Distintos caminos, distintos reencuentros...

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Trick Kosh, 5 Diciembre 2012.

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    Trick Kosh

    Trick Kosh I'm sexy neko

    Leo
    Miembro desde:
    26 Julio 2012
    Mensajes:
    840
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Distintos caminos, distintos reencuentros...
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    548
    Capítulo 1: Caminos diferentes.

    La fría brisa del viento hacía contacto con su piel blanca y suave. Aquella joven se hacía llamar Alexandra, una joven cabello negro, ojos azules y como fue mencionado anteriormente, de tez blanca. Alexandra recordaba la última vez que había visto a aquél chico, uno de tantos, pero este... era especial. Su voz resonaba en su mente, su olor e imagen se hacían presentes; todo... era una simple ilusión formulada por aquella chica. Alguna vez había soñado en que aquél chico podría ser suyo; su amado, su novio, su futuro esposo... Pero por hechos y cosas y causas del destino... no pudo verlo más nunca.

    La pelinegra, deshaciendo la ilusión, volviendo en sí... se levantó de la silla dónde se encontraba sentada y se encaminó hacia la puerta principal de su casa. Luego de ello, se dispuso a salir, pero no antes sin llamar a su amigo, Ceren, quién, seguro a tantas horas de la noche, aún se encontraba despierto; eran las 11:40 de la noche en aquella ciudad; Clerisn. Luego de llamarlo, el chico atendió... se encontraba... ¿Llorando?... La chica entendió... había terminado con su... novio. Pero eso no le importaba en ese momento, lo llamaba sólo para hablar de un tema en específico.

    –Ceren... lamento llamarte a esta hora, pero necesito hablarte sobre... el viaje que íbamos a hacer. –Habló por el teléfono la pelinegra, ignorando los sollozos de su amigo.

    –Sí... ¿Ya tienes todo listo?... Yo sí... las maletas, los boletos y todo... ya lo tengo listo... Tú... ¿Ya hiciste tu equipaje y todo lo demás?... –preguntó entre sollozos Ceren.

    Él era un chico pelinegro, ojos café oscuro y tez carne. Era un chico un poco... Muy sensible.

    –Sí, lo tengo todo listo ya. ¿Cuándo nos vamos? –Preguntó– Necesito salir lo antes posible de aquí... al menos por unos meses.

    –Partiremos seguramente... mañana en la mañana. –Respondió, calmándose un poco.

    –Y... una última pregunta... Aún con lo que pasó... ¿Irán... "ellos"? –Preguntó, nuevamente, pero esta vez con un tono un poco más... Triste, al parecer.

    –Tomaremos... caminos diferentes... Cambié sus boletos, así que irán en otro avión, a otra parte... pero en el mismo país... –Contestó, al momento que se le quebraba la voz.

    –Bien... perdóname por hacerte recordar... Nos vemos mañana, ¿vale?

    –Vale. Hasta luego. –Ambos cortaron la llamada.

    La pelinegra colocó el teléfono sobre la mesa del comedor. Volvió su mirada hacia la puerta y luego pensó en salir o no. Derramó una lágrima; ella también había recordado aquello... Lo sucedido con "ellos". Se dirigió nuevamente hacia su habitación, y se acostó sobre su cama. Se arropó, con sus cobijas, hasta donde pudo y cerró sus ojos, tratando de conciliar sueño.

    Aquella noche... era fría... y sería una noche larga... Pero... no iba a llorar a partir de ese día.

    –Lo prometo.
     
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    Título:
    Distintos caminos, distintos reencuentros...
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    820
    Capítulo 2: El aeropuerto.

    Se levantaron al mismo tiempo, a la misma hora. Eran las seis de la mañana, el sol aún no salía. Algunas estrellas aún se podían ver y la luna... aún podía recordarles a ambos, aquella noche en la cual ocurrió "ese suceso". Ceren y Alexandra agitaron la cabeza, negando recordar aquello, no querían caer en lo mismo; no lo harían.

