El camino que debo seguir (Remake)

Bueno lectores, luego de algunos meses vuelvo a aparecer en FFL. Regreso gracias a la motivación de Nathan, mi buen amigo, el cual me inspiro a continuar mi abandonado fic, que debí dejar por cuestiones personales, sumada a falta de tiempo, y les hago entrega de un remake por decirlo así, de mi anterior creación. No hace falta haberla leído anteriormente, pueden disfrutar de esta aventura desde cero.

Para destacar, diré que no respetare ubicaciones de pokémons, para poder incluir fácilmente, criaturas de todas las regiones.
Y sin decir más, aquí les dejo la primera entrega de esta historia.

​

El camino que debo seguir.​

​

Decisión forzada.​

Érase una tarde primaveral en Cuidad Endrino, ubicada en las alturas de las montañas, donde fácilmente se podía percibir la brisa que acariciaba suavemente el rostro de quien esta tocase. Un cielo azul pintado con alguna que otra nube que cubría como manto el paisaje apreciable del lugar. Pese al pequeño tamaño de la cuna de dragones, ese día fue diferente, mucha gente llegaba para presenciar un evento importante e imperdible, Lance el campeón de la Liga Pokémon, estaba de visita, y no solo eso, la tan famosa y fuerte Clair lo recibiría con una batalla pokémon la cual sería presenciada por cientos de aficionados.
Todo listo para dar comienzo al encuentro. Campo abierto, clima perfecto, público impaciente y dos gloriosos contendientes dándose la mano.

¡Damas y caballeros! Les tenémos preparado, un gran espectáculo. Hoy, dos triunfadores, amantes y maestros de dragónes, serán contendientes. ¡Así es! En primer lugar tenemos al Campeón de la Liga Pokémon, el tan admirado, ¡Lance! –Se oyó exclamar con mucho entusiasmo al presentador-

Con solo oír el nombre del glorioso entrenador pelirrojo, el público comenzaba a gritar y aplaudir a más no poder. Mientras este hacía aparición en el campo de batalla.

Gracias querido público. Espero entretenerlos esta tarde. –Decía el carismático entrenador-

Y la no tan menos importante, nuestra amada Lider de Gimnasio, la bella y fuerte ¡Clair! –Continuando con la presentación-

Y así se presentaba la entrenadora local de Ciudad Endrino, Clair, también recibida con la misma ovación que al anterior.

Gracias, gracias. ¡Saludos a todos! –Haciendo una reverencia al público, cordialmente se presentaba la líder-
A recordar viejos tiempos, ¿no te parece? -Preguntó el pelirrojo con una sonrisa-
Cierto, pero esta vez no te vas con la victoria. -Afirmó la lider de Gimnasio con confianza-

Posteriormente ambos tomaron sus lugares ya esperando la orden de comenzar la batalla situada en un campo que presentaba una porción de agua rodeada por rocas. Entre la multitud, se podía percibir personas de diferentes edades, todos pendientes al inicio del combate, o al menos eso parecía. Sin embargo, ahí estaba yo, un varón de unos 14 años caminndo con la mirada fija al suelo, despreocupado, con mis manos en los bolsillos y sin rumbo aparente. Mi cabello negro azabache era golpeado por el viento en contra dejando a la vista unos ojos color miel. Ignorando totalmente el gran suceso, me detuve a amarrar las agujetas de mis zapatillas, cuando vi ante mí al único amigo pokémon, un Growlithe callejero, al cual lo alimentaba a diario. Éste simpático can lamió mi mano, por mi parte, respondí al saludo con una galleta, la cual este saboreó gustoso. Retomando mi paso, me percaté de lo sucedido al ver la muchedumbre, no obstante a primera vista no me era interesante, pero no tenía más que hacer, así que me senté en un banquillo para observar la batalla a lo lejos, aprovechando la elevada plataforma de batalla que daba a la vista una percepción bastante aceptable.

¿Te parece un 2 vs 2? –Preguntó amablemente el campeón-
Encantada. –Respondía son una sonrisa la entrenadora-
Que así sea. -Dijo fuerte y claro el campeón mostrando una Pokéball- ¡Gyarados, sal a luchar!

Un poderoso y terrible pokémon hizo aparición mostrando sus brillantes escamas de color rojo que dejaba encantado al público, el cual enviaba aplausos y gritos de aliento al pelirrojo.

Siempre te llevas toda la atención ¿no es así? –Preguntaba con una sonrisa y mirada desafiante, Claire-
¿Qué puedo decir? solo soy un hombre. –Respondía sonriendo el pelirrojo-

Tras una sonrisa, la lider de gimnasio envía a su Kingdra a la batalla. Un robusto caballo de mar, de color celeste, se presentaba ante todos.

¡Comenzemos entonces! ¡Gyarados, ataca con Dragoaliento! -Ordenó firmemente el campeón, señalando al pokémon de Clair-
¡Esquívalo, luego ataca con tu rayo hielo, Kingdra! –Ordenaba la líder-

Pese a la orden de la joven lider, el Dragoaliento le inflingió daño a su Kingdra, pero no en su totalidad. Posteriormente, la segunda orden es efectuada, pero esta es evadida por el rojizo pokémon, dándo en una de las rocas.

Buen intento. ¡Gyarados, quiero que le des un buen Mordisco, luego sabes que hacer…! –Sonrió Lance al darle la orden con una expresión de confianza-
No seas tan predecible Lance, ¡Kingdra, usa tu Agilidad para esquivar y dale con Hidrobomba! –Expresó con un tono fuerte la señorita peliazul-

Kingdra evade la arremetida, para atacar con un certero ataque de agua, al cual le sigue una gran explosión.

Nada mal Claire… -Sonreía Lance-
No te confíes Lance. –Expresó la domadora de dragones-
...Mira bien por favor. –Dijo Lance con sus ojos cerrados y una sonrisa-
¡¿Qué?! ¿Cómo pasó esto? –Observó sorprendida-

La Kingdra de Clair, se encontraba flotando en el agua, ya debilitada.

Lance: Si bien pudo eludir mi orden, no contaste con un segundo movimiento. Simple, hice que Gyarados realizara un ataque directo para así lo esquive tu Kingdra, luego atacó a tu pokémon de cerca con un hiper rayo. –Explicó el campeón-
Astuto como siempre, me dejas sin palabras. -Acto seguido regresó a su Kingdra a la Pokéball-

Siempre había pensado que luchar con pokémons no era más que un juego de niños, pero al ver el usos de estrategias como esas, me hizo pensar que se debe de tener cierta capacidad para demostrar lo contrario. Tomé a mi canino amigo en brazos, y me adentré en la multitud para ver el evento más de cerca.

Bien Clair, ¿Continuamos?
Por supuesto. -Procedió a tomar su segunda Pokéball- ¡Dragonair ve!

Un dragón de escamas azules, poseedor de una belleza inigualable, había aparecido ante mis ojos y los del público. Destellaba elegancia y esplendor en cada movimiento.

Dragonair... ¡Usa tu Rayo ahora! –Ordenó la líder-
¡Gyarados! Escúchame atentamente, aléjate del agua y dale con tu Dragoaliento! –Exclamó Lance-

El Rayo de la señorita de cabello celeste, golpeó directo al campo de batalla, levantando agua que mojó a los espectadores y debo decir que a mi también. A continuación, la ofensiva del pokémon rojo no se hizo esperar.

¡Dragonair, ataca con tu Onda Trueno y repele el ataque! –Se ecuchaba la orden de la señorita-

El ataque de voltios de la líder, hizo frente al aliento de Gyarados, como agregado, este había quedado paralizado por el contacto.

¡Gyarados, no!
¡Si! Dragonair, Hiper rayo, ¡ahora! –Sonreía la líder al dar la orden-

Tras un fuerte impacto del ataque del bello dragón, el escama roja resulta debilitado sin más.

Lo hiciste bien. -Dijo algo decepcionado regresando a su pokémon-
Vamos iguales ¿verdad?
Así parece... -Dijo mirando fijamente a Clair mientras tomaba otra Pokeball- ¡Dragonite ve!

Una majestuosa criatura digna de ver había aparecido, manteniendose inmovil en el aire, mostraba sus esplendorósas escamas de color mostaza, y un rostro de simpatía que llamó la atención de muchos niños.

Esto será interesante. -Afirmó entusiasta-
Que sea una batalla aérea.
Me gusta la idea. -Exclamó con aceptación-

Ambos pokémons se elevaron manteniendo fija la vista hacia su contrincante, mientras el público parecía creer que lo que iba a venir quedaría marcado en sus memorias de por vida.

Basta de charla. ¡Dragonite, ataca con tu Ciclón!
¡No te apresures Lance! ¡Dragonair, usa tu Velo Sagrado para defenderte!

El ciclón de Dragonite tomaba en sí mismo el agua del campo de batalla, creando un torbellino que atrapa a Dragonair, no obstante este no resulta afectado en lo más mínimo.

La tenemos Dragonite, ¡Rayo Hielo!
¡No puede ser! -Exclamó sorprendida-

El rayo helado del atacante logra congelar el torbellino que tenía rodeado al dragón de escamas azúles, dando como resultado un espiral totalmente gélido atrapándo a Dragonair en él.

