Ao no Exorcist [Drabble] Falsos recuerdos

Nick: Vintage Bomb.
Título: Falsos recuerdos
Autor: Crazydoodler
Tipo: Drabble
Original: http://www.fanfiction.net/s/8292405/1/False_Memory
Notas: Me siento Maná con esto de ojos que llueven, pero bueno (?) Repetición de la palabra llorar un par de veces, también.

Falsos recuerdos​

​

Podía escuchar dos voces: Una de ellas era dulce, suave; la otra era grave pero amable. Ambas decían mi nombre.

“Rin”

Estaba en sus brazos y, si bien me sentía pequeño, me resultaba agradable. Si se trataba de un sueño, esperaba nunca despertar.

Me pregunté quiénes eran.

Su mirada amable y llena de amor se había posado en mí… y en alguien más. A mi lado, en los brazos del hombre de voz grave, logré ver a otro bebé; a diferencia de él, llamas azules me rodeaban.

Intenté abrazar a estas personas amables que me brindaban felicidad, pero mis manos no alcanzaban a tocarlos; sin importar cuanto lo intentara, era una tarea imposible.

Las dos personas paradas frente a mí parecían las más grandes del mundo.

La mujer que me sostenía lo hacía con firmeza, por miedo a que me cayera. Podía sentir como gotas de lluvia caían sobre mi rostro. Caían desde los ojos de la mujer; me hacían cosquillas. Ella tenía una amplia sonrisa en sus labios, pero sus ojos no paraban de llover.

Me pregunté por qué.

Su bonito cabello castaño acariciaba mi rostro. Me aferré a él con una de mis manos, mientras que con la otra intenté tomar un mechón de hermoso cabello plateado, sin lograrlo; estaba demasiado lejos.

El bebé que se encontraba a mi lado tomó entre sus manos uno de los dedos del hombre, a quien también lo rodeaban llamas de un color azul brillante. Era un hermoso espectáculo.

Una vez más, me pregunté quiénes eran.

Poco después, el hombre se marchó y dejó a la mujer sola con nosotros dos. No entendía por qué se alejaba o por qué decidía causarle tristeza. Su partida me enfadaba, y quería decirle que volviera, que no se fuera. Sin embargo, no podía emitir palabra.

Me enfadé conmigo mismo por no ser capaz de hablar, por lo que empezaron a caer gotas de lluvia de mis ojos. Lloré y lloré, y poco después el otro bebé me acompañó en mi llanto.

La mujer se arrodilló lentamente y nos dejó a ambos en el piso. Se veía triste, pero sus ojos ya no llovían. Luego, se levantó y se marchó, en la dirección opuesta a la que el hombre había tomado. Allí me había dejado, para que llore; mas el otro bebé aún seguía a mi lado.

Juntos, lloramos.

.