El Amigo

Tema en 'Otros Fanfiction' iniciado por Víngilot, 7 Septiembre 2014.

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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    4 Marzo 2014
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    Pluma de
    Escritor
    Título:
    El Amigo
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3501
    Este trágico trabajo me vi obligado a escribirlo con mi propia sangre para poder continuar el pacto con el foro y así evitar un tormento aún mayor, si es posible... Ruego a las jueces tengan piedad de esta desdichada alma en pena...



    Un silbido exquisito, una melodía deliciosa que el viento no se puede llevar… Oídos que se deleitan, ojos que no ven… Una atracción poderosa impulsa a los corazones a despertar, sería un pecado resistirse… La paz y la lujuria colman por igual los hogares, sólo la inocencia ofrece un refugio o una prisión, depende de cómo se lo vea… La noche como silencioso cómplice… una leyenda centenaria… un par de brasas en la oscuridad… la sed insaciable de sangre… la desgracia en busca de su víctima… todo ello encarnado en él, de quien huyes y lo buscas por igual… El Amigo...

    Antigua Tenochtitlan. 1521.

    Luego de la victoria de la coalición española-indígena sobre el pueblo mexica, los vencedores se dedican a saquear, exterminar y violar, mero reflejo del odio que los indígenas dominados sentían por la potencia mesoamericana. Los españoles, más vulnerables y siendo minoría se limitan a imponerse mediante la autoridad o la diplomacia. No tienen ganado nada, eliminan a un enemigo pero la amenaza del nacimiento de otro está latente. En medio del hormiguero saben que deberán revolverse como bestias heridas si quieren sobrevivir. Tratan de asesinar el alma del pueblo azteca para asegurarse del dominio y la religión se antoja como el primer golpe.

    Los europeos profanan los templos de la gran urbe insular haciéndose acompañar por el fuego cual punta de lanza, exprimiendo lágrimas, lamentos, dolor y sangre en cada persona encontrada a su paso… Las sacerdotisas sufren lo indescriptible ante las ansias conquistadoras y el placer se viste de escarlata y oscuridad. Las estatuillas de los dioses mesoamericanos son vilipendiadas y reducidas a polvo. El respeto le da la espalda a esta parte del mundo.

    En el templo dedicado a Tezcatlipoca un grupo de veinte europeos hacen de las suyas. Las sacerdotisas intentan huir a como dé lugar y los conquistadores aúllan libidinosos y las persiguen carcajeándose. Dos de ellas corren entre los escombros, humo, cadáveres y miembros amputados a lo largo de una calle angosta. Son divisadas por un joven español que apenas y rebasa los veinte años. Pide ayuda a sus compañeros que corren tras otras víctimas. No es atendido y no se siente tan seguro pues piensa en que puede haber enemigos escondidos y solo no podría hacer nada. Ha rodeado el templo y camina cauteloso ante un panorama deplorable. De pronto ya considera volver pues las mujeres ya se deben haber adelantado bastante. Un escalofrío hela su espalda y definitivamente se regresa, apenas da unos pasos y le arranca un gemido de dolor a alguien en el suelo a quien pisa por accidente, pero eso le ayuda a descubrir a una sacerdotisa fingiendo ser un cadáver. Se alegra y como ave rapaz se abalanza sobre la mujer, la jala inmisericorde del cabello y la lleva de vuelta, pero pronto se da cuenta de que su hambre puede saciarse allí y sus ojos brillan lascivos. Ella se resiste pero sólo le provoca más sufrimiento, aún así, defiende su dignidad con uñas y dientes. Gabriel piensa que no lo va a disfrutar y escupe ofensas, incansable. De pronto el ambiente se enrarece como si el mundo conocido desapareciera y otra dimensión ocupara su lugar. El conquistador y la chica se paralizan y un rugido se escucha en derredor. La silueta de un ocelote aparece por el camino o quizá es el humo que se materializa en el felino y acecha amenazante a ambos. Algo pasa, sin articular palabra o señal alguna la chica sabe que debe retirarse y Gabriel sabe que debe dejarla ir y enfrentarse a la bestia, cual orden tajante. Durante un rato se queda tieso en su lugar admirando al ocelote, como si nada más existiera alrededor. Están separados unos cuantos pasos, pero el español es ajeno a las intenciones del animal, no es ignorancia o falta de malicia, es más bien como incapacidad de pensar o sentir. Entonces escucha la voz dentro de su cabeza. Primero le recrimina feroz la profanación de su templo y sus servidoras, luego de su pueblo y civilización. Duras son sus palabras aunque sería más preciso decir despiadadas y Gabriel las siente como latigazos en la carne viva. Es incapaz de apartar la mirada, bloquear sus oídos o moverse, simplemente no puede zafarse del trance en que ha sido inducido. Y luego se presenta, orgulloso… Tezcatlipoca, el Señor Oscuro y se dispone a interrogar humillante al europeo. Lo traspasa voraz, carne y alma desnudándolo con su terrible voluntad. Gabriel al no resistirlo, intenta en un alarde de coraje defenderse:

