Die Halbgroschenoper

Tema en 'Relatos' iniciado por berlinQueer, 5 Enero 2009.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    berlinQueer

    berlinQueer Usuario común

    Capricornio
    Miembro desde:
    22 Diciembre 2003
    Mensajes:
    304
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Die Halbgroschenoper
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2373
    Die Halbgroschenoper

    Todo lo que está en cursiva tiene una referencia abajo. Espero les guste, a mi realmente me gusta como quedó.

    Die Halbgroschenoper

    Lucio exhala el humo sobre las hormigas y observa como se retuercen, pronto el camino vuelve a formarse, hace una mueca de disgusto. ¿Cómo es que las hormigas son tan parecidas a nosotros? Bueno, no a él. Las aplasta con el dedo, pero siempre hay más, todas iguales, haciendo lo mismo. Pero Lucio gana la satisfacción de hacerlas chillar, en su mente lo hacen: gritan de dolor, pero nunca piden que las deje vivir, ¡Malditas desagradecidas!
    Se chupa el dedo y lo mantiene, saboreando el ácido fórmico, arde tanto que se muerde el labio hasta sangrar. Da otra pitada y apaga el cigarrillo sobre sus incontables víctimas.

    Está anocheciendo y eso indica que es hora de ir a la fábrica. ¿La fábrica de qué?, una vez había preguntado, nadie lo entendió. Nunca nadie lo hacía, era esperable, su alemán era indiscutiblemente inentendible. Pero no necesita saber de qué o por qué, era la fábrica, él iba ahí para cumplir una única función, y muy gustosamente.
    Para llegar a esta fábrica hay que bajar una escalera caracol metálica, que se adentra en los abismos rodeada firmemente por un muro circular en el cual hay plasmado un bizarro dibujo. Un dragón que se extiende a lo largo de toda la escala es montado por dos punks, y tira fuego por la boca, furioso.
    Lucio se cuenta a veces un cuento. Hace muchísimos años, en un país llamado Bataille gobernaba un dragón. En Bataille reinaba la paz, porque cuando alguien infringía la ley el dragón improvisaba un juicio en el que siempre el acusado era culpable, y su pena era ser comido vivo por el mismo dragón. Cierto día, los habitantes, ya cansados de la opresión desarrollaron un plan: convencerían al dragón de que su propia cola era culpable de alguna de las ridículas ordenanzas, condenándolo así a la autofagia. Lo ponen en práctica y tienen éxito, pero al no haber nadie que controlara ya la criminalidad, Bataille entró en caos y sus habitantes se mataron los unos a los otros. Otras veces el dragón entrevé el plan y termina devorando a la comunidad entera. Lucio adora los finales realistas.

    Al pie de la escalera una pared con tiza indica “Die Fabrik”, pero para llegar todavía falta. Hay que seguir un pasillo larguísimo que la mayoría de las veces se encuentra inundando con aguas que desbordan de los baños. Las primeras veces que uno viene puede tener la sensación de que la fábrica queda en el centro mismo de la tierra, y tal vez es cierto. Lucio arrastra los pies, y el corredor le regala reverberaciones fantasmagóricas.
    Finalmente, la entrada es una simple puerta de madera, pintada con un negro opaco. Está abierta. Lucio entra a la boca del lobo, paredes, suelo, gradas, todo negro, y el techo perdido al infinito. Recién ahí comienza a haber gente. Todos son más jóvenes que él, posiblemente estudiantes, pero aquí es un igual. Viven en las mismas pensiones llenas de ratas, y trabajan, en esencia, de lo mismo, vendiendo placer a los desposeídos, como él, como ellos. Los otros, la gente enserio, las hormigas, los ven como un fracaso, como moscas, volando irregulares y posándose eventualmente en la mierda… pero, una mosca es más grande que una hormiga. Y aunque nadie realmente lo conoce, lo saludan “gutenajj”, nunca muy seguro si es buenas tardes o buenas noches sonríe y los besa en ambas mejillas.

