PROLÓGO: AÑO 1726 Han pasado muchos, muchos años desde que el héroe de todo el universo, el super guerrero Son Goku, y todos sus amigos, vivieron grandes aventuras y pelearon contra los seres más fuertes del universo, siempre a favor del bien para conseguir la paz. Cada nuevo reto suponía una aventura, y la búsqueda de las bolas de dragón era uno de los retos más emocionantes. Pero esos días quedan ya muy lejos, y solo son recordados por los libros de historia, libros que fueron escritos por un tal Son Gohan. Nos encontramos en el año 1726 de la cronología Dragon Ball, y esa paz que hubo hace un tiempo ya no existe. — ¡General! El sensor detecta una nave espacial entrando en la atmósfera. — anuncia un soldado mientras observa una pantalla. — ¿Cómo? ¿Una nave? ¿Cómo es posible que no la hayamos detectado antes? ¡Nuestro sistema de defensa es el más avanzado del mundo, creado por la corporación Capsule! — exclama el general. — Tenemos contacto visual con la nave extraterrestre. — informa otro soldado. La pantalla muestra una nave, muy parecida a la que tenía el tirano Freezer hace siglos. Y pocos segundos después, tres naves más aparecen de la nada junto a la que habían detectado. — ¡Un sistema de camuflaje! — exclama un soldado. — Esto no tiene buena pinta. Si se han camuflado hasta llegar hasta nosotros no creo que sea para decirnos buenos días. Estos cabrones vienen a atacarnos. ¡Que todas las unidades se preparen! No me extrañaría que iniciasen un ataque dentro de poco. — manda el general. — Mire señor, tenemos una imagen más cercana al objetivo. — anuncia un soldado. Esta vez la pantalla apunta solo a un punto de la nave, concretamente su insígnia, colocada en la parte delantera de la nave. Se trata de una ‘M’ en mayúsculas y gigante, exactamente igual que la que tenían en el pasado todos los monstruos a las órdenes del mago Babidí. — Oh, no… por desgracia tenía razón, vienen a conquistarnos! — exclama el general. — ¿Qué hacemos, señor? — le pregunta el soldado. — ¡Fuego a discreción! — ordena el general. Los soldados asumen la orden y se colocan en los puestos de batalla, para empezar a disparar, pero todas las armas se encuentran bloqueadas, no hay ninguna que responda. — Señor, las armas no responden. ¡No podemos disparar! — exclama un soldado, visiblemente asustado. Justo en ese momento, un rayo procedente de una de las naves impacta en la base del ejército de la Tierra, destruyendo gran parte del arsenal y provocando la muerte de varios soldados. El pánico se extiende entre los soldados, que ven la muerte muy cercana. — Estamos delante de una situación crítica. El Imperio quiere conquistar la Tierra y son superiores a nosotros tecnológicamente. Solo hay una manera de ganarlos, por la fuerza. ¡Llamad a los saiyajin! Continuará... Lista de capítulos de Dragon Ball 1000 años después: Prólogo - Año 1726: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/ Capítulo 1 - Los defensores de la Tierra: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-526946 Capítulo 2 - Empieza la guerra: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-528439 Capítulo 3 - La técnica secreta del capitán Light: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-530028 Capítulo 4 - Un rostro familiar: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-531239 Capítulo 5 - La vieja guardia entra en escena: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-532673 Capítulo 6 - Primera pérdida: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-533760 Capítulo 7 - ¿Otro saiyajin?: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-534869 Capítulo 8 - Hace veinte años: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-536358 Capítulo 9 - El fuego contra el metal: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-537452 Capítulo 10 - Una luz de esperanza: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-538564 Capítulo 11 - La hora de la venganza: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-539733 Capítulo 12 - El legendario Supersaiyajin: http://fanficslandia.com/index.php?threads/dragon-ball-1000-años-después.24957/#post-540866
Primera en comentar y en leer Hola, ¿Como estas? Bien pasemos a lo tecnico, primero que nada te recomiendo que en lugar de bolas del dragon pongas las esferas del dragon principalmente por que suena menos fuerte (y por que acá en latino América así se dice). Ahora primero que nada se tiene que utilizar el guion largo — (Alt+0151) y no tienes que poner "exclama" mas bien tiene ser "exclamó el general" e "informo un soldado", te recomiendo que describas mas los lugares, la vestimenta y demás hasta puedes hacer mas largos tus capítulos y sin mas que decir me despido. Bye-Bye
Gracias por tus consejos, Gis. Voy a tratar de responderte algunos puntos: -He puesto "bolas" en vez de esferas porque soy de España y en nuestra traducción siempre se ha dicho así, de todos modos "esferas" tampoco me suena mal, y también lo usaré. -Respecto a los tiempos verbales, lo pongo así porque trato de poner la mayoría del texto en presente, para que el lector pueda sentir el momento como si estuviera pasando justo ahora. -El tema de las descripciones, vestimentas y tamaño del capítulo lo tengo en cuenta. Aquí no me he explayado mucho porque se trata del prólogo, y todavía no he presentado a ningún personaje principal de la historia, simplemente he tratado de poner al lector en situación. De todos modos, agradezco este tipo de comentarios que sean constructivos y me ayuden a mejorar la historia.
