Saint Seiya Dos Corazones Infantiles

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por AMMU TEIKOKU YUDAINA, 18 Mayo 2025.

Cargando...
  1.  
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    1810
    Shiryu ha estado pensando seriamente en su sentimientos que ha estado desarrollando por Shunrei, mas piensa que es demasiado tarde, pues ella ha dejado de prestarle tanta atención como antes, enfocándose en otras cosas, sin dejar de ser la chica hermosa y alegre, confundiéndolo en el proceso y teniendo ayuda de varios.

    Los personajes pertenecen a Masami Kurumada, lo mío es solo la historia y las locuras.

    Feliz cumpleaños terrón de azúcar Anonimus1000days.

    Aquí tu regalo.
    --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Dos jóvenes, que fueron criados casi juntos, por la misma persona.

    Uno para ser caballero de bronce y algún día subir más allá, la joven solo para tener una vida normal.

    Poseían en sus nacimientos signos zodiacales compatibles, que estaban destinados a estar juntos como una amistad o como algo más.

    Se notaba el cariño que se profesaban desde muy pequeños, principalmente de la joven de origen Chino, cabellos negros hechos en una trenza, con una figura pequeña y tez blanca.

    Siempre vestida con tonalidades rosas, alegre, preocupada por quienes quería más en este mundo.

    Y quienes tenían este privilegio, pues el viejo maestro Dohko de Libra, aunque en esta época, gracias a la Diosa Atena logro volver a la vida.

    Tener una vida “Normal” en lo que cabe, esto la llenaba de felicidad, pero lo podía compartir con el caballero de bronce de Dragón y si esta es la persona especial de la joven Shunrei.

    Ese amor con el cual logro protegerlo cuando tuvo que pasar las doce casas, como oró y oró todo ese tiempo, y cuando el enfrentamiento contra Hades, sentía que perdía la vida porque su “Padre” Y su amado Shiryu se estaban enfrentando al mismo Dios del Inframundo.

    Pero no es momento de recordar cosas tristes, cuando la situación ya no es esta.

    Por el momento esta nueva historia que les presento ante ustedes, se basara principalmente en esos dos jóvenes que ahora pasado un tiempo, no mucho consideradamente unos dos años después de que revivieron los dorados.

    Por lo tanto sus edades oscilaban entre dieciséis años él Dragón y catorce Shunrei.

    Si bien el seguía entrenando, cumpliendo misiones del santuario, ella prefirió seguir su vida en aquella cabaña en donde fue criada por Dohko.

    Siempre le estaría agradecida por eso. Lo consideraba su padre.

    Este caballero sí que tenía hijos adoptivos.

    Mas en algún punto de sus vidas, Shiryu también había desarrollado ciertos sentimientos por ella, desde tiempo atrás lo hizo, pero aunque se lo demostrara de una forma más sutil, sin tener que confesarse.

    Ya que por la misma guerra santa que se llevó acabo en esta época, no podría ilusionarse tanto y si moría, no quería deja sufriendo a Shunrei, si bien la hizo padecer un dolor muy grande, cando pensaba que jamás volvería a verlo.

    Había estado pensado por mucho tiempo esa situación, pues cada que regresaba de misión, entregaba su reporte al santuario, iba a Cinco picos, para estar con su apreciada persona.

    Se trataban como muy buenos amigos, o casi como hermanos así fueron criados.

    Aunque se sabe de antemano que el viejo maestro sabia de los sentimientos de ambos, pero siendo como son, tímidos para confesarse.

    Creo que no aprendieron los métodos de coqueteo o cortejo de su “Padre”.

    Había estado pensando mucho en esto, por un largo tiempo.

    Pero no encontraba la forma adecuada de hacerlo, por más vueltas que le daba, todo se reducía a que haría el ridículo.

    Podría arriesgarse a decirle que la quiere, la ama… Pero.

    ¿Sería correspondido?

    Si, aun se preguntaba eso, cuando ella había dado muestras de que así era.

    Mas pasado los sucesos, el tiempo, creía que tal vez sus sentimientos se hubieran disueltos y ahora lo viera solo como su hermano.

    Pensar en eso no era bueno para la concentración el pobre Dragón, y más si estas entrenando con un frio compañero de armas como lo era Hyoga.

    Con un movimiento de sus piernas, haciendo que se barriera esta y provocando la caída del chico de cabellos largos y azabache, ojos verdes.

    -Gana Hyoga- Un castaño de cabellos cortos, piel bronceada y una sonrisa declaro el final de ese combate.

    -Bien hecho Hyoga- Un joven de cabellos verdes hasta un poco más abajo de los hombres, sonrió con un leve sonrojo en sus mejillas, aunque también se preocupaba por su amigo caído -¿Estas bien Shiryu?-

    -Ven levántate- Le extendió la mano al Dragón, con ropas estilo Chinas de color morada y pantalón blanco.

    -Gracias- Sostuvo su mano con firmeza y se incorporó.

    -¿Qué te pasa amigo?- El caballero de pegado se acercó a ambos, con sus brazos detrás de la cabeza –Últimamente estas muy distraído en los entrenamientos-

    Cerro sus ojos, con su semblante apacible y sereno de siempre –No es nada Seiya, solo he estado un poco pensativo- Sonrió gentilmente.

    -¿Pensativo? ¿Por qué? ¿Pasa algo malo?- Andrómeda se acercó, para integrarse a la conversación.

    -No, no pasa nada malo, solo que debo meditar seriamente algunas cosas- Le contestaba tranquiló al más joven de los cuatro.

    Mas el pegaos y el cisnes, se daban una leve idea de que le pasaba.

    Pues alguna vez acompañando a Shiryu los cinco picos para pasar un fin de semana con él, se percataron de la atención y miradas que el Dragón le daba a la joven.

    Pero siempre trataba de fingir que no pasaba cuando ella se giraba o sus compañeros se le quedaban mirando fijamente.

    Por esa razón, fijaron sus ojos directamente al chico, listo para hacerlo desatinar un instante.

    -Yo creo que se trata de una muy linda chica- Menciono Seiya, cruzado de brazos, cerrando los ojos y asintiendo con la cabeza, muy serio.

    -De cabello negro en una trenza larga y ojos oscuros- La misma pose de Pegaso adopto.

    Esto solo provoco, un leve sonrojo en las mejillas de más alto, que desvió la mirada, avergonzado, tanto que no tenía intención de hablar.

    Sonrieron en conjunto -¿Estamos en lo correcto Shiryu?- Como le gustaba tentar a su suerte el castaño oscuro

    -No… No… Se… De… Que están… Hablando- Estando avergonzado por aquella acusación.

    Ambos estaban riéndose por las reacciones de su compañero, estaban obtenido avergonzar al mayor.

    -¡¡¡OIGAN!!! No sean así…- Shun, fue quien protesto en defensa de su amigo, sobre todo dirigió una mirada de molestia hacia el rubio.

    -Oh, vamos Shun no te enfades, es solo una broma- Cuando su ahora novio, le dedicaba esa marida es que en verdad no le parecía correcto lo que hacían.

    -Si, además esto le servirá a nuestro amigo, en que debe declararse de una buena vez- Paso su brazo sobre el hombre del joven Asiático.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!!- Se alarmo al escuchar aquello, pues le estaban dando a entender de forma descarada que su amor debía mejor ser hablado ha ocultado y eso sí que no le parecía hacer aun.

    -¿No quieres decirle lo que sientes a Shunrei?- El cisnes, le interrogo, pues parecía querer hacer eso con su forma de ser.

    -Po... Por su puesto que no… No puedo hacer eso- Le contestó lo más rápido posible para sonar sincero.

    -¿Por qué no? Nada se los impide ahora- Hablaba con tanta razón Seiya.

    -Es verdad, ahora que no hay guerras, enemigos por el momento, vivimos en una gran paz- Andrómeda sonrió ante aquellos días de tranquilidad.

    Estaba arrinconándose, pues sus amigos tenían razón, habían estado viviendo una paz desde hace dos años, que prometía durar bastante, nos e negara que existían de repente algunos problemillas menores, pero eran fáciles de encargarse y más cuando la mayoría de la orden Ateniense estaba en sus perfectas condiciones.

    No podía negar, que el hecho de no decirle nada a la joven, venia más de adentro de su corazón, la pequeña inseguridad de que se hubiera tardado tanto y desperdicio el tiempo.

    Tal vez no en vano, pero el amor puede que no siempre este allí.

    -Pero… Muchachos… Yo… No estoy seguro- Decía esto con sus mejillas sonrojadas.

    -¿Cómo que no estás seguro? Si vemos como la observas- Como se notaba que Seiya estaba decidido ha hacerlo confesar todo.

    Sus ojos se abrieron como platos, su boca se apretó, no podía creer que había sido tan obvio, estaba acabado en ese sentido.

    -No te preocupes- Le reconfortaba el Ruso –Si no estás seguro en cómo hacerlo, te podemos ayudar- Se señaló a si mismo con el dedo pulgar.

    -Así es Shiryu- El castaño sonrió animado, para también unirse al apoyo.

    No quería ser grosero, pero de hecho la ayuda de sus dos amigos, la agradecería en otras circunstancias y la aceptaría sin duda, pero en el ámbito del amor, estaban algo perdidos.

    Sonrió forzadamente, quería sonar lo más respetuoso posible, pero sería imposible, conocía que Seiya podría ofenderse y Hyoga tal vez molestarse un poco.

    -Amigos, muchas gracias, pero no requiero su ayuda- Trataba de que su semblante sereno volviera a él, suspirando ligeramente –Pues mis sentimientos por Shunrei, aún son inciertos-

    -Shiryu, pero es que si se nota que la quieres- Ahora el peliverde corto se había unido a esta conversación, y también parecía estar en contra del Dragón, pero de buena forma.

    -Shun ¿Tú también?- Pensaría que el otro no se metería para nada, de los tres siempre actuaba como el más tranquiló, apoyando la razón en ocasiones.

    -Ja, ja, ja, ja si Shun está de nuestro lado, es que es verdad- Seiya abrazo al de piel pálida.

    Acto que molesto ligeramente a Hyoga pero lo pasaba por que eran amigos de hace mucho tiempo y sabía que no era con mala intención.

    -Mira, aunque no quieras decirnos, nos damos cuenta, así que te vamos a ayudar a confesarte quieras o no- Ya esto aprecia una amenaza que cortesía.

    Suspiro, ya ¿Para qué ocultarlo? De nada serviría.

    Pero debía primero decirles algo importante.

    -Muy bien, es verdad… Quiero mucho a Shunrei, más de lo que se puede querer a una amiga, pero… No estoy seguro de querer su ayuda- Decía esto, serio, con los brazos cruzados y mirándolos a todos.

    -¡¡¿QUÉ?!!! ¿Por qué?- Pegaso ya se estaba haciendo el ofendido.

    -Seiya, eres uno de mis mejores amigos, al igual que todos ustedes, pero… Sus… Formas de ayudar no son siempre las mejores- Su semblante no cambió, pero quería sonar no tan cruel.

    -¿Cómo que no son las mejores?- El rubio, con ceño fruncido, pues él se consideraba algo bueno en el tema del amor.

    -Menciona solo una vez que hiciéramos algo incorrecto al ayudar a alguien- Pensaría que tendría el triunfo asegurado, que no tuviera conocimiento de que alguna vez cometió un error.

    Pero ellos se llevarían una sorpresa, pues sus habilidades de ayudar, aunque bien intencionadas, podrían ser bastante cuestionables.
     
  2. Threadmarks: Capitulo 2 (Buenos Amigos)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    4994
    -Cuando Seiya te aconsejó llevarle flores a Shun, pero no te diste cuentas de la abeja que lleva dentro y término picándole una oreja- Miro serio a los implicados.

    -No me recuerdes eso…- Toco su frente en donde tenía una pequeña cicatriz.

    El pobre peliverde suspiro con un sonrojo –Ese día, mi hermano se enteró de que Hyoga y yo somos novios y…-

    -Ja, ja, ja, ja lo persiguió por las doce casas y tuvo que esconderse en Tauro, porque Ikki es respetuoso con Aldebarán- Reía a carcajada, por recordar aquel día, que no fue hace mucho.

    El rubio con los brazos cruzados, mirando enojado al castaño –Tienes razón Shiryu… No hagas caso a los concejos de Seiya, mejor deja que Shun y yo te ayudemos-

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡OIGAN, QUIERO AYUDAR A MI AMIGO!!!- Grito desesperado, para que no lo ignoraran.

    Le daba bastante gracia el comportamiento infantil de Seiya, después de todo es de los más jóvenes de los allí presentes.

    Pero pensar de nuevo que debía confesar sus sentimientos a la joven Shunrei, pero sigue sintiendo inseguridad…

    La quiere, la ama de verdad, pero… Su camino puede no ser fácil, por todo lo que la ha hecho sufrir aunque ha sido por un bien mayor.

    -Shiryu- Andrómeda llamo al mencionado, el cual se había dispuesto a suspirar un poco alejado.

    -¿Qué pasa Shun?- Contesto con una leve sonrisa, el miedo se refleja en sus ojos.

    -Si no estás seguro de esto, no tienes que preocuparte, no te forzaremos a nada- Le doy una suave palmada en el hombro, comprendiendo que este tema puede ser delicado para cualquiera.

    Asintió, la amabilidad del joven Andrómeda es su mayor característica aparte de su belleza.

    -No dudo lo que siento por Shunrei, pero…-

    Mientras el cisne y Pegaso, discutían por recordar la gran idea que tuvo el castaño, que casi le costaba la vida y le dejo una marca al final.

    -Sé que tienes miedo de que te rechace, sin embargo ¿Qué es lo peor que puede pasar?- Shun sonrió tan pacíficamente, no se daba cuenta que la mentalidad del dragón, dejaba ver tantos escenarios en su mente, uno peor que el otro.

    -Podría enojarse- Seiya se unió a la plática, después de traer la camiseta arrugada, por el forcejeo con el rubio.

    Invisiblemente aquellas palabras cayeron como un peso en los hombros del azabache.

    -O, no volver a querer ver a Shiryu- Y ahí estaba el Ruso, ayudando.

    -Decirle al viejo maestro que lo mande lejos- Con esta aprecia divertirse, porque sabía que no pasaría.

    -¿Qué tal si al final le gusta alguien más?-

    -Sabes, la he visto muy cerca de Jabu… ¿Sera que?-

    -¡¡¡YA ABASTA!!!- El peliverde, les grito, con los ojos serrados y sus manos en puño.

    Al captar la atención de estos dos, señalando que habían logrado deprimir a su amigo, el cual se había ido a sentar en un árbol cabizbajo.

    -¿Ya ven lo que provocan?- Cruzado de brazos, suspirando bastante preocupado por el de cabellos largos.

    Los tres asintieron, esta no sería una tarea fácil, si tenían a un dragón muy fuerte y valiente para la lucha, pero en el amor es un caso perdido.

    ¿Por qué será que la mayoría de los caballeros de Atena sus habilidades de ligue son muy bajas?

    O ¿No las sabrán manejar bien?

    ---Días después (Templo de Libra)---

    -Aaaaaah, mi pequeña Shunrei, me alegra tanto que estés aquí- El castaño, abrazaba muy animado a la pequeña que había criado desde que la encontró en aquel bosque de los cinco picos.

    Aquella joven, se encontraba bastante feliz de poder volverlo a verlo después de un tiempo –Me alegra de nuevo estar cerca de nuestra familia- Se apartó del abrazo, para ver a quien la cuido con tanto esmero.

    -Eso es lo mejor de todo- Acaricio la cabeza de la menor –Sabes que puedes venir aquí cuando quieras, al fin de cuentas estamos en época de paz y el santuario se ha vuelto un lugar lleno de alegra y…- Se escuchaba el llorar de un infante que sin duda venia entrando a Libra por la parte trasera.

    -Mi pequeña estrella de virgo, por favor… Cálmate- El patriarca sí que había perdido un poco de practica en cuidar bebes, o es porque está involucrado emocionalmente con la pequeña que carga, al final es considerada su nieta.

    -Bebes, muchos bebes nuevos- Dohko sonrío a la joven que considera su hija menor, rápido se giró para encontrarse con su amado borrego -¿Qué pasa?- Cargo a la niña de dos años, que venía llorando.

    Suspiro resignado –Creo que ya no sirvo para esto- Le dolía escucharla llorar.

    -No es nada de eso- Empezó a hacer caras graciosas para la pequeña rubia.

    La cual de a poco empezó a reír.

    -¿Cómo logras hacer eso?- Bajo la mirada, le molesto un poco que no supera que quería la Lemuriana.

    -A veces a los niños les gusta que actuemos como ellos, para reírse de nosotros- Seguía haciendo reír a la niña, mientras la alzaba levemente con los brazos, sin duda un experto en la materia. –Así hacía reír a mi pequeña Shunrei cuando se ponía algo triste de niña- La señalo sin ninguna preocupación.

    La china solo asintió, riendo levemente, por recordar aquellos momentos infantiles que vivió.

    Fue cuando el patriarca se doy cuenta de la presencia de la joven –Lo siento Shunrei, por no saludar, pero...- Suspiro cansado –Anshin me tenía muy preocupado-

    -No se preocupe, vine a visitarlos unos días- Abrió sus ojos con sorpresa, pues llego sin avisar antes –Si es que… No existe molestia alguna…- Puso la mano delante de la boca avergonzada, por tomar una decisión sin consultárselo a nadie antes.

    -No hay molestia alguna, al fin de cuentas… También perteneces a nuestra familia- Le sonrió a la chica de trenza, de alguna manera al ser hija aunque no biológica de Dohko, también la consideraba como suya.

    Al fin de cuentas, así como Libra pudo cuidar y proteger a la distancia a su discípulo Mu, el patriarca aceptaba también querer y cuidar a la joven allí presente.

    De repente recordó algo muy importante, sorprendiéndose de más y girándose a la China, casi asustado.

    -¡¡¡SHUNREI!!! ¡¡¡PRONTO SERÁ TU CUMPLEAÑOS!!!- Aun cargando a su nieta, fruncía el ceño pero de pena, se sentía culpable por no recordar una fecha así.

    Ella se sorprendió un poco, se podría decir que una gotita versión anime se dejaba ver, mas sonrió de nueva cuenta –Si, no se preocupe… Aún falta poco menos de dos semanas- Rio nerviosa, tratando de calmar a aquel hombre.

    -Soy un pésimo padre- Abrazaba a la niña contra su pecho –Seré mejor abuelo ahora-

    -Dohko, no exageres…- Suspiro, llevando la mano a su cabeza, a veces su querido tigre lo desespera –Si después del cumpleaños de Kiki, dijiste que Shunrei cumplía el veinte de Abril-

    Ella rio, al escena sin duda fue bastante divertida, sobre todo porque… Ahora sentía que tenía más de lo que imaginaba.

    Una familia bastante extraña, pero hermosa…

    Con dos padres, un hermano mayor con familia incluida y… Un interés amoroso, que lo veía muy lejos.

    Lo mal interpreten, ella conserva el amor que siempre le ha profesado por el caballero de bronce, con el cual se crio una parte de su vida.

    Pero que creía que no la miraba de la misma forma, que nunca podría estar a su altura, sentía que estaría en segundo plano toda su vida.

    Moría de miedo cada que sabía que iría a una misión, o temía que algún nuevo enemigo llegara y pudiera arrebatarle la vida.

    No quería ser egoísta, y la única forma que creía que eso podría darse, seria… Dándole su espacio, prefiriendo solo ser una buena amiga, comprendiéndolo y estar a su lado cuando la necesitaba.

    Mas esto no llenaría su corazón, pero con tal de estar al lado de Dragón, gurda sus sentimientos y dejar que Shiryu cumpla su deber.

    La pequeña niña, al calmarse y ver a la joven pelinegra, estiro sus manos para ir con Shunrei, la quería bastante.

    -Oh, ¿Quieres ir con tu tía Shunrei?- Dohko ya calmado después del pequeño drama que armo por “No recordar” el cumpleaños de su niña, cuando solo fue un laso leve.

    -Si-

    -Ven mi pequeña- La joven estiro sus manos, para cargar a la menor.

    Disfrutaba otra parte por la cual ir al santuario, aparate de estar con su padre y papá, y demás pequeña familia, los nuevos niños, le alegraban bastante, aun siendo joven, anhelaba en algún futuro formar una familia, pero con quien quisiera hacerlo… Sería casi imposible.

    -¿Dónde están tus papis?- Shunrei pregunto a la pequeña.

    -Abuelito los mando de misión- Ella hablo con aquella vocecita infantil, estando algo seria ahora.

    -Y creo que ya están tardando- Shion suspiro pensativo, preguntándose si había sido buena idea que Aries y Virgo fueran juntos.

    -Hermanito Kiki, está en Amir- Pronunciaba como podía las palabras, mientras jugaba con una flor que la joven lleva a en la cabeza.

    -Me siento tan orgulloso, si sigue así pronto lograra heredar Aries- Libra siempre tan positivo y mirando lo mejor del mundo, parecía que olvidaba los malos momentos y guerras que vivieron años atrás, es lo mejor ahora.

    -¿Te quedaras aquí en libra Shunrei?- El patriarca sereno hablo, regalándole una sonrisa a la joven.

    -Sí, sé que sería una buena idea, pero… Shiryu está aquí también, y puede…- Bajo la mirada nerviosa y con un leve sonrojo en sus mejillas –Que le incomode algo-

    -No creo, Shiryu te quiere mucho, así que no le incomodara, al contrario puede que seas la mejor motivación para que logre avanzar en su entrenamiento- Cruzado de brazos, mostrando la mejor sonrisa y sus dientes blancos.

    -¿Eso cree?- Bajo su mirada, no sabía que más decir, pero su cara continuaba poniéndose roja.

    -Tía Shunrei… ¿Está enferma? Tienes roja la cara…- La niña la cuestiono por su aspecto.

    -¡¡¡¿EH?!!!... ¿Qué?- Ahora sin duda se sonrojo más y sus nervios la invadieron, bajando la cabeza cubriéndose con Anshin.

    Esto no pasó desapercibido por los dos hombres, uno bastante tranquilo y sonriente, concia los metimientos de su hija, y el otro entendiendo a que se refería con las señales que noto desde que logro conocer a la joven.

    No paso mucho, para que estos cuatro se dispusieran a preparar algo de comer, los tres cuidando de que la niña no se lastimara, aunque en cierta forma es bastante tranquila no causa mucho problema.

    Mas por esos momentos, cruzaba cuidadosamente con un niño en brazos, el joven discípulo de Camus, el cual cuidaba del hijo de su maestro, que se convirtió en su hermanito menor.

    -¿Permiso para pasar viejo maestro?- todos debían pedirlo, sabiendo que estuvieron estos en el templo.

    -¡¡¡PERMISO CONCEDIDO!!!- grito desde la cocina.

    -¡¡¡GRACIAS!!!- Contesto.

    -¡¡¡GRACIAS!!!- Camil contesto también, estando en la edad que imitaba a Hyoga en todo lo que hacía, por eso pedía ir con él siempre que pudiera y el dieran permiso.

    -Vamos pequeño, lo más seguro es que mi maestro y Milo estén cocinando algo muy rico también-

    Justó la joven salió para saludar al rubio.

    -Hola Hyoga- Sonriendo como su emblema de siempre, se conocían por ser buenos amigos de Shiryu y de cierta forma por lo conocido de su padre biológica que la mayoría de los bronce compartían.

    -¿Shunrei?- Se sorprendió bastante al verla allí, que abrió sus ojos y boca, además que teniendo allí el plan que organizaron Seiya y él funcionaria.

    Miro al pequeño peliaguamarina, quien la miro algo confundido, no pasa mucho tiempo con ella, así que no la recordaba del todo.

    -Hola Camil- Más ella lo conocía por que algunas veces cuando visito antes el santuario ayudo a cuidarlo junto a la pequeña Anshin.

    Miro al rubio, como si con los ojos le preguntara si era correcto contestar, este solo le asintió y estiro su manita, para saludarla de una manera más cortes.

    -Hola… Señorita…- Dudaba un poco, pero aun así no le quitaba lo cortes. Valla que Camus se ha esforzado por educarlo lo mejor posible.

    -¡¡¡CAMIL!!!- La rubia lo llamo, al fin de cuentas ellos dos se llevan muy bien.

    -Hola Anshin- La saludo desde los brazos de su hermano mayor adoptivo.

