Long-fic de Pokémon - Ego Perforado (Three-shot)

Tema en 'Fanfics Terminados Pokémon' iniciado por J.Nathan Spears, 6 Agosto 2011.

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  1. Threadmarks: Primera parte
     
    J.Nathan Spears

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    Ego Perforado (Three-shot)
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    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
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    5
     
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    2493
    Saludos, gente de Fanficslandia... les traigo hoy otro de mis proyectos alternos. Espero me lo sepan calificar bien.

    Título: Ego perforado
    Pareja: Ninguna (supongo)
    Género: General.
    Resumen: Navaja y Paul han batallado en la Liga Sinnoh. Un entrenador desconocido entra en escena y se enfrenta al ganador al día siguiente.
    Disclaimer: Paul, la liga Sinnoh y todos los pokemon que aparecen aquí, no son de mi propiedad, sino de Nintendo y de Satoshi Tajiri en concreto. No obstante, los entrenadores específicos que aparecen son propiedad de sus respectivos autores
    Aviso: Si ven palabras que van entre corchetes ( “[” “]” ) son los pokemon que hablan, o más bien, intentan comunicar algo
    Dedicado a: Navaja. Ella me ha dado esta fenomenal idea

    Ego Perforado

    Primera parte

    Era el último encuentro de los Cuartos de Final de la liga Sinnoh. Pronto serían las Semifinales y más tarde la gran final. Dos entrenadores estaban en la recta final de su enfrentamiento. En un lado estaba Paul, el frío chico pelos de lavanda con chaqueta colores índigo y negro, pantalones grises y zapatillas blancas y negras. Su último pokemon era su imponente Ursaring. En el otro lado estaba Navaja, una chica de pelo negro y largo que usaba un peto de mezclilla color oliva y shorts del mismo color, con zapatillas blancas con verde claro, como el exoesqueleto de un Scyther. Su pokemon final era Buster, su confiable y poderoso Arcanine.

    Ambos pokemon estaban de pie, pero parecía que podían caerse en cualquier segundo. Los entrenadores se miraban entre sí aparentando seguridad, aunque por dentro ambos estaban nerviosísimos… ninguno de los dos quería perder, ya que obviamente eso marcaría el final de su camino en esta competición.

    Entonces, el perro de Navaja mostró una mueca de dolor por unos segundos, pero cambió su faz velozmente. No quería que sus rivales lo vieran sufrir, ni mucho menos caer ahí

    — [Debo… resistir… no puedo… fallar… aquí] — Pensaba el pokemon pseudolegendario, con deseos de llevar a su entrenadora a las semifinales

    — [Vamos, perrito… déjate caer de una condenada vez…] — Estas palabras se reproducían en la mente del pokemon oso pardo. Paul odiaba perder y él lo sabía muy, pero muy bien. Y aunque estuviera jadeando como loco, estaba dispuesto a cumplir con su misión

    Ambos pokemon permanecían inmóviles y lanzándose miradas penetrantes, esperando a que el otro se derrumbara como una hilera de dominós. Dicha espera acabó cuando por fin el Arcanine se tambaleó…

    — ¡Ah! ¡¡Buster!!

    …Hasta que al fin cayó. Intentó volver a pararse, con todo lo que pudo

    — [Na…vaja…]

    Pero todo fue en vano… sus energías lo habían abandonado finalmente. Nadie se podía creer la escena. Al público la pelea le había parecido eterna pero emocionante y a todo mundo se le había olvidado que las batallas, como todas las cosas buenas, llegan a su final. Entonces, el árbitro levantó la bandera roja de su mano izquierda y dijo, con voz solemne

    — ¡Arcanine ya no puede pelear! Ursaring gana esta ronda y por ende… ¡La victoria es de Paul!

    La reacción de Paul se limitó a respirar hondo para tranquilizarse un poco y regresar a su Ursaring a la PokeBall

    — Regresa… — La luz roja que salía de la PokeBall hizo que el Ursaring se metiera en la Ball. Paul la miró fijamente unos segundos y soltó en voz baja — Menos mal que no caíste antes que tu oponente…

    El público no aplaudía… no abucheaba… ¡Ni siquiera se movía de su asiento! Estaban todos boquiabiertos. Eso poco importaba a la “filosa” entrenadora quien corrió hacia donde estaba su Pokemon para ver si tenía alguna herida grave

    — Buster… ¿Te duele mucho?

    — [Un poco…] — Respondió el can con voz débil y sin abrir los ojos, por supuesto en su idioma

    — Si no podías continuar pudiste habérmelo dicho. No tienes por qué sobreexigirte así…

    — [Lo siento. Realmente quería que ganaras esta…] — Abrió un ojo y vio a Navaja fijamente con él

    — Sí, yo también quería ganar… pero si alguno de ustedes se lastima gravemente, sólo sería una victoria vacía. No creo que si eso pasara, tendría las fuerzas suficientes como para seguir en competencia — De repente, se abraza fuertemente sobre su Pokemon — Me importan demasiado como para arriesgarlos así

    Entre el público se escuchó un “AAAAAWWWWWWW” (reacción de ternura) generalizado al ver a Navaja abrazarse a su pokemon, justo antes de regresarlo a su GreenBall. En poco tiempo ella se encontró con Paul mirándola fijamente y nerviosamente la chica se paró nerviosamente, pero sin bajar la mirada, porque ella sabía que había dado lo mejor de sí en la pelea y sus pokemon también.

    — Navaja…

    — ¿Qué? ¿Vas a burlarte de mí?

    — Sólo diré que has peleado de forma aceptable. Sin embargo, como ha quedado demostrado, la vez que me venciste sólo fue de suerte. Y deja de abrazarte tanto a tus pokemon… eso llega a dar asco

    La chica no supo cómo reaccionar. El público no abucheaba ni aplaudía… sólo se ponía a comentar en voz baja, como si ese hubiese sido un juicio donde Navaja demandó a Paul por dos pensiones alimenticias y el tiro le salió por la culata (pero con estilo). Por la mente de aquella adolescente de verde vestir pasó el darle otra bofetada a Paul, pero ella se sentía demasiado perpleja y desanimada para hacerlo. Sin embargo, una vez que Paul se fue del lugar, el respetable volvió a animarle con aplausos…

    — M-me… ¿Aplauden?

    Aquella entrenadora levantó la mirada hacia el público y los aplausos se hicieron más sonoros. Entonces, ella pudo comprender…

    — Si me aplauden, es porque he peleado dignamente. No tengo nada de qué avergonzarme el día de hoy. — Sus ojos estaban algo húmedos, así que se pasó el brazo por delante, para secarlos — Mis pokemon dieron el máximo, al igual que yo… no estoy nada molesta por haber perdido contra Paul. Esto no es el adiós a esta rivalidad… nos volveremos a encontrar y prometo, no, ¡Juro… que lo venceré! ¡Y así quedaremos a mano!

    Así fue como técnicamente la competencia terminó para ella… ¡Pero aún quedaban combates que disputar! Batallas que ella podría ver y disfrutar como una más entre las decenas de miles de afortunados que pudieron comprar su entrada para entrar al estadio. ¡Aún había motivo para no dejar el lugar!

    Mientras, en una zona de descanso para entrenadores, había uno en particular que estaba de pie y no podía despegar su vista del monitor de 40 pulgadas, el cual transmitía la repetición de los mejores momentos del combate Navaja-Paul. Él era alto, y su peinado como un campo de trigo lo hacía verse aún más imponente. Era rubio, tenía unos cuantos músculos formados, Su cuerpo era cubierto por una camiseta caqui sin mangas color camuflaje con el dibujo de un escorpión en la espalda; sus manos tenían guantes negros sin dedos; sus piernas, pantalones mitad blancos y mitad azules y además calzaba botas de combate tamaño 46. Su frente era adornada por una bandana metálica como los que usan los Ninjas en Naruto, pero sin ningún jeroglífico que representara su aldea. Y sus orbes eran color verde oscuro…

    — Así que… también has pasado de ronda… — Musitó con una voz difícilmente perceptible, pero por el tono de voz, se podía sentir cierta satisfacción, cosa que se confirmó cuando él esbozó una pequeña sonrisa torcida — Perfecto. Nos veremos en Semifinales…

    Como ese era el último combate del día, todos los participantes estaban preocupándose de sanar las heridas de combate que sus compañeros Pokemon habían adquirido. En eso, el espigado joven se encuentra con Paul…

    — Tú… tú serás mi contrincante

    — Oh, miren lo que trajo el gato — Paul se escuchó sarcástico como es lo usual — ¿Nos conocemos?

    — No te hagas. Nos hemos enfrentado en el pasado

    — Oh, sí… y acabé con el equipatético que tienes

    Navaja estaba cerca, así que no pudo evitar escuchar la conversación que estaban teniendo

    — Estos dos se conocen… — Se dijo en voz muy baja, para no interrumpir

    — ¿Crees que mis pokemon son los mismos de la vez anterior? Piénsalo de nuevo… — Volvió a hablar el joven desconocido

    — Lo pienso de nuevo y llego a la misma conclusión. No eres lo bastante fuerte como para enfrentarme — Repuso Paul, indiferente y frío

    — Eso dices ahora… pero te he estudiado y conozco tus puntos débiles.

    — ¿Aún piensas que tengo puntos débiles? ¡No me hagas reír! Creí haberte dejado en claro en aquella ocasión que sólo los débiles tienen esos puntos. No soy como tú y punto.

    El joven pelos de trigal apretaba los puños, intentando controlarse. Navaja estaba pensando en la posibilidad de que ambos se fueran a los puños, e incluso le sorprendió que Paul lo tuviera contra las cuerdas con sus palabras todo el tiempo.

    — Ese joven está perturbado… — Pensó, convencida de que así no tendría la más mínima oportunidad de vencer a Paul en un combate Pokemon. Si hay algo que ella había aprendido es que si uno no estaba calmado, no podía concentrarse ni dirigir bien a sus compañeros, lo que resultaría en que ellos resultaran con más heridas.

    — Vale. No eres como yo… pero tampoco eres invencible — Dijo aquel chico, más calmado al parecer — Nos veremos mañana en el estadio — Y dicho esto, se fue.

    — Patético… — Eso fue lo único que soltó Paul luego de verlo marcharse

    — Oye, Paul… — Navaja se había atrevido a hablarle por fin

    — ¿Qué es lo que quieres? — Respondió el de pelos lavanda, con tal de quitársela pronto de encima

    — Ese joven… ¿Lo conoces?

    — ¿Acaso tú no? Descuida, que no te pierdes de nada

    — Se ve peligroso si me lo preguntas… yo que tú ando con cuidado

    — No te pregunté tu opinión. Además, ese tipo es un completo fracasado — Esta vez sonó con muchísimo desdén

    — No puedo opinar al respecto… pero en serio, toma precauciones

    — No molestes más — Dijo Paul mientras le daba la espalda a la chica a la cual venció hace poco

    — ¡Oye! ¡Sólo te estoy ayudando a prevenir un desastre! No lo provoques más, ¡Es en serio!

    — Sus Pokemon son inferiores en todo aspecto y no son rivales para los míos. Además, se toma demasiado tiempo calculando movimientos y muy poco ejecutándolos. No tiene oportunidad alguna, créeme.

    — Uy, este Paul… — Pensó Navaja, con algo de rabia. No podía creer que Paul siguiera siendo tan despectivo… pero no estaba segura de qué era lo que más la molestaba en específico: La posibilidad de que eso llevara a Paul a la derrota… o simplemente la persistente mala actitud de aquel chico. Un tanto sofocada por las malas vibras, ella decidió alejarse para ver cómo estaban sus Pokemon — Ojalá no tengas que tragarte tus palabras, Paul… — Y habiendo dicho eso, guardó prudencialmente su distancia contra aquel joven pelos de lavanda

    El día siguiente no tardó en llegar. La batalla de Paul y aquel joven un tanto alterado que se vio estaba por comenzar. El público se había posicionado en sus lugares y esperaban nada menos que una batalla intensa y muy reñida. Los dos entrenadores se ponían en cada lado del campo de batalla y el réferi respiraba hondo a la espera de que fuese la hora de iniciar. Eran las 11:58 de la mañana y el combate empezaría oficialmente al mediodía. Ni un solo minuto más temprano ni más tarde.

    Claramente, el rival de Paul aún estaba algo sacudido por dentro. Estaba tenso y parecía inestable como un contenedor de Uranio radiactivo. Su respiración se agitaba cada vez más a medida que la hora sin sombra se acercaba… segundo a segundo. A falta de unos cuantos segundos para el mediodía, se desató la bandana, la quitó de su frente y la sostuvo por la parte metálica…

    — Abuelito, necesito tu ayuda… no creo poder vencerlo solo con mi estrategia. Quiero demostrarle el error que está cometiendo en su forma de criar pokemon, y la única forma en que entenderá es si lo venzo. Dame fuerzas… te lo pido de todo corazón — Y dicho esto, besó la parte que sostenía y se la volvió a poner en la frente

    — La primer batalla semifinal entre Paul y Nathan comenzará en breve. Ambos pueden usar seis Pokemon en este combate, y pueden cambiarlos cuantas veces quieran. Terminará cuando los seis Pokemon de cualquier entrenador ya no puedan seguir luchando. ¿Entrenadores preparados?

    — Listo… — Dijo Paul serenamente

    — Preparado — Dijo Nathan, justo después de que le brillaran los ojos como si fueran estrellas en el horizonte.

    — De acuerdo… — El colegiado rápidamente levantó ambos brazos y sus respectivas banderas — ¡Comiencen!

    Bueno, esta es la primera parte… quisiera sus comentarios, sin importar de la índole que sean. Al menos así veo que se interesan en lo que escribo

    Muchas gracias por su atención. Os saluda el Cordero Metalero \,,/
     
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    Navaja

    Navaja The best people in life are free

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    Vaya, gracias por la dedicatoria, Nathan :)

    Me sorprende que escribieras acerca de mis batallas :) Pero creo que te excediste con mis frases :/ Generalmente no me gusta dar un gran discurso cuando hay un público presente. Y seguir a Paul después de la batalla fué algo Mhm... no sé, como que estuvo demás >.<

    Me gustó el escrito. Pero yo no uso el mismo traje que aparecía en mi dibujo >.< Ahora uso otra ropa. Y no eran shorts, era una falda >.<

    Bueno, espero vver el proximo capitulo
     
  3. Threadmarks: PARTE 2
     
    J.Nathan Spears

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    Saludos, buena gente de Fanficslandia. Luego de varias semanas de pensarme la conti, he logrado algo concreto n__n. Pero antes, un quoteo a mi gran amiga Navaja :3

    Como siempre, respondo en orden

    1- De nada, es un placer enorme. Los verdaderos amigos deberían hacerse más dedicatorias así :B

    2- Ya te lo expliqué por MSN, pero igual lo dejo aquí para que lo sepan los demás: Las frases largas no eran habladas por Navaja, sino solo pensamientos. Y lo de seguir a Paul fue casualidad, porque con los Pokemon hechos polvo después de una batalla (tanto los de Paul como los de Navaja) es natural que estén todos en las cercanías del Centro Pokemon. Aunque... ignoro si hay más de uno en los alrededores de la competencia xD

    3- OK, habrá cambio de traje... espero haberlo hecho bien :3

    4- ¡Acá lo tienen todos! El episodio que sigue

    PARTE 2

    El reloj despertador no paraba de sonar en la habitación. La jovencita se despertó lentamente, se quitó las lagañas de los ojos y vio la hora…

    — Las… 12:20…

    La mente de la chica tardó en reaccionar… hasta que…

    — ¡¡NOOOOO!! ¡Ya son las 12:20! ¡El combate de Paul ya empezó! ¡Y yo que quería verlo!