CAPÍTULO 1: LOS DEFENSORES DE LA TIERRA — ¡Llamad a los saiyajin! Esas probablemente fuesen las últimas palabras del general del Ejército de la Tierra, ya que segundos después, toda la base terrestre, aérea y marítima fueron exterminadas por las diversas naves espaciales, y sin ninguna posibilidad de defenderse. Afortunadamente para la Tierra, sus últimas palabras cumplieron con su cometido. No muy lejos de allí, en Capsule City, llegó la llamada de socorro. Una sonora alarma invadía la ciudad entera mientras un hombre, de apariencia híbrida entre humano y perdiz, le traspasaba la notícia a una mujer sentada en un gran trono. Se trataba de una mujer relativamente joven, de unos 30 años, de pelo largo y lila. Llevaba un uniforme a la última, con el símbolo de Capsule inscrito en la zona del pecho del uniforme. —Sabía que volverían... gracias por la información, seguiremos con el protocolo de emergencia. Y avisaré a mi hermano. —le dijo la joven mujer. Justo en ese momento, lejos de allí, las cuatro naves aterrizaban en el lugar devastado de la base del ejército. Las puertas de tres de las naves se abrieron, y de dentro salieron muchos soldados armados. Todos ellos llevaban armas y un uniforme parecido al del ejército de Freezer, pero con la ‘M’ inscrita en el pecho. Todos ellos se colocaron en formación esperando a sus capitanes. De dentro de las tres naves, salieron tres seres, uno por cada nave. De la nave 2 salió un ser verde, de muy baja estatura, con dos antenas en la cabeza y una cabeza desproporcionada con el cuerpo. Un cuerpo que estaba hecho de escamas. Tenía unos ojos pequeños y alargados, al igual que su boca. Su uniforme era diferente al del resto de soldados, ya que llevaba una especie de bata de color blanco. —¿Cuáles son las órdenes, general? —preguntó este mismo ser dirigiéndose a la nave 1, de la cuál nadie había salido. —Seguid el procedimiento habitual. Rastread todas las energías del planeta, y exterminad a todo ser vivo. Excepto si os encontráis al saiyajin, en ese caso avisadme. Quiero encargarme personalmente de él. —la voz sonaba por un altavoz desde dentro de la nave 1, sin que el ser que hablaba mostrase su cara. —Ya habéis oído al general. ¡A la carga! —dijo el ser verde. Los otros dos capitanes que habían salido de las naves 3 y 4 eran bien diferentes. El capitán de la nave 3 era muy alto y con la piel de color azul, aunque con algunas tacas de color naranja por todo el cuerpo. Tenía los ojos completamente rojos, y sin duda era el ser más musculado de todos los que estaban allí. Su uniforme era como el del resto en la parte inferior, ya que no llevaba nada de cintura para arriba. El último de ellos era de piel completamente pálida, y de pelo rojizo. Era el que tenía más aspecto humano, y no era ni muy alto ni muy bajo. Este mismo capitán se puso el dedo en un dispositivo que llevaba junto al ojo, muy parecido al scouter que usaba el ejército de Freezer. —Parece que no queda mucha gente en este planeta. Mi dispositivo detecta muchas energías juntas hacia el norte, imagino que debe ser una gran ciudad. Pero a parte de esto, tan solo detecto tres o cuatro energías dispersas por el planeta. —dice el capitán pálido. — Yo me encargo de la gran ciudad. Para algo soy el más fuerte de los tres. —dice el capitán alto y azulado. — Está bien, ya me quedo yo con las otras energías dispersas. —dice el pálido. — Veo que no hace falta que actuemos todos. Si no hay más trabajo, yo me quedaré aquí esperando al famoso saiyajin. —dice el tercer capitán, el verde. Mientras tanto, en Capsule City, la joven que vimos antes entra en una sala en la que pone ‘Sala de gravedad aumentada’. Ahí está su hermano, entrenando con 200G. De aspecto, es muy parecido a su hermana, lo distingue el pelo, que lo tiene muy corto, aunque del mismo color que el de su hermana, lila. De edad, también ronda la treintena, y está visiblemente musculado, con una ropa de entrenamiento de color verde, la cual está muy destrozada. En su entrenamiento, se enfrenta a unos mini-robots que le lanzan bolas de energía contínuamente, todo esto a 200G. — ¡Knick! ¡Knick! —lo llama su hermana, sin conseguir lo que desea, ya que su hermano sigue entrenando y no la escucha. Por ese motivo, la chica opta por pulsar el botón off, que se encuentra fuera de la sala. Esto provoca que la gravedad vuelva al estado normal. Y su hermano Knick, que estaba esquivando golpes a gran velocidad, no es capaz de reaccionar a tiempo tras el cambio, y como resultado, se da un fuerte golpe contra la pared. — ¡Aaaah! ¿Qué haces Brace? Avísame antes de devolver la gravedad a la normal. —se queja Knick, llevándose la mano a la cabeza. — No estamos ahora para perder el tiempo. Prepárate, porque ha llegado el momento que tanto estabas esperando. Ellos han vuelto. —le informa Brace mientras ambos salen de la sala. — ¿Lo dices en serio? Espera... tienes razón, noto la energía de muchos seres. Vuelven a por nosotros, y son más que la última vez. —dice Knick después de haber cerrado los ojos para notar las energías. — Vamos, vístete y cargatelos. —le dice su hermana. — Un momento... un grupo de energías se dirige hacia aquí. Será mejor que me quede a defender la ciudad. —advierte Knick. — No te preocupes por la ciudad. ¿Qué te crees que he estado haciendo todos estos años? Yo me encargo, tú ve a por el que mató a nuestros padres. —le dice Brace. — ¡Papá! —interrumpe una voz de una niña que viene corriendo por los pasillos y se abraza a la pierna de Knick. Se trata de una niña de unos onze años, con el pelo del mismo color que el de su padre, y recogido en una coleta. Tiene las mismas facciones en la cara que las de su padre y su tía. Todavía es muy pequeña y viste ropa de calle. — Bulma, hija... ahora no puedo estar por ti. Tengo que ir a pelear con los malos. —le explica su padre cerrando los puños y haciendo gestos de pelea para hacerselo comprender a su hija. — ¿A pelear? ¡Qué guay! ¿Puedo venir, puedo venir? ¡Porfa, porfa, porfa! —pregunta la niña. — No hija, esto no es ninguna broma. Son unos rivales muy temibles, quédate aquí con tía Brace, estarás más segura. —le cuenta su padre. — Jo... yo quiero pelear! —rechista Bulma. — Vamos guapa, haz caso a papá. Ven conmigo, te daré un montón de chuches, ¿qué te parece? —le dice Brace. — ¡Bien, chuches! — Cuidamela bien, hermana. Si me pasara algo, ella tiene que ser nuestra esperanza en el futuro. — le dice Knick a su hermana con cara de preocupación. — Ten cuidado Knick, no quiero que mueras como papá y mamá. —le dice Brace. — No te preocupes. Llevo años preparándome para este momento. Esos cabrones morderán el polvo. Y tras estas palabras, Knick le da un beso en la mejilla a su hermana y otro a su hija, y se marcha del lugar volando, en dirección a donde le había indicado a su hermana, a defender la Tierra.
Primera en comentar. Hola, ¿Como estas? Me encanto pero me di cuenta de que escribiste con negrilla y luego a la mitad del capitulo se la un sacaste y mi pregunta es ¿Por qué?, otra cosa si la niña se llama Bulma y es igual de aterradora como la original ¡Tenemos ganada la batalla! otra cosa mas mira esto: No soy española (pero si me gustaría) por lo que no se bien como se diga pero lo correcto sería poner Claro que es solo una opinión ya no soy de España y no se como se digan las cosas por haya pero supongo que no importa, me di cuenta por el cabello que tienen que ser algo para Tronks (El hijo de Bulma y Vegeta te lo pongo esto por que no se como sea su nombre en España), ¿verdad? y bueno sin mas qee decir me despido. Bye-Bye
Gracias por comentar, seguir mi fic y darme consejos. Lo de la negrita fue un error, que luego lo cambié al instante. Es lo que tiene a veces pasar el texto de google docs a aquí directamente. Respecto a lo de 'puedo venir' o 'puedo ir', en España se aceptarían las dos opciones, pero supongo que me influye el hecho de hablar diariamente en catalán (en mi zona hablamos castellano y catalán). Trunks, aquí siempre se ha dicho Trunks. Si tienes más dudas o sugerencias no dudes en decirmelo, se agradece.
