One-shot de Pokémon - [One shot] El Gran Nacimiento / Pokemon Yo Te Elijo

Contenido oculto

Han pasado 10 años ya desde que nuestro héroe a ganado la Liga Pokemon de Kalos, desde que regreso a las otras regiones por la revancha de las ligas y que también quedo campeón en ellas, por fin se había enamorado perdidamente, de Serena, aquella compañera que conoció cuando tan solo tenía 5 años, y por fin hoy es el día, después de haberse casado con ella, que sería participe de ver el nacimiento de su primer hijo.

—¡Vaya! No había estado tan nervioso antes… ¿estará bien Serena? ¿Y mi hijo?— exclamaba el entrenador de cabello color azabache mientras un Pokemon pequeño sube a su hombro.

—Si Ash, tranquilo, Serena es fuerte, tu también debes de serlo, todo saldrá bien confía en mí— pronunciaba firmemente su viejo amigo Brock quien por dentro se encontraba algo nervioso pero intentaba darle todos los ánimos a su viejo amigo.

No solo se encontraba Brock, estaba Tracey, Millo, Glem, Gary, Ritchie, Max, Misty, May, Dawn, Iris, Lem, el profesor Oak, su Madre entre otros, pero mientras ellos se preguntaban de cómo sería el hijo del entrenador, él y Brock charlaban.

—Gracias Brock, por un momento lo había olvidado, y gracias a ti Pikachu, ¿Creen que debería de pasar con Serena?— se cuestionaba el entrenador mientras se llevaba sus manos a los bolsillos de lo nervioso que estaba.

—Sería lo más correcto Ash, ella necesita de ti, necesita verte ahí y saber que le brindas tu apoyo, y que estarán juntos ya sean trágicas o gloriosas las noticias que vayan a recibir, ve amigo mío, ve ahí y conoce a tu hijo— una enorme sonrisa se había marcado en la boca del moreno, sentía esa emoción de Ash, lo conocía de tanto tiempo y ver que ahora tendría su primer hijo era muy especial para el tanto como para Ash.

—¡Tienes razón Brock! ¡Ire a conocer a mi hijo y a estar con mi esposa para apoyarla!— se alejo prácticamente volando el ya maduro entrenador mientras que su fiel compañero se quedaba con Brock.

Llego al quirófano, se vistió adecuadamente para poder entrar, dio sus primeros pasos, llego con su esposa y la tomo de la mano, le dio un beso en la frente y tiernamente en el oído le dijo.

—Aquí estoy Serena, juntos en las buenas y en las malas, ‘’Nunca te rindas hasta el final’’ ¿Recuerdas?— le regalo una sonrisa y una mirada de confianza.

—Está en mi mente día y noche desde mi primer día de embarazo Ash, nuestro hijo es fuerte como nosotros, se que lo lograremos y por fin lo tendremos en nuestros brazos para besarlo y abrazarlo por todo el tiempo que estuvimos esperando.—

Pasaron 2 largas horas hasta que por fin se dio el momento, el mes había llegado, el día había llegado, la hora había llegado… Después de tanto tiempo por fin llegaría a este mundo el pequeño hijo de Ash y Serena.

—¡Vamos Serena! ¡Una vez más, está a punto de salir, ya veo su cabeza!— exclamaba muy emocionado el médico que la estaba atendiendo.

Y así fue, pujo una vez más, y un pequeño llanto sonó en el lugar, era un pequeño barón de cabellos azabaches como su padre, pero de hermosos ojos azules como su madre, estaba viendo por primera vez el mundo, por fin había llegado, sus padres, otras personas y los Pokemon sabían que había nacido el hijo del ahora más grande Maestro Pokemon.

El médico lentamente corto el cordón umbilical y coloco al bebe en brazos de su madre, su padre al instante se acerco y una gran sonrisa con lagrimas en los ojos era lo que habitaba en su cara, era tanta su felicidad que no podía contenerla, Serena también se encontraba muy entusiasmada, no podía contener las lagrimas.

—Mi pequeño, aquí estas mi pequeño…—lo besaba con tanta ternura la joven de ojos azules.

—Hola pequeño, yo soy tu papá y ella es tu mamá— le regalaba una enorme sonrisa a su hijo —Y… ¿Como lo llamaremos?— preguntaba curioso el entrenador.

—Ash… quiero que mi hijo se llame Ash…— exclamo con una sonrisa la joven castaña.

En ese mismo instante el entrenador quiso dar un grito de emoción, pero inmediatamente se tapo la boca, cargo a su hijo y le decía en voz baja al bebe ya dormido.

—Serás un gran entrenador, te enseñare todo lo que sé, quizá no tengas al mejor papá del mundo, pero… ¿Te digo algo? Tienes a la mejor mamá del universo…— Le decía con una sonrisa en la cara mientras besaba delicadamente su cabeza.

Unas horas después, ya cuando Serena se encontraba repuesta y el bebe estaba despierto, todos entraron a ver a la feliz y unida familia que se encontraba en el cuarto, algunos se soltaron a llorar, otros lo querían cargar, otros no podían dejar de sonreír y de dar gracias por el nacimiento del pequeño Ash.

//////////////////////////////// 10 AÑOS DESPUES///////////////////////////////

Contenido oculto

—¡Papá! A llegado el día, ¡por fin me volveré un entrenador Pokemon!— decía el pequeño azabache de ojos azules a un ya maduro entrenador de cabellos azabaches y ojos marrones.

—Lo se Ash lo sé, pero tranquilo hijo, hoy es el día, tu madre pensaba que me pondría triste y melancólico pero no… es como si yo mismo empezara de nuevo mi viaje, de nuevo mi travesía, ve hijo, ve y captura todos los Pokemon que puedas, ve y se fuerte.— le decía con mucho orgullo su padre, mientras le entregaba su Pokedex y 5 Pokebolas.

—¿Y mi Pokemon papá?— preguntaba el pequeño entrenador entusiasmado.

—Aquí esta Ash…— Detrás de su padre se encontraba un pequeño Pichu de tan solo unos meses de nacido, pero ya lo suficientemente grande como para poder valerse por sí mismo.

—¡Gracias papá!, ¿Algún último consejo?— preguntaba el hijo a su padre.

—Solo dos hijo, si encuentras una chica linda, no la dejes ir como yo no deje ir a tu madre y el segundo es Nunca te...— pero antes de terminar su frase fue interrumpido por su pequeño hijo.

—Rindas hasta el final… lo sé papá, gracias... Nos veremos muy pronto, y cuando entrene y sea más fuerte tendré una batalla contra ti y Pikachu así que prepárate papá, ¡aquí voy!— exclamaba el pequeño entrenador mientras salía corriendo del Pueblo Paleta a empezar su propia historia.

Así, después de esa cálida despedida, de ver como por fin su hijo había crecido, unas lágrimas recorrieron las mejillas del entrenador, rápidamente se las quito, apretó sus puños y le grito a su hijo.

—¡Mucha suerte campeón! ¡Hazme sentir más orgulloso de lo que ya estoy por tenerte como hijo Ash!— sonrió y simplemente se cruzo de brazos, ya cuando perdió a su hijo de vista regreso a casa, regreso a casa con Serena, su esposa y la pequeña Serena de tan solo 5 años.

¡Esta Historia Continuara!... Bueno quizá…