El amor no se olvida Aquí les presento mi mito, me falta mucha emotividad, pero espero que comenten Se que fui una tonta. No debí hacerle caso a Eos. Yo era Procris, una ninfa de Artemisa. Estaba felizmente casada con Céfalo, un cazador. Eos en ese momento tenía por esposo a ese mortal que envejecía mientras la diosa seguía en la flor de la juventud, así que al vernos a mi esposo y a mi tan felices, enamorados y satisfechos …la envidia es el peor mal que existe entre mortales e inmortales. Céfalo después de cazar siempre se detenía en un paraje, con espesos arbustos alrededor. Pedía siempre al viento que le refrescara, porque el ejercicio le daba mucho calor. Un día, la Aurora llegó a mi casa. Su cabello era dorado y muy rizado y vestía una túnica rosa, amarillo suave y anaranjado sutil. Sus mejillas tenían un toque tan rosado como sus dedos y su velo. Sus ojos eran azules claro y su nariz bastante perfilada - Procris, divina entre las mujeres, vengo a darte una información. Cuando tu esposo Céfalo va a descansar después de cazar ( o al menos eso te dice, queridita mía) en realidad va a encontrarse con una mujer, una del poblado cercano. Se la pasan disfrutando de su pasión hasta que tiene el que volver a tu lado. Ve a ese lugar si no me crees. Los escucharás. Ahora me tengo que ir, Helios me debe estar esperando. - Gracias, señora, pero creo que confiaré en mi marido- conteste con toda la amabilidad que pude. Ella arqueo una ceja con escepticismo. - Oh, Procris. He conocido otras como tu. Es que eres en verdad preciosa, pero parece que a los hombres no les basta con una sola, por más fidelidad que una mujer les demuestre. Ve a comprobarlo si en verdad no me crees. Nos seguiremos viendo. Yo estaba destrozada, es muy cierto en realidad lo que dicen. La duda mata. Por más que quise no lograba sacar de mi mente las palabras de Eos. En ese momento quizá mi esposo ya estaba descansando. O estaba con esa mujer. No podía hacer nada con la idea rondándome en la cabeza, así que decidí ir. Recuerdo que hacía mucho calor. Cuando por fin llegué, oí casi inmediatamente a Céfalo: -Dame tu aliento fresco y perfumado…- esa era la prueba necesaria ¡ Mi esposo me engañaba con otra¡ El dolor era tan grande que no cabía en mi pecho y me impedía pensar y actuar. Creo que me moví o hice mucho ruido. Céfalo pensó que yo era un animal salvaje. Tomó su arco y disparó. Yo grité del dolor que sentía, mientras en mi pecho crecía una mancha escarlata. Sentía mucho frío. -¡Procris¡- gritó el arrodillándose a mi lado. Me faltaba el aire, pero pude murmurar: - Céfalo…creí que…estabas con otra- el me abrazo - Procris ¿ como pudiste creer eso? Eres mi único amor, el primero y el último. - No…no te veo bien- en un minuto vi toda mi vida, desde que nací hasta ese momento pasando por mi boda y mi niñez. Sonreí. Las moiras estaban cortando el hilo. - Céfalo, te amo…- confesé mientras el seguía sosteniendo mi mano. De repente el me beso. Lo único que recuerdo después fue un golpe seco ( creo que era mi mano) y la voz de mi cazador gritando - ¡PROCRIS! Ahora estoy en estos campos de Ásfodelos. Es todo triste y seco. Se supone que yo no debo recordar, ahora soy pura alma. Pero el amor…el amor no se olvida NOTAS DE AUTORA: Eos aprovechó la viudez de Céfalo y se mantuvieron un romance, pero el mito también dice que cada vez que el besaba, abrazaba o despertaba al lado de la diosa pensaba que era Procris que regresaba, Céfalo nunca la olvidó, la enterró con sus propias manos y sufrió mucho por haber sido el quién había lanzado la flecha
Bueno, Sheccid, en verdad pienso que siempre aciertas a la hora de escoger las historias que traes a este foro. Te felicito, me ha gustado mucho, es un mito precioso. Un título y un final que lo dicen todo. Gracias por escribirlo, fue un verdadero placer leerlo.
Muchas gracias por sus comentarios, yo sentí que me faltaba mas sentimiento. Creo que es muy dificil que la persona que amas muera por tu propia mano, investigaba otro mito y de repente apareció este y me llegó más. Gracias otra vez
T______________________T ¡Me has matado con este escrito Sheccid, de verdad, wow... Comenzando por la verdad encerrada en sus frases: La envidia, ¿cuántas guerras no se han comenzado por ellas? Y la mayoría de los mitos de los dioses se debaten en ésta. La otra verdad, la duda mata, y en este caso fue demasiado literal. :/ Ella murió por saciar su duda, una duda infundada. ¡La mató el mismo! ¡Qué final tan trágico para dos enamorados como ellos! ¡Todo por la envidia de una desdichada! Eos, ya había leído este mito, claro, es más divertido leerlo como un fic, te lo imaginas de forma tan gráfica, Aurora siempre tan hermosa, ¿cómo pudo prestarse para tales fines? :/ Y pro supuesto, cuando el amor es verdadero permanece y eso fue lo que demostró Céfalos. Él la amaría hasta que su propio cuerpo alcanzara la muerte. Mmm, mi recomendación es que cuides los pequeños detalles ortográficos que se te han escapado, y usa el guión largo, puedes obtenerlo presionando: alt+0151. Está atenta a los detalles, como usar los signos de puntuación correctos, etc. Un placer leerte nuevamente. :)