Diario de un fantasma

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por JanisAnais, 22 Noviembre 2012.

  1.  
    JanisAnais

    JanisAnais Iniciado

    Cáncer
    Miembro desde:
    3 Octubre 2012
    Mensajes:
    15
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Diario de un fantasma
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1454
    Hola, esta historia la hice inspirada mientras escuchaba ''claro de luna'' de Bethoven. Espero alguien lea esto y comente o le de ''me gusta''.
    Sipnosis:
    Eva, es una mujer que hace algo terrible y decide perderse en un bosque. Ella desea morir con todas sus fuerzas y casi lo logra, si no fuese porque debe cumplir una actividad divina que decidirá si se va al cielo o al infierno.

    !Disfruten¡ :3

    PD: Le hice una portadita y todo n.n
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    Diario de un fantasma
    Capitulo 1
    La iglesia Fantasma

    Aunque el cielo está despejado corre un aire frió por todo el bosque. El otoño se va y el invierno se preparaba para llegar.
    Las lágrimas se acumulan en mis mejillas, como las hojas naranjas en el suelo. No sé a dónde voy ni a donde llegare con esto, las decisiones que tome terminaron haciéndome más daño a mí que a las demás personas, aunque esa no era mi intención desde el principio.
    Quizá si me pierdo en el bosque todo sea mejor. Todos se alegraran cuando alguien entre por la puerta y anuncie mi desaparición.
    Dudo que alguien me quiera ahora, soy una horrible persona, hice algo horrible y sin remedio.
    Sigo sin saber a dónde me llevaran mis pies y cuanto puedan aguantar. No me da miedo morir atacada por los animales salvajes, tampoco me da miedo morir de un golpe en la cabeza, creo que más bien moriré del dolor profundo que siento en mi alma. Si muero en este bosque mi cuerpo, con el tiempo, se mezclara con el suelo. Quizá sirva de abono para las futuras semillas que vayan a crecer aquí y eso me consuela un poco.
    Siento como a mis pulmones les falta aire y caigo al suelo. Un gran alivio recorre mi cuerpo al dejar mis piernas descansar. Este es el final, supongo.
    Cierro mis ojos y sonrió. El dolor se ha esfumado, las lágrimas dejaron de brotar. Estoy tranquila quizá por el hecho de que mi cuerpo descansara en paz en la tumba que ha creado este gran bosque para mí.



    Abro lentamente los ojos, el sol me ha despertado. Sigo tumbada en el suelo del bosque. Me levanto y noto que mi cuerpo se siente más ligero ahora.
    Miro hacia el lugar donde estaba hace un rato y quedo impactada: Un clon de mi persona yace en el suelo, todos sus rasgos son idénticos a los míos, el cabello castaño claro, la piel pálida, las pecas sobre sus mejillas.
    Me froto los ojos y pellizco mis brazos. Ese no es mi clon… ¡Es mi cuerpo! Lo que significa que… He muerto. Pero ¿por qué no ha venido un ángel a llevarme al lugar donde moran las almas esperando el juicio divino? ¿Acaso estoy condenada a vagar por la tierra eternamente por lo que hice? Necesito una respuesta para eso.
    Sigo caminando en busca de alguna señal, atenta a cualquier cosa que ocurra a mí alrededor, aunque dudo encontrar respuestas a mis preguntas.
    Veo que a lo lejos hay una gran estructura, lo que parecía una mancha en el cielo resulta ser una iglesia abandonada.
    Qué irónico, una iglesia en medio de un bosque deshabitado, completamente sola y con un aspecto aterrador.
    Es de piedra, sus ventanas están rotas y la doble puerta de roble está llena de moho y plantas que decidieron enredarse en ella.
    Si estuviera viva me atacaría el pánico, pero como ahora soy un fantasma sería absurdo tenerle miedo a mi misma especie.
    Ya que la puerta es imposible de abrir pruebo con algo que siempre he visto en las películas de almas en pena. Cierro los ojos y me dispongo a atravesar la puerta, primero tengo miedo a estrellarme pero luego me doy cuenta de que ya estoy dentro de la iglesia.
    Es oscura y no hay rayos de sol que la iluminen. Los bancos están perfectamente alineados. Las baldosas en el suelo solo han sufrido la invasión de hierba mala y leves grietas las recorren. El altar consta de una mesa hecha de piedra. Una cruz colgada en todo el centro de la pared con la imagen de un Jesucristo que perdió la cabeza.
    No hay nada más que ver aquí.
    Antes de irme un sonido de campanas me llena de pánico y caigo al suelo observando con nervios a mí alrededor. ¿Cómo puede ser posible que en una iglesia abandonada suenen las campanas?
    Un hombre mayor aparece en el altar, con un traje de vestir blanco. El resplandor que este emite ilumina toda la iglesia. Me sonríe y me hace una seña para que tome asiento.