    -¿Cómo has estado?- Hyoga pregunto a la asiática.

    -Muy bien, vine para pasar mi cumpleaños en compañía de todos- Sonrió tan tranquila.

    -¡¡¡¿TU CUMPLEAÑOS?!!!- Se sorprendió, si no sabía cuándo era el cumpleaños de los demás que no fuera el de Shun, Camus y ahora el del pequeño en sus brazos, incluso Milo era olvidado a veces.

    Esta rio, posando la mano delante de su boca, cerrando sus ojos –Si, el veinte de marzo-

    -Oh valla, no sabía… Bueno entonces estaré aquí, para felicitarte- Sonrió, pero por su mente cruzo una muy buena idea, que tendría que pedir ayudar a su lindo Shun y al cabeza dura de Seiya.

    -Ja, ja, ja, gracias-

    -¿No has visto a Shiryu aun?- Recordando que el mencionado no se encontraba en al santuario.

    -No, pero ya se…- Cabizbaja, apretando sus labios –Que está en una misión muy importante en Japón, así que espero que vuelva antes de irme-

    Esto lo noto, una clara señal de que esta jovencita esta aun sintiendo aquellas emociones amorosas por el pelinegro, pero que sin duda es igual de inocente y tímida para dar el primer paso.

    Mas es necesario, guardar aquellos detalles y usarlos a favor de estos dos.

    ¿Quién diría que un Libra podría ser así de nervioso y tímido, para declarársele a su Aries?

    Digamos que tenían el ejemplo de los mandamases, pero bueno, cada quien toma el romance lo mejor posible.

    -No te preocupes, él es muy fuerte y sabio- En esta última dudaba, pero en cierta forma es verdad –Así que tiene que volver más o menos en tres días, así que estará aquí para tu cumpleaños- Sonrió, dándole ánimos a la pelinegra.

    -Gracias-

    -Buen, nos tenemos que ir… Mi maestro debe estar algo preocupado por nosotros- Volvió a tomar al peliaguamarino, pues lo dejo ir con la pequeña Buda, unos minutos –Despídete Camil-

    Asintió, levantando su mano para despedirse –Adiós-

    Ambas contestaron de igual forma, volviendo a lo que hacían.

    Mientras subida por los templos restantes, empezaba a armar el plan que se lo pudiera ocurrir, ya después podría pulirlo con su novio y amigo.

    -Sera un excelente plan, si no se acobarda antes… Lograremos que le confiese su amor el día de su cumpleaños.- Sonrió, asintiendo triunfante.

    -¿De qué hablas hermano?- El niño lo miro confundido.

    -Vamos ayudar al tío Shiryu para que este con Shunrei- Le toco el estómago, como un leve cariño.

    -¿Tío Shiryu está enamorado de la señorita?- Sonrió levemente, pero al sorpresa en sus ojos grandes no se ocultó.

    -Si- Afirmó tranquilo, subiendo escalón por escalón con cuidado, pero aun así divertirse en el procesó –Pero Shiryu es muy miedoso, y posiblemente no quiera hacer nada- Confiaba en el pequeño, al fin de cuentas es un niño tan educado y tranquiló-

    -¿Por qué? Si la quiere…- Pensó en ello, aun siendo un infante, comprendía que si alguien quería a alguien, debía decírselo, como lo hacía su padre con su madre todos los días.

    -Existen personas que no pueden expresarse bien y les da miedo- Negó con la cabeza, sintiendo pena ajena por el dragón –Pero por eso tienen buenos amigos como tu tío Seiya, Shun y yo, que vamos ayudarlo-

    -¿Y el tío Ikki?- El pequeño peguntaba, concia al peli azul malhumorado para todos, pero mostraba un lado estando a salas con los infantes.

    -No, él…- Acostumbrado al frio, más se le helaba la sangre al pensar en ver a su cuñado, pues no están en los mejores términos.

    -¿Y yo?- Le miro atento.

    -¿Mmmh?- No entendía a qué se refería el pequeño.

    -¿Puedo ayudar también al tío Shiryu?- Siempre queriendo apoyar a los demás de alguna forma u otra.

    Estando a punto de llegar a Acuario, el rubio sonrió, asintiendo, bajo al pequeño.

    -¿Enserió quieres ayudarnos?- Le preguntaba más por juego que tomándolo enserio.

    -Si- Asintió con su cabeza, y sus puñitos cerrados –El tío Shiryu es muy bueno conmigo, y lo quiero y si quiere a la señorita… Quiero ayudarlo- Hablo aun titubeando, pero no dudaba.

    -Muy bien, te diré que hacer, pero…- Le guiño el ojo, posando un dedo delante de su boca –No le digas a nadie ¿Si?-

    -Sí, hermano Hyoga- Asintió animado, para después ir directo a donde sabía que sus padres se encontraban en el comedor.

    -Muy bien lagartija, tienes hasta la ayuda de Camil, espero que no lo arruines- Dijo esto en voz baja, antes de unirse a su familia a la horade la comida.

    ---Esa noche---

    -Anshin ya se durmió…- Posaba la mano sobre su pecho, como quería tanto a su pequeña estrella de Virgo, aunque no le agrada mucho el padre de ella.

    -Esta algo inquieta últimamente, debe extrañarlos tanto- Pensó, mientras estaba en las escaleras de Libra mirando el firmamento nocturno.

    -Sí, aunque tan pequeña y le gusta imitar la postura de flor de loto de Shaka- Resoplo cansado, no por cuidar a la menor, sino porque de verdad se cansaba de que su familia tuviera a ese integrante.

    -Aunque no lo quieras, el ayudo a que naciera nuestra flor de Loto- Sonriendo, aunque a veces recorvaba aquella charla que tuvo, después de enojarse por no hacer las coas correctas, pero quedaba en el pasado.

    -Ya se…- Recargo su cabeza en el hombro del castaño –Oye…-

    No pudo negarse que esa cercanía le gustaba más de lo que podía resistir, pero debía estar tranquilo, estaban cuidando a su flor de Loto como le llamaba y su hija está con ellos, no pueden arriesgar hacer ruidos raros.

    Le doy un casto beso, de esos que a veces iniciaban situaciones más subidas de tono.

    -¿Qué ocurre mi lindo borreguito?- Lo miro atento, las estrellas no son anda con el rostro del patriarca que es más deslumbrante.

    -¿Te diste cuenta? ¿Cierto?- Quería estar seguro de que sus sospechas no eran solo de su parte, si no que ambos lo notaron.

    -¿Qué cosa?- Lo miro intrigado, sosteniendo su mano y abrazándolo de lado.

    Suspiro, algo apenado por andar sobre analizando las cosas, pero es una situación que nunca ha podido evitar.

    -Shunrei… ¿Está enamorada de Shiryu?- Le dejo la pregunta puesta en la mesa, total si Dohko no se dio cuenta, le tocaba a él ser mediador, como lo fue el castaño para evitar la muerte temprana de Virgo.

    -Ja, ja, ja, ja- Estaba riendo casi a carcajadas.

    -¿De qué te estas riendo Dohko?- Su sonrojo no se pudo ocultar, se preguntó si había dicho algo gracioso, como para que este Chino estuviera así.

    -Ay mi borreguito, ¿No te habías dado cuenta de eso?- Se limpió una pequeña lagrima que salió de sus ojos verdes.

    -¡¡¡¿LO SABIAS?!!!- Sentía que su cara se volvía roja por la pena.

    -Llevamos dos años de vuelta a la vida, ya los has conocido, ¿Apoco no son adorables y muy obvios?- Tomo el mentón del peliverde, para mirarlo a los ojos.

    Desvió la mirada, haciendo un ligero puchero –No, no me había dado cuenta…-

    -Shion, vamos no te pongas así- Trataba de animarlo, dándole pequeños besitos en la mejilla.

    Lo miro algo pensativo, no se creía que estuviera así de tranquilo, bueno… Ha quedado en claro varias veces que no está en contra del amor juvenil o que sean personas que representen a sus hijos o los quiera como tal, lo único que le molesta es el hecho de andar teniendo intimidad sin siquiera pensar en formalizar la relación.

    -Y… ¿No te molesta?- Lo miro con detalle.

    -¿Por qué me habría de molestar?- Le devolvió la sonrisa, aprisionándolo entre sus brazos.

    -Shunrei es como tu hija y ahora lo es para mí, pero… Pensaría que fueras un poco más sobreprotector- Se lo decía a Dohko algo avergonzado, pues… Digamos que Shion está asumiendo su papel paternal de la joven Asiática de a poco.

    -Ja, ja, ja,- Sin duda el castaño se está divirtiendo en grande con las preguntas tan lindas a su parecer de parte de su peliverde –Shion, yo crie a Shiryu… Así que tiene mis ideales y algo de mi forma de pensar… ¿Por qué crees que no le ha dicho nada?- Se quedó pensando un poco.

    -Si tuviera por competo tus ideales y forma de ser…- Suspiro con las mejillas rojas –Ya serian novios, aunque… No sé por qué me da algo me preocupación- Toca su pecho, de a poco ya se encariño con la joven Shunrei.

    Lo abraza más fuerte y deposita muchos besos en su nuca y cuello –Mi amado borreguito… Estas tomando tu papel de papi de mi querida Shunrei, me haces muy feliz- Sigue dándole besos, que provocan un sonrojo en la cara del patriarca, y temblando porque el cuello es su punto débil.

    -Co… Como… No… Si… Tu… Cuidaste muy bien a Mu y… Aaaaaaah, Dohko para por favor…- Tiembla, algo agitado, queriendo apartar al castaño, sin resultado alguno.

    -¿Sería mucho pedir que fuéramos a la sala patriarcal?- Le susurra en el oído, abrazándolo con más fuerza y sus manos tocando su pecho.

    -Dohko… Aaaaaah, basta… Estamos cuidando a nuestra nieta y Shunrei está aquí, no podemos hacerlo- Por fin pudo hablar con autoridad, aunque su cuerpo hubiera deseado seguir, pero el autocontrol de Shion es bastante fuerte.

    Suspira resignado, pero no niega que abrazar a su borreguito toda la noche, hasta el amanecer- Esta bien… Tu ganas hoy, pero en cuanto Mu y Shaka lleguen, y cuiden a nuestra pequeña flor de loto, no te escaparas- Lo mira con un toque de lujuria en esas esmeraldas.

    -¿Qué pasa con nuestra hija?- Tarta de controlar a Dohko, sin duda Libra tiene el control en esa situación para que el patriarca este nervioso.

    -Ella podrá estar bien, solo diré que necesito ver algunos documentos contigo y no hará más preguntas- Sonríe triunfante.

    No paso mucho tiempo, para que el peliverde conectara la situación y le doy un golpe en el hombro, cuando eran solo amigos y se enoja con el Chino -¡¡¡DOHKO, YA CÁLMATE POR FAVOR!!!- Se va enojado hacia Libra, ignorando a su esposo.

    -¡¡¡BORREGUITO CÁLMATE POR FAVOR!!! ¡¡¡NO TE ENOJE!!!- Tenia que contentarlo, pues cuando se ponía en esa actitud, lo más seguro es que lo mande a dormir en la sala, aunque Dohko sea el guardián del séptimo templo.

    La noche paso tan tranquila, la brisa primaveral llega al amanecer, refresca el inicio.

    El entrenamiento matinal se llevó acabo con normalidad, salvo por aquellos que están en misión, por el momento nadie embarazado no ahí.

    Pero de seguro es cuestión de tiempo.

    Además que mientras los padres están entrenando o haciendo otros deberes, tienen niñeros personales los pequeños cinco ya nacidos.

    Y obvio los Bronces se encargan cuando todos los mayores están ocupados.

    Sin contar que su entrenamiento se ha cambiado a la tarde por el momento, al fin de cuentas el patriarca puede hacer movimientos para que todo salga a como debe ser.

    ---Cerca del bosque en un claro bastante tranquilo---

    -Si Shunrei está aquí y su cumpleaños será pronto, eso podría ser una gran ventaja- Andrómeda hablaba animado, mientras cuidaba de la pequeña buda, que en esos momentos dormía en sus brazos.

    -Es cierto mi amor, podremos preparara algo para cuando Shiryu llegue y mínimo salgan un par de veces antes de la confesión- Vigilaba a Camil quien se encontraba en medio de la joven pareja, pintando con sus manitas.

    -Debemos tomar en cuenta que lo más seguro es que… ¡¡¡NO ARGUS NO COMAS ESO!!!- Pobre Pony, debía cuidar a dos niños, uno calmado y el otro algo travieso- ¿Por qué yo debo cuidar a dos y ustedes solo uno?- Los miraba casi queriendo llorar.

    -Porque Aioros es ahora tu maestro, como futuro heredero a Sagitario y bueno… Te pidió que cuidaras a sus gemelos- Shun, tan calmad como siempre, dándole una sonrisa a su amigo, mientras observaba su mala suerte.

    -Además, ¿De qué te preocupes Seiya? Estamos aquí los tres, podemos ayudarte- Abraza al peliverde –Además no es nuestra culpa que los hijos de nuestros maestros sean más calmados que los de Saga y Aioros-

    -Pero…- Piensa un momento por que lleva unos segundos sin observar al gemelo mayor -¡¡¡¿DÓNDE ESTÁ SANDER?!!!- Ya se imaginaba terminando en otra dimensión y atravesado por la fecha de Sagitaria y muriendo.

    -Tranquilo Seiya… Que ese pequeño esta acá con Shun- Señala al castaño de dos años, sentado a un lado de Andrómeda, apoyado en su brazo, mirando a la niña dormir.

    Suspira aliviado -¿Por qué me dan estos sustos?- Toca su pecho angustiado.

    La pareja rio, del susto que se llevó Pegaso, aunque debería estar acostumbrado pues el gemelo mayor siempre que podía trataba de estar cerca de la futura Virgo.

    De hecho siempre que estaban los bronces juntos cuidando a las criaturas de los dorados, este aprovechaba para acercarse a jugar o lo que sea con Anshin.

    -Pero… Volviendo a lo de Shiryu y Shunrei…- Mira al Ruso -¿Cómo sabes? O… Más bien ¿Cómo estás seguro de que Shiryu estará confiado?- Suspira cansado, recostándose en el pasto, mientras con un brazos sujeta al castaño menor –Él está seguro que Shunrei ya no lo quiere de la misma forma, y esta con eso en la mente todo el tiempo-

    -A ella se le nota a distancia el amor que siente por nuestro amigo, salvo que es algo tímido para darse cuenta y ella está igual- Cruzado de brazos, pensando.

    -Deberíamos darles a ambos un empujón ¿No cree?- Los mira a ambos.

    -¿Qué propones, Shun?-

    -Primero necesitaremos que Shiryu llegue, pero creo que podríamos hacer que tengan algunas citas- Se quedó pensando un instante.

    -Eh ahí el problema- Se levantó Pegaso de golpe.

    Los otros dos voltearon a verlo confundido.

    -Ese es el problema, pasaron toda su vida juntos, han salido muchas veces y paseado, creo que no lo tomarían como algo romántico después de todo- Enfatizo, mientras cargaba al otro niño, que no se quedaba quieto, incluso terminando con un pie infantil dándole un leve golpe en el mentón.

    -No tendría que ser algo romántico, solo acercarlos lo suficiente, para que convivan de una manera más casual-

    -Tengo una idea- Sonrió con el rostro iluminado.

    -¿Qué propones mi amor?- Si Hyoga es algo cursi al hablar, pero es lindo.

    -Escuchó lo que sea con tal de ayudar a un amigo- Estando atento, lo mejor que podía claro.

    -Propongo que deberíamos salir en una cita doble- Miro a los otros dos esperando su respuesta.

    -Entiendo, sería algo casual y un tanto romántico, pero sin caer en sr incomodo- Asentía comprendiendo el plan de su pareja.

    -Podría ser un picnic, por el lago, incluso prepararía algo delicioso de comer y Adonia cocina deliciosos postres y…- Ya estaba en su ilusión, todos querían un día que el dragón por fin se animara a declarar su amor.

    -¡¡¡OIGAN!!!- Grito fuertemente, para llamar su atención y no solo de los adolescentes si no de los más pequeños.

    Provocando que los niños se asustaran por el grito que dejo escapara Seiya.

    -Seiya, no hagas eso, asustas a los pequeños- El peliverde actuando bastante maternal con los pequeños junto a él, que se aferraron a su ser, más la pequeña se sorprendió por aquel ruido fuerte, despertándola.

    -Si Camil comienza a llorar, te hare pagar- El cisne ya amenazaba con congelar al pony y dejarlo ahí por todo el día.

    -Pero… ¿Cómo voy a ayudar, si la cita será doble y yo no tengo con quien ir?- También quería estar en el momento de que para, algo chismoso el pony a veces.

    Volviendo a su estado de siempre sonriente y tranquilo.

    -Entonces, ¿Una salida como amigos todos?-

    -Aun así, Seiya haría un muy mal quinteto- Sonrió a medias, le gustaba hacer enojar al Japonés.

    -¿Y si pensamos en otra cosa?- Frunció el ceño.

    -Mi hermano llegara pronto, así que él podría unírsenos- Mociono aquello tan feliz.

    Pero uno de ellos comenzó a sudar frio, incluso respirando demasiado agitado, y apretando un poco el puño.

    Sin duda se notaba que no se lleva para nada bien con su cuñado.

    -Está bien… Pero ¿A qué viene? Usualmente él prefiere ser demasiado solitario- Pegaso no le daba mucha importancia al tema.

    -Aioria, el patriarca, la señorita Atena, le dijeron que es necesario que egrese al santuario para que comience su entrenamiento formal para convertirse en algún futuro en el siguiente caballero dorado de Leo- La explicación corta y sencilla, servía para explicar lo necesario.

    -Genial- Suspiro cansado –Ahora tendré que cuidarme de que no me mate tu hermano, mi hermoso conejito- Lo sujeto con fuerza, para que se recargara en su pecho.

    -Mi hermano no te matara, tranquilo- Lo beso en los labios de manera casta y dulce.

    -Si tú lo dices- Rio nervioso, ante aquella nueva noticia, pero es algo demasiado cruel para el cisne.

    Sin embrago y por el momento tienen un plan, que podría ser bueno y ayudarles a que Shiryu y la joven Shunrei estén juntos, pero que funcione depende de que todas las condicione se reúnan y sean cumplidas.
     
  3. Threadmarks: Capitulo 3 (Dos Planes)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    1684
    ---Al día siguiente---

    -Vamos Shiryu- Seiya empujando al pelinegro, para ir al templo de Libra de hecho es el lugar donde ahora vive por su entrenamiento.

    -Seiya, por favor…- Trataba de escapar, pero el castaño no se lo permitía, pues debía animarse a invitarla de una vez.

    -Si no lo haces ahora, de seguro nunca lo harás- Sonreía, mientras lo sigue “Animando” para llegar el séptimo templo, pues es parte del plan que ha elaborado.

    -Pero… ¿Y si está ocupada?- Bajo la mirada, algo nervioso.

    -Y ¿Si no lo está?- Pegaso lo contesta con otra.

    -Shunrei vino a ver a nuestro maestro, digo padre… No ha verme a mí- Respondió esto, suspirando triste.

    Lo que provoco que el castaño se detuviera en seco y lo mire de arriba abajo -¿Es enserio que crees eso?- Se cruzó de brazos, incluso negando con su cabeza las ideas de su mejor amigo.

    -¿Crees que vino a verme a mí?- Se sonrojó al pensar en esa posibilidad.

    -Pues te puedo asegurar que no ha venido a ver los entrenamientos- Se encamino para seguir conversando con el pelinegro, hasta llegar a la entrada de Libra.

    -Es cierto que a ella no le gustan las peleas, y siempre esta angustiada por nosotros- Comenzó a sentirse algo mal, por recordar las veces que la debió preocupar –Sería mejor que no lo haga… Solo la hago sufrir por mi deber de caballero- Su mirada se tornó melancólica, es lo que menos desea hacerle a la joven.

    -Escucha, aun así… Ella se ha quedado a tu lado, como amiga o lo que sea… Está contigo, si eso no es una prueba de que te quiere- Se quedó pensativo, cruzado de brazos, con los ojos cerrados –No sé qué es- Sonrió, para darle un último empujón.

    -Solo espero que sea feliz- Sonrió con timidez.

    -Bueno… Entonces…- Suspiro para tomar aire -¡¡¡SHUNREI, NECESITO HABLAR CONTIGO!!!- lanzo ese grito muy potente, para que la joven escuchara sin duda.

    Dragón abrió sus ojos asustado, incluso tembló un poco, y se dirigió al contrario -¡¡¡¿QUÉ ESTAS HACIENDO?!!!-

    -Solo ayudo a un amigo- Y con esas palabras se despidió, para ir templos abajo y dejar al de cabellos negros a la deriva.

    Susurro, pues sentía como la joven se acercaba –No, Seiya… Ven ahora…- Pero es demasiado tarde, el castaño se fue y la joven esta delante de él.

    -¿Eh?- Estando en la entrada de Libra, miro para todos lados, pero se sorprendió que no encontrará a quien la llamo, estuvo a punto de regresar dentro, hasta que noto los cabellos del caballero de bronce, detrás de un pilar -¿Shiryu?- Lo reconocería donde fuera, pero debía preguntar.

    Creo que el dragón no es tan bueno escondiéndose.

    Trago saliva, nervioso, pero suspiro sabiendo que no podía huir de esta y debe ser valiente para invitarla a salir, como sus amigos le propusieron.

    Saliendo de su escondite, sonriendo bastante nervioso, y sus mejillas sonrojándose pero trata de disimular.

    -Shunrei… Hola...- Saludo de la forma más relajada que pudiera o que sus nervios le permitieran.

    La joven sonrió de inmediato, sus mejillas también se tornaron carmín –Shiryu… ¿Tú me hablaste?-

    -Oh… Si… Perdón por el grito- Debía arriesgarse y seguir conforme el plan, agradece a veces lo imprudente que es el castaño.

    -No te preocupes- La joven se acercó un poco a Shiryu –Estaba durmiendo a la pequeña Anshin- Rio levemente –Pero por favor no lo hagas de nuevo, podría asustarse-

    Sonrió al verla reí, sin duda es algo que lo llena de felicidad –Tranquila, no volverá a pasar- La miro atentamente.

    Ambos en medio de ese espacio-tiempo, con una ligera brisa cálida símbolo de la primavera, como si solo existieran ellos dos.

    Se podrían quedar mirándose así por mucho tiempo, pero Shunrei está más interesada en saber por qué la llamo.

    -¿Ehm… Shiryu?- Sonrió bajando la mirada, con un ligero sonrojo –¿Me hablaste para algo?- Esta intrigada por aquel grito, sin duda sonaba desesperado, pero aún le cuesta pensar que ese joven lo provocará.

    -Oh… Si… Lo que pasa…- Bajo la mirada, rascando su nuca, tratando de pensar en que decirle, pues se supone que el plan es invitarla algún lugar el día de mañana, pero…Toda su practica con sus amigos se fue a la basura por los nervios.

    Puede ser tan valiente y sabio en muchos otros aspectos de su vida, pero en el departamento del amor… Está en blanco para seguir.

    -¿Si?- Dedico una linda sonrisa, mirándolo atenta, pues presiente que es lo que puede decirle, después de todo algunos tienen la capacidad de predecir cuando algo hermoso puede pasar.

    -Bueno… Quería preguntarte si… Ya sabes…- Solo repetía algunas palabras, frases que pudieran no tener tanto sentido, pero… Intenta esforzarse.

    Aunque para este punto, obviamente Seiya no se fue del todo, los otros jóvenes de bronce están prevenidos por algún problema que llegara a surgir y se dan cuenta que necesitan implementar el plan B, si el A no se logra hacer.

    -Sigue muy nervioso…- Negó con su cabeza, girando sus ojos, suspirando, mirando hacia donde ambos están y como algunos caballero no han desarrollado la capacidad de comunicarse vía cosmos, tiene unos comunicadores para esta misión –Creo que ahora depende de ustedes- Sonrió divertido por los intentos de armar alguna oración de su amigo y fallando en ello.

    Aunque la pelinegra, no se aburría de escuchar incongruencias de parte del dragón.

    Podría hacerlo todo el día, si tiene importunidad.

    Además que ver a Shiryu sonrojado es algo que le gusta tanto.

    Pero se necesita apurar un poco este evento.

    No paso mucho, cuando de los templos superiores fueron bajando Andrómeda y el Cisne, muy casuales, tranquilo, conversando disimuladamente.

