Hetalia Axis Powers [Drabble] Té para dos

Hey girls, aquí les traigo una de las pocas parejas hetero que me gustan~ :3 Portugal x UK, en fin, mi diclaimer:

Hetalia ni sus personajes me pertenecen, pertenecen a Himaruya-sensei, me perteneceran cuando las chicas dejen de arruinar el yaoi, se acabe el HK x Ice, etc, etc, etc...

Otra coshita, soy una good person y les dejaré que tomen la historia si quieren, pero dejenme creditos, tanto si quieren hacer Nyo! para hacer yaoi y yuri, pero avisenme, por favor.

Ah, si, antes de empezar.. espero que les guste~! Ya saben, like si les gustó y dejen un comentario para que pueda mejorar~

~~~~~~~~~~It stars~~~~~~~~~​

Esa mañana Portugal se había levantado pronto, raro, pues ella siempre dormía hasta tarde, pero hoy era un día especial. María fue rápidamente a prepararlo todo, debía estar listo en poco tiempo, pues sabia que su invitado era muy puntual. Tan solo quedaban dos horas y la chica preparaba todo lo más rápido posible. El gallo la molestaba, pues quería comer, maldición, con tantas prisas no se había acordado de desayunar, daba igual.

Era genial, le había dado tiempo a prepararlo. Té, una bebida que era portuguesa y que ella le enseñó a su aliado, Arthur, años atrás. No se podía creer que le hubiera gustado tanto, ahora era todo un símbolo inglés. El té a las cinco. Mió el reloj.

-¡Si són las cinco menos veinte! –gritó la lusa, mientras volvía a estresarse.

~~~~~~~Pasan 20 minutos~~~~~~~​

El timbre sonó, María lo había acabado a tiempo todo, una vajilla impecable, las tazas de té exquisitas, eran de un diseñador francés, ya no se acordaba de su nombre, pero había sido famoso hacía siglos. La chica corrió rápidamente hacia la puerta, y sonrió al ver de quien se trataba.

-Siempre tan puntual, Arthur –dijo la chica, mientras lo invitaba a pasar- hacía mucho tiempo que no quedábamos para tomar el té.

-Tienes razón, María, echaba de menos el té tan delicioso que preparas siempre.

Ese no era el Arthur que veía la mayoría, pero, a ella le agradaba mucho más. Era agradable, y siempre tenía algún que otro comentario gracioso con el que siempre se reían. El té era una simple excusa para poder pasar esas maravillosas tardes juntos. Pero, la lusa siempre tendrá ese pequeño remordimiento que haberle enseñado lo que era el té a su esposo, que sí, por mucho que dijera la gente, seguían casados. Era su momento, era… el té para dos.