Dragonite, Garra dragón para terminar. -Dijo con mucha confianza el campeón-

Dicho esto, con un golpe de sus garras, el alado dragón destruye el hielo por completo, dejando caer un debilitado Dragonair.

Que mala suerte... -Dijo la derrotada joven- Regresa Dragonair -Prosiguió a regresarlo a su Pokéball-
Fue un gran encuentro Clair, has mejorado.
Para mi desgracia, tú también.
¡Oh vamos! no te deprimas ahora. -Dijo el bermejo sonriendo-
Tienes razón. -Manifestó estrechando su mano con Lance-
Señoras y señores. -Se dirigió al público con una sonrisa en el rostro- Gracias por presenciar nuestra batalla, por favor disfruten del resto del festival de la Cuidad Endrino. Aquí se despide su humilde servidor, Lance.

A continuación, ambos doma-dragones, se retiraron del campo de batalla. Por otra parte, el Growlithe mordiendo mi bocamanga derecha, me indicaba que lo siguiera, accedí y entablé camino a donde el can me llevaría. Habían pasado unos minutos, cuando había perdido la noción del por qué seguía a mi amigo, sin saber motivo, este me llamó la atención con un ladrido, levanté la cabeza y no estaba en otro lugar que en la puerta del Gimnasio de Cuidad Endrino, al cual estaba llegando en ese mismo instante, Clair.

Disculpa, ¿estás aquí por una batalla? –Preguntó la líder-
Ah.. yo.. emm –Titubeaba al responderle-
¿Cómo te llamas? –Me preguntó con amabilidad-
Soy... Nate. Encantado de conocerla.
Un gusto. -Me respondió con una sonrisa- Como te decía... ¿Viniste a retarme?

Al terminar de decir esto, Growlithe da un ladrido, el cual parecía afirmar la respuesta.

Ese es tu pokémon. ¿verdad? -Se agachó la chica para acariciar el pelaje del can, cuando este le responde igual a la forma anterior-
Ah no no, él no es.. -Dubitativo recibí una mordida en la pierna por parte del perruno pokémon.- Si… es mi pokémon. -Afirmé dolorído-
Genial, entonces pasen, tendremos la batalla ahora mismo. –Sonrió la peliazul-

Sin saber lo que sucedía, me adentré en el territorio de Clair. De un momento a otro, ya era un entrenador, no sólo eso, estaba a punto de luchar por una medalla. Todo parecía tan repentino que incluso creía que era un sueño, pero no, no estaba soñando. Por mi cabeza pasaron miles de emociones, había pensado largarme de ahí en ese instante por temor a ser humillado. Yo que siempre había cuestionado las batallas pokémon por pensar que eran un juego de niños, estaba ahí, a punto de romper con mi postura.​

 

Buenos días/tardes/noches lectores! Bien, paso a continuar con esta historia que comienza a desarrollarse. Si quieren dejarme un comentario, diciendole lo que les gusta y lo que no, simplemente, será bienvenido. ​

Ok, y no tengo mucho más que decir, aquí les dejo el segundo capítulo de esta aventura.​

​

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------​

​

Capítulo 2: El Primer Paso​

Había algo dentro de mí que me impulsaba a seguir adelante, avanzar, y no huir de la situación. Pero... ¿Realmente tenía posibilidades? Esa era la pregunta que rondaba mi cabeza. Miraba a Growlithe, y un fuerte instinto de confianza comenzaba a arder en mi pecho. Paso a paso me adentraba en el Gimnasio, y yo sin haber tenido jamás una batalla, lo único que sabía era por observar a mis amigos luchar entre ellos, o los combates que podía ver por televisión. Si bien en la teoría tenía una base, aunque no le daba uso, obviamente habrá sido por no tener gusto en éstas costumbres, en la práctica, comenzaba de cero. Pero... ¿por qué? ¿Por qué debía ser Clair mi primer desafío? No me sentía listo, y con mi amigo, no tenía más relación que la de alimentarlo o jugar con él, jamás lo entrené, ni vi sus habilidades.
Por mi cabeza, pasaron tantas cosas, que cuando volví en mi, noté que estaba a dos pasos del campo de batalla, seguido a esto, mis oídos percibieron la voz de Clair.

Perfecto Nate, que sea una batalla tres contra tres.

Me sentí helado, no tenía ningún pokémon conmigo, solo al pequeño can junto a mis pies, que de por si solo, tenía mucha más confianza en si mismo que yo, o al menos eso creía.

Solo tengo... uno... -Manifesté observando a mi compañero, que animado, dio un ladrido.-
Es tu primera vez en un Gimnasio ¿no es así? –Preguntó un tanto decepcionada-
Si, lo es... –Respondía en voz baja-
Bien, que sea una simple batalla de uno contra uno, pero no seré gentil.

Growlithe me daba toda la confianza que necesitaba con solo mirarlo, sin más acepté las condiciones de la batalla, di un paso hacia adelante, para luego observar fijamente a mi rival.

Growlithe, ve. –Dije en un tono serio y decidido-
Nate, que comience la batalla. –Expuso moviendo su capa y tomando una de sus pokéballs- ¡Gyarados, ve!

Y ahí estaba, esa masa de furia que amenazaba mi confianza y decisión con sus escamas celestes y un rugido tremendo que me decía, “Vete, no estás listo”. Pese a eso, el pequeño perruno no se dejaba intimidar.

¡Luchemos! ¡Gyarados, Drago aliento! –Ordenó la líder a su pokémon-
¡Evade Growlithe! –Expresándome decidido, di la orden-

Acto seguido, mi amigo evadió satisfactoriamente. Me sentí glorioso, mi llama de esperanza ardía más y más. Inmediatamente, me propuse atacar. Pero ¿qué ataques podría tener? Así que me basé en sugerir un ataque, bastante común que veía en las batallas por televisión. Ya decidido grité:

¡Growlithe, Lanzallamas!
Nada mal, pero apenas comienza esto... ¡Hidrobomba! –Respondió mi rival-

El ataque de fuego de mi amigo, fue directo a su objetivo, sin embargo, lo sabía, sabía que no podía compararme con un rival de esa magnitud. Me detuve a observar como esa potente fuerza hecha agua, apagaba la llama del perruno, como así también la de nuestra confianza. Growlithe fue dado de lleno por la misma, y ni pudo ponerse de pié.

¡Vamos amigo, tú puedes levantarte! –Dije esperanzado-
Ya basta. –Interrumpiendo la batalla- No puedes luchar así, mira a Growlithe, está casi debilitado, apenas y puede moverse. Deberías de tener más consideración por tu pokémon.
De hecho, él no es mi pokémon... –Susurré en un tono bajo-.

Fue una pausa, un silencio, un nudo en mi garganta y luego, le expliqué lo sucedido.

En ese caso, convierte a ese Growlithe en tu pokémon, él confía en ti como en nadie. Así que cuídalo, entrénalo, hazlo más fuerte y tú conviértete en un entrenador pokémon. ¿Qué dices?

Sabía, que fuera cual fuera mi respuesta, no debía dudar, tenía una razón para cambiar mi camino. Sin más, tomé a mi compañero en brazos y respondí.

Lo haré, me convertiré en un entrenador pokémon, para evitar que algo así le vuelva a suceder a mi amigo –Respondí con confianza luego de una leve pausa-.
Y no sólo a él, tendrás más junto contigo. Me alegra saber que tomaste la decisión correcta. Ve al Centro Pokémon, y antes de irte de viaje, pasa nuevamente por aquí. –Se expresaba sonriendo-
Así será. Muchas gracias señorita Clair. –Respondí con una reverencia-

Sin más, me había retirado corriendo del Gimnasio con rumbo al Centro Pokémon, en el camino solo pensaba en que se mejoré Growlithe. En cuanto a ser entrenador, no tenía dudas, era una decisión tomada.
A paso rápido me acercaba cada vez más a destino, cuando sentí chocar con alguien. Si bien no pude percibir su rostro, noté que era una chica de cabello castaño oscuro que ante el choque se encontraba ya en el suelo, y con sus pertenencias caídas, por mi parte seguía parado.

Ah... discúlpame, tengo prisa... ¡adiós! –Dije retomando mi camino-
¡Hey! ¡Al menos ayúdame...! –Me gritó- Ay…Que desastre…

Ignorando lo sucedido, arribé al lugar, donde una enfermera Joy me recibió de inmediato.

Enfermera Joy, por favor debe curar a mi amigo. –Le supliqué desesperado-
Oh, pobre perrito. –Exclamó acariciando a Growlithe- Ven conmigo, rápido.

Nos dirigimos a la sala de espera, dejé en las manos de la señorita a mi compañero, y tomé asiento. Pasado unas horas, vi entrar a un hombre de cabello corto que vestía ropa de laboratorio, lentes y debo decir que parecía algo despistado. Este se acerca a mí y se presenta sin más como el profesor Elm.

Ho... ¡hola! ¿Has visto a alguna enfermera Joy por aquí? Es que en la recepción no he visto ninguna. –Preguntó en un tono algo torpe-
Solo sé que una está atendiendo a mi Growlithe. –Le dije en voz baja-
Oh, un entrenador, no recuerdo haberte visto antes.
De hecho no soy entrenador aún. –Exclamé con la mirada baja-
Mmm valla problema, no te comprendo. –Expresó algo preocupado-

Justo en ese momento, ya traían de nuevo a mi perruno amigo, el cual parecía no haber sufrido el menor daño. Saltó a mis brazos y comenzó a darme lamidas de forma repentina, solo sé que me sentí feliz.