    Para que al final de Libra se logren topar con cierta linda pareja aun no formada del todo.

    Aún seguía haciendo su mayor esfuerzo en invitarla, pero no lo logra aun.

    -Hola Shunrei, hola Shiryu- El peliverde sonriendo, mirando a ambos yendo de la mano con su pareja.

    -Hola- El saludo del Ruso tan tranquilo y frio, pero sonriendo pues le parece divertido la timidez del dragón.

    -Hola- La joven saludando a los otros dos, dedicándoles una linda sonrisa.

    -Hola… Amigos…- Para Shiryu la presencia de ellos dos, no podría significar algo muy bueno.

    -¿Cómo están?- Algo no muy propio de Hyoga andar preguntando cosas que no le interesan, pero es de las pocas veces que pueden actuar como adolescentes normales, lo que en su vida puede representar.

    -Muy bien- La joven Asiática respondió tranquila.

    -Bien...- No estaba entendiendo del todo, sin duda algo están tramando ellos y lo puede sentir.

    -Qué bueno- La voz algo nerviosa de Shun, sin duda da una pista -¿Tienen algo que hacer mañana?- Soltó la pregunta de golpe, mirando a ambos.

    -Bueno… La verdad es que no tengo nada planeado para mañana- La joven miro a los tres hombres -Solo estar en el templo de mi padre y… Cuidar a la pequeña Anshin- Decía dedicándole una sonrisa al pelinegro, porque comprendió que eso era lo que deseaba preguntarle desde hace rato.

    -¿Y tú Shiryu?- El rubio está aguantándose la risa, pues su amigo esta algo molesto, porque ahora está más consciente de sus planes.

    -No, no tengo nada que hacer, solo entrenar en la mañana- Cruzo sus brazos –Así como ustedes, con sus maestros-

    -Entonces, están libres en la tarde- Levanto sus brazos para enfatizar -¿Les gustaría ir a un día de campo con nosotros?- Allí está el primer plan que organizaron a escondidas, y que no le dieron la oportunidad al pelinegro de escuchar con anterioridad.

    La jovencita abrió sus ojos con sorpresa, pues nunca se imaginó que eso podría pasar.

    -Pero, ¿No estaríamos molestándolos?- Shunrei hablo, pues conoce que ellos son novios y pensaría que harían mal cuarteto.

    -Para nada, Shun quiere hacer esto, pues su hermano regresa mañana y quiere festejarlo de esa manera- Reveló el “Supuesto” motivo.

    -En ese caso, por mí no existe problema alguno- La joven miro al pelinegro, sonriendo colocando una de sus mano delante de sus labios -¿A ti te gustaría ir Shiryu?- Parece que al final ella fue la que hizo esa pregunta que se supone el pelinegro debió realizar.

    Pero seamos sinceros ahora no deben existir esos antiguos protocolos, si alguien te gusta, solo aprovecha los momentos si se presentan, pero siempre teniendo precaución.

    Apenas si salió de su pensar, dándose cuenta que todo eso de invitarla, fue para distraerlo y realizar otro plan completamente contrario a lo que le platearon.

    Con esto no volvería a subestimar a sus compañeros de arma en estos casos.

    La dulce voz de Shunrei lo devolvió a la realidad.

    Al verla, con esa hermosa sonrisa, esperando su respuesta, sabe que no puede negarse a nada.

    -Sí, me parece bien, hace tiempo que no vemos a Ikki- Dedico estas palabras, tratando de disimular su sorpresa combinada con algo de molestia por no haberle informado de este plan.

    -En ese caso, nos vemos a las cinco en el coliseo y de allí, podemos ir cerca del lago, y comer algo- Andrómeda solo lanzaba hermosas ideas, que la pelinegra acepta, pues solo se imagina ese instante con su ser amado.

    -Claro- ¿Ya que más podía decir? Después de todo reconoce que no es con ninguna mala intención, entiende que tiene limitaciones para ciertos temas.

    Ahora solo debe esperar que esa cita que han programado, salga mejor de lo que su propuesta hubiera sido.

    Incluso si hubiera podido realizarla con existo, no tenía muchas ideas de donde llevarla.

    Pero ahora con esto, ya podría ayudarse a saber que decirle o hacer.

    No puede ser que todo este tiempo lograran convivir como hermanos, y luego amigos, pero ahora que el caballero de dragón se anime a dar el próximo pasó o por lo menos hacer otro movimiento en la cita de mañana.

    Agradece a sus amigos que lo apoyen de esta manera.
     
  4. Threadmarks: Capitulo 4 (La Familia)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    2101
    Al final la joven Shunrei lo invito de cierta forma al día de campo que tendrán sus amigos.

    Pero obviamente debe de interrogar a sus compañeros de armas,

    Pues que se atreverían a realizar un plan de esa manera sin aviso lo tomo tan desprevenido, que debió haberse visto como un tonto enfrente de la joven pelinegra.

    ---En el coliseo---

    -¿Por qué no me dijeron nada?- Dragón mirándolos con el ceño fruncido, pero tratando de guardar la calma.

    -Perdón Shiryu, pero si te decíamos algo, posiblemente no habrías querido- Andrómeda, bajo la mirada algo triste, tratando de excusarse.

    -Seamos honestos, tu no estabas haciendo un buen trabajo- El rubio defendiendo a su pareja, para que no lo hiciera sentir mal.

    -Eso…- Apretó su mandíbula pues es verdad -¿Cómo supieron que me estaba yendo tan mal?- Su mirada se tornó triste, se da cuenta de lo patético que es.

    -Seiya nos dijo- Hyoga no tenía por qué mentir.

    Sonrió tan tranquilo –El lado positivo es que ya no tienes que preocuparte por invitarla, ya paso y aunque ella lo hizo, tienes programada una cita con ella- La persona que ve siempre el lado bueno, ese Pegaso lo hace perfectamente.

    Pero aun con el apoyo de sus amigos, se da cuenta de las limitaciones y que es un caso perdido, si no es capaz de hablar con la joven que robo su corazón, para lograr tener una convivencia más romántica.

    ¿Qué caso tiene que los demás lo ayuden?

    Parece como si todo le saliera mal al intentarlo por sí solo.

    -No se… Por qué me pongo tan nervioso y olvide todo lo que practicamos para hablarle- Dijo estas palabras, bastante derrotado.

    Los otros tres lo miraron algo compadecidos por la situación del pelinegro, queriendo animarlo de alguna forma.

    -Te pones nervioso porque quieres mucho a Shunrei- Shun es el más indicado para consolarlo, siempre ha sido capaz de interpretar los sentimientos ajenos y apoyar a sus amigos.

    -Pero… A veces creo que soy tan tonto, y no puedo hablar bien, me siento como si no mereciera estar con ella, la hare sufrir por mi deber de caballero- Hablo con la verdad, sus miedos e inseguridades, serán los mismo hasta que logre ser valiente.

    -Todos somos tontos en cuanto queremos decir nuestros sentimientos- Cisne hablo, con algo de sonrojo en sus mejillas, desviándola mirada.

    Tanto Shiryu y Shun, lo miraron tan atentos, no comprendían a lo que se refiere.

    -Ja, ja, ja, ¿Te refieres a la vez que estabas practicando frente al espejo como declárate a Shun y al abrir la puerta te golpeaste contra el mismo y lo rompiste?- El castaño recordando se suceso como si fuera la cosa más divertida del mundo.

    Pero sin duda a eso no se refería el joven rubio, pero reacciono bastante enojado.

    -¡¡¡NO ME REFERÍA A ESO!!! ¡¡¡PERO POR TU CULPA ROMPÍ ESE ESPEJO Y ME CORTE PARTES DEL PECHO!!!- No tiene tan lindos recuerdos de esa vez -¡¡¡MI MAESTRO ME PEGUNTO VARIAS VECES QUE ME PASO Y ME DABA MÁS VERGÜENZA DECIRLE LA VERDAD QUE MENTIRLE!!!-

    -Ja, ja, ja, perdón, pero necesitaba que me ayudaras- De nuevo se excusó tan tranquilo.

    -Ya veras, aun me falta hacerte pagar- Lo miro enojado, porque esa vez si le costó caro.

    -Me habéis dicho que te lastimaste por cuidar de que Camil no se hiriera con unas espinas y te fuiste contra ellas- El peliverde lo miro algo confundido, pues siempre le ha creído al rubio de manera ciega, y ahora resulta que le mintió en algo así.

    La cara del cisne se ruborizo, cruzado de bazos, aunque sean pareja, se siente tan avergonzado por que revelará esa verdad.

    -Es que… No quería que supieras que estaba practicando para declarar mis sentimientos-

    Eso le pareció tan dulce de parte del Ruso, que no dudo en abrazarlo y sonreír por escuchar el latir de ese corazón.

    -Es algo muy lindo- Beso la mejilla izquierda de Hyoga, pues le da pena darle uno en los labios delante de los demás.

    En cambio Hyoga no es de apenarse por eso, y abrazo a su novio, lo atrajo hacia él, dándole un sutil beso en los labios.

    Debía aprovechar pues Ikki volvería al santuario mañana y por lo que se sabe puede ser que se quede para entrenar con Aioria.

    Esto logro sacar una sonrisa de parte del pelinegro.

    Pues quisiera ser así de valiente para poder declarársele a Shunrei y lograr abrazarla con ese intenso amor que sus amigos se tienen.

    -Yo no sé nada de romance- Hablo Seiya tan tranquilo, cruzando sus brazos detrás de la cabeza –Pero por un amigo hare lo que sea para que estés con Shunrei- Sonrió confiado –Y si le ponen mi nombre a su hijo con eso me pagas- Rio de manera burlesca, por el chiste.

    -Atena nos libre de que exista otro Seiya- Cisne hablo, pues estando más pendiente de su novio, está listo para molestar al castaño.

    -Hyoga no digas eso- Shun rio, le pareció algo gracioso el chiste, pero también cruel.

    -¿Qué tiene de malo mi nombre?- Cruzo sus brazos algo molesto –Yo digo que es muy bonito- Inflo sus mejillas como un niño chiquito.

    Las risas no faltaron por esta demostración de que Pegaso es el más infantil de los cuatro.

    Entre ese ambiente, se daba cuenta que esos tres jóvenes de bronce, lo van a apoyar de cualquier forma posible.

    Si no le comunicaron lo del plan B, sabe que era para darle valor, pero teniendo en cuenta que si falla, ellos están dispuestos a ayudarlo.

    Al final está logrando salir con ella, debe estar tranquilo, si desea expresar lo que siente, tomara cada oportunidad y el valor para decir sus sentimientos.

    Si ella lo rechaza lo aceptara, pero no podrá dejar de amarla nunca.

    -Gracias amigos- Sonrió, dedicándole estas palabras a los tres.

    -Te ayudaremos en todo lo que podamos- Sonrió Shun, comprendiendo que el pelinegro aun siente temor en su corazón.

    -De esta forma, estarás en un ambiente más relajado, podrás actuar más casual, para poder convivir con ella- Hyoga explico la meta del plan B.

    -Y si se torna algo incómodo, hacemos que Ikki se enoje con Hyoga para que tengamos algo de que reinos El pelicastaño, ya tiene hasta un Plan C, por si todo se vuelve caótico.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!!- El rubio jamás acepto esto.

    -Vamos Hyoga es por un amigo y…- Sintió como el cosmos del otro empezó a volverse muy amenazante, abrió sus ojos con algo de miedo –No, espera Hyoga- Miro al peliverde –Shun dile…-

    No pudo terminar de decir la frase, cuando sintió como el frio aire de su camarada comienza a rodearlo, sin duda debe escapar hacia cual quiere lugar antes de ser encerrado en un ataúd de hielo.

    -¡¡¡VUELVE AQUÍ MALDITO PONY!!!- Y acto seguido salió corriendo detrás el castaño.

    Andrómeda y dragón quedaron mirando la escena que montan los otros dos, sonriendo uno y el otro preocupado.

    Pero antes de tener que detener a su novio, el peliverde se dirigió al contrario.

    -Shiryu, parece que no te dieras cuenta, pero… Shunrei de verdad te quiere mucho, solo trata de relajarte, y no pensar demasiado las cosas- Le sonrió, para ir a ayudar a Seiya en no quedar congelado.

    Esas palabras del peliverde le llegaron al corazón.

    Tal vez es verdad, no lo noto… No se ha dado cuenta, y puede que exista la posibilidad tan grande, pero… Teme arruinarlo.

    Sabe que Shunrei quiere una vida normal, pero… Es imposible, sabe que el amor y el deber lo llevaran por caminos separados, pero… Quiere intentar que funcione, de cualquier forma, desea tener ambos destinos.

    Es egoísta de su parte, hacer que ella acepte una vida en que estará preocupada, pero… También entenderá, que él no puede renunciar a una parte de su ser, como también que no se dará por vencido por ella.

    -Me esforzaré más- Murmuro estas palabras, sonriendo, podría ser que tuviera un poco más de valor pero el miedo aún sigue, sin embargo lo tratara de manejar de la mejor forma posible.

    ---Al día siguiente (Templo de Libra)---

    -¿Por qué tardaron tanto?- El patriarca bastante molesto, mirando a los dos dorados que acaban de llegar.

    -Perdónenos papá, es que…- El carnero dorado, no sabía que decir o hacer, sus mejillas están muy rojas por que sin duda está tratando de inventar alguna mentira, pero no es bueno en ello.

    -Nos entretuvimos un poco- El rubio de inmediato en defensa de su esposo, y dejar los reclamos del Patriarca/Suegro.

    -¡¡¡NO EXISTEN ESCUSAS!!! ¡¡¡TARDARON DOS DÍAS, CASI TRES DESDE SU MISIÓN!!!- Frunció el ceño, bastante enojado con ambos, aunque la cólera dirigida con mayor intensión a Virgo.

    -Mi borreguito cálmate, no pasa nada- Dohko trata de contener la furia del amor de su vida, mientras lleva a la pequeña niña en brazos.

    -Mi pequeña- Por esa razón habían decidido ir directamente a buscar a los mandamases en cuanto llegaran, no podían esperar por ver a su hija.

    Obviamente Mu de inmediato la cargo, para darle el amor que tuvo que contener por la semana de misión.

    -Hola Anshin- Sonrió al ver a la pequeña niña.

    -Mami, papi- La rubia sonrió al verlos de nueva cuenta, y abrazándose a Mu, tomando la mano de Virgo, quien la saluda con ternura.

    -Mi pobre nieta estuvo muy preocupada por ustedes, en verdad quería verlos- Shion sigue con su número de suegro enojado por tardarse más de la cuenta.

    Pensando que posiblemente Virgo influyo a su amado alumno en tardarse, pero a la vez los ha conocido desde niños, no dejarían a su hija por dos días, solo por placer.

    Creyendo que si paso algo que los entretuviera, pero aun así… No se los perdona fácil.

    -Lo siento- Sin duda se sintió mal, por tardar y saber que su bebe sufrió en su ausencia extrañándolos.

    -Descuida hijo, a veces así pasa en las misiones uno se tarda más de la cuenta, entiendo que no fue por motivos personales- Tomo las manos del peliverde, que aun mira furioso a Shaka –Deben de entregar su reporte lo antes posible, pero mientras vallan a sus templos y pasen tiempo con Anshin que los estaba extrañando mucho, aunque Shion, Shunrei y yo la cuidamos muy bien-

    -Gracias viejo maestro- Virgo asintió, ante las palabras del castaño.

    Sin duda Dohko debe recordar algo de su juventud, de cuando cometía también sus errores y tardaba algo en misiones con cierto carnero.

    Pero si se sigue insistiendo, ese no es el caso de Aries y Virgo actuales.

    -¿Shunrei ha venido al santuario?- Cargando a su pequeña, se sorprendió al saber que su hermana menor, se encuentra allí.

    -Sí, ha venido pues desea pasar su cumpleaños con nosotros- El castaño sonriendo tan feliz porque en ese momento casi toda su amada familia se encuentra en el santuario, y como quiere disfrutar ese día que cada vez se acerca más.

    -Es verdad, ella cumple el veinte de abril- Asintió feliz, mientras su pequeña lo abraza más fuerte, mirando al rubio que le sonríe, prefiriendo mantenerse al margen de esta situación.

    -Ya habrá tiempo de hablar del cumpleaños de la pequeña Shunrei- Hablo el patriarca, que sigue bastante molesto –Ahora vallan a sus templos y hagan el reporte, lo quiero para esta tarde a mas tardad- Cruzado de brazos.

    -Si papá- Sonrió algo apenado, pero comprende su sentir.

    Algún día Mu estará igual de preocupado por Kiki cuando tenga que cumplir misiones, igual con su pequeña Anshin.

    -Como ordene patriarca- Asentía en silencio.

    -Padre- Se dirigió esta vez a Dohko -¿Dónde está Shunrei?-

    -Ella fue a un reunión con los de bronce, regresara para la tarde- Hablo tan despreocupado, pues sabe que no podría estar más a salvo que con esos jóvenes.

    -¿Los esperamos para la comida?- El patriarca desvió su mirada, pues sin duda le gustaría también pasar tiempo con su hijo mayor.

    Miro de reojo al rubio, este solo asintió dándole a entender que lo que decida el aceptará.

    -Si- Dedico una sonrisa.

    -Entonces váyanse de una vez, para que tengan todo listo- Puede estar feliz de verlos, pero aún sigue en plan molesto.

    Ambos dorados asintieron y se retiraron con su pequeña segunda hija en brazos, que la rubia está sumamente feliz de tenerlos con ella.

    Ya solo falta el no tan pequeño Lemuriano para completar esa hermosa familia.

    Sin embargo ¿Qué estará pasando en el día de campo?
     
  5. Threadmarks: Capitulo 5 (Día De Picnic)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    2532
    Bueno, a primera hora del día, o más bien alrededor de las nueve de la mañana.

    Shiryu y Shunrei comenzaron su caminata rumbo al lugar que pactaron con los demás.

    Obviamente el caballero de Libra les pregunto si no almorzarían con ellos, pero le informaron que tendrían una salida con los demás de bronce, por la llegada del Fénix.

    A Dohko le pareció bastante bien, sin duda conoce los sentimientos de los dos niños que crio como suyos de hecho, para él en su corazón son sus hijos, y además también hijos de su amado Shion.

    Por fin está viviendo con el amor de su vida, y quiere disfrutar todo relacionado con la familia.

    Ahora lo que está pensando seriamente, su alumno está tardando mucho en expresar sus sentimientos hacia la joven Shunrei y eso obviamente siente que lo deja muy mal como padre, maestro y caballero de Libra.

    Suponiendo que siempre los séptimos guardianes están destinados con los primeros o bueno eso es lo que sea a creído por algunas evidencias.

    Ya que Mu rompió esos estereotipos al momento de enlazar su vida con Shaka.

    Pero está bien, pues estamos hablando de Shiryu un Libra que está enamorado de su Aries, la joven Shunrei, ella le corresponde, pero… Existen aún trabas para lograr decir lo que sienten, veremos si la idea de sus amigos funciona.

    ---En el bosque---

    Llegaron y a los primeros que se encontraron son a Shun y Hyoga, que están preparando el día de campo.

    Colocando una manta bastante grande para que todos puedan sentarse y estar cómodos.

    -Buenos días- El peliverde saluda a ambos.

    -Buenos días- Con su hermosa sonrisa y energía, la joven contestó.

    -Buenos días Shun y Hyoga- Sonrió, aunque sus mejillas están rojas, pues durante el camino trato de hacer una conversación bastante amena con la joven, pero los nervios le ganaron en varias ocasiones.

    Provocando que chocara con algunos pilares de los templos, con otros caballeros que sin duda les pareció muy raro ese comportamiento en el dragón y hasta una caída del templo de Cáncer hasta Géminis.

    Por esa razón venia algo lastimado, pero se recupera rápido.

    -Hola- El rubio salud, pero parece no estar muy animado, pero en si no es por la misión, si no por otra razón.

    -¿Cómo amanecieron?- Andrómeda tratando de hacer una conversación tranquila, para entrar en confianza.

    -Bien, estaba ansiosa por esto- Se acercó la pelinegra al otro -¿Puedo ayudar?-

    -Claro que si- Shun contestó rápido, teniendo una excusa para entablar una conversación con la joven.

    Comenzando ambos a sacar el contenido de la canasta, en su mayoría postres, será un día de campo bastante dulce, y ese es el plan.

    Pero obvio algunos alimentos más sanos, conteniendo en su totalidad alimentos de origen Japonés y Chino.

    El pelinegro quiere ayudar, pues desea tratar de estar más cerca de ella, más el rubio tiene otros planes.

    Que esta parece andar teniendo buenos planes de repente.

    -Oye Shiryu… ¿Puedes acompañarme?- Le pregunto bastante serio.

    -¿He?- Se giró para ver a la joven y luego a su amigo, algo confundido por la propuesta, pues se supone que debería estar con ella.

    -Ven, necesito decirte algo- Lo jalo un poco.

    -Esta… Bien…- Entendió que es algo importante, así que acepto, solo unos metros de distancia.

    Esto lo noto Shun, comprendiendo que tiene luz verde para continuar.

    -Oye Shunrei- Le hablo calmado, con su hermosa sonrisa, mientras coloca unas piedras en cada esquina de la manta para que no vuele.

    -¿Si?- Respondió con algo de timidez, casi no ha convivido con esos jóvenes, pero quiere también integrarse a ese singular grupo.

    -Tú y Shiryu fueron criados dese pequeños juntos ¿Verdad?- Tratando de sacar tema de conversación para ir hasta el verdadero punto.

    Ella sonrió, colocando unos platos sobre la manta –Si, bueno… Yo fui criada por el viejo maestro… Bueno mi padre- Rio nerviosa –Y Shiryu llego cuando tenía seis años… Fue cuando lo conocí- Sus mejillas comenzaron a sonrojarse, y sus manos temblaron con algo de nervios.

    Esto lo noto de inmediato el peliverde, mirándola con detalle y comprendiendo más de la joven.

    -Shiryu, ¿Siempre ha sido muy tímido?- Lo hablo sin pensarlo, algo que incluso asombro a Andrómeda.

    -Bueno… Si algo…- Respondió de inmediato -¿Por qué la pregunta?-

    Suspiro, pensando que si sería bueno pedirle ayuda a alguien –Pues… No se… Tal vez estoy sobre evaluando la situación, pero… He notado que él… Esta algo preocupado o nervioso por alguna razón… ¿Algo está ocurriéndole?- Interrogo con su mirada triste.

    -No creo que le pase nada malo- Sonrió tratando de disuadirla cualquier situación.

    Bajo su mirada, con las manos temblorosas, y mirando hacia donde está el pelinegro con el rubio, hablando de algo que pone apenado a su amigo, casi hermano y ahora interés amoroso.

    -Sabes… ¿Si le gusta alguien?- pregunto, temiendo conocer la respuesta.

    -¿He?- Nunca creyó que quedarse un momento a sola con ella, sería tan bueno y ahora que tiene su confianza seguirá su plan.

    Suspiro, poniéndose más roja de lo usual, y cubriendo su rostro –No, nada… Yo… Olvida lo que dije por favor-

    -Shunrei… Creo que a Shiryu le gusta alguien- Dijo esto con una gran sonrisa –Pero es muy tímido para hablarle-

    -Oh…- Bajo la mirada algo triste, pensando que la chica de la que habla no es precisamente ella.

    -A ti… ¿Te gusta Shiryu?- Le hizo aquella pregunta, esperando la respuesta deseada.

    -¡¡¡¿EH?!!!- Levanto su vista, más roja que la grana, casi como si se fuera a desmayar –Yo… Digo… A mi… Bueno…- No sabe que responder, es amigo de su interés amoroso, acaba de enterarse que le gusta alguien y teme no ser correspondida.

    Sonrió, tocando el hombro de la pelinegra, para darle ánimos –Creo que puedo entenderte-

    -¿Enserio?- Levanto su vista, para encontrarse con los ojos de Shun.

    -Yo también… Me ponía nervioso cuando me peguntaban si me gustaba Hyoga… Y la verdad… Nunca fui capaz de decir que si, hasta que me hablo él de frente- Parece que sus ojos destellan por el recuerdo de aquella época no tan lejana de estar entre el miedo y la confusión de no ser correspondido.

    -Y ahora veo que son muy felices- La joven trata de cambiar el tema, para que no se centre en algo privado, aun no tiene esa confianza de hablar con Andrómeda.