CAPÍTULO 2: EMPIEZA LA GUERRA Mientras tanto, sobrevolando los cielos, se encuentran el capitán de color pálido y sus soldados. —Capitán Light, mi dispositivo capta las energías en una de esas islas. —le informa un soldado. —Bien, bajad a inspeccionarlas. —ordena Light. Grupos de cinco soldados bajan a inspeccionar cada isla, mientras el capitán Light se queda observando desde el cielo. Segundos después, se oyen unos gritos que salen de una de las islas, y unos golpes bien sonoros, a parte de muchos disparos. —Ya los deben haber encontrado. Voy a ver. —dice Light bajando a la isla de donde salían los sonidos. Pero el panorama es muy diferente del que el Capitán Light se esperaba. El grupo de cinco soldados yacía en el suelo, todos ellos muertos. Pero no parecía que hubiera nadie en la isla. — ¿Pero qué? —no entiende nada el capitán. Pero entonces se oyen unos pasos, de alguien corriendo, pero el capitán es incapaz de ver de donde salen. — Muéstrate, ¡cobarde! —exclama el capitán. — Señor, en la isla de al lado no hemos encontrado na... —le decía un grupo de soldados al capitán la noticia, cuando algo los atraviesa y los deja hechos pedazos. — Grrrr... está bien. ¿Quieres jugar? Pues vamos a jugar. —dice con una sonrisa en la cara el capitán Light. Entonces, el capitán se quita el dispositivo del ojo y lo tira al suelo. Seguidamente cierra los ojos, y en un momento desaparece. Justo en ese momento un fuerte golpe suena por toda la isla, y un joven luchador desconocido cae al suelo, fruto del impacto. El capitán vuelve a aparecer delante del joven. — Jajaja, ¿pensabas sorprenderme por velocidad? No debes saber que soy rápido como una bala, probablemente el más rápido del universo, chico. —le comunica Light al joven. Dicho joven tiene el pelo corto y peinado hacia arriba, de color negro, y luce una cicatriz en su rostro. Viste el uniforme de entrenamiento de la escuela Tortuga y lleva una espada atada a la espalda. De edad, debe rondar los 17-18 años. — Esta insignia... sin duda sois soldados del Imperio. Mi maestro me habló mucho de vosotros, y me entrenó a conciencia para este día. No dejaré que conquistéis la Tierra. —habla el joven. — Jajaja, qué chaval tan iluso. Un simple terrestre osa plantar cara a un Capitán del Imperio. Debes estar loco. —se mofa Light. — No te creas que mi única arma es la velocidad. —sonríe el joven. — ¿Lo dices por esa espada? No creas que vas a tocarme con eso. Pero basta de perder el tiempo, tengo órdenes de exterminar a todos los sucios seres de este planeta, y a parte de ti todavía capto 3 energías más hacia el norte. Pero claro, tú vas a tener el privilegio de ser el primero en morir a mis manos. —dice confiado Light. Mientras tanto, en Capsule City. Knick ya había partido rumbo a su objetivo, y Brace había dejado entretenida a Bulma, jugando con unos juguetes mientras ella se dirigía a las cámaras para hablarle al pueblo. — Al habla la Reina de la Tierra. Estamos siendo asaltados por el Ejército Imperial, pero que no cunda el pánico. Actuaremos con el protocolo de emergencia mientras nuestro mejor hombre, mi hermano el Saiyajin Knick, ha ido a enfrentar a los malechores. El protocolo consiste en la reducción de objetos marca Capsule, ésta vez ampliada a la ciudad entera. Convertiremos la ciudad en una nanocápsula, y nunca nos podrán encontrar. Al cabo de un par de minutos, Brace manda la orden de reducir la ciudad, que se produce con solo pulsar un botón. Dentro de la ciudad no se nota el cambio, pero fuera sí. La ciudad acaba de convertirse en una micro-cápsula, invisible para el ojo humano. Lejos de allí, el capitán de color azulado se da cuenta de que pasa algo raro. — ¿Cómo? Todas las energías de esa dirección acaban de desaparecer en un instante. ¿Qué está pasando? —dice extrañado. — ¿Qué hacemos capitán? —le pregunta un soldado. — A ver déjame pensar... Light parece que está ocupado con una energía. Le ahorraremos el trabajo, vamos a por las otras energías dispersas del planeta. Luego ya volveremos a ver que ha pasado con toda esa gente que ha desaparecido —les dice el capitán. De mientras, en la isla, está a punto de empezar el combate entre el Capitán Light y el joven terrestre. El joven saca la espada mientras Light sonríe al verlo, y al instante crea una espada de ki en su mano. — ¿Te gusta mi espada? —se mofa Light. El capitán se lanza al ataque con su espada de ki, y el joven es capaz de contenerlo con su espada como puede, aunque le pone en muchos aprietos. La superior velocidad de Light hace que el capitán empiece a tomar ventaja, y uno de sus cortes, el joven es incapaz de esquivarlo y Light le produce un fuerte corte en la espalda al joven, que raja todo el uniforme y le provoca una gran cicatriz en la espalda. — ¡Aaaaaaah! —se duele el joven, quien empieza a sangrar por la herida. — Jajaja, no dirás que no te avisé. —se sigue mofando Light. — Grrr... no me dejas elección. —dice el joven mientras se guarda la espada en su funda. En ese momento, el joven alza su brazo derecho al cielo y empieza a cargar energía. — ¡Kienzan! El ataque se dirige rapidamente a por su rival, quien trata de bloquearlo con su sable de ki. El choque es espectacular, y finalmente Light consigue partir por la mitad el Kienzan con su sable. — ¡No es posible! Mi mejor técnica... —se lamenta el joven. — Humm, no està nada mal. Eres bueno para ser terrícola. Mira, puede que al final salves la vida. ¿Quieres unirte a nuestro ejército? Vamos, serás mi protegido. —le explica Light. — ¡Ni en sueños! Soy hijo de la madre Tierra, y la defenderé hasta la muerte si es necesario. —aclara el joven mientras vuelve a preparar un Kienzan. Lejos de allí, en el aire, Knick capta las energías de la batalla. — Hmmm... el grupo que se dirigía hacia Capsule City ha desviado su rumbo, eso son buenas noticias... pero hacia el sur capto dos energías, puede que se estén enfrentando dos luchadores. Voy a ver qué está pasando. Y Knick cambia su rumbo, dirigiéndose hacia las islas donde están peleando el joven terreste y el capitán Light. Una gran batalla que decidirá el futuro de la Tierra ha empezado. Continuará...
