo mayor: los Lannister y la reina Cersei. Aunque las guerras entre reinas humanas poco importaban cuando los muertos venían de más allá del muro a matar a todos los vivos. Daernerys, lo había comprendido y había decidido hacer lo que un rey debiera: proteger a las gentes de los reinos. Ahora, mientras la reina dragón luchaba en la gran guerra entre muertos y vivos, era el cometido de Varys conseguir más apoyos para consolidar los puntos más débiles del reino, en otras palabras, ganar más aliados.



    El hombre calvo se interpuso en el camino de Theon, parando su avance:



    —Theon Greyjoy, ¿no es cierto?—Varys aguzó el ceño y lo miró al rostro, adivinando los recientes golpes—Es raro ver a un Greyjoy lejos del mar... aunque no tan raro verlo con marcas de haberse metido en una pelea.



    —Necesito una audiencia con la reina—respondió Theon.



    —Me temo que ahora mismo la reina está ocupada, ¿acaso es un asunto importante?—preguntó Varys, girando levemente la cabeza, tratando de adivinar qué podría traer al pequeño kraken allí—¿Tenemos buenas nuevas sobre Yara Greyjoy, quizás?—había algo de esperanza en la voz de Varys—Que un aliado desaparecido vuelva a nosotros es siempre una delicia...



    —No, por desgracia, no.



    La conversación no prosiguió porque oyeron pasos tras ellos. El Lannister más pequeño y la mano de la reina, Tyrion Lannister, caminaba hacia ellos, con curiosidad en la mirada al ver a la araña y el joven kraken intercambiar palabras.



    —Esta es una reunión extraña. Adelante, proseguid con la conversa como si yo no estuviera—dijo Tyrion con una media sonrisa. Puso una expresión de dolor al ver las marcas en el rostro de Theon.



    —Me temo que no puedo quedarme, he de atender a los invitados de la reina—Varys añadió—Estarán aquí pronto y sería descortés que no los recibiera.



    La araña inclinó su calva cabeza levemente en gesto de despedida hacia la mano de la reina. Tyrion se quedó mirando a Theon y le preguntó:



    —¿Querías algo?—Tyrion ya imaginaba qué sería: de hecho le había extrañado que no hubiera sucedido antes, dado a la amenaza que había proferido Euron Greyjoy.



    —En realidad sí. Necesitaba una audiencia con la reina.



    —Supongo que es concerniente a vuestra hermana—aventuró Tyrion, que al ver cómo Theon asentía le indicó—Bien, seguidme: la reina está en la sala del trono. Procurad que sea rápido, ¿de acuerdo? La reina dragón tiene bastantes asuntos en la cabeza de los que ocuparse antes de marchar a Invernalia.



    Tyrion comenzó a caminar, presuroso, para guiarlo hasta la sala del trono. Theon fue tras él.



    —Diría que traes la cara de un hombre que ha recibido una paliza y de las grandes—dijo Tyrion con tono despreocupado mientras sus cortos pies se movían presurosos sobre la piedra. Se giró un poco para mirar el rostro del Greyjoy—Pero también traes una mirada diferente, Theon Greyjoy. Quizás si sigues así, quién sabe, puedas demostrar que aprendiste a ser mejor, a partir de todas esas estupideces que hiciste en Invernalia.



    Theon no respondió a las palabras de Tyrion: negar que fue estúpido no iba a cambiar la verdad, lo había sido. Y un cobarde también.



    En el salón del trono, la reina Daernerys estaba en pie, discutiendo con un inmaculado algún asunto en un lenguaje que Theon no podía comprender.



    —Majestad, Theon Greyjoy tiene algo de lo que hablar con vos—la avisó Tyrion, subiendo los escalones hasta situarse junto a ella—No necesitará mucho de vuestro tiempo.



    —Está bien—dijo Daernerys, tomando asiento en el trono—Hablad, Theon Greyjoy.



    —Quería hablaros sobre mi hermana Yara—planteó él.


    Daernerys comprendía su preocupación, en la reunión Euron había asegurado que si Theon Greyjoy no se entregaba, la mataría. Aunque Daernerys ya le había hablado a Tyrion sobre su sospecha de que probablemente Euron Greyjoy la había matado mucho antes de la mentada reunión, Tyrion aseguró que ni siquiera Euron Greyjoy era tan tonto como para perder así a un rehén.



    —Por muy descorazonador que me resulte perder a una aliada valiosa como vuestra hermana, ya habéis visto que los muertos son la amenaza primordial. Son el foco donde debo centrar mis fuerzas ahora—fue lo que respondió Daernerys. No podía permitirse una operación de rescate a gran escala contra las Islas del Hierro—Todas ellas. Eso incluye a los hijos del hierro.



    —Si os sirve de consuelo—trató de mediar Tyrion para tranquilizar a Theon—dudo que vuestro tío se deshaga de ella. Al menos por el momento, le es más útil viva que muerta.



    —Los hijos del hierro no iban a quedarse a librar esta guerra. Como Euron, pensaban irse y buscar una isla donde esconderse de los muertos—Tyrion no pudo evitar entornar los ojos hacia arriba ante las palabras de Theon, aunque intentó disimularlo. Así que el dicho de que los hijos del hierro eran “tan traicioneros como putas” se cumplía—Pero se han quedado por Yara Greyjoy y el juramento que ella os hizo a vos.



    Tyrion encarnó una ceja, así que “alguien” les había recordado el juramento. Probablemente a puñetazos, tenía entendido que era como parlamentaban los hijos del hierro.



