Microrrelato Dragón de Acero

Dragón de Acero

( la historia de un peleador solitario)





Capítulo 1: ¿Ariel o Dragón de Acero? – parte 1





Tiempo atrás, en los violentos días que se vivieron en el país de Greira…existió un hombre al que llamaban ¨ dragón de acero¨. Cuando esos sangrientos días terminaron…este asesino cuyas habilidades no tenían rival, desapareció sin dejar rastro alguno.


Y en la época actual…


Un joven caminaba en los tranquilos pero últimamente inquietos barrios de la ciudad…


— ¨ Dragón de acero ¨ — Se le oyó gritar a una chica que se le acercó — ¡Ya te tengo! ─ dijo mientras le apuntaba con su palo largo, su arma de combate — ¡Tus dos meses de terror y derramamientos de sangre acabaran hoy! ¡Prepárate!


Pero el joven caminante se vio sorprendido por esa llamativa amenaza realizada por la chica y su rostro denotaba cierta incredulidad al punto de verse algo tonto.


— ¡No te hagas el inocente conmigo! — Gritaba ella algo molesta por esa mueca del joven — ¡Solo los asesinos como tu llevarían un hacha tan libremente por el pueblo!


La chica agito su arma de madera contra el joven, pero este lo evitó con facilidad, aunque con algo de torpeza ya que se resbalo cayendo a un charco de agua que había quedado de las intensas lluvias del día anterior.


— Tienes que estar de broma — menciono ella — realmente eres muy torpe.


— Solo soy una persona desempleada, sin familia ni hogar, no sé nada sobre derramamientos de sangre, he llegado al pueblo hace poco — explicó el muchacho aun tendido en el suelo.


— ¡¿Entonces por qué llevas un hacha?! — La chica seguía desconfiando de él — ¡Se supone que eso no me resulte sospechoso!


— Claro que no es sospechoso, yo viajo mucho y es normal que lleve mi hacha para cortar leña y hacer una fogata en donde me quede a acampar.


Después de pensarlo bien, la muchacha termino convenciéndose que aquel joven no podía ser alguien realmente peligroso y optó por no insistirle más con el interrogatorio. Pero fue entonces cuando los gritos de unas personas llamaron la atención de la chica que se retiró del lugar inmediatamente, no sin antes disculparse de la confusión que tuvo con aquel solitario.


No muy lejos de allí, varios uniformados pertenecientes a la policía de la zona, estaban tirados por todo el lugar ya sin vida y con algunos de sus colegas temblando de miedo ante la presencia de su asesino, un musculoso y enorme hombre enmascarado.


— ¡Débil! ¡Débil! ¡Débil! — Repetía el asesino frente a los pocos sobrevivientes — Todos ustedes…patéticos enclenques.


— Dios mío — el oficial de policía temblaba ante la bestial amenaza — ¡es fuerte! Tiene que ser él… ¡el legendario Dragón de Acero!


Mientras el policía decía con certeza que se había encontrado con el famoso guerrero, la chica del palo de madera se arrojó hacia el gigantesco hombre, decidida a enfrentarlo.


— ¡Quieto ahí Dragón! — la chica heroicamente atacó al asesino, y con bastante agilidad, aunque este y su gran cuchilla fueron mucho más rápido que ella y logro herirla en su brazo diestro.


Temiendo lo peor, la chica cerró sus ojos viéndose derrotada y con pocas posibilidades de salir viva de ahí, pero antes de que fuera atravesada por la cuchilla del gigantesco hombre, el misterioso joven al que ella había interrogado le salvo la vida, quitándola a tiempo antes de ser impactada por el arma de su enemigo.


— Disculpa, pero estas siendo bastante temeraria — dijo el joven mientras corría para escapar, cargando consigo a la chica, lamentablemente el joven pareció perder la fuerza en su cuerpo y se cayó de nuevo al suelo con la chica aterrizando y golpeando su trasero — Creo que me he dislocado la pelvis… — se quejaba de dolor el joven.


— ¡¿Y qué cojones se supone que significa eso?! — menciono con enojo la muchacha, suponiendo que hablaba de cierto exceso de peso.


El enorme hombre enmascarado se quedó observando un rato más a los dos jóvenes caídos al suelo, cuando este sospechoso asesino se dio cuenta que los policías se acercaban al lugar de los hechos, este se dispuso a escapar, no sin antes gritar que él era el Dragón de acero y que pertenecía clan Furutani.


