Kuroshitsuji [Drabble] A de Ajedrez [Ciel & Alois | Kuroshitsuji]

Bueno, aquí paso a publicar el primer escrito que he terminado para la actividad Días de Abecedario, un desafío que consiste en publicar 27 escritos, uno por cada letra del abecedario, cada día a partir de hoy. El día de hoy, para comenzar, será con un poquito de Cielois… espero lo disfruten :3

Título: Jaque mate
Fandom: Kuroshitsuji
Personajes: Ciel, Alois
Palabras: 326
Prompt: A de Ajedrez
Summary: Ciel y Alois juegan una partida de ajedrez.
Advertencias: Ninguna.



—Jaque.

Alois frunció el ceño, frustrado, con la mirada fija en el tablero blanco y negro que lo separaba de su contrincante. Era la segunda vez que Ciel lograba arrinconar a su rey en tan sólo unas pocas jugadas.

—¿Vas a sacrificar a otro peón? ¿Otra vez? —interrogó Ciel al ver las manos del otro joven deslizarse hacia dicha ficha, como si considerara su estrategia aburrida.

—Sólo son peones —sonrió Alois, encogiéndose de brazos—. Ese es su rol, el sacrificio por el bien de su rey. Y planeo sacrificar a todos los necesarios para ganar.

Alois empujó su peón un espacio frente a su rey, efectivamente sirviendo como un escudo para el, pero inmediatamente la reina del Conde Phantomhive se deshizo de aquel molesto escudo. Relamiéndose los labios, el rubio pasó a utilizar su último alfil en pie para eliminar a la reina de su oponente. Su boca se curvó en una mueca de satisfacción, aplaudiendo sus manos como para felicitarse por su hazaña.

—Tu reina ha caído, mi querido Ciel. ¡La victoria será mía!

Ante tal declaración, Ciel respondió con su clásica sonrisa de lado.

—No te adelantes, Lord Trancy. Siempre haces eso, siempre. Es tan predecible que es casi aburrido.

Alois levantó los ojos del tablero de ajedrez para cruzar su mirada con la de Ciel, sus ojos azules fingiendo la inocencia de un niño que no llegaba a comprender las complicadas palabras que pronunciaba. Pero sí las comprendía, Ciel lo sabía. Después de Sebastian y del mismo Ciel, Alois era probablemente el mejor actor del mundo.

El Conde Phantomhive movió un caballo para deshacerse de aquel alfil, y luego de que el rubio moviera a su rey (siempre asegurando a su rey por encima de todo; era tan condenadamente predecible) procedió a mover su torre. Le tomó unos segundos al otro muchacho darse cuenta de lo que había ocurrido.

—Jaque mate —sentenció Ciel, empujando al rey de Alois del tablero con sencillez.