CAPÍTULO 3: LA TÉCNICA SECRETA DEL CAPITÁN LIGHT Volvemos de vuelta a la batalla, que se produce en una pequeña isla. —Si no te sirvió la primera vez, ¿qué te hace pensar que esta vez tendrás mejor suerte? —le dice Light con una sonrisa en la cara. —Has podido parar un Kienzan. A ver qué haces contra dos. —dice el joven mientras saca otro Kienzan de su otra mano. El doble ataque se dirige hacia su rival, quien trata de frenarlo de nuevo con su sable de ki, pero esta vez es demasiado para él detenerlos, así que el Capitán Light crea otro sable en su otra mano y esta vez parece que puede contenerlos, pero no desviarlos. —Ya te tengo. —dice el joven antes de desaparecer. En ese momento aparece justo detrás del capitán Light, quien sigue teniendo sus problemas para quitarse de encima los dos Kienzan. — ¡Kienzan! — exclama el joven. Dos nuevos Kienzan se dirigen hacia Light por su espalda, y el capitán del ejército imperial se encuentra en apuros. —¡No te dejaré! ¡Barrera! Light crea una barrera energética que parece contener a los cuatro Kienzan que tratan de alcanzarle, pero la barrera se debilita cada vez más. —¡Noooo! Y en ese preciso instante, la barrera ya no puede resistir y los Kienzan la atraviesan. El resultado duele a la vista. Light pierde ambos brazos y ambas piernas, al recibir los proyectiles. El capitán cae al suelo, desplomado. El joven luchador suspira mientras se seca el sudor y se duele de la raja en su espalda, y luego se acerca al cuerpo de Light, que yace en el suelo.. —Me lo ha puesto difícil, este tipo tenía unas técnicas muy variadas. —Pues aún no has visto la última. —dice Light, quien sorprendentemente todavía sigue vivo. —¿Qué? Los ojos de Light se enrojecen y entonces en el cielo aparecen varios nubarrones. —¿Crees que me llaman Light tan solo por mi velocidad? No, amigo, no es así. Y entonces un rayo cae del cielo proveniente del nubarrón que acababa de aparecer y fulmina al joven luchador, que nada puede hacer para esquivarlo y cae al suelo desplomado y sin sentido. Light, entonces, se levanta del suelo levitando en el cielo. —Te está bien empleado. Sabía que tu inexperiencia te haría caer en una trampa bien simple. Grrr... la lástima es que me ha magullado este precioso cuerpo, tendré que ir a la base a curarme antes de eliminar a los pocos humanos que quedan. —dice Light mientras se marcha de allí volando. Al cabo de poco tiempo, Knick llega al lugar de los hechos. —Uno de los luchadores se aleja... ¿y el otro? —se dice mientras echa una ojeada a la isla. Finalmente encuentra el cuerpo del joven en el suelo. — ¡Ahí! Knick recoge su cuerpo y comprueba si sigue vivo. —Por la forma de vestir no hay duda de que es humano, y por suerte sigue vivo. Tengo que dejarle a cubierto en algun lugar... lástima que Capsule City ya debe haberse minimizado, no sé donde puedo dejarle. —dice Knick, visiblemente preocupado. En ese momento aparece una nube amarilla volando por el cielo y se planta delante de Knick antes de recoger al joven y marcharse del lugar. —¿Qué? ¡Se lo ha llevado! ¿Y si es un objeto del Imperio? No puedo dejar que se lo lleven. —dice Knick mientras persigue la nube. De mientras, en la otra punta del mundo, los soldados del capitán de color azulado recorren las montañas buscando las otras energías que habian detectado. —Parece que Light se ha cargado a uno, pero se ha dejado a otro que tiene cerca, que descuido. Cerca de aquí están dos de las energías que hemos captado, y la otra se mueve... parece que en dirección hacia donde hemos aterrizado. Qué sorpresa se llevará ese. —analiza el capitán la situación. —¡Capitán Mostar! Mire eso. —le dice uno de los soldados señalando un gran edificio, que se encuentra en medio de las montañas. Todos ellos se plantan ante la entrada del edificio, donde se puede leer claramente ‘Bienvenidos a la Escuela de la Grulla’. —¿Escuela de la Grulla? ¿Qué tontería es esa? —se ríe el capitán. —Las energías venían de aquí dentro. Hay dos sujetos dentro del edificio. —le comunica un soldado. —Pues vamos a llamar la atención a ver si salen. —dice confiado el capitán Mostar. Continuará...
