Imperio de Elérea Elérea, capital del Imperio

Elérea

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Ubicación: Cuadrante C4
Zona peligrosa: Pasadizo secreto (Niv. recomendado: 18)

Elérea, la capital del Imperio homónimo, quien a su vez da nombre a todo el continente. Un imperio creciente, cada vez más y más grande, que parece no conocer límites en su expansión... y esta ciudad representa el núcleo del mismo. En el centro, el enorme Palacio del Emperador Zael se alza, pudiendo verse desde casi cualquier parte de la ciudad.

Tras la invasión de los Caballeros Blancos, la ciudad está asediada, libre de todo tipo de guardias eleanos, todos ellos muertos o fugados. La ciudad sigue con vida y sigue existiendo, pero el Palacio ya no es accesible, el Emperador no se encuentra aquí, y el poder que una vez tuvo esta urbe ha quedado completamente gobernado por ángeles... o, según piensan sus ciudadanos, por un misterioso ejército que al menos les permite seguir viviendo en sus casas.

Contenido oculto: Comercios del Palacio

El palacio está asediado, y por tanto es inaccesible

Contenido oculto: Comercios de la zona residencial

Posada: restaura Ps y PV de todo el grupo. 80 guiles.

Tienda de objetos
- Poción (+20 PS, ratio x0,1): 30 guiles
- Ultrapoción (+50 PS, ratio x0,4): 50 guiles
- Omnipoción (+30 PS, ratio x0,25, cura a todos los aliados): 55 guiles
- Éter (+10 PM, ratio x0,1): 80 guiles
- Ultraéter (+20 PM, ratio x0,25): 120 guiles
- Antídoto (cura el estado Veneno): 40 guiles
- Hierba del eco (cura el estado Mudez): 50 guiles
- Colirio (cura el estado Ceguera): 50 guiles
- Aguja de oro (cura el estado Piedra): 80 guiles
- Refresco (cura Ardor): 60 guiles
- Caldo (cura Congelación): 60 guiles
- Estimulante (cura Electrocución): 60 guiles
- Analgésico (cura Molestia): 60 guiles
- Cola de fénix (revive a un aliado caído, con PS iguales a ratio x0,33): 130 guiles

Contenido oculto: Encargos del Palacio

El palacio está asediado, y por tanto, es inaccesible.

Contenido oculto: Encargos de la zona residencial

- Armero: "Un incordio rocoso"
Objetivo: derrota al Gólem en el Mapamundi de Elérea.
Cumplido por: Roxy
Recompensa:
-Nodo magitek x3

- Niño perdido: "Peter y el Mu" [solo para Erin]
Objetivo: reúne a Peter con sus padres en Portobelo sin que sufra daños.
Recompensa:
- Ropajes raídos x3
- Cuero rígido x2
- Lana gruesa x3
- Jersey de lana x1
Completado por: Erin

Contenido oculto: Encargos del barrio bajo

- Niño responsable: "El libro perdido" [solo para Kein]
Objetivo: reúne información en la Biblioteca para averiguar sobre el libro desaparecido de la sección secreta.
Recompensa:
- 200 guiles
- Diente de Shinryu x1
Completado por: Kein

Contenido oculto: Ciudadanos: Palacio

El palacio está asediado, y por tanto, es inaccesible.

Contenido oculto: Ciudadanos: Zona residencial

- Luca, portobelino urbanita
>> Comandar: 10%
>> Solicitar: 50%
>> Ayudar: 30%
>> Intimidar: 80%
>> Espiar: 60%
>> Preguntar: 40%
>> Engatusar: 70%

- Regina, emprendedora decidida
>> Comandar: 40%
>> Solicitar: 80%
>> Ayudar: 20%
>> Intimidar: 60%
>> Espiar: 70%
>> Preguntar: 20%
>> Engatusar: 30%

- Marian, madre atemorizada
>> Comandar: 10%
>> Solicitar: 10%
>> Ayudar: 80%
>> Intimidar: 90%
>> Espiar: 30%
>> Preguntar: 70%
>> Engatusar: 50%