    Navaja ni se molestó en ir a desayunar, ya que los desayunos eran solo hasta las 11:30. Lo primero que ella hizo fue lavarse los dientes, peinarse y vestirse rápido. En esta ocasión, lucía diferente con respecto al día anterior, cuando estaba peleando con Paul. Esta vez usaba: Una falda de mezclilla con una correa rosa de hebilla plateada, una blusa color cereza con cuello redondo, una imagen de un Jigglypuff cantando y un escote casi imperceptible. Estas dos últimas características de la blusa se notarían de no ser porque ella se puso una chaquetilla color nieve justo encima. Además de ello, se había peinado el flequillo hacia los lados y para mantenerlo a raya también usaba un cintillo rosa. Por último, tenía botas vaqueras…

    — Ya perdí mucho tiempo… ¡Debo correr!

    Eran las 12:29 y todos los presentes en el estadio se encontraban pendientes de la batalla que había…

    — ¡Drapion, usa Colmillo Venenoso!

    La voz de Paul sonaba casi temblorosa. El objetivo de su escorpión era un Swampert… uno más grande que el promedio de su especie y con una cicatriz con forma de cruz en el pecho.

    — Atájalo, Maxima

    Por otro lado, la voz de Nathan se escuchaba poderosa y llena de espíritu, como un trueno. Aquel anfibio no tuvo ningún problema en atajarle los colmillos a su rival.

    — ¡Oh, no! — Alcanzó a exclamar el joven pelos de lavanda. Los nervios le habían hecho olvidar que un ataque tipo Veneno era muy poco eficaz contra un contrincante mitad tipo Tierra. Y para empeorarlo todo, su pokemon estaba ahora a merced de Maxima

    — ¡Azótalo!

    El ajolote gigante dio un brinco y con ese impulso, hizo que Drapion golpeara el piso, como si estuviese desempolvando una alfombra vieja. Justo en ese momento, Navaja había llegado para ver lo que quedaba de… bueno, ya no podía ser llamado combate en su totalidad. Aquel espectáculo ahora parecía masacre.

    — ¡Dios mío! — Exclamó la joven, sorprendida y aterrada, mientras el Swampert seguía sacudiendo al Drapion con las dos manos, como si fuese un trapo — Paul…

    Paul no hablaba, no se movía, ni siquiera cambiaba su expresión facial estupefacta… para él era inconcebible el estar perdiendo por un margen tan amplio

    — Y ahora… ¡¡Dale un uppercut caliente!!

    Esa fue la orden final del joven pelos de trigal. Maxima usó su Puño Fuego a modo de uppercut luego de soltar el agarre de una de sus manos, mandando así a Drapion a volar. El escorpión cayó a escasos veinte centímetros de los pies de su pasmado entrenador, completamente incapaz de pelear

    — ¡Drapion ya no puede continuar! Swampert gana esta ronda y por lo tanto, Nathan avanza a Gran Final.

    Paul estaba petrificado… ni siquiera pudo regresar a su Pokemon a la PokeBall ni mucho menos decirle uno o dos insultos como hacía cada vez que perdía. Anonadada también se encontraba Navaja, que al ver la megapantalla del estadio, pudo notar que mientras Paul tenía solamente seis circulitos descoloridos, Nathan sólo contaba con dos en ese estado, y por lo tanto, cuatro de ellos aún estaban a todo color, lo que significaba que al antes inestable chico de bélico vestir le quedaba la friolera de… ¡Cuatro pokemon en pie!

    — No lo puedo creer… perdió… — Musitó Navaja sin quitar la mirada de la pantalla

    El justo vencedor de aquella contienda avanzó donde su pokemon y le dijo…

    — Lo hemos logrado al fin, compañero… gracias por todo

    — [Je… fue todo un placer] — Alcanzó a decir el Pokemon, antes de ser devuelto a la comodidad de su PokeBall

    Sin embargo, lo que siguió fue algo que nadie se esperó jamás

    — ¿Cuál es el problema, Paul? ¿Tan sorprendido estás?

    Nathan hizo lo que nadie se había atrevido a hacer jamás, además de Cynthia, la campeona defensora: Provocar verbalmente a Paul

    — Uno siempre debe cuidarse de alguien con quien no se ha visto las caras en un buen tiempo. En cuatro meses uno puede cambiar un montón, para mejor o para peor… pero tú, Paul, no has cambiado en nada, y eso te volvió predecible

    — ¿Pero qué se cree ese tipo? — Se dijo Navaja, extrañada de que alguien tuviese la osadía de decirle a Paul, de frente, sus fallos en su estilo

    El público seguía atento. Nadie despegaba los ojos del centro del campo de batalla, en donde el chico de la bandana metálica estaba hablando, siempre con una voz calmada pero que a la vez poseía un tinte solemne.

    — No me olvido de la vez que tus pokemon triunfaron sobre los míos. En esa ocasión me dijiste que mi equipo era débil, lastimoso y que no tenía remedio. Pensabas que me ibas a destruir con tus palabras llenas de ponzoña… ¡Pero no resultó!

    El público comenzó a comentar en voz baja. Murmullos se escuchaban en todo lugar… ¿Realmente Paul era de los que ansiaban ver a sus oponentes destrozados?

    — No… eso… ¡Tiene que ser mentira! — Pensó la chica que había llegado hace poco — Paul no es así…

    — Tú tienes a tu disposición un montón de pokemon valiosos — Continuó el espigado rubio — ellos tienen experiencia y mucho poder. Tienes un sentido estratégico muy bueno. No obstante, por más que lo intenté, no logré sentir nada de pasión viniendo de tus pulmones ni de tus cuerdas vocales. Todo el combate estuviste apagado, casi mecánico… ¿Realmente pensabas en vencerme con esa actitud? ¡Pues ya ves que no te funcionó! Mis pokemon y yo hemos entrenado duramente no sólo en cuerpo, sino en alma… y para ello, siempre nos hemos mantenido cercanos en las buenas y en las malas, en la victoria y en la derrota, a diferencia de ti, que al más mínimo signo de debilidad que puedan mostrar tus pokemon, ya sea enfermedad o cambios de ánimo, lo destierras de tu equipo.

    Los cuchicheos del público cada vez se acentuaban más y más… ahora todos sabían de los malos hábitos de Paul a la hora de entrenar pokemon. Navaja, sin embargo, se negaba a creer tales hechos. Es cierto que una vez vio a Paul tratar mal a sus pokemon, pero estaba segura de que había cambiado desde entonces

    — ¿Y cómo sé yo eso?, te preguntarás ahora mismo… — Prosiguió el de casaquilla militar, antes de que Paul pudiese decir pío — Tu hermano, Reggie… ¡Él me contó todo!

    — ¿R-Re-Re-Reggie? — Alcanzó a balbucear el receptor del discurso

    — Así es. Nos hicimos amigos en cierta ocasión. Él me ayudó a mí y a mis pokemon a recobrar el espíritu cuando más lo necesitábamos. También me dijo que tu modo de relacionarte con los pokemon deja mucho que desear. Pero por sobre todo, sólo te importa ganar y ganar… no eres capaz de apreciar las lecciones que te da la vida como entrenador… no aprecias tampoco los momentos que pasas con tus pokemon… ni mucho menos las amistades humanas que pudiste hacer en el camino. Todo ello nos impulsa a seguir y a mejorar, no sólo como entrenadores, sino como personas. Y como tú no valoras nada de eso, puedo decir sin temor a equivocarme que… ¡¡No tienes alma!!

    — ¡¡¿QUÉEEEEEEEEEEEEE?!! — Exclamó Navaja con todas sus fuerzas. Poco le importaba estar rodeada de gente, ya que algo dentro de sí reaccionó de manera muy adversa a las duras palabras que Nathan profesaba. El acusar a alguien de “No tener alma” es algo grave, después de todo. Y con ello lo que se decía el público entre ellos se hacía más fuerte y al mismo tiempo Paul se veía cada más crispado a cada segundo

    — Y si lo analizamos bien, no me sorprende que no hayas tenido éxito en las otras regiones por las que has viajado. ¡Claro! Se vuelve obvio con tu actitud… ¡No aprendes que así no conseguirás nada! Y mientras no consigas valorar las experiencias que dejan los diversos aspectos de entrenar Pokemon… ¡¡Serás por siempre el único patético aquí!!

    Ya era sabido que Navaja adoraba el uso de la palabra “patético”… pero en esta ocasión, ella odió esa palabra más que nunca en su vida

    — ¡Maldito! ¡Retráctate ahora mismo! — Gritó ella con la esperanza de ser escuchada. Lamentablemente eso nunca ocurrió

    Y en cuanto Nathan terminó de hablar, Paul terminó por explotar ante la presión

    — ¡AAAAARGH! ¡BASTA YAAAAA! —Exclamó el pelos de lavanda, mientras se agarraba los mismos con las manos — ¡Déjame en paz! ¿Tú qué sabes? ¡¡Ni siquiera me conoces!! ¡No puedes decirme eso!

    — Tu reacción te delata, Paul. Yo no miento… — Respondió Nathan con toda la tranquilidad del mundo — Enfréntalo… — Y esta vez apuntó con el dedo a su objetivo antes de soltar… — ¡¡Tú das lástima!! ¿Y planeabas adueñarte del campeonato peleando así? Pues ahora lo único que te llevas es un recuerdo… ¡El recuerdo de que el día de hoy, yo, Joseph Nathaniel Spears, te ha sacado de la competencia!

    — ¡Basta! ¡No quiero seguir escuchando! ¡Bastaaa! — Gritó Paul, totalmente humillado, para luego salir corriendo de aquel lugar, olvidándose de su Drapion por completo

    — No deberías huir de tu pasado… sino aprender de él. Pobre tonto

    Luego de murmurar esas palabras, Nathan dejó el estadio a paso calmado… y todo el público presente estaba en shock. Si bien era raro que un combate semifinal terminara con tanta diferencia en cuanto a pokemon, más extraño era que el ganador soltara un discurso tan inquietante, por decir lo mínimo, a su vencido rival y se fuera tan tranquilito. La mayoría pensaban que en realidad Paul tenía una siniestra manera de entrenar pokemon y que poco le importaba tratarlos bien… pero unos pocos tenían la sensación de que el chico con la bandana metálica en la cabeza sólo tenía malas intenciones y era él quien disfrutaba de humillar a los rivales, enmascarado con la imagen de un entrenador modelo. Navaja era una de las personas que cabían en la segunda categoría, y no dudó en buscar a ese joven.

    — En cuanto lo encuentre, juro que sabrá quién soy yo… — Murmuraba la joven amante del verde, caminando sin un rumbo definido, hasta que puso a trabajar las neuronas — Un minuto… sus pokemon salieron lastimados. Mucho menos de lo esperado, pero igual, si él es un buen entrenador como dice ser, los estará curando…

    — Muchísimas gracias, enfermera Joy — Se escuchó a lo lejos, una voz masculina.

    — ¡Nathan! ¡Tiene que ser él!

    Navaja corrió un montón con la esperanza de ver a aquel elocuente agresor y encararlo. Pero al llegar al contador de la Enfermera Joy, no vio a quien quería. En lugar de refunfuñar, la inteligente chica tomó la decisión más lógica: Preguntar a la enfermera. En cuanto formuló su interrogante, la profesional le respondió con dulces palabras

    — Él solamente dejó a sus pokemon y no dijo nada más que “Se los encargo, señorita”, y finalmente se fue… yo quería preguntarle algo sobre su actitud mostrada en el estadio, pero se fue sin más… de eso han pasado cinco minutos.

    — ¡Demonios! Podría estar en cualquier parte — Gruñó Navaja, pero se calmó al instante — Bueno, tendré que seguir buscando yo misma. Muchas gracias — Y dedicó una reverencia a la enfermera, para luego salir corriendo en busca de Nathan y a la vez en busca de respuestas.

    Pasaron 30 largos minutos en que la chica buscó a su objetivo, pero sin éxito. Una parte de ella le decía que seguir buscando era absurdo, sino más bien muy complicado… pero otra parte le impulsaba el poder hacerle un gran favor a un rival tan interesante y cautivador como era Paul… realmente él había ocupado un lugar especial en sus memorias, pero ella aún estaba confusa.

    ¿Qué era lo que le atraía de Paul? ¿Su frialdad? ¿Sus habilidades? ¿Su original perspectiva de lo que significaba el ser fuerte? Ella sentía que el encontrarse con ese chico le había hecho crecer mucho… lo veía casi como un amigo íntimo o el típico hermano mayor gruñón y despreocupado que jamás pudo tener, y por la afrenta que él sufrió, ella estaba dispuesta a lo que fuera con tal de limpiar su nombre… pero lo primero era, obviamente…

    — Debo encontrar a ese miserable… ¡Encontrarlo y hacerlo tragarse sus palabras!

    Y como dice el refrán, “el que la sigue la consigue”. Nathan se encontraba afuera del estadio, en las cercanías del lugar, comiendo unos churros recién comprados con toda la tranquilidad de un monje budista. Pero Navaja se encontraba temblorosa… no decidía con qué palabras iba a llamar su atención… y terminó por soltar un…

    — ¡Oye, tú!

    — ¿Eh? ¿Quién, yo? — Dijo el joven que comía sus golosinas y rastreó con la mirada a la chica que le había llamado la atención, hasta que dio con Navaja — Oye… ¿Tú me llamabas?

    Navaja no respondía… ella aún intentaba asimilar el hecho de que se atrevió a desafiar a alguien quince centímetros más alto que ella y que seguramente pesaba el doble, sólo porque quería respuestas

    — Hey, yo te vi peleando contra Paul…— Parlaba el espigado joven mientras se acercaba — lo hiciste muy bien. Estuviste muy cerca de vencerlo y de tirar toda su estrategia por la borda. ¿Quieres decirme algo?