    -Sí, lo somos- Sonrió enternecido y sonrojado –Y sé que algún día tú lo podrás ser con Shiryu-

    -¿Qué?- Hablo tan apenada, que de verdad deseaba que la tierra se la comiera.

    -Puedo darme cuenta de lo que sientes- Le dedico una sonrisa para reconfortarla –No tengas miedo, si te gusta Shiryu, deberías… Tratar de decírselo o darle alguna señal de que te interesa- De todos es el que da mejores concejos de amor.

    Además que para este punto, está creyendo que ella tendrá más valentía en confesarse que el dragón.

    Suspiro, con una linda sonrisa –Quisiera hacerlo… Pero… Si Shiryu ama a otra persona… Yo..., prefiero verlo feliz con…

    -Shunrei- Le sonríe –Te puedo asegurar que…-

    En ese momento, ambos jóvenes regresaron de su breve conversación, con el pelinegro el cual está más rojo que un tomate.

    Esta la joven a punto de preguntar qué le ocurre, pero… En eso llegaron los otros dos que faltan.

    Seiya sonriendo, tratando de calmar al Fénix, pues no viene de muy buen humor.

    -Oh vamos Ikki, es normal que Aioria quiera que entrenes- Le daba algunas palmadas en la espalda.

    -¡¡¡NO ME TOQUES BURRO ALADO!!!- Sí que esta fastidiado, y con tantito es capaz de explotar.

    -¿Qué ocurre hermano?- Shun mirando algo preocupado al peli azul, para él es algo importante saber que ocurre.

    Se sentó desganado, a lado del peliverde, ignorando casi a todos.

    -Aioria quiere que me quede a entrenar todo el tiempo en el santuario y eso no me gusta- Se cruzó de brazos, mirando enfurecido al suelo.

    -Bueno, es importante… El entrenamiento, algún día serás el caballero de Leo y debes hacerlo- Le palmeo la espalda.

    Bufo bastante molesto –Lo pensare- Y giro su vista hacia ambos pelinegro.

    -Hola Lagartija- Saludo al Dragón con un poco más de cortesía –Hola- Y así saludo a la joven, no la conoce, pero no es irrespetuoso con ella.

    -¿Hola?- Ella Sonrió nerviosa, pues no conocía a ese hombre.

    -Él es Ikki, el caballero de bronce del Fénix y es el hermano mayor de Shun- Shiryu presento al peli azul, sentándose a lado de la joven.

    -Oh, mucho gusto- Reacciono mejor, pero prefiere quedarse algo alejada, el humor de Ikki sin duda se denota como algo no muy bueno.

    -Ikki, ella es Shunrei, fue criada por el viejo maestro, y nos conocemos desde que llegue a cinco picos y…-

    -Entiendo- Sonrió maliciosamente –Es tu novia ¿Verdad?-

    -¡¡¡¿EH?!!! Yo…- Los nervios le invadieron, como cualquier joven de su edad, que le dicen eso de la chica que le gusta, y más delante de ella.

    -¿Quién quiere comer?- El rubio de inmediato intento intervenir para ahorrarle la vergüenza al dragón.

    -¡¡¡YO!!!- Levanto la mano como en la primaria, sonriendo emocionado.

    -Aquí tienes- Le extendió un recipiente con algunos rollos primavera.

    -¡¡¡QUE DELICIOSO!!!- Seiya no esperaría, para comer, pues ha estado guardando su apetito.

    -¿Quieres que te sirva algo en especial Shiryu?- La joven pregunto sonriendo.

    -Lo que tu escojas está bien- Le respondió nervios, mirando para otro lado -¿Quieres que te sirva algo para beber?-

    -Un poco de jugo de manzana, estaría bien- Mientras prepara el platillo para dárselo al pelinegro.

    Para ambos la atmósfera está bastante agradable, pero los nervios no pueden faltar.

    Cuando ella le dio el plato, justo el dragón se giró con el vaso de jugo y por su torpeza, golpeo donde la comida se transporta, provocando que el líquido cayera sobre ella.

    Esto siendo visto por la pareja del rubio y peliverde, uno palmeo su cara de decepción, mientras el otro suspiro sonriendo.

    Seiya por su parte ni presta atención está en la hora del almuerzo y es sagrada.

    E Ikki… Él está entre ver la situación, y vigilando que Hyoga no se pase de listo con su hermanito.

    -Oh Shiryu… Deja te preparó otro y…- Ella sintiéndose algo culpable, por la situación, está dispuesta para cambiarlo, pero.

    -No, está bien- Hablo con la cara roja, extendiéndole el vaso, y tomando el plato.

    -Pero… Está lleno de jugo y…- Queriendo protestar.

    -Me gusta la comida con jugo de manzana- Hablo sin pensarlo y depuse se daría cuenta de lo tonto que sonó eso.

    Esto consterno a la joven, pero no pudo hacer nada, pues en menos de un segundo Shiryu ya comía de ese plato de todo un poco, cubierto de juego de manzana.

    Como si nada, lo comió, tratando de no ser el centro de atención.

    Ella no dijo nada más, pero sonrió un poco pues le hace recordar en aquella época cuando niños y Shiryu nunca le gusto desperdiciar comida, siempre comía todo lo que le daban, incluso si estaba mojado por jugo que usualmente él llegaba a derramar.

    Paso un rato, los seis intentando hacer una plática amena, que es bastante difícil con Ikki frunciendo el ceño y cada demostración de afecto para su hermanito de parte del novio, la reprueba, gruñendo bastante fastidiado.

    Habían planeado algunos juegos, pero antes debía poner a prueba alguno de los concejos que Hyoga le dijo.

    Suspiro, cerrando sus ojos, Shunrei sin duda se había logrado llevar bien con Shun, conversando un poco.

    Así que lo internaría de una vez.

    -Shunrei… Luces muy linda hoy- Le dijo esto, algo apenado, pero con una sonrisa.

    -Muchas gracias- Solo bajo su mirada, una sonrisa tierna dejo relucir, moviéndose un poco el cabello.

    En esta ocasión ella decidió lucir su cabello suelto, aun atado pero sin trenza, para cambiar un poco.

    -¿Cómo supo la comida con jugo de manzana?- Intentando llevar la conversación.

    -Mojada, pero… No estuvo mal- Respondió, dedicándole una sonrisa.

    -Ja, ja, ja, el jugo de manzana combina muy bien con todo- Rio, poniendo su mano delante de su boca.

    -Cierto, pero mi favorito es el de naranja- Se estaba empezando a sentir más a gusto con el ambiente.

    -Si quieres mañana preparo jugo de naranja- Conoce los gustos del pelinegro, y sabe cómo consentirlo de repente.

    -Entonces, ¿Te parece si... Mañana yo cocino algo?- Pregunto nervioso, pues no es precisamente el mejor cocinando.

    -Bueno…- Bajo su mirada apenada –No sé si nuestro padre… Te deje cocinar- Hablo nerviosa.

    -Ja, ja, ja, ja es cierto… Shiryu no es capaz de ni hervir agua- Seiya tan buen amigo.

    -Solo fue una vez- Refuto el dragón.

    La joven no hablo, si lo hacía… Podría dejar en evidencia al pelinegro y es lo que menos desea.

    -Lagartija, no puedo creer que de todos, no sepas cocinar tu- Miro al castaño –Ni que el pony alado te gane-

    -Cierto- Sonrió triunfante, pero después de un instante reacciono a lo que dijo el otro -¡¡¡¿CÓMO QUE PONY ALADO?!!!-

    Lo miro con cinismo –Eres un pony alado- Le dijo para fastidiarlo más.

    -¡¡¡SHUN!!! ¡¡¡DILE A TU HERMANO QUE NO ME DIGA ASÍ!!!- Busco de inmediato ayuda en el peliverde.

    Todo hubiera seguido igual, no están haciendo nada malo, pero ante los ojos del peli azul eso no es verdad.

    Pues el rubio, tiene su brazo alrededor de la cintura de Andrómeda, como lo que es su novio y no está tocando en ningún punto privado, solo es una forma de abrazarlo.

    -Hermano, por favor… No le digas eso a…- De inmediato se dio cuenta del semblante del mayor -¿Estas bien?-

    -¡¡¡MALDITO PATO!!!- Grito molesto -¡¡¡SUELTA A MI HERMANO DE UNA MALDITA VEZ!!!-

    Todos se asombraron por el repentino grito.

    -Ikki- Lamo el rubio, levantándose como lo hizo el fénix –Shun y yo somos novios, no tiene nada de malo que lo abrace- Está tomando valor, porque de verdad desea convivir con su pareja lo más normal posible aun estando el hermano de este –Debes de entender que ya no es un niño, además que nunca le haría anda malo y…-

    Hubiera funcionado, si no es que el cosmos del peli azul se empezó a volver bastante violento.

    -Así que quieres hablar conmigo- Sonrió, mostrando sus dientes, y apretando sus puños –Hablemos entonces-

    Y se fue directo a los golpes contra el rubio, en otras circunstancias Hyoga no contestaría, pero no está dispuesto a esto y desea respeto también, que entienda Ikki que Shun estará a salvo con él siempre.

    Cayendo ambos al suelo, y rodando entre una nube de polvo, justamente hacia el lago.

    -¡¡¡CUIDADO!!!-

    -¡¡¡HYOGA!!! ¡¡¡HERMANO!!!-

    -¡¡¡AY NO!!!-

    -Esto será divertido-

    Y solo fue cuestión de segundos, para escuchar un golpe de algo cayendo al agua…

    Creo que esta linda cita o reunión de amigos no salió muy bien.
     
  6. Threadmarks: Capitulo 6 (Besos)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    2260
    Después de esa pequeña pelea… Bueno seamos honestos el cisne sí que doy una excelente pelea, y conecto algunos golpes al rostro del Fénix, pero este no se quedó sin regresárselos.

    Tuvieron que intervenir desde luego Shiryu y Seiya, recibiendo algunos golpes perdidos por parte de ambos involucrados.

    Al final siendo reprendidos por el peliverde, que tuvo que alzar su voz y mostró su verdadera molestia por que dos personas muy importantes para él, estén discutiendo hasta los golpes.

    Así que la hermosa cita, y plan A, B y C… Quedo algo arruinado por un pequeño conflicto entre estos dos.

    Andrómeda se molestó mucho, llevándose a su hermano y novio a un lugar algo apartado para hablar seriamente con ellos, y que entiendan de una buena vez que…

    Uno, está en una relación con Hyoga, no es un niño y debe confiar en él

    Y Dos, que cierto rubio debe calmar sus reacciones explosivas contra el hermano mayor de su pareja y comprenda su sentir por proteger al menor.

    Mientras esto ocurre… Dan por terminado el almuerzo, y deciden ayudar a recoger o más bien la joven lo hace, pues los otros dos están empapados, y mojar todo no es una opción.

    Debían ir a cambiarse de inmediato, así que Seiya, Shiryu y Shunrei subieron los templos para llegar a donde les corresponde.

    -A pesar de todo… Creo que fue una buen almuerzo- El Pegaso sonriente, aunque está dejando su rastro húmedo, pero es agradable llegar a Leo para cambiarse, después de todo, su vida va del quinto templo al noveno, no olvida que le agrada mucho estar con su maestra, y si bien Aioros es ahora su mentor, a veces disfrutar estar en Leo haciendo de mal tercio.

    -Si… Fue bastante lindo, aunque…- La joven hablo algo apenada por lo ocurrido –Creo que Ikki es un poco impaciente-

    -No es malo, solo que tiende a ser bastante impulsivo y explosivo- Resalto el dragón, sosteniendo la cesta, suspirando pues se siente bastante decepcionado de que este día tan hermoso, termino algo mal.

    -Bueno… Eso dilo por ti…- El castaño hablo bastante desganado –Ahora que volvió, estará viviendo en Leo, así que me va a correr del templo… Y no es justo… Yo llegué aquí primero- Hizo un ligero puchero, antes de estornudar.

    -Oh… Salud Seiya- La pelinegra se sorprendió algo, pues esto tiene un significado.

    -Creo que te has resfriado- El pelinegro contesto, suspirando y pensando que va por el mismo camino.

    -Si… Ahora esto estará mejor…- Fue algo sarcástico, limpiándose con el dorso de su mano, bebo ir a secarme, nos vemos después Shunrei y Shiryu- Y un segundo estornudo lo acompaño, luego un tercero.

    -Descansa, y come algo caliente, eso ayudará a que te sientas mejor- La joven sonrió, y con un gesto se despidió, para seguir junto a Shiryu el camino.

    Antes de que se fuera el dragón, rápidamente el castaño lo detuvo.

    -Oye, de verdad te quiere- Le susurro.

    -¿Qué?- Este solo respondió, asombrado por la declaración.

    -Se preocupa por ti, te aguanto tu torpeza de derramar jugo sobre la comida, además cuida de tus amigos, es muy buena- Le palmeo la espalda, para darle ánimos –Te quiere Shiryu, no seas tan tímido y dile lo que sientes-

    El pelinegro lo miro detenidamente, algo sorprendido, pero de repente le sonrió, asintiendo, pues compendio a lo que se refiere.

    -Gracias Seiya- Con esta pequeña confianza, proporcionada por su mejor amigo, le hace perder más sus miedos, él mismo se dio cuenta, ella se rio de sus ocurrencias, le sonríe en todo momento y también noto el cambio de peinado que se hizo.

    Eso de seguro le da alguna pista, pero aún cree que es demasiado pronto.

    Valla caballero de bronce… Tiene las pistas más evidentes y aun quiere esperar… Pero bueno cada quien lleva su romance a su tiempo.

    El camino de regreso, ambos tranquilos, aunque la joven se apresura bastante preocupada, pues no quiere que Shiryu corra con la misma suerte que Pegaso y se enferme.

    Aunque el pelinegro aguantaría lo que fuera, por pasar más tiempo con ella, sus nervios parece un poco controlados en esta ocasión.

    Platicándole que ahora estas discusiones entre el cisne y el fénix se harán más cotidianas, por el amor fraternal tan grande que Ikki le tiene al pequeño Shun.

    -Creó que en cierta forma, es algo lindo que se preocupé así por su hermanito- La joven rio, sonrojándose por la cercanía con el otro.

    -Sé que es bueno, pero Ikki puede exagerar- Rio, mirándola con detalle.

    -Nunca lo había conocido antes, pero sin duda… Es un caballero bastante fuerte, pobre de Hyoga- Shunrei, negó con la cabeza.

    -Está acostumbrado- Levanto el dedo índice –Cuando se enteró que se formaron como pareja, hizo un pequeño escándalo y digamos que fue similar a como cayeron al agua, pero en vez de eso… El coliseo fue el escenario, terminaron llenos de tierra, Aioria y Camus tuvieron que intervenir-

    -Vaya… Sí que… Debió ser algo interesante de ver- Rio nerviosa.

    -Si lo fue… Y el castigo- Suspiro, acercándose más a la joven, que ni siquiera se dio cuenta cuando su mano rozo con la de ella.

    Por ese tacto enmudeció un poco, denotando su sonrojo.

    Ella sintió ese roce, y lejos de molestarla, solo sonrió y levanto su vista para encontrarse con los hermosos ojos del dragón.

    -¿Cuál fue el castigo?- Intentando seguir la conversación, para no apartarse del roce de las gentiles manos del pelinegro.

    -El… Castigo fue… Que… Limpiaran… Los doce templos… Y…- Ver ese hermoso rostro, teñido ligeramente por el rojo, la hace lucir tan hermosa, frágil, adorable.

    Ambos conectaron por los ojos, sus sonrosas se pueden demostrar, y su cercanía se va acortando sin darse cuenta.

    A ella no le interesa que este algo mojado, se acerca igual, para estar más a su lado.

    -Shunrei…- Susurró el nombre de la joven, a escasos centímetros de su dulce rostro.

    -¿Si? Shiryu- Ella pregunto, sonriendo, con las mejillas sonrojadas.

    Él no contestó, tomo las manos de la joven con delicadeza, dejando caer la canasta, acercándose a ella, decidido por fin a dar un paso, pero por la atmosfera se puede dar a otro gesto, un poco más significativo.

    Escasos centímetros faltaron para poder unir sus labios, pero…

    -¡¡¡SHIRYU!!!- La voz de alguien lo llamo con un gran entusiasmo, saliendo sin duda del templo –Que bueno que llegas, necesito que…- Miro de inmediato la escena.

    La joven tan roja como un tomate, cubriéndose la cara por los nervios.

    Mientras el caballero del dragón, apoyándose de lado contrario en el pilar de afuera de Libra.

    -Creo que interrumpí algo…- Dohko, miro a ambos notando que este ambiente lo conoce de antemano y sintiendo culpa por llegar en muy mal momento -¿Están… Bien?-

    -Si- Ella fue la primera en contestar –Creo que…- Miro al hombre de cabellos castaños y figura paterna –Voy a preparar la comida- Tomo la canasta, apenada por la situación anterior y deseando que hubiera ocurrido –Adiós Shiryu… Con permiso padre- Y se adentró a Libra sin dar más explicaciones.

    Dohko no perdió ni un detalle de esta situación, entendiendo perfectamente lo que ocurre, ha vivido dos siglos, casi tres en unos años, así que reconoce cuando alguien bajo la constelación de Aries se pone nervioso por un tema amoroso.

    Y sus ojos verdes se posaron de inmediato en su alumno, suspiro algo compadecido, reconoce también la frustración de que alguien interrumpa un momento especial.

    -¿Qué paso Shiryu?- Le pregunto con tranquilidad.

    -Nada maestro…- No se atrevía a darle la cara, prefería quedarse mirando la nada, pues su rostro también esta rojo -¿Me necesita para algo?- Queriendo evitar el tema.

    -Eso no importa ahora- Rápidamente respondió y lo giro para que lo viera –Lamento haberte interrumpido- Sonrió con algo de pena.

    -No… Interrumpió nada…- Bajo la mirada por la vergüenza.

    -¿Cómo qué no?- Alzo los brazos, enfatizando su ademan –Ibas a confesar tus sentimientos por Shunrei y yo llego a arruinarlo- Cruzo los brazos delante del pecho –Esto sí que estuvo mal.

    -¿De… De… Que habla…?- El rostro del pelinegro paso por todos los colores ante esto –No… Maestro… Esto no es así…- Quiso protestar, pero no tuvo más tiempo.

    -No te preocupes hijo mío- Paso su brazo por los hombros –Tu padre te va ayudar para conquistar el corazón de tu Aries- Sonrió tan confiado.

    -Pero…- Primero sus amigos, ahora su maestro y figura paterna.

    -Nada de peros, yo te ayudare- Sin embargo su rostro cambio de una sonrisa amigable a una de terror, igual a la que le dedico al caballero de Virgo hace dos años atrás –Pero lo único que me debes prometer, es que siempre la vas a respetar y cuidar- Y utilizando un poco de su fuerza, para apretar el hombro del joven –No quiero más nietos antes de que formalicen su relación y se casen, si no… Me olvidare que eres mi alumno e hijo-

    Allí está la amenaza y advertencia, que da, pues sin duda el cuidaría de sus pequeños en todo momento, sin importar la edad.

    Pobre Shiryu está bastante nervioso por esta situación en la que está atrapado.

    -Pero…- Quiso tratar de hablar, sin embargo no se atreve, porque ahora el caballero de Libra está metiéndose en esta situación para apoyarlo.

    Debe darse cuenta que tiene personas que se preocupan por él.

    ---Templo de Acuario---

    -No puede ser- Camus hablo bastante molestó, mirando con desaprobación al rubio, empapado.

    -Lo siento… Maestro- Bajo la mirada bastante apenado.

    El pequeño niño de dos años, le pone algunos curitas en los moretones y heridas del Ruso –Yo te curo hermano-

    -¿Cómo se te ocurre pelear con Ikki en el lago?- Suspiro de nueva cuenta el Francés –Sabes que el patriarca fue muy claro la última vez, ahora te voy a castigar- Sin duda habla como toda una madre muy molestó.

    -Tranquilo mi hermoso cubito, Hyoga se debía defender- Sin duda Milo esta de lado del Caballero de Bronce –No es justo que no pueda estar con su pareja, sin que Ikki se esté enojando a cada rato, debía ponerle un alto.

    -¡¡¡¿ASÍ QUE FUE TU CULPA?!!!- Ahora el enojo se fue al escorpión dorado.

    -Camus, mi amor… Nuestro patito necesitaba un concejo y se lo di, ¿Qué tiene de malo?- Trata de calmarlo, tomándolo de las manos.

    -¡¡¡¿QUÉ TIENE DE MALO?!!!- Señalo al rubio -¡¡¡MÍRALO, ESTA TODO MOJADO Y LLENO DE GOLPES!!!-

    -Es un caballero de bronce, es normal que de repente los tenga y…- No continuo, pues Camus lo mira con tanta molestia, que es capaz de congelarlo allí mismo.

    -Ma…Maestro… No se enoje con Milo… Él solo me aconsejó, yo tuve la culpa y…- Nervioso, por enfrentar al peliaguamarino, pero no tanto para dejar que Escorpio reciba algún castigo que no merece.

    Parece que Milo ha logrado convencer al rubio en verlo como una figura paterna también.

    -Tu mejor ni hables Hyoga y vete a secar en este momento, que después hablaremos de tu castigo- Suspiró, tratando de clamarse y no asustar al pequeño Camil.

    -Mami… No te enojes…- Puso su carita más tierna y adorable para tratar de convencerlo –No te enojes con papi y mi hermanito… Esta lastimado y necesita que le des besos para curarlo- La inocencia de los niños y su creencia que una muestra de afecto así puede aliviar cualquier cosa.

    -Mi pequeño, tengo que hablar con tu papi- Sonrió a su hijo menor –Quédate con tu hermano, ya volvemos-

    -Y… ¿Si nos quedamos aquí?- Milo de inmediato protesto, pero sabe que no le puede ganar a su cubito en esto.

    -Vamos- Le hablo de forma gélida, pues sin duda está molesto, pero se está conteniendo, tomando la mano del escorpión.

    Sin más remedio fue, entiende el sentir de su amado esposo, dejando solo a sus hijos y con la promesa de que el peli cerúleo volverá bastante frio.

    Suspiró triste –Acabo de meter en problemas a Milo- Se siente muy culpable por esto.

    -Hermano… ¿Qué paso?- El niño no entendía del todo lo que ha ocurrido para que el rubio quedara así.

    -Discutí con Ikki, el hermano mayor de Shun- Sonrió mientras se cerca el cabello con una toalla –Y bueno… Terminamos en el lago- Cerro sus ojos –Creo que también arruine la cita de Shiryu y Shunrei-

    El pequeño ladeo su cabecita, entendiendo un poco, pero prestando más atención a lo último -¿El tío Shiryu y la bonita señorita?- Se acordaba por la plática el primer día que la vieron en Libra.

    -Sí, de ellos dos- Asintió, buscando su ropa.

    -¿Se enojaron por qué pelearon?- Pregunto con cierta duda.

    -No, pero… Debió ser algo que le ayudará acercarse- Se sentó en el suelo, sintiéndose un mal amigo y novio.

    -No estés triste hermano- El niño entiende que el rubio no está feliz –Yo puedo ayudar- Se acercó para abrazar al mayor, sin importar que este mojado.

    -Camil, te vas a ensuciar- Lo quiso apartar, pero no se resiste a los abrazos de su hermanito.

    -No importa, yo ayudare a mi hermano- Sonrió, dándole un beso en la mejilla.

    Esta muestra de afecto le agrado al rubio –Bueno… ¿Qué propones mi pequeño hermanito?- Le dio un fuerte abrazo, sabiendo que después le daría un baño, por mojarlo
     
  7. Threadmarks: Capitulo 7 (Pastel)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    1891
    -Muy fácil- Sonrió animado –A Anshin y a mí se nos ocurrió, porque pronto será el cumpleaños de la señorita bonita… Tío Shiryu debe prepararle un pastel muy rico- Alzo sus brazos para enfatizar ese hecho.

    -¿Un… Pastel?- El rubio pregunto, bastante preocupado.

    Ya que se sabe de antemano que el pelinegro no es precisamente un as para la cocina, pero puede que ese hecho cambie por la joven Shunrei.

    Y con esta nueva idea, pasemos al día siguiente, donde bueno… Veremos si se logra.

    ---Templo de Tauro---

    -Buenos días, Aldebarán, Adonia- Dragón saludo de la forma más respetuosa posible a ambos.

