El Amor de Platón

Tema en 'Relatos' iniciado por Glenda Garson, 31 Julio 2010.

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    Glenda Garson

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    El Amor de Platón
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    El Amor de Platón

    Mi título supone una alusión a lo dicho más usualmente como "amor platónico". Espero que se de a enteder la historia en sí, no soy muy concreta para explicar las cosas como tal, pero mejor les dejo para que vean por ustedes mismos :3

    Para el concurso ♫Melodía del corazón♫
    Canción: Cherbourg - Beirut

    El amor de Platón.

    Y me vi cegado, ante aquel brote de inmaculada amistad, de lo que todo el mundo veía con claridad. Era todo tan apacible y cálido, tan confidente y familiar, era todo tan perfecto. Pero había algo tras aquella diáfana excelencia, algo que lo hacía aún más dulce e inocente, pero a la vez tan fatídico y mortuorio. Lo aborrecible no era el hecho en sí, sino su mirada quebrantada y su pequeño corazón destruido que parecía estar aferrado al mío, en pedazos y corroído por las falsas esperanzas. Se hallaba corrompida por un dolor latente, estando tan cerca y a la vez tan lejos de mí. Se veía destruida, hundida, pero a la vez tan feliz, tan alegre, tan pura. Si tan sólo hubiese sabido antes la causa de ese dolor, de esa caída libre directo al ocaso a la cual ya se había sometido, lo hubiera evitado a expensas de lo que fuese.


    And a fall from you
    is a long way down
    I've found a better way out
    And a fall from you
    is a long way down
    I know a better way out​



    El silencio y la indiferencia son armas aún más mortales. Yo, egoísta e ingenuo, me dejé llevar por el hablar ajeno y las miradas externas. Me basé en el “qué dirán”, y no en lo que en verdad me importaba…ella. Casi como mi propia hija, me partía el corazón saber que yo le dañaba, saber que lloraba a cántaros encerrada en el baño tratando de idear una excusa para acercárseme. Y después de todo, la ignoré, la desprecié, la traté como cualquier otro en aquel lugar. Una más del montón, un número más, un nombre más que aprender. A pesar de que siempre supe que no era así.​


    Well it's been a long time
    since I've seen you smile
    Gambled away my fright
    Till the morning lights shine​


    Su rostro se hallaba inmóvil, inexpresivo como si alguien la hubiese arrancado y hubiese dejado un cuerpo vacío e inerte. Eso era ella, carne descompuesta, vacía, entristecida hasta los huesos, agostada y olvidada. Y eso, producto de mi insensatez. Tantos años ya, y no podía lidiar con un alma tan pura sin destruirla.​


    Well it's been a long time
    since I've seen you smile
    Gambled away my fright
    Till the morning lights shine​



    La llevé a donde el silencio reinaba y la paz era tan sólo insuficiente para describirle a la perfección. Entró meditabunda como quién va a un funeral, y se sentó en una de las sillas que se hallaban junto al gran mesón. Me senté justo en frente y la observé con cuidado, como intentando no lastimarla, no más aún. Su silencio me bastó para contemplar lo que deseé, hasta que su inquietud me dio paso para irrumpir con unas palabras.​
    Pronto cesé, el titubear de mi voz era incompatible a una gran extensión, puesto que el tiempo me había dado tan sólo para practicar unas cuantas frases. En un murmullo sordo se levantó de su silla. Creí que se iría, creí que desaparecería y se desvanecería en aquel mismo instante, pero no fue así. En un sigiloso movimiento se me acercó y estiró los brazos para hundir su rostro en un cálido abrazo. Sentí la humedad de su rostro y la fragilidad y autenticidad de su dolor enclaustrado. Yo tan sólo le correspondí y le brindé compañía...tal como se lo prometí.​


    Sunday morning
    only fog on the limbs
    I called it again
    what do you know
    And I filled our days
    with cards and gin​



    El olor a plumón quedó estampado en sus ropas, luego de ese abrazo que sólo se comparó con el que años después sería una despedida inevitable. Hubiese querido entonces, querer detener el tiempo y enjaularlo en una botellita de cristal en donde cada una de esas sensaciones quedara tan eternamente guardadas, que pudiese detenerme a observarle cuando sea que quisiese. Si tan sólo el tiempo no fuese tan rápido… Pero es así como funciona, y por más que rotara el reloj o retrocediera las manecillas, nada cambiaría. Y aquello me quedó más claro que nunca, aquella tarde de otoño, cuando sus rizos colorines se hallaban resplandecientes bordeando aquel rostro tan fino y dulce como el de aquella niña que guardaba aún en mis recuerdos.​
    Entonces tenía toda su vida por delante y ahora, pareciese que la cuenta regresiva hubiera tomado más de lo que un día completo nos hubiese permitido. Tanto así que de un café terminamos cenando, y así luego, caminando por un parque hasta culminar frente al lago con aquel colegio a las espaldas, testigo de tantas confesiones y diario vivir de nuestro pasado tan lejano.​
    Sonrió con melancolía al concordar con mi pensamiento en voz alta, mientras sentía que me había perdido de tantas cosas de las cuales hubiera deseado hacerme parte. Y la verdad, es que yo también lo hubiese querido.​
    Mi vida, en cambio, se mantenía igual que siempre sin matiz alguno. Tan sólo con aquel pensamiento del cercano final cada vez más latente y con aquella sensación de insuficiencia que tanto me penaba. La verdad es que no estaba conforme. Y era que en realidad, nunca llegó a existir alguien tan especial. Y eso yo no lo sabía, pero ella era lo más cercano que tendría a lo que realmente deseaba tener, una hija. ​


    You're alight again, my dear​



    Sonrió con alegórica sutileza y se levantó de aquella vieja banca, me miró con sus pequeños ojos emocionados y me invitó a levantarme también. Miró hacia los cielos con emoción, justo para cuando en un estruendo, las nubes colisionaron y desprendieron sus aguas en finas gotas, que como tales, cayeron en su rostro y en el mío. Trayendo de vuelta la jovialidad de aquella niña de antaño, que en su estrepitoso diario vivir actual se había perdido por completo. Se sintió una niña y volvió a serlo, tal como quería y recordaba. Como antes, cuando era ella mi pequeña hija, y yo, su platónico amor. ​



     

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