Oh, ese es tu pokémon ¿verdad? –Me preguntó acariciando a Growlithe-
Así es profesor. –Respondí-
Espérame un segundo muchacho. –Dijo y le entregó un sobre a la enfermera- Bien, todo listo, ven conmigo.
¿A dónde? –Pregunté extrañado-
Serás un entrenador como debe ser. –Me tomo la mano algo acelerado.
Nate: ¡E... espere! –Dije algo sorprendido- No tengo objeción, pero debo pasar por el Gimnasio antes.
No hay problema chico, yo te llevaré.

Dicho esto, rápidamente salimos del lugar, me hizo subir a su vehículo, para encaminarnos nuevamente al Gimnasio de Cuidad Endrino, tal y como le prometí a Clair, antes de comenzar mi viaje, pasaría por allí.
Mientras viajábamos, le conté todo lo sucedido al profesor, el cual pareció comprender la situación.

Prof. Elm: Y a todo esto, ¿para qué vamos al Gimnasio?
Nate: No lo sé, Clair me dijo que pasara por allí antes de comenzar mi viaje.
Prof. Elm: Interesante, bueno ya veremos que será.

Growlithe estaba hiperactivo, como si no viera la hora de llegar, por mi parte, algo extrañado. No habían pasado diez minutos, ya estábamos en la puerta del lugar. Junto al profesor, nos adentramos y ahí estaba Clair, como si supiera que iríamos en ese momento.

Regresaste. –Dijo con un tono alegre-
Señorita Clair, cuanto tiempo sin verla. –Exclamó el profesor-
Oh, es cierto, ¿qué lo trae por aquí? –Preguntó sonriendo-
Pues, simplemente vengo a hacerle compañía a este entrenador en potencia. –Expuso seguido de una sonrisa el profesor-
Así que aceptaste mi propuesta. En ese caso...-Tomó una caja de madera, y me la dio- Cuídalo mucho.
¿Y esto qué es? –Cuestioné-
Ábrelo.

Acto seguido, noté que dentro, lo que había era nada más y nada menos que un huevo.

Oh, es un huevo pokémon. –Dijo entusiasmado-
¿Es para mi? –Pregunté sorprendido-
Claro que sí, confío en que serás capaz de cuidarlo. –Expresó la líder-
Muchas gracias señorita Clair, no la decepcionaré, se lo prometo.
Ya basta de promesas. –Dirigiéndose a mi con un tono de gracia-
Lo sentimos señorita, pero ya debemos retirarnos, hay mucho por hacer. –Dijo el profesor un tanto apurado-
Oh claro, no hay problema, pueden irse, ah y Nate... te estaré esperando –Se despidió la líder-

Posteriormente, nos retiramos. Ya sentía como había crecido el espíritu de entrenador dentro de mí, Growlithe lo sabía y seguía mirándome con sus ojos que inspiraban confianza. Como si camináramos hacia el horizonte, nos marchamos junto al profesor hacia Pueblo Primavera, dónde mi camino comenzaría.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------​

​

Hasta la próxima :)​

 

Bien les traigo la tercera entrega de esta historia, vamos avanzando de a poco, pero les aseguro que les esperan muchas sorpresas. Espero que lo disfruten.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------​

Capítulo 3: El Profesor Guía
​

Pensando en cómo continuaría mi destino, algo inseguro tal vez., pero ya no debía dudar, era muy tarde para dar marcha atrás. Me encontraba en un vehículo junto a mi buen amigo Growlithe, y un destacado profesor. Mientras observábamos el paisaje montañoso, con algunos pequeños árboles. Varios tipos de pokémons estaban ante mis ojos. Me sentía emocionado ya que nunca había visto algo así. Ya sólo faltaba dar un paso para iniciar mi viaje. ¿A dónde me llevaría? No podría saberlo aún, solo quedaba ser paciente y seguir caminando por el rumbo pokémon.

Ah, por cierto Nate. Olvidé decirte, este día tendré un invitado especial además de ti. –Dijo el Profesor
Genial, y ¿quién será? –Pregunté entucisasmado-
Nada más y nada menos que mi maestro. El profesor Oak.
He oído poco sobre él. –Expresé algo dudoso-
Pues te contaré, como ya dije, fui su aprendiz. Él es el encargado de realizar mi misma labor en Kanto. Por mi parte, me especializo en la crianza pokémon, en cambio él ama la investigación. –Explicaba el profesor mirando el camino mientras conducía-
Oh, será genial, conoceré a una persona importante. –Expresé con el mismo entuciasmo-
¿Quieres decir que yo no lo soy? –Dijo el profesor riéndose-

Seguido, nos reímos un momento, cuando comencé a comprender que el mundo de los pokémon era más complejo de lo que creía.

Oiga profesor, ¿Qué haremos al llegar al laboratorio? –Cuestioné curioso-
Ya lo verás…
Oh vamos, ¿no puede adelantarme nada? –Insistí-
Paciencia chico, si que eres apresurado. –Sonreía el hombre-
¡Groww! –Ladró en tono de afirmar lo dicho-
Mira quién lo dice, tú fuiste el que me llevó a la fuerza al Gimnasio. –Me dirigí a Growlithe-
Si que es un cachorrito travieso tu Growlithe. –Comentó riendose-
Travieso es poco decir. –Mirando al can pokémon-
Mira Nate, ya estamos llegando.

Se podía apreciar una ciudad algo humilde en comparación a Cuidad Endrino, pero llena de vida. Había entrenadores por doquier, pero no parecían ser experimentados en realidad.

Tal vez hayas notado la cantidad considerable de jóvenes como tú con sus pokémons ¿verdad? –Preguntó-
Si, lo he. notado.
Pues esto es debido a que, Pueblo Primavera es la Cuidad en dónde los entrenadores deben inscribirse para participar de la Liga Pokémon de Johto. Para entrar en la misma, además debes de conseguir las 8 medallas que están distribuidas por toda la región, las cuales son otorgadas por los líderes de gimnasio. –Explicaba deteniendo el vehiculo lentamente-
¿Quiere decirme que por más que haya ganado la medalla a Clair, no hubiera sido legal? –Respondí sorprendido-
Lamento decirte que así es. –Exclamó sonriendo-
¡Growlithe, me haces pasar vergüenza! –Le dije sonriendo mientras acariciaba su cabeza-

Arribamos al Laboratorio del profesor, nos bajamos del vehículo, tomé en brazos la caja del huevo que me había obsequiado Clair, y junto a mi alegre Growlithe siguiendo mis pasos, entramos acompañando al profesor a nuestro destino.

Bien Nate, este es mi famoso laboratorio, bueno no tan famoso… pero en fin aquí está –Expuso riéndose el profesor-

Y sentado frente a una computadora, vimos al otro invitado.

Te estaba esperando Elm. –saludaba poniéndose de pié-
Profesor Oak, tiempo sin verlo. Siéntase como en su casa. –Dijo Elm-
Pero si eso hice desde que llegué. –Riéndose-
Usted nunca cambia, ¿verdad? –Riéndose a la par-

Y luego de un periodo de risas, como ancianos que recuerdan viejos tiempo, ya comenzaba a aburrirme, no voy a negarlo.

¡Que modales los míos...! Soy Samuel Oak, un gusto en conocerte... –Acercandose a mi- Y ¿cómo te llamas?
Nate, me llamo... Nate. –Respondí con una reverencia-
Bien, Nate, un gusto conocerte.
El chico quiere ser un entrenador pokémon. ¿Qué le parece profesor? Creo que nadie mejor que usted para guiarlo. –Afirmó Elm-
Si tú me lo pides, no hay problema. Nate, antes que nada te daré esto, es una Pokédex, en la cual archivarás información de los pokémons que veas a lo largo de tu camino. Te será muy útil, también, estás pokéballs, con las cuáles puedes capturar pokémons salvajes. –Explicaba el profesor mientras me otorgaba los objetos-
Muchas gracias profesor. –Agradecí tomándolos y con una reverencia-
Por cierto, estoy seguro de que te gustaría participar de la Liga Pokémon de Johto, ¿no es así?
Si eso significa cruzarme con Clair, preferiría no hacerlo todavía. Quiero enfrentarla cuando tenga la experiencia de un líder de Gimnasio, como la de ella para estar en iguales condiciones.
Comprendo, en ese caso, puede ir rumbo a Kanto. ¿Qué le parece profesor? –Preguntó Elm-
Sería genial, entonces participarás de la Liga Añil. Debes conseguir las 8 medallas de Kanto para poder participar, Nate. -Me explicó Oak-
¡Genial! –Expresé con entuciasmo-

En ese momento, Growlithe da un ladrido como de costumbre, esta vez alentándome en mi decisión, sabía que podría confiar en él como él lo hacía en mí.

Me gustaría viajar ahora mismo. ¿Es posible? –Cuestioné-
Claro que sí, acompáñame. Usted también profesor. –Dijo Elm-
Claro. –Respondió su maestro-

Salimos del laboratorio, y nos dirigimos a un pequeño puerto. Se podían ver pokémons en el agua, nadando felices bajo el brillo del sol que pegaba en el mar.