- Raimundo, dolinés melancólico
>> Comandar: 60%
>> Solicitar: 60%
>> Ayudar: 50%
Intimidar: 10%
>> Espiar: 40%
>> Preguntar: 40%
>> Engatusar: 70%

Contenido oculto: Servicio de síntesis: Artesanía

Servicio de síntesis de artesanía:
En los puntos de síntesis, se os ofrecerá un ingrediente base y podréis añadir más de entre objetos robados a enemigos u obtenidos en misiones o comprados para crear distintos artefactos. Ciertos objetos sirven para crear cierto tipo de utensilios, así que no todos servirán en todos los puntos de síntesis.
Este punto de síntesis permite crear armas y armaduras. Dependiendo del punto de síntesis de artesanía y el material base que use, cada artesano será especialista en crear armas o armaduras, una de las dos; pero todos podrán crear ambos tipos de equipamiento dependiendo de lo que le deis.
La artesanía, sin embargo, tiene algo especial: algunas armas y armaduras se pueden mejorar de este modo. Esto quiere decir que puedes usar una de tus armas/armaduras como ingrediente. Incluso puedes combinar dos de ellas usándolas como dos ingredientes, ¡o incluso tres! Siempre recuerda, eso sí, que existe el ingrediente base, y que si no tiene mucha coherencia la mezcla, estarás básicamente desperdiciando tus armas o armaduras, porque las transformarás en algo peor. ¡Piénsalo bien antes de mejorar cosas!
Para este servicio en concreto, debes pagar 60 guiles por ingrediente extra que aportes y 80 si introduces un arma o armadura como ingrediente. Máximo de 3 ingredientes extra. Si por ejemplo usas un arma y dos objetos, te costaría 200.

Material base:
- Energía magitek de contrabando

Piezas creadas:
- Palo oscuro (Energía + Cualquier palo sin propiedades especiales + Hueso maldito (uno o varios)) (Clase: D)
- Martillo de caza reforzado (Energía + Martillo con propiedades de caza + cualquier martillo + Hierro) (Clase: D)

 

Capítulo 1-3: Proteger a la patria​

La labor de patrulla por Elérea era una de las más sencillas, pero también algo aburrida. Erin Elroy, una de las tres Titanes del Imperio, caminaba con su armadura, resonando el metálico eco de la misma por la zona. Varios soldados la seguían, a una distancia prudencial, siguiendo el ritmo, pero alejados... no solía hablar mucho con ninguno de ellos. Eran superiores por algo, ¿no?

Siempre hacían el mismo recorrido: descendían desde el Palacio del Emperador, haciendo el trayecto por el barrio de la nobleza, descendiendo luego a la zona residencial. Un pequeño paseo después por la zona baja, giraban desde ahí hasta el norte de la ciudad, y subían, regresando en sus pasos en sentido inverso. Era rutinario, protocolizado y claro. Como a Erin le gustaba. Pero había algo que le gustaba menos: sentir las miradas de todos clavadas en ella. No dejaba de ser una de las Titanes, la élite del ejército. Era normal que la mirasen, ¿no? Debía ser por eso. Erin se autoconvencía de que no tenía nada que ver con su pasado; la gente, ahora, la juzgaba por quién era ella, no sus ancestros. O eso quería creer.

Ah, pero era tranquilo pasear, sí. Sencillo, tranquilo, sin lluvias carmesíes ni monstruos. ... era tranquilo, claro. En pasado. Porque él apareció.

—Vaya, vaya. Erin Elroy en persona.

Sus cabellos destartalados pero, de algún modo, perfectamente colocados en ese medio flequillo suyo, su capa elegante hondeando a la espalda de su armadura, y ese rostro serio que no era más que una burda máscara que ocultaba a la persona menos seria que Erin había conocido. Sí, no había duda; no era otro que Aidan Hawk, el Relámpago Eleano. Otro de los Titanes.