    ¡SMACK! La bofetada que la peliverde había propinado al rubio se pudo haber escuchado hasta en el Monte Coronet. Muchos curiosos dirigieron su atención hacia donde estaban los dos entrenadores, interesados en lo que podría pasar

    — Eres… ¡Eres un abusivo! — Gritó Navaja con la voz temblorosa — Eres de lo peor, ¿Sabías eso?
    — Señorita, me temo que no sé de qué me está hablando… — Respondió al fin el aludido, sin perder la calma

    — ¡¡No te hagas el desentendido!! ¡Tú humillaste a Paul! ¡Lo hiciste ver como un pobre diablo! ¡Lo heriste profundamente! ¡Como un asesino de armadura negra que montado en un Rapidash brillante perforó el corazón de un inocente mientras cabalgaba! Desde que te vi, pude saber que eras inestable… ¡Pero jamás imaginé que serías capaz de herir a Paul de esa manera! ¿Por qué lo hiciste? ¡¿Por qué?!

    El pelos de trigal mantuvo un incómodo silencio por un rato…

    — ¿¡No me vas a contestar!? — Inquirió una impaciente y golpeada Navaja

    — Inocente… ¿Él? ¡Jajajajajajajaja! — Soltó una risotada casi maquiavélica el abofeteado

    — ¡¿Qué es tan gracioso?! ¡Deja de reírte, móndrigo! — Exclamó la chica, hecha una furia. Inmediatamente el aludido dejó de reír y soltó una voz un tanto más poderosa

    — Se nota que no lo conoces. Ese tipo no respeta ni a sus pokemon ni a sus rivales. De hecho, para él ninguno de nosotros era digno de llamarse rival. Necesitaba una lección de humildad y se la di, a mi manera. Por eso reaccioné así, y no me arrepiento.

    — ¡Mientes! — Navaja alzó la voz — ¡Lo que tú dices es mentira! ¡Acusarlo de no tener respeto a nadie no tiene perdón de Arceus!

    — Lo que no tiene perdón de Arceus, señorita, es que ese “inocente” entrenador disfrute el humillar a tantas personas que amamos a los Pokemon y no los usamos como simples herramientas.

    — Escuché que perdiste contra Paul una vez — Dijo la amante del verde, un poco más calmada — ¿Acaso eso te ha perturbado a tal grado de querer trapear el piso con él?

    — A mí no me importa perder una batalla. O al menos no me importa si sucede contra un entrenador respetable. Pero ese chico no lo era para nada.

    <<Flashback narrado por Nathan>>​

    Unos meses antes de la competencia, en el lecho de un río, yo disputaba una batalla doble. Saqué a mi Ampharos y a mi Swampert. Mientras que Paul sacó su Electivire y su Torterra. La batalla era feroz, y los Pokemon de Paul probaron ser muy fuertes. No tardaron mucho en derribar a mi amarillo compañero.

    — ¡No, Duo Lon! — Exclamó Nathan

    — Ese patético cordero nunca estuvo a la altura. Sólo un tonto lo usaría contra mis pokemon

    — [¡No insultes ni a mi hermano ni a mi entrenador!] — Exclamó Maxima, jadeante pero totalmente ofendido, y por ende, se negaba a rendirse

    — Maxima, creo que depende de ti ahora. ¡Usa Terremoto!

    Con todas sus fuerzas, Maxina hizo temblar la tierra, en un intento por aturdir a los dos rivales que tenía en frente. Nada le importaba lo que pasara luego… estaba dispuesto a vengar a su hermano caído. Ese aspecto es lo que lo distinguía de los demás Swampert… el amor filial por sus compañeros.

    — ¿Es eso lo mejor que tienes? — Dijo el pelos de lavanda, sin mostrar ningún asomo de sorpresa

    — ¡Claro que no! ¡Maxima, enséñales lo que es tu Brazo Martillo!

    Maxima pegó un salto tremendo para acortar distancia rápidamente con el Electivire y fue a la carga. Sin embargo, se terminaría encontrando con algo inesperado… ¡En medio de los dos se formaría una pared de raíces espinosas y enormes!

    — ¿¡Qué demon-!? — Alcanzó a soltar Nathan, antes de ser interrumpido

    — ¡Planta Loca! — Ordenó con voz solemne el chico proveniente de ciudad Rocavelo.

    Las raíces se encargaron de herir diversos costados del cuerpo de mi Pokemon, comenzando por los brazos, siguiendo con las piernas y finalmente el pecho y la cara. Finalmente, otras tres raíces terminarían por empujarlo hacia un árbol no muy lejano, haciéndolo estrellarse en él. Maxima emitió un quejido casi inaudible pero desgarrador antes de desplomarse en el piso, más por asombro que por el dolor que sentía. Había sido vencido… ninguno de nosotros podía creer lo que sucedía

    — ¡¡Maxima!! — Gritó el entonces vencido joven, al ver dónde había ido a parar su Pokemon más confiable, y corrió a ver cómo se encontraba

    — Suficiente, Paul. Ya ganaste… — Dijo Reggie, el entonces árbitro

    — Esto fue una pérdida de tiempo. Claramente sus Pokemon son inferiores y no tienen remedio. Están tan consentidos que no ya pueden pelear a su mejor nivel. No tienen remedio y por ende no son dignos de enfrentarme de nuevo

    — De mí… puedes decir lo que quieras — Respondió Nathan luego de escuchar lo que Paul había dicho — ¡Pero a mis Pokemon no me los tocas! ¿Escuchaste?

    — Las palabras de un entrenador vencido no tienen valor para mí. ¡Grábate bien eso, perdedor! ¡No eres rival para mí! Así que piérdete…

    — Eso dices ahora… pero la próxima vez, ¡Ah, ahí te quiero ver! Nos volveremos a enfrentar… y el desenlace será distinto

    Paul no me prestó atención y se fue. Se había salido con la suya y me había derrotado inapelablemente… normalmente las derrotas me las tomo con soda, pero esa… ¡Esa me pareció sumamente indigna! Pensé estar preparado para todo y quise callarlo, sin éxito alguno.

    <<Fin del Flashback>>​

    — Desde entonces, mis Pokemon y yo entrenamos duramente, sin dejar nuestras creencias de cómo ser un buen entrenador. Pasamos por muchos momentos, incluso por una guerra a pequeña escala en donde a Maxima le hicieron su cicatriz con forma de cruz en un duelo de espadas… ¡De las de verdad! Pero ya me estoy desviando del tema. Ahora sabes el porqué de mi reacción…

    — Es una interesante historia… ¡Sin embargo, no te da el derecho de pisotear a Paul de esa forma! Eso no te hace mejor persona que él

    — Yo sé bien qué clase de persona soy. Y soy una persona que piensa racionalmente… creo en mis estrategias y en la capacidad de mi equipo por sobre todas las cosas. Y sé que el cariño se paga con cariño, como en toda relación normal entre humanos y Pokemon. También sé, por ende, que el desprecio se paga con desprecio. Tú siembras lo que cosechas, así ha sido siempre y así será… el que a hierro mata así muere. Él quiso perforar mi ego y yo terminé perforando el suyo, así de simple

    — Bueno, puede que tengas razón, pero… ¿Acaso no te pusiste a pensar en la posibilidad de que él hubiese cambiado para mejor?

    — ¿Cambio? ¿De qué cambio me hablas? Yo no detecté ningún cambio en su comportamiento. Se portó contigo casi igual de bestia que como lo hizo conmigo. Sólo se moderó en sus palabras porque tenía miedo al “qué dirán”, ya que estaba en frente de miles de personas y además contra una chica. Sin embargo, yo soy directo siempre y no sólo en situaciones ventajosas. Si algo me desagrada, lo hago notar sin importar lo que me digan.

    — ¡Aún así fue innecesario que lo insultaras en frente de tanta gente! ¡Deberías disculparte con él! — Pidió Navaja, ahora más preocupada que enfadada

    — Meh… — Dijo Nathan, indiferente y cruzando los brazos — ¿Y si no lo hago?

    — ¡¿Quéeee?! ¡¿Acaso no lo piensas hacer?! — Inquirió la chica luego, luego de volver a enfadarse

    — Dejemos las cosas como están. Ese tipo recibió lo que se merecía desde hace mucho. Si lo supera, bien… y si no, no debemos meternos

    — ¡Grrrr! ¡No puedo creer que puedas detestar tanto a alguien incomprendido sólo porque es algo frío y un poco arrogante! ¡Si hasta te atreviste a destrozarlo en frente de tantas personas! — De repente, respira hondo y calma su tono de voz — Sin embargo, hablaré en un idioma que todos los entrenadores entendemos, a ver si te hago cambiar de parecer

    — ¿A qué te refieres?

    — ¡Nathan…! ¡Te desafío a una batalla Pokemon!

    Continuará…​

    Ahora los dejo... espero comenten de lo lindo y de forma inteligente ;). Cualquier cosa que me quieran decir referente a la historia, háganlo acá ;P​
     
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  4.  
    Navaja

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    Oh, por Dios ...

    Nathan, ¡realmente lo hiciste estupendo!

    En esta parte soné muy YO. Wow! Muchas gracias por tomarte el tiempo de estudiar mi manera de expresarme, amigo.

    Mira, te diré algo, el final fue lo que más me sorprendió! ¿Una batalla Pokémon entre nosotros? No se me había ocurrido, pero estoy segura que daremos un gran espectáculo.

    Muchas gracias por tomarme en cuenta y por este relato... Está hermoso. Pero no lo tomaré como un fic ni como un relato, sino como un regalo de tu parte :)

    Espero ver pronto la continuación -Y que Paul aparezca >.<.
     
  5. Threadmarks: EPISODIO 3 - Parte 1
     
    J.Nathan Spears

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    De acuerdillo, gente... he venido con un episodio y una noticia

    Debido a lo larga que se va a hacer la batalla, he decidido dividir el episodio final en 2 partes. En esta, que es la primera, estará la pactación de la batalla y una pequeña parte de ella. La conclusión será en la segunda parte de esto. Ruego sean pacientes y sigan el hilo de esto ;)

    Como siempre, dedico esto a mi gran amiga Navaja. Espero sea de su agrado

    EPISODIO 3 - Parte 1

    Nathan estaba, si bien no en shock precisamente, bastante sorprendido ante la valiente resolución de aquella joven. De inmediato recobró el habla…

    — Hmmm… ¿Qué te ha llevado a tomar esa decisión?

    — ¡No es de tu incumbencia! ¡Sólo acepta y ya!

    — Me has retado a una batalla. Por lo tanto es importante para mí, como para cualquiera al que desafíes, saber las razones…

    El espigado entrenador se cruzó de brazos, esperando una respuesta. La joven amante del verde titubeó un poco, hasta que pudo soltar una evasiva

    — Confórmate con el hecho de que no puedo dejar que hables mal de un buen entrenador

    — ¡JAJAJAJAJAJA! — La risotada de Nathan pudo escucharse fuerte y claro — Buen entrenador… ¿Él? ¡Por favor! ¡JAJAJAJAJAJA! — Y soltó otra risotada más, cabreando a Navaja. Sin embargo, esa segunda risa dura poco y la seriedad se vuelve a apoderar del chico — ¿Acaso un buen entrenador deja tirado a su Pokemon en el estadio y huye cobardemente sólo porque alguien le dice las fallas de su estilo en la cara? Te diría que no me hicieras reír, pero como ves, ya lo conseguiste.

    — ¿¡Por qué demonios odias tanto a Paul!? — Gritó la chica en la cara de su rival

    — ¿Y por qué tener tanto aprecio por alguien como él? Te reto a que me respondas eso — Respondió Nathan, con sagacidad y algo de cizaña. Navaja se puso nerviosa y su voz adquirió una temblorina

    — ¡N-n-no se vale! ¡Y-y-yo pregunté primero!

    — Vale. Yo te respondo lo siguiente: Alguien que trata a los pokemon como herramientas y se alimenta de la desesperanza de sus rivales no merece el cariño de nadie. Ni siquiera el de sus Pokemon.

    — ¡Para ya de condenarlo! ¡No es tan malo como lo pintas! Como todo buen entrenador lleva a sus Pokemon al Centro Pokemon cuando están heridos

    — Hmmmm…

    Por la posición meditabunda que adoptó el pelos de trigal, todo indicaba que a Nathan le parecería imposible refutar tal argumento.

    — ¿Ves? No es mala persona — Dijo Navaja con un tono triunfal. Sin embargo, en medio de sus cavilaciones, Nathan esbozó una sonrisa siniestra, la cual inquietó a Navaja, ya que ésta pensaba que quizás él había encontrado una manera de seguir enlodando a Paul

    — ¿Recuerdas el Drapion que dejó tirado ahí? Pues no volvió por él. — La amante del verde puso una cara pasmada. El rubio siguió hablando — Pregunté por aquel pokemon y la enfermera Joy dijo que ella misma lo había recogido y atendido… pero de su “dichoso” entrenador… — Esto último lo dijo con mucha, MUCHA ironía — ¡Ni luces! Si fuese tan bueno como dices, se preocuparía de todos sus pokemon. No de todos excepto uno.

    Desgraciadamente, su pensamiento estaba totalmente acertado… más grava para la tumba de lo que eran las esperanzas de Paul. Ahora sí que Navaja estaba enfadada

    — ¡¡MALDITA SEA!! ¿¡No piensas detenerte en alguna ocasión!? ¡Es TU culpa que Paul se haya olvidado de Drapion! Desgarraste su orgullo y lo volviste confeti… y quizás… — Y vuelve a poner una cara de pura preocupación— Quizás hasta planee dejar de entrenar Pokemon.

    “Oh, pero qué graaaaan pérdida”. Eso era lo primero que habría pasado por la cabeza de Nathan. No obstante, él prefirió callarse ese pensamiento cizañero y simplemente mantuvo el silencio unos pocos segundos, hasta que hizo una extraña aseveración…

    — Estás enamorada, ¿No es así?

    Ante tal pregunta, Navaja sufrió un sonrojo extremo. Ella lo veía como alguien especial, además de atractivo. Sin embargo, ella no estaba segura de que sintiera algo tan profundo por aquel chico de cabellos lavanda. Aún así, su decisión ya estaba tomada… ella limpiaría su nombre sin importar lo que pasara.

    — ¿Y bien? — Preguntó Nathan, un tanto impaciente

    — Eso a ti no te incumbe. Lo único que debe preocuparte es mantener tu parte del trato

    — Vale. Lo haré sin fallar si consigues vencerme. ¡Pero! — Aquella pausa la hizo sonar lo más solemne posible, para luego continuar — En caso de que llegue yo a ganarte, deberás confesar lo que sientes por Paul.

