Digimon: Digital Wars RE-Boot

Esta una revisión de mi fic personal, que cree hace ya algunos años y que publiqué en otra web. El motivo de esta revisión no es solo expandir mi fic con nuevas ideas y correcciones, retcons y demás que se me han ido ocurriendo con los años, sino también adaptarlo a la nueva era de Digimon, con Digimon Xros Wars añadiendo nuevos conceptos al multiverso en general, y que pienso deben estar en mi fic. Además, sirve para hacer las correcciones necesarias para que mi fic sea compatible con otros trabajos de la linea Purpura (como hemos apodado a esta continuidad el circulo de escritores que nos basamos en esta).

Este fic es un Alternate and Original Universe, es decir, salvo por los Digimon y los conceptos de Digimon, es un trabajo original. El Mundo es original, no esta basado en ninguna serie en especifico y los personajes humanos (salvo uno) todos son creación mía. Cabe aclarar que mis personajes son Tamers, no Elegidos. Sin mas, aquí esta el prologo de Digital Wars RE-Boot.

DIGITAL WARS: RE-Boot​

PARTE 1:​

EL LIBRO APÓCRIFO - LA BATALLA DE LAS PUERTAS GLORIOSAS​

Prologo:​

El chico miró nuevamente el atardecer desde la ventana de su habitación. El sol rojo, el atardecer naranja, aquellas nubes que parecían sacadas de un cuadro de Van Gogh. Aquel era un hermoso atardecer… y eso no bastaba. La soledad, si, la soledad. Eso era lo que sentía aquel niño. Cerró las cortinas, y se adentró en la oscuridad de su cuarto. Solo, todo estaba a oscuras… terriblemente solo.

Al no saber que hacer, decidió que debía hacer algo más entretenido que lamentarse por su patética vida. Sin nada mejor en que perder el tiempo, se sentó frente a su computador. Lo encendió de una forma muy estoica, algo lenta y casi religiosa. Durante horas de aburrimiento, navegó libremente por Internet, sin hacer nada en especial. Fue en uno de esos momentos tediosos, en que estás tan aburrido que el sueño te vence, que algo extraño sucedió.

Eran más de las diez de la noche. Estaba de licencia en su casa, pues su hermana mayor le había pedido que estuviese para el aniversario de la muerte de sus padres. De lo contrario, estaría en su cuarto del Instituto Neo Arkadia, un prestigioso campus internado donde le habían conseguido cupo para estudiar. Desde hacía tres años, los hermanos habían perdido a sus padres, y habían sido adoptados por un conocido de estos, un político bastante prominente.

Era privilegiado. El Neo Arkadia, creado hace cuatro años por el gobierno para seleccionar a las mentes más brillantes del mundo, era exclusivo para genios, humanos superdotados con un coeficiente intelectual superior. Pero él era un humano corriente, alguien común y silvestre, con problemas, de hecho, resaltaba un grave problema de comunicación. Había entrado allí por una influencia mucho más fuerte que el coeficiente intelectual o la habilidad en los estudios. El dinero de su protector, su padre adoptivo.

En ese momento se encontraba solo, pues su hermana había salido. Para él, eso significaba un pequeño momento de libertad. Su nombre, Kaiba Akira, y en esa época tenía 12 años. Era un chico mas o menos alto, demasiado para su edad, de cabello negro lacio y penetrantes ojos azules. Estaba vestido como cualquier niño de su edad… que esta rodeado de ciertos privilegios. Vestía una camisa larga que le llegaba hasta los muslos y tenía las mangas demasiado cortas, era de color ocre, algo claro, pero tenía una franja de color negro, que iba desde las mangas y parte de los hombros hasta los costados de la camisa. En la parte del pecho mas cercana al corazón, tenia bordadas dos letras en hilo negro: “DW”. Llevaba un pantalón color marrón y unos tenis muy costosos de color negro. Las medias blancas se le notaban bastante. En sus manos llevaba guantes de cuero de color negro, con las terminaciones de los dedos en color blanco. Los guantes no cubrían toda su mano, dejando los dedos al descubierto.

Afuera comenzó a llover. Lo que inició como una simple llovizna en pocos minutos se convirtió en un gran aguacero. Cuando parecía que el aburrimiento era lo peor que podía haberle pasado a Akira, un rayo retumbo en el cielo, haciendo un corto en el suministro de energía.