    Lucio está despatarrado en uno de los asientos plásticos de la parte superior, ¿Cuándo llegó ahí, cuándo prendió otro cigarrillo? Le es fácil perderse en su cabeza. El mundo, no lo entiende. El mundo no lo entiende a él.
    Un barba con una escalera eterna se planta en el proscenio y sube a cambiar un foco enorme, no es muy interesante. Más allá, María e Ingeborg ensayan una marcha “Die Reihen fest geschlossen, S.A. marschiert… Marschier’n im Geist, In unser’n Reihen mit”. Ilumina solo algunas palabras, no le dicen nada, podría ser una oda a la alegría, podría ser un himno nazi. María le sonríe, Lucio le tira un beso y la hace sonrojar. Que lindo sería abrazarla, a ella, flaquita como un pajarito, y con esas ropas agitanadas que usa noche tras noche, encarnando al mundo entero. Si no sintiera tanta vergüenza de sí mismo lo haría, si supiera como hacerlo, le pediría matrimonio, ella diría que si y serían felices y pobres en su casa de cartón, tendrían siete hijos y siete perros y mendigarían en los puentes. Uno de sus hijos, posiblemente el segundo, sería militante de la utopía. Con una fantástica revolución derrocaría las injusticias y tiraría abajo los pilares de la burguesía, y Lucio y María y sus perros y sus nietos, porque ahora los tendrían, setenta de ellos, ya no serían ni pobres ni hambrientos, mas si infelices pues al relleno del sándwich se lo habría tragado la guerra.

    ¡Wilkomen in der Fabrik!, reflector directo al medio del escenario sobre una chica vestida de niña sosteniendo un cartel. En el cartel, su recitado: “Lübeck, 1937. Habitación única de una barraca de pescador. El pescador está en cama agonizando. A la cabecera de la cama, su mujer, su hijo con uniforme de la S.A. y un cura”.
    En las dos sillas que forman la cama una actriz regordeta hace de pescador, pega alaridos de ultratumba, mientras su esposa, una chica que no pasa los quince años, vestida de luto, gimotea aún más lastimosamente.
    María, hoy en traje pardo, fuma un cigarro, erguida, dándoles la espalda. Reiner, el director de la obra, atraviesa una puerta imaginaria vestido de ¿cura?, no realmente. Un tapado negro lo cubre hasta las rodillas, pero sus piernas desnudas terminan en zapatos de taco alto, lleva cuidadosamente una cartera de cuero sintético rosado y una banqueta de madera.

    Le guiña un ojo a Lucio, que ahora, sus pupilas acostumbradas a la oscuridad le revelan que es el único espectador, nada extraño en esta época o en este mundo; y se sienta junto a la cama, habla amaneradamente. Del bolso saca un vaso lleno de agua y una cuchara, comienza a rociar al pescador y a su esposa. El hijo grita severamente y lo empuja hasta la salida, desaparecen ambos. Las luces se atenúan y la esposa inicia su monólogo entre sollozos. Lucio no necesita entender cada palabra para saber de que está hablando: miseria, muerte, soledad, humanidad. ¿Qué no todo es lo mismo? Como si el lenguaje mismo hubiese sido inventado con el único fin de transmitir las angustias de nuestras almas masoquistas y el júbilo, las fantasías y la alegría fueran sólo un indeseable efecto secundario, una patología aparte.

    Segundo Acto. Las Sturmabteilug patrullan los barrios bajos. El hijo y otro soldado ríen grotescamente al tiempo que toman de una botella, rociando todo el escenario. Caminan tambaleándose y empiezan a cantar la canción de Horst Wessel. De pronto gritos salvajes desde afuera, se incrementan vorazmente. Hijo y compañero corren asustados por sus vidas, compañero desaparece. Hijo encontrándose solo y amenazado entra en pánico y comienza a aullar, se dobla como un árbol que muere hachazo a hachazo hasta quedar enrollado en posición fetal. Las luces y los monstruos se silencian, pero por varios minutos más el hijo sufre.
    Ahgh.
    Ich… Ich… Agghff.
    Ahj… ha... ahh...
    Uff... ghh.

    Tres camas de hospital (6 bancos enfrentados): en la izquierda el hijo, en la derecha el padre, en el centro un enfermo moribundo. Doctor, Estudiante y Enfermera realizan su ronda diaria. Doctor, pese a la solemnidad de su uniforme guarda un aspecto burlón y agresivo, casi diabólico. Se detienen ante el pescador, ¿Qué es lo que tiene?, Enfermera consulta su planilla y responde. Estudiante intenta hablar, abre la boca y levanta el dedo índice, pero Doctor lo arrastra hasta la siguiente camilla y otra vez, ¿Qué es lo que tiene?, Muerte, pareciera. Enfermera tira de la sabana y le tapa el rostro, los pies del internado quedan al aire. ¿Causas? Indaga firme, esta vez, Estudiante. Lo miran con recelo y levantan los hombros. Siguiente: ¿Qué es lo que tiene?, planilla, ¿Causa?, miradas de odio. Hijo se incorpora para contar su historia, pero Doctor y Enfermera se apresuran a sedarlo. Estudiante indignado ¿Por qué? ¿Por qué?, una y otra vez, ¿Por qué?, Doctor lo apresa y enfermera lo inyecta. Una vez caído lo toman de pies y manos y se retiran.