    — Oh — Exclama con compasión — Estas perdida ¿Cierto?

    No puedo decir nada. Me quedo muda, los nervios me hacen un nudo en la garganta. Dije que era absurdo tenerle miedo a los de mi especie, sin embargo, aquí estoy, queriendo correr y salir de ahí. Supongo que aún conservo mis sentimientos humanos.

    — No debes temer — Volvió a decir el señor con amabilidad. Baja del altar y se acerca a mí con una mano extendida.

    Tomo su mano y me levanto del suelo. El sonríe y me guía hacia un banco que está próximo al altar. Nos sentamos y el suelta mi mano con delicadeza.

    — No había visto tu cara antes.
    — ¿Eres un alma en pena? —Pregunto sin poder contenerme. Él vacila y ríe.
    — Veo que eres nueva en este mundo intermedio.
    — ¿A qué se refiere usted con eso? —Coloco una expresión seria en mi rostro. ¿A qué se refería a mundo intermedio? ¿Acaso era donde vagaban las almas que no conseguían ir ni al cielo ni al infierno?
    Él vuelve a reír, hay algo en mi expresión que le causa gracia. Pero su risa no es burlona, más bien se siente como si estuviera cansado de explicar siempre lo mismo.
    — El mundo intermedio, del que te hablo, es donde habitan las almas que salieron de sus cuerpos y pueden volver a la vida, si lo desean claro.
    — ¿Entonces… no estoy muerta? — Me sorprendo un poco por lo que dice el señor de traje blanco.
    — No querida, no estás muerta.
    — ¿Y si no deseo volver a vivir?
    — Tendrás que esperar un largo tiempo.
    — ¿Esperar qué? — Siento que lo sofoco con mis preguntas, pero él tiene que comprender mi necesidad de saber. — ¿El juicio divino? — ¿El mundo intermedio era donde moraban las almas?
    Él vuelve a reír y otra alma aparece frente a nosotros. Es un chico de cabello negro y piel morena. Sonríe al verme como si estuviera encantado de que una extraña viniera a visitarlos.
    — ¡Pero mira nada más! — Exclama con entusiasmo — Bienvenida. — Me extiende su mano — Soy Jonathan. Encantado.
    — Soy Eva — Me presento y estrecho su mano.
    — Lindo nombre — Agradezco por el cumplido y giro mi cara hacia el señor esperando una respuesta a mi anterior pregunta.
    — Esperar que una actividad divina te sea asignada —Sigue el señor — Y antes de que preguntes ‘’ ¿de qué actividad divina habla?’’ le explicare. — Hizo una pausa larga, como si estuviese tomando el suficiente aire, pero yo se que las almas no necesitan aire.
    » Una actividad divina es asignada por Dios. Esta consiste en hacer una serie de cosas que decidirán si vas al cielo o al infierno. Esto se utiliza más que todo para corregir los errores que hiciste en tu vida terrenal y demostrar el amor que tienes al prójimo. Es opcional, si quieres o no quieres hacerla es tu decisión.

    Me quede un rato en silencio, meditando lo que él había dicho. Yo no puedo tener el perdón de Dios después de lo que hice, ni si quiera con mil actividades divinas podría hacerlo.

    — ¿Y su actividad divina cual es? ¿Dar la palabra de Dios a los fantasmas? —Él vuelve a vacilar. El muchacho que lleva un rato en silencio nos interrumpe.


    — El no es un alma en pena, es un ángel.
     
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