El Amor En La Oscuridad

El Amor En La Oscuridad

Bueno, es mi primera vez despues de años que no subo un trabajo mio a CZ asi que subire mi mas reciente obra titulada el Amor En La Oscuridad, espero sea de su agrado y porfavor dejen comentarios y criticas, se los agradeceria.

“El Amor en la Oscuridad”​

Y ahí va ella...

Nuevamente la veo pasar, luciendo su hermosa figura, moviendo con gracia aquel ente divino, que ser tan maravilloso, que mujer tan increíble…

Sin embargo, yo me quedo aquí, sin hacer nada, sin hablarle o regalarle una sonrisa…

Cuanto me encantaría acercarme, darle los buenos días, tomarla de la mano y plantarle un beso en la misma. Pero en vez de eso, me quedo en este árbol, escondido, oculto para que no me mire y no note mi presencia…

Su nombre es Nicole, tiene 17 años de edad, es una mujer simpática, intrépida, deportista y tiene la sonrisa más bella del mundo.

¿Y yo?
¿Quién soy yo?
Eso no tiene importancia, solo deben saber que mi existencia es vacía sin la presencia de aquella dama y que si ella no sabe que existo, entonces yo realmente no existo…

Cada mañana despierto y miro el cielo oscuro, juego con las constelaciones y dibujo su rostro en el cielo, al momento en que el alba se acerca me levanto y me dirijo a la vereda de los arboles en el parque.

Ella todas las mañanas se levanta a correr y pasa por aquella vereda así que yo todas las mañanas corría hacia la vereda, tomaba una orquídea de los arbustos, le ponía una nota que decía: “Espero tengas un buen día”, la colocaba en el camino y me escondía entre las sombras de los arboles para poderla observar, como corre, como se luce, como pasa frente a mis ojos como el mas bello cometa surcando el espacio sideral hasta que se detenía para recoger mi obsequio, la olía, veía hacia todos lados, guardaba la flor y seguía corriendo.

Así pasaron todos los días de mi vida desde que la conocí, muchos dirían que esto es aburrido, que que triste vida llevo, pero a mi no me importan sus opiniones, yo vivo por ella y para ella, verla cada mañana me dan ánimos de seguir con vida, de salir adelante, de sobresalir así que entonces yo digo bendita sea la monotonía.

Ahora han pasado 365 días, exactamente un año…

Y como todas las mañanas me dirigí a nuestro punto de encuentro, como siempre, ella corría y se detenía a recoger la orquídea, pero de pronto, empezó a toser, primero despacio, pero luego mas fuerte, quería acercarme para ver si estaba bien, pero no tenía el coraje para hacerlo, de pronto se recupero y siguió corriendo como si nada.

Así fueron un par de mañanas siguientes, hasta que el cuarto día, después de aquel accidente, ocurrió lo mismo, comenzó a toser muy fuertemente, tanto que se agarro del pecho y se inclino hacia el piso, muerto de la preocupación, me acerque al filo de la rama para poder ver mas de cerca, no sabía que hacer, no tenia la valentía de saludarla, pero tampoco podía dejarla así, trate de acercarme mas a ella sin que se diera cuenta, cuando de pronto, se rompió la rama de la que estaba sobre y caí fuertemente por lo cual perdí el conocimiento.

No se cuanto tiempo permanecí inconsciente, pero la verdad eso no es de mucha importancia, al momento de recobrar el sentido, abrí los ojos, la luz me cegaba por completo, me incorpore lentamente y en un momento un bellísimo aroma capto mi nariz y entonces escuche la voz mas melodiosa que jamás había escuchado diciendo: “Te encuentras bien…”

En ese momento la visión se aclaro por completo y ahí estaba yo sentado en el piso, viendo de frente a la única razón de mi vida, Nicole.

Yo no podía responderle, juro que trate de responder, pero las palabras no podían salir…

Ella me tendió la mano para ayudarme a levantarme y me preguntaba: ¿Quién eres? ¿Acaso eres tu el que me da flores todos los días?

Yo estaba demasiado impresionado como para responderle, jamás la había tenido tan cerca, nunca había respirado su aroma, no había escuchado su voz, jamás había sentido su cuerpo tan cerca del mío, era demasiado para mi y solo pude hacer una cosa… correr.

Salí corriendo del lugar porque mi corazón no podía aguantar mas, que demonios pasaba conmigo, ahí estaba ella frente a mi, hablándome, regalándome una sonrisa, yo debí de a verle regresado la sonrisa, pero no pude, no se porque no puedo, demonios, maldigo mi corazón por estar lleno de debilidad.

A la mañana siguiente estaba decidido a cambiar mi vida, dejar de amarla entre las sombras, hacerme notar, hablarle y confesarle el amor tan bello que siento por ella, solo espero poder hacerlo…

Como siempre me dirigí hacia la vereda, tome la orquídea pero esta vez sin nota, ni tampoco me ocultaría, esta vez la esperaría en medio de la vereda para darle yo mismo la flor.