    —Los hijos del hierro no son famosos por tener memoria para alianzas y juramentos—era una forma elegante de decir que tenían fama de pendencieros oportunistas—¿Los has convencido tú de que no se marcharan?—Theon no asintió, incluso si no sería mentir afirmar que sí. Tyrion se señaló el rostro con el dedo índice, haciendo un círculo—Eso explicaría los golpes.



    Daernerys se levantó del trono y miró hacia Theon, reparando en los citados golpes:



    —Quizás merezcas ser su rey, después de todo, Theon Greyjoy—comentó Daernerys para tentarlo. No le gustaba tener oportunistas ni ambiciosos consigo.



    —No, no lo merezco. Yo pasé gran parte de mi vida en Invernalia con los Stark y Euron ha estado gran parte de su vida navegando para hacerse rico—fue lo que dijo Theon en tono modesto, antes de decir con rotundidad—Quien estuvo desde que nació en las Islas del Hierro capitaneándolos, dándolo todo por ellos, fue Yara Greyjoy. No le robaré todos sus años de esfuerzos ni el trono que le corresponde por ello.



    —Supongo que ellos tienen muy mala memoria—Tyrion dijo el comentario burlonamente y alzando las cejas antes de sonreír ampliamente.



    —No me malinterpretéis—dijo Daernerys con calma, riñendo a Tyrion mudamente con la mirada—Vuestra hermana me parece una digna reina para las Islas del Hierro. Pero la realidad es que necesito a los hijos del hierro con el resto de mi ejército: no estoy en condición de arriesgar parte de mi flota.



    —Esto lo hacen por Yara Greyjoy, no por Theon Greyjoy, majestad...


    —En otras palabras, lo que Theon Greyjoy quiere decir es que incluso si no las arriesgáis, las naves de los Greyjoy se marcharán, me temo—concluyó el Lannister, mirando hacia Daernerys—Visto que se marcharán, es mejor que marchen a las Islas del Hierro para rescatar a una reina que os es fiel a que marchen a las islas del hierro a esconderse, en mi opinión.



    —¡Os entregaré el resto de la flota de las Islas del Hierro si es lo que queréis! Pero no puedo abandonar a Yara a su suerte—la que Theon ofrecía era una oferta surgida desde la desesperación y nada realista.



    Tyrion giró la cabeza hacia Theon y le advirtió:



    —No prometas algo que no puedes cumplir, Theon Greyjoy. Todos los que estamos aquí necesitaríamos una vida de cien años para ser mejores marineros que Euron Greyjoy, eso es un hecho.



    —Fue por vuestro mal consejo que perdimos a Yara Greyjoy—recriminó Daernerys a Tyrion antes de añadir—pero esta vez no os falta razón y seguiré vuestra sugerencia...—Daernerys miró a Theon a los ojos con intensidad dando una orden—Que los hijos del hierro vayan a buscar a su capitana para que pueda luchar a mi lado en el muro.



    —Pero no podemos daros más que a los hijos del hierro. De hecho, prescindir de ellos ya es mucho para mi gusto.



    Theon no pudo reprimir el hecho de que tenía la esperanza de que la reina dragón le diera algo más en la expresión de su rostro. Daernerys lo notó:



    —¿Estás dispuesto a ello, Theon Greyjoy?—preguntó la reina, a modo de medir hasta qué punto los sentimientos de Theon hacia su hermana eran genuinamente desinteresados y si seguía siendo el cobarde que los hijos del hierro decían que era—¿Irás en busca de tu hermana?



    Theon estaba seguro de que su padre no le habría permitido a Yara disponer de un gran número de hijos del hierro: era demasiado riesgo para un hijo “débil” como era considerado. Pero aún así, incluso siendo débil y prescindible, Yara se había preocupado de ir a rescatarlo a la lejana Invernalia, sin miedo alguno de enfrentarse con Ramsay ni los Bolton: se lo debía por eso.



    —Sí, estoy dispuesto—dijo, levantando la cabeza y mirando a Daernerys a los ojos directamente—Iré a rescatar a Yara, no me importa si es con diez o cien hombres.



    Daernerys hizo un asentimiento de cabeza y dijo con una sonrisa conmovida, acordándose de Viserys y preguntándose si de alguna manera remota podrían haber tenido una relación de verdaderos hermanos que se apoyaban y querían:



    —Id a rescatar a vuestra hermana, Theon Greyjoy.



    Varys entró en ese momento con prisa. Hizo una reverencia:



    —Los barcos de los invitados ya se ven en el horizonte, majestad.



    —Bien, los recibiré en las playas yo misma. Necesito un poco de aire fresco antes de la travesía—dijo la reina, caminando con gesto elegante y pasando por al lado de Theon, despidiéndose—Os deseo buena suerte, Theon Greyjoy.



    Las telas rojas y la joyería de la reina se balanceaban al ritmo de su paso. Tyrion ladeó la cabeza e hizo un gesto cortés con la mano para indicarle que él iría tras ella. Dos inmaculados los flanquearon de inmediato. Varys iba delante, con las manos ocultas tras las anchas telas de sus túnicas.



    Theon también se puso en camino. Quería zarpar cuanto antes.
     
    Última edición: 30 Noviembre 2018
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    Tarsis

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    ¿Va a ser un long-fic? Fue magnífico. Pregunto porque colocaste capítulo 1.

    Estoy ansiosa, esperando que por fin el invierno llegue. Pero, como nos acabas de recordar, hay tantos cabos sueltos, personajes que también hay que desarrollar y esperar a ver su descenlace. Fue bastante acertado, incluso los diálogos, me pareció estar viendo una escena de la serie.

    Quiero leer más. Luego comento con más calma :C
     
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