    Alexandra se levantó de su cama y se dirigió de una vez a su baño, abrió la ducha y se desvistió. Entró en la ducha, sintiendo un cálido alivio, mientras el agua de la ducha hacía contacto con su piel. Se lavó el cabello, al igual que las otras partes de su cuerpo. Duró unos minutos más en la ducha y luego salió. Tomó su toalla y comenzó a secarse. Mientras tanto, Ceren buscaba la ropa que vestiría ese día. Se colocó una camisa blanca y por encima de esta una chaqueta azul, con unos pantalones que le hacían juego y una boina blanca. Por último, se colocó unos botines de color celeste.

    Alexandra ya se había secado y vestido, ella vestía un suéter negro y debajo de este, una camisa fucsia. Traía puestos, unos pantalones negros, un poco pegados, pero así le gustaba que le quedaran a ella y unos zapatos que le hacían juego. Estaban listos, ambos personajes.

    Eran las siete de la mañana cuando ellos terminaron de arreglarse para irse al aeropuerto; el vuelo salía a las nueve, por lo que se apresuraron a salir, meter las maletas a la cochera y subirse al auto. Ceren iba a conducir, puesto que el auto era de él. Se colocó el cinturón de seguridad al igual que su amiga, Alexandra y luego encendió el auto. Rápidamente, abrió la puerta del garaje con el control que traía y salió del mismo, cerró la puerta, nuevamente y comenzó a conducir rumbo al aeropuerto. No tardaron mucho en llegar... sólo unos treinta minutos, más o menos.

    Ceren estacionó el auto en el único estacionamiento del aeropuerto que había y se apresuraron a bajar las maletas y asegurar el coche.

    –Alex, agáchate–ordenó el chico, mientras ella se agachaba ante la orden de su amigo.

    –Pero, ¿qué pasa? –Preguntó extrañada, a lo que su amigo le señalaba a unos chicos. Uno era de cabellos plateados y el otro era un chico pelinegro.

    –Procuremos no encontrarnos con ellos... te lo suplico.–Pidió Ceren a la pelinegra y ella asintió, decidida a que, ni Ceren, ni ella, se encontrarían con aquellos chicos.

    Pasaron veinte minutos, antes de siquiera poder entrar en el aeropuerto, menos mal que ya tenían los pasajes. No fue fácil ocultarse de aquellos dos. Ahora el problema era abordar el avión... ya que, ya eran las ocho y media y el avión despegaba a las nueve en punto. ¿Cómo abordar sin ser vistos? Era difícil, pero... tras planearlo, pudieron lograrlo. Se escabulleron entre las personas, habían mucha gente, en realidad. Le enseñaron los pasajes a los que manejaban el sistema de abordaje y rápidamente subieron al avión, pero hubo una falla, los chicos, sí los notaron.

    –¿Esos no son Alex y Ceren? –Preguntó extrañado el más alto, el chico de cabellos plateados.

    –No, no creo que lo sean... aunque sí parecen–comentó el pelinegro, mientras veía más detalladamente a la chica y a su amigo. Luego de observar detenidamente, se percató de que sí eran ellos.–... Sí lo son.

    El más alto y el pelinegro se confundieron. Miraron los pasajes que les había dado la chica dos días antes y notaron a dónde se dirigía el vuelo de ellos. No sintieron frustración, ni odio, pero, ¿por qué? No lo entendían. Luego, miraron, de nuevo, los pasajes.

    –¿Sabes? Podemos alcanzarlos. –Comentó el pelinegro.

    –El vuelo de nosotros se dirige a un lugar cercano de dónde estarán ellos... Cierto. –Añadió, mientras, rápidamente, se dirigieron a abordar el avión al que a ellos les tocaba ir.

    Por otra parte, Alexandra y Ceren, ya se encontraban rumbo a Merl, una ciudad bastante tranquila.

    –¿Será que nos vieron allá, Ceren? –Preguntó, mientras dirigía su mirada a su amigo... Parecía... preocupada.

    –En todo caso que nos hayan visto, ya estamos aquí. No te preocupes, Alex.

    Las palabras de su amigo la tranquilizaron. Tenía razón, no debía preocuparse, ya estaban allí, no había marcha atrás. Estaba feliz, pero aún sentía que algo iba a ocurrir, ¿qué sería?... ¿Qué?
     
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