EL FINAL

Hola!!! traigo un excrito que quiero compartir con ustedes, espero y les guste.​

Autor:himeko hyuga Tipo: One -shot Pareja principal: Naruto y Hinata​

EL FINAL​

Aun recuerdo esos días cuando la conocí. Me habia declarado a Sakura, fui rechazado de inmediato. Esa chica por la que suspiraba tanto…amaba a alguien más, mi mejor amigo. Me encontraba totalmente destrozado, fue entonces cuando encontré consuelo en alguien más. Esa chica era muy tímida y rara, pero me entendía y eso era lo que me importaba.​

Sin darme cuenta ella entro en mi vida. Cuando cerraba mis ojos a mi mente venía su hermosa imagen, su negra cabellera, su blanca y tersa piel, pero sobre todo esa hermosa sonrisa que me regalaba siempre, acompañada de sus hermosas orbes opalinas y ese rubor que la hacia lucir encantadora.​

El tiempo paso y cada vez dependía más de ella, sino la veía mi animo se derrumbaba, mis fuerzas se agotaban, necesitaba tenerla cerca para sentirme vivo. En ese entonces no comprendía que era ese sentimiento que oprimía mi pecho, Sasuke me hizo comprenderlo, era amor. ¡Si Naruto Uzumaki estaba enamorado! Y era doloroso.​

Ahora quien se desmayaba al más mínimo contacto era yo y no ella, quien se sonrojaba violentamente era yo, quien titubeaba era yo, si ¡todo era yo! Y eso me estaba matando.​

Un día me arme de valor, no podía reprimir más ese sentimiento de querer tomarla entre mis brazos y sentir sus labios con los míos, al unirnos en un beso, de aspirar el agradable aroma de su cabello.​

Lagrimas empezaron a desfilar por sus mejillas, sí, me habia declarado y la consecuencia: ella lloraba. Alarmado le pedí disculpas por hacerla sentir tan mal, mi pecho dolía como nunca en mi vida, me sentía tan estúpido.​

—Perdóname por hacerte llorar, me marchare de tu vida si te molesto tanto—pronuncie a punto de llorar, me gire dispuesto a marcharme.​

Una mano me detuvo, en ese momento no tenia el valor para verla a la cara.​

—No es eso, lo que pasa es que pensé que nunca escucharía estas palabras, tardaste mucho—pronuncio al intentar contener su llanto.​

Yo me gire sorprendido, acerque mi rostro al suyo examinándolo detalladamente, debía estar seguro de que no mentía y así fue, ella me veía confundida por mis acciones y aprovechando la cercanía le robe un beso, que fue correspondido.​

Pasó el tiempo y rápidamente me di cuenta de que ella era la mujer con la que quería pasar el resto de mi vida, por lo que después de un tiempo que considere prudente le pedí se casara conmigo. Esa vez no lloro, se desmayo, cuando logre despertarla ella me dio el sí. Su padre fue un obstáculo que tuvimos que afrontar, y lo logramos.​

Lo más importante que recuerdo de nuestra boda fue cuando el padre pido nuestros votos, y ella respondió “acepto” al escucharla la tome de la cintura y alce por los aires, para finalmente unirnos en un dulce beso.​

En nuestra casa siempre jugábamos en el jardín, ella corría tras de mi, y yo me dejaba atrapar intencionalmente mas era feliz, durante las tarde veíamos una novela en la televisión, debo admitir que varias veces llore, siempre reíamos con mis ocurrencias, en los días lluviosos contemplábamos como caían las gotas de agua con una taza de chocolate caliente; los inviernos eran cálidos, nos contábamos todo, y las peleas las terminábamos en el sillón o con una guerra de almohadas, la cocina siempre estaba llena de risas al preparar la comida.​

Meses después una noticia nos lleno de felicidad ¡sería padre! Ese día no pare de llamar a todos para enterarlos, incluso pegue una pancarta en mi casa. Nunca en mi vida imagine que un día sería tan feliz. Sin embargo no todo iba tan bien, a los cinco meses comenzó a tener complicaciones, era un embarazo riesgoso. Por fin el día llego.​

