Nota del autor: Buenas, esta historia es mi tercer intento de hacer una restauración a esta historia, la cual fue una de la primera que hice y unas de las pocas que pude completar, en realidad la historia original solo tenía 10 a 12 capítulos y tenía una secuela spin off y una pre secuela, que hizo otro escritor, estas historias, han desaparecido, así que no intenten buscarlas, los foros que tenía estas historias, han desaparecido. El típico héroe cliché. Una camioneta de color negro, andaba a alta velocidad por las calles de la gran ciudad metropolitana, los conductores eran do ladrones encapuchados, los cuales había robado un banco y escapaban de los carros policiales, los cuales le estaban persiguiendo a una gran velocidad. —Aparaté, debemos perder a esos cerdos—unos de los bandidos le dijo al conductor. —Cállate, que ya casi los hemos perdido—el conductor, estaba con mucho estrés por la persecución que estaban protagonizando. El auto, doblo una esquina y después de varia de varias curvas, por fin ya habían escapado de la policía, entonces la camioneta paro en un callejón y los dos ladrones, al fin pudieron respirar tranquilo. —Escapamos, por poco, ¿he?—el conductor, respiro hondo Ambos asaltantes de bancos, sonrieron con satisfacción, lo habían conseguido, su primer robo y con perfección, eso era lo que creían, hasta que escucharon que alguien le tocaba la ventanilla del copiloto. Los asaltantes, observaron atreves de la ventanilla a un ser que para ellos, era solo una leyenda urbana, un sujeto de tez morena, armadura escamosa de color verde, ojos azules oscuros, alas grandes de dragón y un casco verde plateado que tenía forma de la mitad de la cabeza de un dragón. — No, no puede ser, se suponía, que era un leyenda—dijo unos de los ladrones, asustados por la presencia de aquel ser—Es, es el guerrero Dragón. El guerrero dragón, sonrío al ver a los ladrones, eso hizo asustar más a los ladrones. —maldición, solo hay que dispararle—unos de los ladrones, dejo la emoción del susto, saco una pistola, abrió la ventanilla y disparo, pero la bala choco con la armadura del ser. —Rayos, me olvide de la armadura—el ladrón, volvió a asustarse. —Good mornig, hoy es un buen día para volar—bromeó el guerrero dragón, que con una sola mano, tomo el auto por el marco de la ventanilla y lo levanto con facilidad—Bueno, bueno, señores, le doy una oportunidad de rendirse si no quieren un peinado famélico. Los ladrones, estaban tan asustados por la altura y por aquel sujeto, que además de quedarse sin palabras y hacerse en los pantalones por el miedo, se rindieron. —Que bueno, no soy un buen peluquero—se rio el Guerrero Dragón, que dejo el auto en unos de los edificios y mirando a los ladrones, dijo con una voz alegre y de calma—Tranquilos, esas personas ya vienen. —Alto—se escucho una voz muy conocida para el Guerrero Dragón. —Vaya, señorita Santana, que gusto de verla—saludo el héroe a la dueña de la voz. La detective Santana, una mujer de cuerpo esbelto, de cintura curvilínea tez morena, ojos verdes oscuros, su pelo era negro de color negro y trenzado, vestida de unos jeans azules, zapatos negros, una camisa sin manga azul y una chaqueta color café. La detective, apuntaba al héroe con una pistola. —Podemos resolver nuestra diferencias, creo que había un lugar donde sirve helado muy ricos—sonrío el héroe. —Ya déjate, de payasada—la detective, exclamó con fuerza al héroe. —Vaya, esto no le pasa a super, ni a ese chico araña, en la historietas—pensó el héroe. En eso se oyó la campanada de un monasterio cercano, que para los monjes que habitaban en aquel lugar, era señal de que debía realizar rezos, pero para el héroe era el indicador, de que estaba llegando tarde a su clase. —Disculpe, mi señora, pero debo retirarme, me agrado verla—el guerrero Dragón, desplego sus alas y alzó el vuelo, mientras la detective, miraba con furia como el héroe, escapaba. —Maldita sea, te atrapare algún día—la detective