CAPÍTULO 4: UN ROSTRO FAMILIAR Entonces, Mostar apunta con su mano la entrada del edificio y lanza una potente onda de energía, que es inútil, ya que el edificio parece estar protegido por un campo energético. —Vaya, están protegidos. Aunque no creo que puedan con mi cañón exterminador. —dice el capitán. —Va a volar el edificio entero si lo hace. —le dice un soldado. —Ya lo sé, ¡imbécil! Lo volaré si es necesario. El Capitán Mostar se concentra para reunir energia y abre su boca al máximo preparándose para lanzar su poderoso cañon, cuando de repente se abren las puertas del edificio, y una silueta se acerca, y se queda en frente del capitán y sus soldados. Se trata de un joven chico, de estatura media y de unos 18-20 años. Lleva ropa de color azul con el logo de la escuela grulla y lleva un pañuelo que le cubre la cabeza. —No es necesario que destruyas el edificio, ya estoy aquí. —le dice el joven. —Me alegra ver que no eres un cobarde, pero sé perfectamente que hay otro tipo dentro del edificio, ¡así que no os libraréis de mi gran cañón! —grita el capitán. Dicho y hecho, el capitán Mostar no se corta un pelo, y lanza un potente rayo con su boca que se dirige directamente hacia el edificio de la escuela grulla. El joven se cruza en el camino del cañón, y junta sus manos para detener el ataque y devolverselo al capitán, quien lo esquiva girando el cuello, y el cañón impacta justo detrás de donde se encuentra el capitán, afectando a gran parte de sus soldados, los cuales mueren al instante. —Qué interesante, has parado mi mejor ataque de ki. Pero has de saber que el control del ki no es lo que me identifica, a mi me gusta más machacar a mis rivales a golpes. —le informa el capitán. —Grrr... no hay razón para pelear. Marcháos de aquí. —Sí hay razón. Tenemos órdenes de asesinar a todos los seres vivos de este sucio planeta. —¿Órdenes? ¿Y qué motivo tienes para seguir esas órdenes? —¿El motivo? Me encanta machacar a niñatos como tú, disfruto haciéndolo, y el Imperio me ofrece los desafíos que deseo. ¡Prepárate para morir! —Grrr... Y en ese momento, Mostar despliega todo su potencial físico y amplia sus músculos de cintura para arriba de tal manera que su armadura es incapaz de resistirlo y se rompe completamente. Mostar se lanza al ataque y le suelta un puñetazo, que el joven trata de frenar con su brazo, pero el impacto es tan fuerte que el bloqueo no se produce y el golpe acaba impactando finalmente en la cara del joven luchador, quien sale disparado hacia una montaña del golpe. De mientras, Light llega al lugar donde aterrizaron las naves del Imperio, allí lo recibe el otro capitán, el de color verde y de baja estatura. —¿Qué demonios te ha pasado? —le pregunta el capitán verde. —Un humano que me ha complicado la vida. ¿Puedes arreglarlo? —Sí, claro. Ven conmigo a la nave. Por cierto, veo que te has dejado a un tipo vivo en la zona en la que estabas. Mostar está junto a dos más... y el último parece que se está acercando hacia aquí. —Que venga, el jefe se ocupará de él, seguro. —dice convencido Light, antes de que ambos entren en la nave. De mientras, surcando los cielos está Knick persiguiendo a la nube que se ha llevado al joven luchador inconsciente, creyendo que es un artilugio del ejército imperial. Tras un buen rato siguiéndolo, finalmente la nube baja a tierra firme hacia una isla muy pequeña, que solo consta de una pequeña casa. Allí, un anciano recoge al joven de la nube hasta que Knick llega al lugar. —Vaya, no me lo esperaba esto, creía que el Imperio estaba tratando de secuestrar al joven. —le dice Knick. —¿A quién? ¿A mi alumno, Wolf? No, he enviado a Kinton a recogerle una vez finalizado el combate. —responde el anciano. Dicho anciano es de estatura un tanto pequeña, y no tiene ni un solo pelo en la cabeza. Lleva una larga barba de color blanco, y sorprende un caparazón de tortuga que lleva en la espalda. También es una característica física importante el hecho de que no tiene nariz. —Tú debes ser el famoso Knick, el saiyajin encargado de salvar la Tierra cuando los malvados volvieran. —¿Cómo sabes tanto de mí? —Oh, la televisión informa sobre todo... El hecho es que sabiendo lo que pasó hace 20 años, yo y mi amigo el Maestro Grulla nos pusimos de acuerdo en el hecho de formar a jóvenes valores para que puedan ayudar a defender la tierra. Y Wolf es mi alumno. —Así que usted es un maestro de artes marciales. Me encantaría entrenarme con usted, pero ahora tengo cosas más importantes que hacer. —Sí, lo sé. ¿Pero estás seguro de que podrás vencerlos tú solo? Si te esperas unas horas, conseguiré algunas semillas senzu y recuperaré a Wolf para que te ayude. —No se preocupe, me he estado preparando a conciencia para este día. Yo solo puedo cargármelos y defender el planeta. Si no le importa, me voy ya a por ellos. —Que tengas suerte, joven. —Gracias. Y queda pendiente ése entrenamiento con usted. Ya nos veremos pronto. Y Knick se marcha volando del lugar mientras el Maestro Tortuga se lo queda mirando pensativo. Continuará...
Hola :) Me tienes como una fan tuya desde ahora :3, Dragon ball la serie que crecio conmigo en los 90's <3 muy interesante la trama en verdad, me pregunto quien es el otro sujerto que esta dentro de la escuela... sera a acaso que... no no creo pero eso te lo dejare para cuando subas el otro capitulo ;), habizame cuando subas el otro :3..
CAPÍTULO 5: LA VIEJA GUARDIA ENTRA EN ESCENA Mientras tanto, sigue el combate entre Mostar y el joven luchador de la escuela grulla, que se resuelve con golpes y más golpes que el joven es incapaz de detener o esquivar, y cada vez parece más magullado. Otra patada que lo tira hacia el suelo, deja al joven lamentándose de su barriga por el golpe, pero aún así no se rinde y vuelve a levantarse con dificultad. —Jajaja, será mejor que te rindas, ¡idiota! —le dice Mostar antes de clavarle otro puntapié que lo manda a estamparse contra una montaña. —¡Bravo capitán! —grita alguno de los soldados. —Todavía... no me has... vencido. —dice el joven, que viene cojeando y perdiendo sangre por algunos de los golpes. —Venga, esta vez te dejaré que me ataques tú. Me aburre ganar tan fácil. —se mofa el capitán. El joven se lanza al ataque como puede, sin mucha velocidad por las heridas de la pelea, y trata de darle un par de golpes, que impactan en la cara de su rival, pero ni siquiera es capaz de hacerle ningún daño. —Penoso. —dice el capitán antes de darle un fuerte cabezazo directo a la frente del joven, que lo vuelve a mandar al suelo. El joven vuelve a sangrar, ésta vez por la frente, y trata de levantarse como puede mientras Mostar se le acerca poco a poco. —Un combate muy decepcionante. Parecías bueno cuando me has devuelto el ataque de ki, pero luego has demostrado ser un debilucho. No mereces seguir viviendo. “¡Mizard! ¡Mizard! No seas idiota. Sabes que en el cuerpo a cuerpo no puedes vencerle, utiliza tus poderes. “ Esto lo oye Mizard como una voz dentro de su cabeza. El joven Mizard se queda pensativo tras estas palabras, y al final hace caso de la voz y se coloca dos dedos en la frente. Justo en el momento en el que iba a recibir el golpe de gracia por parte del capitán Mostar, el chico desaparece. —¿Qué? ¿Donde ha ido? —se sorprende Mostar. —Según el dispositivo ahora está dentro del edificio, junto a la otra fuente de energía. —le comunica un soldado. —¡No escaparás a la muerte! —grita el capitán Mostar destrozando la pared del edificio. Nada más entrar, se encuentra al joven Mizard en el suelo, todavía muy herido por la pelea. Y a su lado está otro hombre, un anciano de muy baja estatura y de piel completamente blanca. Dos puntos rojos en la cara le caracterizan, y viste un uniforme de color verde con el emblema de la escuela grulla. Sin duda, se trata de Chaoz. —Vaya, vaya... tú debes ser la otra energía que se escondía de nosotros cobardemente. —le dice Mostar. —Sabes perfectamente que no puedes hacerle frente en el cuerpo a cuerpo. ¿Por qué no usabas tus poderes desde el principio? —le dice Chaoz a su alumno, ignorando al capitán. —Lo sé maestro... lo siento. —¡No me ignores, viejo enano! —exclama Mostar, de nuevo lanzándose al ataque, esta vez a por Chaoz. Pero el maestro le señala con sus dos manos y consigue paralizarlo por completo y frenar su acometida. —No puedo... moverme... —Curaré tus heridas, Mizard. Y esta vez quiero que le hagas frente usando todas tus habilidades. —le dice su maestro Chaoz. —¿A qué esperáis, inútiles? ¡Venid a ayudarme! —dijo Mostar dirigiéndose a sus soldados. —¡Sí, señor! Eso dijeron algunos soldados, que hicieron acto de presencia en el lugar donde se estaba produciendo la batalla. Allí, Mizard yacía en el suelo herido mientras que Chaoz tenía completamente paralizado al capitán Mostar, pero esto no había acabado ni mucho menos. Continuará...