Ahí me encontraba, se acercaba la hora usual de su llegada, mi corazón latía fuertemente, mis manos sudaban, me costaba pasar la saliva, pero yo estaba decidido a lograrlo.

Poco a poco el nervio iba desapareciendo, pero no porque yo me tranquilizare, simplemente por ella no aparecía, pasaron varios segundos, minutos, horas, y ella no se mostraba.

Decidí darme por vencido y regresar al día siguiente.

Y para mi sorpresa ella no volvió a salir, esto ya me preocupada, no era común, en un año completo nunca dejo de ir ni un solo día.

¿Qué abra pasado?

Me dedique a investigar donde vivía y decidí ir a verla con una orquídea como todas las demás mañanas, al llegar note que por la ventana se veía un medico en una habitación, me acerque para investigar y para mi funesta sorpresa la encontré, arropada en la cama, con un suero inyectado en su brazo y varios medicamentos a su alrededor, sentí un vacio increíble por dentro, un dolor oprimido en el pecho y una intensa depresión en mi corazón.

Al salir el medico de la habitación con la cabeza abajo y una mirada de decepción, aproveche para abrir la ventana y me adentre al cuarto, me acerque a su cama y cada paso que daba era como si una espina se clavara en mi corazón, al llegar a ella una lagrima se corrió por mi mejilla, me puse de rodillas y la tome de la mano y por fin le plante el beso en aquellas hermosas manos que por tanto tiempo desee. Ese momento fue mágico, como ningún otro, el tiempo se había congelado, todo era silencio en el exterior, pero por dentro escuchaba música, la más hermosa de todas, los latidos apasionados de mi corazón.

Hasta que escuche que la puerta se abrió y de un salto me levante y me aleje de la cama.

Era su madre y muy sorprendida me pregunta quien era, pero al ver la orquídea en mi mano suspiro y dijo: “Por fin conozco al chico de las flores…”

Muy sorprendido por sus palabras le pregunte que como sabia de mi existencia…

Ella me relato que Nicole siempre regresaba muy feliz después de correr con una orquídea y le confesaba que anhelaba con muchas ansias conocer al hombre tan detallista que le ofrecía aquellos obsequios, tomaba la orquídea y la guardaba en unos cajones en su habitación, hablaba tan bien de el que parecía que su corazón regocijaba de alegría al pensar en esa figura misteriosa en su vida y siempre decía: “Parece que me enamore de un fantasma”

Yo no podía creer esas palabras, siempre temí a su rechazo a su indiferencia cuando realmente ella sentía algo especial por mi, que tonto fui todos estos días y entonces le pregunte a su madre, con la voz temblorosa, señora ¿Qué le pasa a Nicole?

Ella con un dolor en su voz, me contesto, lamento decirlo, pero mi hija sufre de una enfermedad del corazón, nunca tubo muchas esperanzas de vida, pero ella siempre trato de vivir su vida como si nada, pero el día en que eso se terminara llego y solo nos quedo una alternativa… dejarla morir o conectarla a una vida artificial…
Yo no podía creer que pasaba, me rompí en llanto y me acerque al cuerpo inerte de Nicole, la abrase y llore sobre ella, le grite que la amaba y que no había una mujer a la cual yo podría querer más, la señora decidió dejarnos solos y salió de la habitación, yo seguí llorando y llorando hasta que callo la noche y me quede dormido en el piso, con el cuerpo seco, sin mas lagrimas en los ojos.

Al despertar, me levante como cualquier otro día, corrí por una orquídea y se la traje abrí su cajón que estaba lleno de tantas orquídeas anteriores y coloque una más.

Su madre entro y vio como guarde la orquídea, me pregunto que si ese seria mi último obsequio y yo le respondí con una sonrisa en el rostro…
Se equivoca señora, yo cada mañana vendré a visitarla, le traeré una orquídea más y me quedare con ella tomándola de la mano, platicándole de mi vida y de lo que pasaba afuera, así como debí de a verlo hecho desde un comienzo y así será hasta que yo muera.

La señora impresionada no podía creer lo que yo decía, no entendía mi forma de pensar y lo que sentía y la verdad no la culpo.

Despreocúpese señora, se que es difícil de entender y la verdad no podría explicárselo, porque esto no es algo que se estudie, el verdadero amor es algo que se siente…

La señora muy pensativa dijo, disculpa pero creo que con todo esto, olvide pedir tu nombre…

Mi nombre señora, no importa, yo viví, vivo y viviré por su hija y si ella no pudo saber mi nombre entonces este resulta insignificante.

La señora muy conmovida por mis palabras me dijo… solo tengo una última duda ¿Cómo fue qué te enamoraste de mi hija sin conocerla? ¿Cómo fue que la llegaste a querer tanto solo viéndola entre las sombras?

A lo que yo respondí, señora… a veces el amor brilla mas en la oscuridad.

-Félix Valverde-​