Santana, le grito al héroe. —sabes, sería más amenazante, que agitase el puño derecho, hacía arriba y le amenazase con un "pagaras por esto" —la detective, observo un poco molesta a su compañero de trabajo, que había llegado al lugar, el cual era un sujeto de cuerpo delgado, su tez era blanca ojos azules, su pelo era rojo y corto, su mentón era puntiagudo, vestido de pantalones formales azules, zapatos negros, una camisa blanca y una corbata color azul. La detective, miro a su compañero un poco molesta por el comentario, y suspiro rascándose su cabeza. —Eres idiota, eso lo hacía un villano de una serie animada, muy antigua—la detective, miro a su compañero y agrego—A veces, eres molesto. —O vamos, no te enfades—el detective, se encamino hacía los ladrones y les puso las esposas—Cambiando de tema, ¿Que tienes, contra ese tal Guerrero Dragón?, ayuda atrapar a estos delincuentes. —¿No te lo había dicho antes,? temo que algún día se vuelva contra los humanos y contra la ciudad—la detective Santana, se corrigió—Más bien, temo que haga algo en contra de mis hermanos, si ese ser se vuelve loco. La detective Santana, se acerco a uno de los ladrones, para llevárselo a las autoridades, como era su deber. El héroe, sobrevoló un colegio y al percatarse que no había nadie en el patío, aterrizo en un sitio que no había nadie, se fijo que ninguna persona estuviese cerca y pronuncio unas palabras en un lenguaje olvidado, una luz verde lo rodeo y volvió a su identidad original, un joven de piel morena, cuerpo esbelto y de pelo negro y corto, vestido con el uniforme del colegió. —Espero que el profesor, no haya llegado—se dijo para sí mismo, el joven que corrió hacía el aula de su curso. Al llegar a su aula, el pelo negro, se percato que el profesor aun no había llegado y se sentó en su pupitre, el cual estaba en la fila del medio, dejo caer su cabeza, estaba un poco cansado. —hermano—el pelinegro, escucho que le llamaba El joven, observo que al lado suyo, se encontraba una joven de su misma edad, cuerpo esbelto, tez morena, pelo negro que le llegaba hasta la barbilla y tapaba sus oreas, ojos del mismo color que el pelinegro y vestida con el uniforme de las chicas, una falda gris, que le llegaba hasta los tobillos, zapatos negros, camisa blanca con una corbata de mariposa. —Buenas, Azucena—Saludo el joven, con una sonrisa a su hermana. —¿Encontraste tu libro de química?— pregunto Azucena a su hermano. —Sí, aquí esta—le respondió el pelo negro a su hermana, sacando el libro de química y mostrándoselo a su hermana y con una sonrisa dijo—Me costó mucho encontrarlo. La joven Azucena, suspiro con alivio, al ver que su hermano había encontrado su libro de química, antes de que el profesor llegase. —Tuviste suerte, Alex—comento su hermana menor y agrego—El profesor, está retrasado. —Gracias al cielo—el joven Alex que cerrando sus ojos, le dijo a su hermana—Despiértame, cuando llegue el profesor Mi nombre de héroe es Guerrero dragón y mi nombre de civil, es Alex Santana, digamos que soy el típico héroe cliché, que encontraría en un comic americano y en los mangas, los cuales son protagonistas de sus historias y luchan por el amor, la justicia, la amistad y el bien, pero creo que vale la pena, ya que sin esas cualidades, el ser humano seria un caos y como especies, hubiésemos desaparecido desde hace muchos milenios o algo parecido. Un diccionario muy pesado, cayó sobre la cabeza del joven pelinegro. —Llegas un poco tarde, ¿sabes?