Hola! Considerame fan de tu historia, me encanta Dragon Ball Z, me gusta la manera en que va la trama, además de usar los tiempos verbales en presente me siento como si yo estuviera ahí. Para los pensamiento no hace falta que uses esto ".." utiliza el guió de diálogo y bueno de la cursiva no te lo digo porque vi que lo usaste. ¿Podrías avisarme? Me gustaría saber cómo sigue
Bueno, lo que puse entre comillas no fue un pensamiento, quería representar una especie de voz en off que oye el chico en su cabeza. Por eso quería remarcar la frase con un tono diferente, aunque no sé si conseguí el efecto que buscaba. Ya te avisaré cuando cuelgue el próximo, estoy encantado de tener fans :D
Esa no se me había ocurrido :confused: está bien, ahora que lo especificaste, lo voy a tener en cuenta
CAPÍTULO 6: PRIMERA PÉRDIDA Chaoz mantenía inmóvil el cuerpo de su rival, el capitán Mostar, mientras los soldados de dicho capitán hacían aparición en el lugar de la batalla. Mizard seguía en el suelo, todavía dolido por los golpes recibidos anteriormente. —¡Ya habéis oído al capitán! ¡Disparad a matar! —ordenó uno de los soldados. Todos ellos cumplieron con la órden. Quedaban solo seis soldados, y todos ellos empezaron a disparar bolas de energía con sus armas, unos dispositivos acoplados a su mano. Los impactos empezaron a hacer mella en el cuerpo de Chaoz, que ya estaba demasiado anciano para estos trotes, y al final, se vio obligado a protegerse de los ataques con sus manos, con lo que Mostar consiguió librarse de la técnica de paralización. —¡Por fin! ¡Ahora verás quien soy yo, viejo cobarde! —exclama un enfurecido Mostar. —¡Nooo! ¡Maestro, apartate! —gritó Mizard. Pero el aviso fue inútil. Chaoz no tuvo tiempo a reaccionar y en cuánto se dio cuenta ya tenía a Mostar justo delante. El capitán le propinó una tremenda patada, de la que nada pudo hacer Chaoz, quien salió disparado hacia fuera del edificio y se estrelló contra unas rocas. —¡Y ahora el golpe de gracia! —dijo Mostar mientras se elevaba en el aire preparando un ataque. —¡No te dejaré! —exclamó Mizard, quien milagrosamente parecía haber sacado fuerzas de flaqueza y se encontraba en frente del capitán. Mizard acometió con dos puñetazos, uno con cada mano, pero los dos golpes fueron bloqueados fácilmente por Mostar, quien a continuación lo lanzó de nuevo contra el edificio. —Espera tu turno. Los cobardes mueren primero. Y en ese momento, Mostar se lanzó a toda velocidad a por el cuerpo de Chaoz, que yacía incrustado en las rocas de la montaña que había destrozado con el impacto. Mostar cada vez se acercaba más, y Chaoz no parecía ser capaz de reaccionar. Y se hizo el silencio. Un rodillazo directo al pecho de Chaoz. El pobre anciano sacó algo de sangre por la boca, antes de dejar sus dos ojos en blanco. Había perdido la vida. —¡Maestroooo! —gritó Mizard desde la distancia. El joven se levantó del suelo y rápidamente se fue corriendo hacia el lugar en el que se encontraba el cuerpo de su maestro. Mostar se había apartado unos metros, mientras sonreía orgulloso. El joven Mizard no pudo aguantar más y unas cuantas lágrimas empezaron a caer por su rostro. —Jejeje, ¡cómo me gustan estas escenitas! No te preocupes, que tú serás el próximo. —dijo un sonriente Mostar. Mizard no hacía caso a las palabras de su rival, y se mantenía con la cabeza agachada, y llorando la muerte de su maestro. El joven agarró el cuerpo de Chaoz y se lo llevó volando hacia la entrada del edificio de su escuela. En ese lugar, Mizard hizo un agujero en el suelo, y enterró a su maestro. —Empieza a cavar también tu tumba, así ahorrarás tiempo. —dijo Mostar mientras se acercaba a él. —¡NOOOOOOOOOOO! Y entonces, el joven Mizard empezó a gritar sin parar y perdió el control de si mismo. En ese momento, su energía no hacía más que subir y subir. Era un poder increíble, no parecía cierto que Mizard tuviese tanto potencial. Todo el lugar empiezó a moverse como si de un terremoto se tratara, y alrededor del joven un aura blanca lo rodeó generando una especie de huracán a su lado, lo que le provocó que el pañuelo que le cubría la cabeza se le soltase. Es entonces cuando se mostró todo el rostro de Mizard. El pañuelo ocultaba un tercer ojo, situado en la frente del joven. —¿¡Pero qué pasa!? —dijo un anodadado Mostar, que a penas podía mantenerse en pie debido a la brutal energía de Mizard. —¡YYYYYYIIIIIIAAAAAAAA! Eso es lo que gritó el joven Mizard antes de soltar toda su energia. Creó una onda expansiva espectacular que se extendió por todo el terreno, reduciendo a cenizas completamente todo lo que lo rodeaba. Desde montañas, hasta el edificio de la escuela grulla, pasando por todos los soldados del Imperio, incluyendo al capitán Mostar. Nada se salvó de la impresionante onda expansiva generada por el poder de Mizard. Bueno, sí, algo se salvó. La tumba de su maestro se mantuvo intacta. Justo después de este despliegue impresionante de energía, Mizard se desmayó en el suelo. Continuará...
