[El capitán de mis sueños]No todo es como lo pintan[Keigo Atobe]

[El capitán de mis sueños]No todo es como lo pintan[Keigo Atobe]

En la actividad de "el capitán de mis sueños" me tocó escribir sobre el gran ore-sama, como lo amo. :non:

En vista de que me encanta atobe, haré este fic de dos capítulos. Espero que les guste.

No sé si recuerdan cuando Atobe salió por primera vez en POT, tuvo un enfrentamiento con Ann, bueno la idea para este fic la saqué de allí.

Aclaraciones: puede que en el segundo capitulo, Atobe sufra un pequeño Ooc, es necesario para lo que sigue. :o
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Capítulo 1
Primera impresión.

Pude ver como un joven alto, apuesto, con una mira altiva y una sonrisa arrogante hacía acto de presencia, ¿quién será?, fue lo primero que me pregunté. Parecía un ser soberbio, al que sólo le importaba las apariencias, incapaz de tener un gesto de nobleza para con otra persona. Pregunté por su nombre y obtuve como respuesta “Atobe Keigo”, la verdad me impresionó bastante, él era el hijo de uno de los hombres más ricos de Japón, además de ser un excelente tenista.

Como odio a ese tipo de personas, las cuales creen que son los únicos que existen en este mundo, sin embargo no se puede negar lo atractivo que es.
El muchacho, al notar la mirada de la chica, también dirigió la suya hacia la de ella para luego sonreírle, cosa que nunca esperó la joven.

Ese gestó molestó a Ann, pues la sonrisa era un tanto frívola y arrogante. Atobe al ver la expresión de la chica, decidió acercarse a ella. A pasos lentos caminó hasta donde estaba Ann, quedando frente a ella.

—¿Cómo te llamas? —preguntó Keigo.

—Eso es cosa que a ti no te interesa —contestó mientras alzaba una ceja y se cruzaba de brazos.

—Eres muy grosera, niñita, yo sólo quise ser amable contigo, como noté que me mirabas insistentemente quise ser cortés contigo —le dijo—pero bueh, ya me largo, ore-sama tiene muchas cosas más importantes por hacer, que estar perdiendo el tiempo con una niña altanera, vamos, Kabaji —culminó para después darse la vuelta.

—Insufrible —susurró.

Después de ese cruce de palabras, Ann no volvió a saber más del joven al que ella catalogaba como “arrogante” el muchacho no le desagradaba del todo, esa manera de ser lo hacía ver como alguien insoportable.

Los meses pasaron de manera normal, sin ningún contratiempo. Ann había acompañado a su hermano Tachibana —el capitán del equipo de tenis de la escuela Fudomine— a los partidos de Kantou. Al llegar al lugar donde se llevaría a cabo los partidos, el equipo Fudomine se inscribió para luego ir al lugar donde seleccionarían los equipos que jugarían primero. Ann no se despegaba ni un minuto de su hermano, ella siempre los ha apoyado en todo, y esta vez no sería la excepción. La escuela Fudomine salió seleccionada para participar en los primeros partidos, les tocaba enfrentarse a la escuela Hyoutei.

Ann, al escuchar el nombre de la escuela en seguida le vino la imagen de Atobe, por lo cual hizo un gesto de fastidio. No pasó mucho tiempo cuando la escuela Hyotei hizo acto de presencia, y con ella, los gritos de las chicas que aclamaban el nombre de Keigo.

—¿Tú debes ser Kippei Tachibana? —Preguntó Atobe mientras extendía la mano para saludar al susodicho.

—Así es —contestó.

—Lamento tener que decirte que Hyoutei los derrotará —dijo el muchacho mientras una sonrisa de superioridad se dibujaba en su rostro.

—Eso lo veremos.

CONTINUARÁ…