    -Buenos días- Y como fue idea de su hermanito, el Ruso está dando apoyo moral.

    Aparte que su novio por el momento está mostrándole los alrededores a Ikki de nueva cuenta pues algunas cosas cambiaron y las reglas de ciertos también.

    El segundo guardián de inmediato saludo a ambos jóvenes, que los recibe bastante feliz –Hola muchachos, ¿Están listos para cocinar?- Sonrió de manera forzada, pues… Ya se ha intentado ayudar antes al próximo Libra pero… No ha tenido buenos resultados que digamos.

    -Hola- La joven mujer también saluda con ciertos nervios, la última vez Tauro quedo incendiado, pero nunca se le niega la oportunidad de nuevo para aprender.

    -Gracias por ayudarme- Sin duda recuerda perfectamente lo que ha hecho –Prometo que esta vez no quemare nada- Suspiró resignado.

    -Está bien Shiryu- Palmeó con algo de fuerza sin pensarlo el Toro dorado -A veces se falla, no te apures-

    -Además, vamos a practicar hacer un pastel… No tan casero, pues intentaremos hacerlo de manera más fácil- Mostró una caja para hacer el pan instantáneo, que solo se debe mezclar, batir y hornear.

    -Entiendo- Bajo su mirada, sonrojado, no es un maestro culinario para nada, pero intentará esta vez hacerlo bien.

    -Solo piensa que lo harás por Shunrei- Hyoga le animo más –Y puede que salga perfecto a la primera, así ya podrás hacerlo un día antes de la fiesta-

    -Gracias amigo- El pelinegro asintió más confiado por esas palabras.

    -Es muy lindo de tu parte que quieras aprender por la chica que te gusta- La joven mujer hablo, pareciéndole bastante adorable las acciones del bronce.

    Pero en vez de darle ánimos, lo hizo ponerse rojo de la vergüenza, ya que… Ahora parece que todo el santuario lo sabe, menos Shunrei.

    Entonces después de este breve saludo, los dos jóvenes bronces, entraron a Tauro para comenzar la preparación del pastel.

    Obviamente es solo una práctica, para el día importante hacerlo con mayor confianza, esto será ensayo y error.

    Esperemos que sea más ensayo que error.

    -Bien Shiryu- Adonia con un lindo mandil color crema, sencillo, pero que le queda bastante bonito –Primero ya que tenemos todos los utensilios, leeremos las instrucciones, necesitando dos tazas de leche- Sonrió para que el joven comience a mezclar los ingredientes, obviamente con las manos previamente lavadas.

    El dragón que también porta un delantal blanco, listo para comenzar y seguir las instrucciones que la joven pelicastaña le va dando.

    -Si- Y así comienza a usar una taza graduada para vaciar la leche en esta.

    Con las dos tazas, vaciadas al volt.

    -Muy bien, lo que sigue…- Lee las instrucciones –Vaciaremos todo el contenido de la harina-

    Dicho esto el dragón prosiguió a hacerlo, pero se notó lo descuidado que es, pues un poco voló por el aire, haciendo que el joven tosiera.

    -Disculpen- Tose, tratando de disipar el polvo que se intensificó.

    -Está bien, no pasa nada a cualquiera le pasa- Sonrió la joven, agradeciendo estar a unos metros lejos del joven.

    Ya que no es la primera vez que lo ayuda, ocasionando un incendio en Tauro.

    -Creo que esta vez le ira muy bien- Aldebarán sin duda le tiene mucha confianza a los jóvenes de bronce, aunque a veces duda.

    -Eso espero- Se cruza de brazos bastante deprimido.

    -¿Qué ocurre Hyoga?- El buen toro siempre dispuestos a ayudar a los demás.

    Resopló, bastante pensativo, apoyando su mentón en su brazo que es sostenido por su pierna –Creo que metí en problemas a Milo, y por seguir sus concejos yo ocasione que Shun este molesto conmigo- Le tiene un grado de confianza al gran toro, después de todo, fuera de su familia, Alde funge como el tío buena onda y en el que pueden confiar todos.

    Sonrió, rascando su cabeza, sin duda la situación le pareció algo familiar.

    -Hyoga, tu sabes que la relación de tu maestro y Milo es algo conflictiva a veces, pero eso no significa que no se amen- Señalo aquello con bastante interés –Desde que eran niños, Milo siempre es el problemático y Camus es el que lo reprime por las cosas que hace- Sonrió de seguro algo le vino a su mente.

    Aquello le dio algo de gracia porque de hecho es cierto, el mismo ha sido testigo de esto, por lo de esta mañana, le tiene preocupado.

    -Además… Sabemos que Ikki regreso al santuario y no se llevan muy bien que digamos- Le revolvió los cabellos al Ruso, para animarlo.

    Esto provocó que saliera de sus pensamientos, algo desconcertado pues sin duda recordó que en la mañana, encontró al octavo guardián durmiendo en el sofá de Acuario y Camus lo estaba castigando con el látigo de su desprecio.

    Solo por apoyarlo en que no debe dejarse del Fénix.

    Pero sin duda Escorpio esta vez no se dejaría, ya que estaban hablando de uno de sus hijos y aunque Hyoga fuera primero el aprendiz e hijo por adopción de Acuario, eso no impide que quiera al patito como lo que es ahora.

    Como todo buen padre debe darle concejos, y si bien es importante guardar siempre el orden y la templanza, a veces es necesario mostrar de lo que es capaz para proteger y defender a los que aman.

    -Cierto, pero creo que llegamos a un acuerdo por fin- Revelo, haciéndose para delante, pues por fin está más tranquilo con esa situación en particular, ahora solo debe esperar a que a Andrómeda le dé permiso de acercarse nuevamente, pero sabe que no puede esperar mucho tiempo sin abrazar o besar a su novio.

    Podrían seguir conversando de la vida amorosa y familiar del Ruso, si no es que un olor particular llamo su atención alarmándolos cuando se escucharon los gritos de Adonia.

    -¡¡¡AAAAAAAH!!! ¡¡¡SHIRYU NO LE DEBES AUMENTAR MÁS DE LO NECESARIO!!!- Se alejó de la cocina, asustada por que el honor está en llamas y la verdad en este punto no se pueden explicar que fue lo que ocurrió.

    Rápidamente tomo un florero que está en la mesa principal, para ir a apagarlo de inmediato.

    -Juro que no subí la temperatura del horno, lo deje en 180°C- Nervioso y bastante apenado por lo ocurrido.

    -No otra vez- Hyoga de nuevo se golpeó la cabeza, dando a entender que esto no es nuevo.

    -Estoy pensando seriamente si Shiryu tiene alguna maldición- Se acercó para calmar a su hermosa esposa.

    -¿Así como Aioros y su familia con los barrancos?- La joven pregunto, aterrada por el incendio que ya está controlado.

    Cuando las llamas se despejaron, y todo volvió a la calma.

    El pelinegro, saco con cuidado el resultado del pastel.

    Una bandeja toda quemada, que en vez de tener un color plateado, esta se volvió negra casi como el carbón.

    Con este resultado, suspiro tristemente, dejando aquello sobre la mesa de la cocina, decepcionado por echar a perder ingredientes, quemar de nuevo una cocina y asustar a todos.

    -Quemado…- Murmuro aquello tan decepcionado de sus dotes culinarias.

    -Pudo haber sido peor- Hyoga tratando de animar.

    -¿Dime cómo?- El pelinegro lo miro algo retador, porque se olía que viene algún chiste.

    -Pudiste quemar Tauro de nuevo- Le dio unas ligeras palmadas, sin duda se le está contagiando los malos chiste de Pegaso.

    -No por favor, no otra vez- Adonia, negó con su cabeza asustándose por la idea nuevamente.

    -Lo siento…- Poso ambas manos sobre la mesa, bajando la mirada sintiéndose por completo inútil de no lograr hacer un simple pastel, ni siquiera para la persona que ama.

    Con esta actitud que tomo el dragón, lamentándose internamente, comenzaron a sentirse un poco mal por él, pensando que su forma de actuar tampoco fue buena, como volviendo esto una ligera burla porque ya ha existido antecedentes.

    Dispuesto a tratar de apoyarlo, para darle ánimos.

    Sin embargo alguien irrumpió de inmediato en el segundo templo, pues según este invitado no deseado por el momento, alega que se escuchan sus “alegatos” hasta cáncer.

    -¡¡¡ALDEBARÁN DE TAURO!!! Y ¡¡¡ADONIA ESPOSA DE TAURO!!! ¡¡¡BAJEN LA VOZ MI FLORECITA Y MI CANGREJITO están durmiendo!!!- Viene a gritar a un templo ajeno para que su familia descansé.

    Vemos que alguien se tomó la reciente paternidad muy enserio.

    Pero cuando miro a los dos jóvenes de bronce, entendió a que venían los gritos y más con el olor a pan quemado.

    -Ja, ja, ja, ja, ¿De nuevo el dragoncito volvió a quemar la cocina de tauro?- Y quitando su enojo, volviéndose burla.

    El guardián del segundo templó y la esposa de este, solo suspiraron, pensando en cómo defenderlo.

    Mientras Hyoga solo miro molesto al cuarto guardián.

    Shiryu baja la mirada, bastante conflictuado pues no puede ocultar su mala fortuna con la cocina.

    Sí que este caballero de bronce tiene muchos conflictos con el amor y la cocina.

    ¿Acaso serán dos maldiciones?

    ---Templo de Libra---

    -¿Le dijiste a Tío Hyoga?- La pequeña Buda, pegunta a Camil.

    -Sí, mi hermano dijo que es muy bueno- Comiendo pedazos de manzana picada –Hoy fue a ayudar al tío Shiryu para que cocine- El niño sonrió entusiasmado.

    -Eso es muy lindo- Sonrió –Tía Shunrei estará muy feliz-

    -¿Por qué estará feliz?- De inmediato el gemelo mayor de esta nueva generación, se acercó a los dos niños.

    -Sander- La rubia lo miro atenta, dándole una sonrisa –Es por que…-

    -Anshin- De nuevo el futuro Escorpio hablo –No podemos decir nada- Haciendo una seña de silencio y complicidad.

    Esto provocó que el castaño mayor lo mirará enojado, porque se notaba la cercanía entre la rubia y Camil.

    -Pero… Sander es nuestro amigo- Tomo la mano del otro niño –Podemos confiar en él- Miro al castaño -¿Verdad que no dirás nada?-

    Esto sin duda logro hacer que el pequeño futuro Géminis se sonrojara por que la rubia le sonriera delicadamente y dándole su confianza.

    -Bueno… Eso es verdad- El otro pequeño asintió sin duda apoya a la rubia.

    -Lo que pasa Sander… Es que tío Shiryu quiere decirle a la tía Shunrei que la quiere mucho- La pequeña Futura Virgo se siente bastante emocionada por la idea.

    -¿El tío Shiryu está enamorado?- Sorprendió al castaño bastante.

    -Si- Asiento de nuevo la niña.

    -¿Nos ayudaría?- Camil sonrió preguntándole al gemelo mayor.

    Obviamente acatara, dándole escusas para tener cerca a la pequeña rubia, más allá de solo las visitas que tienen cuando los de bronce se reúnen o en este caso ya que su hermano menor enfermo del estómago, pidieron sus padres a la joven Shunrei que lo cuide.

    -¿En que los ayudo?- Sin dejar de sostener la mano de Anshin, pues le agrada esa cercanía, aun a su corta edad.
     
  8. Threadmarks: Capitulo 8 (Concejo Paternal)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    2508
    -Podríamos hacer que el tío Shiryu y la tía Shunrei nos cuiden- Sonrió la pequeña rubia.

    -Así podrían estar solitos- El castaño asintió, mirando a la niña-

    -Y se dirán que se quieren- Camil levanto sus manos emocionado por la idea.

    -Si- La pequeña Buda como es conocida, comenzó a dar pequeños saltitos en su lugar bastante feliz –Seria muy bonito- Su sonrisa no se puede negar, pensando en que sus tíos pudieran por fin decir lo que sientan.

    -Entonces ¿Si nos ayudas Sander?- El próximo Escorpión hablo, mirando al castaño.

    Si hubiera sido petición solo por parte de Camil, posiblemente no aceptaría, no porque no le agradara el pequeño, la verdad es que sentía un poco de celos.

    Ya que el pequeños escorpión es muy amigo de la rubia y aunque Sander también es uno de ella, a veces pasa más tiempo con sus padres y hermano, que jugando con los otros niños, ya que cierto géminis es algo proyector, además que en ocasiones su tío Kanon lo lleva junto a Argus a los territorio de Poseidón.

    Pero cuando lograba estar con Anshin, sonreía más y siempre trataba de jugar, hacerla feliz.

    Mas con este plan, podría ayudarla y hacerla sonreír, en su infantil mente esta idea es muy buena.

    Esperemos que en el futuro no existan problemas con cierto caballero de Virgo, por que fije sus ojos en su pequeña hija.

    Miro a la niña, dedicándole una sonrisa con sus mejillas algo sonrojadas –Si, ayudare en lo que pueda-

    -Gracias Sander- Le dedico una gentil sonrisa al pequeño.

    -¿Qué están haciendo pequeños?- Justamente de la joven que han estado hablando los infantes apareció, trayéndoles algunos juguitos y frutita picada para los tres.

    -De nada tía- La rubio le sonrió.

    -¿Puedo jugar con mis cubos?- Camil de inmediato pidiendo permiso para hacer alguna cosa que implique hacer desorden.

    -Claro que si- La pelinegra sonrió –Pero primero vamos a lavar sus manitas, comer su merienda y después podrán jugar-

    Los tres niños asintieron, haciendo caso a las indicaciones de la jovencita.

    Ella está encantada de cuidar de las pequeñas bendiciones de los caballero dorados, le provoca una gran felicidad, como si fuera una práctica para cuando ella este en esos caminos.

    Suspira, pensando por un momento, como sería si formara una familia con su mayor amor.

    Por ende su mente trajo ese momento en que casi se dan un beso, pero si no hubiera sido por su padre que interrumpió sin querer, hubiera pasado sin duda.

    Se puso toda roja, ocultando su rostro con las manos.

    -¿Qué hubiéramos hecho?- Pregunto con la voz más baja que pudo, con el miedo de que alguien la escuche.

    Más algo parece que le hizo clic ante esa posibilidad.

    -Pero… Si Shiryu… Me quería besar… Significa que…- Sintió como su corazón comenzó a latir con fuerza, pensando de inmediato en esa posibilidad que parecía que ella no se había dado cuenta, hasta ese momento -¿Le gusto? ¿Le gusto a Shiryu?- Sonrió sonrojándose más, y pensando que todo este tiempo debió estar bastante ciega para no notarlo.

    Mas no es de las que se dejan guiar por lo que cree, si no que le gustaría comprobarlo, si es que de verdad ella está pensando en hacer el primer movimiento.

    Pues… ¿Quién dijo que una no puede hacerlo?

    Pero debía calmarse, respirar, pues si deja expresar lo que siente abiertamente, se pondría en evidencia, además tiene tres pequeñas responsabilidades por esa tarde que cuidar.

    Lo bueno que son los mejor portados de todos, dejando de lado que Argus es un poco travieso, más se puede controlar.

    Después de aquella merienda, les dio permiso jugar un poco con los cubos de Camil, y con la pelota que la pequeña rubia tiene de nuevo juguete, que comparte con sus dos amigos.

    Podría vigilarlos perfectamente, mientras prepara la cena de esta noche.

    Pero justamente en ese momento, se escucha la voz de alguien que conoce perfectamente, notando como los pequeños se alegran al ver a esa persona.

    -¿Cómo están pequeños?-

    Al unísono los tres gritaron -¡¡¡ABUELO DOHKO!!!- Dejando de lado todos sus juguetes con tal de recibir un abrazo de Libra.

    Lanza un grito fingido de dolor -¡¡¡OH!!! ¡¡¡MI AMADO BORREGUITO!!! ¡¡¡ME ATACAN TRES PODEROSOS CABALLEROS DORADOS!!!- Mientras recibe los abrazos de los pequeños infantes.

    El patriarca, sonrió ante esta pantomima de su amado Libra, sabiendo que es sumamente cariñoso y a veces igual de infantil que sus nietos.

    -No sean muy crueles con su abuelo- Contestó, riendo levemente.

    -¡¡¡ABUELITO SHION!!!- La pequeña niña de inmediato después de dar el abrazo a Libra, corrió para ser cargada por el peliverde.

    -Hola mi pequeña flor de Aries- Usa el sobrenombre que le ha dado, pues es lo que es su hermosa nieta para él.

    De inmediato la joven salió de la cocina, para saludar a los mayores, que considera como sus figuras paternas, su padre y bueno el patriarca seria su otro papá.

    -Bienvenidos- Saluda contenta.

    -¿Estas cuidando de estos tres pequeñines?- Libra sonriendo por ser rodado de tanto cariño.

    -Sí, aunque mi hermano Mu fue a Jamir y Shaka, está entrenando a Shun, parece que no está muy contento- Hablo pensando en que podría ser el motivo.

    -Ja, es normal- El castaño de inmediato sonrió, mirando a su amor.

    -Al regresar Ikki, tiende a molestarse por el entrenamiento que lleva Shun, pero no se puede hacer nada- Si que el patriarca disfruta mucho cuando su yerno tiene dificultades ese caballero de bronce, pues es como un karma.

    Después de esa cálida bienvenida, los abrazos, las risitas y que los pequeños contaran un poco de lo que han hecho, volvieron a jugar con sus juguetes.

    Aunque cierto patriarca ha notado esa cercanía que el castaño tiene con su pequeña flor de Aries, pero no puede crearse ideas, aunque su intuición es muy grande.

    Ambos adultos, acompañaron a la joven pelinegra a preparar la deliciosa cena de esta noche, y obviamente comida para los pequeñines.

    -Mi hermosa niña, sabe cocinar la mejor Lumpia del mundo- Dijo esto, destapando una olla que aún se está cocinado a fuego lento.

    -Gracias padre- Obviamente se siente alegada por las palabras del castaño.

    -Te ayudare con la sopa Wantán- Shion de inmediato puso manos a la obra, para ser más rápido.

    -Gracias papá- A Shunrei le emociona el hecho de tener dos figuras paternas, que le demuestran mucho cariño y que se siente tan segura a su lado.

    -Entonces, a mí me toca hacer los fideos chinos- Sonrió triunfante –Es muy fácil-

    -Preparare un postré- Ella sí que disfruta la cocina, y hacer a todos feliz.

    -¿Qué harás mi pequeña?- Dohko de inmediato investigando por que disfruta la deliciosa comida de ella, aunque la de su borreguito sigue siendo la mejor.

    -Bolas de sésamo- Dijo esto con un cierto sonrojo en sus mejillas, dirigiendo sus pasos a la despensa.

    -Bolas de sésamo- Asintió, mientras comienza a cocinar -¿Ese no es el postre preferido de Shiryu?- Obviamente como todo buen padre, conoce los gustos de sus niños, aunque desde que ha regresado al santuario, parece que se dio el trabajo de conocerlos a todos por igual.

    -Si- Dijo bajando la mirada, y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.

    Shion se dio cuenta de esto, entendiendo perfectamente lo que su esposo va hacer, aunque no está muy de acuerdo en meterse en vidas ajenas, le parece algo tierno que quiera apoyarlos, demostrando de nuevo que Dohko no es tan celoso y sobreprotector como lo es él, pero no por eso niega que se debe cuidar a la pequeña Shunrei.

    Sonrió triunfante, pues gracias a esa dulce receta, le dio la oportunidad de continuar con su plan.

    -Oye mi pequeña Shunrei-

    -¿Si?- Sonríe preparando aquella masa para las bolitas de sésamo.

    -¿Te gusta Shiryu?- Sí que no tuvo nada de tacto a preguntar esto, aun así no deja de sonreír, esperando la respuesta.

    La pelinegra se quedó estática, al escuchar aquello, casi cayéndosele los utensilios que está ocupando.

    -¿Dis… Disculpe?- Sus mejillas se sonrojaron, sus manos temblorosas.

    -Bueno… He notado que desde pequeña lo ves de la misma forma que mi dulce borreguito me miraba en la época que éramos unos aprendices y…- Parecía estar volviendo al pasado, con una sonrisa de confianza autentica.

    -¡¡¡DOHKO!!!- De inmediato llamo la atención de su marido, pues está hablando de más y nota que está avergonzando a la joven.

    -Mi borreguito- Miro al peliverde –Es que, todos los Aries cuando se enamoran se les nota y… Me hacía muy feliz, tus hermosos cuarzos cuando me miraban, me sentía el ser más afortunado del universo cuando eso ocurría- Ya parecía una confesión de nueva cuenta para el patriarca, en vez de ayudar a la jovencita.

    Suspiró, rojito de las mejillas, dejando de lado el cocinar para tratar de calmar a Shunrei.

    -Dohko, solo quiere ayudarte- Le dedico una sonrisa, parece que está más acostumbrado a tener hijos que hijas, así que tratar de hacer su mejor esfuerzo, pues ha empezado a querer a la joven como si fuera también suya.

    -¿Ayudar?- Esta confundida, pues nunca creyó ser tan obvia, mas sabe que no ha sido tan discreta toda su vida -¿Se dieron cuenta?-

    El patriarca, asintió con algo de pena por ella –Si se nota un poco- Queriendo restarle importancia a ese hecho para hacerla sentir cómoda.

    Se tapó su rostro, sin pensarlo se apoyó en el pecho del antiguo Aries, pues con la vergüenza que siente, que sus padres se enteren de una verdad bastante obvia, menos para el receptor de su amor.

    -Qué vergüenza- Dijo esto, sin querer dar la cara.

    -No mi pequeña- Libra queriendo calmar el ambiente, acercándose a ambos, para reconfortarla –No te debe dar pena, al contrario, es hermoso amar a alguien- Apoyo su mano sobre el hombro de la jovencita –Debes estar decidida, si te gusta, lo quieres como siempre lo he sabido, yo te apoyo, a ambos, para que tengan una hermosa relación y…- Aunque sus palabras son con la mejor intención del mundo, están causando un efecto contrario.

    -Dohko, por favor- Los ojos rosas se posan en las esmeraldas, llamando su atención de que la pelinegra está muy apenada por aquellas palabras.

    -Mi pequeña… No quise hacerte sentir mal yo…- Ahora siente que hizo algo incorrecto, cuando lo que deseaba era darle ánimos, que tenga el valor necesario para confesarse si es que el plan que le propuso a su alumno, no funciona –Mira, Shiryu es algo torpe en el amor, así que puede ser que tu tengas que…-

    -Por favor padre… No es que no quería a Shiryu… Pero… Por favor no le diga nada…- No puede dar la cara, se siente tan mal por no ser capaz de ocultar sus sentimientos.

    -Tranquila mi niña- Quiere cambiar sus palabras, pero ella no da su cara, sigue ocultándose en el pecho del patriarca.

    -Dohko- El patriarca lo volvió a llamar con un tono más tranquilo –Sería mejor que vayas a ver a los niños-

    -¿He?- Miro atento al peliverde, deseando saber que tiene en mente, pero al ver la situación en que terminaron, es mejor hacerle caso –Esta bien…- Pero no podía irse sin tratar de arreglar las cosas –Shunrei… Mi pequeña, perdón si dije algo que no debía, es solo que quiero que sean ambos felices y…-

    -Gracias padre… Pero…- No pudo continuar, ya que de nuevo la vergüenza la atormenta.

    Miro a su amado borreguito, y este con la mirada solo asintió, para que fuera con los nietos, él se encargaría de hablar con la peligra.

    Al por fin encontrándose a solas y asegurarse con la vista que los alimentos en el fuego están a salvo, decidió hablar.

    Recordándole un poco, a cuando sus pequeños buscaban su concejo o protección y se apoyaban en su pecho, es como volver a esa época cuando eran adolescentes tímidos y algo torpes en varios temas.

    -Entiendo que te de algo de vergüenza hablar de… Ese tema- Batalla incluso él, pues… Es algo que lo pone apenado aun.

    -Es que… Nunca creí que pudiera ser tan obvia…- Levanto su vista –Y ¿Si Shiryu ya se dio cuenta?- Bajo la vista de inmediato -¿Tal vez por eso me evita? O ¿Se sienta incomodo?- Se alejó un poco del mayor –Puede que no sienta lo mismo… Y no pueda decírmelo- Solo está haciendo sus conjeturas.

