"El amor quizás no lo pueda todo..." [NaruHina-SasuSaku-NaruSaku]

"El amor quizás no lo pueda todo..." [NaruHina-SasuSaku-NaruSaku]

¡Hola!:3
Bueno este es mi 'segundo' fic (Si es que a lo otro se le puede llamar así xD) así que no se asusten si esta horrible e_e.
Bueno antes de empezar doy las gracias a: Feline, por convencerme en gran parte para que suba el fic:);Jinn Kimura, por ser mi mejor amigo *-* por también convencerme, darme ánimos y ayudarme ^^; Sayuri Furmiya, mi mami, por apoyarme y darme ánimos ;); Nyu Uchiha Y a todos mis amigos/hermanos :saltarin:
Ya me dejo de tanto drama. Aquí el fic ;)


Capitulo 1: Los recuerdos de Kirei

Una bella mujer de a perlados ojos tomo con sus delicados y finos dedos, un bolígrafo de color morado oscuro, luego hizo un frágil movimiento para abrir un pequeño cuaderno del mismo color del bolígrafo que sostenía, pensó un momento, haciendo un divertido y coqueto juego con el artefacto relleno de tinta, dándose con el pequeños topes en sus carnosos labios. Luego de hacer esto en rato puso la punta con tinta en contacto con el blanco papel. Su letra era tan hermosa como ella, con un pequeño toque cursivo, le agregaba una irresistible elegancia a la escritura.

Pero algo hizo que se interrumpiera tan sensual espectáculo, un sollozo, y no uno cualquiera, sino el de un niño pequeño, lo cual causo exaltación en la dama, en menos de dos movimientos se levanto de prisa, dirigiéndose al lugar de donde provenía tal sonido. El lugar donde se oía correspondía al segundo nivel de la enorme casa, subió deprisa las escaleras, pero no paso de ahí, porque por el pasillo venia caminando un dulce infante que traiga consigo un oso de felpa. La mujer que hasta segundos corría desesperada, ahora lanzaba un gran suspiro de alivio, aun que no del todo, ya que el pequeño aun lloraba, así que se acerco a él y lo tomo entre sus brazos muy tiernamente, le dio un leve beso en su frente, mientras caminaba en la dirección de donde venia antes aquel niño.

-¿Por qué llora mi amorcito?- prenuncio la mujer con una dulce voz, tal que parecía ser una dulce tonada para los oídos.

Aun con lagrimas en sus azulados ojos – E-esos tipos… ¡Volvieron, mami!- finalizo aferrándose fuertemente a su protectora.
-¿Ellos?- pregunto extrañada por la forma como lo decía su pequeño.
-Los…los…que se llevaron a Daiki y a papá- Dijo haciendo que más lagrimas rodaran por sus tersas mejillas.

AL oír esas palabras de él, de ese inocente criatura, por todo su cuerpo recorrió un escalofrió, el recuerdo de su esposo y de su segundo hijo, se estampó en toda su mente, los abrumadores recuerdos de su ida resurgieron de un momento a otro para atormentarle. Su piel se palideció más de lo que ya era, su frágil corazón comenzó a latir rápido y en sus ojos se podía ver la pena que le causaban tales memorias. Quien estaba entre sus delgados pero fuertes brazos, pudo sentir como su corazón se aceleraba cada vez más, sintió algo de culpa por haber dicho eso, pero no acostumbraba a guardarle secretos a su querida madre- ¡Mamá!- grito algo desesperado al ver que tenia la mirada perdida y no se movía.

El sonido llego a sus oídos, agito un poco su cabeza y por instinto miro de donde de donde salió el grito, sus ojos color perla se cruzaron con los ojos del pequeño, esos ojos color azul, intensos como el mar. El pánico se apoderaba del joven de azulados ojos, al ver que su madre le miraba fijamente con los ojos apunto de derramar unas cuantas lágrimas, el sentimiento de tristeza está presente en su querida progenitora y era evidente, y por supuesto el tampoco era la excepción el solo hecho de recordar el día en que dejo de tener hermano menor, lo estremecía de dolor, a pesar de ser solo un niño de 6 años apenas, sabía muy bien que había sucedido, y como no si había presenciado todo el ‘espectáculo’

-Flas Back-

-¡Mamá!, ¡Papá!, ¡Kirei!- grito desesperado alguien que apenas articulaba palabras claras y entendibles, su voz era muy débil, sus ojos casi blancos mostraban terror, al verse sumido en un charco de sangre.

El chico nombrado Kirei, intento mantener la calma, pero no podía, de tan solo ver con sus azulados ojos, como la sangre corría sobre su cuerpo, le entraban ganas de llorar. Soportando el dolor que sentía en su brazo corrió donde su hermano menor, quien pedía suplicante ayuda, en esos momentos el era su prioridad, no solo porque era mejor en estatura y edad, si no porque era su hermano, a quien tanto quería.

