El diario del astronauta

EL DIARIO DEL ASTRONAUTA

POR.H.LIMA.

Yo María White Damrrem, al momento de escribir este informe estoy consciente que posiblemente nunca llegara a manos de mis superiores en Próxima ,la sede del sacro imperio galáctico; Aun así deseo dedicar mis últimos días de vida a relatar, las aventuras a bordo del Astronauta ,una de las 5000 naves espaciales que fueron enviadas a los confines de la galaxia para contactar a los mundo barbaros ,en la misión diplomática más grande que ha visto la humanidad después de la caída del imperio galáctico pagano de los Norf .Nuestra misión era impulsarnos a velocidades cercanas a la luz en travesías criogénicas de varios decenios e inclusive siglos por el vacio y frio espacio exterior, una vez llegado a nuestro objetivo ,buscar humanidades incomunicadas, luego de la gran diáspora ; Evento histórico que llevo a muchas colonias a destruir el único medio de comunicación eficiente entre los confines de la galaxia ,las vías áureas. En ocasiones el viejo barón Danrrem; Protector y amo mío, me contaba acerca de las vías áureas, el decía con su voz gastada:

- … Los grandes anillos relucían como el oro fino cerca a los planetas de Narusa y de Hellan, nuestras pequeñas naves espaciales no tenían permitido cruzar, pues nosotros en aquellas épocas éramos piratas y contrabandistas. Pero luego de una pequeña lucha con cañones de plasma, los cobardes guardias coloniales nos dejaban pasar. Ja ja… Idiotas cobardes. La luz inundaba el centro del anillo en órbita de la luna de Narusa y nosotros entrabamos, se sentía un vacio en el estomago y luego terminabas a 200 millones de años luz si así lo deseabas en Hellan donde seguro nos estaba esperando el fiero almirante Dober armado hasta los dientes. Que tiempos tan felices aquellos…-

Aun aquí atrapada en este planeta devastado creo oír su voz .Llamándome para tomar el té juntos, es posible que si el viejo barón Damrrem no fuese 100 años mayor que yo el primer día que lo conocí en el orfanato de Magnolia ,a mis 14 años me hubiera enamorado perdidamente del intrépido pirata de las estrellas .Claro de ser el caso que ambos tuviéramos apenas 20 años de diferencias en nuestras edades nunca nos hubiéramos conocido ,pues el Barón me adopto como su sirvienta, poco quedaba del aventurero y ahora él era un viejo lolicon, seguramente el se fijo en mi por mi apariencia infantil, porque si leen este documento y mis restos están hechos polvo por el tiempo , espero no hagan burla de mi pequeña figura ,de eso ya hizo mucha burla mi compañero de viaje el mayor TDI-10, un ciborg mimado de la nobleza de Arrostin .

Para regresar a mis recuerdos del barón Damrrem, diré que él me compro para disfrutar de mi juventud ,el anciano ya no podía hacer más que mirar y en pocas ocasiones tocar ,por que las señoritas Janethe y Sotxia Vivian en la mansión con el .Éramos 4 las criadas de servicio en verano y en invierno solo era la señora Madiel y yo ,aunque yo nunca realice una tarea como cocinar o limpiar ,pues yo estaba a servicio exclusivo del Barón .El disfrutaba contándome historias de sus días de pirata espacial, y yo le llevaba sus medicamentos cuando preparaba el té para él . El barón tomaba largas siestas los días calurosos de otoño, y yo aprovechaba esos días para visitar la biblioteca de la mansión, la señorita Sotxia me enseño a usar el archivo del AC cuando vio mi gran gusto por los libros. Desde eso las voces de los grandes eruditos de la galaxia, estaban a mi alcance, conversaba con poetas, médicos, viajeros y muchos otros, muertos ya hace mucho, y que solo Vivian en el archivo informático AC del sacro imperio galáctico. Esos 5 años fueron maravillosos en la mansión de Chatelier. Pero en el fondo de mi corazón yo deseaba viajar como lo hacían las aves migratorias de los libros de zoología. La primera vez que escuche de las misiones diplomáticas del noviciado, estaba conversando con un historiador del archivo AC, y él me relataba sobre los días de la diáspora ,ahí fue que los pasos del almirante Dober ,amigo de años de mi amo el barón retumbaron en la biblioteca : - ¿Esta es la pequeña María, como ha crecido?-, dijo con un tono mal intencionado ,el barón gruño ,como un niño que le quitan el juguete favorito .ambos entraron a la biblioteca y me pidieron les sirviera vino tinto de la reserva del barón .El barón me sentó en sus piernas y jugando con mis rizos entre sus dedos sonrió para responder a una pregunta que yo no escuche.