—hablo la persona, que había golpeado la cabeza del chico. —Ya lo sé—Alex, abrió los ojos y vio a una joven de estatura normal para una chica adolecente, piel blanca, ojos azules cristalinos, cuerpo esbelto, pelo negro que le llegaba hasta la cintura y lo tenía amarrado con una cinta roja, de cintura curvilínea, piernas atléticas, vestida del uniforme escolar—Es que se me había quedado mi libro de química. —Siempre olvidadizo—suspiro con fastidio la joven—Te aconsejo, revisar tu mochila junto con tus horario, para no olvidar lo que necesitas. Alex, le dijo a la joven con una sonrisa, que tendría en cuenta su consejo, la chica sonrío, por la respuesta del joven pelinegro y se encamino hacía su asiento. —Hermano, tu cara te delata—Azucena, advirtió que el rostro de su hermano, se estaba ruborizando. —Rayos, rayos—Alex, agito su cara para quitarse el rubor. —Se que te gusta, pero no tienes que gritarlo a los cuatro viento—Sonrío Azucena, a su hermano, al joven se sentó en la mesa de su hermano—Y puedo comprender porque te gusta, la señorita Melisa, una joven fuerte, pero alegre, amble, además se nota de como dirige la presidencia del curso, que es una líder nata. Alex, observo a su hermana, la joven pelinegro, era la única persona que sabía que Alex, estaba enamorado de La presidenta del curso Melisa, tal vez porque la joven Azucena, le era fácil comprender y entender lo que pensaba el joven Alex, tal vez sea porque ambos hermanos son mellizos. —Viene el profesor—Un chico de la clase, entro a la sala. Los presentes, al oír al chico, se ordenaron y volvieron a su puestos. —Hablamos después, bro—Azucena, le palmo el hombro a su hermano y volvió a su asiento. El profesor, entro a la sala, saludando a los presentes y dejando sus libros, en su mesa, para comenzar la clase.
El origen del poder (parte 1) Alex y su hermana Azucena, estaban conversando durante el intermedio entre la primera clase y la segunda, el joven Alex, como siempre tenía su cabeza apoyada en la mesa mientras que conversaba con su hermana, la cual se había "tomado prestado" el asiento del lado. —Hermano, últimamente te veo algo cansado, ¿qué te sucede?—la joven, le pregunto con algo de preocupación y luego se sonrío pícaramente—Es acaso que cada noche, te desvela pensando en Mel. —Hermana...que estas pensando, que clase de mente tienes—Alex, se puso rojo por el comentario de su hermana y agrego—No es eso, es que termino algo cansado después de ayudar a la señorita Marina, si se le pude decir señorita. —Era eso, ahora que lo pienso, has pasado varias tarde ayudando a la señorita Marina con sus plantas—la joven puso una cara pensativa y agrego—¿Vas a estudiar botanica? Alex, miro a su hermana y luego nego con su cabeza. —Solo la ayudo, porque soy como el boy scouts de azul, ya sabes ese, con capa roja que aparece en los comics—respondió Alex y agrego, levantando su cabeza—Sabes, que mi prioridad principal es convertirme en una gente de la ley, como nuestro padre y nuestra hermana. —Veo que aun tienes eso en mente—comentó azucena y agrego—Bueno, creo que en algo nos diferenciamos, yo aun no me he decidido por mi futuro. Alex y Azucena, conversaron de otras cosas triviales, hasta que llego la segunda clase, la joven Azucena, volvió a despedirse de su hermano y se escabucho hasta su silla, para no ser vista por el dueño de aquel puesto. Alex, saco el cuaderno para la clase de aquella hora. —Siento por mentirte, hermana, pero yo no ayudo a Marina con su planta, ella me enseña a utilizar la armadura—pensó el joven Alex y su mente se remonto a algunos meses atrás, cuando el joven había adquirido su poder. Un celular, alertaba que era ya hora de despertarse, la mano del joven Alex, tomo el celular y entre las sabanas de su cómoda cama, observo la hora. —Es temprano y es sábado, ¿para qué puse la alarma?—pensó el joven y luego cerro sus ojos—Me da pereza pensar. Alex, apago el celular, lo dejo en la cómoda y cerro sus ojos, pararon unos minutos, hasta que escucho que alguien abría la puerta de su cuarto con una fuerte patada, eso asusto al chico. —¿Aun estas en la cama, hermano?