ÁREA RESIDENCIAL Una zona de la ciudad muy tranquila, con viviendas bajas y algunos departamentos. Aquí se encuentran las casas de los protagonistas y las escuelas a las que asisten. Sitios de interés: Contenido oculto CASAS/ORFANATO Contenido oculto Cada Tamer tiene una casa donde vivir o su cuarto en el orfanato en el caso de los huérfanos. En su habitación, un Tamer puede descansar hasta el siguiente día junto a su Digimon para recuperar PV, características y nivel 1 (si se descendió a 0). También pueden utilizar este lugar a modo de bóveda donde podrán guardar objetos si su mochila se llena. Los hogares disponibles son: Casa de Hiori Casa de Misha Casa de Aiden Casa de Damarina Casa de Ilana Casa de Kaye Casa de Kaede Casa de Oliver Orfanato ESCUELA Contenido oculto Hay dos escuelas a las que los Tamer pueden asistir, la pública o la privada. Más allá de sus diferencias a nivel narrativo, en cualquier escuela a la que se asista se puede intercambiar experiencia a cambio de un punto en alguna característica del Tamer. Esto se puede hacer una sola vez por día. El punto de característica es permanente. La experiencia que hay que dar a cambio de un punto varía según el caso, pero suelen ser 500 de exp. en general. Las clases a las que habrá que concurrir según la característica son las siguientes: FUE: GIMNASIA DES: QUÍMICA AGI: DEPORTE INT: MATEMÁTICA PER: ARTE CAR: LITERATURA Como todo niño, los Tamer asistirán a la escuela regularmente, pero no es obligatorio que siempre que vayan la utilicen para cambiar puntos de experiencia por características. La escuela no se reduce en el argumento a esta sola función que cumple en el sistema.
Todos los niños, buenos y malos, ricos y pobres, feos y bellos. Todos, sin excepción, deben ir a la escuela. Por ende, será aquí donde la aventura de estos niños dará inicio, durante un día más de clases. Sin embargo y por suerte para aquellos a los que menos les gusta la escuela, será justo en el momento en que suena el timbre que anuncia el final de la jornada para que todos puedan retirarse. ESCUELA PÚBLICA [Hiori, Misha, Damarina, Kaye, Oliver] Contenido oculto El timbre de la escuela pública era un tanto irritante, hacía falta calibrarlo. La mayoría de alumnos salieron corriendo, agolpándose en los pasillos ni bien escucharlo, eufóricos por haber terminado otro día de prisión. Los profesores terminaban dedicando las últimas frases al aire, mientras todos salían rápidamente de sus salones. Y allí estaban, en los pasillos o aún en sus salones, la pequeña Hiori de 2doB, el pequeño Kaye de 3roA, los jóvenes Oliver y Damarina de 6toA y el joven Misha de 7moB. ESCUELA PRIVADA [Aiden, Ilana, Kaede, Nereo] Contenido oculto Hasta el timbre de esta estirada institución era sutil y armónico. Los profesores terminaron de dar sus últimas indicaciones y todos los alumnos se retiraron ordenados y con tranquilidad, caminando con sus uniformes idénticos por los pasillos decorados con trofeos de distintas disciplinas. Y allí estaban, en los pasillos o aún en sus salones, los jóvenes Aiden de 5toA, Kaede de 6toB e Ilana y Nereo, ambos de 7moA. Finalmente, luego de una ardua jornada, ahora les quedaba a todos el resto de la tarde libre para divertirse... Contenido oculto Bienvenidos al rol y gracias por inscribirse! Ayeah Andysaster Santygrass Starluz Zireael Monpoke Ikoma-kun Gigavehl Yugen Se encuentran justo ahora en sus respectivas escuelas, mientras todos se están retirando. Pueden aprovechar para introducir a sus personajes, narrar qué venían haciendo, etc. Pueden quedarse en la escuela interactuando, ir a cualquier sitio de interés o a cualquier área del mapa (algunas las iré abriendo a medida que las visiten, pero son 7 y están todas explicadas en este post: Mundo real donde está el mapa y demás). Si van a trasladarse a otro sitio, lo narran y esperan a que yo los etiquete en tal lugar (y si me lo aclaran en un spoiler mejor xd) Pueden narrar que se van solos del colegio o que esperan a que los vengan a retirar sus tutores, como gusten.