    — ¿¡Quéeee!? — Exclamó la joven pelos de oliva, sorprendida al extremo

    — Me parece un trato justo por lo que pides — Repuso Nathan con calma

    Navaja ahora estaba en un aprieto. En su enfado anterior se pasó por alto el hecho de que su rival podría pedir algo en caso de que ella fracasara en el empeño de vencerle. Entonces pensó: “¿Acaso piensa grabarlo y humillarme reproduciendo la grabación a todos? Porque este desquiciado es capaz de hacer eso y más”, mientras sudaba como Spoink en un sauna.

    — ¿Y bien, jovencita? — Parló el espigado entrenador

    La inventora de las famosas GreenBalls todavía estaba digiriendo todo lo que había acontecido de repente. Una parte de ella le gritaba “¡Huye mientras puedas! Ya sabes lo inestable que es tu oponente”, mientras la otra calmadamente le decía “No… es imposible que ese tipo sea tan desquiciado. Si no batallas, serás el hazmerreír de todos”. Al final, ella apuntó hacia un lugar a unos metros de donde estaban parados

    — ¿A qué viene eso? — Preguntó Nathan

    — Pelearemos ahí… ¡Y te daré una lección que no olvidarás! — Exclamó firmemente la amante del verde, con su determinación aún inquebrantable — ¡En aquella pradera! ¡Ahí pelearemos!

    — Con que aceptas mis términos… — El rubio cerró los ojos por un momento, y cuando los volvió a abrir, fue para dirigirle una penetrante mirada a su contrincante — prepárate

    Los dos corrieron al lugar indicado y se prepararon para luchar. Sin embargo, algo faltaba aún

    — ¿Cuántos pokemon sacaremos? — Preguntó la muchacha

    —Hmmm… ¿Te parecen tres? — Repuso aquel que agredió a Paul todo este tiempo

    — ¡De acuerdo! ¡Vamos allá! Y más te vale mantener tu promesa

    — Vale. Yo sacaré primero… — Y dicho esto, sacó una de sus PokeBall para lanzarla enérgicamente — ¡Ve, Maxima!

    — ¿¡Qué cosa!?

    La sorpresa de Navaja no era para menos. A Nathan se le había ocurrido sacar a su pokemon más poderoso, y coincidentemente aquel que apaleó al ya mencionado pokemon de Paul. Rápidamente hubo un conflicto en el interior de la chica, entre el miedo y la determinación. Luego de un momento estático, la segunda terminó ganando

    — No tengas miedo, Navaja… es solo un Swampert. — Pensaba Navaja — Podemos manejarlo. Sólo debo concentrarme y escoger al pokemon correcto…

    No pasó mucho tiempo para que Navaja sacara una de sus GreenBall y liberara al pokemon que estaba dentro

    — ¡Ada, yo te elijo!

    De la esfera salió una Cherrim que se posicionó en el campo de batalla al mismo tiempo que el efecto boomerang de la GreenBall hacía que esta se devolviera a la mano de su dueña.

    — Interesante PokeBall que tienes, Navaja…

    — Si te impresionas tanto con la Ball, entonces te impresionarás más con mis queridos amigos. ¡Ada, usa Día Soleado!

    La Pokemon Flor invocó el poder del astro rey, haciendo que brillara con gran intensidad. Eso provocó que su apariencia cambiara, como la de una flor que florece. Su cara se hizo visible y pudo ver con claridad a su anfibio contendiente. Ada no mostraba temor, y lo que es más, sonrió al ver que su rival sería uno de tipos Agua y Tierra, una combinación horrible cuando se enfrenta a un Pokemon tipo Planta. Bueno, en la mayoría de los casos

    — [Ven a por mí, florecilla] — Gruñó el Swampert en su idioma, incitándola a que atacara, con todo y gesto manual

    — Ada, cumplamos su deseo. Ataca con Rayo Solar

    La flor de cerezo no tardó en cargar su potentísimo ataque. Gracias al sol que había, el Rayo Solar se disparó de manera inmediata. Sin embargo, el anfibio azulado no se movió ni un solo centímetro de su lugar, como si estuviese esperando una señal… más bien, una simple orden

    — ¡Protección!

    Una cúpula amarilla cubrió al pejesapo en el último segundo. El Rayo Solar recorrió la cúpula sin tocar al verdadero objetivo y desvió su trayectoria a escasas pulgadas de Nathan. Si el joven de la bandana metálica se hubiese posicionado sesenta centímetros más a su siniestra, él hubiese sido la víctima de ese poderoso movimiento.

    — ¡Qué cerca estuvimos! — Reclamó Navaja, apretando los dientes

    — Roca Sigilosa, Maxima

    La orden de Nathan salió con total calma. Maxima invocó unas rocas y las posicionó en lugares aleatorios en el aire, cercanos a la ubicación actual de Navaja. Dichas rocas se hicieron invisibles posteriormente, haciendo gala del nombre del ataque.

    — Así que piensa presionarme de manera indirecta, jodiéndome los cambios — Pensó la que había iniciado el reto, pero luego volvió a hablar — ¡Tenemos que ganar esta, Ada! ¡Ve en zig-zag y embiste!

    Sin temor, la Cherrim avanzó como le habían ordenado… bamboleándose de un lado a otro con una que otra finta para que el objetivo no pudiese adivinar de qué lado iba a atacar.

    — Cierra los ojos y prepárate para un aro de fuego

    Inteligentemente el muchacho ordenó a su fiel Pokemon que cerrara los orbes para no marearse con las fintas de Ada. Además, el Swampert puso su brazo derecho cerca de su pecho, con la mano hecha una cuchilla y aparentemente cargando energía, ya que tomó un tono carmesí… y cuando la Cherrim al fin se decidió a embestir… ¡ZAS! El anfibio dio un rápido giro con el brazo derecho extendido, formando un círculo llameante a su alrededor, cuyas llamas golpearon a su rival, forzándola a retroceder. El impacto recibido por la Cherrim no fue muy severo, pero obviamente hizo notar que usar Día Soleado en frente de ese Swampert no fue buena idea.

    — Esto no es bueno… si nos atina un Puño Fuego, estamos fritas.

    — ¡Tumba de Rocas!

    Ahora era el momento de Maxima para contraatacar. Él dio un pisotón y rápidamente una prisión con forma casi cónica y hecha de roca sólida inmovilizó a la florecilla.

    — ¡Oh, no! ¡Ada!

    — Excelente. Ahora usa Disparo de Lodo

    — ¡Ah, no, eso no! ¡Danza de Pétalos, amiga!

    El anfibio disparó un chorro de barro, pero su blanco respondió con una Danza de Pétalos, hermosa y potente, que rompió la prisión rocosa y alcanzó a tocar el lodo, anulándolo y creando una pequeña explosión

    — ¡Brazo Martillo!

    — ¡Esquívalo!

    Sin importar el humo que dejó la explosión anterior, el ajolote se lanzó al ataque una vez más, y esta vez usando su pesado brazo. Ada esquivó milimétricamente gracias a la rápida orden de su entrenadora y guardó distancia una vez más

    — ¡Dispara una vez más! — Ordenó Navaja, y la Cherrim volvió a atacar

    — Agua Lodosa, mi pana. Luego ya sabes qué hacer

    Esta vez, el anfibio decidió rodearse de agua fangosa y con ello formó un torbellino escudo que logró anular el ataque. Dicho vórtice tardó en deshacerse, y para cuando lo hizo, el anfibio ya no estaba

    — ¡¿Pero a dónde se metió?! — Preguntó impaciente la amante del verde

    — ¡Emerge con Puño Fuego!

    — ¡¡AH!! ¡No!

    En efecto, el supuesto Pokemon más poderoso de Nathan demostraba que no le llamaban así solamente por gusto. Desde el suelo, Maxima soltó un uppercut envuelto en llamas directo a la barbilla de Ada y mandándola a volar cerca de los pies de su entrenadora.

    — ¡Ada, resiste por favor! ¡Levántate!

    Navaja se encontraba desesperada. Un encuentro que se suponía sencillo por la gran ventaja de tipos se había vuelto una tarea titánica. Ada había sufrido serios daños mientras que Maxima casi no había derramado sudor alguno. Afortunadamente para la chica, su Cherrim era tan terca como ella y se levantó en poco tiempo

    — Ah, eso altera mis planes un poco. Permíteme felicitarte, Navaja… tu pokemon tiene agallas

    La extraña felicitación estaba un tanto fuera de lugar, así que eso descolocó a Navaja un poquito

    — ¿Te estás burlando de mí? ¡No vengas a subestimarnos solo porque tuviste un par de golpes de suerte!

    — Oh, la suerte no tiene nada que ver. Todo está calculado para mí… es más, ahora calculo que tu Cherrim se irá corriendo de aquí, sin importar qué tan valiente sea.

    — ¡¡No la vengas a tratar de cobarde!! — Exclamó furiosa la inventora de las GreenBall — Y luego dices que Paul es el que insulta a todos.

    — No me has entendido. Piensa, entre tantos ataques Pokemon que hay, ¿Qué podría usar un Swampert para liberarse de la competencia fácilmente? Te daré una pista en forma de otra pregunta… ¿Por qué crees que puse Roca Sigilosa en primer lugar?

    Nathan estaba dando pistas a su rival sobre su estrategia base. Navaja no pudo evitar poner a trabajar un poco su mente para así descifrar lo que estaba pasando. Sin embargo…

    — ¡Si intentas confundirme no te funcionará! — Navaja seguía pensando que Nathan era un malintencionado, así que no creyó nada — ¡Ada, ataca con Seducción!

    La pokemon tipo Planta puso su cara más sexy y posó para el deleite de su adversario. Unos corazones color rosa pálido bailaron y luego impactaron en Maxima, reduciendo sus ganas de pelear

    — Interesante, pero como dije… ¡Es hora de irse! — Ahora su tono de voz era poderoso, como un trueno — ¡Rugido!

    — ¡Ah! Con que eso era… — Alcanzó a pensar la chica antes de escuchar al Swampert rugir.

    Como si quisiera imitar a su entrenador, aquel ajolote soltó un rugido de horrendo sonido y gran decibelaje. Eso hubiese sido suficiente como para callar una tocata de Thrash Metal, así que no debía sorprender a nadie el hecho de que Ada hubiese vuelto a la GreenBall a la fuerza. Pero aún faltaba más… como Maxima no podía quedarse sin contrincante, uno al azar salió en menos de un segundo sin que Navaja pudiera controlarlo. Y precisamente era…

    — ¡Scyther!

    Así es. El pokemon favorito de Navaja había entrado al juego. Y no precisamente en el mejor momento, ya que las Rocas Sigilosas estaban por hacer efecto…

    Continúa…​
     
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    Navaja

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    Interesantee.... Interesantee...!

    Primero que nada, quisiera agradecerte por la dedicatoria una vez más, me alaga que te hayas inspirado en mi para crear este relato :) Me alaga bastante.

    Realmente me hiciste sentir lo que estaba pasando =D Aunque hay ciertos puntos que me gustaría hacer notar:

    Primero los malos:
    1). ¿¡Por qué demonios odias tanto a Paul!? Bueno, no me gustó el "demonios". No soy tan agresiva hablando, Nathancito >_<
    2). ¡MALDITA SEA!! ¿¡No piensas detenerte en alguna ocasión!? ¡Es TU culpa que Paul se haya olvidado de Drapion! Desgarraste su orgullo y lo volviste confetiLas palabras marcadas son las que yo no usaría en una discusión. Como dije, no me considero alguien agresiva hablando, de echo, soy más... pasiva. Y no me gusta la palabra "confeti".
    3). Vale. Yo sacaré primero… Nunca pusiste atención a mis otros relatos? xD Paul SIEMPRE me dejaba elegir primero ;)
    4). No tengas miedo, Navaja... es solo un Swampert Este error es imperdonable O.O!! No... estoy bromeando xD A los ÚNICOS Pokémon que les tengo miedo es a los Pokémon TIPO FUEGO y los Electabuzz (y sus evoluciones) y creo que esa es una de las cosas que más marcan en mi imagen como Navaja.
    5).
    ¡Qué cerca estuvimos! Ahí es cuando yo digo: NOOOO!! Generalmente soy más dramática cuando fallo >.<
    6).
    Así que piensa presionarme de manera indirecta, jodiéndome los cambios Yo hablo en latino, no es español, querido xD
    7). ¿Te estás burlando de mí? ¡No vengas a subestimarnos solo porque tuviste un par de golpes de suerte! Bueno, esta frase si me dejó helada... No se, como que no me tincó una reacción tan agresiva de mi parte. Ahy podría haber titubeado, o simplemente haber dicho: "¿D-de verdad lo crees?" Y me hubiera distraído un poco.

    8). ¡Ada, ataca con Seducción! Mhm... No me gusto mucho ese ataque en Ada. Hasta el momento solo lo utiliza mi Skitty, y no sé, no me tincó.
    9). Exclamó la joven pelos de oliva No me había percatado de esto ¡me teñiste el pelo verde! Navaja tiene el cabello bien negro xD Bueno, igua, no me quedaría mal ... xD


    Como vez solo son errores de personificación. Pero como he dicho antes, todo se resuelve con la práctica, o simplemente observando más a nuestros amigos ;)

    Bueno, ahora los buenos....!
    1). ¡N-n-no se vale! ¡Y-y-yo pregunté primero! Te salió muy yo...demasiado yo! Así nerviosa como una niña... nerviosa!
    2). Si te impresionas tanto con la Ball, entonces te impresionarás más con mis queridos amigos. ¡Ada, usa Día Soleado! Wow! Te fijaste en que a mis Pokémon les llamo "AMIGOS" en vez de Pokémon! Un aplauso!! Gracias :)
    3). ¡Ve en zig-zag y embiste! Wow!! Una táctica que yo definitivamente usaría. Me gusta darle mi toque a los ataques, como el zig zag o en perpendicular ;) Me sorprendiste muchoo!!

    Bueno, lo demás está excelente, Nathancito... Y esta escena:
    Me sorprendiste mucho!!! Y mis sospechas, así como de (como diríamos aquí en CHILE) perseguida me encantaron!! Una escena vergonzosa y que me pasaría si eso fuera así, yo sacando conclusiones retorcidas acerca de quien no me cae bien jajajajaja!!

    Una obra maestra que con pulición, sería una obra ¡2 veces maestra!


    Gracias Nathancito, y disculpa el gran comentario >_<
    Un beso! <3



     
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  7. Threadmarks: Episodio 3 - Parte 2
     
    J.Nathan Spears

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    Saludos, gente de FFL :). Acá les traigo otra parte más de esta corta historia...

    Seguro piensan "¡Se supone que es la última!". Pues yo pensé lo mismo... pero usando el Word, una batalla larga toma muchísimos KB y eso se traduce en líneas... todo por culpa del dichoso formato de narrativa que en cierta época nos intentaban imponer las líderes de foro. Así que tendré que dividir finalmente el episodio 3 en tres o quizás cuatro partes. Así que solicito que no se impacienten... acá les dejo la segunda parte.