—Azucena, observo algo molesta chico. La melliza de Alex, estaba vestida con un pantalón de jeans corto, que le llegaba hasta las rodillas, unas zapatillas rojas con bordes blancos, unos calcetines cortos y una camisa sin manga de color verde que tenía estampado la cara de una mujer japonesa, con una mirada coqueta y que tenía maquillaje blanco y tapaba la mitad de su rostro con un abanico. —Para que tanta molestia, hoy es sábado—Alex, aun estaba medio adormilado. —Como siempre olvidadizo, hermano—Azucena, cerro sus ojos y negó con la cabeza y agrego—Nuestro curso hoy va ir al museo. Alex, se dio un palmazo en la cabeza, se le había olvidado que había puesto la alarma para despertarse a esa hora. Alex, se levanto deprisa y se estaba comenzando a quitar la ropa. —Hermano, espera a que yo me vaya para cambiarte la ropa, se que somos hermanos, pero soy una chica—la joven Azucena, se sonrojo al ver como su hermano se quitaba su pijama. —Ha rayo, sale de mi pieza—exclamo Alex. La joven, iba a cerrar la puerta, cuando con una sonrisa, le dijo a su hermano, "Se nota que con tus atributos, podría lograr conquistar a Mel". —Sal de una maldita, vez—Se molesto Alex con su hermana Azucena, se rio de la reacción de su hermano antes de cerrar la puerta. —Esta chica—Alex, suspiro antes de quitarse su ropa. Los jóvenes hermanos, estaban tomando un desayuno rápido, ya que quería llegar temprano al bus, para ir al museo, junto con ellos estaba la detective Santana, la cual estaba impresionada de la rapidez que sus hermanos menores, engullían el desayuno. — Si comen de esa manera, se van a trapicar, coman más despacio—la hermana menor, le aconsejo a su hermanos. —Es que debemos apurarnos, ya que por culpa de Alex, estamos atrasado—Contesto Azucena a su hermana. — Cuantas veces te he dicho, que lo sentía—exclamo el joven a su hermana, con algo de molestia. Alex, vestía con unos pantalones largo de color negro, zapatillas azules con bordes verdes, una camisa de manga corta que tenía como estampa la silueta de dos samurái, que estaba mirándose y preparándose para un duelo de espada, mientras un sol blanco alumbraba el cielo. Azucena, iba a seguir con la discusión cuando la hermana mayor, la detuvo. —Tranquilizante los dos— exclamo la detective Santana, con su voz de mando. Ambos chicos, se callaron al escuchar la voz de su hermana. —Ella no deja su trabajo, ni siquiera en la casa—se permitió pensar el joven Alex. Después de una rápida engullidla de desayuno, se despidieron de su hermana, salieron de la casa. El cielo estaba despejado y el sol alumbraba mucho, y el calor se sentía en la ciudad, los jovenes que iban colrriendo sintieron este clima, pero no debía detenerse si querían llegar para tomar el bus. Después de correr una larga distancia, desde su casa, llegaron un poco casados a su destino, los dos jóvenes Santana, se dieron cuenta que el bus aun no había llegado, suspiraron aliviados por la demora del trasporte. —Mi dios, estuvo cerca—dijo Azucena, solo para su hermano. —Lo mismo dijo, hermana—Alex, se saco el sudor de su frente. —Se demoraron—la joven Melisa, se paro frente a los hermanos, la joven presidenta de curso, vestía con una falda azul, que le llegaba hasta las rodillas, una camisa sin manga corta de color blanco, unas zapatillas verdes y llevaba puestos unos aros de perlas azules, la chica comento molesta—Pero tuvieron suerte, aun no ha llegado el bus. Alex, observo que la joven presidenta, estaba un poco angustiada, el joven se lo hizo notar a la chica, la cual, contesto al joven, que el bus se estaba demorando más de la cuenta y que ella como presidenta, se estaba impacientando, al igual que el profesor que estaba a cargo de la clase. —Esto molesta—suspiro la joven y agrego ya con más tranquilidad—creo que hablar con ustedes, hizo que me tranquilizase un poco—muchas gracias por escucharme, de verdad me tranquilizo al hablar con ustedes. —A mandar—sonrieron los dos Santanas. Melisa, se disculpo con los hermanos y fue hablar con el profesor, sobre la situación del bus. —Vaya bro, la joven Melisa, si que estaba molesta con la situación—hablo Azucena con su hermano y agrego dando un golpe suave a su hermano en el pecho y luego la joven abrazo a Alex por el cuello—Existes bien en escucharla, así se llega al corazón de una chica, en especial de una como Mel. Alex, al escuchar lo que dijo su hermana, trato de negar lo que sentía por Melisa, pero era inútil, ya que hace tiempo la joven Santana, había descubierto que su hermano, le gustaba Melisa y desde aquel momento unas de la forma de que la joven Azucena, molestaba a su hermano era recalcar que el enamoramiento de su hermano. —Mejor que no sigo hablando, sería una pérdida de tiempo, ella me conoce tan bien—se permitió pensar, Alex, se rindió al ver que no podía convencer a su hermana. En ese momento llego el bus, que había encargado los profesores, así que llamaron a los estudiantes, para hacer una fila y contar cuantos habían. Después de hacer esos preparativos, los chicos subieron al bus y se sentaron en los asientos de vehículo, los hermanos Santana, se sentaron juntos y el bus partió hacía el museo. Mientras el bus, realizaba su recorrido, la joven presidenta, pasaba unos panfletos a los estudiantes. Alex, empezó a leer su folleto y leyó sobre una exposición temporal que tenía el museo, el tema de dicha exhibición, era una colección de objeto de los tiempos Artúricos. —Se supone que el rey Arturo, es una leyenda—comento Azucena, que leía el folleto como su hermano. —Yo también, pero he escuchado por las noticias que los arqueólogos hallaron un montón de objeto que pertenecía a ese tiempo,—le comento Alex a su hermana. —Ya veo, por suerte que no ha encontrado el esqueleto de algún dragón—comento Azucena a su hermano y agrego—Pero lo que me sorprende es eta piedra. Azucena leyó el nombre de la piedra, " La piedra de los sueños". —Se supone que en esta piedra, fue encerrado el mago Merlín, ese que enterró la espada en la piedra, para que después un joven Arturo la sacase. convirtiéndose en un rey–Azucena, leyó la descripción de la piedra
El origen del poder (parte 2): El heredero. Mientras el bus que trasportaba a los estudiante, hacía su recorrido, el profesor estaba explicando el motivo de la visita al museo, mientras sucedía esto, los hermanos Santanas, conversaban con uno de sus compañero, el cual se encontraba sentado en la fila de asiento al lado de los chicos, sobre el ultimo gran rumor que se había esparcido. —¿Oigan, han escuchado el rumor sobre The Black king?—pregunto el compañero a los hermanos. —¿The Black King?—pregunto con curiosidad Alex al chico. —Sí, yo he oído sobre ese rumor—Azucena, empezó a explicar a su hermano—Se dice que en el país vecino, existe un tipo que cansado de la delincuencia, se vistió con una armadura moderna, que busca imitar a las de los antiguos caballeros y anda combatiendo el crimen, en aquel país, ese rumor se ha extendido a esta ciudad. Alex, se quedo sorprendido por lo que había escuchado, el también en secreto anhelaba ser un superhéroe, como aquellos personajes de los comic y mangas. —Pero solo es un rumor—Azucena, observo a su hermano y agrego—Un tipo así, debe de tener un gran acondicionamiento físico o dinero para poder pagar el hospital de tanta paliza que le pudiesen provocar los ladrones, es solo una fantasía. —Pero, no sería genial que fuese real, un tipo que combate el crimen—el compañero, trato de empezar una discusión amena con los hermanos. —Bueno, admito que sería interesante ver ese tipo de persona en la vida real—Azucena, suspiro hondo y miro al compañero—Pero sigo existiendo que eso sería imposible ese tipo de persona. Los hermanos, estaba discutiendo sobre los héroes, hasta que profesor se dio cuenta que en ese sector del bus, no le estaba escuchando. —Al grupito de ese sector, ponga atención a mi palabras o si no los bajo en este lugar—el profesor, grito a los chicos y agrego—Ya que después de este paseo, quiero que hagan un ensayo de 2000 palabras, sobre lo que aprendieron en el museo. Los hermano, se quedaron atónito con lo que había dicho el profesor, al igual que todos los alumnos presente y todos los estudiantes, se quedaron callado, el profesor, sonrío de orgullo y después