Nate, ¿ves ese barco allí? Está por salir en unos breves minutos, puedes comenzar tu viaje ahora mismo. ¿Estás listo? –Preguntó el aprendiz-
¡Por supuesto! -Contesté decidido a la par del ladrido de Growlithe-
Pues esta es nuestra despedida. Ve allí Nate, nos volveremos a ver algún día. –Se despedía el poeta-
Claro, el profesor paga tu viaje. –Exclamó riendo Elm-
Si claro... lo que digas. –Se reía Oak-
Está bien, yo lo pago... –Resignado, el despistado profesor-
Bueno profesores, gracias por todo, no los decepcionaré. -Exclamé despidiendome-
¡Adiós Nate, mucha suerte! –Se despedían ambos de mi-

Y así, subimos al barco, no pasaron muchos minutos hasta que el barco zarpó. El destino del mismo era Pueblo Paleta. No pensaba en otra cosa más que en llegar y comenzar a luchar, igualmente necesitaba experiencia. No podía enfrentar al primer líder como si nada. Mientras tanto, sólo estaba relajado en el estribor del barco, observando el paisaje y los pokémons acuáticos felices en su hábitat cuando repentinamente algo rompió la paz que había.

¡¡Oye tú!! –Gritó alguien dirigiéndose a mi-
¿Me hablas a mí? –Pregunté mirando hacia todos lados-
Si a ti te hablo, eres entrenador. ¿Verdad? Me llamo Gabriel.

Y ante mi, se había presentado un muchacho de unos 12 años, mirada color jade y un cabello tan oscuro como el mío que tapaba uno de sus ojos. Debo decir que era muy impulsivo, como ya habrán notado.

Si, lo soy... –Respondí algo sorprendido-
Vamos, ¡te reto a una batalla! –Gritaba algo efusivo-

Sin más que poder hacer, accedí. Aunque la idea me agradaba.

De acuerdo. Luchemos. –Sonreí-
Bien, entonces este será mi pokémon. –Dijo tomando una Pokéball- ¡Cranidos, yo te elijo!
Interesante... –Toma su Pokédex-
/Pokédex: Cranidos, Su cráneo es más duro que el metal. La Habilidad de ataque principal de Cranidos implica la carga de cabeza a sus oponentes. /
Bien, Growlithe... ve a la batalla.
¡Grow, Grow! –Se colocó frente a su rival con una mirada desafiante-
Mi primera batalla como entrenador, estaba a punto de dar inicio, mi mirada estaba puesta en Gabriel. Estaba entusiasmado, con un instinto ardiente como el fuego de mi compañero.

 

Buenos días, tardes, noches o madrugada, dependiendo a que hora estás leyendo el fic. Bien, aquí traje el capítulo número 4 de esta aventura, y aquí es donde comienza la acción. La primera batalla de Nate como entrenador esta por comenzar. Gracias por los comentarios, me ayudan a mejorar y a ver si necesito hacerle cambios a la historia segun va su curso. Espero lo disfruten, y nos vemos prontito.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------​

​

Capítulo 4: El camino de un soñador. Nate Vs. Gabriel.​

​

Ysí nos encontrábamos frente a frente Gabriel y yo, se sentía un aura intensa expectante a que alguno de los dos de la primera orden a su pokémon. Growlithe con sus ojos desafiantes y fijos en el Cranidos rival esperando atento a una orden o movimiento del oponente. Mientras el viento soplaba a favor de las olas y chocaba en mi nuca y el rostro de aquel entrenador hiperactivo, se escuchaban los golpes del mar en el barco. Puse el huevo pokémon dentro de mi mochila y la dejé a un lado.

-¿Estás preparado Growlithe? – Pregunté con un tono serio a mi compañero al que respondió afirmativamente con su ladrido-
-Si no empiezas tú, iré yo primero, ¡Cranidos ataca con cabezazo! –Exclamó Gabriel-

Ante la arremetida del pequeño dinosaurio me sentí muy confiado ya que un ataque tan directo de ese tipo era fácil de predecir.

-Bien, esto es fácil. Growlithe usa tu Lanzallamas y dale directo a su rostro. –Dije calmado-

El golpe de Lanzallamas dio de lleno en la cabeza de Cranidos que pareció no haber recibido mucho daño.

-¿Pero qué? –Reaccioné sorprendido-
-La cabeza de Cranidos es tan dura como el metal y tan resistente al fuego como la roca, te va a costar dañarla con eso. –Respondió Gabriel-

Ni bien terminó de hablar mi contrincante, Cranidos golpeó de lleno a Growlithe, haciendo que éste sea enviado unos metros atrás mió.

-¡¿Estás bien amigo?! –Mirando a mi pokémon algo preocupado-
-¡Grow...! –Respondió afirmativamente mientras se incorporaba-
-¡Cranidos, dale nuevamente un cabezazo! –Ordenó con una sonrisa en su rostro-
-Otro ataque directo... ¿qué debo hacer ahora? ¡Ya sé! ¡Growlithe evade y luego usa tu Giro Fuego!

Efectivamente el ataque fue evadido con éxito cuando el can se movió con buenos reflejos hacia la derecha y posteriormente encerró al pequeño Cranidos con un círculo de llamas a su alrededor, recibiendo daños leves por el calor.

-¡Genial! Ahora está atrapado. -Exclamé con un aire de victoria-
-Maldición, no podrá moverse pero tengo mis trucos. Cranidos, ¡ataca con Lanzallamas!-Dijo Gabriel mientras señalaba a Growlithe-
-¿¿Puede usar ataques como ese?? –Expuse sorprendido- Así son las cosas ¿no? ¡Growlithe, contrarresta con tu Lanzallamas!

Acto seguido ambos ataques de fuego chocaron anulándose el uno al otro.

-¡Bien hecho compañero! –Dije alegremente-
-Esto aún no acaba, ¡Cranidos apaga el fuego con tu lanza rocas! –Exclamó Gabriel-

Cranidos obedeció la orden lanzando rocas al fuego que lo rodeaba y así apagándolo.

-Eso es... Cranidos, ¡vuelve a darle con Cabezazo! –Ordenó Gabriel-
-Growlithe, ¡usa tu Giro Fuego! –Respondí al ataque-

Sin embargo, el ardiente ataque ni tocó al pokémon de roca, el cual golpeó nuevamente a Growlithe con todo lo que tenía, dejando al can postrado en el suelo.

-¿Aún puedes luchar amigo? –Miré a mi pokémon muy preocupado-
-Grr... Grow... –Respondió en tono débil para afirmar su respuesta-
-/Diablos, es muy duro y esos cabezazos son devastadores, sé que Growlithe no podrá resistir un golpe más. Golpes en su cabeza no sirven, tengo que encontrar su debilidad, ya que los ataques de fuego no son efectivos. / –Pensaba-
-Es hora de terminar esto Cranidos, ¡acábalo con un Cabezazo! –Dijo Gabriel cerrando su puño-
-¡Lo tengo! ¡Growlithe, usa tu ataque rápido y acércate para morderle su pata! –Grité la orden-

Y así fue, con un rápido movimiento, el can sorprendió a su oponente con un fuerte mordisco en la pata izquierda haciéndolo caer al suelo. Ante esto Gabriel se encontraba sorprendido y sin saber que hacer.

-¡Ya casi amigo, dale un buen golpe con tu Lanzallamas en su espalda!
-¡¡Muévete Cranidos!! –Gritó desesperado Gabriel-

No obstante, el ataque dio de lleno en el lomo de Cranidos, provocándole quemaduras graves. Posteriormente, éste intentó levantarse pero fue inútil, cayó totalmente debilitado al suelo.

-Cranidos, ¡no! –Corrió a resguardar a su pokémon-
-¡Así se hace amigo, eres el mejor! –Fui de inmediato a cargar a mi compañero que me daba lamidas por la felicidad- Buena batalla Gabriel, realmente fue un gusto luchar contigo.-Acercándome a él lentamente-
-Lo mismo digo... –Metiendo su pokémon a la Pokéball- la próxima ganaré, y te borraré esa sonrisa. –Dijo en un tono irónico mientras sonreía-

Ambos estrechamos la mano y nos apoyamos en el estribor del barco a observar las olas mientras el viento hacía mover nuestros cabellos.

-Ya casi llegamos.... –Dijo Gabriel en tono relajado-
-Eso es genial, oye, ¿de dónde eres? –Pregunté mientras acariciaba el pelaje de mi amigo-
-Nací en Pueblo Paleta, pero vengo desde Sinnoh, una región algo distante donde mi padre trabaja. Él es científico y me obsequió a Cranidos por mi cumpleaños, originalmente este pequeño fue investigado por ser un fósil, pero al haber acabado con el trabajo, me lo obsequió para que comience mi viaje por Kanto y así convertirme en un maestro pokémon. –Explicó mirando hacia el horizonte-
-Oh, así que seguiremos el mismo camino, yo también viajaré por todo Kanto, conseguiré las ocho medallas para ser tan fuerte como un Líder de Gimnasio. –Exclamé con una sonrisa en el rostro-
-Entonces no será la única vez que nos encontremos, la próxima vez seré mucho más fuerte. –Dijo mirando su Pokéball-
-Eso seguro, y yo no me quedaré atrás...

