Había una vez en un mundo que va mucho más allá de la razón humana, la valentía quien era muy bien reconocido por sus dotes tan envidiables, iba caminando por el camino de la vida, y en la colina de la incertidumbre se topó con el miedo, quien yacía escondido como un niño, sollozando en silencio. —¿Por qué lloras? —preguntó la valentía hacia el miedo. — Porque tengo miedo —contestó. — ¿Y por qué tienes miedo? —volvió a cuestionar la valentía. — Tengo miedo a muchas cosas —el miedo se levantó de donde se escondía y se sentó en una roca, tocio un poco afinando su débil voz y habló—. Miedo al dolor, miedo al sufrimiento, miedo a tener que sentir ese difícil sentimiento de duda, tengo miedo a la mismísima muerte. La valentía le palmeó por la espalda al miedo y le sonrió con toda confianza. — De nada sirve vivir temeroso de cualquier cosa, hay veces en las que debemos afrontar nuestros mismos enemigos, de eso constituye la vida, superar tus retos y valerte de lo que ya eres —el miedo miró fijo a los rojizos ojos de su amigo; la valentía. No duro poco antes de que empezara a llorar otra vez. — Pero…no quiero sufrir, por eso me escondo, si estoy solo nadie me podrá hacer daño, ya le he me preguntado a mi hermano, ‘’la cobardía’’ y el estuvo de acuerdo con lo que dije. La valentía tomo de la mano al miedo y lo jaleó fuerte haciendo que se levantara y casi tropezara. — ¿Qué estas haciendo? —preguntó el miedo. — Ven te voy a a enseñar algo —fue lo último que dijo, caminó a pasos suaves y una vez bajando de la colina de la incertidumbre, fueron al parque de la felicidad, flores por doquier, abejas revoloteaban contentas, colibríes hiendo de flor en flor, una vez llegando se escondieron en unos arbustos, la valentía extendió su brazo y señaló. El miedo no parecía comprender. — ¿Qué se supone que tengo que ver? —preguntó. — Mira, allá —susurró. El miedo colocó su mano en su frente haciendo sombra del potente sol que iluminaba radiante, haciendo un esfuerzo logro ver a una pareja sentada en un banco, la joven apoyando su cabeza en el pecho del chico quien sonreía y susurraba cosas que hacían que ella se riera. — Parecen…felices… — Si, ellos son ‘’Felicidad’’ y ‘’Bondad’’, se hicieron pareja desde el primer instante que se vieron, era un amor a primera vista —dicho esto el miedo pareció intrigarse tanto por ello que no dudo en preguntar con algo de curiosidad. — Valentía, ¿qué es el amor? —susurró algo decaído, este le volvió a tomar de la mano y se adentraron un poco más en el parque, topándose con la confianza y honestidad, llegaron al centro, donde había una fuente de agua, en ella estaba sentado un joven de cabello rubio claro, piel blanca que parecía tan tenue que con solo al tacto podría romperse como un hilo. Parecía estar revisando cartas, cuales llevaban un sello de corazón en cada una. — Ese…¿es el amor?. — En efecto, te diré algo, el amor es un sentimiento tan inexplicable y contradictorio, hay muchas formas de decir su concepto, pero como es de esperarse, solo los que lo han sentido pueden expresar su propio criterio y opinión acerca de tal, en si no hay significado concreto —soltó una risa—. ¿No es peculiar?. — Si, lo es y mucho, le envidio, tiene a todas las personas queriéndole y… La valentía alzó la voz interrumpiendo su dialogo. — No todo pinta de rosa en este cuento, hay un dolor que padece el amor. — ¿Y cuál es? — Esta destinado a estar solo. — Pero, si es el amor, ¡no puede estar solo!. — Por más cruel que sea, así es, el mismo amor, no encuentra a su pareja, porque con solo tocar a una persona las enamora, ese es su poder, brindar amor a cualquiera, por ello es que se consiguió a cupido para que le facilite un poco el trabajo. De repente el miedo notó que el amor suspiró triste. — Entonces, la razón por la cual él esta así… — Si, es doloroso la impotencia que él siente. — Pero yo creo que encontrara a su verdadero amor —dijo con