Yu-Gi-Oh! Dorados recuerdos [drabble]

Este es un tema creado para la actividad: Nos conocemos? organizada por Kai Stavros, espero que lo disfruten, no olviden dejar sus comentarios.

Dorados Recuerdos
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La luz y la oscuridad lo abandonaron en la incertidumbre de su añorado pasado. Si tan solo el recuerdo de sus años de faraón pudiesen ser revelados, si tan solo pudiera desligarse de su tan añorado presente… si tan solo pudiera.

El peso de la responsabilidad era demasiado para un solo hombre.

— Faraón —inquirió su pequeño amigo que lo miraba curioso desde el otro lado de la habitación—, has actuado un poco raro durante estos días, ¿Te ocurre algo?

— Mmm —la pregunta lo había desconcertado—, no es nada Yugi —señaló con un mal disimulado todo de tranquilidad.

— Sabes que no puedes engañarme Yami.

— Supongo que no.

— Entonces, ¿qué ocurre? —insistió demandante. La mirada del pequeño denotaba preocupación.

— Lo lamento Yugi —susurró sin poder mantenerle la mirada.

— ¿A qué te refieres?

Preocupado por la actitud de su alter ego, el pequeño avanzó hacia él a paso mesurado, sin embargo, cuanto más camina en su dirección, más parecía alejarse.

— ¡Yugi! —gritó con desesperación al ver como su pequeño amigo era absorbido por el deslumbrado centello dorado que acababa de nacer de su rompecabezas del milenio. Aferrando con fuerza el objeto milenario que devoró a su amigo no pudo evitar llorar de impotencia al no poder sentir más la presencia de su amigo. Sus recuerdos, todos sus recuerdos comenzaron rápidamente a desbordar su cabeza provocándole un terrible dolor. Ahora lo recordaba, todo había terminado: las batallas, los enemigos, los terribles secretos, sus amigos…

— Yugi—volvió a susurrar para sus adentros. El dorado artefacto que antes solía colgar de su cuello había desaparecido— Lamento haber tenido que decir adiós.

“Adiós” Ahora le resultaba irónica esa palabra, mientras todo sus recuerdos vivan en su corazón, el adiós no es algo que exista. No cuando, de todas maneras, todos deben llegar siempre al mismo lugar.

— Oye Faraón, lamento darte una mala noticia, pero no vas a ningún lado, porque todo lo que nos has dado se queda en nuestro corazón — retumbaron en su cabeza las palabras que Joey le brindó antes de cruzar el portal hacia el otro mundo.

— Amigos —susurró con añoranza—, no saben cómo los extraño, de no haber sido por ustedes, jamás hubiera podido regresar al lugar al que pertenezco.

La tranquilidad que acunaba su corazón le permitió seguir vagando en el insondable mundo de sus recuerdos felices, a pesar de todas las dificultades que tuvo que vivir fue feliz y, al final, eso es lo que más importa.