    Episodio 3 - Parte 2

    ===========================================================​

    Las rocas ocultas dijeron “¡Presente!” y se abalanzaron todas sobre el Pokemon Mantis. Éste emitió un quejido, y no era para menos, ya que era un tipo Bicho/Volador siendo herido por un ataque tipo Roca

    — ¡No, mi Scyther! — Exclamó preocupada su entrenadora

    — Ese Pokemon es fuerte — Advirtió su contrincante — Dudo mucho que bastara la Roca Sigilosa para aplacar su espíritu

    — Eso… — De repente la voz de Navaja se tornó temblorosa — ¿E-eso f-fue un cumplido?

    — Linda, yo vi a tu Scyther pelear contra los pokemon de Paul. Sus actuaciones contra Froslass y Hariyama fueron impecables. Lástima que no haya podido hacer daño significante a Ursaring, pero… al menos su labor estaba hecha con creces. Hasta pokemon como él tienen sus límites.

    Ahora Navaja estaba entre perturbada y complacida. Nathan se había tomado la molestia de analizar todo su combate contra Paul, o como mínimo la actuación de Scyther, su mejor pokemon. Por un momento, ella se sintió culpable de haberse quedado dormida aquella mañana y sólo haber visto los momentos finales y más cruentos del enfrentamiento entre su amigo el pelos de lavanda y aquel rubio vestido a lo militar. Sin embargo, Nathan la devolvió a la realidad con una sencilla orden a su fiel compañero de muchas batallas

    — Maxima, no bajes la guardia por nada. Scyther podría atacar desde cualquier ángulo

    El ajolote asintió y puso en alerta todos sus sentidos, sobre todo los “radares” que tenía en sus mejillas, los cuales eran su mejor medio de enterarse de lo que pasaba alrededor, sobre todo si su vista se viese malograda.

    No obstante, el polvo que rodeaba a Scyther aún no se disipaba… Navaja se encontraba preocupada por la cantidad de daño que pudo haber recibido su criatura. Aun así, no era el momento de ponerse nerviosa… ella respiró hondo para mantener la calma, reguló el tono de su voz y dio, más que una orden, una sugerencia…

    — Amigo, si aún puedes pelear, dame una señal, por favor.

    Cinco segundos pasaron y nada ocurrió. Pero de repente, una ráfaga de aire comprimido pilló al Swampert desprevenido y le impactó en todo el abdomen

    — ¡Maxima! Pero… ¿Qué fue ese golpe?

    — [Ni idea, Nathan] — Respondió el anfibio

    Mientras los dos estaban ligeramente estupefactos, la cara de Navaja mostró regocijo por primera vez en mucho tiempo

    — ¡Scyther, estás bien!

    El polvo al fin se disipó. Scyther seguía de pie, casi como si nada hubiese pasado. Obviamente algunas rocas dejaron marca en su exoesqueleto, pero su mirada denotaba total determinación

    — [Mejor que nunca, Navi] — El bicho volteó brevemente para mirar a su entrenadora, dando a entender que aún tenía mucha energía

    — ¡Y además has aprendido Onda de Vacío! ¡Eres el número uno, Scyther! — Claro que el estado adulador le duró muy poco. Ella fue rápida al retomar la concentración — ¡Perfecto! Ahora… ¡Vamos a vencer a ese pejesapo a como dé lugar!

    Del temor que Navaja sentía al inicio ya nada quedaba. Ahora sí que ella estaba encendida, y su Pokemon igual

    — ¡Avanza, Scyther! — La orden de la morena chica sonó llena de vida

    — ¡Es un ataque directo! ¡Prepárate a bloquear!

    Maxima sonrió. Una parte de sí mismo quería ver qué tan fuerte podía golpear su contendiente, aunque eso no significaba que se dejaría atacar así como así. El anfibio se preparó para elevar la guardia…

    — ¡Falsotortazo!

    El anfibio creyó que se le venía un sablazo encima y ejecutó un bloqueo alto, pero Scyther le terminó pegando una patada al estómago

    — Impresionante… — Logró soltar Nathan al ver que a su pejesapo le asestaron ya 2 golpes sorpresa

    — ¡Ese es mi Scyther! — Exclamó orgullosa la entrenadora. Sin embargo, ella estaba consciente de que Nathan y su Swampert no serían tan fáciles de sorprender ahora… el entrenador recuperó la concentración velozmente

    — Vale, si ya terminaste de atacar… ¡Nos toca! ¡Hidrobomba, camarada!

    En lo que el anfibio preparaba y posteriormente lanzaba un enorme chorro de agua a gran presión, la mente de Navaja trabajaba…

    — De repente se me ha ocurrido algo para matar tres Starly de un tiro. Veamos si funciona — Y luego dio la orden — ¡Danza de Espadas!

    El Pokemon Mantis comenzó a girar como trompo en el lugar para así escudarse del daño que podría haber ocasionado el ataque de Maxima. Pero poco tiempo duró clavado en el mismo sitio… Scyther se movió como un trompo de verdad y comenzó a tomar una actitud de espiral. Nathan ordenó el dejar de disparar y esperar a que su rival se mareara solito… pero había olvidado algo: Las Rocas Sigilosas que Maxima había “plantado” seguían ahí… y ahora Scyther las eliminaba lentamente.

    — Adiós a mi plan de forzar cambios… — Musitó el joven, ligeramente abrumado

    — Así Scyther se defiende, adquiere más potencia de ataque y además se deshace de esas piedras. Ah, y Maxima… puedes rugir todo lo que quieras, pero sólo será perjudicial para ti… luego de rugir necesitas tomar aire y eso te deja abierto a un ataque directo.

    — Pero qué inteligente eres… — Dijo Nathan, ahora en voz perfectamente audible — Son pocas las personas que conocen la debilidad de un ataque como Rugido

    — Me halagas, nene… — Esta vez ella no se sintió inferior o desmerecedora de cumplido alguno. Incluso casi se había olvidado del enojo que tenía contra él anteriormente

    — ¡Sigamos probando tu rapidez de juicio entonces! ¡Maxima, Tumba de Rocas!

    — ¡Elévate lo más que puedas!

    Otro pisotón por parte del Swampert. Una pequeña montaña intentó aprisionar a la mantis religiosa pero ésta ya había emprendido vuelo para evitar ser tocada.

    — Si está arriba, tendremos que bajarle… ¡Hidrobomba!

    — ¡Esquiva y usa Onda de Vacío!

    Navaja sabía a la perfección que intentar contrarrestar una Hidrobomba directamente era una tarea demasiado complicada, así que mando a su Pokemon a esquivar y atacar en otro momento

    — ¡Cuidado!

    Aquel joven pelos de trigal se preocupó por la rapidez del ataque de Scyther. Sin embargo, el veloz uso de Protección logró evitar que el anfibio recibiera ese golpe.

    — Hmmm… Con que tu anfibio no es puro músculo… tiene la inteligencia suficiente como para defenderse por su cuenta — Observó Navaja

    — Es más instinto que nada… ¡Hey! Ahora tú eres la que hace cumplidos

    — Lo sé. No quería dejarte esa materia sólo a ti. Pero aún así mis amigos y yo… ¡Prevaleceremos!

    — Ya lo veremos. ¡Maxima, una Hidrobomba más!

    — Él quiere que bajemos… ¡Hay que complacerlo!

    El insecto bajó la altura del vuelo mientras esquivaba milimétricamente el chorro de agua de su contrincante…

    — ¡Acércate y aséstale una Cuchillada!

    … Para luego avanzar a una velocidad impresionante y darle una cuchillada en la caja torácica
    a su rival, haciéndolo retroceder un poco

    — Eso debió dolerte, pana… creo que ese Scyther realmente se prendió con el ataque — Pensó Nathan

    — ¡Otra Cuchillada más!

    — ¡Ahí viene de nuevo!

    El repentino tono alarmado de su entrenador hizo que el Swampert pensara rápido. Otro sablazo en el área cercana a la garganta podría ser peligroso, pero sabía que no sería lo suficientemente rápido como para esquivar, así que…

    — [Sólo me queda arriesgarme y contraatacar…]

    En una maniobra digna de un boxeador profesional, Maxima giró unos 90° a contrarreloj y recibió el sablazo con el hombro derecho, aguantándose el dolor como los machos… para después llenar su mano izquierda con calor intenso y dar un feroz Puño Fuego al estómago de la mantis, alejándole mucho.

    — ¡¡Scyther!! — Exclamó la entrenadora de aquel bicho, preocupada como nunca. Sin embargo, él se estabilizó en el aire antes de caer al piso de espalda y recuperó una posición estable

    — [Ese movimiento fue muy efectivo…] — Comentó Scyther

    — [Pues tus espadas no son precisamente de juguete] — Respondió Maxima

    El combate aún seguía. Sin embargo, Nathan se detuvo un momento para observar detenidamente a Maxima. Éste se estaba tomando el hombro derecho con la mano izquierda… tal parece que la herida en su extremidad no era como para ignorar.

    — Emprende retirada, Maxima. Es hora de que otro tome tu lugar de momento

    — [P-pero Nathan…] — Balbuceó el anfibio. Aún quería pelear

    — Sólo hazlo. Volverás a pelear cuando la situación sea precisa.

    El Swampert soltó un gruñido de insatisfacción, pero no podía llevarle la contraria a su entrenador en una batalla tan importante como esta, así que simplemente caminó hacia un lugar detrás de Nathan

    — Tu contraataque fue arriesgado, pero al menos valió la pena

    — [Gracias…]

    — Oye… ¿No lo devolverás a su PokeBall? — Se le ocurrió preguntar a Navaja

    — En batallas importantes, a Maxima le gusta mirar todo atentamente. Es una vieja costumbre que tiene — Y dicho esto sacó otra PokeBall y la lanzó — ¡Galneryus, sal a pelear!

    De la PokeBall aventada recientemente salió nada menos que un Mothim. Ahora la pelea se tornaba momentáneamente entre dos Pokemon Bicho/Volador

    — Interesante elección, pero de todas formas no te ayudará mucho

    — ¿Eso piensas? ¡Galneryus, usa tu Psicorrayo!

    — ¡Defiéndete con Danza de Espadas!

    Una vez más Scyther se defendió de cualquier daño usando su Danza de Espadas… pero en esta ocasión, Nathan se encontraba pensando en cómo anular dicha defensa

    — Creo que lo tengo… — Y luego de ese pensamiento, dio la orden — ¡Galneryus, usa Tornado!

    La polilla batió las alas con fuerza y logró crear un pequeño tornado que se mezcló con la Danza Espada de la mantis. Se podía escuchar algunos quejidos de Scyther mientras éste se elevaba y mareaba en contra de su voluntad

    — ¡Ay, no! — Exclamó Navaja

    — ¡As aéreo, compadre!

    Una vez que el viento dejara de fluir alrededor de Scyther y éste se encontrase a una elevación de unos 10 metros, Galneryus se lanzó a embestir a gran velocidad

    — ¡Esquívalo, pronto!

    Al menos la orden desesperada de Navaja recaló en Scyther, quien hizo lo posible para doblar el cuerpo hacia atrás (a lo Matrix) para evitar salir dañado. Si bien no pudo evitar el golpe entero, sólo terminó con un raspón en el tórax. Luego Scyther aterrizó de pie, pero se resintió por el roce del ataque

    — ¿Te encuentras bien, amigo?

    — [Descuida… sólo fue un rasguño] — Contestó el Pokemon

    — ¡Vamos, Galneryus! ¡Poder Oculto, ahora!

    El dejarle tiempo a Scyther para recuperarse claramente no estaba en los planes de Nathan. La ofensiva continuaba y de no ser por otra orden evasiva de Navaja, el ataque Poder Oculto hubiese dado en el blanco.

    — ¡Doble Golpe, ya!

    — Prepárate a esquivar, Galneryus…

    La orden de Nathan pudo cumplirse, pero solo en un 50%. Scyther falló el primer golpe, pero el segundo sí atinó en la polilla, haciéndola moverse unos metros, aunque gracias a la estabilidad de Galneryus, éste no llegó a chocar con nada

    — Oh, qué rápido es…

    — ¡Tajo Umbrío, Scyther!

    — ¡No lo permitas, Galneryus! ¡Usa Fuerza Psíquica!

    Justo cuando Scyther estaba por atacar, el Mothim se concentró y usó Fuerza Psíquica para frenarlo en seco, ante la atónita mirada de su entrenadora

    — ¡Repélelo!

    Galneryus logró empujar a Scyther, alejándolo de sí y dejándolo en el suelo… pero de todas maneras la mantis no se iba a rendir. Entonces, Navaja hizo trabajar su mente una vez más

    — No tiene caso el arriesgar a Scyther luego de todos los ataques recibidos…— Y dio la orden — ¡Regresa!

    El bicho grande había regresado a la GreenBall. Poco después, la joven entrenadora sacó otra de sus Balls y la lanzó

    — ¡Ada, sal ya!

    Era la misma Cherrim que había sido “espantada” por el rugido de Maxima. En esta ocasión ella no se mostró en su modo de flor abierta, ya que los efectos de Día Soleado habían cesado.

    — ¡Comienza con Hoja Mágica!

    — ¡Contrarresta con Viento Plateado!

    Ambos ataques tenían más o menos la misma potencia, así que se anularon en cuanto impactaron, creando una polvareda de aquellas…

    — ¡Limpiemos este lugar, Galneryus! ¡Tornado!

    Nathan fue el más veloz para dar la orden a su pokemon, así que el Mothim comenzó a disipar el humo con el batir de sus alas y de paso, se estaba llevando a Ada, quien hacía lo que podía por quedarse en tierra

    — ¡Resiste, Ada! ¡Usa tus Abatidoras!

    Ahora Ada disparó una semilla negra directo hacia Galneryus, quien no pudo hacer nada para esquivar. La semilla se “fusionó” dentro de él, y lo dejó con una cara pasmada con ojos como si fueran platos.

    — Abatidoras… jamás había visto ese ataque en acción, y no sé lo que hace. Pareciera como que su función es afectar la mente de mi Pokemon.

    — ¡Pero obvio, hombre! Por algo son “Abatidoras”. Dejan al Pokemon objetivo totalmente abatido… ¡Y eso lo aprovecharemos! ¡Derribo, Ada, ahora!

    En lo que la mente del Mothim estaba en conflicto y su visión estaba un poco borrosa, la Cherrim embestía con todo el cuerpo a su contrincante, pero al mismo tiempo se hacía daño a ella misma por la fuerza del impacto. En fin, Galneryus ahora estaba en el piso

    — Galneryus, ¿Puedes seguir peleando?

    El insecto seguía tirado en el piso y no se movía… a los 5 segundos Nathan pensó que había sido noqueado y se disponía a meterlo en la PokeBall, pero de repente…

    — [¡Guau! ¡Qué subidón de azúcar mi pana!]