    -¡QUÉ QUIERES DE MÍ!

    -Yo no quiero nada de ti, insignificante extranjero. Tú ¿qué quieres de mí?

    Gabriel intenta defenderse desesperado. Sus últimos vestigios de razón se despedazan cuando el ocelote se le acerca y queda a centímetros arrojando su aliento cual vapor tóxico. La amenaza es real, sólo basta abrir sus fauces para acabar con esta pesadilla y el español casi lo suplicara. Pero se equivoca al pensar que va a terminar...

    -¡Quiero ser tu amigo! ¡Me arrepiento de haber hecho eso…! ¡Y-yo, sólo quiero… ser tu amigo…!

    Sonríe maligno Tezcatlipoca para sus adentros… y para sorpresa y alivio de Gabriel… se retira… dejándolo como un auténtico cadáver. Así lo encontrarían sus camaradas a la mañana siguiente, extrañados ante este comportamiento, pero creyendo que se debía al impacto de la batalla y la carnicería.

    La Conquista continuaría su curso con las dificultades e injusticias que desgraciadamente conllevan a estos trascendentes eventos históricos. Gabriel al ser uno de los conquistadores iniciales sería recompensado ganando privilegios como riquezas, terrenos, sirvientes y títulos que ayudarían a incrementar exponencialmente sus dominios. Se avecindaría en la misma México-Tenochtitlan y disfrutaría, aunque también sufriría con su poder. El sufrimiento vendría a causa de la envidia de sus coterráneos y de los problemas que acompañan al progreso en zonas “vírgenes” y que el líder debe afrontar.

    Gabriel, amante del alcohol, las mujeres y las juergas jamás crearía una gran fortuna, acabándosela ávido paulatinamente. El recuerdo del encuentro aquel con el ocelote sería enterrado en su memoria como un mecanismo de defensa contra algo tan poderoso. Sin embargo las pesadillas arderían por las noches haciéndole cambiar sus horarios de sueño: con diversiones nocturnas y descansando durante el día, siempre acompañado. Se mandaría construir una capilla en su casona como refugio al tormento del felino, pero sólo sería en esas ocasiones desesperantes cuando acudiría suplicante ante su Señor. Pero ahora tiene un nuevo Señor…

    Tezcatlipoca, el dios oscuro, conocedor de los pensamientos y corazones de sus hermanos, omnipresente y todopoderoso. El mayor de los dioses mesoamericanos, creador de la Tierra junto a su hermano Quetzalcóatl. Líder incansable, dio origen al primitivo Mictlan, la Tierra de los Muertos de los mexicas, junto a toda la población de dioses menores que lo habitarían desde su nacimiento. Autor del Primer Sol y de los humanos más antiguos, sólo para verlos fracasar y en un acto de vergüenza, devorarlos él mismo. Juez duro y protector de los dioses del Mictlan, a quienes les recomendó convertirlo en lugar de penitencia para las almas de los pecadores. Adoptó la forma de ocelote para infundir temor entre la humanidad, también se convertía en humo y poseía un cetro que remataba en un espejo por donde lo veía todo, traspasando piedra y carne…

    Diez años después.

    Algo extraordinario ha ocurrido en Gabriel, algo que no sólo él ha notado, si no también la gente a su alrededor: pareciera no envejecer. Aún es joven y esa pudiera ser la razón, sin embargo la energía que rebosa en él es admirable aunque la malgasta en la borrachera causando admiración entre sus machos compañeros con eso del aguante para el alcohol y las mujeres que se rinden a sus pies. Este día será Gabriel quien se tenga que postrar ante su Señor.

    El español disfruta de una de sus posesiones en la sierra tratando de escapar a su rutina en la ciudad llevando consigo todas las comodidades posibles. Por la noche, Gabriel satisface a su acompañante. Mientras ella duerme plácidamente, él se levanta y comienza a beber tranquilo a semi oscuras. De pronto, una vez más ocurre… exactamente como aquella vez la casa y la sierra desaparecen dejando su lugar a un gran anillo de fuego, feroz y atronador. El conquistador cree que está viviendo de nuevo una pesadilla, de alguna manera tiene razón. Entonces aparece Tezcatlipoca, en su forma humana. Sólo lo mira y esto ya significa un infierno para el desdichado mortal quien se lamenta como si le desprendieran la carne a jirones… Cuando sus energías se han extinguido a causa del dolor a que es sometido encuentra un ligero descanso…

    -Hola, mi amigo. –La voz es potente; el tono, amenazador.- Ya debes haber descubierto tu nuevo don. Es una muestra de nuestra amistad. Así que, como verás, debes corresponder al favor recibido.

    Gabriel está incapacitado para hablar. Aterrado, mira cómo Tezcatlipoca lo señala con la mano y hace el gesto de extraer cerrándola con vigor, entonces sufre lo indescriptible al sentir cómo su sangre abandona su cuerpo en diminutas gotas cual esponja siendo exprimida a un intenso vapor. El proceso es lento; el rostro del dios, maligno. Sus ojos brillan con la locura de las llamas.

    -En diez años volveré. Espero no tener que probar tu sangre otra vez. Tenme preparada sangre fresca. No te atrevas a fallarme… porque será peor para ti.

    Un patrón pálido, débil y al borde de la locura es lo que encontrarían amante y sirvientes por la mañana, siendo la primera asombrada al ocurrirle algo a su compañero en sus propias narices y sin haberse dado cuenta. Su castigo, morir apaleada al ser sospechosa y al ser la servidumbre fanática de su líder, o bien, ante el temor de lo que éste podría hacerles por su desobediencia o incompetencia. Al volver en sí, después de semanas de reposo, Gabriel aceptaría la pérdida de la fémina con tranquilidad y prometería no volver a su casona de la sierra mandándola quemar. Se volvería más despreciable con sus súbditos y ya no descansaría en mucho tiempo…

    Más necesitado que nunca, Gabriel regresaría a la búsqueda de compañeras y amigos para tratar de olvidar permanentemente ese par de ojos ardientes y esa sonrisa malvada. Tirado al vicio y al placer carnal su alma se corrompería sin remedio alguno con el paso de los años, no así su cuerpo íntegro en energías, incombustible, todo un derroche de vitalidad.

    …Habitaría entre los hombres para enseñarles los secretos de la creación, las diferentes lenguas y el culto a los dioses. Disfrazado a veces de un hermoso joven, otras de un sabio anciano trataría siempre de ridiculizar y competir con su hermano Quetzalcóatl, también sentenciaría a Huitzilopochtli a prisión eterna por inculcar el amor por la guerra a los hombres. A estos visitaría una vez más bajo la apariencia de un guerrero, haciendo equipo esta vez con la Serpiente Emplumada. Crearían paulatinamente y a base de mucho esfuerzo uno de los señoríos más poderosos de los que se tengan recuerdo: Teotihuacán…

    A pesar de todo, la semilla germinaría en el mismo infierno. Una de las amantes favoritas del español le daría un hijo varón… imprimiéndole el paraíso encima del averno, cambiando sus libidinosas y hediondas carcajadas en tiernas sonrisas, transformando los gestos groseros por lágrimas de dicha y sustituyendo el lenguaje soez y vulgar por palabras de miel y algodón…

    Diez años después, justo cuando el heredero de Gabriel cumplía dos años y su fortuna pasaba por un momento de vital trascendencia batiéndose entre la inminente ruina y el repunte, el plazo establecido se cumpliría y la visita del Señor exigía recibirlo como era debido. Todo ese año, el español lo esperó temeroso de lo que pudiera acaecerle a su hijo, intentando que entre ellos jamás existiera contacto alguno, ni siquiera visual. Muchas veces consideró huir a otro lugar, pero qué podría hacer contra el poder de un dios, además no deseaba provocar su ira, por lo tanto y por la fortaleza que le brindaba el amor hacia su hijo, esperó a Tezcatlipoca… Casi terminó el año y cuando el frío mordía inmisericorde en el altiplano sucedió su máxima desgracia…

    Porque el día había sido lindo, iluminado por la luz del sol; y la tarde había sido alegrada por un delicioso chocolate y las ocurrencias del niño. Por la noche, ya cumplidas las tareas de padre, el niño dormiría apaciblemente mientras Gabriel revisaba los registros de las ganancias del último mes a la luz de las velas. Éstas menguarían tras el aliento del Dios Oscuro dejando en las tinieblas al europeo acelerando su corazón y respiración. Se levantaría a tientas de su asiento aferrando con los dedos la mesa sobre la que trabajaba. Esta vez se le deja quieto, no se le molesta, el objetivo es otro… Gabriel se dirige a trompicones a la recámara de su hijo… su caminar es ligero, su prisa es mucha y no le importa chocar contra todos los obstáculos a su paso. Al llegar al dormitorio, un resplandor naranja enmarca el contorno de la puerta cerrada y el humo ya hostiga celoso su dominio. Parece un incendio y un instante después el niño despierta llorando. Gabriel se urge y clama auxilio a la servidumbre de quien no recibirá el más mínimo apoyo. Golpea, patea, araña, maldice y luego suplica al Señor… tiembla de pies a cabeza… de pronto intenta quedarse quieto y escuchar: su hijo grita como jamás lo ha escuchado, aterrado y alguien habla con él… Gabriel llora ya y continúa con su infértil labor pareciéndole siglos de sufrimiento aquellos instantes. Se ha reventado ya rodillas, nudillos y la cabeza y se ha fracturado tres dedos de los pies y uno de la mano y se ha desgañitado… Entonces todo cesa… la puerta se abre dócilmente invitando al conquistador a asomarse… apenas unos cuantos pasos dentro el horror indescriptible lo pone al borde de la locura… Sólo por malicia de Tezcatlipoca se mantendrá cuerdo. Toda la madrugada lo atormentará cada recuerdo y cada caricia al cuerpo mutilado de su amado hijo… y ya nada será como antes…

    …Militar intachable, sería la burla de sus subordinados por negarse a ingerir alcohol y a poseer mujer alguna, aliada o enemiga. Incomprendido y despreciado, percibiría a los hombres como criaturas extrañas y comenzaría a envidiar a Quetzalcóatl por recibir de estos una veneración ingente. Haría entonces algo que retaba a su naturaleza divina: probaría el licor y el placer carnal recibiendo una aceptación total, siendo admirado hasta los cielos. Esto causaría un conflicto contra la Serpiente Emplumada. El escenario sería la Pirámide del Sol, masacrando a las sacerdotisas sin que Quetzalcóatl pudiera actuar a tiempo. “Amenazado” por unos vigías y completamente ebrio exterminaría todo rastro de vida en la ciudad y los alrededores con su terrible poder. Este acontecimiento marcaría el rumbo de todos los dioses causando división entre estos al no saber hacia qué lado decantarse…

    Un alma en pena, una sombra desnudada por el sol de mediodía… en eso se convertiría Gabriel. Una vez vuelto en sí y tras la cristiana sepultura de su hijo abandonaría para siempre su hogar vagando por pueblos, villas y caseríos quedándose apenas un par de días en cada lugar ahogando sus desgracias en alcohol, metiéndose en líos por su “inexistencia”, dejándose golpear, buscando la muerte sin atreverse a abrazarla definitivamente.

    Durante diez años más andaría errante, sin propósito ni placer en la vida encontrando de vez en cuando la bondad de una muchacha, un matrimonio viejo o una familia devolviéndoles una mirada vacía, un rostro enjuto y un par de frías palabras. Precisamente sería con una viejecita con quien encontraría una cena caliente en la víspera de su siguiente encuentro con su Señor. Ya instalado en una troja, con el cielo nocturno como su techo, mientras Gabriel sólo respira, incapacitado ya para vivir, Tezcatlipoca hace su aparición devorando cruelmente a la señora entre súplicas y un par de débiles lamentos, con las velas sobre la mesa como tibias testigos. El español apenas y reacciona. De pronto el recuerdo de su hijo arde dentro de él y lo impulsa a encarar al dios mexica. Entra a la casa y encuentra al ocelote deleitándose con su víctima, pero se interrumpe para saludar al recién llegado. Adopta su forma semi humana y le brinda una despreciable sonrisa, esto indigna y enfurece a Gabriel quien exprimiendo todas sus fuerzas le grita fuera de sí:

    -¡¡OJALÁ QUE ARDAS EN LAS LLAMAS DEL INFIERNO, MALDITO!!

    A un dios, sea de naturaleza benigna o maligna no se le trata así. Tezcatlipoca, infame, le da la espalda a su acompañante, se dirige al fogón, toma unas brasas en las manos y se vuelve hacia un espantado Gabriel que resiste estoico la amenaza, pero al probar el ardor de las brasas en los ojos se desploma luego de un efímero agobio. El dios mesoamericano todavía le restriega en las cuencas ya vacías los restos calcinantes, divertido, aplicando respeto y “justicia”. Luego entra en su mente y aunque inconsciente el conquistador, le advierte que ahora regresará cada semana por su paga, condición que a Gabriel no le dejará de otra más que aceptar su destino.

    Tan pronto recupera la lucidez se retuerce de dolor ante el ardor de las brasas que ahora sustituyen a sus ojos en una estampa dantesca. El dolor ya no desaparecerá jamás, el español tendrá que aprender a vivir con ello y con la presión de preparar víctimas para su Señor, resistiéndose al principio, creyendo que puede hacer algo al respecto para solucionarlo, pero endurecido su corazón, marcado su destino y anhelando sentirse vivo otra vez, se resignaría a llevar a cabo su triste tarea. Aprovecharía los turbulentos tiempos de conquista espiritual y asimilación cultural y sus dones para actuar temiendo y odiando al amo con cada respiro y latido, preguntándose mil veces por qué lo habría elegido a él de entre todos los enemigos y profanadores. Pero la respuesta no llegaría nunca, sólo exigencias.

    …Ante la necesidad de Quetzalcóatl de encontrar a Tezcatlipoca y exigirle rendir cuentas, pero sin poner en riesgo a sus seguidores, crearía la orden de los naguales: almas benignas confinadas en el Tlalocan y que suplicaban a su Señor les concediera el conocimiento absoluto y otra misión en la vida. A estos hechiceros corrompería paulatinamente Tezcatlipoca, hasta conseguir su obediencia. También uno a uno los señoríos mesoamericanos caerían en su poder rindiéndole un culto fanático…

    Gabriel regresaría paulatinamente a su vida de juergas empalmando ambas actividades: placer y misión, intentando burlarse de Tezcatlipoca al ofrecerle sólo a gente de baja condición. Se le veía como un caminante vistiendo harapos, cubriendo sus ojos con un retazo. Un paria, y sin embargo alguien agradable con quien platicar y beber. Alguien a quien sólo ves una vez en la vida y te marca. Andando por calles empedradas, caminos de tierra y veredas discretas en la sierra. Evolucionando con el pasar de los años, dándose un festín con los conflictos bélicos que pulularían en la nación una y otra vez durante más de cuatrocientos años. Favoreciendo al nacer de los sonecitos, cantando hombro a hombro con los revolucionarios, provocando los peores desastres en los modernos antros, deleitándose con las llamas, el alcohol y las formas femeninas.

    Una leyenda urbana. Su mejor etapa… allá a principios del siglo XX. Su vestimenta charra y oscura haría palidecer a comunidades enteras. Su andar nocturno por el empedrado haciendo sonar las espuelas buscando cantinas y compañeros. El silbido característico anunciando su paso invitando a seguirlo y a huir de él por igual, hechizando lujurioso a las muchachas…pero también llorando por el hijo amado…. Confundido con el diablo por causar alboroto entre los animales a su paso. Convirtiendo el lodo acedo en exquisito licor, cualquier astilla en finos cigarros y generando la idea de montar un hermoso caballo con sólo chasquear los dedos.

    En la actualidad el par de brasas en lugar de ojos ha sido disimulado cubriéndolos con modernos lentes, la ropa de charro se ha convertido en modas europeas, el caballo se ha transformado en autos de lujo. Las víctimas no tienen que estar vivas para saciar a su Señor, quien reclama su paga en múltiples e imperceptibles formas, así que todas esas muertes inexplicables, repentinas, incluso las más horribles son ya mera autoría del Amigo. Su carisma sigue siendo incuestionable, su misión continúa siendo la misma. Así que la próxima vez que te encuentres a alguien encantador y sobrenaturalmente apuesto en el antro, en el metro o hasta en el templo, fíjate bien, revisa las señales, intenta desenmascararlo preguntando sutilmente por su hijo perdido, no vaya a ser que termines tu joven vida en las fauces del dios oscuro, Tezcatlipoca.
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Escritora
    Oh, wow, que relato tan impactante. Que horror para Gabriel vivir una eternidad sirviéndole a un ser tan monstruosamente sádico. Y qué cosa tan curiosa, acabo de publicar una leyenda sobre un charro, supongo que por muchas partes existen diferentes versiones sobre un hombre vestido de charro que va robándose almas xD

    Pero bueno, Gabriel ha dejado atrás esta vestimenta y ahora se le podrá encontrar actualizado. Un amigo como ese, mejor enemigo y para los que acostumbran esos vicios, pues... ¡Mucho cuidado!

    Los nombres de los dioses son difíciles de aprender... y hasta escribir xD
     
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  3.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
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    Pluma de
    Escritora
    Mis sinceros saludos y felicitaciones Víngilot, me alegra mucho haber contado con tu participación en la actividad.
    Antes que nada, déjame felicitarte por tu escrito, debo decirlo, lo reserve para el final en la calificación por que, fue uno de los que más me gusto, bueno, me han gustado todos, pero el tuyo tiene un cierto encanto que no se bien como describir.
    El manejo de las palabras y la mezcla de leyenda y mitología me ha encantado. Siempre ame mucho la mitología azteca, maya e inca y escuchar una leyenda de este calibre alegra mucho mi corazón.
    Dolorosa y cruda en un principio, trágica y desoladora en el final, no pude evitar derramar unas cuantas lágrimas mientras leía. Primero por los hechos históricos que narras y luego por el final de Gabriel, que, si bien era justo, solo acarrearía consigo más muertes. Justicia divina al fin y al cabo...
    Y bueno, con lo que respecta a narración y ortografía ( si bien note una que otra coma ausente), no tengo quejas en realidad. La ambientación y descripción de las emociones ha sido el adecuado y la enseñanza final... más clara no podría estar: "No te fíes del Amigo reciente, pequeño saltamontes, pues nunca sabrás que intenciones trae consigo"
    Sin más que decir, gracias por concursar y suerte en la actividad.
    Mi calificación: 10/10.
     