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—Se comenta que va a haber otra lluvia carmesí justo hoy —dijo, con semblante serio, formal. A Erin no podía engañarla. Era imposible que alguien como él dijese algo en serio ni una sola vez en su vida—. El rojo caerá, lentamente, y hará que surjan monstruos por todos lados... si te pasas bebiendo, claro. ¡Hablo del vino que ponen en la Taberna Cinco Rosas, por supuesto! Erin, tienes que probarlo algún día. Eso sí que es una lluvia carmesí como los Árboles Sagrados mandan, hombre. O mujer, en tu caso. Creo.

Golpeó su hombro en gesto amistoso, sin dejar de mantener esa expresión seria. Sorprendía cómo alguien tan payaso como Aidan podía ser tan difícil de hacer reír. Pese a que pareciese que él intentaba provocar risa en todos a su alrededor. Sin mucho éxito, a juicio de Erin, desde luego.

—Ah, yo había venido para algo. Pero no me acuerdo. Efectos secundarios de la lluvia carmesí, imagino. El vino, quiero decir. ¡Es broma, no me pegues por beber de servicio, eh! Suficiente tengo con cabrear al Puño de Elérea como para cabrear ahora a la Coraz-. ¡Ah, eso, el puño, la Taberna! Ya sabía yo que el vino tenía algo que ver.

>> Se trata de Darek, Erin. Que quiere que vayamos a la Taberna Cinco Rosas o algo así. ¡Y te juro que va en serio, no es como si me quisiese escaquear de la patrulla ni nada así! Aunque tampoco es como si fuese incompatible una cosa con la otra. En cualquier caso, parecía importante, creo yo. Me cuesta pillar a ese tío, nunca sé si va en serio.

... mira quién habla.

—Así que... ¿te acompaño? Tenemos tiempo y eso. Siempre estoy abierto para una cita, Erin~.

>> Seguir la patrulla: explorar el barrio bajo
>> Seguir la patrulla: explorar la zona residencial
>> Ir a la Taberna

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Yáahl, la historia de Erin comienza aquí. No creo que necesites mucho más contexto que este, ¡en el post ya tienes suficiente contexto! Para progresar en la historia debes ir a la Taberna, pero si quieres ir cogiendo soltura y postear un par de veces, no dudes en explorar un poco. ¡Pero que sepas que Aidan no quiere nada serio, eh! (?)

 

Aidan suspiró, mientras seguía de cerca a Erin.

—Vaya. Yo que pensaba que podríamos dejarlo para otro momento. Erin, Erin, ¿por qué tienes que ser tan rígida? Un poco de flexibilidad siempre viene bien. Y no iba con segundas. Aunque ahora parece que va con segundas. Mejor me callo, ¿no?

Los pasos les llevaron hasta la zona residencial. Era una de las zonas más habitadas de la ciudad; no en vano la mayoría de la población de la zona estaba compuesta de personas de clase media. También era ahí donde estaban la gran mayoría de los comercios, cosa que Aidan no tardó en aprovechar.

—Conozco alguna que otra tienda de ropa interesante por aquí. Podríamos pasarnos, Erin. Aunque no sé si encontraríamos ropa que te quede bien encima de la coraza esa que llevas... porque la armadura es parte de tu cuerpo, ¿no? Como nunca te he visto sin ella, asumo que es así. Así funcionamos las personas, ¿no? En base a la experiencia.

Ay, ¿qué decía ahora Aidan? A veces entraba en unos monólogos él solo... en fin, sea como sea, era cierto que había sitios interesantes para comprar allí. Pero no era el momento, ¿verdad que no?

>> Seguir la patrulla: explorar el barrio bajo
>> Ir a la Taberna

 

—Desde luego, la coraza te va bien. Eres igual de rígida que ella.

Disgustado, Aidan caminó tras Erin, siguiendo la patrulla, manos tras la nuca.

Los pasos les llevaron al barrio bajo. Ubicado en la periferia de Elérea, ciertamente el barrio bajo no era especialmente agradable. Se notaba mucho más dejado que el resto de la ciudad, más sucio, más abandonado.