-¡Genial! –pensó Akira-, ahora lo único que me queda es irme a…

El chico se sorprendió sobremanera al ver que su PC aun seguía encendido. Sin embargo, nada pasaba… su pantalla se había quedado en negro, aunque la CPU y el monitor seguían funcionando. Intento usar los medios que conocía para reiniciar la conexión, pero su PC no respondía. Decepcionado, se dejo caer en su silla… tomo del escritorio unos lentes de aviador, que eran parte del disfraz que usaría en una fiesta en casa de uno de los conocidos de su hermana. Estos lentes de verdad eran solo un adorno. Los lentes eran totalmente oscuros, tal vez incluso polarizados, y tenían dos grandes “X” de color rojo que los cubrían casi en toda si extensión, dejando ver tan solo 4 pequeños lados del lente. Observó esos lentes con un suma decepción, sentía que algo le hacia falta, pero desconocía que era. Entonces, se le ocurrió una idea… no más bien un impulso. Durante unos minutos luchó contra eso, pero a medida que el tiempo iba pasando aquel impulso se iba arraigando más en su mente. Pronto se volvió una necesidad… y a los pocos minutos se transformo en una obsesión.

-¿Por qué no? –murmuró el joven en voz baja-, no perdería nada con intentarlo…

Y con un aire de superstición acerco su mano a la negra pantalla de su PC. Miles de preguntas se pasaron por su cabeza. “¿Por qué se le había ocurrió esa idea tan estúpida? ¿Por qué dudaba tanto en hacer algo tan simple como poner la mano en un monitor? Antes lo había hecho, y no había pasado nada” Y otras tantas preguntas por el estilo. Al tocar el monitor de la pantalla, no pasó nada, absolutamente nada. Una gota de sudor frío recorrió su cara, mientras el joven soltaba un suspiro de alivio. Con su mano derecha, en la que aún sostenía los lentes, limpio el sudor de su frente. Fue solo que el bajara la guardia, y algo que no esperaba sucedió. Solo fue en cuestión de segundos. La pantalla de su PC emitió un pequeño flash, y cuando el se dio cuenta, se encontraba en el suelo… de algún extraño lugar.

Al intentar levantarse sintió que un dolor insoportable le traspasaba la cabeza de lado a lado, como si fuera una onda sónica, que atravesará el espacio a grandes velocidades; estaba en un lugar muy oscuro y al parecer vacío… Intentó levantarse nuevamente pero fue en vano, el dolor mas insoportable que nunca, lo volvió a dejar en el suelo. Al observar directamente al “cielo” de aquel lugar, se dió cuenta que había un gran disco rojo girando, mientras flotaba en el aire. Ese disco estaba divido en siete discos interiores, que oscilaban uno en dirección opuesta del otro, salvo el disco del centro, que no giraba. Observó aquel lugar con una extraña curiosidad. Pero no vio nada. Todo era oscuro, con una coloración roja, producida sin duda por aquel disco que giraba en el cielo.

-¿Dónde estoy? -Se preguntó en voz baja.

-TU ESTAS EN YGGDRASILL - dijo una voz electrónica, que provenía de quien sabe donde.

-¿Quién eres? - Akira miró a todos lados, para ver si reconocía al que estaba hablando, tal vez se tratara de una broma, pero no vio a nadie.

-YO TE HE LLAMADO... –respondió aquella voz sin importarle la pregunta de Akira- ES TU DESTINO… TU ERES AQUÉL QUIEN DEBE CAMINAR POR AMBOS SENDEROS, LUZ Y OSCURIDAD, ANTES DECIDIR CUAL ES TU DESTINO… ASÍ, EL DIOS MALIGNO DE ERAS PASADAS NO VOLVERA, Y AMBOS MUNDOS, TANTO EL TUYO COMO EL NUESTRO, ESTARAN A SALVO.

Akira, sin saberlo aun muy bien, dedujó lo que pasaba. Se trataba de algún mensaje telepático, como si alguien estuviese hablándole directamente a su mente. Al concentrarse bien, pudo oír el eco de aquella voz, retumbando aun en sus pensamientos.

-¿¿Y yo que tengo que ver??- preguntó Akira, algo mezquino – ¿Por qué no llamas alguien mas importante que yo…?

-TU ERES EL UNICO SER QUE PUEDE AYUDARME... TU ERES UN TAMER... AÚN CUANDO LO DESCONOZCAS, TU TIENES EL “DON”... VIAJA AL MUNDO DIGITAL, Y SALVA A LOS SERES QUE VIVEN ALLÍ... TU ERES EL UNICO QUE PUEDE ENFRENTAR A LA SOMBRA QUE SE APROXIMA...

El chico, algo sorprendido, se levantó del suelo. Y entonces una pequeña esfera lumínica descendió de aquel gran disco rojo que estaba en el “cielo”, y se acerco a Akira. El joven, lleno de una inusitada curiosidad, intento tocarla con su brazo derecho.

