Destino... [CCS]

Este escrito es para Sunami, es del intercambio navideño. Sunami, no nos conocemos, pero realmente te deseo una excelente navidad, disfruta mucho este precioso día 24 de diciembre, te deseo lo mejor del mundo y que recibas muchas alegrias :) El escrito no esta basado en la epoca navideña, pero aún así es tu regalo.
ADVERTENCIA: Esta narrado desde el punto de viste de Syaoran. El escrito tiene OoC, lo siento, no soy muy buena con el fandom. Espero que te guste.

Destino​

Ella, Sakura Kinomoto, una chica realmente alegre y bastante inmadura para sus 16 años, aunque debo admitir que no es fea, me llega a agradar la idea de tener algo con ella. Jamás había pensado en ella como algo, pero desde aquel momento cambio totalmente mi idea sobre ella.

Todo comenzó ayer en el laboratorio de ciencias, Kinomoto como siempre llego tarde al aula, no entiendo como una persona puede llegar tarde todos los días de su vida, se sentó en su banco y diez minutos más tarde la profesora entrego los resultados de los exámenes de la semana pasada. Por juzgar su cara, era de suponer que le había ido mal, la prueba estaba bastante fácil para los que estudiaron, no entiendo como pudo haber reprobado. En fin, cuando por fin termino la clase la profesora me mando a llamar, entre a de nuevo al laboratorio y me encontré con Sakura y la profesora, estaban charlando, la primera mostraba una cara de preocupación.

− ¿Qué sucede profesora? − no se porque predije que la profesora me llamaba para algo que no me gustaría hacer, pero después de todo no podía hacer nada, porque ella era autoridad en el colegio.

− Syaoran, que bueno que viniste. Necesito un favor, me podrías ayudar − su voz sonaba tranquila, como si el favor no fuera la gran cosa, por su parte Kinomoto estaba roja, estaba bastante ruborizada, como si estuviera pasando la peor de las vergüenzas.

− Si, dígame − solo me queda esperar para saber que me pedirá, espero que no sea lo que yo pienso.

− Bien, Syaoran, tu eres uno de mis mejores alumnos, por eso es que necesito que ayudes a Sakura Kinomoto con biología, a ella no le va muy bien en la materia, por eso le dije que le conseguiría un tutor, pienso que tu eres perfecto para el trabajo, ¿que dices? −

− Si, lo haré − me lo imaginé, sabia que era para una tutoría, pero justo a ella, no es que tenga algo malo contra ella, pero nunca hemos hablado, ni nada, solo la conozco como compañera de clases, realmente no sentía que tuviéramos algo en común, solo la veía llegar todos los días tarde al salón, pero nada más. Ahora tendré que estar ayudándola porque ella se dio el lujo de no estudiar durante el año, perfecto, simplemente perfecto.

− Gracias Syaoran, ahora los dejare para que se conozcan un poco y acuerden que días estudiaran −

− H-hola. Muchas gracias por ayudarme con las materias, prometo que me esforzare − Al menos eso espero, no quiero hacer esto, pero a acepte, así que no me queda nada por discutir.

− Kinomoto, ¿Cuáles son las materias que te complican? − solo quiero terminar con esto rápidamente para irme a mi casa.

− Eh… Genética, es lo que más me cuesta aprender −
− OK, empezaremos con lo más fácil, ¿te parece si vamos a algún mesón?, nos acomodamos y te enseño − Creo que esta hora será larga

Comenzamos a caminar al fondo del salón, donde se encontraba los mesones, en la sala habían varios utensilios de laboratorios; como tubos de ensayo, vasos precipitados, agua. Lo necesario para disecar a una rana.
Kinomoto iba guiando el camino, mientras yo iba atrás de ella siguiéndola. De un momento a otro ella resbaló, en el piso había agua, ya que en la clase anterior estuvieron haciendo reacciones químicas, se les debió derramar el agua. Rápidamente la sujeté de la cintura para evitar el golpe. La acción fue tan rápida que no me di cuenta que estaba a escasos centímetros de ella, de alguna manera nos fuimos acercando lentamente hasta que nuestros labios se juntaron en un momento mágico, duro apenas unos segundos, pero fue algo tan especial; nos separamos lentamente, nos mirábamos el uno al otro. Cuando estuvimos alejados ella se había ruborizada, y que hablar de mi, debo estar igual, sentí el calor en mis mejillas, pero pensándolo bien no fue tan malo, fue algo como decirlo… delicioso, sus labios eran dulces, pude sentir su olor a jazmín, pude ver con más claridad sus irises jade que junto con su cabello castaño quedaba bastante bien, le agradezco a la maestra ponerme de tutor de Sakura, o talvez no fue la profesora, solo fue el destino…

Espero que te guste, Sunami, ¡te deseo una hermosa y feliz navidad!