Hola me he pasado de nuevo por aqui xD Muchas gracias por el avizo antes que nada, me gusto pobre Chaoz el ultimo de aquella generacion a muerto T^T pero algo me dice dentro de mi que no es el ultimo :3, vemos mucho potencial en el chico es como Gohan que debia enojarse mucho para expulsar todo su Ki veamos que pasa en el siguiente capitulo :).. awww y no los hagas tan cortos que me quedo con ganas de leer mas!! :D
Jajaja, tienes razón: hago los capítulos muy cortos, lo sé. No lo hago por placer, simplemente de esta forma divido la historia en pequeños capítulos que me son más fáciles y más rápidos de escribir uno a uno. Dada la situación en la que me encuentro ahora (estudiando y trabajando a la vez), esta es la única forma que tengo de seguir con la historia colgando un capítulo por semana. Ya me gustaría avanzar más rápido con la historia, pero ahora mismo no puedo. No te preocupes, que tengo tooooda la historia en mi cabeza, y creo que este fic va para largo :D De todos modos, también sirve para dejar con la intriga hasta que salga el próximo capítulo jajaja Un saludo.
Gracias por el aviso!!! Sii!!! DB para rato!!!!! Te comprendo, yo estudio y me cuesta andar escribiendo mis fics ¬.¬, pero bueno ahora esto no tiene relevancia n.n Bueno, lástima que Chaoz murió :( pero concuerdo con LadyWhiteRose, este chico es como Gohan, muestra todo su potencial cuando lo hacen enojar. Lástima que son capitulos cortos!! Pero bueno tenes tus motivos :D, avisame la proxima conti!!!!
CAPÍTULO 7: ¿OTRO SAIYAJIN? Desde la distancia se pudo sentir la gran explosión. Mizard se había llevado todo por delante con su espectacular despliegue de energía, y ahora yacía inconsciente en el suelo, junto al cadáver de su maestro Chaoz. Lejos de allí, en el cielo, el saiyajin Knick no entiende que es lo puede estar pasando, mientras que en el lugar de aterrizaje de las naves del Imperio, varios soldados hablan sobre lo que puede haber pasado. —Han desaparecido todas las energías que estaban en ese lugar. —¿Eso quiere decir que el capitán Mostar también ha muerto? —Puede ser, pero sea quien sea su verdugo, también ha desaparecido del radar. —¿Y qué hay de la energía que venía hacia aquí? El soldado se dispone a responderle, pero un puñetazo directo a la cara se lo impide, provocandole la muerte al instante. Se trata de un chico joven, de unos 25-30 años, de cuerpo definido, con el pelo con media melena y de color oscuro, y viste una armadura de combate propiedad de Capsule Corp, pero no es Knick. —¿Me esperábais? —dice el hombre antes de darle un fuerte puñetazo directo al estómago al otro soldado, consiguiendo el mismo resultado que antes, con la muerte de dicho soldado. Todos los demás soldados se ponen en guardia, mientras que esto hace llamar la atención del capitán que estaba curando a Light, quien enciende una pantalla para ver qué está pasando fuera. —No es el saiyajin... —No, pero no te fies de los humanos. Puede que sea más fuerte de lo que te puedas pensar. —le advierte Light. La acción vuelve de nuevo fuera de las naves, donde el joven se carga a todos los soldados que le salen al paso, de un solo golpe. —Grr... ya veo que tendré que intervenir... —rechista el capitán de color verdoso. —¡Ni se te ocurra dejarme a media curación! —se queja Light. En ese momento, el joven que se había cargado a los soldados pega un tremendo grito. —¡Eh, vosotros! Los jefes de esto, escuchádme. Tengo información que seguro que no os deja indiferentes. Mi nombre es Pricot... ¡y soy un saiyajin! Todos se quedan sorprendidos e incluso con miedo al escuchar las palabras del joven luchador que acababa de llegar. Dentro de la Nave 2, el capitán de color verdoso deja sus herramientas a un lado y se quita la bata, disponiéndose a pelear, dejando a Light con tan solo un brazo reparado, que ya luce un color metálico. —Eh, ¿qué se supone que haces? —Si de verdad es un saiyajin, nuestros soldados rasos nada podrán hacer contra él. Y tú no estás en condiciones de pelear, así que yo mismo me encargaré. —¡Pero termina de arreglarme! ¡No me dejes así, idiota! De repente, su conversación se corta por un fuerte sonido, el que corresponde a la Nave 1 abriendo sus puertas. —¡Jefe! —exclama el capitán verdoso, sorprendido. —¡Sí! Por fin le podremos ver en acción. —sonríe Light, ansioso. Las puertas de la Nave 1 se abren poco a poco, mostrando cada vez más el cuerpo del luchador que se encuentra justo detrás. De estatura media, se trata de un ser mitad réptil, mitad máquina. En el perfil derecho de su cuerpo, se caracteriza por un color gris metalizado. Mientras que en el otro perfil, su color predominante es el verde y tiene la piel de la misma textura que la de un réptil. Es el único que no lleva ningún tipo de armadura, pero la insígnia de la ‘M’ está grabada en su frente. No tiene ni cejas ni nariz, y es de complexión fuerte. Todos los soldados todavía vivos, se arrodillan a su jefe como si fuera un Dios, y él se queda mirando fijamente al joven guerrero con mirada firme. —¿Un saiyajin? Tú no eres el rival que esperaba. —le dice al joven. —Supongo que te refieres a Knick. No, no soy él, pero soy quien va a matarte. —dice seriamente el chico. —Qué chico tan optimista... —Te recuerdo perfectamente, degraciado. Mataste a mi padre, mataste a mi madre. Y yo tan solo tenía cinco años. Me destrozaste la vida. Pero desde entonces me he estado preparando para vengarlos, y juro que te machacaré! Continuará...