    La trato de calmar, hablándole con suavidad –No creo que eso sea cierto-

    -¿Cómo puede estar seguro?- Se giró para verlo, rogando en su mirada que le explicará a que se refiere.

    Suspiro, pues sabe que debe hablar un poco más de esta ocasión.

    -Así como el amor se nota en los ojos de algunos Arianos- Se sonrojo por las palabras absurdas, pero acertadas de su tigre, está tratando de guardar la compostura –Algunos Libras tienden a tener un cambio de comportamiento con quienes quieren-

    -¿Enserio?- Ladeo un poco su cabeza, limpiando algunas lágrimas que salieron por su última conjetura que se hizo.

    Asintió, dedicándole una sonrisa y ayudándola a limpiar sus mejillas, sin importar manchar las mangas de su túnica patriarcal.

    -Al ser jóvenes, Dohko no fue para nada discreto en sus sentimientos, me lo demostró primero en cómo cambio su comportamiento- Sonrió al recordar esa época que parece aun repetirse, pues el amor de Liba ni un día a envejecido –Él siempre fue seguro en cómo actuar, atento, sonriéndome, pero a veces chocaba con algunas columnas de los templos o cayéndose al lago por platicar y no prestar atención- Negó con su cabeza, con una hermosa sonrisa.

    Esto hizo sin duda un clic en la mente de la joven.

    -Shiryu… Actúa igual- Dijo esto sonriendo, emocionada porque está notando un patrón de comportamiento.

    -El amor nos hace hacer cosa tontas o sentirnos inseguros en que si ese sentimiento hermoso es reciproco- Le sonrió a la pelinegra –Pero basta con solo fijarnos bien y uno se puede dar cuenta-

    -Papá… ¿Usted cree que… Shiryu… Bueno… Él…?- Baja la mirada, jugando con sus manos, algo avergonzada por hacer esa pregunta.

    Le agrada mucho esa palabra, que lo diga ella es algo que le da cierta ternura, mas por pedirle contestar una pregunta de la cual él no está calificado en hablar, pero debe darle ánimos.

    -Eso es algo, que solo él puede responderte- Le acaricio los negro cabellos, dándole un beso en la frente, para sonreírle.

    Le toca ser quien de ánimos, pues también ha notado esos sentimientos entre ambos jóvenes, al principio no creía que fuera tan buena idea, el sentido de protección que tiene dentro para los que ama, pero Shiryu es alguien digno de confianza y no sería capaz de hacer algo tonto, como cierto rubio a su hijo mayor.
     
  9. Threadmarks: Capitulo 9 (Niñeros)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    2049
    Después de esa conversación que se dio entre el patriarca y la joven Shunrei, parece que las cosas están llevando un rumbo diferente.

    Pues cierto caballero de dragón se la ha pasado los días enteros después de su entrenamiento, practicar la cocina con Aldebarán y Adonia.

    Además que Dohko, le ha estado aconsejando con el plan que tiene de respaldo, ya tiene la fecha adecuada solo falta que siga practicando.

    Ya que el caballero de Libra cree que su próximo sucesor no sería capaz aun de declarar sus sentimientos.

    Así que ahora solo queda por el momento el pequeño plan de los niños, que han puesto sus manitas a la obra.

    Obviamente primero necesitaran un pretexto para tener que pasar tiempo a cargo de otras personas que no sean sus padres.

    Anshin conto el pequeño plan a sus padres, Mu le pareció algo adorable y tierno que los pequeños se interesen en ayudar a los dos enamorados.

    Para Shaka es algo que no le llama mucho la atención, él ya está feliz con su propia vida e historia de amor, no es de involucrarse en esos asuntos, y esperaría que su hija tampoco, pero después de todo, posee el corazón igual de bondadoso que el de su amado Aries.

    En ese caso, la pequeña podría quedarse con Shunrei con la excusa de que tendrían que hacer algo en Jamir y no pueden llevarla, se les ocurriría cualquier cosa.

    Sander la tiene más fácil, ya que sus padres están por ir a dos misiones diferentes y en ese caso usualmente irían con su tío Kanon al pilar marino, pasar tiempo con él y Sorrento.

    Que desde luego todos saben que es la pareja del dragón marino.

    Además que logra llevarse bien con los dos pequeños niños, pues gustan de escuchar la flauta y se comportan bien cuando quieren.

    Pero por ahora al estar Shunrei, ella se ofreció de inmediato para ser niñera por el tiempo necesario, al fin de cuentas le gusta mucho cuidar de los niños y más cuando son tan obedientes, aunque sea con ella lo son.

    Y ahora solo faltaría que Shiryu esté en la ecuación, es allí donde entra Camil con Hyoga.

    -Gracias por ayudarme a cuidar de Camil- El ruso cargando al hijo de su maestro, mientras camina junto al dragón.

    -Está bien, hoy Aldebarán y Adonia me dijeron que no habrá practica de cocina- Sonrió desganado.

    -¿Cuántas veces has quemado la cocina?- Lo miro algo preocupado.

    Incluso el pequeño niño, también se quedó mirando al de cabellos negros, pues le parece curioso que un “Adulto” no sepa cocinar.

    Pues en su familia todos tienen esa habilidad, sin contar que casi todos los del santuario, evitando hablar sobre la incapacidad de hacer postres del tío Aioros.

    -Solo unas… Cinco veces…- Sonrió algo nervioso.

    -Son la cantidad que has ido a practicar- Lo mira preocupado, creyendo que no sería tan buena idea que cocine algo para el cumpleaños de Shunrei, teniendo este tan cerca.

    -He practicado seis días, y en la última… Me quedo crudo- Bajo la mirada apenado.

    -Mmmh… Bueno, los pasteles comprados pueden ser también una excelente idea- El rubio dándole ánimos, pues sabe que los necesita ahora.

    -No, está bien- Sonrió –Voy a prepararle un pastel decente hecho con todo mi amor-

    -Entonces… Recomiendo que practiques más- Le palmeo la espalda, para luego depositarle al pequeño niño entre sus brazos –Bien, me tengo que ir- Le sonríe a Camil –Pórtate bien con tu tío Shiryu y no le causes muchos problemas- Le guiña un ojos de forma cómplice.

    -Sí, me voy a portar bien- Asiente cerrando los dos ojitos como intento de guiño.

    -Tranquiló Hyoga, se cuidar niños- Sonrió para transmitirle confianza al otro.

    -Sé que puedo contar contigo- Mas se queda algo pensativo –Pero debes de darle jugo de manzana a la hora de la comida, puede ser frio le gusta mucho y pelar sus manzanas para la merienda, no demasiado grande, ni muy pequeñas y…-

    Tanto Shiryu como Camil se quedaron mirando algo confundidos al rubio, sí que se toma el papel de hermano mayor muy enserio.

    -Hermanito Hyoga… No te preocupes, mi papi ya me enseño a comer manzana como niño grande- Sonrió mostrando sus pequeños dientes.

    -Pero… A mi maestro… A nuestro… Mamá…- Se siente bastante nervioso al decir esa palabra, pero es algo en lo que se convirtió el acuariano para ambos –No le agrada que muerdas una manzana siendo tan pequeño y más si es muy dura, es mejor que sean pequeños trozos-

    -No te preocupes Hyoga, lo cuidare bien- Le sonrió al pequeño escorpión –Lo llevare al parque y nos divertiremos- Suspiro –Tal vez me ayude a tener una forma de decirle mis sentimientos a Shunrei-

    -Sera difícil, si te estas acobardando en todo momento- Cruzado de brazos, mirando algo molesto.

    Pues los resultados, solo son negativos por no decir nulos.

    Aunque ninguno sabe sobre el pequeño beso, salvo por Dohko y obvio el patriarca.

    Por esa razón, el viejo maestro está ayudando a que Shiryu tenga más confianza en ese ámbito y por fin le diga sus sentimientos.

    -Estoy decidido en intentar algo- Hablo bastante sereno en esta ocasión.

    -¿Así y que cosa?- Lo miro expectante a la respuesta.

    Niega tranquilamente con la cabeza –No diré nada, esto… Tiene que ser sorpresa para todos.

    El ruso sonrió, asintiendo con la cabeza –Bien… Lo que sea te apoyamos- Le dio una palmada en el hombro. –Bien, me voy… Shun me está esperando y Seiya nos está haciendo un gran favor al estar entreteniendo a Ikki-

    Sonrió apenado -¿No están exagerando un poco?-

    -No, Ikki aun después de esa pelea que tuvimos, me sigue odiando- Comenzó a caminar escalera abajo –Pero Seiya nos ayuda al distraerlo- Mas de repente se quedó serio –Parecen muy unidos últimamente-

    Levanta ligeramente los hombros –Bueno, después de todo, de pequeños nos llevábamos bastante bien-

    -Si… Creo que tienes razón- No siguió más y decidió irse rápidamente para encontrarse con el dueño de sus suspiros, no sin antes despedirse de su hermanito y volver a dejar unas instrucciones para el cuidado del pequeño.

    ¿Podría ser que se está llegando a dar un romance entre Ikki y Seiya?

    No se sabe… Pero parece que existen sospechas, pero ese no es el tema de hoy.

    El pelinegro suspiro levemente, mirando al pequeño -¿Qué quieres hacer?- Le cuestionó con una gentil sonrisa.

    -¿Podemos ir al parque? Tío Shiryu…- El mini escorpión, sonrió mirando atentó al mayor.

    -Sí, vamos- Shiryu de inmediato contesto al menor, para ir al destinó que pidió Camil.

    -¡¡¡SI!!! Sera divertido- Sin pensarlo levanto sus bracitos al aire, para abrazarse del cuello del dragón.

    Le parece demasiado tierno el comportamiento del niño.

    Después de todo, ya hace dos años, casi tres, que el santuario se volvió un lugar donde existe nueva vida, sin duda una forma curiosa de cómo llegaron al mundo, pero no dejan de ser adorables cada una de las bendiciones.

    Así que todos los jóvenes de bronce han tenido que volverse niñeros de alguna forma, queriendo tanto a esos pequeñitos.

    A veces cuidarlos, agradece de seguro que hacer el favor a su amigo representante del cisne, de cuidar del pequeño Camil, ya que es bastante tranquilo, educado y amoroso.

    La combinación perfecta de todo lo bueno y agradable que sus padres poseen.

    Y de vez en cuando cuidar de la pequeña buda, aunque usualmente no se necesita cuidados de terceros, ya que sus padres tratan de mantenerse al pendiente, pero a veces las misiones se los impiden y aun así tiene a su hermano mayor Kiki y a los abuelos.

    Shiryu es el niñero cuando todos están ocupados, y pues tampoco es de portarse mal, se entretiene con juguetes pequeños o empieza su entrenamiento para meditar desde temprana edad.

    Igualita que el padre en ese aspecto.

    Pero ahora, está a solas con Camil, un rato en el parque, ayudara a despejar su mente y lograr conseguir alguna buena idea para confesar sus sentimientos.

    Agradece todos los intentos de los demás por ayudarlo, pero… Siente que no lograra hacer nada correcto.

    La única vez que estuvieron a punto de hacer una demostración de ese tierno amor.

    Fue cuando estuvieron a punto de besarse fuera de Libra.

    Recordar aquello logra poner las mejillas del pelinegro rojas.

    Imaginar que de esa forma pudiera demostrara sus sentimientos.

    ¿Shunrei hubiera aceptado?

    ¿Le habría gustado ese beso?

    O…

    -¿Se habría enfadado?- Mirando al frente, aun cargando al futuro escorpión dorado, sin darse cuenta que esa última pregunta lo dijo y no solo la pensó.

    -¿He?- El pequeño abrió sus ojos muy grandes, pues le pareció extraña esa pregunta -¿Quién se habría enojado?- Ladeo su cabecita, sin comprender lo que ocurre.

    Notando que dejo salir algunas de sus inseguridades, se sorprendió, expresándolo con sus mejillas más rojas, pero tratando de sonreír para desviar las sospechas.

    -Oh… No, nada…- Rio para disimular aquello –Nadie, solo pensé algo, no te preocupes Camil-

    -Tío Shiryu… ¿Le preocupa decirle que quiere a la señorita bonita?- Su inocente pregunta, formulada como pudo, pues no está nada perdido.

    Aquí podemos ver que nunca es bueno subestimar a los niños, ya que tienden a ver las cosas más fáciles, pues entienden la simpleza que ignoramos por sobre pensar todo.

    -Camil… ¿Cómo sabes eso?- Sus nervios aumentaron, pues si un infante de dos años, logra darse cuenta de esto, significa que es sumamente obvio.

    Aunque eso se queda en claro, parece que la ceguera que ha vivido en varias ocasiones en batalla, le debió dejar secuelas permanentes.

    -Es que usted… Sonríe igual que mi papi al ver a mi mami, y sé que es porque quiere mucho a esa persona- Miro con sus bellos ojos al mayor, abrazando un pequeño peluche de escorpión que llevaba guardado en su bolsillo.

    Niega con su cabeza, más tímido y preocupado, que enojado o molesto –Entiendo-

    -Si quiere a la señorita bonita, debe decirle- Ahora otro dándole concejos al mayor que solo se siente torpe por esta forma de actuar.

    -Lo intento… Pero… No soy tan bueno en ello- Suspiro, mirando al frente, notando que han llegado a la entrada del pequeño parque de Rodorio, en donde se escuchan risa de niños un poco más grandes que Camil.

    -Solo dígale que es bonita, o que su cabello es lindo- Le daba los concejos que puede, pues todos esos conocimiento es por los ejemplos que ha tenido en su vida –Dígale que cocina rico y dele muchos abrazos- Sonríe de nuevo, levantando sus bracitos animado.

    Le da cierta ternura las palabras del pequeño, imaginándose de donde las saca.

    -¿A si son Milo y Camus?- Queriendo cambiar de tema a como sea posible.

    -Sí, mi papi quiere mucho a mi mami y le dice cosas bonitas y aunque a mamá le da mucha pena, le gusta escucharlas- Narra un poco de la vida amorosa de los dos dorados que lo trajeron a la vida.

    Solo dedico una gentil sonrisa, esperando que la atención del menor se vuelva en otra, al momento de llegar a una banca del parque y sentarse para bajarlo a esta.

    -Bien, Camil… ¿Qué te gustaría jugar?- Esperando que olvide el asunto y puedan hablar de algo más o jugar, a veces es hacer las cosas simples de nuevo.

    -Yo… Bueno…- Mirando para todos lados, como si buscara algo especial o alguien –Me gustaría…-

    En eso una pequeña pelita amarilla rodeo hasta los pies de Shiryu, atrayendo la atención de ambos hacia el juguete esférico.

    Apenas si la iba a tomar, para posiblemente devolverla al dueño, cuando una figura femenina apareció algo preocupada.

    -Oh, lo siento mucho…- Los ojos de una joven de cabellos negros atados en una trenza, se abrieron de par en par y de inmediato una hermosa sonrisa se dibujó en sus labios –Shiryu-

    -Shunrei…- Pronunciando el nombre de la joven, con las mejillas de inmediato sonrojadas, no se imaginó que la encontrará.

    Y bueno tanto el pequeño Camil como los otros tres pequeños que están con la joven, se dedicaron una sonrisita cómplice entre sí.

    Parece ser que su pequeño plan está iniciando.
     
  10. Threadmarks: Capitulo 10 (Funciona Y Continua)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    1689
    Ella de inmediato sonrió –Me alegra tanto verte- Sonrojándose de esas tiernas mejillas.

    -A mí también… Me da gusto verte- Sonrió como tonto.

    Parece que no recordaban que se habían visto en la mañana al desayunar, son un par de tortolos enamorados.

    -Veo que estas cuidando de Camil- Ella sonrió al ver al pequeño niño.

    Asintiendo tranquilamente –Si, Hyoga me pidió cuidarlo- Rio algo nervioso, a tenerla de frente con su hermosa sonrisa, esa trenza larga, adornando su cabello con esa flor rosa, simplemente Shunrei a los ojos del dragón es tan linda.

    -Parece que somos niñeros por un día- La joven se sentó a su lado.

    -Si- Sus nervios no se pueden ocultar, pero recuerda lo que sus amigos le han dicho, que actué más seguro.

    -Vamos Camil- La pequeña rubia de inmediato le tendió la mano, simbolizando que lo invita a jugar con ellos.

    Todo calculado por sus mentecitas.

    -Si- Asintiendo el pequeño escorpión -¿Puedo ir?-

    -Está bien Camil- Sonrió ante el pequeño, otorgándole su permiso.

    -Gracias- Bajando de la banca, para ir directamente con los otro tres niños que juegan a la pelota y son vigilados por los dos mayores.

    Tenerla tan cerca, en un ambiente un poco diferente a lo acostumbrado, lejos del santuario, lejos de cinco picos, en una atmósfera más cotidiana.

    Como si fuera una cita a donde llevas a pequeños niños.

    Pero se entiende el punto.

    Podría ser la oportunidad que ha estado esperando.

    -Emmh…- Quiso pronunciar palabra, pero en esta canción alguien más le gano la oportunidad.

    -Shiryu… ¿Acaso te incomoda que este aquí?- La joven hablo algo bajo, pues ha notado su comportamiento, a veces lindo con ella, otras parece alejarse apenas la ve.

    -Shunrei… ¿De qué hablas?- Sus ojos verdes griseárseos se abrieron bastante confundido.

    -Es solo… Que siento que desde que llegue… Estas muy ocupado para que pasemos tiempo... Como antes…- Sonríe algo desganada –Solo cuando Shun y Hyoga nos invitaron a esa día de campo, fue que estuvimos juntos- Sus mejillas sonrojadas, posando las manos en su pecho.

    -No pienses eso, es solo que he estado ocupado con el entrenamiento ahora… Y…- Suspiro, sintiéndose ahora el peor del mundo, por haberla lastimado por sus tontos comportamientos, tanto había llegado el miedo a exteriorizar sus sentimientos, para que llegara creer que no la aprecia.

    -Sé que es más arduo ahora, pero… Por eso quise venir…- Confeso tímidamente, bajando la mirada algo roja del rostro –Ya no van tan seguido a Cinco picos… Los extrañó demasiado, por lo tanto decidí venir con ustedes- Sonrió, demostrando tristeza en sus ojos –Quiero pasar mi cumpleaños a lado de ustedes, y nuestra nueva familia- Sin pensarlo ella tomo la mano del caballero de bronce.

    -Shunrei…- Le parecía cada vez la mujer más adorable del mundo, que no dudo en corresponder también sostener su delicada mano –Perdóname por estar más ocupado, quiero volverme alguien digno-

    -¿Para algún día portar la armadura de nuestro padre?- Ella sonrió como si no hubiera ocurrido nada, es la naturaleza de la joven siempre animar a los demás.

    Suspira, sonriendo levemente algo avergonzado –Si… Espero algún día poder hacerlo-

    -Sé que lo harás- No se ha dado cuenta que aun sujeta la mano del pelinegro.

    -Gracias- Verla dedicándole esa sonrisa, dándole su voto de confianza, puede ser lo único que necesite para sentirse mucho más seguro de sus próximas dediciones, incluso aquellas que la involucran.

    Sin contar que la joven está tomando la valentía que le han proporcionado, buenas y linda ideas para seguir acercándose a Shiryu.

    Una pequeña cortesía de parte de Shion y lo que podría resumirse en como conquistar el corazón de un Libra.

    Pues le funciono a él en su juventud.

    La diferencia es que Shiryu es mucho más calmado, nada atrevido y no intentara cosas extrañas.

    -¿Hasta qué hora vas a cuidar a Camil?- La joven sacando tema de conversación, no quiere dejar de escuchar la voz de Shiryu.

    -Oh… Bueno…- Rasco su cabeza algo confundido –Hyoga dijo que estaría toda la tarde con Shun, Milo y Camus llegaran también por esa hora, por lo tanto creo que hasta la noche- Sonrió apenado.

    -Entonces preparare algo delicioso en Libra para los niños- Está tomando su oportunidad para estar mucho más cerca de su dragón.

    -Me parece bien- Asiente gustoso con la idea –Pero… ¿Me dejarías cocinar a mí también?-

    -Emh…- Llevando una de sus manos cerca de la boca, algo preocupada por lo que piensa y recuerda, sin embargo dedica una sonrisa algo nerviosa –Necesitare que cuides a los pequeños, mejor yo cocino y tu quédate con ellos, para que no se lastimen- Piensa rápido, pues sabe que las habilidades culinarias del dragón son algo desastrosas.

    Además que pedirle que vigile a los niños es mejor opción que decirle directamente que no es bueno cocinando.

    -Está bien, aunque… Camil y Anshin se portan muy bien, también Sander- Agrego aquello como una pequeña sospecha.

    -Sí, pero… Cuando los gemelitos están juntos se vuelve algo desastroso- Hablo un tanto preocupada y nerviosa de lo que pudiera suceder si de verdad el pelinegro cocina.

    Por otra parte mientras ambos están conversando tan amena, notando los sonrojos, la pequeña cercanía que se está dando más allá de una amistad, se puede estar notando a leguas de distancia.

    Y los niño están felices espiándolos a su modo, dándose cuenta que su plan de acércalos está funcionando.

    -Qué bonito- Él pequeño de cabellos aguamarinos sonrió emocionado ante lo que veía.

    -Les dije que era una buena idea- Sonrió triunfante la rubia, incluso algo engreída.

    -Pero… Solo están hablando…- El menor de los gemelos habla, sin darle mucha importancia.

    -Están tomados de las manos- Señalo Sander –Es lo que hacen nuestros padres-

    -Sí, los padres se toman de la mano, porque se quieren mucho- Hablo acercándose al mayor, sin duda apoyándolo con lo que habla.

    -Eso quiere decir que ellos ya se quieren mucho- Asiente el pequeño escorpión nuevamente.

    -Pero si no se lo dicen no cuenta- Argus volvió agregar su gran negatividad, aunque parece más burla.

    -Bueno… Eso ellos lo deben hablar- La pequeña Lemuriana asintió seria.

    -Tienes razón- El mayor de los géminis le dedica una tierna sonrisa, para dé a poco tomar la mano de la pequeña.

    Algo que ella no le molesta, dedicándole una inocente sonrisa.

    Mientras que Argus solo miraba disgustado, como si diera a entender que ellos también algún día se enfrentaran a la misma situación.

    Y Camil, enternecido por ambas acciones de amor.

    Los niños de hoy en día crecen tan rápido.

    Y son medios torpes para darse cuenta de esos gentiles sentimientos.

    Después de la ida al parque, los seis regresaron a Libra, en donde parece guardería por ahora.

    La pelinegra, se dirigió rápidamente a lavarse para preparar algo exquisito, que pudieran comer los pequeños y de igual forma ellos.

    Mientras Shiryu cuida de que los niños no hagan destrozos en el templo de su maestro.

    En efecto como él tenía razón, los cuatro se portan bastante bien, Argus solo molesta a Sander de repente, pero no tanto para enojarse los dos niños.

    Sí que son algo diferentes a como su madre Saga y su tío Kanon se llevan a veces.

    Por un instante y dándose cuenta a como esto se parece mucho a una escena familiar, ya que él estando cuidando de los pequeños, mientas ella cocina para ellos, aunque le gustaría estar ayudando, pero parece que Shunrei prefiere hacerlo sola.

    Además que incendiar Libra no es una opción…

    Shiryu sonrió, sonrojándose, pensando que el último plan sería perfecto.

    Pues solo faltaba menos de una semana para el cumpleaños de Shunrei y necesitaba tener todo listo para entonces.

    Con la cercanía de este día, podría darse cuenta que las cosas saldrían bien, al fin de cuentas… Sus sentimientos no pueden cambiar o desaparece de la nada.

    Ama con todo su corazón a Shunrei, no puede evitarlo, el miedo que siente debe desaparecer, intentara seguir estando a su lado hasta que pueda confesarse y sabe que eso lo hará muy pronto.

    Quiere hacerlo, pero este no es el momento oportuno, aunque lo intente aún le falta algo de valor.

    Pero está más decidido ahora, ella se preocupa por él, siempre lo ha hecho…

    ¿Qué más pruebas necesita?

    Si nunca se ha apartado de su lado, sin importarle nada ella se ha dedicado a velar por él.

    Cuando perdió la vista, cuando con sus rezos logro ayudarlo en aquella prueba, siempre Shunrei ha sido una gran fuerza en su corazón.

    ¿Por qué temer?

    Ella deseaba verlo, aunque mencionara a los demás, sabe que ella está allí para pasar más tiempos juntos.