    Pescador había estado sigiloso observando la escena y una vez se encuentra solo se levanta con mucho esfuerzo, renguea y anda doblado, acude a su hijo y, arrastrándolo trabajosamente, escapan.
    Una luz única alumbra al muerto, Ingeborg al violín lo reanima como si se tratara de una serpiente encantada, comienza a cantar una poesía. El muerto es el barba de la escalera, no lo había reconocido antes, ¡Que vos gruesa y áspera que tiene! El poema, Lucio lo conoce, es viejo, viejísimo, pero sigue manteniendo su validez, e incluso puede que ahora, en estos tiempos, atesore más sentido.
    ¿Qué mantiene a los hombres vivos? El hecho que millones sean diariamente torturados, sofocados, castigados, silenciados y oprimidos. Los hombres pueden mantenerse vivos gracias a su brillantez en mantener su humanidad reprimida. Y por una vez trata de no gritar los hechos como son: lo que mantiene vivos a los hombres son los actos bestiales.
    .
    .
    .

    Lucio estira las piernas y recorre las gradas con la vista, hay unas chicas que antes no había visto, seguro llegaron después que él, con la obra ya empezada. María va a saludarlas y en su cabeza tiene el sombrero de las propinas, por supuesto, vacío. Lucio busca en su bolso, está seguro que algo tiene. Patético, dos monedas minúsculas tintinean en su mano, pero va dárselas igual, la mayoría de las veces no tiene siquiera eso, y siempre lo admiten calurosamente. ¡María!,¡Marí!, J’ai… cette, estira el brazo, cohibido por estar a su lado. María lo escruta sinceramente alegre, acaso es la primera vez que lo mira a la cara. Merci, ¡vielen Dank!, lo envuelve, festeja, y no solo ella, Rainer, Ingeborg, la jovencita que hacía de madre y el doctor del infierno se unen, besándolo a él y entre ellos, abrazados en cuerpo y alma ¿agradeciendo sus dos centavos? Que importa, Lucio necesitaba ser mimado aunque no lo supiera.

    Afuera el cielo está ya cerrado y Lucio no puede arrancar de su rostro la estúpida sonrisa. El frío le hiela las orejas, pero sigue firme, decidido. Bajo un farol de calle, de esos que desprenden arcaicas luces amarillas, remueve su gabán revelando al universo su epicúrea figura y, cual escultura griega, inmoviliza su expresión al infinito, esperando con ansiedad y asco a su primer amante de la jornada.


    Notas:
    Die Halbgroschenoper: La ópera del medio centavo (Alemán).
    Die Fabrik: La Fábrica (Alemán).
    Gutenajj: Buenos Días (Guten Tag, Alemán) o Buenas Noches (Gute Nach, Alemánt).
    Die Reihen fest geschlossen, S.A. marschiert… Marschier’n im Geist, In unser’n Reihen mit: “La companía en formación cerrada, las S.A. marchan… marchan en espíritu en nuestra formación” (fragmento de Die Fahne hoch).
    Wilkomen in der Fabrik: Bienvenidos a La Fábrica (Alemán).
    Sturmabteilug: S.A: Tropas de Asalto del partido nazi, se diferenciaban de las SS por sus camisas pardas.
    Horst Wessel Lied: La canción de Horst Wessel, himno del partido nazi.
    ¿Qué mantiene a los hombres vivos?... : fragmento de What keeps mankind alive, compuesta por Kurt Weill y Bertolt Bretch en 1928.
    J’ai… cette: Yo tengo… esto (Francés).
    Merci, vielen Dank : Gracias (Francés), Muchas Gracias (Alemán).
     
  2.  
    Muddy Waters

    Muddy Waters Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    11 Septiembre 2008
    Mensajes:
    123
    Pluma de
    Escritor
    Re: Die Halbgroschenoper

    Como siempre, salgo muy satisfecho después de leer una de tus historias.