    Última edición: 13 Septiembre 2014
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  4.  
    Dororo

    Dororo Entusiasta

    Aries
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    Pluma de
    Escritora
    En primer lugar, al igual que Shassel agradecer tu participación en esta actividad. Aunque ya había leído las historias con anterioridad me fue imposible comentar y otorgar las puntuaciones hasta hoy, así que pido disculpas por la demora y espero de corazón que esto no te desanime a participar en futuras actividades de este foro.

    Bien, y ahora sí, vamos con el comentario…

    Ortografía y redacción:
    Una ortografía casi perfecta, puede que encontrara una o dos faltas, algo insignificante para un texto tan largo. Mi más sincera admiración y felicitaciones, y no sólo por la ortografía si no por la fluida narración, el vocabulario utilizado y las palabras escogidas. Sólo tengo una corrección y es el uso de mayúsculas para señalar que los personajes están gritando, un recurso que solemos encontrar en muchos fics pero cuyo uso no es correcto. De todas formas, mi puntuación es de 3 sobre 3 en este campo.

    Creatividad y coherencia:
    ¡Ah! Juegas con ventaja Víngilot, tú sabes que no puedo resistirme a una buena historia sobre Tezcatlipoca y… ¡Cómo me gusto ésta! Me recordó a las leyendas de Bécquer, e incluso tuve que buscar el libro y releer alguna. No sólo cumple perfectamente con lo que se pide en la actividad sino que, además, las descripciones y la cantidad de detalles que das hacen que no puedas dejar de leer, te atrapa de principio a fin. Un final bien horroroso, y nada previsible, para el protagonista convertido el mismo en leyenda a manos de un oscuro dios. Mi puntuación 3 sobre 3.

    Originalidad:
    Como no conocía ninguna de las leyendas participantes todas me resultaron de lo más original, es por ello que decidí finalmente otorgarles un tres a cada una de ellas y guardar el cuatro para la que, por su temática, más me sorprendió. Así que iba a otorgarte un 3 pero en el último momento cambié de opinión y decidí darte también un 4, no quiero que Tezcatlipoca se enfade y cobre venganza sobre mí.

    Con todo esto la puntuación final sería 10. Siempre es un placer leerte en este subforo, en general siempre es un placer leerte, Vígilot
     
    Última edición: 28 Septiembre 2014
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  5.  
    Elayne

    Elayne Lo onitumo lati sọ: wuyi lati pade rẹ.

    Cáncer
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    Pluma de
    Escritora
    Calificacion 9.5/10
    Un gran escrito que te invita a seguir leyendo, te profundiza a la curiosidad de saber que mas esta por suceder, eso es invaluable.
    La historia es interesante, acapara bastante el hecho de la tragedia, lo que caracteriza a casi todos las leyendas. Pero esta sin mas lo hace de forma correcta y brillante, haciendo que una misma maldicion se cumpla una y otra vez. El final me pareció genial, le diste el mensaje o advertencia que suelen tener los escritos, ya que más que nada se les cuentan a los niños, para que aprendan un poco más de su país o ciudad. Mi unico problema, son los puntos suspensivos, me deja pensando sí, pero a veces esas pausas hacen que pierda el hilo de la lectura, porque en redaccion, eres bastante equilibrado y correcto.
    Eso es todo, que tengas un buen día.
     
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