-SI TOCAS ESA ESFERA, HABRÁS TOMADO LA DECISIÓN DE AYUDARME... SI NO, ENTONCES TE DEVOLVERÉ A TU MUNDO. TU ELIGES - le dijo la voz electrónica.

El chico lo pensó, pero no por mucho tiempo. Cualquier cosa era mejor que volver a su monótona habitación. Y algo le decía que aquello que vivía era algo muy real. Alargó su brazo sin miedo y toco la esfera con determinación. La esfera reaccionó y unos pequeños cables salieron de esta y su aferraron al brazo del joven. Pronto se fueron adentrando en su piel –¡dolor!- hasta llegar a tocar los nervios y los huesos –¡dolor!!-, el joven grito desesperadamente, tratando de librarse de aquel suplicio, pero fue inútil –¡dolor!!!-. Al terminar de fundirse en el brazo del joven, la esfera se acerco a este y se fusiono con él. Varios frames verdes aparecieron en el brazo y la luz se “materializo”.

-ESTE ES EL NUEVO MODELO DEL DIGIVICE. POR AÑOS HE TRABAJADO EN EL, PERO AUN ES UN PROTOTIPO, ES EL D-GAUNTLET. TE LO CONFIO AHORA, JOVEN TAMER.

Akira observo su brazo derecho. Ahora llevaba puesto un extraño guantelete, de color blanco, que estaba totalmente hecho de un metal muy liviano y resistente. En la parte superior, estaba recubierto por dos hojas de metal, que llevaban unas extrañas inscripciones… un tipo de jeroglífico, tal vez. En la muñeca había como una especie de reloj y varios botones.

Nuevamente del “cielo” bajo una luz, esta vez con forma de pilar. Akira entrecerró los ojos y se cubrió el rostro con su nueva adquisición. En el haz de luz bajaba un ser muy extraño. Venia enrollado sobre si mismo, atrapando su enorme y esponjada cola con sus pequeñas garras delanteras. Al acercarse al suelo, abrió sus enormes ojos color café y se desenrosco, descendiendo lentamente al suelo. Se trataba de una enorme ardilla de pelaje morado, y pecho blanco. Akira no supo muy bien de que tamaño exactamente seria, pero calculo que podría medir un metro aproximadamente, solo midiéndola de la cabeza a los pies, sin contar la cola, que terminaba en un mechón de pelaje blanco. Sus garras tanto traseras como delanteras terminaban en un pelaje blanco, y las uñas eran negras. En su frente, llevaba un hermoso cristal, de un brillante color rubí. Sus orejas tenían unas cuantas manchas negras.

-Hola… -dijo aquel ser, en un tono muy amable, casi infantil.

-ESTE ES UN DIGIMON, UN MONSTRUO DIGITAL, HABITANTE DEL MUNDO QUE ESTAS POR VISITAR. PERO ES NO ES UN MONSTRUO ORDINARIO, SE TRATA DE UNO ESPECIAL, UNA DE MIS CREACIONES MAS PERFECTAS… TU ERES UN TAMER, DEBERAS CRIARLE DE LA FORMA ADECUADA Y PODRAS APROVECHAR SU VERDADERO POTENCIAL…

Akira tenía muchas preguntas, pero sintió como aquella voz se iba extinguiendo… Sin saber que hacer, observo a aquel ser digital con cierto desenfado, y una curiosidad totalmente nula. Se pregunto como aquel ser podía hablar en japonés, pero casi al mismo instante se decidió por que eso realmente no importaba.

-¿Quién eres? – pregunto el chico con total naturalidad.

-Yo soy Dorumon, ¡un gusto conocerte!! –respondió alegremente el monstruo.

-Igualmente… supongo –dijo el muchacho en una especie de suspiro-, mi nombre es Kaiba Akira… pero, si gustas, puedes llamarme Akira.

-Akira-san… -dijo Dorumon al acercarse a su tamer.

Akira también se acerco un poco al monstruo y luego, acariciando con la mano derecha a la barbilla, medito un poco.

-Y ahora… ¿que hacemos? – pregunto.

-Yo puedo contestar a esa pregunta… -respondió una enérgica voz de un… ser que parecía ser joven.

Ambos giraron sus cabezas rápidamente hacia la dirección de donde provenía la voz. Vieron entonces a un monstruo de gran tamaño, de piel azul, envuelto en una estrafalaria armadura dorada.

-Me presento, soy Magnamon, y seré quien les diga que es lo que deben hacer…