Kaye Me asegure de haber guardado mis escasos útiles en mí cartuchera, y de haber metido la cartuchera en la mochila. Seguida de una doble a triple comprobación de que no me haya dejado nada en el banco y, al levantarme, mirar los alrededores del suelo por algún objeto caído. Todo ordenado. Me relaje de manera interna, conteniendo mí cuerpo de dar alguna señal visible de ello. Duro unos segundos hasta volver a estar envuelto en nervios. Pera el momento en que empecé a salir del aula, bastante de los niños más apurados ya habían emprendido su escape de la escuela. No arrastres los pies. Camina derecho. Levanta la cabeza, pero no demaciado. Mira al frente. Manos en las correas de la mochila, sin manos libres no toco nada... Un comportamiento normal. No demaciado sobresaliente o invisible, seguido de gestos que no sean llamativos. Hecho con el fin de pasar desapercibido y no aparentar que lo este pidiendo. Si... Contenido oculto Pues, me quedo rondando en la escuela un poco(?) a ver qué pasa? *Le hacen bullying*
Nereo Un día más en la escuela... A decir verdad, creo que de nueva cuenta no había algo realmente destacable, no podía engañarme en decir que la materia era medianamente entretenida, pero después de una hora ya me había visto venir por dónde quería ir el asunto, el tiempo en el Orfanato que disponías era bastante más amplio de lo que cualquiera podría imaginar, especialmente si he dejado en claro que nadie me moleste a menos que fuese estrictamente necesario; y la de libros que me disponía a leer era bastante amplio, era lo menos que podía hacer para, omitiendo el juguete; entretenerme por bastante rato, no es como que nadie más me llame la atención ni un poco. Si hacía falta hablar, hablaba, si hacía falta responder, respondía, todo lo hacía como según era necesario, y si había un margen bastante amplio, me disponía a hacer lo de siempre... Mirar por la ventana, apoyando mi cabeza en la mano derecha, contemplando el exterior y el transcurso del tiempo, esperando a ver cuándo sonaría el timbre una vez más, en esta ocasión, para salir de clases y respirar un poco, no me gustaban las multitudes. A pesar que no lo pareciera, estaba atento a lo que el profesor decía, ya había tenido que aprender a hacerlo para evitarme problemas, y a los minutos de estar viendo la ventana, el timbre sonó, por lo que se procedió a lo de siempre, ir guardando las cosas y materiales en la mochila para acto seguido ir saliendo por turnos. De vuelta al pasillo; el resto de alumnos de la escuela y las decenas de voces, intercambiando sus conversaciones personales con los demás, aunque yo hice lo de siempre, tan pronto salí del salón, eché un vistazo alrededor y comencé a retirarme de ahí, en silencio, con la mirada fija al frente sin detenerme por nadie. Llegué a la salida, y no detuve mi avance para ir directo al lugar de siempre, especialmente al ver que el día sería tranquilo, contaba con el margen de siempre, en teoría, para acostarme un rato mientras perdía el tiempo antes de volver al orfanato, un poco de cuidados no vendría mal. "A veces me agoto de tanto pensar todo el tiempo..." Reflexioné, mientras continuaba mi camino, sí, vaya que odiaba estar pensando siempre en varias cosas, a veces solo quería algo más sencillo sin más. Contenido oculto A ver, ¡Quiero ver esa Playa!
Hiori Hacía ya varios minutos que la atención de Hiori se había dispersado por completo, observaba intensamente las agujas del reloj con su suave tic tac apretando sus pequeños puños, como si pudiera hacerlas correr a base de pura fuerza de voluntad. El estridente timbre ayudó a cubrir su voz, tan suave como aguda a pesar del sonoro grito: — ¡BAAAAAM!— Se separó arrastrando la silla con un empujón y echó a correr por los pasillos como alma que lleva el diablo pero, a mitad de camino, recordó que olvidaba algo. Frenó en seco y sus zapatos resbalaron por el suelo con un chirrido acompañando el cambio brusco de dirección. Su abuelo la regañaría si se olvidaba la mochila de nuevo. — Esta es una importante misión para la soldado Mio. — Susurró para sí misma, pegando la espalda a la pared y deslizándose lo más silenciosamente que pudo de nuevo al interior del aula... Lo cual no era mucho. Se arrastró por el suelo hasta recuperar su mochila y, sin ningún tipo de miramiento, arrojó todo el contenido de su mesa al interior de la misma. La cerró con un movimiento rápido y, tras asegurar las correas en su espalda, inició de nuevo su carrera para llegar a la puerta de la escuela en tiempo record. Esta vez tenía que llegar antes que su abuelo. Estaba segura de que le ganaría. Un viejo como él no podía ser más veloz que una auténtica soldado de élite.
Misha El timbre de la escuela seguía tan desafinado como siempre. Fue el pensamiento que cruzó la mente del joven mientras abandonaba el aula. Aún así, si alguien le diese la oportunidad de cambiarlo, Misha optaría por negarse. Según él, era parte de su encanto. Como las cicatrices que el laúd de su padre portaba con orgullo, repleto de anécdotas pasadas, o el telón viejo y roído de la troupe, que le había acompañado desde su primera interpretación en la compañía. Cambiarlos ya no se sentía correcto, pues al sacarlos de escena harían desaparecer consigo cientos de recuerdos e historias. Lo había aprendido demasiado tarde. Los pasillos se encontraban llenos de vida en esos instantes. Misha redujo la marcha, permitiéndole el paso a un par de niños con prisa y dejándose mecer con la corriente en su lugar. No tenía especial urgencia en llegar a su hogar, ni mucho menos alguien que lo esperase a la salida. Llevaban poco tiempo en la isla, pero no había necesitado más que un pequeño paseo para memorizar el recorrido entre la escuela y su casa provisional. No necesitaba molestar a sus padres con eso, no cuando ya tenían suficientes cosas de las que preocuparse. Prefería disfrutar de sus pequeños momentos de soledad para reflexionar y observar su entorno. A veces, también, se detenía bajo la sombra de uno de los árboles, para continuar con su lectura de turno a riesgo de recibir un regaño más tarde. Mientras bajaba las escaleras, rodeado del gentío y de la cacofonía de voces, recordó una de las escenas que había estado practicando recientemente con Billy y Duncan. —"Somos hechos de la misma materia que los sueños..." —recitó en voz baja, para sí, citando el papel de su padre en Próspero de La tempestad—. "Y el día ha sido un sueño largo. Ruidoso. Raro. Maravilloso." Se preguntaba qué le depararía el resto de su sueño. Si sería uno feliz y gratificante, o si en su lugar el viento traería consigo malas noticias. Concluyó que buscaría respuesta a sus preguntas más tarde, y estuvo dispuesto a rebuscar en su mochila el libro que se encontraba leyendo, para detenerse de nuevo en su camino a casa, cuando reparó en que su mano no lo encontraba por ningún lado. ¿Dónde... se suponía que lo había dejado?