determinación. La valentía soltó una risa y palmeó por la espalda a su amigo. El miedo creyó que el destino era una total farsa, estar destinado a algo son solo cadenas que impiden seguir el camino de la vida y seguir con los propios ideales, un optimismo rodeó su atormentada alma, por primera vez…el miedo sonrió. Ambos se miraron y comenzaron a reír mutuamente. — Veo que se la están pasando de maravilla —los dos voltearon y vieron a nadie más y nada menos que a la muerte, un anciano de barba canosa y larga, sus dos manos eran puro hueso, llevaba una hoz más larga que su propia estatura, hizo una falsa sonrisa y se acercó a ellos a través del jardín, a su paso pisando las flores, matando a los animales, muriendo cada vez y más a la naturaleza. La valentía se levantó y se puso al frente del miedo. — ¡¿Qué diablos quieres muerte?! —gritó. — Estaba aburrido de mi trabajo así que me hice un descanso, y vine para acá, ahora esta mal ¿qué el “final de todo’’ aparezca de vez en cuando? — tocio fuertemente, el miedo sentía mucha curiosidad e intriga por aquel hombre. — Nada de eso, ¡vete! —volvió a gritar, esta vez la muerte se enfadó y en un solo movimiento desmembró a la valentía con su hoz, dando un espectáculo de sangre, el miedo se tapó la boca y retrocedió soltando lagrimas, habían matado a su amigo. La muerte sacó una pipa de su capucha y comenzó a fumar, se sentó cerca en el suelo y miró al miedo. — Calmado chico, él no puede morir, es un sentimiento, renace en cada instante, es solo que no tolero su arrogante e insolente actitud, ven acércate —sonrió falsamente. El miedo no sabía que hacer, se acercó y se sentó frente a la muerte, muy pálido y helado. — Deja explicarte algo, los he estado siguiendo, y déjame decirte que lo que te ha dicho la valentía no es del todo el cierto, te explicaré algo; la vida no es solo optimismo y sueños, siempre se tiene que ser prudente y realista, yo no puedo hablar del todo acerca del tema porque, mi trabajo es acabar con la vida, ¿ves ese camino?, ese es el camino de la vida y en él yo siempre estoy primero, porque jamás me alcanzarán, yo soy el final de todo, no puedo morir, y sinceramente con todos los años de trabajo, esto me enferma cada vez más, pero es así, sin ninguna emoción estoy matando y matando, sin sentir remordimientos, mi existencia es fundamental en todo, porque técnicamente yo constituyo todo. La muerte tomó de la mano al miedo y este observó como su brazo se iba pudriendo al contacto, comenzó a temblar. — Así que, si realmente quieres tener una vida libre, no tengas miedo, la gente no me tiene miedo, a mí, a la muerte, no nada de eso, lo que le tienen miedo es al dolor de morir, algunos si me tienen miedo, pero es porqué valoran tanto su vida, ya sea con bienes materiales o una vida llena de sentimiento, mi trabajo es simplemente acabar cuando llegue el momento, yo no hago esto porque quiera, es porque ese es el significado de mi existencia, por eso es que les dejo vivir, porque para mi es un espectáculo verlos intentar y fracasar, ganar y perder —suspiró—. Realmente todo lo que hacen es perder el tiempo, algún día van a morir, y todo lo que formaron no valdrá que les regrese la vida, realmente es así, una realidad muy injusta, solo lo que el usuario haga mientras siga en pie, será el recuerdo de haber podido hacer algo que de muerto no se arrepientan. La muerte soltó al miedo y este cayó aterrorizado. — Esto es muy cansado, ¿sabes?. Allí el miedo comenzó a pensar, que todo esto, realmente era muy contradictorio, vivir pensando en cosas tan frágiles, de algún modo ya no sentía tanto temor a tener que afrontar las cosas, pero como el era el miedo, siempre viviría del miedo, ya que al no hacerlo, su papel no significaría de nada. Ese día nunca lo olvidaría, fue el día en el que el miedo conoció a la muerte. FIN.Frase de la historia: La muerte esta tan segura de ganar que nos deja toda la vida de ventaja.