    No va a desperdiciar más oportunidades, solo seguirá a su lado, puede como amigos ahora, pero… Es solo cuestión de unos días.

    Preparado todo lo que puede, con la ayuda de Dohko, que este de seguro ya está pensando en algo más elaborado, está súper entusiasmado por que sus dos pequeños por fin sean valientes y estén juntos.

    -Tío Shiryu-

    -¿Qué sucede Camil?-

    -¿Ya le dijo algo a la linda señorita?-

    -Emh…- Se sorprendió algo por esa pregunta, pero parece que está entendiendo algo de lo que sucedió –No, aun no le digo, pero… Pronto lo hare-

    -¿Cuándo será eso?- La niña sonrió curiosa.

    Sonrió poniendo un dedo delante de su boca –Es un secreto-

    -Pero, queremos ayudarlos-

    Rio divertido –¿Intentaron algo así el día de hoy?- Rápidamente cuestiona.

    Los cuatro se miran, con una sonrisa cómplice, negando rápidamente.

    No van a decir nada, pero parece ser que el plan ayudo a acércalo más, a que se dieran cuenta de sus sentimientos mutuos y darse más valor.

    Parece que fuera lento, pero es como el amor de ambos se está dando, ya solo falta que llegue el día principal, en donde todo dará frutos.

    En donde podrán demostrar lo que sienten, un momento especial para los dos, solo esperando que salga bien.

    Y lo será, con el apoyo de muchos que ni el propio Shiryu se imagina.
     
  11. Threadmarks: Capitulo 11 (Feliz Cumpleaños Parte 1)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    2179
    ---Veinte de abril (Cumpleaños de Shunrei)---

    Es la costumbre de la joven, levantarse muy temprano por la mañana, le agrada tanto sentir la suave brisa del amanecer y los primeros rayos del sol en su rostro.

    Pero en esta ocasión, parece que se tienen otros planes.

    Dormida sobre la suave cama, que es para ella cuando está en Libra, comienza a sentir que unas pequeñas manos tocan las suyas y su rostro con suavidad.

    Se le hace curioso, entre dormida esta sensación, aun así sonríe, pues parece que esos pequeños toques coinciden con otros que está teniendo en su sueño.

    Como si en su mundo ideal, estuviera cuidando a alguien así, de las mismas características, un ser que es de ella y de su amado dragón.

    Deseando no despertar aun.

    -Tía Shunrei…- Una delicada voz infantil, la está llamando con cuidado, así como se lo indicaron.

    -¿Mmh?- Pregunta con cuidado, sin abrir sus propios ojos.

    -Tía Shunrei, ¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!!- La pequeña Lemuriana, alza un poco la voz, aunque se le había indicado no hacerlo si está dormida la joven, pero se siente emocionada.

    -¿He?- Confundida por esas palabras y reconociendo quien la llama, abre sus ojos con cierta pesadez, encontrándose con el rostro sonriente de la pequeña -¿Anshin?- Aun creyendo que está dormida o necesita comprobar que es la realidad.

    -Felicidades- Le sonrió, para después darle un pequeño abrazo, mientras sigue dedicándole cumplidos por ser su aniversario de vida.

    -Muchas gracias- Obviamente sentir ese tibio tacto, la invade de emoción, siempre siendo muy cariñosa con los pequeños, además que es demasiado hermoso que tantos recuerden su cumpleaños, cuando siempre estuvo acostumbrada a solo dos que la felicitarán.

    -Tía Shunrei, tiene que ir rápido a la sala- La pequeña la mira atenta, mostrando un semblante algo serio para ser tomada enserio.

    -¿He?- Ladeando su cabeza, bostezando delicadamente, cubriendo su boca con la mano -¿Sucede algo?- De inmediato se preocupa, creyendo que algo malo ha ocurrido.

    Alzando su dedo índice delante de sus delgados labios y cerrando un ojo –Es un secreto- Una pequeña risita cómplice la niña le dedica –Solo tiene que ir rápido, yo la espero- La menor sentándose en la orilla de la cama, cerrando sus ojos, para según ella darle algo de privacidad a la pelinegra.

    Dándole mucha gracia el comportamiento de la niña, ya estaba sospechando de qué se podía tratar, no haría esperar a nadie.

    Se daba cuenta que apenas está saliendo el sol, eso quiere decir que durmió un poco de más.

    ¿Cómo no hacerlo?

    Si en sus sueños estaba viviendo una hermosa fantasía que anhela con todo su ser, pero cada vez ya siente que está lejos.

    Aun así, pensando mientras se cambia y arregla como cotidianamente lo hace, sus ropas de color fiusha, la blusa de un corte largo y el pantalón hasta poco más arriba de los tobillos, arreglando su cabello en esa larga y hermosa trenza que solo ella sabe cómo darle la forma deseada.

    Pensó por unos segundos si sería adecuado portar esa bella flor que Shiryu le dio alguna vez, un lindo toque a su parecer.

    Al final lo hizo, sonriendo, solo pensando que Shiryu estuviera con los demás esperándola, para dedicarle un feliz cumpleaños y comer algo delicioso, todo en compañía de la familia tan peculiar que ahora tiene.

    Al sentirse satisfecha con el resultado, le indico a la niña que podía descubrirse los ojos.

    -¿Cómo me veo?- No cambio mucho, pero su sonrisa es lo que da el mejor toque a todo.

    -¡¡¡MUY LINDA!!!- Alzando sus bracitos, emocionada por halagar a la joven.

    -Entonces… Estoy lista- Sonrojada pues no está muy acostumbrada a cumplidos tan exagerados a su parecer, hasta sintiéndose avergonzada.

    Levantándose de un salto de la cama, rápidamente tomando la mano de la China –Vamos- Para guiarla hacia su primer destino.

    -Ja, ja, ja, está bien- Se dejaría guiar por los pasillos de Libra ya conocidos.

    -Pero primero debe cubrir sus ojos tía Shunrei- Habla bastante seria –Yo la voy a llevar, así que no se preocupe no chocara contra nada- Su declaración es suave y orgullosa, después de todo está lista para cumplir la misión dada por su abuelo Dohko.

    Curiosa por como la niña actúa, eso la hace recordar la similitud que posee con sus progenitores, haciendo que ría suavemente, pero obedeciendo a fin de cuentas.

    -Confió en ti Anshin- Cierra sus ojos delicadamente, su sonrisa no se borra para nada.

    Sintiendo el suave caminar de la pequeña, para llevarla a donde es indicado, sonríe tan solo imaginar lo que le espera, es una joven de gustos simples, tan solo con que le dieran un abrazo y recuerden su día especial es suficiente.

    Para Shunrei un hermoso día es donde ella pueda cocinar para los que quiere mucho, pero de seguro será lo que menos le permitan hacer, siempre ha sido así en el día de su cumpleaños.

    Al vivir en cinco picos con el viejo maestro y Shiryu, siempre el castaño cocinaba en ese día especial, preparándole deliciosos platillos que no sabían cómo terminarse toda la comida.

    En un solo pensar, se da cuenta que extraña un poco esa vida tan apartada del santuario, en donde sentía que nada malo ocurriría.

    Vivió demasiado preocupada esa época en donde los dos hombres más importantes en su vida, debían irse para cumplir su deber de caballero, sumiéndola en una gran preocupación y desesperación.

    Que se calmó a medias cuando pudo ver de vuelta a Shiryu, pero al saber que Dohko jamás lo haría... Fue un golpe demasiado duro para ella.

    Que agradecer no tener que haber soportado tanto, pues en un tiempo, Libra volvió a la vida, esta vez teniendo una oportunidad de vida nueva y con el lapso de paz actual… Es lo mejor.

    -Cuidado…- Habla la pequeña, tomando ambas manos de la joven, para evitar que tropiece con la mesa.

    Una sonrisa pequeña, asintiendo y dejándose guiar por la niña.

    Con unos pequeños pasos más hacia delante y deteniéndose, fue como se dio cuenta que se encuentra en la sala.

    -Listo, hemos llegado tía Shunrei- La niña habla firme, pero es como tratando de ocultar una pequeña risita.

    -¿Ya puedo abrir los ojos?- Preguntando bastante emocionada por lo que le espera.

    -¡¡¡SI!!!- La menor alzo su voz, denotando más emoción.

    Sin dejar de sostener las manitas de la niña, fue como abre sus ojos con delicadeza, para de a poco visualizar lo que ahí a su delante.

    Un “Felicidades” al unísono por los presentes, sorprendiendo a la pelinegra, que no podía salir de su fascinante sorpresa.

    -Wow Que hermoso- Cubrió rápidamente su boca, admirando como han adornado el templo de Libra solo por su cumpleaños.

    Sabiendo que el color preferido de la joven es las diferentes tonalidades del rosa, serpentinas, algunos globos y un gran cartel escrito con caligrafía china su nombre con la típica leyenda de “Feliz cumpleaños”

    Sin duda se prepararon con anterioridad para festejarla en su día especial.

    Ya habiendo recibido la felicitación de parte de la niña, esta se alejó de la pelinegra, para ir directo con sus padres, y dejar que Shunrei reciba un montón de abrazos.

    El primero como siempre de emocionado, sin poder aguantar la inmensa dicha de ver a su niña crecer.

    Dohko como si fuera un niño chiquito, directo para abrazar a Shunrei, bastante sonriente.

    -¡¡¡FELICIDADES MI PEQUEÑA SHUNREI!!!- Libra siendo demasiado expresivo en su sentir, sobre todo con aquellos que ama mucho, después de todo esa joven fue criada por él desde ser una bebe, así que para él es su hija.

    -Gracias padre- Corresponde el abrazo tan feliz, no puede negar que en los brazos de ese hombre se siente tan segura, como cuando en medio de la oscuridad de infancia, al escuchar ruidos extraños y se aterraba, siempre la cuido ante todo mal, el deber de todo buen padre, cuidar y proteger a sus hijos.

    Separándose un poco, sin dejar de tener sus manos en los hombros de la pelinegra, se le escapa una pequeña lagrima –Ya tienes quince años… Ay que feliz estoy-

    -Ay padre… No llore- La joven de inmediato limpia una de esas lágrimas, le da una gran emoción por estar en este lugar rodeada de gente tan maravillosa.

    Ahora un peliverde se acerca, también queriendo felicitar a Shunrei, si es que Dohko al dejaba recibir más cariño.

    -Dohko… ¿Me dejas…- Ni pudo terminar de hablar cuando Libra le cedió el espacio.

    -Claro que si mi borreguito, felicita a tu hija- Con esa sonrisa, dispuesto a avergonzar a su amado Shion.

    -Gracias…- No es que le desagrade tener una hija, es solo que es demasiado increíble que pueda vivir algo así de hermoso, a lado de su preciado corazón.

    Pero rápidamente trata de clamarse, para darle sus felicitaciones a la pelinegra.

    -Facilidades Shunrei, espero que la pases bien- Dudo un poco en si era aceptable darle un abrazo o no, es algo nuevo en esto de tener hijas, además que no ha podido convivir tanto con ella.

    -Gracias papá- Ella fue quien inicio el abrazo, sintiéndose muy alegre con la persona que Dohko escogió con el corazón, después de todo ella lo acepta.

    La sonrisa en el rostro del patriarca se dibujó, es real que ahora tenga una familia con Libra, y va a festejar junto con ellos este hermoso día.

    Tres más faltan por felicitarla.

    Kiki con once años, aún sigue comportándose de repente como un niño, aunque ahora ya es un gran reparador de armaduras y teniendo el permiso de su propio maestro/mamá, para asistir.

    El tercero en abrazar a la joven.

    -¡¡¡FELICIDADES SHUNREI!!! Luces muy bonita- Sus mejillas regordetas, dándole su felicitación y un lindo cumplido inocente.

    -Muchas gracias Kiki- Le da tanta ternura el comparente del preadolescente.

    Y por último pero no menos importante su hermano mayor y correspondería decir… Cuñado…

    Sin mucha ceremonia Mu si es de dar abrazos muy fácilmente a sus seres queridos, un rasgo compartido por Libra.

    -Espero que la pases muy bien hoy-

    -Gracias, sé que será un buen día- Asintió emocionada, ahora tiene a tantos seres queridos.

    Por ultimo Virgo, quien es muy ajeno de todas esas situaciones de afecto excesivo.

    Y en efecto si aprecia a la joven China, porque después de todo, les ha hecho el favor de cuidar a su pequeña hija.

    Pero eso de abrazar, solo se le da con Mu, Kiki y Anshin.

    -Felicidades- Asintió con la cabeza.

    Shunrei no tomo este gesto como malo, si no que respeta la forma de ser de cada quien.

    -Gracias cuñado- Pero eso no significa que se quedara callada en darle a escuchar la relación simbólica que tienen.

    Después de aquella felicitación de todos, la joven busca con su mirada a alguien especial, pero…

    -Vamos que prepare deliciosos platillos para mi pequeña Shunrei- El castaño tan alegre, dejando ver la mesa puesta.

    -¿No cree que preparó mucho padre?- El pelilila mirando algo apenado la gran cantidad de alimentos.

    -Pero si es lo que siempre cocino para festejar a mi niña, ahora solo fue un poco más- Sonrió mostrando sus blancos dientes.

    -Dohko… Rollos primavera, Mapo doufu, Zongzi, Jiaozi…- Lo miro atento -¿Qué ese no es un platillo para año nuevo?- El patriarca lo miro bastante curioso.

    -Es el favorito de Shunrei, no me importa si es solo de esa fecha, yo lo cocino para mi niña- Cruzado de brazos, bastante orgulloso.

    -Es muy bueno abuelo- Anshin parece también encantada por la forma de ser del castaño.

    -Pues todo luce delicioso- Kiki solo en pensar en el sabor de cada platillo se le hace agua la boca.

    -Aun así… Creo que exageraste-

    Sin pensarlo Libra abraza a su borreguito, para demostrarle su amor.

    -Me gusta cocinar para quienes amo, y lo sabes mi amor- Besándolo en los labios de forma fugaz, por la presencia de niños.

    -Dohko, por… Favor…- Se sonroja por solo esa acción.

    -Bueno en ese caso, vamos a comer todos, o más bien desayunar… Almorzar…- Pensativo se encogió de hombros –No importa vamos a disfrutarlo- Rápidamente mira al rubio, que sin duda no está muy a gusto con la comida que contiene carne –Ay no te preocupes yerno… Que para ti y Anshin ahí comidas a base de vegetales-

    -Gracias- Respondió serio, tomando la mano de Mu y de la pequeña rubia.

    Todos sentándose en aquella mesa en donde competirán por hoy los alimentos tan temprano, esperando a que la pelinegra pueda reaccionar, como si estuviera esperando que alguien aparezca, pero que no está.

    Ni en Libra, y parece que no vendrá para este día.

    En su mente esto la hace sentir muy triste, ni siquiera la ha felicitado.

    Le pone mal, tan solo creer que…

    -Lo olvido…- En voz baja, en un pequeño susurro, para sonreír en este día de forma fingida, así unirse a su familia, aunque su corazón no está presente.
     
  12. Threadmarks: Capitulo 12 (Feliz Cumpleaños Parte 2)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    2799
    La mañana transcurrió sin muchos inconvenientes, básicamente, es un día tranquilo en donde solo porque el patriarca lo ordena, no hay entrenamiento.

    Claro él si puede decidir si ahí que entrenar ese día o no, solo por un cumpleaños. Seamos sinceros por los cumpleaños de sus niños si hace excepciones, nomás no quiere ser muy evidente.

    Pero en fin… Están conviviendo como una singular familia, aunque la festejada no esta tan feliz realmente, pues está extrañando a una persona que parece que le ha fallado.

    Mas no lo quiere demostrar, su dolor se lo guardara, después podrá llorar al final de toda esta hermosa sorpresa.

    No quiere hacer sentir mal a sus padres, hermanos, sobrino y si su cuñado, por haber hecho algo para ella.

    No arruinara este maravilloso día, por alguien que ha roto su corazón.

    Parece ser que el corazón de la joven Shunrei, está entendiendo que no es correspondida, y aunque duela lo va aceptar, si la amistad es lo que desea Shiryu, está bien por ella.

    Se puede creer que el almuerzo familia seria la sorpresa del día, pero realmente no es cierto.

    Existen varias sorpresas, además de regalos, pero esos se verán después.

    Y aquí inicia un plan que se estuvo preparando en secreto, aunque en realidad todos ayudaron, para ocultarlo todo para la joven.

    Aun que alguien fue quien se esforzó el doble para hacerlo perfecto.

    Sí que lo han hecho bien.

    Mientras Shunrei juega con la pequeña Anshin, y Kiki acompañándolas también.

    Alguien hace uso de presencia en Libra.

    -¡¡¡SHUNREI!!!- La voz ya conocida de Adonia se hace presenté, aunque recuerda de inmediato lo que deben hacer al entrar a un templo –Ups, disculpen… Caballero de Libra, disculpé… ¿Puedo pasar?-

    -La esposa de Aldebarán, claro que sí, bienvenida- Tan sonriente, desde la cocina dio su consentimiento, parece que está haciendo algo sorpresa.

    -Gracias- Y sin más va directo a la pelinegra –Felicidades- Y sin pensarlo la abrazo fuertemente.

    -Oh, muchas gracias- Si se sorprendió mucho, no porque no conociera a la joven Adonia, si no que no pensaba que la fuera a ver hasta Libra para felicitarla.

    -¿Qué tienes planeado para el día de hoy?- Rápidamente le pregunta, sonriente, intentando ocultar algo y tiene mucho éxito en eso.

    Cada pregunta repentina, asusta algo a la joven Asiática, pues no lo había pensado con anterioridad, solo tenía en mente estar con su familia y ya.

    -Bueno… Yo…-

    -Tía Shunrei no tiene nada planeado- Si no contesta la cumpleañera su sobrino mayor lo hará por ella.

    -Sí, hoy puede salir- Anshin haciendo segunda.

    -Perfecto- Le tomo las manos a Shunrei, para ayudarla a levantarse del piso –Entonces ¿Te parece bien ir a Rodorio un rato? Tengo ganas de ir a comer unos pastelillos y hoy te invito por tu cumpleaños- Sonrió triunfante.

    -Pero… Adonia, debo estar con mi familia, ellos…- No pudo terminar de hablar cuando.

    -Ay mi niña, no te preocupes ve y diviértete un rato con una amiga- Dohko se nuevo dando su aprobación, estando aun en la cocina.

    -¿Enserio?- Sigue sin creerlo, ya que tiempo antes, Dohko no permitía a sus niños que se fueran lejos en el día especial de ellos, los mantenía a su lado, como todo padre protector, y ahora…

    Bueno los tiempos son diferentes sin duda.

    -Vamos Shunrei- La castaña mujer le sigue insistiendo bastante animada.

    Pues parece ser que no tiene más remedio, tiene toda la luz verde para ir un rato a divertirse con una amiga, cosa que parece ser que nunca había hecho.

    Ya que en Cinco picos, siempre estaba ocupada o junto al viejo maestro o con Shiryu, teniendo casi nada de tiempo y sin ninguna otra amistad femenina hasta el momento.

    Así que Adonia se volvió su primera amiga y el caballero femenino Marin también otra, salvo que con esta última no comparten muchas cosas en común.

    Sonriendo asintiendo –Bien, vamos a probarlos- Miro atenta a la joven y después pensó que sería buena idea llevar a los más pequeños -¿Podemos llevar a Kiki y Anshin?- Después de todo es una excelente tía.

    Sin embargo.

    -No, no tía Shunrei, estamos bien- Kiki de inmediato negó ante la invitación.

    La rubia igual hizo lo mismo, negando con su cabeza.

    -¿Seguros?- Le llama la atención como están actuando los dos niños –No existe molestia si van ¿Verdad Adonia?-

    -Claro que no, pero…- Pensando rápido –Puede que sus padres tengan algo planeado más tarde y tengan que irse de inmediato- Mira a los niños aprovechando que Shunrei está distraída y les guiñe un ojo para que le sigan la corriente.

    -Sí, es que… Debemos ir…- El Lemuriano intentando buscar la excusa perfecta.

    -Es que papá dijo que quiere que vean mis avances, ya puedo ver sin abrir mis ojos- Y la pequeña cierra sus ojitos para demostrar que ha progresado.

    Aunque en si no es mentira, está haciendo muchos avances a corta edad, al igual que sus progenitores, pero aún le hace falta un poco más.

    -Ja, ja, está bien- Por fin Shunrei es convencida de no invitarlos e irse con Adonia bastante tranquila –Volveré en un rato…-

    -Como para la hora de la cena, volveremos- Rápidamente la toma de los hombros, para empujarla fuera del templo –¡¡¡CON PERMISO!!!- Exclamo algo alto para ser escuchada por los que están en la cocina.

    Sin tiempo de despedirse, bastante asustada por el comportamiento de la otra joven, pero nunca seria grosera a negar un linda invitación.

    Por lo tanto en el momento en que se fue…

    -Kiki, Shunrei ¿Ya se fue de verdad?- La voz del patriarca ahora comenzó a hablar.

    -¡¡¡SI!!!- Hablo fuerte y claro, animado por lo que empezará a continuación.

    -¡¡¡BIEN!!!- El castaño salió de inmediato de la cocina, algo manchado de harina –Entonces, saquemos los adornos- Rodiamente se dirige del pelilila –Mu, avísales a todos, que solo tenemos cinco horas para hacer una hermosa fiesta sorpresa para Shunrei y…- Parece que está hablando bastante rápido, por la emoción que todo esto representa.

    -Dohko… Cálmate por favor- El patriarca se sonroja algo por el comportamiento infantil de su amado esposo.

    -¿Cómo me voy a calmar?- Abrazando al peliverde, para darle un dulce beso en la mejilla, aunque muy cerca de los labios.

    Acto seguido Kiki cubre los ojos de la rubia, mas por molestarla como para que no viera, si está acostumbrado a ver besos por parte de sus padres y no es algo para nada malo.

    -Si dentro de unas horas, exista otra linda pareja que tengan de protagonistas un Libra y una Aries- Su sonrisa no se puede ocultar, la emoción, es un hombre que está entusiasmado con el amor, que desea que todos lo logre experimentar y que no tengan que esperar más de doscientos años para estar juntos.

    -¡¡¡DOHKO!!!- Su sonrojo no se puede evitar en sus mejillas –Tranquilízate, y vamos a preparar todo de una vez, el tiempo se pasa volando y…- Intenta desviar el tema para que la fiesta sea lo principal.

    Ahora si no puede evitarlo y robar besos de su amado borrego es una de sus grandes pasiones.

    -Tienes razón mi borreguito- Sosteniendo la mano del patriarca, se dirige de inmediato a los demás –Mu ¿Ya te comunicaste con los demás?-

    -Apenas… Lo voy hacer- Un sonrisa de pena por el comportamiento de una de sus figuras paternas.

    -Muy bien, hazlo rápido- Y luego se fija en el rubio –Tu ya sabes que hacer- Siendo conciso en su habla.

    Suspira, mirando a su amado Aries, como preguntándose ¿Por qué está haciendo esto?

    Aunque conoce bien la respuesta.

    -Si… Ya tengo los adornos- No es partidario de las fiestas y termina en una familia donde Libra le gusta festejar cualquier cosa, pero es un pequeño precio que tiene que soportar por Mu y sus hijos.

    -Nosotros ya tenemos los dulces- Kiki sonrió cargando a su hermanita, que igual asiente emocionada.

    Ver a los dos niños que lo llaman abuelo ayudándolo con la organización también, es algo que le da una verdadera emoción, que no puede contenerse para abrazarlos.

    -Son los mejores ayudantes que alguien pudiera pedir- Su amor de abuelo está presente, pues el de padre está a flor de piel, bueno… Libra es de los que demuestra sus sentimientos abiertamente en todo momento.

    Sabe que si no hace algo, el castaño no los soltará y necesitan apurarse, ya que una fiesta sorpresa nunca se debe dejar a la ligera y sin supervisión, eso lo conoce de antemano como patriarca.

    -Bueno, Dohko suéltalos- Rápidamente da esa orden para poder proseguir.

    -Pero… Mis nietos son los mejores y…- Un ligero puchero para salirse con la suya, pero con el peliverde no funciona.

    Niega con la cabeza –Vamos a continuar, dentro de poco vendrán los demás y aun no terminamos de preparar la comida- Mira serio a su chinito.

    Resignado tiene que hacer caso a su amor.