Reímos un momento cuando se escuchó la voz del capitán del barco anunciar que habíamos arribado al destino, Pueblo Paleta. Junto a los demás pasajeros, abandonamos el transporte Gabriel y yo.

-Bien aquí nos separamos. –Me dijo Gabriel mientras se iba caminando delante de mí-
-¡Espera! No conozco Kanto, y me gustaría que me acompañaras, y así podríamos conseguir llegar a la Liga Añil juntos. –Le pregunté-
-Lo siento, pero preferiría ir solo, sin embargo te diré que el primer Gimnasio está a una cuidad de aquí, Cuidad Verde, ve preparado, antes debes pasar por el Bosque Verde. –Dijo deteniéndose-
-Comprendo, no hay problema. En ese caso nos veremos algún día. Y gracias por el dato. –Respondí yendo hacia él y estrechando manos-
-Mucha suerte Nate. ¡Nos vemos!

Vi irse a mi nuevo amigo y rival, ya con un cielo que reflejaba un atardecer y un color anaranjado que era digno de admirar. Me propuse a ir al Centro Pokémon a descansar, pasar la noche, y de paso a buscar un mapa para no perderme en mi viaje.
Ya dentro del Centro, dejé a Growlithe con una de las Enfermeras Joy.

-Espera un momento, tu amigo estará como nuevo en unos minutos. –Dijo en tono alegre la señorita enfermera-
-Muchas gracias y... disculpe, ¿no habría un mapa o una guía de la región de Kanto por aquí? –Pregunté-
-Claro, están junto a los video-teléfonos... bien, iré a atender a tu Growlithe, tu espera por favor. –Dijo mientras se retiraba-

Me dirigí hasta los video-teléfonos para tomar un mapa cuando en la pantalla de uno de ellos aparecía una llamada, dudé en atenderla pero no le vi lo malo ya que eran públicos, así que me dispuse a hacerlo, y luego pasarle la llamada a una de las enfermeras en todo caso, pero me sorprendí al ver quién era.

-¡Hola hola! ¡Soy yo el Profesor Oak! –Exclamó con una sonrisa en su rostro-
-¿Profesor? –Pregunté sorprendido-
-El mismo, que gusto poder encontrarte, calculé el tiempo del viaje y supuse que irías al Centro Pokémon. Te diré, ya estás registrado en la Liga Añil, ahora debes ir hasta Cuidad Verde, pero primero pasar por el Bosque Verde... Que solía ser la Ruta 1 hace tiempo, pero al surgir misteriosamente un crecimiento de árboles, se le bautizó como Bosque Verde Sur.
-Muchas gracias profesor.. –Respondí con seguridad-
-Perfecto, entonces mañana puedes comenzar, bien solo era para informarte eso, nos vemos pronto Nate, buena suerte.

Dicho eso, cortó la llamada sin dejar despedirme, me fui a uno de los asientos del lugar a descansar un poco ya que me esperaba un largo día con quién sabe qué cosas me esperarían.

 

Hola gente, espero anden de maravilla. Gracias por los comentarios recibidos, y a los que aún no han comentado, y es que siguen mi fic, les invito a que me den su opinión sobre la historia, y que debería modificar en cuanto a mi narración según su criterio.
Ahora bien, este capítulo da un punta pié inicial a varios sucesos que están por venir, así que debo decir que es casi fundamental para el resto de la trama. Disfrútenlo.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------​

Capítulo 5: Impacto sorpresa. El Trío Misterio aparece.​

Amanecía en Pueblo Paleta, las aves pokémon volaban y cantaban recibiendo los suaves rayos de sol que comenzaba a despertarse, cuando éstos lentamente cubrían de un manto de luz el Centro Pokémon, ahí estaba yo, abriendo mis ojos con mucha lentitud siendo golpeado con el suave choque de ese destello. Me levanté de uno de esos cómodos sillones que había allí, estirando los brazos antes de pararme. Caminé lentamente hasta la recepción para hablar con la enfermera Joy.

-Disculpe...- Me dirigí en tono bajo a la enfermera-
-Oh, claro tu eres el chico del Growlithe... –Dijo sonriente-
-Si, soy yo... –Bostezando-
-Parece que aún tienes sueño, puedes dormir un poco más si quieres, aún es temprano. –Expresó con la misma sonrisa-
-No... gracias, debo partir ya. –Con los ojos casi cerrados-
-Bien, aquí tienes tu lindo Growlithe. –Tomó una bandeja con una Pokéball y me la dio-
-Se lo agradezco Enfermera Joy, por cierto ¿puedo preguntarle algo? –Mirando mi mapa-
-Si claro, dime. –Preguntó curiosa-
-El Bosque Verde Sur, ¿queda muy lejos de aquí?
-De hecho no, solo a unas 5 o 6 calles, es fácil llegar. Vas a Ciudad Verde supongo. -Con la mirada perdida y pensativa-
-Si, soy un entrenador pokémon e iré por mi primer Medalla de Gimnasio. –En tono de seguridad-
-En ese caso, te diré que el Gimnasio de Cuidad Verde anda algo inestable, no tiene un líder fijo, y según sé uno puede esperarse cualquier cosa. Es más, hasta una oficial Jenny fue líder temporal. –Dijo sonriendo y con una foto de la señorita como líder-
-Interesante... en fin, muchas gracias por la información señorita. Debo irme ya ¡Adiós! -Haciendo una reverencia-

Y así, salí del Centro Pokémon y rápidamente llegué a la entrada del Bosque Verde, era algo oscuro a decir verdad, estaba lleno de bichos pokémon y uno que otro Pidgey por ahí. Me adentré en él con Growlithe siguiéndome el paso y mi mochila a cuestas, cuando de pronto oigo a la distancia un ruido muy fuerte, al que mi compañero respondió con un ladrido y estando alerta.

-¿Qué fue eso? –Corrí hacia el lugar de donde provenía el sonido-

Y ahí vi un árbol caído, aparentemente destrozado por algo, porque no parecía el corte de una sierra o similar. En ese momento cerca veo caer otro más, los pokémons que vivían en él fueron ahuyentados, y de la nada algo casi golpea a Growlithe, pero por sus reflejos éste logra evadir el ataque. Y ahí se paró él, frente a nosotros con una mirada desafiante.

/-Pokédex- Tyrogue: A pesar de ser un Pokémon pequeño, es capaz de desarrollar una gran fuerza, ataca tanto con puñetazos como con patadas. /

-Un Tyrogue, pero... ¿Por qué está haciendo tantos destrozos? –Pensaba mientras avanzaba hasta él-

Ante mi acercamiento, el pokémon de tipo lucha se alejaba con velocidad, y sin perder su ritmo, se marchó rápidamente derribando otro árbol con un puñetazo certero, al cual este calló bloqueando el camino para seguirlo.
En ese preciso momento escuché una voz femenina a las alturas.

-¡Ese Tyrogue, será nuestro! –Desde lo alto de un árbol-
-¿Pero qué...? –Dije volteando a ver-

En lo alto, había visto, dos siluetas femeninas vestidas de negro, ambas con una playera hasta su ombligo, la de la derecha, era una chica de tes blanca, cabello oscuro y ojos celestes, llevaba puesta una falda y la de la izquierda, cabello morado, unos ojos de color negro profundos, el mismo color de piel, la cual tenía unos pantalones semi ajustados.

-Apártate de mi camino chico, ese pokémon nos pertenece. –Dijo la chica de la derecha-
-¿Quiénes son ustedes? –Las miré a ambas seriamente-
-¿Qué pasa? ¿Tienes miedo? Somos, dos de las integrantes del Trío Misterio del Equipo Rocket, ella es Amy, yo soy Antonella, y tú estás a punto de convertirte en historia si planeas hacernos frente. –Exclamó la chica de la izquierda-

Las observé detenidamente a cada una, y me sentí impotente, realmente parecían malvadas, mientras yo apenas era un novato. Y... ¿Qué debía hacer? Había que sumarle que era un dos contra uno y yo apenas tenía a mi compañero can.

-Bah, no tengo idea de por qué ando perdiendo el tiempo contigo, vamos Amy, este chico es un perdedor. –Exclamó Antonella-
-Oh vamos, podemos divertirnos un poco con él... –Se quejaba Amy-
-¿Con este patético niño? ¡Ja! ¿Estás bromeando verdad? Puedo apostar que este intento de entrenador no te dura más de dos minutos.
-¿Sabes qué? Yo me divertiré con él, tu ve tras el Tyrogue que nos ordenó atrapar el líder. –Expuso Amy con una mano en su cintura-
-Como quieras Amy. Y tú, pequeña hormiga, espero que seas un reto para ella, luego quiero que quede un poco para mí también. –Exclamó casi enojada Antonella-

Dicho eso, se marchó, y su compañera se paró frente a mi con una sonrisa que desplegaba confianza pero a la vez simpatía en su rostro. Tomó una de sus Pokéballs y me señaló con su dedo índice derecho.

-¿Cómo te llamas novato? –Fijó sonriente casi con un gesto de inocencia-
-No tengo por qué decírselo a alguien como tú. –Respondí seriamente con un seño fruncido-
-¡Oh vamos! No te hagas el chico rudo conmigo, no me impresionas. -Guiñando un ojo-
-Me llamo Nate, y seré quien venza en esta batalla. –Exclamé mirando a mi Growlithe-
-Ya veremos quién vence a quién... –Lanzó su Pokéball- ¡Absol, hora de acabar con los niñitos!

Un pokémon de color blanco, cuadrúpedo, una mirada siniestra y penetrante estaba frente a nosotros. Rápidamente mi compañero se puso en guardia y esperó el avance del enemigo.

/Pokédex: Absol parece una pantera, aunque en realidad se asemeja más a un lince, por sus costumbres y su hábitat, tiene un cuerno en forma de media luna a un lado de la cabeza, garras, una extraña cola y está recubierto de un abundante pelo de color blanco./

-Amigo, ¿Estás listo? –Pregunté cerrando mis puños-
-Absol, se buenito con el principiante. Usa tu Ataque Rápido lindura. -Apuntó a su pokémon, la chica-
-¡Growlithe! ¡Evade y usa tu Lanzallamas! –Ordené señalando al objetivo-

El Absol se movió con gran velocidad, apareciendo detrás del can. El primero logró golpear certeramente al pokémon de fuego, y éste, aunque algo dolorido, respondió con un ataque ardiente como se le había ordenado, y esa misma ofensiva le da en una pata al blanco pokémon.

-Bien compañero, ¿Puedes seguir? –Pregunté observando detenidamente a Amy-
-¡Grow! –Afirmó el perruno-
-Vamos mi belleza, no me decepciones. –Expuso la chica de cabello oscuro-
-Te haré una pregunta. ¿Por qué persiguen a ese Tyrogue? –La miraba seriamente aún con los puños cerrados-
-Te lo contaré si me vences. –Guiñándome un ojo-
-No tengo opción. –Suspié- ¡Growlithe! ¡Usa tu Giro Fuego!
-Absol, si ganas te daré un premio, usa tu Bola Sombra. –Ordenó mi rival-

El ataque ígneo iba directo a Absol, cuando este da de lleno en la respuesta del pokémon siniestro, haciendo una explosión, que provocó una falta de visión por el humo del fuego, a la cual ambos pokémons resultaron ilesos.

-Esto lo aprendí de Lance, ¡Growlithe! ¡Lanzallamas! –Dije rápidamente-
-¡Eso es jugar sucio! ¡Evade Absol! –Dijo la chica desesperada-

El fuerte ataque de fuego golpeó a Absol a la totalidad de su potencial a pesar de que el objetivo del ataque efectivamente había esquivado las llamas en primera instancia. Sin embargo, calló muy herido y se los observaba a ambos al disiparse el humo.

-¡No! ¡¿Estás bien pequeñín?! –Corrió la chica a preguntarle a su pokémon-
-Esto es todo. -Dije cerrando los ojos-

Seguí un plan similar al de Lance en aquella batalla en mi cuidad. Entre la confusión de ataques, efectué un potente y definitivo golpe directo. Si bien el otro pokémon evitó el primer ataque, no se percató de un segundo ataque de mi can. El factor sorpresa había dado frutos, y todo gracias a Lance y su ejemplo de un ataque como carnada. Pero volviendo a ese momento, repentinamente mi amigo recibe un duro golpe que lo envía hacia un árbol quedando casi debilitado.

-Y ese es nuestro Viento Cortante. –Con una sonrisa en su rostro dijo Amy- ¡Ahora Absol! ¡Bola Sombra y acaba con esto!
-¡Growlithe! –Grité-

El ataque estaba a punto de dar en mi compañero, cuando en ese preciso momento, había regresado, si era ese mismo Tyrogue. Con velocidad le acertó un puñetazo a la Bola Sombra, resistiendo el impacto y dos patadas certeras al siniestro pokémon debilitándolo por completo.

-Ty... Tyrogue. –Expresé sorprendido-
-¡No! ¡Diego! –Sacudiendo la cabeza- Digo, ¡Absol! –Bajó la mirada y regresó su pokémon a la Pokéball-
-¿Qué pasó Amy, este debilucho te venció? –Aparecía Antonella señalándome detrás mío-
-Claro que no, ¡fue ese enano! –Refiriéndose a Tyrogue que la miraba con seriedad a ambas-
-Ésta rata se me escapó por última... –Siendo interrumpida-

Una voz siniestra pudo oírse desde lo alto de otro árbol diciendo:

-Basta Amy, Antonella.... nos marchamos.
-¡Señor! Pero...
-No discutas Amy. Dijo que nos vamos, y nos vamos.... –Interrumpió Antonella mirándome a mi- Tu, la próxima te las verás conmigo. –Dijo seriamente aquél extraño-

Los tres desaparecieron con una bomba de humo a lo cual solo quedamos Tyrogue, Growlithe y yo. El primero se me acerca y me lanza una patada a la cuál reaccioné, pero no era yo el objetivo del ataque, si no la Pokéball de mi cinturón que calló al suelo capturando sin resistencias a ese pequeño luchador. Todo pasó muy rápido y apenas me percaté de que ya tenía un segundo pokémon en mi equipo.

-¡Growlithe, tenemos un nuevo compañero! –Exclamé victorioso abrazando a mi pokémon de fuego, el cual me respondía al festejo dándome sus lamidas en el rostro-
-Debió de haber derribado esos árboles para defenderse de esas dos. -Pensaba-

Y a paso rápido salimos del Bosque, mi amigo podía caminar aún mientras ambos andábamos recibiendo los rayos de sol de Cuidad Verde. Felices estábamos de poder luchar ya por nuestra primera medalla oficial. Caminando lentamente y observando todo lo que podíamos, pensaba aún el por qué de Tyrogue para unirse a mi equipo con tanta facilidad, en eso una chica me golpea dejándome en el suelo justificando su golpe con un:

-Me debes una disculpa…-

 

Bien chicos, este es el priemr capítulo que modifiqué pro completo del original hasta ahora, sufri horrores en no saber como darle emoción a la batalla, y a mi agrado, terminó gustándome. Espero que a ustedes también. Disfrútenlo.

​

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------​

Capítulo 6: Encuentro y batalla.​

Luego de oír esa voz, levanté la vista incorporándome y observo a una chica de cabello castaño oscuro y ojos naranjos, vestía un conjunto de ropa, conformado por un pantalón largo y una playera blanca con detalles naranja, similar a un equipo de actividad física. Llevaba una gorra blanca, dejando salir una coleta que llegaba hasta sus hombros, de unos doce años y algo corta de estatura.

-Sigo esperando… -Me dijo tomándome la mano para levantarme-
-Perdón, aunque no sé a que te refieres. –Le respondí confundido-
-A ver, recuerdo haberte visto, chocándome de golpe, corriendo con un cachorro, creo que un Growlithe en brazos, en Cuidad Endrino. –Dijo algo pensativa con un dedo en sus labios mirando hacia la nada-
-Oh, tu eras esa chica, lo lamento, estaba apresurado, mi Growlithe estaba herido luego de la batalla contra la líder Clair. –Dije disculpándome- Mi nombre es Nate, un gusto.
-Y mi nombre es Amanda. …Clair, la líder de los dragones, si la conozco, la he vencido de hecho. –Dijo sonriendo-
-¿En verdad? –Pregunté sorprendido-
-De hecho, quedé en el cuarto lugar de la liga Johto. –Dijo sonriendo y mirándome fijo-
-Wow, impresionante, aún siendo más pequeña que yo… -Sorprendiéndome aun más-
-¿Pe… Pequeña…? –Dijo a lo bajo algo enojada-
-Si, si pequeña –Dije sonriendo- Es sorprendente.
-Pequeña… ¿Te refieres… a mi altura? –Expresaba un rostro aun más enojado, tomando una pokéball-

Un aura llameante de furia rodeó a la entrenadora, que enojada al extremo me miraba enfadada.

-¡Ah, no, no hablaba de eso! –Dije intentando disculparme- Solo quise decir que eres pequeña en… -Interrumpido por su grito-
-¡Se acabó! ¡Una batalla! 2 vs. 2! ¡No me dirás pequeña jamás!
-Edad… -Dije a lo bajo y suspiré- bien… si tu lo deseas…

Suspiré un momento, y luego de pensarlo rápidamente, decidí ir a l batalla, además necesitaba adquirir experiencia para la batalla de gimnasio, era una buena oportunidad.

-¡Prepárate! –Se alejó unos pasos y lanzó una pokéball- ¡Sal ya Roselia!
-¿Un Roselia?

-/Pokédex: Las espinas que este Pokémon tiene en la cabeza contienen un veneno extremadamente peligroso. /

-¿Tipo hierba, eh? ¡Sal ya Growlithe! –Dije lanzando la pokéball-
-Yo te enseñaré… ¡No hay que hacerlo esperar, Roselia! ¡Danza de Pétalos!
-¡Growlithe! ¡Contra ataca con tu Lanzallamas! –Ordené-

Un espiral de pétalos de cerezo se dirigía al cachorro, cuando este libera un fuerte ataque ígneo que logró repeler de inmediato la ofensiva del pokémon hierba.

-¡Aún hay más! –Gritó la entrenadora con el índice en dirección al can- ¡Danza de Pétalos!
-/Si que tiene un fuerte carácter…/ -Pensaba- ¡Growlithe vuelve a utilizar tu Lanzalla…! ¿Qué?

Sin haber podido dar la orden, los pétalos dieron de lleno en el pokémon tipo fuego, haciéndolo retroceder y caer al suelo, pero pudiendo incorporarse. Pero al momento el Roselia comenzó a marearse.

-Qué rápido…No sé que le pasó ahora, pero… ¡Bien, Growlithe, usa tu Giro de Fuego! –Ordené-
-¡Sueñas! ¡Roselia, usa tu Rayo Solar! –Expresó fuerte y claro, Amanda- ¡Gracias solcito!

Pese a la confusión, el golpe de Roselia se dirigía a Growlithe, cuando el Giro de Fuego del cachorro inició su curso en forma espiral, directo al pokémon planta, el ataque solar, cruzó sin inconvenientes por el centro del horizontal espiral golpeando al perruno y enviándolo con una gran potencia contra un árbol, a la vez que el Giro de Fuego, dañaba y rodeaba a Roselia.

-Como siempre, Danza de Pétalos no tiene fuertes efectos secundarios en Roselia –Dijo riéndose apenas, Amanda- Aunque hay que hacer algo con ese fuego…
-¡Growlithe, resiste, usa tu Lanzallamas! –Ordené apuntando a Roselia-
-¡Rayo Solar! –Ordenó la entrenadora-

Roselia se encontraba sin salida gracias a la cerca de fuego aplicada por Growlithe, cuando la potente carga de fuego se acercaba a él, pero gracias al disparo del ataque solar, que impactó de lleno contra el Lanzallamas, no sufrió daño alguno. A continuación, el fuego seguía dañando al pokémon hierba.

-¡Agh, ese fuego estorba! ¡Ya sé! ¡Roselia Tormenta de Hojas! –Exclamó Amanda-
-¡Growlithe, usa tu Ataque rápido! –Ordené fuerte y claro-

El perruno se preparó para atacar, y moviéndose con velocidad hacia Roselia, sin embargo se topó un una cortina de hojas casi impenetrable, que dañándolo y haciéndolo retroceder, evitó la colisión. Cuándo las hojas de disiparon se vio que el fuego que rodeaba a Roselia había desaparecido.

-¡Y esto es por decirme pequeña! ¡Sin piedad Roselia! ¡Látigo Cepa y sujétalo! –Dijo eufórica la entrenadora-
-¡Growlithe, esquiva y Ataque Rápido!

El cachorro volvió a prepararse para atacar, cuando dos lianas lo detuvieron y lo hicieron estrellarse contra un árbol dejándolo inmóvil.

-¡No Growlithe! –Exclamé-
-¡Rayo Solar ya! –Sin dudar, dio la orden, Amanda-

Intentando salir de las lianas que aprisionaban al tipo fuego, el Rayo solar impactó a media distancia con gran potencia en él, provocando una explosión, para a continuación dejarlo debilitado en el suelo.

-Regresa amigo… -Dije en voz baja devolviéndolo a su pokéball-
-¡Con eso aprendes a no llamarme así! –Me gritó-
-Pero si yo nunca… ah ya que… -Tomé mi otra pokéball- ¡Sal ya Tyrogue!

El pequeño pokémon tipo pelea hizo aparición, enérgico y con ganas inmensas de una batalla.

-Veamos… -Tomé la Pokédex para verificar sus ataques-

/Pokédex: Tyrogue: Ultra Puño, Patada Salto, Mega Puño/

-¿Podemos continuar ya? –Preguntó Amanda cruzada de brazos-
-Bien Tyrogue, Salta en el árbol y usa tu Patada Salto! –Dije en voz alta-
-¡Sigamos aprovechando el sol! ¡Rayo Solar! –Señalando a Tyrogue-

Velozmente el pequeño pokémon rosa dio un salto hacia el árbol, cuando el potente ataque tipo hierba se dirigió a él, rozando sus patas e impactando en el árbol y provocando que este se moviera, dañando un poco su tronco. Luego de haber esquivado, la Patada Salto impactó en Roselia dañándolo y casi dejándolo debilitado.

-¿Pero qué le pasa a ese Tyrogue? –Preguntó sorprendida Amanda- Es muy rápido…
-Es su primer batalla… -Dije sonriendo-
-Como si fuera a creer eso. –Riéndose apenas- ¡Roselia, vuelve a usar tu Rayo Solar, y no falles!
-¡Tyrogue, Evade y usa tu Mega Puño!

Nuevamente, el ataque del Roselia, se dirigió con velocidad hacia Tyrogue, a lo que éste intentó evadir sin éxito, llevándolo a estrellarse contra el árbol que había sufrido el impacto anterior, dejándolo en peor estado, casi a punto de derrumbarse.

-¡No esquivaste eso! –Exclamó con una sonrisa la joven entrenadora-
-/Ese árbol me ayudará…/ -Pensé- ¡Tyrogue, Ultra Puño! ¡Detrás de él! –Ordené-
-¡Ahora! ¡Bomba Germen, Roselia!

Roselia disparó las semillas hacia Tyrogue, cuando éste a una velocidad casi imperceptible se dirigió hacia la espalda del pokémon planta golpeándolo de lleno, derribándolo y dejándolo boca abajo, cuando las semillas ya disparadas, hicieron impacto con el mismo árbol, dejando su tronco en mal estado, el cual comenzaba a caerse.

-¡Tyrogue sal de allí! –Grité-
-¿Pero qué…? ¡Roselia no!

El árbol se derrumbó encima del pokémon hierba dejándolo totalmente debilitado.

-Eso fue muy cruel… -Dijo Amanda con los ojos sollozos y regresando a su pokémon a la pokéball-
-Perdón, pero fue lo único que se me ocurrió… -Dije disculpándome-
-Bueno, esto lo amerita… -Tomaba otra pokéball- ¡Sal mi querida Growlithe!

Una cachorrita de tipo fuego y con un listón naranja atado a su melena en la cabeza llegó al campo de batalla, dando un ladrido.

-¿Tú también tienes un Growlithe? –Expresé sorprendido-
-Una Growlithe, es mi pequeña, y mi más fuerte pokémon. –Dijo quitando sus lágrimas que apenas salían de sus ojos- Tu Tyrogue no durará ni un minuto más.
-¡Ya lo veremos, Tyrogue, Mega Puño! –Ordené enérgico y lleno de confianza.
-¡Growlithe, Doble Filo ya! –Exclamo un tanto enojada la entrenadora.

La embestida de la pokémon fuego no se hizo esperar, cuando el puño enérgico del pequeño pokémon se acercaba cada vez más, dando como resultado un impacto increíble, a lo cual, en un abrir y cerrar de ojos, Tyrogue salió despedido hacia un lado, debilitado totalmente, mientras que su rival apenas sufrió un golpe.

-Incre… Increíble… -Sorprendido exclamé-
-Regresa Growlithe, muy buena batalla pequeña. –La regresó a su pokéball-
-Tu Growlithe es espectacular Amanda…-Aun asombrado-
-Ese Tyrogue, también lo es… ¿En verdad fue su primer batalla?
-Si, al menos conmigo…

Mientras hablábamos y casi despidiéndonos, un joven de cabello rubio, alto, de unos quince años de edad, vistiendo unas botas de obrero, pantalones con rodilleras, una playera ralada azul y naranja, y una bandana metálica se acercó a nosotros.

-¡Amanda! –Dijo riéndose un poco- ¿Aún sigues aquí?
-Si Nathan. –Respondió sonriendo- Como puedes ver… ¿era necesario preguntar?
-Amm, disculpen, no quiero interrumpir… Pero… ¿Quién es él? –Le pregunté a Amanda-
-Ah si, deja que te lo presente, el es Nathan, el líder del gimnasio de Cuidad Verde. –Respondió la entrenadora-
-Si, y que batalla me diste, te llevaste la medalla en toda ley. –Se reía Nathan quitándole la gorra a la chica-
-¡Hey! ¡Devuélveme eso! –Intentando alcanzar la gorra en la mano levantada del líder- ¡Ahhh! ¡Se me hace tarde, y yo que dejé esperando en el Bosque a Tomy y Joako, les dije que los esperaría allí! –Golpeó a Nathan en la pierna por detrás haciéndolo caer y tomó su gorra-
-Agh… no era necesario eso… -Reprochó Nathan levantandose-
-¡Lo siento! ¡Me voy, nos vemos Nathan y Nate! –Gritaba corriendo hacia la entrada del bosque-
-Uff que chica acelerada…-Suspiró Nathan-
-Ni te imaginas su carácter… -Dije riéndome-

Y así, quedé hablando con Nathan mientras atardecía…

 

Buenos días, tardes, noches o madrugadas gente xD Ya estamos llegando a la primera batalla de Gimnasio de Nate, si quieren aportar con algunos consejos, sugerencias o incluso ideas que pueda llegar a considerar, sientanse libres, tendré todo en cuenta.
Bien chicos, no voy a dar muchas vueltas al asunto, acá les dejo el capítulo 7 del fic, espero que lo disfruten.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------​

Capítulo 7: El inicio de una deuda.​

​

Ya tenía frente a mí a un líder de Gimnasio, esa persona que sería a quien debería vencer para obtener la primera medalla, ante la revelación de este personaje, solo me quedaba enfrentarlo y vencerlo.