—Una pena este lugar —comentó Aidan, serio—. Ya podríamos desde el Castillo darle algo más de atención, ¿no? O espera un momento. ¿Qué dices tú, Erin? ¿Crees que si mejoramos la zona marginal, otra zona pasará a ser la marginal ahora que la antigua ya no lo es? Estaríamos subiendo el listón, después de todo.

Pero qué ideas tenía este hombre.

—No, pero ahora en serio. Alguien debería preocuparse por este sitio. No creo que sea bueno, ni siquiera para el Emperador. Da mala imagen... y si de verdad quiere contentarnos, ¿no debería tratar de contentarnos a todos, y no ignorar a un puñado de gente en beneficio de otros con más recursos y, por tanto más útiles?

... wow. Aidan había dicho algo serio y bastante inteligente. Pero cuestionar de esa manera al Emperador no parecía muy profesional por su parte.

—Por supuesto, Erin, si comentas que he dicho esto, lo negaré todo y diré que estabas hasta el culo de lluvia carmesí, primer aviso.

Ah, eso era ya más normal.


>> Ir a la Taberna

 

Finalmente, Erin y Aidan se dirigieron a la Taberna Cinco Rosas. Era una de las tabernas más grandes de toda Elérea, y, sin duda, un punto de encuentro tremendamente concurrido. Se ubicaba entre la zona real y la zona residencial, así que sus visitantes solían ser gentes de alto poder adquisitivo.

El nombre de "Cinco Rosas", al parecer, surgía de los Cinco Árboles Sagrados. En la taberna ponían platos y bebidas temáticas, y su plato estrella eran las "Rosas de Yggdrassil", un postre que, al parecer, estaba buenísimo. Erin no lo había probado nunca, pero Aidan se lo había dicho. Muchas veces. Demasiadas.

¿El tema de las rosas? Porque, al parecer, cerca de los árboles sagrados crecen flores hermosas, o eso dicen. Tampoco había estado nunca cerca de uno: estaba prácticamente vetado, salvo orden imperial, acercarse a Yggdrassil, y el resto de árboles estaban demasiado, demasiado lejos. En otros continentes, de hecho; en las "alas" de Ilumbra.

Nada más entrar, sin embargo, escuchó la vocecilla canturreando de un Historipó. Ah, esos Moguris que se ganan la vida contando partes de la historia de Ilumbra en casi todas las poblaciones. Lo hacían gratis, solo a cambio de donativos voluntarios, pero a veces eran un poco pesados. Sobre todo cuando una los encontraba contando siempre lo mismo en el mismo lugar. Aunque a decir verdad, este Historipó no lo había escuchado nunca...

—¡Bueno! ¡Yo voy a querer vino y una buena Rosa de Yggdrassil! ¿Te pido otra para ti, Erin? O prefieres que te compre, no sé, algo más amargo, como... ah, mierda, no conozco nada amargo. ¡Quién lo quiere, habiendo dulce!

Oye, ¿pero no se supone que...?

—Oh, ah, sí. Darek, sí. Debe andar por aquí. No me mires con esa cara, que no te he mentido, es verdad que nos ha citado. Ahora, no me preguntes dónde está, mira a ver si lo encuentras. ¿Sabes lo que sí que sé dónde está? ¡Mi Rosa! ¡En la barra! ¡Por solo 100 guiles!

Y... Aidan se marchó corriendo a la barra. Ah, no tenía remedio...

>> Escuchar al Historipó
>> Buscar a Darek

 

—¡Historipó, Historipó! ¡Kupó, kupó, kupopó~! ¡Aprende de historia en un momentín, con tu estimado Historipó!

El moguri seguía llamando la atención de la gente en la entrada de la Taberna, alegre y agitando sus manitas. Qué peludito era... seguro que era suave.