CAPÍTULO 8: HACE 20 AÑOS —Lo recuerdo como si fuera ayer. Mataste uno a uno a todos los grandes luchadores del planeta. —le recuerda el joven Pricot. —Sí, yo también recuerdo ese gran día... —sonríe el jefe del Imperio. “En esos tiempos, yo no era nada más que un joven soldado raso, arrancado de las manos de su madre porque era genéticamente superior. El Imperio me reclutó con tan solo 7 años, y me puso a las órdenes de uno de los cinco hombres de confianza del gran Emperador. Mi primera gran batalla fue en la Tierra. A nuestro capitán le encantaba la historia, y cuando llegó a sus manos el libro de un tal Son Gohan, explicando las grandes batallas que tuvieron lugar en este planeta, no se lo pensó dos veces y decidió venir a conquistar el planeta, convencido de que encontraría rivales de su talla, como hacía tiempo que no encontraba. En esos tiempos, la Tierra era un lugar rico y hermoso, muy diferente de su aspecto actual, y con una tecnología verdaderamente avanzada. El capitán decidió espiar el planeta desde la distancia durante dos meses para conocer exactamente lo que se encontraría para no llevarse ninguna sorpresa. Dio la casualidad que en ese lapso de tiempo, se realizó el evento anual más importante de lucha, el Tenkaichi Budokai. Ese torneo nos sirvió para analizar a los guerreros más fuertes del planeta, y observamos que el nivel de lucha era muy bajo comparado con el nivel de los guerreros imperiales. Por ese motivo, el capitán me concedió el privilegio de atacar el planeta yo solo, para que fuera mi estrena. Llegué al planeta y en pocas horas ya me había cargado la mitad de los habitantes, pero de repente me salieron al paso unos pocos guerreros desconocidos de los que no teníamos nada de información. Al parecer no participaban en el torneo de artes marciales porque estaban muy por encima de la media terrestre. Su aparición me pilló por sorpresa, y su poder era mayor que el mío, así que entre los dos mejores guerreros me estaban dando una paliza. Descubrí que esos dos guerreros eran mestizos entre humanos y saiyajin, los cuales ya dábamos por extinguidos. Su facilidad para la pelea los hacía más fuertes cada vez que estaban cerca de la muerte, y eso los hacía superiores a mí, que tan solo era un niño.” —Esos debían ser mi padre y su maestro. Recuerdo que no nos dejaron intervenir a nosotros tres porque eramos demasiado pequeños. —puntualiza Pricot. —¡No vuelvas a interrumpirme! No sé quienes eran ni me interesa. —se cabrea el general. “Como iba diciendo, me vi envuelto en una pelea que era incapaz de ganar, era demasiado joven para enfrentarme a dos expertos saiyajin. Pero la suerte se puso de mi lado cuando estaban a punto de matarme. Nuestra raza tiene una característica especial, y ocurre en el paso de la infancia a la madurez. En ese proceso, nos convertimos en un huevo gigante y en el lapso de unos pocos días, crecemos allí dentro, y al salir nos convertimos en adultos, multiplicando nuestras habilidades. Tuve la suerte de que en medio de esa batalla, mi cuerpo empezara la transformación, y me convertí en un huevo grande y de color verde claro. La cáscara de dicho huevo es de un material extremadamente duro, y nunca se ha visto a nadie siendo capaz de romperlo. Esta vez no fue una excepción, ya que imagino que los saiyajin tratarían de romperlo. Durante ese lapso de días en el que yo estaba creciendo, el resto del ejército del que formaba parte llegó a la Tierra, probablemente creyendo que yo había muerto, para averiguar lo que había pasado. El poder de destrucción de mi capitán era gigantesco, muy superior al mío en mi estado de niño, así que en pocas horas ya casi se había cargado a toda la población de la Tierra. Los guerreros saiyajin fueron a plantarle cara del mismo modo que pasó conmigo, pero mi capitán era un ser sin escrúpulos. No solo les dio una paliza nunca vista, sinó que jugó con ellos y mató a sus seres queridos delante de ellos.” —Sí, yo estaba escondido. Por órdenes de papá, él no quería verme muerto de ninguna manera, pero sí que mataron a mamá, y lo vi con mis propios ojos. Imagínate lo que es eso para un niño. —le puntualiza Pricot. “Pero entonces el rumbo del combate cambió por completo. Los dos guerreros saiyajin se llenaron de rabia y utilizaron una técnica que nunca habíamos visto antes, la fusión. Por medio de una danza ridícula, se unieron en un solo ser mucho más fuerte de lo imaginado, y de la rabia que acumulaban se cargaron a mi capitán sin muchos problemas, así como a todo su ejército. Tres niños salieron de sus escondites para felicitar a sus padres, así como para llorar la muerte de sus madres. Imagino que uno de esos tres eras tú. Y ahí es donde entro yo. Mi proceso de crecimiento terminó y salí del huevo con un aspecto mucho más adulto, pero sobretodo, con un poder impresionante. Los niños volvieron a esconderse, mientras el guerrero saiyajin producto de la fusión me vino a hacer frente. Teníamos un poder muy igualado, ninguno de los dos parecía tomar la iniciativa del combate, hasta que la suerte volvió a girarse de mi lado. El tiempo de la fusión terminó, y al parecer necesitaban esperar media hora antes de volver a fusionarse. Por supuesto, yo no podía permitirles eso, y maté a uno de ellos a sangre fría fulminándolo con un rayo que salió de mi dedo y que acabó atravesando el corazón del guerrero.” —El padre de Knick y Brace... —comenta Pricot, con semblante triste. “Knick debe ser el chaval en el que estoy pensando. El chico por el que he venido aquí. Tras matar a su padre, este crío salió de su escondite lleno de rabia, y con un poder inimaginable. Me pilló por sorpresa con un ataque devastador, con el que rebanó la parte derecha de mi cuerpo al completo. No me mató, pero le faltó poco. El chico, que debía tener unos 10 años, se desmayó tras semejante despliegue de energía, y yo no tuve más remedio que dirigirme a la nave de mi capitán para escapar de la muerte antes de que fuera demasiado tarde. El otro saiyajin trató de impedirmelo, pero su poder era tan penoso, que lo pude matar incluso con medio cuerpo menos, antes de escapar definitivamente.” —¡Ese era mi padre! ¡No te permito que hables así de mi padre! —se cabrea Pricot. —¿Por qué no? ¿Acaso no tengo razón? —Grrr.... —El caso es que este es el motivo de mi vuelta a este planeta: terminar el trabajo que dejé a medias hace 20 años y matar al saiyajin, Knick. He tardado todo este tiempo en venir porque me he preparado a conciencia para no darle ninguna opción, y como puedes observar, fui reparado perfectamente de mis heridas por el Doctor Low. Low es quien está dentro de la nave 2 reparando al capitán Light, de quien ya tiene recuperadas un brazo y una pierna, que ya lucen un color gris metalizado, y los cuales el capitán ya es capaz de mover sin problemas. —Quizá yo no sea quien buscas, pero yo también tengo sangre saiyajin en mis venas, y tengo motivos suficientes para querer matarte. ¡Vengaré a mi padre y a mi madre! — exclama Pricot, preparándose para el combate. Continuará...