    ¡El aturdimiento del Pokemon polilla sólo era temporal! Galneryus había emprendido vuelo de nuevo y esta vez se movía de un lado a otro a gran velocidad. Hasta parecía tener un ataque de risa compulsivo.

    — [¡Jajajajajaja! ¡Me siento como en Shangrilah! ¡Jajajajajaja!]

    Navaja y Ada estaban patidifusas… el ataque que usaron estaba pensado para abatir al Mothim, pero ese Pokemon se veía más animado que nunca

    — Pero… ¡Se suponía que Galneryus estaría desganado!

    — [Parece que le lancé una semilla de cafeína sin querer] — Aseveró la Cherrim

    — ¿Qué te sucede, Galneryus? ¿Puedes seguir peleando o no? — Preguntó entre mosqueado y preocupado el rubio entrenador. La respuesta no tardaría en saberse

    — [¿Pelear? ¡Claro que switch! ¡Pelea, pelea, pelea! ¡WHOOO!] — La voz del Mothim estaba más acelerada que los carros tuneados de la saga de Rápido y Furioso

    — Pues si tú lo dices… — Nathan se resignó a dejar que su compañero siguiera la pelea, a pesar de que tenía sus dudas — ¡De acuerdo! ¡Al ataque, Galneryus! ¡Usa A-!

    Lo que sucedió nadie podría haberlo adivinado: Galneryus se fue a la carga con As Aéreo y embistió salvajemente a su rival. Sin embargo, no le bastó una vez, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco, ni seis… ¡SIETE fueron las veces en que la polilla embistió a la flor sin detenerse! Sólo se detuvo para tomar aire cerca de Nathan

    — ¡¡Aaaah!! ¡Esto no puede ser! ¡Ada, haz algo! — Chilló desesperada la amante del verde. No podía creer que Ada estuviese siendo vapuleada así de rápido

    Ada intentó levantarse luego de esos embates superefectivos… pero su cansancio luego de enfrentar a Maxima le pasó factura. Ya no quería más guerra y se desplomó en el piso

    — Eeeem… creo que es Ada la que no puede pelear… — La voz de Nathan no tenía tono de victoria, sino de extrañeza y asombro — Sólo quiero que sepas que estoy tan confundido como tú

    — Bueno, te creo… — Alcanzó a decir Navaja mientras regresaba a su caído Pokemon a la GreenBall — ¡Pero que conste que fue un golpe de suerte! ¡No me vencerás así de fácil!

    — [¡Jajajajajaja! — La risa de Galneryus tenía un tono maniático — ¡Trae más oponentes! ¡Los haré picadillo!]

    — Nunca había visto a mi Mothim con tanta confianza… me asusta, ¡Pero me gusta! —Esto último lo dijo con bastante entusiasmo. Siempre es bueno cuando tu Pokemon hace ese esfuerzo extra para sobresalir, después de todo.

    — Debo detener a ese Mothim hiperactivo como sea… — De repente, mira otra de sus GreenBall y suspira — Bueno, será lo que Arceus quiera — Y luego lanzó la Ball con fuerza y una voz confiada, ya que no le gustaba mostrar debilidad — ¡Serafina, yo te elijo!

    De aquella GreenBall salió una preciosa Skitty, que a simple vista no parecía la gran cosa… pero que por dentro dispuesta a dejarse hasta la piel por su entrenadora. Al ver al Mothim con aparente taquicardia, ella erizó los pelos de la espalda y se puso en guardia

    — Debe haber algún punto débil en ese insecto. Tenemos que encontrarlo

    — Galneryus, sigamos peleando, usa ahora…

    Otra vez Nathan fue incapaz de dar la orden, ya que la polilla se adelantó y comenzó a atacar con Viento Plateado a diestra y siniestra. Serafina hacía todo lo que estaba en su poder para evitar salir golpeada, aunque de cuando en cuando las cuchillas de viento formadas por el ataque incesante del bicho le rozaban y terminaban haciendo algo de daño. Sin embargo, en un determinado momento, el Mothim se detiene en su frenesí de ataques

    — ¿Qué sucede, Galneryus? ¿Por qué paras?

    — [Ugh… de repente no me siento bien…] — Esa fue la respuesta de la polilla

    — ¡Un momento! Ahora recuerdo qué les pasa a los que toman demasiada cafeína… ¡Les da el famoso efecto Crash! — Pensó Navaja de inmediato. Y luego dio una orden — ¡Serafina, es hora de contraatacar! ¡Usa Ayuda!

    Con un potente maullido, la gatita levantó una de sus patitas delanteras, la cual brilló y luego… ¡Se fue a la carga con todo!

    — ¿Será eso Doble Filo? — Se cuestionó el chico de la bandana metálica, pero luego desistió de esa teoría — No… esa Skitty está refulgiendo en azul intenso por todo el cuerpo…

    Sea lo que fuere, la minina logró embestir de manera tremenda en Galneryus, lanzándolo hacia su entrenador, quien lo atajó como pudo pero terminó retrocediendo unos metros debido a la fuerza del impacto.

    — Oof… definitivamente es demasiado potente para ser un simple Doble Filo. — Soltó Nathan, un tanto adolorido — Galneryus… ¿Estás bien?

    El Mothim no respondía, ya que estaba inconsciente. Serafina tampoco se veía perfectamente… luego del ataque ella bailaba en dos patas como si fuera un Spinda bajándose del carrusel.

    — ¡Ya veo! — Pensó su dueña — Copió el Testarazo de Terry. Ya entiendo por qué está tan mareada…

    El rubio entrenador aprovechó de regresar a su Pokemon a la PokeBall, para luego hablarle a su contrincante

    — Hacía mucho que no tenía un combate tan emocionante, señorita…

    — ¿En serio? Jejejejeje… — El comentario hizo que Navaja se ruborizara ligeramente, y se tomara la nuca con la mano, en señal de humildad.

    — Espero que la suerte no te dé la espalda demasiado pronto, o esto dejará de ser divertido

    — ¿Eh? ¿Qué quisiste decir con eso? — Del rubor a la confusión había sólo un paso, o más bien un comentario. La morena chica estaba un tanto tocada por lo que dijo su rival

    — ¡Aún me quedan dos Pokemon listos para seguir con esto! — Y dicho esto, sacó una PokeBall, y la lanzó con entusiasmo — ¡VE!

    Continuará…​

    =============================================================​

    Y bueno, adelanto que sobre el efecto del ataque "Abatidoras", ninguno de los dos entrenadores presentes conocía el efecto real del ataque. Por esta ocasión quise jugar con los conocimientos de ambos... que por alguna vez mi personaje no tuviese idea alguna sobre algún concepto del mundo Pokemon, porque casi siempre parece un sabelotodo xD. No es mi intención dejar de ignorante a nadie, palabra ;).

    Hasta la próxima...​
     
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  8.  
    Navaja

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    Este capítulo me gustó mucho, mucho, mucho, mucho! :3

    Me gusta esa energía que tienes en las batallas, Nathancito ;)Y gracias por haber mostrado las mejores cualidades de mi Pokémon ;)

    Espero que pronto veamos el momento decisivo entre nuestra batalla ;)

    Me gustó eso que te sorprendieras con un ataque, por eso mismo que aclaraste xD Ya parecías la Wikidex jajajaja xD

    Un detallito se te pasó:
    Eso es muy masculino e__é las niñas no nos tocamos la nuca.

    Fuera de eso, todo está dm dm dm precioso! :3

    Un beso Nathan!!
     
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  9. Threadmarks: Capítulo 3 – Parte 3
     
    J.Nathan Spears

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    Acción/Épica
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    5
     
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    ¡Al fin! Estimadísima Fanficslandia... ¡Acá tengo la prometida y esperada parte final! :)

    Me tardé mucho en verdad, pero por fin logré terminar esta belleza de fic corto, dedicado a la gran usuario Navaja :3. Espero sea del agrado de todos y en especial de ella n__n.

    ¡Acá va!

    Capítulo 3 – Parte 3​

    De la PokeBall color rojo con blanco aventada por Nathan había salido nada menos que un Ampharos

    – Duo Lon, necesito de tus habilidades

    Su compañero Maxima, al ver que el Ampharos sería el siguiente en pelear, no pudo evitar lanzar palabras de aliento

    – [¡Eres claramente superior a esa Skitty, hermanito! ¡Demuestra lo que has aprendido y triunfarás de seguro!]

    – [De acuerdo]

    Aquel cordero sólo asintió y se puso en guardia. Sin embargo, a Navaja le costaba trabajo acostumbrarse a que un Pokemon como ese fuese usado en batallas y no en algo más refinado.

    – Ese Ampharos es… precioso – Pensó la morena entrenadora

    – Sé lo que estás pensando, Navaja. No subestimes a Duo Lon o esto terminará demasiado rápido – Advirtió el joven guerrillero

    – Jamás lo haría, nene. ¡Serafina y yo somos más que caras bonitas y apostaría a que el borreguito no se queda atrás! – Y dicho esto comenzó a dar la orden de ataque – ¡Ahora, amiga! ¡Usa Hidropulso!

    – ¡Esquívalo, pronto!

    Aquella minina se concentró para lanzar una bola de agua concentrada directo hacia Duo Lon, pero éste logró esquivar a tiempo

    – ¡Noooo! ¡Fallamos! – Exclamó la entrenadora, un poco más dramática de lo usual

    – [¡Jajajaja! Así nunca le pegarás a mi hermano] – Alcanzó a gritar Maxima, quien veía atento el combate

    – ¡Duo Lon, ahora usa Rayo Señal! – Ordenó velozmente el oponente de Navaja

    – ¡Ten cuidado, Serafina!

    Y el Ampharos contraatacó con un rayo de energía proveniente de la gema de su cabeza, pero todo fue en vano, ya que la Skitty pudo evadir…

    – ¡No ceses el fuego, camarada! ¡Sigue disparando hasta que le des!

    – ¡Sigue esquivando, Serafina!

    La felina siguió corriendo para evitar ser golpeada, pero Duo Lon seguía concentrado y luego de “barrer” la tierra con su Rayo Señal, éste terminó por golpear al Pokemon de Navaja, derribándolo

    – ¡Serafina, levántate!

    La buena noticia para Navaja fue que Serafina no tardó en levantarse… la mala fue que el Rayo Señal había logrado dejar a la gatita en un estado de confusión muy notorio debido al errático bailoteo que ésta hacía y sus ojitos de rendija vueltos espirales

    – ¡Estupendo, ahora esa Skitty está indefensa! – Se regocijó el de la bandana metálica en la cabeza – Ahora, Duo Lon… ¡Cola Férrea!

    Uno tenía que ser un completo idiota para desaprovechar una oportunidad como esa, y tanto el entrenador como su Ampharos no eran para nada tontos. Aquel cordero dio un salto y aterrizó con su cola totalmente endurecida, golpeando el cuerpo de su contrincante y agravando la preocupación de la creadora de las GreenBalls

    – ¡No, mi Serafina!

    – [¡Esto es demasiado fácil!] –Se ufanó el anfibio de color azul

    – ¡Ahora quiero verte atacar con Descarga!

    Duo Lon ahora preparaba un ataque eléctrico. Navaja tenía menos de cinco segundos para ejercer una orden efectiva… tarea que resultaba complicada con su Skitty aún confusa.

    – Ni modo, tendré que arriesgarme… – Pensó la chica, y dio una orden – ¡Usa Ayuda!

    La gatita levantó una pata delantera y ésta brilló, y entonces… ¡Una montaña se levantó justo debajo de ella, dejándola en la cima y protegiéndola de la Descarga de Duo Lon, la cual fue insuficiente como para romper dicho cúmulo de tierra!

    – ¿Qué fue eso? ¿Acaso otra defensa que desconozco? –Pensó Nathan – ¿Y de qué Pokemon habrá provenido?

    – ¡Treparrocas! – Pensó Navaja – Otro de los ataques de Terry… No funcionó como esperaba pero al menos me ha dado tiempo… – De repente, un pensamiento cruza la cabeza de la jovencita como un balazo – ¡Esto me da una idea! Es arriesgada, pero vale la pena intentarla… – Y con esto, Navaja dio otra orden – ¡Ayuda una vez más!

    – [¿Va a pedir Ayuda otra vez? Esta tonta cree que el rayo cae dos veces sobre el mismo lugar]

    Otro maullido por parte de Serafina, quien nuevamente preparó su patita delantera para invocar el apoyo de sus compañeros de equipo. En esta ocasión, la Skitty comenzó a correr a una velocidad espasmódica montaña abajo, directamente hacia Duo Lon, quien no logró esquivar a tiempo y recibió el impacto

    – ¿¡Pero qué fue eso!? – Exclamó sorprendido el entrenador del Ampharos

    – [Eso debe doler… ¡Duo Lon!] – Exclamó, también atónito, el Swampert

    – ¡Eso fue Velocidad Extrema cortesía de Buster! ¡Excelente! – Navaja sonreía, ya que Doña Suerte estaba con ella, al parecer – ¡Doble Bofetón, Serafina! ¡No frenes por nada!

    Como si de ataques linkeados a lo “Pokemon Mundo Misterioso” se tratase, la felina rápidamente comenzó a atizar a Duo Lon con su colita, golpeando de un lado a otro, aunque éste, de puro instinto, subió su guardia

    – ¡Congélala, Duo Lon! ¡Ataca con Puño Hielo!

    Sin embargo, aquel Ampharos no iba a dejarse golpear por mucho tiempo, y recurrió a dar un puñetazo gélido a su rival para sacársela de encima

    – ¡Vamos bien, Serafina! ¡Retrocede un poco y dale con Ayuda una vez más!

    Y una vez más la minina recurría a los movimientos de sus compañeros… y en esta ocasión lo que salió fue una Danza de Pétalos

    – Así que Ada no nos va a dejar en paz ni cuando ya la hemos noqueado… – Musitó Nathan, para luego ordenar un ataque más – ¡Joya de Luz!

    En esta ocasión, aquel “caballero negro” que osó insultar a Paul sí estaba preparado para contraatacar, y usó la Joya de Luz de su ovino compañero. Ambos ataques chocaron entre sí creando una explosión enorme, la cual pasó a hacer daño a los dos contendientes, no sin antes dejar una tremenda pantalla de humo.

    – ¡Aprovechemos esto, Serafina! ¡Usa Hidropulso!

    ¡Por fin! Serafina usaba uno de sus propios ataques para variar, con la intención de pegarle duro a Duo Lon y no dejarle tiempo para recobrarse. No obstante, Maxima tenía un consejo para su hermano…

    – [¡Batéala con Cola Férrea en cuanto venga hacia ti! ¡Concéntrate!]