siguió su explicación. Cuando el bus llego a su destino, el profesor aun seguía su explicación hasta que fue interrumpido por Melisa. —Disculpe profesor, pero ya llegamos—La joven, detuvo al profesor de manera amable y con una sonrisa. —Ha, cierto—el profesor, paro su explicación y miro el museo y aclaro su garganta—Bueno estudiantes, deben bajar. Los chicos, se pararon y bajaron del vehículo, cuando entraron al edificio, se encontraron con la guía, la cual se presento y guio a los estudiante por el museo, la mujer guía, llevo al grupo a la exhibición del rey Arturo, y empezó hablar sobre los objetos que tenían exhibidos. —Estos objetos, fueron descubiertos en una reciente excavación que se realizo en el Reino Unidos, en la localización de Cantebury—comenzó explicar la guía y agrego mostrando dos espadas que estaban adentro de de unas vitrinas —Estas dos espadas, fueron las que había portado el rey Arturo, la de la derecha, es la primera espada de Arturo, la que saco de la roca y la segunda es la que le fue dada por la dama del lago al célebre rey, la que conocemos como la gran espada Excálibur, ahora, quiero presentarle a la piedra de los sueños La guía, llevo al grupo frente a una gran piedra que parecía alguna clase de piedra preciosa de un color azul brillante, Alex, se quedo hipnotizado por aquella hermosa piedra —Se dice que esta piedra, fue usada por el mago Merlín para comunicarse con el mundo onírico, pero también es el lugar donde fue encerrado el gran mago, por su joven aprendiz y interés romántico, Nimue, que cuando supo que el mago tenía un origen demoniaco, le entro miedo y engaño al sabio, encerrándolo en esta prisión—explico la guía. —Disculpe, tengo entendido que Nimue, también es el nombre de la dama del lago—Comento Melisa a la guía. —La dama del lago ha tenido, varios nombres, dependiendo del que cuente la leyenda, además de que la historia está inspirada en un personaje del folclor celta pagano, así que los eruditos, han separado a esta dos personas—La guía, sonrío al contestar la pregunta de la chica y cambio su sonrisa de simpatía a una malévola—Pero se dice, que en cada museo que ha estado esta piedra, los guardias han visto a una mujer muy bonita, observando que observa la piedra, aquellos que se han acercado a esa mujer, han visto como esta al tocar la piedra, desaparece del sitio. Los chicos, se asustaron por lo que había contado la mujer y luego la guía, prosiguió su trabajo. Cuando el grupo se estaba dirigiendo a otra explosión del museo, Alex, se quedo mirando la piedra, observo que adentro de aquella prisión, había agua y sumergida en aquel liquido, se encontraba un hombre con barba blanca y vestido con una túnica. —¿Un anciano?—se pregunto Alex, que acerco su mano a aquella piedra, pero fue interrumpido por una voz femenina. —Ya veo, tu también me puedes ver atreves de aquella piedra—La voz asusto a Alex, que al girar su cabeza vio a una mujer que parecía tener un poco más de 25 años, de cuerpo esbelto y curvilíneo, de tez blanca, ojos de color azul, su pelo era de un color, blanco plateado, largo y lo tenía amarrado con una cola de caballo, la mujer vestía con una falda azul que le llegaba hasta más abajo de las rodillas, zapatos negros, unas calcetas de color negros, una camisa blanca con una corbata de mariposa color roja y unos lentes cuadrados. —¿Quién es usted?—pregunto Alex, aun estaba sorprendido por la aparición de la mujer y agrego—Espere, he escuchado bien, usted se refirió a sí misma, cuando dijo, me puedes ver. La mujer, le sonrío a Alex y se acerco a la piedra, alzo su mano y toco la piedra, Alex, observo como el liquido de la piedra se agitaba y una luz brillante empezaba a emitirse en las mano alzada de la mujer. —Si quieres, me puedes acompañar, tranquilo el tiempo ya está detenido—le dijo la mujer al joven Santana y agrego—Solo debe ponerte al lado mío. Alex, observo que todo alrededor suyo se había parado como arte de magia, salvo los