La chica cuando lo escucho decir eso quiso seguirlo, con claro malestar por lo dicho por ese asesino, pero aquel tan singular joven que la había salvado la detuvo sujetándola del cabello.


Muy molesta, aquella chica se desquito con el joven por haberla detenido, golpeándole en la cabeza con su palo de madera.


— Perdona, pero no creo que perseguir a un hombre después de ser herida sea la mejor forma de actuar, sabemos el nombre de su clan así que no hace falta que…


— ¡Furutani es el nombre de mi clan! — Gritó la chica aún más enojada que antes — ¡Este hombre ha estado cometiendo todos estos crímenes en el nombre de mi familia! En cuanto lo vea voy a… — la muchacha se dio vuelta para seguir con la persecución del maleante pero de nuevo el joven misterioso la detuvo agarrándole otra vez de su cabello.


— Como ya he dicho, perseguirlo es inútil…probablemente ya está fuera de nuestro alcance — El muchacho nuevamente tomo a la joven y se la llevo lejos de ahí — Sera mejor que nos marchemos antes que los policías vuelvan y quieran arrestarte a ti.


La chica con algo de resignación acepto el consejo del extraño joven y le dijo donde quedaba su casa para refugiarse allí.


Y en la casa del clan Furutani…


El joven extraño miraba las paredes de aquella casa que funcionaba como escuela de artes marciales y a la cual la única que estaba registrada en él era aquella muchacha que había salvado y el nombre de aquella chica era Tamiyo Furutani.


— Para empezar, no éramos una escuela tan grande, solo teníamos a diez estudiantes, pero todos eran muy trabajadores. Entonces, hace dos meses, el dragón empezó su espiral de violencia, atacando a inocentes por la calle — Mencionaba Tamiyo con dolor — Uno por uno, los estudiantes dejaron la escuela por miedo al nombre de dragón. Ahora los aldeanos ni siquiera se acercan, y mucho menos se apuntan. Incluso ahora en estos tiempos, la mera mención de dragón de acero puede aterrorizar a la gente. No tengo ni idea de por qué querría ensuciar el nombre de mi escuela — las palabras de Tamiyo eran escuchadas atentamente por el joven.


— Eso, por supuesto, asumiendo que él es el dragón.


— Sea el real o no, está ahí fuera, tendiéndome una trampa, si no lo atrapo pronto…


— Lo entiendo, pero te sugiero que dejes de patrullar por las noches.


— ¡¿Qué?!


— Este hombre es muchísimo más fuerte que tú ¿No te han enseñado a conocer el poder de tu oponente? Persiguiendo a ese hombre acabarías muerta. Perdona, pero no deberías sacrificar tu vida por el honor de tu escuela.


Descontenta por el comentario del muchacho, Tamiyo respondió…


— Esta escuela fue fundada por mi padre…mi padre que vio de primera mano la violencia de aquellos años donde se derrocó al antiguo imperio de Greira. Durante diez años, lucho con el ideal de proteger la vida, él no era un asesino. Como miembro del escuadrón regional, fue enviado a las afueras de la ciudad para sofocar la sublevación. El mundo en el que murió estaba muy lejos del mundo en el que quería morir.


El joven notaba la sinceridad en las palabras de Tamiyo y admiraba su determinación.


— El que dice ser el dragón…ya ha matado al menos a diez personas en el nombre de la escuela Furutani, esta escuela…fundada por mi padre…su nombre e ideal de proteger las vidas está siendo empañado por un asesino en serie — Tamiyo vio con seriedad a los ojos del joven y siguió hablándole — Pero supongo que un vago como tú jamás lo entendería.


Luego de todo lo dicho el muchacho solo sonrió y le dijo…


— Bueno…perdóname pero no creo que debas buscarlo con el brazo así — le señalaba las vendas que le había puesto el viejo médico del pueblo a Tamiyo tras su lucha con aquel gigante enmascarado.


— Tal vez sería mejor ser prudentes por ahora. Después de todo, discúlpame, si tu palo de madera no puede proteger tu propia vida ¿Cómo vas a proteger la de los otros? Además…dudo mucho, que tu padre escogiera el honor de esta escuela…por encima de la vida de su querida hija.


Tras decir eso el misterioso chico abandono la casa, dejando silenciosa y pensativa a Tamiyo.


Dos personas muy distintas pero quizás con los mismos ideales.



Próximo capítulo: ¿Ariel o Dragón de acero? - parte 2