—¡Kupó! ¡Elérea, que gran Imperio, kupó! Un Imperio próspero, sin duda, kupó. Elérea es el país más antiguo de todo el mundo de Ilumbra, y cuentan que fue el primero que se alzó cuando los humanos surgieron en este mundo, creados por los ángeles, sagrados seres que descendían desde los Árboles Sagrados, enviados por estos para dar forma a los seres que habitan el mundo. ¡Qué buenos eran los árboles, kupó! Pero qué necios los humanos, ¡acabaron en una guerra, kupó! ¿Quién no conoce la Guerra de la Liberación de Elérea, kupó? El último monarca del Reino, antes de que cambiase al forma de Gobierno de la región, comenzó a comportarse de forma algo malévola. ¡Mataba a todo el que se interponía en su camino, sediento de sangre y carente de cordura, kupó! El Rey Carnicero, le llamaban. De aquello hace 100 años: ¡tres valientes caballeros le derrotaron, enfrentándose a sus tropas en una ardua batalla, para acabar con su tiranía! ¡Y así, cada uno de ellos se coronó como el líder de una nación del Continente de Elérea, surgiendo las tres regiones: Shinryu, Fayar y Elérea en persona!

>> Kupó, kupó, ¡vivan los Historipó! Déjanos unas moneditas si te ha servido de algo la lección, ¡y si no, la próxima vez piénsatelo mejor! ¡Kupopó!

... la Guerra de la Liberación, el Rey Carnicero. Erin se sabía ya esa. ... quizá nunca debió haber escuchado al moguri.

>> Buscar a Darek

 

Los pasos de Erin la llevaron a buscar a su compañero entre la multitud. La Taberna, si bien espaciosa, estaba bastante llena en ese momento. No en vano era la hora de comer ya, y eso que Aidan ya estaba con el postre. Pero si estaban allí, no era ni para perderse entre la multitud, ni para comer. Era para buscar a Darek y escuchar qué demonios tenía que decirles. Ya podía ser algo importante, sin duda.

Con todo, el paso firme de Erin fue desestabilizado cuando alguien la empujó, haciéndola tambalearse ligeramente. Un chico había caído sobre ella, cayendo al suelo desplomado. Y, cuando miró quién lanzó a esa persona y lo dejó inconsciente, observó a un grupo bastante numeroso de hombres vestidos con elegancia, sí, pero con rostros desagradables y petulantes. Eran de esos nobles que se creían los reyes de Elérea, y habían golpeado a aquel chico a saber por qué razón. Solo eso ya hizo enfurecer a Erin. Y, posiblemente, solo con ver que una Titán estaba ahí, ya se amedrentar-

—¡Anda, pero mira por donde! ¡Si es Erin Elroy! —comentó uno, ególatra. Lo conocía de vista, sí. Era un marqués popular en la zona... con cierta inmunidad, usualmente. Su dinero era importante para el Imperio. Y el hombre aprovechaba eso para decir y hacer lo que quería sin consecuencias—. Y la han nombrado Titán... este Emperador, ¡ya no sabe qué hacer! ¡Poner a una asesina sin escrúpulos en esa posición!

... ¿asesina sin escrúpulos?

—Anda, sigue haciendo tu patrulla. No me mires así, o tendré que reportar al Emperador tu mala conducta, ¡me estás amenazando! A nadie le extrañaría, después de todo, ¿no? Se veía venir que algo así pasaría contigo, ¿no?

La gente se giró entonces a mirar a Erin, estando atentos a la escena. La miraba, escrutándola de arriba abajo. Quizá muchos ni siquiera eran conscientes de quién era ella, de dónde salía. Pero al exponerla de aquella forma, los cuchicheos no tardaron en aparecer. ¿C-Cómo osaba...? Ah, pero no podía hacer nada. El maldito tenía inmunidad...

—Ja, intenta detenerme, vamos. No puedes. Y menos aún sin un motiv- ¿¡qué demonios!?

El marqués se sobresaltó cuando la nata bañó toda su cabeza. Ni siquiera habían podido ver de dónde salía, pero un dulce salió volando en su dirección. Cuando Erin se giró, vio a Aidan, boca manchada de esa misma nata, masticando.

—¡Oh, wow, señor marqués! —dijo, haciendo aspavientos, mientras tragaba—. Lo lamento profundamente. Me he debido tropezar, con la mala suerte de que el bollo se me ha escapado. ¡Los hacen muy resbaladizos!