eventos que tenia relación con aquella extraña mujer, el joven que estaba empezando a tener más curiosidad que susto, se puso al lado de la mujer y la luz brillante que emitía la mano de la mujer empezó a cubrir a la aparecida y a Alex, que desaparecieron junto con la brillantez. Alex, apareció en una extraño corredizo angosto de piedra, con antorcha como única iluminación, ese escenario le recordó a los juegos que solía jugar y se pregunto si saldría un esqueleto o un vampiro. —Tranquilo, que no saldrá nada eso—la mujer, miro divertida a Alex y agrego—Y si te lo pregunta, puedo leer tu mente. Alex, estaba mucho más sorprendido por lo que había dicho la mujer. —Bien, vamos—La mujer, empezó a caminar, Alex le siguió. —¿quién es usted?—pregunto Alex a la mujer. —Me llaman de diferentes formas, pero me puedes llamar Marina—La pelo plateado blanco, le contesto a Alex y agrego—Y soy una parte del gran mago sabio que llaman Merlín. Alex, se paro por un momento, no podía creer lo que sus oídos escuchaba, aquella mujer, era una parte del mago Merlín, como era posible y se preguntaba si aquella mujer, le estaba tomando el pelo, pero el lugar donde estaba y como había llegado a ese sitio, le hacía dudar de varias cosas aparte de su cordura. —He, chiquillo, si quieres responder las preguntas que tienes, será mejor que me acompañes—Marina, observo al morena, mientras seguía caminando. —Señora Marina, espéreme—Alex, corrió para alcanzar a Marina —Alex...tengo mi edad, pero aun soy señorita—Marina, apretó su puño acumulando su ira para evitar golpear al joven Santana. Los dos siguieron caminando por el angosto corredor, entonces pararon frente a un prado verde con árboles, que tenía en el medio un largo en el cual se encontraba un anciano de larga y blanca barba, flotando sobre la sustancia liquida, de piel blanca, pelo canoso y corto, vestido con una túnica grisácea, los ojos del viejo estaban completamente blanco. —Veo que ha llegado, el heredero de la armadura de la orden del dragón—El anciano, empezó a caminar por ela gua hasta llegar a la orilla del largo. —¿Heredero de la armadura?—pregunto Alex y pensó—Ya estado aquí nada me sorprende, pero ¿que eso del heredero de la armadura? —La armadura de la orden del dragó, era utilizada por una orden de guerrero elite y secreto de la corte de Arturo, aquella armadura fueron creada con nuestra magia y los guerreros que la utilizaban, defendían la justicia y el bien del reino, esa era la mayor de sus tareas—Marina, explico a Alex y agrego—Ellos debían cumplir ciertos requisitos para que la armadura lo eligiese uno de ellos era ser valiente y otro de esos era que el alma del guerrero fuese compatible con la armadura, o sea la armadura es caprichosa Alex, trataba de digerí las palabras que escuchaba, ya había aceptado lo que veía sus ojos, pero le era difícil entender todo eso de la armaduras. —Lo descubrirás con el tiempo, pequeño Alex—Marina, le sonrío al chico y agrego mirando al anciano—Merlín, revela la armadura, para hacer la prueba. El anciano, volvió al centro del lago y saco de las aguas un peto de color verde metálico que tenía en su espalda unas alas, y se la entrego a Marina. —Alex, hay una razón de porque pudiste ver lo que había dentro del piedra, es que tu eres un candidato para usar la ultima armadura de la orden del dragón, por ahora tu estas desorientado, pero con el tiempo si la armadura te elige, serás recompensado con respuestas, además de los grandes poderes mágicos que esta armadura te pueda otorgar—Marina, observo a Alex—Si es que la armadura, no te elige solo despertara y pensaras que todo es un sueño, al igual que aquella película de ciencia ficción, esa de la baterías humanas, píldoras azul y roja, ya sabes aquella de esos tipos que vestían una gabardinas geniales y tenían puesto unos lentes negros. Alex, observo aquella armadura, no sabía si era una simple curiosidad o algo más, pero tomo el peto, no tenía nada que perder.