    Confiando en sus sentidos y en las palabras de su “hermano mayor”, Duo Lon cerró los ojos para sentir qué tan cerca estaba el Hidropulso de Serafina. ¡Y vaya que resultó! En el momento preciso, el Ampharos giró sobre un pie y consiguió regresarle la bola de agua a la agresora, dándole un golpe seco (cosa irónica, ya que se trataba de un ataque de elemento Agua)

    – ¿Te encuentras bien, Serafina?

    La gatita aún quería seguir peleando, así que la batalla continuó… esta vez con otra orden por parte de Navaja.

    – ¡Atracción, ahora!

    – ¡Eso sí que no, señorita! ¡Dale con tu mejor Descarga, Duo Lon!

    Si algo había aprendido Nathan viendo combatir a Navaja era que un ataque Atracción podría significar un truncamiento masivo para sus estrategias si es que llegaba a atinar a sus Pokemon, así que decidió eliminar ese problema haciendo que su Ampharos repartiese relámpagos por toda el área. Su estrategia probó ser exitosa, ya que los rayos eléctricos perforaban todos y cada uno de los corazones que lanzaba la Skitty, y para más remate… ¡WHAM!

    – ¡¡Serafina, noooo!!

    Desde todas las direcciones, la electricidad atacaba a la felina sin cesar, hasta que Duo Lon no pudo prolongar por más tiempo ese ataque. Al menos la tarea ya estaba hecha: Serafina se encontraba rostizada como un pollo.

    – Miaaaaaaa… – La Skitty estaba en el piso, sin fuerzas para pelear y con los ojos en equis. Claramente había perdido la ronda. Navaja la regresó a su GreenBall para que descansara

    – [¡Jaque mate, gatita!] – Gritó Maxima, celebrando la victoria de Duo Lon

    – Santa macarela… ¡Pero qué fuerza tiene ese Ampharos! Hasta parece más fuerte que los Pokemon de Paul

    – Y eso que no viste la paliza que le dio al Weavile de Paul – Esto último Nathan lo soltó con mucho orgullo – Todo esto se logró con paciencia, trabajo duro y confianza plena. – Por eso mismo Paul no tuvo oportunidad contra nosotros

    – ¡Cállate! ¡No voy a tolerar que sigas hablando pestes de él! – El enojo de Navaja había vuelto como por arte de magia, y tan solo bastó que Nathan le recordara aquel desastroso final que tuvo aquella batalla que no pudo ver en su totalidad – ¡Aún no me has vencido, así que mejor ve preparando tu disculpa hacia Paul, por si acaso!

    – Valientes palabras, señorita. ¿Tienes el poder para hacerlas valer?

    – ¡Claro que sí! – Y acto seguido lanzó su última, o más bien segunda, GreenBall – ¡Scyther, vamos!

    Una vez más Scyther hacía su aparición. Se veía un poco rasguñado producto de los ataques que Maxima y Galneryus lograron marcar en su cuerpo, pero su determinación seguía siendo la misma: Ganar pasara lo que pasara.

    – Esto será un gran desafío, Scyther… Tenemos que vencer a los dos Pokemon que puedes ver ahí, junto a aquel muchacho, para así salir victoriosos de esta situación. ¡Confío en que podrás hacerlo, amigo del alma!

    – [¡Por supuesto, Navi!] – La voz de aquel insecto sonaba llena de confianza, a pesar del hándicap al que se sometía.

    – [Ten cuidado, Duo Lon – Comenzó a advertir Maxima a su hermano – Esta mantis sabe lo que hace, y es muy veloz como para alcanzarla con facilidad. Recomiendo que intentes hacer que se canse antes que tú]

    – [Gracias, Maxima. Lo tendré en cuenta] – Agradeció el Ampharos la sugerencia de su compañero

    Y cómo no… ¡Era el momento de pelear y no de hablar! ¡Navaja fue la primera en dar una orden!

    – ¡Scyther, usa Doble Equipo!

    La mantis religiosa rápidamente creó cuatro copias de ella misma, haciendo un total de 5 Scythers en frente de un Ampharos.

    – ¡Ni creas que te va a salvar el hacer unas cuantas copias de ese Scyther! Si golpeamos todas a la vez, el verdadero saldrá afectado de todas maneras

    Navaja soltó un gruñido ya que era verdad lo que le decían. La lógica no tardó en dictarle a Nathan el repartir otra maxidescarga a todos lados.

    – ¡Duo Lon, dale una descar-!

    – [¡¡No, espera!! – Interrumpió el anfibio con la cicatriz en el pecho – ¡Duo Lon ha agotado demasiado su electricidad en su último ataque y no puede lanzar una Descarga que pueda atinar a los cinco objetivos!]

    El Swampert estaba en lo correcto. Los niveles de energía eléctrica de Duo Lon eran bajísimos, por lo que intentar un ataque así sería contraproducente, por decir lo menos.

    – [Nathan, ¿Cuál es la orden?] – Preguntó el cordero de todas maneras. Si su entrenador le ordenaba repetir un ataque con un elevado coste de energía, él lo repetiría sin importar nada.

    – Duo Lon, usa Rayo Señal y dales uno por uno

    Afortunadamente para ambos bandos, aquel joven no era de esos que forzaban a sus Pokemon hasta que se desmayaran de agotamiento. Entonces, el Ampharos comenzó a disparar su ataque tipo Bicho por la gema de la cabeza, pero más bien en modalidad de pistola y no de láser como hizo antes

    – ¡Oh! Nathan está intentando preservar la resistencia de su Pokemon… – Pensó Navaja – Pero al hacerlo está reduciendo sus probabilidades de golpear efectivamente a Scyther.

    La deducción de Navaja no podía estar más acertada. Duo Lon eliminaba las copias de Scyther una por una, pero Scyther las reponía a la misma velocidad a la que su contrincante las borraba.

    – ¡Ataque Rápido, Scyther!

    Ahora el insecto embiste a máxima velocidad, buscando un golpe directo… ¡Y lo consigue! A duras penas el Ampharos seguía de pie, intentando contener a Scyther

    – [¡Golpéalo ahora! ¡Vamos!] – Animaba Maxima a su hermano

    – ¡Puño de Hielo, ya! – Ordenó el entrenador

    – ¡Retrocede, Scyther! ¡Y vuelve a multiplicarte!

    La mantis era demasiado rápida como para dejarse golpear en un contraataque, así que retrocedió de un brinco y usó Danza de Espada para girar

    – ¡Hey! ¡Yo no ordené eso! – Pensó Navaja – ¿Qué planea Scyther?

    Al parecer, no era nada fuera de lo común, ya que justo después el Scyther volvió a usar Doble Equipo, obedeciendo la orden original de su entrenadora. Esta vez eran diez los Scythers que rodeaban a Duo Lon

    – [Mierda… espero que Duo Lon pueda salir de esta…] – Se decía Maxima para sus adentros. Claramente estaba preocupado, ya que esto no parecía tener buen final

    – Demonios… ¿Qué hago ahora? – Ahora Nathan pensaba cómo salir de ese embrollo – ¿Me la juego por un ataque sencillo u ordeno una descarga a toda potencia? Duo Lon está rodeado y no tiene la energía suficiente como para darles a todos…

    Sin embargo, el borrego no iba a resignarse a quedar rodeado… así que hizo de tripas corazón y lanzó…

    – [Mi entrenador titubea, pero yo no ¡Atacaré con todo!]

    ¡Otra mega-Descarga! Y era más que obvio que los dos presentes del lado del corderito se preocupasen. Duo Lon estaba arriesgando su integridad física al ejecutar un ataque tan potente.

    – ¡¡Duo Lon, detente!!

    El Ampharos se detuvo. Ya no podía seguir liberando electricidad y se sentía exhausto. Eso sí, todo parecía indicar que había logrado su cometido, ya que las copias de Scyther dejaron de rodearle. Aun así, había una interrogante importante

    – ¿En dónde está mi Scyther? – Preguntó Navaja, al borde de un desmayo

    – Q-q-quién sabe… – Respondió Nathan, atónito también al ver que no había señales de aquel bicho.

    Pero entonces, pasó algo sorprendente: De la tierra emergió nada menos que Scyther, girando todavía como si usara Danza Espada, justo detrás de su oponente y ante la mirada atónita de TODOS los espectadores.

    – ¡¡Scyther!! – Navaja fue la primera en exclamar

    – ¡¿Cómo lo hizo?! – Soltó Nathan, anonadado. Maxima no hablaba, pero tenía la misma cara de pasmado que su entrenador.

    Instintivamente, Duo Lon alcanzó a darse vuelta para ver si realmente Scyther estaba detrás de él, pero sólo sirvió para que el siguiente sablazo propinado por Scyther pegara en su tórax en lugar de su espalda. En la escala del 1 al 10, en cuanto a dolor se refería, al Ampharos debió parecerle un 8 como mínimo, ya que lanzó un grito ahogado antes de caer al piso

    – Oh… – La mente de Navaja se encontraba en otro conflicto. Por un lado, estaba feliz de que su mejor Pokemon lograra salir ileso de aquel gran ataque eléctrico, además de aprender a Excavar… pero por el otro, sentía que el último golpe contra aquel cordero fue exagerado.

    – ¡¡Duo Lon!! – Dijo Nathan, para luego correr a auxiliar a su Pokemon

    – [¡Ese Scyther es un…!] – Pensó Maxima mientras hacía lo mismo que su entrenador

    Todo parecía indicar que Duo Lon estaba fuera de combate. Sin embargo, éste aún no quería terminar así y comenzó a luchar por levantarse. Sin embargo, nadie se había percatado de unas gotas de líquido rojo habían manchado el lugar en donde estaba tumbado el Pokemon de Nathan, hasta. Navaja sólo pudo ver aquellas manchas en el suelo una vez que Duo Lon estaba de pie…

    – ¡¡Santo Cielo!! – La morena chica sólo atinó a llevarse ambas manos a la boca

    – [Ah, caray… la he cagado pero bien…] – Pensó Scyther

    – Compañero, ¿Estás seguro de…? –De repente, Nathan también nota las manchas de sangre – ¡¡Estás sangrando!!

    – [¿De qué… me hablas?] – Parló Duo Lon con una voz débil. Obviamente estaba cubriéndose el tajo que le hicieron con una mano para intentar detener la pérdida de líquido vital

    – ¡No hay forma de que sigas peleando en esas condiciones! ¡Saca la mano de ahí! Sé que te han hecho una cortada horrenda…

    Nathan pidió un “tiempo fuera” para poder atender la herida de su Ampharos y Navaja se lo concedió simplemente asintiendo en silencio. Tanto el joven como el Swampert actuaron rápido buscando en la mochila del pelos de trigal vendajes y desinfectante. En un inicio el Pokemon tipo Eléctrico se resistió a ser retirado tempranamente del combate, pero luego terminó por ceder, ya que se encontraba demasiado agotado y sabía que Maxima era capaz de levantarlo por la cola con tal de alejarlo del combate…

    – [Debí hacerte caso desde un principio] – Eso fue todo lo que soltó el apenado Ampharos, a modo de disculpa, mientras su cuerpo era vendado

    – Ya sabes que soy incapaz de enojarme contigo sólo porque no hemos logrado ganar una ronda, camarada. Seguiste tu instinto para intentar noquear a Scyther y eso demuestra que tienes mucho valor – Y dicho esto, termina de vendar al Pokemon – Listo. Ahora quédate en tu PokeBall y concéntrate en descansar. No olvides que estoy orgulloso de ti.

    El Pokemon cordero fue devuelto a su “refugio”. Navaja se encontraba compungida, ya que no estaba acostumbrada a ver sangre, ni mucho menos en Pokemon. Lo primero que hizo fue pedir disculpas…

    – N-Nathan, yo… yo… lo siento mucho. No pensé que Scyther podría dejarle una herida así a tu Pokemon… – Y además, Scyther ofreció una educada reverencia, ya que se sentía igual que su entrenadora.

    – Puedo entenderlo. Acepto tus disculpas. – Respondió rápidamente el de la bandana metálica, con los ojos cerrados

    – ¿En serio? – Dijo ella un poco más aliviada, y a la vez sorprendida de que Nathan la perdonara así de rápido

    – Scyther, al igual que Duo Lon, actuó por instinto. Sus deseos de ganar este encuentro son inconmesurables… ¡Si hasta aprendió dos nuevos ataques el día de hoy! Onda de Vacío y Excavar. – Y abre los ojos nuevamente, mirando fijamente a su contrincante – Lo dije antes y lo reitero: Tu Scyther es un Pokemon muy especial.

    – Bueno, gracias…

    – Sin embargo, no deberías sentir tanta pena por mi Pokemon. Concéntrate en lo que crees que es correcto. ¿O ya olvidaste el por qué me desafiaste en primer lugar?

    – ¿¡Cómo!? ¡¡P-por supuesto que no!! ¡Estoy acá para limpiar el nombre de mi amigo y rival!

    – De acuerdo. Pero te advierto una cosa… que yo haya aceptado tus disculpas no quiere decir que Maxima las haya aceptado

    En efecto… Maxima se había quedado con la cabeza gacha, mirando el líquido carmesí que estaba en el suelo… ese líquido había salido de su hermano, y eso lo perturbaba, pero al mismo tiempo le daba más ganas de pelear…

    – [Hermanito, tus esfuerzos no serán en vano. Yo mismo me encargaré de romperle las alas a ese bicho…] – Eso fue lo que alcanzó a musitar el Swampert, justo antes de levantar la cabeza y lanzarle una mirada penetrante y un grito de guerra a Scyther – [¡¡Voy a cenarme tus alitas remojadas en salsa!! ¡¿Me escuchaste?!]

    – ¡Qué vocabulario! – La pelos color petróleo no pudo evitar llevarse la mano a la boca, no por miedo, sino por asombro. En todos los combates que ella y Scyther pelearon juntos, jamás había visto a un Pokemon haciendo un ataque verbal tan sediento de venganza.

    – Así es mi Swampert. Viajar con él ha hecho de mi vida algo… interesante. – Ese fue el comentario para el bronce, emitido por Joseph Nathaniel Spears. – ¡Y no lo cambiaría por nada!

    – ¡No debemos mostrar miedo, Scyther! ¡Ahora usa-!

    La orden de Navaja fue interrumpida producto de un Terremoto causado por el ajolote gracias a un pisotón. Y posteriormente, el mismo había lanzado una feroz Hidrobomba

    – ¡¡Cuidado!!

    Afortunadamente para la jovencita, Scyther fue capaz de evadir el ataque… pero al parecer el anfibio había previsto esa posibilidad y apareció en frente del estupefacto insecto para darle un Puño Fuego en el abdomen, aventándolo varios metros

    – ¡Es increíble que él pueda pelear tan bien sin recibir ninguna orden! – Comentó la amante del verde

    – Mi Swampert no es puro músculo, nena… – Afirmó Nathan con orgullo – él es lo suficientemente letrado en el arte del combate como para arreglárselas. Aunque… jejeje, desearía que su temperamento fuese menos explosivo

    – ¡Vamos, Scyther, que también tenemos lo nuestro! ¡Doble Equipo!

    Ahora Scyther usaba una táctica que le había funcionado relativamente bien contra Duo Lon: Volver a dividirse en cinco objetivos en frente de su rival. Pero ahora…

    – ¡Al ataque todos!

    Esta vez no esperarían ser atacados antes de actuar. Los cinco calcos de mantis avanzaban a ritmos diferentes, intentando confundir al Swampert

    – [¡Los acabaré a todos!] – Rugió Maxima. Y se lanzó al ataque directo con Puño Fuego sobre un Scyther falso, borrándolo.

    – Hey, Maxima… deberías calmarte un poco – La expresión de Nathan no demostraba mucha preocupación, pero sí un goterón en su frente

    No hubo caso. El Swampert seguía cegado por su ira y repitió la operación otras tres veces, dejando sólo al Scyther original, quien por lo menos estaba a una distancia de diez metros.

    – [¡Ahora sí te tengo!] – Y dicho esto, lanzó una de las más grandes Hidrobombas que había logrado sacar en su vida

    – ¡Esquívalo pronto! – Exclamó Navaja

    Cabe mencionar que la Hidrobomba tenía un radio de dispersión más grande de lo normal, casi como cuando se compara un disparo de una escopeta con el de un rifle, así que terminó por impactar el ala de Scyther, a pesar de que éste hizo lo posible para no salir golpeado.

    – Ha mojado el ala de Scyther… eso no puede ser bueno – Se dijo la inventora de las GreenBall para sus adentros – Pero ya es suficiente de la ofensiva desenfrenada de Maxima. Tenemos que hacer algo… – Y con eso, soltó su siguiente orden – ¡Onda de Vacío!

    El problema con el estado berserker de Maxima era que en muchas oportunidades tenía su guardia baja, con lo que le fue fácil a la mantis lanzarle otra esfera de aire comprimido en el pecho e, irónicamente, le sacó el aire de los pulmones, deteniéndolo

    – ¡Qué astuto es ese Scyther! Nunca había visto una estrategia como esa… – Ahora Nathan estaba alabando una vez más las capacidades del mejor Pokemon en el arsenal de Navaja

    – ¡Ataca, ataca, ataca! ¡Una oportunidad como ésta no la volveremos a tener! – Era todo lo que la chica tenía que decir al respecto

    Y Scyther obedeció… se movió un poco más lento debido al ala mojada, pero de todos modos alcanzó a llegar para pegarle una cuchillada a su rival el anfibio. Pero en cuanto quiso pegarle otra, su rival logró detenerla golpeando la cuchilla lateralmente dando un giro, y luego aturdió al bicho agresor con un tremendo codazo en el abdomen

    – Je… esa es la ventaja de tener brazos largos y gruesos como troncos – Ese fue el comentario de Nathan al respecto, mientras se regocijaba al ver lo grande que era la fuerza de voluntad de su Pokemon, quien en ese instante alejaba a Scyther con Disparo de Lodo… ¡En toda la cara!

    – Scyther, ¿Te encuentras bien? – Preguntó Navaja, preocupada por el estado de su querido insecto. Éste le contestó que sí lo estaba, pero al parecer no podía ver muy bien producto del fango en sus ojos. Y Maxima no pensaba desaprovechar esta situación

    – [¡Ahora sí te dejaré una quemadura del tamaño de la Isla de Pascua!] – Exclamó el Swampert, y arremetió con la fiereza de los 300 espartanos de la conocida película, con los dos puños envueltos en llamas.

    – ¡¡AH!! ¡Pronto, Danza de Espadas!

    El Scyther giró desesperadamente para lograr “escudarse” de los puñetazos que Maxima podría propinarle, y esa estrategia le resultó, ya que el anfibio fue incapaz de penetrar la improvisada defensa con sus puños y además fue mandado a retroceder unos metros… pero su rabia seguía dándole energías como para no rendirse

    – Ay, Maxima… deberías usar más tu cerebro

    – [Grrrr… si no puedo quemarlo… ¡Lo enterraréeeee!] – Gritó el Swampert mientras daba un fuerte pisotón en la tierra, encerrando a Scyther en una Tumba Roca.

    – ¿¡Qué!? ¡¡Oh, no!! – Exclamó Navaja al darse cuenta de la gravedad de la situación

    Y la cosa no terminaba ahí… ahora que Scyther estaba inmóvil, su rival podía avanzar hacia él. El Swampert tomó un poco de aire y recuperó el ímpetu que tenía hace poco, lanzándose directamente hacia aquel blanco fácil y… ¡WHAM!

    – ¡¡Aaaaaah!! – Gritó Navaja, cerrando los ojos

    Un solo golpe, lleno de furia y fuego, por parte de Maxima logró mandar a volar no sólo a Scyther, sino a toda la formación rocosa que lo rodeaba. Fácilmente la mantis quedó a veinticinco metros del lugar anterior, y además algunos trozos de roca le cayeron en el cuerpo, agravando aún más sus heridas

    – Impresionante… – Eso fue lo único que pudo soltar Nathan ante esa demostración de fuerza – ¡Este Swampert que tengo es una máquina!

    Curiosamente, todo parecía indicar que el Pokemon con la cicatriz en el pecho había usado hasta el último gramo de ira en ese feroz golpe, ya que al poco rato, se tomó la cabeza y se preguntó…

    – [Viejo, ¿Qué pasó? ¿Por qué me duele el cuerpo?] – Preguntó un confundido Maxima

    – Ya veo que el amor filial es un arma poderosa, Maxima. Viste a Duo Lon sangrar, te volviste loco y… – Ahora apunta al Scyther, que aún está en el suelo – ¡Hey! ¡Creo que has conseguido noquear a ese Scyther!

    – [¿Neta?] – Preguntó incrédulo el Pokemon, mirando a su entrenador. Éste simplemente asiente y luego el Swampert ve a su aparentemente vencido rival – [Oooh… así que realmente lo he hecho picadillo]

    – [Aún… no…] – Esas fueron las palabras que salieron de la boca del Scyther, en un tono muy quedito.

    – [¿¡Qué!? ¿Sigue con energías? – Exclamó el atónito anfibio – ¡Inconcebible!]

    – ¿Eh? Mi Scyther…

    Y nuevamente una encrucijada atacó la mente de Navaja. Si bien ella aún deseaba fervientemente el que Nathan se disculpara de inmediato con Paul, no consideraba correcto el exigirle a su Pokemon nada más… Scyther lo había entregado todo a lo largo del combate. Él había logrado hacer daño a los tres Pokemon que usó su rival y soportó un sinnúmero de golpes, en especial ese último que a todas luces pareció devastador.

    – ¿De veras Scyther desea pelear por voluntad propia? ¿O sólo lo hace porque sabe que Paul me importa demasiado? – Pensó la chica – ¿Qué sería lo correcto en este caso? Ese Swampert realmente es alguien duro de derribar… ¿Quién sabe por qué pruebas ha pasado? Ya dijo Nathan que le habían hecho una herida con una espada de verdad y sobrevivió. Me siento horrible al exponer a mis amigos a tanto peligro, pero no quiero admitir la derrota así de fácil… ¿Qué debo hacer, Arceus? ¿Cuál es la respuesta?

    Pasaron unos instantes de silencio en los que Scyther al fin logró levantarse… su visión estaba borrosa, pero se negaba a darse por vencido. Estaba convencido de que si pillaba a su contrincante con la guardia baja un par de veces más, le haría suficiente daño como para noquearlo, aunque sabía que eso no sería para nada fácil.

    No obstante, Nathan dio una orden

    – Maxima… nos rendimos

    – ¿¡Quéee!? – Exclamaron sorprendidos Navaja y los dos Pokemon que peleaban

    – Lo que has escuchado, jovencita. No tiene caso arriesgar más a los Pokemon.

    – [¡DEBES ESTAR BROMEANDO! ¡Esta es la oportunidad perfecta para darle a ese Scyther una lección! – El Swampert estaba fuera de sí. Perder molesta a cualquiera, pero ser ordenado a retirarse cuando sientes que vas a ganar si aguantas un poco más es aún peor. – ¿Por qué ordenas una retirada?]

    – Porque Navaja superó la prueba. Sólo por eso

    – ¿Prueba? ¿De qué prueba estás hablando? ¿Acaso… nunca peleaste en serio? – El tono de esa pregunta fue un tanto retraído, pero perfectamente audible

    – Nena, yo conozco tus capacidades y hubiese sido una gran estupidez pelear a media máquina. Lo que quería medir en realidad era si tu determinación no era ni muy débil ni una obsesión enfermiza –A estas alturas Navaja hace una mueca de “no entiendo muy bien”, así que Nathan profundiza más en su explicación – Verás… jamás conocí a alguien que defendiese a Paul con tanto fervor. Ni siquiera su propio hermano. Si bien parte del público estaba en mi contra por hablar pestes de él, ninguno lo apoyaba de verdad como para criticarme abiertamente. Ninguno, excepto tú.

    – Oh… ¿De verdad… a nadie le importa Paul? – Preguntó la aludida, bastante triste

    – Sigo pensando que él se lo ganó con su actitud tan fría y maquiavélica. Pero como te estaba diciendo, en los momentos finales de nuestra contienda, viste cómo Scyther aún tenía fuerzas luego del embate incesante por parte de mi Pokemon aquí presente. Alguien cegado por la obsesión o bien, derechamente sin sentimientos simplemente le diría a Scyther que pelee hasta el final sin mostrar preocupación. También, si hubieses dicho a Scyther que se rindiera prematuramente, demostraría que tu motivo para luchar no era verdaderamente sólido. Sin embargo, titubeaste todo el tiempo… y si bien eso es considerado como algo malo en la mayoría de los casos, en este fue la mejor opción.

    – ¿Titubear… una buena opción? ¿Cómo es eso?

    – Cuando uno titubea es porque tiene un conflicto en su corazón. Tú debes sentir mucho aprecio por Paul, pero al mismo tiempo quieres tanto a tus Pokemon que el ponerlos en peligro se vuelve algo que no te perdonarías nunca. Ese balance es crucial en la vida de un entrenador… el querer conseguir las metas siempre que no considere que éstas justifiquen TODOS los medios. Eres una gran chica, con mucha ambición y un gran corazón. Me alegra haber conocido a una entrenadora como tú más de lo que me entristeció conocer a alguien como Paul. Y sólo por eso, creo que tienes razón… Paul aún es joven, así que puede cambiar su mentalidad acerca de los Pokemon, y con las palabras correctas, podré conseguirlo. Esa fue la razón por la que decidí perder a propósito al final. Además, no necesitas confesar a nadie que amas a Paul. Tus acciones lo hacen demasiado evidente, al menos para mí – Esa última frase invocó un sonrojo enorme en la joven entrenadora, pero Nathan no le dio mayor importancia y dio la espalda a Navaja – Vámonos, Maxima…

    – [Hmph…]

    El ajolote aún estaba molesto por la decisión de su entrenador, pero lo entendió perfectamente y se dio la media vuelta

    – [Bien. – Y dirigió unas palabras a su rival, sin quitarle la mirada – Scyther, deberías estar agradecido porque mi entrenador es alguien demasiado piadoso. La próxima vez que nos veamos las caras no tendrás tanta suerte]

    Entrenador y Pokemon habían avanzado unos pocos pasos, cuando la amante del verde los detuvo

    – ¡Nathan! – El rubio y espigado joven volteó la mirada para escuchar bien lo que Navaja tenía que decir – Tú… no eres una mala persona después de todo…

    – Qué bueno saberlo. Gracias – Fue la respuesta del tipo con la bandana metálica en la cabeza antes de seguir su camino. Navaja avanzó a felicitar a su más fiel compañero luego del magnífico combate que hizo

    – Lo hemos conseguido, Scyther. Todo ha sido posible gracias a ti. No sé qué haría sin ti, amigo. –El Scyther se dio vuelta y miró a Navaja, para luego intentar decir algo, pero éste terminó inclinándose hacia adelante y se desmayó apoyado en su entrenadora – Jijiji… entiendo, estás muy agotado – Y posteriormente se arrodilla y lo abraza mientras lo apoya en su regazo – Descansa, mi filoso amigo.

    Epílogo

    Nathan cumplió la promesa que hizo a Navaja al final. Buscó a Paul, quien se había enclaustrado en su habitación, sumido en la depresión, y preocupando a su hermano Reggie, quien lo había acompañado todo este tiempo. Entre el hermano del pelos de lavanda y el pelos de trigal tuvieron que derribar la puerta a patadas para que Nathan pudiese rectificar todo lo que había soltado luego de vencer a Paul, pero éste aún no quiso escucharlos. Entonces, Nathan cambió de estrategia y provocó a Paul llamándole cobarde sólo para llamar su atención, Paul golpeó a Nathan en la cara, pero éste no respondió con otro golpe, sino que diciéndole que se lo merecía y que le gustaría que siguiese entrenando Pokemon con la misma intensidad, pero al mismo tiempo le advierte que debería tratar mejor a sus aliados y a sus colegas entrenadores si quería mejores resultados. Al final, Paul accedió a la petición de Nathan y pudo retirarse dignamente del lugar, prometiendo mejorar su trato hacia todos.

    Navaja decidió acompañar a Paul hacia el ferry que lo llevaría a casa, y en el camino pudieron hacerse amigos de verdad. Paul le dijo que intentaría conquistar la región Teselia y la invitó a que viajaran juntos. Navaja respondió… con un beso y un abrazo.

    FIN
     
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    Navaja

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    Ay Nathan, solo tengo para decirte una cosa... ¡Me has dado el mejor regalo de cumpleaños que me han dado en mi vida!

    Agradezco que lo hayas terminado justo hoy, me alegraste como nunca el día, y además ¡no cometiste ningún error!

    Creí que ganarías este encuentro (aunque si fuera uno de verdad del poder físico-mental mis probabilidades se reducirían...por ahora), me sorprendí tanto, al punto de gritar un ¿¡QUEEEE!? como pasó en tu historia :) Lo que me demuestra que si lograste representarme bien... ¡Misión cumplida, Nathan! En esta última instancia me representaste bien, fue como ver una grabación de mi (o mi diario), y eso es muy difícil, ya que mi personaje es como yo en la vida REAL. Lo hiciste, lo que demuestra que eres capaz de ponerte en el lugar de otro y que puedes representarlo en relatos. Eso lo hace solamente alguien dedicado ;)

    Como dije antes, nunca me habían dado un regalo como éste. Eres un gran escritor, una gran persona y un gran Entrenador, amigo. Me alegra y me honra que te hayas inspirado en mi... Gracias.

    Te quiero mucho! Un beso!
     
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