—... i-insolente, ¿cómo te atreves?

Y, movido por la ira, el Marqués lanzó su vaso en dirección a Aidan, furioso. Pero este lo cazó al vuelo, casi sin inmutarse, y miró a Erin con gesto pícaro.

—... intento de agresión a una autoridad. ¿Qué me dices, Erin? ¿Es motivo suficiente para detenerlos? Yo digo que sí.

Tenso, el Marqués miró a su alrededor, como buscando una escapatoria. Todo se empezó a revolucionar un poco entonces: bajo las órdenes de aquel cínico, sus hombres comenzaron a levantarse, con claras intenciones de agredirles y generar caos para permitirle escapar. Pero no fue tan fácil. Aidan, veloz como un rayo, ya estaba siguiéndole... no llegaría muy lejos.

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El problema es que estaba sola, ahora. Y aquellos tipos amenazaban con botellas rotas y puñales. ¿En serio les merecía la pena sacrificar una buena temporada en los calabozos por un marqués...? En fin. El trabajo es el trabajo.

Intentaron lanzar sus botellazos, ambos nobles contra ella. Sus botellas impactaron en ella... sí, fueron golpes contundentes, pero, oh, vamos. No la llamaban la Coraza del Imperio en vano.


NOBLE ELEANO A
- PS: 40/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 50
- Defensa: 30
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 0
- Defensa Mágica: 0
- Velocidad: 30
Ataques:
-Botellazo (+15 Daño físico. Solo se puede usar una vez)
+35 experiencia

NOBLE ELEANO B
- PS: 40/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 50
- Defensa: 30
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 0
- Defensa Mágica: 0
- Velocidad: 30
Ataques:
- Botellazo (+15 Daño físico. Solo se puede usar una vez)
+35 experiencia

Turnos:
- Noble A
- Noble B
- Erin
- Noble A
- Noble B
- Erin
- Noble A
- Noble B

 

El golpe de Erin fue muy poderoso, pero insuficiente para tumbar a aquel Noble. Ah, el tipo era resistente. También Erin estaba peleando con moderación; suficiente altercado se estaba formando ya en la Taberna como para estropearlo más aún. Pero quizá una demostración de su magia hubiese servido para callar bocas, y de paso para tumbar a esos dos de un solo golpe. Oh, en fin.

Tampoco es como si fuesen a lograr hacerle mucho daño.

Noble A: Navajazo
Noble B: Navajazo


NOBLE ELEANO A
- PS: 5/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 50
- Defensa: 30
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 0
- Defensa Mágica: 0
- Velocidad: 30
Ataques:
-Botellazo (+15 Daño físico. Solo se puede usar una vez)
-Navajazo (+10 daño físico)
+35 experiencia

NOBLE ELEANO B
- PS: 40/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 50
- Defensa: 30
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 0
- Defensa Mágica: 0
- Velocidad: 30
Ataques:
- Botellazo (+15 Daño físico. Solo se puede usar una vez)
-Navajazo (+10 daño físico)
+35 experiencia

Turnos:
- Noble A
- Noble B
- Erin
- Noble A
- Noble B
- Erin
- Noble A
- Noble B

 

Dándole un fuerte golpe con el lado plano de la espada de Erin, uno de los nobles cayó al instante, exhausto. Hmpf. Eran débiles, pero, al final, lograrían rayarle la armadura.

Con lo que costó pulirla.

—¡S-Sucia asesina! —gritó el otro noble, desesperado, arremetido dos veces con su navaja.


NOBLE ELEANO B
- PS: 40/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 50
- Defensa: 30
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 0
- Defensa Mágica: 0
- Velocidad: 30
Ataques:
- Botellazo (+15 Daño físico. Solo se puede usar una vez)
-Navajazo (+10 daño físico)
+35 experiencia

 

Agotado y exhausto, el noble miró a su alrededor y observó el rostro de todos los clientes de la taberna, quienes se estaban riendo de él en su mayoría; sus intentos por vencer a Erin eran tan inútiles y estaban tan sentenciados desde el mismo inicio del combate, que el "público" se lo había tomado a risa. Y eso le irritó tanto que, en vez de rendirse, intentó desesperadamente darle otro navajazo a Erin.

Pero sería el último.


NOBLE ELEANO B
- PS: 5/40
- PM: 0/0
- Fuerza: 50
- Defensa: 30
- Poder Mágico: 0
- Terapeucidad: 0
- Espíritu: 0
- Defensa Mágica: 0
- Velocidad: 30
Ataques:
- Botellazo (+15 Daño físico. Solo se puede usar una vez)
-Navajazo (+10 daño físico)
+35 experiencia

 

Erin, con un nuevo tajo, sentenció el encuentro. Y la gente a su alrededor, observando la pelea, quedó mirándola con sorpresa. Algunos mostraban admiración; otros, miedo; otros, incluso, parecían estar descontentos con el hecho de que Erin hubiese ganado esa pelea.

No fue hasta que aquella voz ronca, severa y opaca se oyó, retumbando en la zona, cuando todo el mundo cambió su expresión a una de intimidación.

—... se acabó el espectáculo. Vuelvan a sus comidas, caballeros. ¿Quieren?

Ah. Era... el Puño de Elérea. Darek en persona, el tercero de los Titanes y el motivo por el que estaban allí, en aquella taberna (bueno, eso y las Rosas, claro. Las Rosas son importantes). Con manos a la espalda, y sin ocultar la gigantesca Aymr, su horripilante hacha negra, enorme, y que casi parecía una garra de uñas afiladas, serrada y puntiaguda. Y él, de ojos rosados, viestiendo de blanco y con cabellos negros como el carbón, era un hombre grande, callado, serio, imponente e intimidante. No hablaba mucho, pero... cuando hablaba, solía ser con contundencia.

Contenido oculto

Cuando se acercó a Erin, miró a ambos lados, y, tras suspirar, dijo:

—Imagino que el Relámpago habrá salido a correr detrás de alguien. No tardará en volver, supongo. Su título... no es en vano.

Indicó con un gesto de la mano enguantada que tomase asiento, y Erin no pudo sino seguir su indicación. Darek la miraba fijamente, con su expresión de seriedad (y la suya sí era real) y sus ojos con aspecto cansado. Y finalmente tomó asiento frente a ella.

—...

No dijo nada al principio. Quedó callado, observándola. Estaba acostumbrada a que el Titán actuase así, pero no dejaba de ser incómodo a veces.

—... te preguntarás... por qué nos reunimos aquí, en plena patrulla. Bien. Resolveré tu duda.

Se aclaró la voz, y, entonces, alzó la mano. Detuvo un puño en ese instante, sin esfuerzo, y suspiró.

—... Aidan. Deja de intentarlo.

—Tsk, ¡siempre me pillas, eh! —el Relámpago había vuelto, apareciendo a la velocidad de la luz. Tomó asiento jovialmente al lado de sus dos compañeros, y, con eso, la reunión de los tres Titanes ya estaba formada—. ¡Bueno! ¿Qué sucede, Darekcito? Debo decir, me alegra que hayas escogido este sitio para reunirnos. ¡He podido tomarme una riquísima Rosa y todo!

—... los postres no han sido el motivo por el que os he reunido aquí —aseguró, sin un ápice de diversión en su semblante, Darek—. Si os he citado en este sitio es porque lo que tengo que deciros no es algo que pueda comentar fácilmente en el Palacio. Gira en torno a alguien importante de allí.

¿Alguien importante?

—¡Oh, suena interesante! —exclamó Aidan. Por cierto, ¿dónde está el marqués? ¿Lo habría pillado, o decidió que le daba pereza...? En fin, qué más daba—. ¿Algún tipo de información super confidencial sobre traidores o algo así?

—... así es.

Cuando dijo aquello, a Aidan se le quitaron, repentinamente, todas las ganas de bromear. Un traidor... ¿dentro del Palacio?

>> Preguntar por la identidad del traidor.
>> Preguntar qué planea el traidor.
>> Preguntar cómo se ha enterado de la existencia de un traidor.