El niño de negros cabellos, con el brazo que no tenia herido, abrazo al menor, para calmarlo un poco, pero poco y nada duro esa “calma” ya que una shuriken roso la mejilla del ya asustado niño de ojos color luna. Lenta y temblorosamente subió su diminuta manito a la altura de su rostro para pasar uno de sus dedos por el lugar donde ese afilado objeto pasó, sentía como un tibio liquido le recorría la mejilla y luego descendía por su cuello , antes sus ojos pudo apreciar que su dedo y parte de su mano estaban bañadas de un color carmín, al igual que todo en su alrededor, el piso, el brazo de su acompañante, su mejilla, su cuello y parte de su ropa, solo tenía una mano limpia y algunos pedacitos de ropa, era un hecho, la sangre se había convertido en su nueva manta, la del él y la de su hermano que le miraba con preocupación.

-¡Daiki, agáchate!- le ordeno tirándolo al piso de golpe, para evitar que otra shuriken cortara su piel, a causa de esto ambos quedaron envueltos totalmente con el liquido carmesí del suelo…

-Fin Flas Back-

-¡Kirei! ¡Kirei, mi niño!- esas palabras hicieron que su mente dejara de lado esos dolorosos recuerdos y mirada con los ojos algo irritados por el llanto, a la persona que le llamaba, el ya sabía de quien se trataba, era la misma bella mujer que conocía desde que llego a este mundo.

-Tranquilla, mama- pronuncio el peli-negro, regalándole una bella sonrisa a la mujer que suspira de alivio.

-¿Estás bien, hijito?- le pregunto cálidamente, mientras entraba al cuarto del niño, un cuarto de color celeste claro con algunas cintas decorativas que recorrían toda la habitación, y en contraste con la pared unas cortinas azulinas, como los ojos del infante.

-Si mamá…- afirmo, para luego ser metido a la cama por su madre- Perdón por asustarte- dijo al momento que abrazaba a su madre del cuello y le besaba la mejilla.

La joven madre sonrío y abrazo a su ‘bebe’- No te disculpes, mi niño, pero te lo pido, no pienses en esas cosas ¿Si?-besándole la frente.
El solo afirmo con la cabeza, ya se disponía a dormir y su madre a salir del cuarto, cuando el chiquitín sale de su cama de un salto, salió de la habitación hecho un rayo y de igual forma volvió para meterse en la cama. Su madre le quedo viendo con algo de risa- ¿Y eso qué fue?- acercándose a su cama otra vez.

-Sabes que no puedo dormir sin Rui-chan- abrazando a su oso de felpa, que había quedado tirado en el pasillo. Ambos rieron levemente de forma muy amera, se podía ver a simple vista el fuerte lazo que había entre madre e hijo. La fina dama arropo a su adorado nene y a su osito, le volvió a besar la frente y salió del cuarto apagando la luz.

Bajo hasta la sala de estar, la cual era particularmente elegante, de fondo tenía un color blanco invierno, con unos lindos estampados de hojas con café, que recorrían toda la muralla. Ella se sentó en un gran sofá blanco con detalles en café oscuro. Miro el reloj dorado que tenía cerca, eran las 11:30 de la noche, tenía sueño, por lo que se le escapo un leve bostezo de esos bien formados labios. Se levantó del sofá y camino hacia el escritorio, vio el cuaderno abierto y recordó que no pudo escribir nada- Sera luego- se dijo para sí misma, mientras ordenaba el resto de papeles que estaban allí también, tomó el cuaderno y se fue a su habitación…

Su cuarto era de un color lila con detalles blancos y morados, que dibujaban flores con la pared, se dirigió a su cómoda y guardo lo que traía en ella, después cerró sus cortinas color morado, desatando el lazo que les tenía presas. Sacó su pijama, una camisola de satín rosada con flores, tiró las sabanas del mismo tono hacia atrás, para poder meterse entre ellas y luego se tapó cerrando lentamente sus ojos…Pero no para dormir, si no para pensar en lo que había pasado, ¿Por qué Kirei habla de ‘ellos’? Le daba miles de vueltas al asunto, una y otra vez, y no solo esa pregunta si no muchas de ellas, y ninguna con una respuesta coherente o convincente: ¿Por qué tenía que ser así?, ¿Hubiera podido salvar a su hijo y…esposo si no hubiera aceptado esa misión?... Muchas preguntas similares pasaban por la mente de la mujer de largos y suaves cabellos, lo único que la alegraba era que Kirei estaba vivo y a salvo…

Entre piensa y piensa la Hyuuga se rindió ante los brazos de Morfeo, estaba durmiendo plácidamente hasta que…

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Hasta ahí les deje :o
Comentarios/amenazas/abucheos/o-cualquier-otra-cosa sera aceptada con todo mi cariño *-*
Los quiero ♥ n-n
Dewa mata!