-Mi nombre es Nathan, como ya dije, soy el actual líder del Gimnasio de Cuidad Verde, y tu eres un tipo que como yo ha perdido con la misma chica jajaja –Dijo a carcajadas-
-Mis pokémons estaban cansados, eso es todo. –Dije desviando la mirada-
-Si claro... –Dijo sarcástico conteniendo la risa-
-¡Hablo enserio!
-Ya ya, no importa, el hecho es que perdiste... Bien, ve al Centro Pokémon, tus pokémons y tú necesitan descansar. –Cruzándose de brazos- Además ya es muy tarde... –Bostezando- Tengo algo de sueño, bien te veo mañana... mmm ¿cómo te llamabas?
-Nate, y prepárate porque mañana te las verás conmigo... ¿Ah? ¿Dónde se fue? –Mirando para todos lados me preguntaba-

Ni llegué a terminar la frase, que el tipo ya se había ido.... fue muy vergonzoso, pero sin más que hacer ahí, me dirigí hacia el Centro Pokémon que podía ver no a mucha distancia. Ya pensaba que podría comer algo también, desde que salí de casa no había comido ningún alimento decente, así que hice una pequeña parada en un restaurante, aprovechando que salí con algo de dinero. Entré lentamente, me ubiqué en una de las mesas, y sin demoras, una camarera se acercó a preguntarme que iba a pedir, aunque parecía algo inexperta.

-Ho... hola joven, ¿Cuál será su orden? –Dijo algo insegura-
-Veamos... –Tomando el menú- Quisiera una ensalada de tomates y un poco de pollo frito por favor.
-Ensalada.... pollo frito.... –Anotando- Ya... ya mismo le traigo su orden joven.

Si, era nueva en el lugar, esa chica de cabello largo de color algo azulado, y unos ojos morados, que no parecía muy grande tampoco, si no me equivoco hasta semejaba estar teniendo casi mi misma edad. Perdido en mis pensamientos, fui interrumpido y alertado por un ruido que me hizo dirigir la mirada para observar de donde provenía. Había sido la misma muchacha, que tropezó y le hizo voltear la orden que traía otro de los meseros.

-¡No otra vez! –Dijo enojado el mesero- ¿Así quieres pagar lo que debes?
-Lo... lo siento... ya mismo recogeré todo, no se preocupe. –Se disculpaba la chica recogiendo los elementos-
-Te queda un largo rato aquí a este paso, ¡así que pagas o haces bien el trabajo!
-Haré... bien el trabajo... –Respondió la chica recogiendo todo y comenzando a limpiar el suelo.-

Tenía ganas de interferir, pero eso le provocaría problemas a ella, y a mí también. Igualmente, no me gustaba la idea de dejarla así, tenía que pensar algo para ayudarla. Primero necesitaba saber qué pasaba, así que esperé a que terminara de limpiar para llamarla, y así fue, había acabado rápido.

-¡Mesera! ¿Podría venir un momento? –La llamé-
-Si... claro joven. –Acercándose a la mesa-
-Veo que tienes problemas, ¿Qué hiciste? –Pregunté en voz baja-
-Ah... yo... –Mirando hacia todos lados, tomó lápiz y papel y escribió algo en él dejándomelo en la mesa- Hasta luego... –Susurró entregando mi orden-

Dejé la comida debajo de la mesa, liberé a Growlithe y Tyrogue de sus pokéballs para que comenzaran a comer.

-¿Qué habrá pasado? –Tomé la nota y comencé a leerla-

-“Soy una entrenadora pokémon, no tenía dinero e intenté comer sin pagar, estoy aquí hace tres días y trato de hacerlo con trabajo, pero a este paso no me iré jamás.”-

Luego de leer la nota me puse a pensar si realmente podría ayudarla, debería solo pagar lo que ella debía allí y nada más, pero probablemente me quedaría sin dinero. Era una decisión difícil. Aún así, me acerqué a hablar con el empleado que le había gritado, el cual se encontraba barriendo, en apariencia se veía joven, como 18 años tal vez. Cabello rubio y ojos negros. Avancé hacia él mientras mis dos amigos cenaban.

-Disculpe... ¿Podría hacerle una pregunta? –Pregunté seriamente-
-Si, aceptamos tarjetas de crédito.... –Dijo sin observarme mientras continuaba trabajando-
-No hablo por eso. –Dije casi enojado- ¿Cuánto debe esa chica?
-No me hagas perder el tiempo por favor. –Aún sin observarme-
-Si fuera tan amable de mirarme a la cara cuando le hablo estaría agradecido. –Dije cerrando los puños-
-Mira enano, no me hagas perder el tiempo, los problemas de esa chica a ti no te deben de interesar. –Volteo haciéndome frente con furia-
-¿Y qué si me interesan? –Respondí enfadado y observé su distintivo- Señor Emil...
-Te las verás conmigo, arreglemos esto afuera. ¿Eres entrenador verdad? Demuéstralo. –Tomándome de la camisa-
-No tengo problema, si gano, la cuenta de esa chica estará pagada. –Dije apartándome-
-¡Pero si pierdes tu vienes a trabajar con ella!
-¡Es un trato! Vengan chicos. ¿Están listos? –Llamé a mis dos pokémons-
-¡Grow! ¡Tyro, Tyro! –Exclamaron los dos en señal de afirmación-
-Yo, Emil, te aplastaré enano.

Ambos salimos a la calle frente al restaurante, con la mirada fija y llena de enfado uno a otro. Hacía un poco de viento que golpeaba nuestra vestimenta y cabelleras.

-Empecemos enano, esto será rápido así que un simple mano a mano será suficiente. ¡Yo te elijo Elekid! –Gritó Emil lanzando su pokéball-

/Pokédex:-Elekid- gira los brazos para cargar energía que luego usa para atacar al enemigo, la energía que genera no la puede almacenar y debe soltarla enseguida. /

-Bien, Tyrogue te elijo a ti. –Ordené mientras rápidamente de un salto, Tyrogue se ponía en posición-
-Ya, esto será fácil, ¡Elekid usa tu Ataque rápido!
-¡Tyrogue! ¡Ataque sorpresa!

Ambos ataque fueron a una velocidad increíble, y solo se pudo observar el choque de golpes de un pokémon al otro.

-¡Elekid, Patada baja ahora! –Ordenó Emil-
-¡Tyrogue salta y golpéalo con una mega patada!

Veloz el pokémon eléctrico, atacó con una barrida al pequeño luchador, pero fue inútil, éste último de un salto sin esfuerzos y evadió el golpe, rematando la acción con una patada descendente en la cara de Elekid, que quedó algo atontado.

-¡Vamos holgazán, levántate! –Exclamó-
-¿Cómo puede ser que trates así al pobre Elekid? –Pregunté enfadado-
-Concéntrate en la batalla, ¡Elekid usa tu Puño Trueno!
-Tyrogue, Ultra puño ¡ahora!

La velocidad de Tyrogue estaba muy por encima de la de Elekid que recibió el golpe de lleno sin poder hacer más.

-Ya ríndete Emil, Elekid no puede seguir así.
-No me rendiré, ¡Elekid! ¡Vamos, usa ya tu Impactrueno!
-Tyrogue, intenta evadir, y dale un Mega Puño... –Dije ya casi sin ganas-

El impactrueno fue algo débil y desviado por el estado de Elekid, terminando en la nada, acto seguido el ataque de Tyrogue no se hizo esperar y dio de lleno al pokémon eléctrico dejándolo ya debilitado.

-Vamos debilucho, ¡levántate! –Gritó Emil-
-Ya déjalo en paz. Si quieres hacer algo bueno en tu vida, quiere y entrena bien a ese Elekid.... –Dije regresando a Tyrogue a su Pokéball-
-Tú no me dirás cómo debo entrenar a mi pokémon. –Respondió-
-Bien... ahora quiero que dejes a esa chica salir de aquí.
-Paga su cuenta y sin problemas la dejo salir, yo no soy el dueño del lugar para permitirlo. –Volteando la mirada-
-Tú ganas... –Entregándole el poco dinero que tenía-
-¡Oye tu, la chica nueva! ¡Ven aquí afuera! –Gritó para los adentros del restaurante-
-¿M-me llamaba señor? –Dijo con la mirada baja-
-Este chico pagó tu cuenta, puedes irte. –Dijo entrando al local nuevamente y pegando un portazo-
-Gracias, te debo una.... y una grande. –Dijo haciendo reverencia la chica-
-Claro que no, bien debo irme ya, el Centro Pokémon me espera... –Dije volteándome ya para marchar-
-No tengo a donde ir, soy una entrenadora viajera, así que podríamos ir juntos, además necesito pagarte el favor, mi nombre es Tamara, mucho gusto. –Dijo sonriente-
-Si tú quieres entonces no hay problema, vamos. –Dije tomando unos pasos de distancia y mirando hacia el frente con Growlithe siguiéndome-

Y así, junto con aquella chica, nos dirigíamos al Centro Pokémon para descansar, pronto me esperaba mi primer reto contra un Líder de Gimnasio en Kanto. Estaba muy nervioso y entusiasta, pero ya faltaba poco para el gran momento.