Shingeki no Kyojin Después de la Lluvia (One shot)

Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama; fanfiction escrito sin fines lucrativos.

Línea temporal: Capítulo 8 del anime. Final del tomo 2 del manga.

Adevertencias: Narrador equisciente en segunda persona.

DESPUÉS DE LA LLUVIA

Capítulo Único​

Lo ves. Te balanceas en el aire. Corres más rápido. Aún más. No sientes que eres lo suficientemente veloz a pesar de que has llegado a él en menos de diez segundos.

Eren, Eren.

¿Qué ha pasado? ¿Por qué ha emergido de ese titán? La respiración se te corta. Lo abrazas. Está bien. Todo está bien para ti. Tu mundo puede girar con normalidad otra vez. Eren está contigo, a tu lado. Porque lo está, ¿verdad? El peso de la realidad cae sobre ti. Te apresuras a comprobar su pulso. Los latidos de su corazón. Su sangre está corriendo. Escuchas el bombeo con tu oreja apoyada en su pecho. Ese sonido te hace feliz. Más feliz de lo que nunca pudiste imaginar. Porque significa que Eren está vivo. Que puedes continuar a su lado viendo su sonrisa, observando su determinación; protegiéndole con tu propia vida que hasta hace poco creíste ya inútil. Que pueden seguir juntos, sin separase otra vez.

Te abrazas más fuerte contra él. Lanzas una plegaria al cielo desde tu mente. Agradeces a Dios, aunque no sepas a cual ni creas siquiera en él, pero agradeces. Porque Eren está a tu lado otra vez y eso es lo que importa. El alivio, la felicidad te tranquilizan, pero la preocupación por su salud y por lo que vendrá adelante te agobian y ponen tus ojos húmedos. No puedes controlarte, tus emociones se están desbordando. ¿Qué deberías hacer ahora? Le aprietas aún más fuerte, no estás consciente de tu propia fuerza. Las lágrimas escurren de tus ojos, ni siquiera te das cuenta de que estás llorando hasta que un sollozo, fuerte y claro, escapa de tu garganta. No puedes mantener a raya tus emociones, pero no importa. Si eres débil en este momento tampoco importa.

Eren está vivo.

Contigo.

A tu lado.

Puedes sentir su calor, su cabello te hace cosquillas.

—Mikasa, sube. Es peligroso allí abajo —alguien te dice. No sabes quién es. Tu mente está ocupada, regocijándose en el conocimiento de que Eren está a tu lado de nuevo.

Subes como puedes aún abrazándolo. Te niegas a separarte de él hasta para respirar mejor. Sigues llorando. Sigues sollozando. ¿Qué tan patética puedes verte? Probablemente mucho, pero tampoco importa. Te sientes feliz, incluso más que aquel día en la infancia, en que tuviste que dormir junto a él, abrazándose para evitar el frío que los acechaba, ése que es tu recuerdo más preciado.

Escuchas la voz de Armin hablar para nadie en especial. Seguramente él se encuentra casi tan feliz como tú por tenerlo vivo nuevamente. Eren. Su sola presencia te hace inmensamente feliz. Tan feliz que, si debieras entregar tu vida a cambio de la suya en ese momento para pagar la retorcida lógica que reina en los cielos, solamente te arrepentirías de no poder continuar a su lado siquiera un segundo más.

Última edición: 09/12/2013

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