Long-fic de Pokémon - Dustin y los rockets.

Prólogo.



Era un día de clases en el orfanato grey ghost, donde los chicos atendían a la maestra, la profesora Parks. Todos, menos un chico de pelo negro, ojos oscuros, mirada fría, cuerpo fibroso con una camiseta gris y un pantalón negro, que miraba el patio por la ventana.



Estaba harto.



Harto de ese orfanato.



Harto de su gente.



Harto de su comida.



Harto de todo.



Se encontraba pensando en su odio, cuando alguien le dio un toquecito de la maestra. Al sentir esto, se enfureció y golpeó con un puñetazo a la docente tirándola al suelo.



—¿Pero que haces animal?— Preguntó un compañero retóricamente.



—Dustin tenía que ser...— Suspiró una chica mirándole asqueada. Entonces un verborrea de murmullos empezaron a salir de las bocas de los alumnos y la mujer gritó.



—¡Silencio! ¡Silencio!— Su voz era agresiva, para notar su autoridad—¡Dustin, al despacho del director!- El de pelo azabache se largó rumbo allá fríamente y llamó a la puerta.



—¿Dustin, cierto?—



—Sí, viejo, ahora déjame entrar— Dijo el chaval.



—Adelante— Dustin entró y se sentó. Detrás del mostrador estaba Mell, un hombre con mostacho blanco, pelo canoso con un sombrero hongo, que, según le resultaba elegante, pero al niño le resultaba estúpido.

—Ya es la tercera vez esta semana que agredes a la profesora ¿Que te ocurre?— Preguntó el director.

—Ja, como si a ti te interesara— Dijo Dustin sarcástico—¿Por que no nos dejamos de gilipolleces y me castigas ya?— Preguntó sin miedo a las represalias. 10 años de castigos en un orfanato le hicieron inmune.

—Sería una pena, una familia está pidiendo una adopción este domingo y algo me decía que esta iba a ser tu día. La mujer para agradable y paciente ¿Te acuerdas cuando me decías que querías ser adoptado?—

—Era muy chico, he cambiado— Entonces le vino una idea a la mente ¿Por que no aprovechar esa oportunidad si estaba tan harto de este lugar? Tenía que comportarse para ello, motivo por lo que ni siquiera había sido nominado.

—Esta bien, tengo un trato para ti— Dijo Dustin—Me voy a portar como un santo hasta el domingo. Tú me dejas que me lleve esa señora y os libráis de mí, que sé que es lo que queréis.

—Está bien, pero te estaré vigilando— Dijo Mell mirando seriamente—A la mínima se rompe el trato— Le advirtió el viejo y Dustin salió del despacho.

Realmente no sabía si podría aguantar si tener un altercado con alguien. Le era una lucha que le costaba ganar. En el recreo, miraba a esos tontos, a esos pringados y tenía la profunda necesidad de golpearlos, por lo que intentó no mirarlos y se fue al gimnasio. De allí sacó un saco de boxeo con el dibujo de un magikarp y empezó a golpearlo agresivamente. Iba a salir de allí, de una forma y otra.