Ouran High School [Drabble] Rayo.

Rayo.​

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A pesar de que por la mañana parecía que todo el día estaría soleado, todo estaba empapado por una lluvia pequeña, suave y refrescante. Los ventanales del club parecían estar cubiertos por una cortina de agua dejando paso a la tenue luz del cielo gris.


Solamente los integrantes del club ocupaban la tercera sala de música, acomodando algunas cosas fuera de lugar, ya que el aburrimiento les obligaba a hacer cosas que nunca se hubieran imaginado, como limpiar el salón.


Mori sentado a un lado de Honey, quien devoraba unas galletas con su conejito en brazos; Kyoya tecleando su portátil, siendo uno de los pequeños sonidos que los separaban del silencio en todo el salón; Tamaki, el príncipe rubio, caminando de un lado a otro mirando a la castaña dormida en uno de los sillones, mientras que los gemelos lo observaban con los brazos cruzados como iba y venía con un “diminuto” deje de celos.


De pronto, una potente luz de un rayo iluminó aquella sala. Kaoru alcanzó a cubrirle los oídos de la chica adormilada, para que efectivamente, cuando se escuchó el gran trueno, ella, por lo menos, no lo sintiera tanto. Podría decirse que ni siquiera se movió; seguro tenía el sueño pesado.


Aquel rayo les robó un grito a la mitad del club. Tamaki, quien saltó del susto, acompañado de un agudo y alto grito, ahora era la gracia de Hikaru, quien no podía parar de reírse de la cara de espanto de su Señor. Comenzaron a correr desesperadamente por todo el salón. El rubio con expresión asesina hacia el gemelo mayor, a la vez que el pelinaranja escapaba a las carcajadas casi llorando de la risa.


Kyoya, Mori y Honey seguían en lo suyo, como si nada hubiera sucedido. Pero Kaoru, quien aún estaba amortiguando los gritos y carcajadas de los otros dos cubriendo los oídos de la castaña, tomó una de las almohadas como pudo, y se la arrojó a su hermano quien paró en seco haciendo que el rubio Tamaki lo atropellara por tan repentina frenada.
El gemelo menor les regañó despacio con el ceño fruncido, dándoles un discurso de lo que habían hecho había sido infantil y arriesgado sabiendo sobre la situación de Haruhi. Suspiró.



<<Al fin silencio…>>, pensó pesadamente Kaoru, a la vez que se sentaba a un lado de la castaña, quien impresionantemente seguía durmiendo tranquilamente. Por un momento, pensó que todo estaba tranquilo y callado, pero unos susurros peleadores hicieron que abriera los ojos separándolo de sus sueños. —¡Shh! —calló a los que seguramente eran Tamaki y Hikaru discutiendo de quién tenía la culpa a los susurros, para no despertar a la bella durmiente.

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Gracias por leer~ ♥​

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