- Manda jóvenes criogenizados, promételes la inmortalidad en cuerpos sintéticos. Y que mueran en alguna estrella lejana, convenciendo a algún reino a unirse al sacro imperio galáctico, ja ja…-

El almirante Dober dio un trago a su copa, y acaricio su barba.

- Cada mundo que se una al sacro imperio galáctico, recibiría planos para que construyan su vía aurea, y los anillos nuevos traerán recursos al corazón del sacro imperio galáctico, como lo hacían en el imperio Norf, me gusta, lo propondré al concilio. Era evidente que esta idea tan cruel no podía salir de la cabeza de un burócrata del imperio como yo, sino, de un pirata –

El barón me dejo ir y sonriendo dijo en voz alta:

- ¡Corsario, señor almirante Dober! , así me dicen los nobles de Sidonia –

Ambos rieron a carcajadas y terminaron la botella, recordando los viejos tiempos donde eran enemigos mortales, el almirante me enseño las cicatrices que le hizo mi amo, el barón, en cercanías de la luna Pill del planeta minero de Faust.

Mi amo el Barón Damrrem murió un día de abril, 1 año después de aquel día ,lo llore mucho al igual que las señoritas , acompañamos su cuerpo al cementerio de Corn field, los marines espaciales de Dorg acompañaron el cortejo .luego de enterrado el barón , las señoritas Janethe y Sotxia me dijeron que si lo deseaba podía vivir en la mansión como dueña , por los años de servicio a su tío amado .Pero, yo les agradecí el haberme adoptado y les comente mi decisión de ser novicia diplomática, supongo que ellas se sorprendieron. Porque me preguntaron, ¿si estaba loca o deseaba morir perdida en el espacio? .Algunas veces trataron de convencerme de no presentarme al monasterio de Casslet. Y luego de un tiempo me dieron su bendición.

-Nuestra hermana pequeña, María se va a las estrellas –

Dijeron al despedirme en el puerto espacial de Corn field. me esperaba la escuela de novicias diplomáticas de Saint lime en Próxima, la capital del sacro imperio galáctico, ahí estuve medio año aprendiendo spanglish, un viejo idioma franco de antes de la gran diáspora, que según los instructores nos sería muy útil para comunicarnos con los reinos barbaros que encontráramos en nuestra misión.

El día de la graduación mi compañera la novicia Magdiel , fue atrapada por sus padres, unos ricos nobles de Trion, que se negaban a que ella se embarcara en un viaje de locura, con muy pocas posibilidades de regreso, supongo la forzaron a casarse con un apuesto noble y a vivir en una gran mansión, pobre de ella.

Los siguientes días, estaba en duda si me dejarían subir en una nave, cuando de la nada me asignaron al mayor TDI-10, como superior .El le dio nombre a la nave:

-Astronauta, es un buen nombre, porque viajara entre las estrellas-

Dijo a la vez que se burlaba de mi, por mi infantil figura.

Veo que no me quedan hojas para escribir la totalidad de aventuras en reinos perdidos de las estrellas, los cuales visite con el astronauta. Si tuviera mas hojas les contaría que he visto reinos de maravillas impensables por los poetas y escritores del sacro imperio galáctico, sociedades llenas de sabiduría, que ni el gobierno sacro de las estrellas puesto por dios en la tierra, iguala. He visto a los humanos mutar en formas de magnifica belleza y complejidad, así como también los he visto degenerarse consumidos por su deseo de ser mas maquina que hombres, en busca de la inmortalidad. Es una pena pensar que seguramente moriré de frio en este planeta devastado por la guerra, según el mayor TDI-10 esta era una sociedad humana increíblemente primitiva, pues encontramos radiación de bombas nucleares en las ciudades destruidas. Esta radiación daño nuestra nave y nos imposibilita escapar.

El mayor TDI-10 canta esa molesta canción de cuna, como la odio, preferiría que discuta con migo por algo sin importancia.

Un ruido metálico extraño en el exterior de la nave nos saca de nuestros pensamientos, al parecer alguien escucho la transmisión de bienvenida que radiamos al salir del crio sueño. Espero nuestros anfitriones tengan algo de papel, pues le he tomado gusto a escribir, si sigo viva para terminarlo lo llamare: El diario del astronauta.

FIN