    Soltando a los niños, que comenzaron hacer lo que les toca.

    Y de igual forma Mu y Shaka a sus deberes, solo por este día pueden comportarse como jóvenes adultos normales, preparando un festejo para alguien importante.

    Además que no solo ellos están participando, si no que los demás dorados, están dispuestos a festejar a la joven Shunrei, que de cierta forma todos la han conocido y les cae bien.

    Aunque Death Mask y ella sí que no se llevan nada bien, pero se soportan.

    Pero no solo ellos serán invitados a esa fiesta, si no que obviamente alguien tuvo que pedir permiso y no solo al patriarca, si no a la rencarnación de Atena en este siglo.

    Sin duda acepto y está invitada, además de los jóvenes de bronce.

    No será una fiesta de gala, ni nada por el estilo, es más como una pequeña reunión familiar.

    Bueno… Ni tan pequeña, si tan solo con la familia directa son ocho, ahora contado a todos los dorados, los cuatro de bronce como amigos y la Diosa… Pues se hace una gran cantidad de personas.

    Qué bueno que los templos tienen una gran capacidad para personas.

    Oh y obvio… Contando a los pequeños niños que están ahora en el santuario, se hace una hermosa familia unida.

    Para eso necesitaron el apoyo de todos, pero la mente maestra detrás de todo, se pensaría que es Dohko, pero realmente no lo es.

    Un suspiro se deja escuchar, mirando el atardecer, indicando que la hora ya está muy cerca, los nervios lo invaden por completó.

    Pensando en que puede algo salir mal, o que no esté tal como lo imagino.

    Algo perfeccionista en este punto, pero… ¿Pueden culparlo?

    Desea que todo sea perfecto para la joven que ama, en el día que ha decidido que será su declaración.

    Sabiendo que debió haberla hecho sentir muy triste, por no felicitarla desde temprano, pero… Debía supervisar todo, además que no confía mucho en sí mismo.

    Temiendo que en uno de sus momentos de nervios se le salga alguna verdad.

    Sí que tus habilidades y capacidades cambian si estás enamorado, te puedes volver torpe e inseguro.

    Pero en este día, veremos si todos sus avances rindieron frutos, si sus pequeños momentos juntos, aun con sus torpezas, miedos, y concejos por parte de todos sirvieron.

    -Shunrei… Mi linda Shunrei… Espero que te guste esto…-

    ---Noche (templo de Libra)---

    Después de una tarde con una buena amiga, en donde en su caminata recibió algunas felicitaciones de parte de otros caballeros.

    Incluso algunos halagos, que tomo con amabilidad, pero dejo en claro que no está interesada en nadie más.

    Y si, comieron muchos deliciosos pastelillos, pero dejando espacio para lo que se viene a continuación.

    -Fue un día maravilloso Adonia- Sonriendo, agradeciendo el detalle que tuvo con ella.

    -¿Verdad que si?- Solo pegunta por inercia, pues sabe que esto está a punto de comenzar.

    Suspira algo cabizbaja, se nota su pesar por que alguien importante no esté a su lado, que ni recordó su día especial, no sabe cómo expresarlo, pero sigue en mente de no angustiar a nadie más.

    -¿Sucede algo?- Pero para los ojos de quienes la han conocido aunque de hace poco saben que es raro verla algo decaída.

    -No, es solo que…- Sonriendo de forma fingida –Es un día realmente hermoso, nunca creí que esto llegara a pasar… Aunque las batallas es algo que se no se evitara en el santuario, es bonito saber que todos al final somos una familia- Dictas sus palabras con todo el corazón, siendo una verdad actual.

    -Tienes razón- Adonia asiente, comprendiéndola a que se refiere, después de todo es como ella, en el sentido de que se aterra cada que su Aldebarán sale de misión, pero no puede evitarlo –En estos días debemos disfrutar al máximo el poder vivir sin muchas preocupaciones-

    -Cierto- Una última sonrisa dedica antes de despedirse –Muchas gracia en verdad, has sido muy amable conmigo- Pensando rápido, y teniendo una idea diferente -¿Quieres pasar a tomar un poco de te?-

    -Claro que si- Emocionada pues sabe lo que le espera a la joven tan solo al cruzar la entrada de Libra.

    Y con pasos un poco más acelerados, ambas se disponen a ingresar al séptimo templo.

    Apenas fue así, cuando…

    -Qué raro… Libra está a oscuras…- Y de repente todo se ilumina para dejar en evidencia a todos los implicados.

    ¡¡¡SORPRESA!!! ¡¡¡FELICIDADES SHUNREI!!!

    Es lo que todos gritaron al unisonó, bueno en su mayoría, pues algunos ya están comiendo de contrabando e incluso otros bebiendo sin ser notados.

    Se permitió solo una pequeña cantidad, pero… Algunos llevan de su suministro personal.

    Dando un salto para atrás por la impresión, jamás ni en sus sueños más locos creyó que algo así ocurrirá.

    -¿Eh? ¿Qué es…?- Apenas si podía hablar, mirando a todos sonriéndole, buscando con la mirada a su padre, ya que no se cree esto.

    -¡¡¡ES UNA FIESTA SORPRESA PARA TI MI NIÑA!!!- De nuevo ese lado paternal, para darle otro abrazo.

    El castaño esta emocionado, pero no solo por la sorpresa, si no que espera que todo salga bien para ambos, él si conoce el plan, pues se lo dio.

    -¿Una fiesta? ¿Para mí?- Se señala a sí misma, sonriéndoles a todos y por ende dejando escapar unas pequeñas lágrimas, pues… De verdad es maravilloso lo lindos que son todos.

    Obviamente felicitaciones no se dejaron escapar, incluso ver a Atena dándole un gentil abrazo, es algo bastante impresionante.

    Los otros dorados y sus parejas, felicitándola, algunos llevado un pequeño detalle.

    Incluso Death felicitándola, pero ya llevando copas de más, Afrodita tuvo que alejarlo para que no digiera tonterías sobre la organización del evento.

    Los niños todos rodeándola para darle muchos abrazos y flores que han preparado para ella, como una dulce muestra del aprecio que le tienen.

    Aquellos que son más contemporáneos a su edad, también llenándola de abrazos y felicitaciones, por su aniversario de vida.

    Sí, todo hermoso, divino, espectacular, pero… Hace falta alguien, que parece que aún no quiere mostrarse.

    La música sonando, algunos comiendo, otros ya bailando y haciendo tonterías, que no pierden el tiempo, risas de burla, algunos ya avergonzados.

    Es armonioso al estilo del santuario.

    Sin embargo Shunrei suspira, pensando en que esto es todo lo que le depara el día.

    Y no la malentiendan, es muy feliz porque todos pensaran en ella de esta forma, pero… Quiere ver a quien ama, sin embargo viendo todo esto… Tiene una nueva idea.

    Sonriendo algo melancólica –Debió ir de misión… Tal vez algo de improviso…- No puede negar que le duele, pero… A veces las cosas son así, y no puede hacer nada al respecto –Lo más seguro es que cuando vuelva me dará un abrazo, se disculpara y todo estará bien-

    Ella sola se da ánimos, no pasa nada si ese es el motivo, pero…

    -Shunrei…- Esa voz tan suave y gentil, que le trae alivio a su ser cada que esta con ella.

    Se gira de inmediato, pensando que no podía ser cierto…

    -¿Shiryu?- Sus ojos se abrieron de par en par, sorprendida por verlo –Estas aquí- Habla algo alto, pero su sonrisa se puede ver de dicha, las mejillas sonrojadas y su corazón latiendo como loco.

    Se siente muy apenado por no haber estado con ella desde un inicio, pero tenía sus razones, ahora esto es lo que importa y de seguro le dará una excelente explicación y pedirá su perdón, sin embargo algo de sebe hacer primero.

    -Shunrei, ¿Puedo hablar… Contigo a solas?- Necesitando todo el valor posible solo para esa pregunta.

    Está jugándose su mejor carta.
     
  13. Threadmarks: Capitulo 13 (Feliz Cumpleaños Parte 3)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    403
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Dos Corazones Infantiles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    2681
    El corazón de la jovencita comienza a acelerarse, como si fuera un tambor con una melodía tan intensa que no se puede ocultar, sonrojándose, llevando la mano al pecho.

    Una tímida mirada dedicada para el caballero de bronce, una sonrisa tenue.

    Luciendo tan delicada como una flor de melocotón en pleno florecimiento.

    -Si…- Apenas su voz sale, la timidez esta con ella.

    Al igual que con Shiryu, pero… El necesita ser tan valiente para esta confesión.

    No se va a retractar en su decisión.

    -Ven…- Le toma la mano con suma delicadeza, esperando que ella no se retracte en ir con él.

    Ambos tomados de la mano, es así como el pelinegro dirigió sus pasos a las afueras del templo de Libra, justamente a la parte que conecta hacia Escorpio.

    Aprovechando el ruido de la fiesta, nadie se dará cuenta que la festejada no esté presente por unos momentos.

    Aunque unos pares de ojos los observaron de lejos, como si fueran espectadores de lo que ya habían aconsejado y siendo de ayuda por si alguien se pegunta ¿Dónde están? Quienes se acaba de retirar.

    -Ja, ja, ja, creo que fue muy amable de tu parte por aconsejarle como confesarse- Pegaso burlándose de cierta forma del fénix.

    Cruzado de brazos, mirándolo con el típico ceño fruncido algo ya emblemático en él –No es la gran cosa…- Suspirando, restándole importancia al asunto.

    -Claro que si- El castaño sigue molestándolo, tentando algo su suerte –Mira que la fiesta fue idea del viejo maestro, pero sus concejos no funcionaban para el discurso final-

    -Solo se necesitan los adecuados para la lagartija- Bastante serio en su habla.

    -Y ¿Tu como sabias ayudarlo?- Le sonríe curioso por la respuesta.

    -Solo lo sabía y ya- Algo molestó por la insistencia del otro.

    -Bueno, ya no te enojes, solo quería hacer conversación- Seiya pone sus manos delante de su cara, y una ligera sonrisa nerviosa se posa en sus labios –En fin… Si no estás de humor para platicar, creo que iré a comer algo- Señala con su pulgar la mesa con algunos postres –Te diría que vinieras conmigo, por de seguro ya te fastidiaste de mi- Otra risita nerviosa sale de sus labios.

    -Mmmh- Solo esto responde, dejando escapar un suspiro y encaminando su andar a esa dirección que Pegaso indico.

    -Entonces, aun no te harto lo suficiente- Otro sonido de burla de parte del castaño se instala en el ambiente.

    -Si me fastidias, te voy a alejar a golpear- Sentencio bastante serio el peli azul.

    Seiya solo sonríe y dirige sus pasos a la par de Fénix, para comer algo juntos.

    Parece ser que se están llevando bastante bien.

    Por otra parte del templo.

    Tanto Dohko como Shion también notaron como salieron de Libra de una forma discreta.

    -Vamos Shiryu… Tienes que hacerlo- Libra confiando plenamente en su alumno.

    Suspirando intentando calmar a su amado Dohko –Aun son unos niños, si las cosas no se dan esta noche, no deberías decepcionarte-

    -Lo sé, pero…- Frunce el ceño, y haciendo su mano puño –Debe ir por su Aries-

    Rojo de las mejillas, pues entiende a lo que se refiere el castaño y le parece tanto adorable como vergonzoso, después de todo ellos también son una pareja conformada por un Libra y un Aries.

    -Dohko… Deja de decir eso… Por favor…-

    -¿Cómo no voy a decir nada?- Se queda pensativo, tomando la mano del peliverde –Tú y yo estamos juntos mi borreguito más de dos siglos separados y nuestro amor ha perdurado por tanto tiempo, que siempre será así, hasta el día que la muerte nos alcance- Tan dulces palabras para su Shion, solo con él puede decirlas.

    -Dohko…- Siempre es capaz de sonrojarse con esas dedicaciones hermosas de amor.

    -Leí en un pergamino que también el antiguo Libra se enamoró de un Aries, y luego como vivió muchos años, trecientos siglos después, en esa generación volvió a encontrar el amor en otro Aries- Suspira, para acercarse y robar un beso de esos labios que solo a le pertenecen.

    Siendo corto, pero tan significativo.

    -Por eso… Sé que Shiryu y Shunrei estarán juntos, porque su amor está protegido por sus constelaciones- Esa sonrisa de nuevo tan amplia –¡¡¡ES EL DESTINO!!!- Y acto seguido abraza al patriarca con tanto amor, para demostrarle que ese amor entre sus signos es inquebrantable.

    De nuevo un suspiro, es imposible ganarle a su Libra, con hechos que pueden sustentar sus ideas.

    ---Afuera de Libra---

    Volviendo con la dulce y adorable pareja, que esperemos que por fin se confiesen.

    Es bastante cálido afuera, la primavera llego y es perfecta más en la noche para dar el escenario ideal para los jóvenes corazones enamorados.

    No dejaba de sostener su suave mano, porque el simple tacto es perfecto, es tan cálido que lo cree mágico.

    Aun así los nervios lo invaden, organizo todo esto, pero sabe que la debió haber hecho sufrir cuando en La mañana no la felicito y sigue sin hacerlo.

    Al momento de verse ya lo suficientemente lejos, es cuando se detiene, para tomar un poco de aire.

    El escenario tan bello, la luna en cuarto menguante, Shiryu tomando su mano, yendo un poco delante de ella, y obviamente Shunrei detrás, con las mejillas coloradas y sus ojos fijos en la espalda del dragón.

    Esperando que hable, está atenta a cualquier movimiento que haga.

    -¿Shiryu?- Su voz tan suave, y melodiosa con cierta duda pregunta.

    -Shunrei, perdón por no estar en la mañana…- Primero debería pedir disculpas casi de rodillas por fallarle en ese día importante, pero se conoce, podría haber cometer el error de decir algo que arruinara la fiesta.

    Ella siempre sonriente para él, y comprensiva en todo momento también –No te preocupes, Shiryu… Sé que debiste estar ocupado en algo muy importante- Toma la mano del dragón –Ahora que estás conmigo, ya todo está perdonado-

    De inmediato él se gira para verla a los ojos, demostrando su propia vergüenza por haberla hecho llorar.

    Puede que no lo demuestre ahora, pero… La joven aguanto tantos momentos para no derramar ni una lagrima, y lo logro, pero eso no quita que se sintiera decepcionada.

    Mas ahora todo está bien, lo mira de frente y con eso es feliz, no necesita más.

    Además que ella no tiene aún ningún derecho a reclamarle, ya que no son nada, salvo por amigos, es todo.

    -Yo… No podía verte desde la mañana, solo hasta ahora… Por una buena razón- Intenta justificarse aunque nadie se lo pida, con la preocupación plasmada en su rostro.

    -¿Por qué no podías estar conmigo?- Ahora si le llamo la atención esa situación.

    ¿Qué lo impedía estar con ella?

    Suspira, bajando la mirada algo angustiado, sus mejillas rojizas –Es que… Bueno… Tú sabes que no soy buen guardando secretos… Que sea… Cosas como fiestas o algo así… Ja, ja, ja -Su risa nerviosa lo delata.

    -Shiryu…- Lo llama con cuidado, sonriente, acercándose un poco más al dragón -¿Tu preparaste esta fiesta sorpresa? ¿Para mí?- Necesita saber la verdad, pues… Le parece lo más adobarle del mundo, que alguien lo hiciera por ella.

    -Bueno… Nuestro padre me dijo que debería prepárate algo especial por tu cumpleaños y… Creí que una fiesta sorpresa sería bueno, te gustan las sorpresas… Además que de pequeñas dijiste que querías una- Por inercia y nervios, lleva su mano detrás de su nuca, para calmarse un poco –Así que pensaba que sería perfecto, todos ayudaron… Obviamente pedí permiso a la señorita Saori… Y…-

    -¡¡¡SHIRYU!!! ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!- Sin pensarlo más, y sin soltar la mano del pelinegro lo abraza con fuerza, apoyando su cabeza en el pecho del joven, tan sonriente que incluso unas lágrimas de felicidad se escapan.

    No existe mejor forma de agradecer que demostrarlo, con un abrazo se pude decir más que con cientos de palabras.

    Sorprendido por la espontaneidad de la joven, pero no desaprovechará esta oportunidad, tenerla entre sus brazos, sentir el latir de su corazón contra el suyo.

    Es una sensación maravillosa, que pensaba no ser capaz de tener.

    -No sabes lo feliz… Que me haces, que pensaras en todo esto para mí- El rostro de la joven es más espectacular y brillante que cualquier estrella en el firmamento, ilusionada por las hermosas palabras del dragón.

    -Quise hacer algo… Que fura especial… Solo para ti- Pudiera estar sonrojado, por la sonrisa de la joven, que levanta su rostro levemente para observarlo atenta, pero no va a perder más tiempo.

    Ambos están solos, con la noche como testigo de su joven amor que se verá florecer en esta ocasión, es una fecha muy especial, en la que se pueden cumplir los deseos.

    Sin duda la pelinegra, comprende que es lo que está ocurriendo, ya se estaba sospechando algunas cosas en el momento que Shiryu apareció solo para pedirle salir.

    Pero por esa razón está algo ansiosa por conocer esos sentimientos que desea que sean solo suyos.

    Intentando dar un empujón más al dragón.

    -Shiryu…- Llamándolo con esa gentileza en su tono -¿Por qué me hiciste una fiesta sorpresa? ¿Por qué debe ser especial?- Podría ser que esté jugando un poco por el momento.

    Se había preparado con tantas posibles respuestas que pudieran suceder, cualquier cosa que ella pregunte, así que… Nada esta dejado a la surte en esta ocasión.

    Pero los nervios son otra cosa, traicionan muchas veces.

    Tomando una bocanada de aire, sin dejar de abrazarla, no quiere apartarse de ese tierno contacto.

    -Shunrei… Yo… Pensé que te gustaría… Sé que… Lo deseabas desde niña…- Volviendo a repetir lo antes mencionado, sin embargo algo está pasando en su corazón, gritándole que continúe de la mejor forma –Pero, debía ser especial… Porque… Tu eres muy especial para mi…- Suspira, cerrando sus ojos, solo un segundo para recuperarse.

    Pero cuando al fin se siente listo para continuar, solo fueron unos breves segundos de silencio, mas eso bastó para que sus labios sean sellados por otros de una sensación mucho más suave y cálida.

    Abriendo sus ojos de golpe, para encontrarse a su amada Shunrei, besándolo, demostrándole de esta forma que le corresponde sus sentimientos.

    Las acciones siempre dicen más que mil palabras, tanto de forma positiva como negativa.

    No sería capaz de apartarla, porque de verdad nunca lo haría, está disfrutando de esa conexión, tímida, no van a pasar a algo más apasionado a su poca experiencia y corta edad.

    Solo la estrecha más a su cuerpo, para sentirla tan cerca.

    Cerrando sus ojos para disfrutar esa sensación que desea sea mutua

    Durante unos cortos segundos, que son suficientes para entender lo que está ocurriendo en sus corazón.

    Apenas si se separaron unos centímetros, Shunrei suspira emocionada, pero con el rostro tan rojo como un tomate, avergonzada por lo que ella misma inicio, ocultándose en el pecho del Dragón.

    -Lo siento… Pero… No puedo esperar más…- Dedica estas palabras, tan apenada por ser atrevida.

    Sin embargo debemos ser sinceros…

    Igualmente sonrojado, sonriendo por que en cierta forma sus sentimientos son correspondidos, aunque es necesario dejar todo en claro antes.

    Mirarla tan avergonzada, aferrada a su cuerpo, para no ser vista.

    No puede lucir más linda.

    Llevando sus manos que están en la cintura de la joven, justamente hacia la cabeza de ella, para reconfortarla, darle a entender que todo está bien.

    Por fin tiene la valentía de hacer algo más que no sea balbucear y ponerse nervios.

    Saberse correspondido, logra que tomes un poco más de confianza.

    -Shunrei… Te amo- Depositando un suave beso en la cabeza de la joven, un signo de protección sincero.

    Ambos corazones latiendo a un solo ritmo.

    Escuchas esas adorables palabras de la persona que siempre ha amado desde niña, provoca que levante su rostro, ilusionada, por poder al fin escuchar esa hermosa frase.

    -¿De verdad?- Siente que no puede aguantar más, derramando unas cuantas lágrimas de emoción.

    -Si...- Con su pulgar limpia esas marcas saladas, no quiere que nada manche ese dulce rostro –Shunrei… ¿Tu… Me quieres de la misma forma?- Como si no pudiera solo basarle con el hecho de que lo han besado de forma sorpresiva.

    -Claro que si… Shiryu, yo te amo mucho, desde que éramos niños- Por fin logrando confesar sus sentimientos.

    -Perdóname por ser un tonto, y no darme cuenta… Y más… Por hacerte sufrir cada que… Debía irme… Sé cuánto daño te hacía, pero…- Aprovechando la oportunidad, intenta disculparse por las veces que debía cumplir su deber y aunque ella le pidiera no ir, debía resistir.

    -No debes disculparte… Aunque no me guste, sé que era la única forma de que todo esté bien ahora…- Suspira, dedicándola una sonrisa gentil, y tomando las manos del joven –Gracias a todo lo antes vivido… Ahora, podemos estar así… De esta forma…-

    -No puedo prometerte que las cosas sean diferentes, sobre mi deber como caballero, pero… Quiero que sean diferentes ente tu y yo- Esta por dar otro paso deseado.

    Esto la sorprende un poco, incluso haciéndola temer lo que el pelinegro le valla a pedir.

    -¿Qué quieres que sea diferente?-

    -Ya no te pudo ver solo como una amiga… Así que… Shunrei…- Pasa saliva nervioso de nueva cuenta, pero ahora que tiene luz verde en sus acciones, continuará decidido, su verdadero deseo -¿Quieres ser mi novia?- No puede dudar, aunque sus mejillas estén coloradas como la grana, se mantiene firme en su palabra.

    El mejor cumpleaños de todos para ella, su amado dragón por fin se le confiesa y le pide ser su novia, una unión más cercana a ser solo una amiga.

    -Si… Claro que si Shiryu- Volviéndose a abrazar a él con todas sus fuerzas, sintiéndose tan dichosa en su corazón palpitante a mil por hora.

    -Gracias… Mi dulce Shunrei- No lo niega, es completamente feliz, con la ayuda de muchos por fin logro tener la oportunidad de declararse.

    Aunque técnicamente ella fue la que dio el primer paso, siendo el empujón que necesitaba Shiryu para decir lo que realmente siente.

    Fundiéndose en otro adorable abrazo, teniendo el sonido de la música de fondo, la luz de la luna menguante y estrellas iluminándolos.

    No es necesario volver pronto, se han confesado, pedido ser más que amigos.

    Y todo ha salido a pedir de boca.

    Aun con los nervios en contra, situaciones que sin duda resultaron bastante extrañas, igualmente ayudaron a que este paso se diera de a poco.

    No siempre el amor se debe apresurar, si no tomar su tiempo y calma.

    Es aceptable la ayuda de tus verdaderos amigos y familia, que a veces te conocen más de lo que uno mismo lo hace.

    Solo para que tú encuentres la felicidad o mejor dicho el camino para tener una parte de ella.

    Este momento es de ambos, nadie lo pude arruinar.

    Ya después todos se darán cuenta de que por fin el dragón logro decir sus sentimientos, aunque la joven fue un poco más atrevida en esta situación y es completamente valido.

    ¿Quién dice que las mujeres no pueden dar el primer paso?

    Aquí se demuestra que sí.

    A veces solo hay que ser valientes e ir por lo que deseamos.

    Estos dos corazones infantiles, que desde una tierna edad se empezaron a corresponder, pero ambos siendo tan tímidos en sus sentimientos, como para decir algo.

    Tuvieron que pasar algunos años hasta tomar esa fuerza necesaria.

    A veces puedes ser alguien muy fuerte físicamente, pero eso no ayuda mucho con el área de los sentimientos, lo único que puedes hacer es tratar de mejorar cada día, acercarte a esa persona, demostrarle que es importante para ti.

    Y aprovechar algún momento que solo tú sabrás que es el correcto.

    Como en esta bella historia que ha llegado a su fin, por ahora.
    -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
    Buenos días, tardes, noches, ¿Qué hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Cómo están mis terrones de azúcar?

    Espero que disfrutaran este fanfic.

    Nos leeremos después.

    Los quiero mucho.

    Ammu se va.
     
Cargando...
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso