Duelo de dojos.

Capítulo 1: Un mundo extraño.

Año dos mil ochocientos dos, ya es el quinientos aniversario de la aparición de esas cinco nuevas razas a parte de los humanos, empezando por los Diriuos, los cuales son humanos que hace quinientos años hicieron un pacto con los dioses y fueron bendecidos y maldecidos con el poder de la magia. Por otro lado, Psicaris, la raza de los psíquicos, no son humanos, pero su forma física se asemeja a el humano perfecto, los hombres son calvos y las mujeres tienen pelo violeta o gris. Luego, los Aarkas, criaturas capaz de transformarse en aves, según su fecha de nacimiento es el ave en el que se pueden transformar. Los siguientes son los Nekorys, son humanos perfectos, con colas y orejas de gatos, muy rápidos, sexys y peligrosos. Y por último, pero no menos importante, una raza que solo era un mito, los Hypegaryous, son iguales a los humanos y no hay forma de distinguirlos, a no ser por la forma en la que pelean, su fuerza aumenta y aumenta cada vez más, cruzando los límites.

Ya es mediodía en Purple New City, se pueden escuchar a las afueras de un edificio como pasan las Nekorys con sus faldas cortas o sus calzas apretadas, dirigiéndose a el dojo "Stairway", uno de los dojos más conocidos por éstos impresionantes ya mencionados, Nekorys. Una persona se levanta de malhumor al escuchar tantas risas fuera de su apartamento, desde fuera, viendo hacia ese apartamento, se puede ver la silueta negra de una persona, que de repente tira un zapato y le pega a un chico que intentaba ligar con unas chicas de por ahí. El chico, muy enojado, de pelo negro, orejas y cola negra, todo el pelaje brillante y hermoso, uno de los chicos que las chicas más adoran dentro del dojo, por su belleza y su forma de pelear. Se enojó y corrió hacia esa silueta, tirando el zapato al que se lo había tirado, pero éste mismo salió de su departamento tirándose por la ventana, agarrando el zapato y lanzando nuevamente el zapato hacia el Neko que fue golpeado en la frente.

— Váyanse gatos feos, ésta es mi propiedad, después de una noche de ebriedad un chico necesita descansar y no ser despertado por unas chicas y chicos pesados a las seis de la mañana.— Comentó el chico que tiró el zapato, de pelo negro que le llegaba al cuello, ojos negros pero rojos, una barba de un par de días y que se notaba que tenía resaca. Vestía una musculosa blanca, unas bermudas de tipo jeans, cocidas y manchadas de grasa, y calzaba unas ojotas negras.
— Vayámonos chicas, no se puede hablar bien con un ebrio. Además se nos hace tarde para ir a estudiar.— Contestó el chico neko, alejándose.

— ¿E-estudiar? Espera. ¿Q-qué día es hoy?.— Preguntó el tipo del zapato.
— Viejo, búsquese una vida. Hoy es lunes ocho de marzo.— Le respondió el chico neko yéndose a estudiar.

El tipo del zapato, recordó que hoy era el primer día de clases, y que tenía que ir corriendo al dojo, por lo que no se cambió de vestimenta y comenzó a correr, pero por despistado, se fue por otro lado.
En una cascada, donde las gotas de agua regaban las distintas flores de todo tipo de colores de al rededor, un lugar hermoso, una paz que podía calmar hasta a el más agresivo de los luchadores. Había un tipo de unos treinta años, calvo, con un traje formal de color gris. Estaba meditando al lado de la cascada, cuando pudo ver como el tipo del zapato corría hacia él.

— Sabía que vendrías, Sugar.— Dijo el calvo, muy calmado.
— Oh, me perdí de nuevo.— Contestó Sugar, despreocupado.

De repente Sugar desapareció y apareció detrás del calvo.

— Vas a morir, Shinzo.— Continuó, atacando a Shinzo con una katana.

El calvo detuvo el ataque, haciendo que Sugar quede en el aire, sin poder moverse. Estuvo a punto de atacar a Sugar con unas cartas, pero pudo recuperar el movimiento y esquivó sus cartas. En el aire, se veía un búho gigante y blanco, con una persona en su lomo. Era una chica de pelo castaño, que le llegaba por la mitad de la espalda, y tenía unos ojos marrones oscuros. Vestía una blusa negra, de mangas cortas y por encima de eso una gabardina blanca que llegaba un poco más arriba de sus pies, de cuello largo. Un pantalón militar negro, que se metía por debajo de unas botas militares.
Ésta chica sacó su espada, en su punta se podía ver una esfera blanca brillante, de la cual salían cadenas del mismo color, con un tipo de cuchillas en las puntas. Éstas cadenas agarraron a Sugar y a Shinzo, cuando ellos no veían. La chica se los llevó hacia el dojo, donde buscaría al líder del dojo, un militar general del país, para que les pusiera una sanción, por estar peleando en la ciudad, cosa que estaba prohibido.
Cuando llegaron al gran dojo, se podía ver a muchos chicos y chicas entrenando en el patio, la chica llevó a Sugar y Shinzo hasta el líder.

— Líder Clanclan, estos dos extraños estaban peleando en la gran cascada.— Dijo la chica.
— Ohhh, jajajajajaja, pero te he dicho que no me llames Clanclan.— Contestó un viejo, con una barba al estilo judío, canosa, él era calvo y tenía una oreja de gato, la otra estaba cortada y su cola era pelada.— Sabes bien que me llamo, super chulo cuarenta y tres kame hame ha.— Agregó.
— ¡Viejo estúpido!.— Gritó la chica mientras le daba un puñetazo en la cabeza.
— ¡Ay! Dahiare, siempre eres tan brusca conmigo.— Respondió con un tono lloroso.— Ya puedes ir a clases, gracias por traérmelos.— Prosiguió.

La chica salió directo a su clase, el búho estaba allí todavía, éste mismo se transformó en una clase de humano con alas blancas, ojos completamente blancos, con el pelo del mismo color, igual de largo que Dahiare. Vestía una túnica que le llegaba hasta las rodillas, tenía mangas largas, los botones estaban prendidos hasta el cuello, llevaba pantalones blancos, sueltos y calzaba unas zapatillas negras. En si parecía un traje chino.

Ya dentro del aula, estaban un montón de Nekorys, miraban con cara mala a Dahiare y al chico que la acompañaba, claro, ellos eran extranjeros.

— Oye, todas las clases ya comenzaron a practicar y nosotros seguimos aquí esperando a nuestro sensei.— Dijo el chico gato sexy.

En la espera, todos estaban muy aburridos, había pasado una hora y ya la clase se quería ir, pensaban que no vendría su sensei y que ya estaban retrasados. Pero de pronto, entra Sugar al aula.

— Lo siento chicos, me he retrasado, tuve un problema con un calvo.— Entró diciendo Sugar.— Yo soy su sensei, me llamo Sugar Chocolate, y mañana conocerán a sus otros sensei. Este año comenzamos un plan nuevo, cada sensei tendrá tan solo tres alumnos, algo así como en Naruto, para que podamos hacer un entrenamiento más duro y que rinda.

Y a partir de ahí, comienza la historia.

 

Hay algunos errores como ya han señalado, y la manera de redactar el texto es confusa pero es el primer fic y me parece que hay mucha ilusión y imaginación en el texto que en mi opinión es lo más importante.;)