Ella emitía gritos de dolor y enterraba sus uñas en mi bronceada piel. No estaba seguro de que hacer en ese momento, yo estaba hecho un manojo de nervios, sería mi primer hijo, la tome por la espalada con sumo cuidado y conduje hasta el auto.​

Conducía realmente alterado, escucharla gritar de dolor a un lado mío y sin poder hacer nada me erizaba la piel, llegue al hospital. Fui auxiliado de inmediato por enfermeras que me vieron llegar. ​

La subieron a una silla de ruedas y se la llevaron desapareciendo tras unas puertas blancas. Me pidieron tomara asiento y ofrecieron un poco de jugo de naranja, pues estaba sumamente pálido, apenas y podía articular palabra alguna.​

Llame por el celular a Sasuke y Sakura mis mejores amigos, debía darles la noticia, también llame a la familia de mi esposa, pues también tenían derecho a enterarse.​

—Señor Uzumaki, en unos momentos su esposa pasara a quirófano, usted la acompañara ¿verdad? Si es así, sígame le daré lo necesario para ingresar en la sala de parto.​

Seguí a la enfermera. Me dio una bata azul y una especie de gorro, me los coloque e ingrese al lugar donde estaba mi esposa. Sujeto mi mano con una sonrisa, yo le respondí de igual manera, el doctor nos habia dicho que Hinata corría gran riesgo, pero a ella no le importo “siempre estaré con ustedes” me dijo en una ocasión al acariciar su vientre y darme un dulce beso.​

El esfuerzo que realizo al pujar fue inmenso, lo podía ver en su cara, al terminar estaba pálida, agotada. El doctor emocionado nos dijo era una niña, voltee a verla con una sonrisa, debía felicitarla, en ese momento mi sonrisa se borro. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, ella me dedico su ultima sonrisa, después de eso su mano se desvaneció de la mía.​

La llame varias veces, no respondió nunca. Me sacaron de ahí a la fuerza, mientras intentaban reanimarla.​

En el velorio llore como nunca en mi vida, pero aun tenia algo que ella me habia dejado, nuestra hermosa hija, Hinaru. Pasaron varios años, cinco para ser exactos, en los que sin duda fui feliz con mi pequeña. A sus cinco años su cuerpo se volvió frágil, constantemente se enfermaba.​

Un día en que acababa de nevar, ella me pidió la llevara a la tienda caminando, al principio me negué pero al final accedí, en el trayecto note que algo no marchaba bien, mas ella insistía en seguir. Sus pasos se volvieron más torpes, hasta que no pudo más y cayó sobre el asfalto cubierto de nieve. De inmediato me agache y tome en mis brazos, mantenía su pequeñas orbes plateadas cerradas, la llame insistentemente varias veces. Al igual que su madre nunca más me respondió.​

Amargas lágrimas inundaron mi rostro nuevamente y un grito desgarrador salió de mi ronco pecho. Por segunda vez habia perdido lo más valiosos que tenía. Su funeral fue sencillo pero hermoso, mi pobre alma no tenía consuelo.​

Hoy en día soy un hombre que vaga por las calles con un pestilente aroma a alcohol, con la ropa sucia y llena de porquerías. Nunca regrese a mi trabajo, ni a mi casa. Siempre me acompaña una botella que sostengo en mi mano.​

Pero todo tiene un final y este es el mío, si acabare con mi vida yo mismo, para esto usare un arma de fuego, la cual sostengo en mis manos mientras mis ojos desbordan lagrimas sin cesar. La sujeto y coloco a poca distancia de mi sien, mi último deseo es ser enterrado junto a mi esposa e hija. Por fin tiro del gatillo.​

fin​

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espero les haya gustado, en lo personal soy amante de las tragedias, hojala me den sus opinioes​

att:Himeko-chan♥​