One-shot Duelo de disfraces

Duelo de disfraces​

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Érase una vez en un pueblo llamado Resembool, un joven rubio de pelo muy largo, aunque siempre lo llevaba trenzado y su hermano mayor, digo, menor, que era un hueco y no tenía pelo; bueno sí un poquito y... había también una chica rubia que vivía con su abuela.

Esto pasó en un día normal, en un lugar como cualquier otro entre personas comunes, digo, sí, comunes. Bueno no, esto pasó en un día de invierno en un lugar llamado Resembool y entre personas... únicas, digámoslo así. Ustedes los conocen so... mejor ya vamos con la historia.

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— ¡No me golpees bruja!

— ¡Ay de ti si en verdad lo fuera!

Mientras Winry trataba de arreglarle el automail, Edward no se quedaba quieto. Había puesto una cara de espanto. Se había imaginado a Winry vieja y con granos, usando una bata negra y con una manzana en una mano y en la otra un bastón.

Otra vez había vuelto sin avisar con el automail arruinado, pero como siempre ahí estaba su mecánica personal para arreglarlo de nuevo. Aunque de vez en cuando terminaran con líos así.

—Creo que no serías una buena bruja después de todo; —dijo en tono serio Ed—ni siquiera te verías bien.

— ¿A no?—dijo Winry— ¿Y qué tal tú Ed?

—No creo. —intervino Alphonse—Ed solo se vería bien vestido como Caperucita.

—Ni siquiera es tan diferente de su traje habitual. —dijo Winry.

—No seas tonto Al,—dijo Ed, que había cerrado los ojos y se había cruzado de brazos—no es gracioso Winry.

—Sí, es verdad, — opinó la Rockbell— además creo que Ed nunca se atrevería a usar un disfraz. Se moriría de vergüenza.

— ¿Quién dice que no? ¿Entonces crees que porque no tomé leche no crecí y no soy lo suficientemente grande y valiente como para disfrazarme?—vociferó Ed un tanto enojado.

—Sí eso creo.— afirmó convencida Winry—Apuesto a que no te atreves a disfrazarte ni de armadura. Es que ni cabrías en una enano.

— ¡No me llames enano!

Al y Pinako observaban pasivamente. Ya estaban acostumbrados a ver a esos dos discutir. Y eso que esta vez no había pasado a mayores, o eso creyeron hasta que a Winry se le ocurrió la flamante idea de retar a Ed.

—Hagamos una apuesta: Ambos nos disfrazaremos y ganará aquel cuyo disfraz sea el mejor. Si pierdo me pasearé por todo Resembool con el disfraz y si pierdes tú tendrás que tomarte cien vasos de leche.

— ¡Qué!—exclamó Ed alarmado— ¡Claro que no! Ni en tus sueños tomaré leche y menos en tal cantidad. ¡No! ¡Rotundamente no!

—Como tu digas, aunque eso es solo si pierdes. O es que... ¿tienes miedo de perder Ed?— la astuta rubia pronunció estas palabras con cierto tono de picardía

—Mmm…—Ed lo pensó detenidamente. No podía dejarse ganar por Winry— ¿Y quién será el juez?—preguntó.

—Al—dijo Winry tranquilamente.

—Eh…—señaló Alphone—si es posible me gustaría permanecer fuera de esto.

Pero no hubo tiempo de negarse porque casi inmediatamente Ed dijo “Hecho” aceptando la apuesta de la Rockbell.

Justo en ese momento Winry acababa de arreglarle el automail, por lo que acto seguido se retiró, así que Ed aprovechó para acercarse cautelosamente a Al seguro de que contaba con su ayuda. Pero entonces pasó: Al se negó y le dijo que ”lo sentía mucho pero como juez debía ser imparcial y no colaborar con ninguno de los dos”.

Conociendo a Al, no sé cómo no esperó una respuesta así.

Refunfuñando, Ed salió de allí a toda prisa. Necesitaba pensar en buen disfraz y no podía perder tiempo. No se iba a disfrazar de un animal feroz y todos los cuentos que conocía eran de niñas, solo los príncipes eran varones. Aunque pensándolo bien, con lo apuesto que era él ya bien podía hacerse pasar por uno.

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Llegó la hora del show. Al atardecer del día siguiente ambos debían presentarse con su disfraz. Ed se presentó ante todos (en este caso Ben, Al y Pinako) disfrazado de vampiro. Ayudado por sus ojos ambarinos y traje habitual, solo tuvo que hacerle algunas modificaciones, agrandarse los colmillos y pintarse el pelo de negro. Algo de rojo en los labios porque pálido ya estaba.

Así salió Ed con sus ojos saltones y sus muecas de horror intentando provocar en el público una cara de espanto, pero solo logró despertar una que otra carcajada.

—¡No te vez tan distinto Ed!—dijo Al entre risas.

— ¿Como que...?—Ed iba a refunfuñar pero lo pensó un poco. En realidad, no era nada que no hubiera hecho con alquimia. Por eso se fue a sentar con su cara larga y todo tristón.

Fue entonces cuando Winry hizo su entrada triunfal. Grande fue la admiración de todos, pero sobre todo de Ed al ver a esa despampanante y sexy bruja vestida de negro y violeta con alguno que otro toque de fucsia y verde, sumado a su elegante calzado que hacía juego con su sombrero y su impresionante maquillaje emo dark.

Venía con todo y varita.

Parecía sacada de una película.

— ¿Qué tal?— interrogó muy coqueta la bruja rubia.

—Sin duda ella es la ganadora—declaró el juez Alphonse.

Ed se había quedado mirándole con cara de bobo. Lo había embrujado. No podía creer lo que veía. Nunca se había imaginado a Winry así, y sin embargo, lucía espléndida. No le quedó de otra que aceptar su derrota frente al ingenio de la Rockbell. Quiso acercarse, y decirle que estaba hermosa, pero de solo pensarlo se apenaba. Hasta que se armó de valor “Vamos Ed, haz enfrentado cosas peores” pensó.

Y así fue. Se fue acercando a la hermosa chica y pronunció estas palabras:

—Estás hermosa Winry—y dicho esto tragó saliva.

—Gracias Ed— respondió ella a su vez complacida; era justo lo que anhelaba escuchar.

La noche tan fría de pronto se volvió cálida. El joven Edward se aproximó a la joven Winry para darle un abrazo que ella correspondió. Y así pasaron varios segundos, unidos uno al otro, en un mágico y tierno momento de... ¿amor?

—En verdad eres hermosa Winry, —le susurró el rubio al oído una vez más—y muchas gracias de nuevo.

Ed aprovechó y la abrazó más fuerte, como desde hacía mucho tiempo había querido abrazarla. La verdad es que tenía mucho tiempo sin verla y la había extrañado bastante, aunque no se lo dijera. Siempre había sido así.

Todo estaba muy bien hasta que...

—¡No pienses que por esto te vas a librar de beber esos cien vasos de leche!

Ed se había quedado atónito, es más, estupefacto. No podía creer lo que iba a hacer.

—Vamos Ed,—insistió la bruja con una sonrisa pícara, pero que a la vez denotaba satisfacción—la leche te está esperando.

— ¡NOoOoOoOo!

Érase una vez un pueblo llamado Resembool, y con esos dos, nunca se sabe.

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Pues esta es otra de las ideas de mi baúl, hasta que al fin la publico. Es lo primero que escribo de FMA, solo espero que no esté tan mal :S Anyway gracias a por pasarse a verlo :3​