    Muy buen relato, todo el tema del sufrimiento humano y como este se relaciona con la felicidad de los mismos humanos es fantástico. El escenario esta genialmente recreado, realmente transmite ese sentimiento de pobreza, tristeza y sufrimiento que —supongo— era lo que querías transmitir.

    Todo bien llevado, todo interesante y extrañamente para algo que escribes precisamente tu; todo muy comprensible, jeje.

    Me gusto.
     
  3.  
    berlinQueer

    berlinQueer Usuario común

    Capricornio
    Miembro desde:
    22 Diciembre 2003
    Mensajes:
    304
    Pluma de
    Escritor
    Re: Die Halbgroschenoper

    amo que leas mis cuentos, de hecho últimamente los posteo sabiendo que posiblemente vas a ser el único en leerlos.

    efectivamente pobreza fue lo más tenía en mente al escribirlo, creo que pude captarlo bastante bien porque (y no me avergueza decirlo) vengo de los barrios pobres llenos de gitanos, prostitutas y travestis, que son como mi familia.

    ¿yo incomprensible? nah
     
  4.  
    Malina

    Malina Iniciado

    Libra
    Miembro desde:
    12 Octubre 2005
    Mensajes:
    22
    Pluma de
    Escritora
    Re: Die Halbgroschenoper

    Por alguna razón yo quería leer algo tuyo, y apenas vi que tenìas esto, entré.
    No se cómo comenzar, me ensimismé completamente en la historia. Quedé perdida entre ese ambiente creado de miseria, de guerra, de opresión. Amé que colocaras una obra de teatro (u ópera, ya que el título lo dice así) dentro del relato mismo. Admiro lo que hiciste, tienes aquí a una nueva seguidora x).
     
  5.  
    berlinQueer

    berlinQueer Usuario común

    Capricornio
    Miembro desde:
    22 Diciembre 2003
    Mensajes:
    304
    Pluma de
    Escritor
    Re: Die Halbgroschenoper

    Pero que inesperada y linda sorpresa ver que alguien mas me lee.

    A mi me encanta el teatro y para esa "miniopera" que metí me inspiré en Bretch y Weill principalmente, y claro, también en todo el tiempo que pierdo en lugarcitos de morondanga viendo obras hechas de pura tripa corazon.

    Me alegra que te haya gustado, :) te recomiendo, si querés, leer a Muddy Waters (que también pone sus obras en este foro) y es mi favorito de aca. También en mi firma tengo links a los otros cuentos que fui publicando aca, por si te interesa leerlos :_PUBLICIDAD:

    Espero ver algo tuyo pronto por ahi, y por cierto, amo tu firma.
     
  6.  
    Malina

    Malina Iniciado

    Libra
    Miembro desde:
    12 Octubre 2005
    Mensajes:
    22
    Pluma de
    Escritora
    Re: Die Halbgroschenoper

    A mí también me gusta el teatro, pero lo que sé sobre dramaturgos, actores y directores, es comparable con nada. Sobre Weill y Brecht, nunca he tenido el gusto de ver algo de ellos... pero imagino que te inspiraste en Die Dreigroschenoper, por el título, digo... reitero que no se mucho sobre casi nada.

    La noche que leeí tu historia, también leeí algo del usuario Criollo. Justo iba a empezar a leer a Muddy Waters, pero tuve que apagar la computadora. Si dices que es tu favorito de por aquí, creo que puedo darme una idea de cómo será. Al menos se que no será cómo el resto xD.
    Con gusto leeré tus demás obras. Y estem, gracias por lo de la firma, yo no me cansaré de leer las confesiones que tienes en la tuya xd.

    Ciao
     
  7.  
    MOM

    MOM Guest

    Re: Die Halbgroschenoper

    Hola de nuevo! ayer vi que tenías colgado esto, ya había leído anteriormente el encabezado pero no me había fijado de que lo escribiste tú. Decidí pasarme como ves, y leer el relato. Lo acabé hoy ya que ayer era demasiado tarde para ello. Me gusta como lo describes todo y aunque en un principio me perdí por las horas que eran y que entremezclavas la vida del muchacho y la obra, finalmente hoy que volví a leerlo lo comprendí mucho mejor. Me gusta bastante el realismo y puesto que en el relato aparece bien marcado me atrajo. Considero que describes bastante bien todo y das a visualizar el escenario de manera rápida y detallada. Pues eso: Un saludo!!
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso