Hace muchos años atrás, en el pueblo de Morón, en Cuba, existía un cobrador de impuestos que era muy odiado por los habitantes del pueblo, ya que era peor que un cobrador ordinario: Era gritón, grosero, agresivo y altanero. Siempre gritaba que el era ''el gallo'' de aquel pueblo, y hacia lo que le daba la gana, hasta que un grupo de vecinos muy enfadados decidieron tomar cartas en el asunto y darle una lección( Aunque lo que en realidad tomaron no fueron cartas precisamente) Un día el cobrador fue emboscado por varios hombres armados con palos, los cuales le quitaron la ropa y le dieron una tunda de golpes, y el ''gallo'' tuvo que irse a su casa desnudo y quejándose del dolor que los golpes le habían causado, y todo el pueblo lo vio y se burló de él. Desde es día, cuando alguien sale malparado de una situación, se dice que quedo como el gallo de Morón: Sin plumas y cacareando. Ah, y en Morón hay una estatua de un gallo que fue puesta allí en honor a este singular suceso, pero no se preocupen: Este gallo si tiene plumas.
Cómo no, una anécdota se convierte en leyenda y tal leyenda, en dicho popular. Interesante historia ^_^